RESUMIENDO...

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Quisiera desagobiarme (permítanme el palabro) y tomar distancia entre los sucesos que se aceleran en Cataluña, pero es muy difícil. Me gustaría escribir con cierta perspectiva, y para eso he de alejarme un tanto y desintoxicarme del tema, y más cuando existe una cierta y marcada intoxicación mediática y política que persigue situar a la ciudadanía un tanto fuera de la realidad, polarizándola cada vez más en sus extremos. A partir de hoy, voy a intentarlo espaciando este ya casi exclusivo monotema, lo máximo posible.

            Pero si lo analizamos hasta este mismo hoy, el gobierno de Rajoy ha cometido, al menos, tres fallos garrafales desde que se desató esta triste historia, y que ha dado pie a los momentos, graves momentos, actuales. Primero, el agravio gratuito del Estatut, que lo desencadenó todo. Segundo, el prohibir un Referéndum totalmente inocuo e inoperante al ser unilateral, y tercero, no aplicar el 155 en su momento oportuno, cuando el govern dio su autogolpe de estado y se colocó fuera de la ley, al más puro estilo Maduro en Venezuela. Fue el instante adecuado de haber actuado en proporción al delito cometido, y no emplear la fuerza en debilidad, que es lo que hizo después, en definitiva, y en las peores condiciones.

            Sí… también hubiera habido desórdenes, vale, resistencia civil, sí, bueno, todo preparado, vale, pero entonces hubiera estado justificada la fuerza pública, y muy especialmente, los Mossos. Pero todo el mundo habría entendido que cualquier problema de orden público la responsabilidad recaía en su totalidad en los políticos que habían desatado la medida extrema. Se lo habían buscado ellos solicos.  Realmente, no más de media docena de facinerosos se ganaron sobradamente el arresto, la condena por sedición, y la cárcel. Y hubiera sido un muy oportuno aviso a navegantes de dónde está la línea roja…

            Pero no descabezar a la serpiente en su momento, cuando se debía y podía hacerlo, dejarla viva, y luego actuar desordenadamente y tras la ventaja otorgada de dejarlos a sus anchas manipulando con sus actos, mentiras y falsedades de lo que ha venido después, es de políticos ineptos, inútiles e incapaces. Ellos siguen allí, amparándose detrás de la gente y poniendo a la masa por delante, y el Estado de Derecho, malparado. Y lo que vendrá después…

            La irresponsabilidad de los responsables políticos es manifiesta. No hablemos de un Pedro Sánchez que no sabe dónde está, ni dónde colocarse, ni lo que hace. Podemos trabaja para cargarse la democracia desde dentro, como un gusano, pero no lo oculta, ni lo disimula… Pero, ¿y el Psoe?.. Realmente patético.

            Y ahora, ¿qué?.. Los protagonistas de esta guerra fraticida, están legal, política y moralmente inhabilitados para arreglar nada, pero está claro que los cainitas catalanes forzarán el 155 en lo que nunca debió llegar: la declaración unilateral de independencia (cosa que, me permito recordar, ya se ha celebrado cuatro veces a lo largo de la historia, y han durado desde 20 horas a 3 días). Y luego, vuelta al follón callejero, provocado, preparado y escenificado a tal efecto.

            Ya solo queda una salida. Una sola. Los que hayan violado la ley, al trullo. Y que todos los partidos, todos, hasta los nacionalistas, por supuesto, convoquen elecciones autonómicas donde desarrollen sus campañas y expongan sus programas dentro de la ley pero con todas las de la ley. Y, en contrapartida, un compromiso formal con el Estado de que, con las fuerzas políticas resultantes de las urnas, se abrirá la posibilidad de celebrar un Referéndum pactado. Como debió ser y no fue. Y asumiendo lo que es norma en el mundo entero mundial y civilizado, que es lo que podría venir después de todo: que la parte no decide por el todo y se debe consultar con ese todo.