SÉ QUE ES DURO, PERO...

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En el último temporal se puso de manifiesto, una vez más, la impotencia de los ciudadanos, su propia deriva entre salvar (el Mar Menor) o salvarse (ellos y lo suyo), lo poco claro de sus desesperados y angustiosos planteamientos, los empresarios que solo ven – es comprensible – el desastre de sus empresas, y el despiste de los políticos, a quiénes lo único que les importa son ellos mismos, a la hora de manejar este problema. Caen en sangrantes contradicciones y muestran su incompetencia. Cada vez mayor y más acusadamente…

            Un ejemplo: nuestro Consejero de Fomento alude a los daños causados en las, ya zonas endémicas, con tan poco caudal como en el más reciente, y lo atañe a que los acuíferos están de agua a rebosar y el terreno no ha tenido capacidad de drenar más… y alude, ¡válgame el cielo!, a los dos mil pozos que se cerraron por ilegales el verano pasado, que, de haber dejado vaciar los acuíferos, esto no se habría producido. Es muy fuerte. Después de multar despiadadamente y demonizar públicamente, de castigar y culpar mediáticamente a los agricultores de los jodidos pozos, dígales ahora que hubieran sido buenos para sangrar un acuífero que iba a reventar… P´a matarlos (a los políticos, claro)…

            Naturalmente, le sale al quite el Presidente de la Confederación Hidrográfica y le dice que no, hombre, que no… que los desastres estos vienen de haber ocupado las ramblas naturales “por intervención humana”, en sus palabras exactas, y apunta a la labor agrícola y a la expansión de la obra turística y del ladrillo indiscriminado e indiscriminador, por igual, dividiendo en dos las responsabilidades… Observen los avisados lo sutil de cada cual. El primero, por ser su responsabilidad el fomento, desvía la atención de la construcción y la fija en la cosa acuigeológica, y el segundo, por el contrario, lo deriva a que se ha “fomentado” sobre él cosa mala y mal fomentada. Son muy finos nuestros prohombres a la hora de decir y en el cómo decirlo. Y cada cual, como es natural, mira mucho el pesebre del que abreva…

            Pero lo que es verdad, es que ambos llevan razón, y que es la suma de un montón de actuaciones disparatadas, inoportunas y, sobretodo, irresponsables, por lo que ahora estamos lamentando este absoluto desastre. Un desastre que, por no actuar en su momento y condescender con los distintos y diversos intereses, ahora complica, y mucho, la solución de los problemas, ya muy graves. Tanto, que, a veces, las soluciones pueden ser hasta antagónicas en sí mismas, y entre sí mismas…

            Hoy, hablas con un afectado de hostelería, por ejemplo, y su petición desesperada de ayuda es salvar su chiringuito de primera línea de playa y salvar también la ocupación para la inmediata Semana Santa, sin ver que esa emergencia sectorial (que, sin duda, lo es) camina en contra de las instrucciones dadas para la reducción del cambio climático y sus desastrosas consecuencias. O sea, una solución sectorial va contra una solución global. Lo mismo los que se han construido sus casas, negocios, centros y/o servicios atravesando (ni siquiera en línea) esos cauces naturales de las ramblas de los que ahora nos acordamos todos… Se habla de desvíos de tales cauces, sí, puede ser, pero, aun haciéndolo muy bien hecho (los parches hasta ahora han sido deficientes e insuficientes), ¿dónde se suelta el caudal?, ¿en la rambla más próxima?, ¿salvamos nuestro hogar a costa del Mar Menor?. ¿Quizá alargarnos hasta el Mediterráneo para soltar el lastre?. ¿Y nuestros limítrofes vecinos, estarán conformes?..

            Se necesita una gran solución integral. Para todo y para todos. Y eso, no lo dudemos, solo puede lograrse con responsabilidad, solidaridad y sacrificios. Sobre todo, sacrificio. Supone un replanteamiento nuevo de las cosas y de los casos. Un desmontar lo que no ha funcionado y ahora supone un problema para el futuro de nuestros descendientes, y volver a reconstruirlo bajo una nueva óptica, con nuevos parámetros, con una nueva manera de hacer esas mismas cosas. Hay que abandonar un modelo para adoptar otro, y eso no se hace a base de parches, de soluciones privadas y parciales, ni mucho menos. Eso es un sálvese el que pueda, y cada cual como pueda…

            Los graves problemas necesitan graves soluciones, y lo vemos en las huidizas declaraciones de unos y otros, en las evasivas, en sus palos de ciego… Si no somos capaces de ver en todo esto un cambio de paradigma, entonces demos por perdido el Mar Menor y sigamos engañándonos nosotros solos entre nosotros mismos…  

  

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día 14 Febrero: LA REALIDAD DE LA IRREALIDAD

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