¿SOMOS RESPONSABLES?..

España sufrirá el mayor 'golpe' de la OCDE con un desplome del PIB ...

Si algo se sabe ya del Coronavirus, es que esta pandemia, no solo no respeta fronteras de países ni de regiones, por muy autonosuyas que sean, si no también que sus rebrotes se producen, en su inmensa mayoría, en lugares cerrados y/o de hacinamiento. Los ejemplos, en todas las naciones del mundo, así lo demuestran de manera sobrada. Si no queremos darnos cuenta, es que somos más tontos de lo que nos esforzamos en disimular, o irresponsables, o descerebrados, que son casinónimos, o primos-hermanos.

            Los cien casos del pasado mes en Pekín, se gestaron en un mercado alimentario hacinado, aún con mascarillas… El de Melbourne, en Australia, en bloques de apartamentos populosos de convivencia vecinal masiva… El de Haewon, en Seúl, por una concentración festera juvenil que se saldó con 200 jóvenes infestados, que a su vez contagiaron a media población… El de Singapur se cocinó en las alcobas comunales donde se hacinaban trabajadores inmigrantes (20 x habitación)

            Los incontrolados y preocupantes de Lérida, Huesca, Hospitalet, Barcelona, ha sido exactamente por el mismo motivo, aunque la Generalitat, claro, no lo quiera reconocer: las condiciones tercermundistas con que alojan a sus trabajadores agrícolas de temporada – todos inmigrantes, naturalmente - . Y los gestores sanitarios de Catalunya, no es que sean especialmente obtusos, al menos no más que la media de estupidez humana que todos lucimos ante el Cóvid-19, lo que pasa es que encima son políticos, y eso agrava bastante la situación. Cuando los responsables de la salud, o la educación, son políticos (obsérvenlo ustedes mismos) su labor resulta deficiente por el solo hecho de estar condicionada a objetivos políticos, y lo otro es tan solo la forma, la manera, el modo, de lograrlos.

            Por supuesto, en el caso de los temporeros, allí, como en Huelva con las mujeres marroquíes recogedoras de fresas (300 hay abandonadas a su aire), como aquí mismo…a las condiciones insalubres que facilitan la expansión de cualquier enfermedad, se le suma la dudosa legalidad y más que dudosa humanidad de esas mismas condiciones, que no sé yo hasta dónde se cumple con la ley. Desde el hacinamiento en barracones y habitáculos, hasta la vista gorda para con los “pisos-patera” donde se amontonan docenas de personas en una obvia y manifiesta inhabitabilidad.

            Y esas habas no solo se cuecen en Cataluña, se cuecen y se fríen y se guisan en todas partes de España, allá donde se precisa la mano de obra buena, bonita y barata, paisa, y entregada, que facilita la puñetera necesidad. Nos faltan manos para taparnos ojos y oídos que no quieren ver ni escuchar esta realidad. Tenemos que reconocer lo que ya no se puede ocultar. Lo que pasa, es que lo medio tapado nadie lo ve (a nadie interesa verlo), y ahora ha venido una jodida pandemia a destaparlo del todo, y entonces quedamos con las vergüenzas al aire… Y en esto existe una total connivencia, tan bochornosa, que causaría sonrojo si tuviéramos atisbos de conciencia.

            Todos los epidemiólogos coinciden que otros centros demostrados de brotes y rebrotes, tan preocupantes y peligrosos también, son: las reuniones familiares de gran número y efusiones (suponen el 45% de los casos), los festejos de cualquier tipo, los rituales masivos de cualquier confesión, bares, restaurantes, comedores y establecimientos de gran concurrencia, así como centros de trabajo como naves, almacenes u oficinas de concentración de personal… Todo por este orden. Esto quiere decir que tanto los expertos sanitarios, como las autoridades, como nosotros, sabemos, sin lugar a duda alguna, el comportamiento del virus, y cómo y dónde se multiplica preferentemente. Y siempre en interiores, más y mejor que en exteriores.-

            Por lo tanto, también conocemos las consecuencias. Así que si en España nos comen los brotes y rebrotes (tantos o más que al principio de la alerta) tendrá que deberse a la ligereza, estupidez e irresponsabilidad de una ciudadanía en plan despiporre, y a la incapacidad e ineptitud de unas autoridades que se niegan a coger el toro por los cuernos, y prefieren la capea a captar la idea… Ya me entienden. De nada vale presumir de parir normas y leyes, si luego no las hacen cumplir y respetar.

            La OMS admite que en un 90% de los casos de rebrote en todo el mundo se deben a estas causas concretas. La Regla de Oro es: eliminar las innecesarias y limitar en lo posible las ineludibles, y siempre, con las elementales precauciones para las inevitables… Pero los ciudadanos, que lo sabemos, no lo reconocemos. Existen, pues, tres clases de víctimas en esta guerra: los que no tienen más remedio que exponerse, los que pasamos por ahí y nos pega una bala perdida, y los conscientes-inconscientes que la atizan. Y estos últimos son peores que los suicidas, porque, a la postre, no atentan contra ellos solos, sino también contra todos los demás. De hecho, son más verdugos que víctimas…

            …¿Que estoy siendo muy duro?.. Pregúntenle a médicos y sanitarios, anden, porfa…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo