SOMOS DESGRACIADAMENTE IGUALES

Resultado de imagen de Fiestas de Coripe 2019

España es una gran factoría de caínes, una enorme fábrica de odios y de violencias. Lo que pasa es que, salvo el navajazo callejero o el tiro en la nuca justiciero, casi toda la animalidad genética la dosificamos a través de nuestras fiestas y costumbres, justificándola bajo el siempre a mano disfraz de lo tradicional. “Es que esto es la tradición”, oremus, y nuestra carga de odio queda sacralizada por algún santo patrón, a santa patrona. Las víctimas propiciatorias suelen ser animales, más débiles que la caterva de cobardes que abusan de su superioridad…

            Pero no siempre es así. A veces es algún personaje mitologizado de maldad el que paga el pato en la descarga de ira popular. Otras veces, ese mismo personaje se ha ganado a pulso, o no, la antipatía del general. Como es el caso del pueblo sevillano de Coripe, donde, en sus fiestas, queman y fusilan en imagen de monigote, no ya al Judas tradicional condenado por un vengador catolicismo, si no a personalidades reales y actuales que el edilato y edilario municipal califican dignos de ser “ajusticiados”…

            Este año le ha tocado al molt honorable escapat Puigdemont, el que ha sido vituperado por las calles y por los vecinos, escupido e insultado, y, por fin, quemado y escopeteado por cerradas descargas en el ardiente patíbulo. A pesar de lo odioso que pueda ser el sujeto, que lo es, no deja de ser un linchamiento popular, uno de esos vergonzosos “paseos” que nos dábamos mutuamente en nuestra triste guerra civil. No es nada gracioso ni festivo. Es un patético ejemplo de la España atrasada y berlanguiana que hace jolgorio de la inquina, la destrucción, el odio y la autoaniquilación entre toneladas de vino, o de tomatina, o de harina, o de… negación de sí mismo en la masa. También en la reunión de todos para hacerse nadie, enorgulleciéndose de compartir la torpe ignorancia y la manifiesta incultura. Aunque, como en este caso, vaya avalada por un consistorio del Psoe, al que se le presupone cierta capacidad de educar y corregir la incivilidad de un colectivo fanatizado.

            Naturalmente, como era de esperar, la reacción del catalanismo oscuro y profundo no se ha hecho de esperar. No solo se han fabricado más furiosos independentistas, si no que Torra y su negra camada ya han anunciado querellas por delito de fomento del odio. Más fuego cainita al fuego del cainismo. Pero se olvidan que ellos son los primeros que señalan y amenazan, acusan  e insultan, persiguen y acosan, y pintan dianas a sus propios odiados por españolizados. Que se lo pregunten a Inés Arrimadas cómo la recibieron en Vic o en Torrellá de Montgrí en la reciente campaña electoral… o el acorralamiento y acoso a Álvarez de Toledo en la Universidad – despojada de toda universalidad – de Barcelona…

            O, ya puestos, y porque también en Euzkadi lamentaron y condenaron la garrulada de este pueblo andaluz, que se pregunten ellos a sí mismos cómo atacaron la integridad del propio Rivera en Rentería, en su último mitin allí, o las declaraciones de su Andoni Ortuzo, dirigente del PNV, en que justifica tal bestialidad…

            Se quejan, precisamente, los que no les asiste el más mínimo derecho moral a hacerlo. Muchos españoles sí que tenemos ese derecho. Yo mismo lo ejerzo aquí. Y muchos pueblos y sociedades. Pero ellos, precisamente, no lo tienen en absoluto. La parafernalia de fiestorra gruesa, cutre y soez, debieran desterrarla de este país. Si no se hace así, sin duda se debe a que tenemos un alma comunitaria de alcantarilla. Vale. Yo lo lamento profundamente. Pero nadie puede dar lecciones a nadie, y ellos, catalanes y vascones, no son para nada distintos al resto de nosotros en el estercolero del odio. Ni mucho menos. No señor…

El próx. Viernes,03/05, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7 (queda colgado en YouTube): ¿AVANZAMOS O ATRASAMOS?.. usted mismo…

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