REAVISO A JUBILADOS

  

Mi artículo de hace una semanas sobre el “Aviso a los Pensionistas” pasó sin pena ni gloria… bueno con más de lo primero que de lo segundo. Tampoco es que yo esperara otra cosa del personal, dado lo que hay, pero se interesaron, y me preguntaron, o me comentaron, más individuos del gremio de los aspirantes que de los afectados, lo que dá idea del amuermamiento del sector. Pueden quitarnos el pan de la boca sin muchas ceremonias, que no protestamos. Definitivamente, los de la tercera edad ya somos de la tercera fase. Borregos de mucha carne y de poca sangre. Pero de la mejor lana, por supuesto… porque nos esquilan con igual mimo con que nos toman el pelo.

                Resulta preocupante el grado de anestesia con que dormitamos apaciblemente sobre nuestros cuartos traseros en los clubes, hogares y nidos habilitados a tal efecto, susurrantes de algodones para que los eméritos depositemos agradecidos nuestros lametazos de afecto en las manos que nos están robando la cartera. Un ejemplo muy gráfico que lo demuestra: me presenté en lo de los pensionistas de mi pueblo… ¿o habré de decir piensonistas?.. de pienso, claro, que no de pensar. El objeto era informar y solicitar la adhesión de los colectivos del municipio a un movimiento que se intenta poner en marcha a fin de que Bruselas paralice el saqueo que el gobierno español está llevando a cabo con sus jubilados cobrándonos por dos veces un mismo impuesto – sin meterme en mayores honduras, igual y aparte, del vaciado sistemático de la caja de las pensiones que también está realizando para cubrir otros gastos ajenos al mismo – pero lo suficiente como para empezar a despertar de nuestra inducida modorra y comenzar a concienciarnos.

                El resultado fue un categórico NO. Calabazas integrales. Un suspenso cum laude. Parece que da canguilis, que tenemos miedo a perder las golosinas con que nos acaramelan. Que nonis. Que tiren del carro otros, si acaso, y ya las veremos venir…. Pero es que esta cobardía suicida, me temo, no es solo cosa de mi pueblo, si no que es cosa de mi país. No sea que no nos saquen más a pastar, ni al bingo. Estamos más preocupados por el atranque de los viajes del Inserso que por el futuro de nuestras pensiones. Ni siquiera nos damos cuenta que esos viajes son un negocio para cualquier empresa que los organice, y que al Inserso se les está agradeciendo por nada… Y esto es tan solo un ejemplo entre muchos otros.

                Sin embargo, lo cierto y verdad es que millones de jubilados pensionistas están siendo el colchón y la olla de cientos de millones de hijos y nietos que no tienen más sostén ni sustento que la paga del abuelo. Esto, naturalmente, entre otras tantas cosas… Y que el pago de gratitud que recibe de un gobierno que les ha retirado, por otro lado, las ayuda mínimas a las familias que dependen de ellos, es que también les está metiendo la mano en la bolsa de lo que generaron y se pagaron en su vida activa de trabajo. Porque esa es otra. Cuanto se nos paga cada mes (y no llegaremos a recibir cuanto nosotros pagamos) es tan solo que una parte de lo que nosotros mismos ahorramos con unos impuestos dedicados a ello. Es como la devolución gradual de un depósito que se confió al estado. Son rentas de trabajo que no deben ser usadas para ningún otro gasto que no sea el suyo específico, y por el que ya nos descontaron en su día y momento ese Irpf que ahora nos vuelven a mangar al hacérnoslas efectivas…

                Y todo eso, aparte de ser congeladas por ley, con el “reconocimiento” de una compensación ruín, insultante y miserable que no alcanza, ni por asomo, a los mínimos estándares del alza del costo de la vida. Así vamos perdiendo poder adquisitivo poco a poco, empobreciéndonos cada día más… ¿Y qué hacemos los millones de afectados?. Nada. Encima, nos convertimos en uno de sus nichos más seguros de votantes. Nos engañan, nos roban, nos mienten, nos estafan y nos toman por… quizá lo que en realidad somos, y nosotros, a cambio, los votamos cada vez que hacen sonar su carraca. En vez de levantar la voz y que se nos escuche, nos cagamos en los suspensorios, y no somos ni capaces de exigir tan solo que lo que nos corresponde, lo que nos pertenece, lo que es nuestro…

                Como decía en mi anterior…es la respuesta del silencio… Y es el silencio de los corderos.