SEMIVERDADES Y ENTEROMENTIRAS
- Por miguel-galindo
- El 25/11/2020
Los políticos siempre han mentido, no nos engañemos. Lo que pasa es que, por lo general, juegan con medias verdades. Es un residuo de dignidad que suelen conservar para justificarse con sus votantes durante las campañas electorales. Es algo que, si no forma parte de sus naturalezas, sí que forma parte de sus estrategias. Podrán ser más creíbles, o no serlo en absoluto, pero el/la que se mete en política, sea por afición, necesidad o ambición, las medias mentiras forman parte de su arsenal dialéctico. Ni siquiera la democracia ha podido evitarlo…
Sin embargo, en la actualidad nos ha devenido un tipo de político/a que suelta las mentiras completas, integrales, absolutas, sin mínima mezcla de verdad alguna… Son los Trumps, Bolsonaros, Putins, Johnsons, Erdoganes y toda una cohorte mundial de grandes, medianos o pequeños sátrapas embusteros. El objetivo de esta tropa, reyes de las fake news, es subvertir el órden y/o los valores del mundo, aplicando la máxima nazi de Goebbels de repetir una mentira hasta que parezca una verdad. Y eso, a fin de justificar sus delirantes intereses y abusos de poder.
Al calor de esta nueva, y deplorable, forma de hacer política, eclosionan en todos los países partidos políticos de corte populista, de izquierdas y derechas, que adoptan y adaptan el sistema, para implantar su particular revolución (aquí, en España, tenemos los modelos Vox y UP) y así lograr sus fines a través de sus sistemáticos embustes. El reflejo en la ciudadanía se ve, por ejemplo, en los llamados “negacionistas”, entre otras actitudes y aptitudes. La negación de lo evidente no es otra cosa que la aplicación sistemática de una mentira completa, total, absoluta. Siempre han existido los negacionismos, sobre todo desde el poder político o económico, por ejemplo negando que el tabaco matara, o que el amianto matara igual o peor, o que ciertos añadidos y/o excipientes alimentarios también lo hicieran más lentamente, o que la energía nuclear era inócua, o estar negando la evidencia del cambio climático hasta que el cambio climático los niegue a ellos…
Todo este negacionismo infiltrado de las capas altas de la política de ciertos políticos a las bajas de la sociedad, también es afirmacionismo en otros embustes a tiempo completo, como, por igual ejemplo, afirmar que todos los inmigrantes son delincuentes, o que los gays son enfermos, o la primacía de cualquier raza sobre otra… Es el mismo fenómeno. Se afirma, o se niega, rotundamente y sin matices, cualquier mentira, cualquier falsedad, hasta que cale lo suficiente como para poder justificar cualquier clase política supremacista, por enloquecida que ésta sea. Y lo que es peor, mucho peor, acaba teniendo eco y cobijo en la masa social. Así, exactamente así, y no de otra manera, se entronizó a Adolf Hitler.
El gran problema es que, regidos por estos líderes, cuando la mentira ya no funciona – cambio climático, Cóvid, etc. – ante la aplastante evidencia, suele sobrevenir la censura, la represión, la imposición del silencio y el autoritarismo más feroz. Casi lo vimos en la Europa actual con aquel Salvini en Italia que convirtió a las ong´s humanitarias en delincuentes, y lo estamos viendo igual con Bolsonaro en Brasil, donde la mentira y la violencia coexisten como método para imponerla. Lo que está ocurriendo en la Amazonia, como pulmón planetario, es demencial…
Para hacer frente a esta plaga diabólica, el resto de los políticos solo pueden hacer dos cosas: o entregarse a cambio del miserable salario por su aportación de mentiras y medias verdades a la falsedad global, o inaugurar una nueva época de verdades enteras, completas, sin mezcla. No hay otra forma de enfrentarse a una mentira que proclamando una verdad. Pero verdades íntegras, sin mácula, no a medias…
La cuestión es dónde están esos políticos… Yo no los veo por ninguna parte. Si están entre nosotros y han de irrumpir en la escena política, para mañana ya está siendo tarde. No tenemos tiempo, salvo hacer una transición de marcha atrás en los métodos, y de nuevo nos quedemos estancados en lo menos malo, que tampoco es bueno. Y si es que aún están por nacer, entonces estamos perdidos…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ - http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo