SINVERGÜENZAS TODOS
- Por miguel-galindo
- El 14/05/2019
La crisis ha pasado, o eso dicen al menos (no sus efectos, que aún los arrastramos), y por ahí se nos acerca una réplica, como con los terremotos. Pero en España se siguen desahuciando 150 familias por día. O sea, 4.500 familias al mes, que son 54.000 al año. Muchas de ellas, casi todas, son niños y ancianos que dan con sus huesos en la calle. Las dos terceras partes de ellos, porque sus padres no han podido pagar el alquiler, y la otra tercera parte, por no haber podido hacer frente a la hipoteca.
De todos esos – sangrantes pero no concienciantes – números, 27.000 familias, repito, familias con todos sus miembros, se quedan en condición de pedir limosna en las esquinas. En esas mismas calles que llenamos de fiestas hedonistas y variadas de forma continua y recurrente, una tras otra, en nombre de la tradición según qué santo patrón o patrona de cada día, o de la última que toque de pensamiento único y socialmente dirigido. Cerca, en algún lugar abandonado, o achabolado, o puenteado, están estas personas.
Eso es así, aunque no nos guste o no queramos verlo. Pero lo peor de todo es que en todos esos mismos pueblos y lugares hay cientos, quizá miles, de casas vacías, derrumbándose u okupándose, muchas, muchísimas, con puertas y ventanas tapiadas. Pero eso, que puede verlo cualquiera, luego se molesta usted en indagar, y comprueba que no existen. No señor, no existen…
Yo colaboro, entre otras cosas y trabajos particulares, con una Fundación que necesita viviendas de alquiler social para dedicarlas a la recuperación de personas en dificultad social. Bien. Hace tiempo me encomendaron que investigase en mi pueblo sobre cientos y cientas, que hay en esas condiciones de cierre y abandono. Ningún banco ni Caja con Obra Social de la que presumir sabía de ellas. Nadie tenía ninguna. Alguna entidad hubo que, como trato especial a mi persona, me informó en voz baja y vigilando los esquinóides, ya saben, que habían sido transferidas a determinadas inmobiliarias. Determinadas inmobiliarias que me dijeron que nani de plasti, que allí no disponían de tales viviendas, que todo cuanto podían ofrecer era residencial y a costos del mercado actual, etc, etc…
… Que, como todo el mundo sabe, están subiendo los precios como la espuma, de nuevo. Entonces, ¿dónde están todos esos miles de viviendas trincadas y vacías?. ¿No existen?, ¿son virtuales?.. ¿Cómo se encarece el mercado cuando hay tanto producto?.. Pues porque no existe la oferta, están cerradas a la demanda precisamente para encarecer el mercado que interesa, para especular. Y no existen porque han sido vendidas a la baja por bancos y ayuntamientos sin escrúpulos (pregunten a doña Ana Botella, por ejemplo) a fondos buitres, que son los mismos que están desahuciando a esas miles de familias de las suyas al quintuplicarle el alquiler social que pagaban. Luego, las trincan, monopolizan el mercado del suelo y de la especulación, y nadie, ningún banco, ninguna iglesia, ninguna autoridad, ningún político… hace nada de nada.
Una trabajadora española en Berlín tuvo una mala racha. El ayuntamiento le pagó el alquiler durante un cuatrimestre, que luego le devolvió a plazos largos sin intereses al consistorio. Nada que ver con lo de aquí. Aquí fabricamos pobres y engordamos sinvergüenzas. Es nuestra política social más activa y más lamentable. Pero ningún partido, ninguno, ninguna siglas, ninguna, por muy de izquierdas que sea o que se haga, ninguna administración, ninguna, toca este punto en sus programas electorales. Ni siquiera son capaces de decirles a esos miserables banqueros que devuelvan a los españoles los 60.000 millones de euros que empleamos en rescatarlos. Sinvergüenzas unos, sinvergüenzas otros… Pero, claro, es que en el fondo son los mismos sinvergüenzas. Los mismos.
El próx. Viernes, 17/05, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7 (queda colgado en YouTube): YA ESTÁ BIEN… de tanta historia.
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