RECORDANDO
- Por miguel-galindo
- El 11/04/2017
Hace unos días, fui invitado a honrar la memoria del fundador, conseguidor, hacedor, factótum y primer presidente de Ifepa, Pedro Roca, además de amigo… Me pidieron participar en una mesa redonda desde donde compartía intervención con otras personas, con las que, durante décadas atrás, también compartimos, coincidimos y colaboramos en el camino de la institución ferial y en el de la vida de Pericales, sobrenombre que Pedro llevaba a gala y se mostraba orgulloso de ostentar. Ese acto pues, fue algo así como la película Cinema Paradiso, cuando el protagonista vuelve, tras muchos años, a despedir a Fredo, y se encuentra con viejos rostros familiares y entrañables, compañeros de una época y un esfuerzo en común… Una sensación de afectos, logros y valores, que dejaron un poso de vivencias, querencias y experiencias.
Durante mi intervención, mientras hablaba, me iba dando cuenta, e iba siendo consciente, que cerca de media vida la empleé representando organizaciones empresariales, defendiendo intereses, no sé ya si compartidos, colaborando con Roca hasta su marcha, y participando en la Junta Rectora de Ifepa hasta el mismo momento de mi jubilación, defendiendo sus intereses, y luchando contra la avidez centralista desde mis intervenciones como francotirador columnista… Casi media vida de una relación estrecha con instituciones y personas, y de lo que no se es absolutamente consciente hasta que, en un momento como el que cuento aquí, adquiere una perspectiva casi de golpe, reviviendo hechos, épocas y personas… pero quedando en su poso tan solo, y sobre todo, en las personas.
Lo que se logró con aquella gente entonces, con la osadía, frescura y desparpajo que se empleaba, hoy hubiera resultado absolutamente imposible. Lo dije allí, y lo ratifico aquí. Hoy, con muchísimos más medios que entonces, y con una política más puesta e impuesta que en aquella época, no se hubiera podido lograr ni una cuarta parte de lo que entonces se consiguió… Ni de coña.
Cuantos forzaron la máquina para conseguir lo que hoy es Ifepa, curiosamente eran políticamente independientes. Si acaso, herederos de aquel primitivo nido de la UCD, y algunos puros de los primeros partidos históricos. Nada que ver con lo que se engorrinan los partidos actuales, por muy históricos que sean, en una política enredada y pringada de intereses espurios… Añoro la limpieza, transparencia y franqueza de aquellos políticos elementales, que componían aquellas primitivas siglas.
Hoy ya solo se conserva en los ilusos e ilusionados independientes, que no persiguen trepar enganchados a los intereses partidistas y en la escala de merecimientos ante esas mismas siglas. Son libres. No son esclavos de la partitocracia que domina la democracia, y son los que mejor conocen y conservan los principios de esa misma democracia… Esa noche me dí cuenta de la diferencia entre el ayer y el hoy. Del porqué de aquellos frutos que no tenían tres por ciento… Entonces se trabajaba por el interés de los pueblos, y se anteponía a todo lo demás. Hoy es justo al revés. Se sigue vendiendo esa divisa, pero es un embuste, una moneda falsa, una mentira podrida, donde solo se trabaja por sí mismo y para el partido. Hoy se hace y se valora todo lo contrario…