¿REVOLUCIONARIOS O INVOLUCIONARIOS?

En Lleida, hace poco, doscientos africanos, temporeros, que habían estado trabajando en los campos e industrias agrarias catalanas, se hallaban durmiendo en las calles, en rincones y portales, comiendo de lo que encontraban en los contenedores de basura. Una mano de obra ésta, de ETT, barata e irresponsable, fácil de encontrar y de la que aprovecharse para engordar otros intereses. Es mano de obra de usar y tirar… En este caso concreto, y gracias a un futbolista senegalés del Mónaco, Keita Baldé, le atrapó la historia desesperada de estos, en parte compatriotas, gracias a un vídeo del actor Paco León, y corrió con los gastos para que esas personas comieran y vivieran como seres humanos, hasta que pudiera regresar a su país o a encontrar un nuevo trabajo, esclavista, abusador e injusto, se mire como se mire…

La recogida de cereza es importante para la economía catalana, como nuestra agricultura lo es para la nuestra de Murcia… Mientras “nuestros” negros son útiles para la obtención de beneficios, aquí paz y después gloria, pero cuando ha terminado el interesado interés, se les deshecha como cualquier otra basura sobrante más, y se procura que no huela, ni se vean, ni ofendan a delicadas narices. Mientras no se use y abuse de nuevo, estorban… De hecho, últimamente, en Huelva han vuelto a pegar fuego (y van dos veces ya) a un campamento de temporeros en paro, levantado de maderas, plástico y cartones. En Lleida, ya digo, vagaban por las calles como perros apaleados, a la espera de construirse un cobijo común como el de Huelva, bajo el que guarecerse y quitarse de en medio. Pero aún y así ofende su presencia a la no-conciencia.

Lo curioso del caso, lo esperpéntico, lo sangrantemente absurdo y patético, es que todo esto coincide allí mismo con las algaradas, destructivas y violentas, en defensa de un cuasi-delincuente y en nombre del derecho a una más que dudosa libertad de expresión, que, sin duda y por lo que se ve y se nota, está por encima de los más simples y elementales derechos humanos de “sus” temporeros esclavos. Extraña izquierda ésta.

Porque la oleada callejera de destrozo y violencia de esos raros antifascistas, no es que se tiren a la calle para protestar por la injusticia manifiesta que se hace contra estas personas. Ni mucho menos. Es más… me huelo que son tan racistas como los fascistas de los que se dicen “anti”… Son tan socialmente comprometidos que estas cosas las pasan por alto, no las ven, miran para otro lado. Defienden una libertad de expresión que se utiliza como excusa para la desestabilización por la delincuencia, ya que, en realidad, aquí, y allí, todo el mundo opina lo que se le viene en gana sin que pase nada, salvo las amenazas de muerte, claro, como es el caso precisamente… Toda una bien montada mentira.

Pero es que el partido y líder político que avala estos desmanes también está ciego a esa misma, ésta vez sí que verdadera, cierta y auténtica, injusticia social. Ni la ve, ni la quiere ver, aunque estén ante los morros de todo el mundo. Que se usen temporeros para enriquecer a empresas como si fueran animales, y que luego se pegue fuego a sus asentamientos, no tiene ninguna importancia para estos puñonaltos, izquierdistas de quincalla… Sospechosos comunistas los que no ven lo que sería su tan evidente “arriba los pobres del mundo, en pie famélica legión”, pero sí ven el adoquín con que romper escaparates y robar comercios. Extrañas gentes avanzadas..

Madame Roland fue guillotinada en 1.793 por sus propios compañeros de revolución y lucha. Se atrevió a criticar algunos aspectos negativos de la misma. Ejerció su derecho a la libertad de expresión que defendía su propia revolución, y le cortaron la cabeza por eso mismo… Exactamente igual que Iglesias ha purgado a cuantos dentro de su partido ha diferido de él y de sus métodos. Lo mismo…

Al subir los peldaños de la guillotina, Mme. Roland pronunció aquella célebre, pero tan mal conocida hoy por ocultada por los revolucionarios de ahora, y sin embargo tan apropiada a nuestra actualidad, y que viene tan a cuento: “ ¡ Oh, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre ¡ “… y es que, en las revoluciones suelen haber más involucionarios que revolucionarios.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php