¿SUBVENCIÓN O RESPETO?

                Pues no… No es lo mismo ser respetado que ser subvencionado. Ni muchísimo menos. Existe una gran, enorme, diferencia. Lo que pasa es que hay unos muy concretos y concretados intereses en que ambos términos sean confundidos. Y que, con la excusa del respeto siga trincándose subvención, y se ponen de acuerdo en dar la sensación de que si no hay subvención es por una falta de respeto. Pero nada más falso.

                Últimamente está pasando mucho con el mundo de la tauromaquia. Todos los que viven de ello se esfuerzan, y muchísimo, por extender la imagen de que los que desean prohibir “la fiesta”, por estúpidas razones políticas dicho sea de paso, aunque lo justifiquen y lo mezclen con los derechos de los animales, que eso sería otra cuestión y pienso que conciliable, son los mismos que lo único que quieren es que los espectáculos que mueven grandes beneficios, negocios y utilidades económicas y privadas, lo mantengan ellos y no sean subvencionados con dinero público. Y les interesa mucho confundirlos y meterlos a todos en el mismo saco. Pero es una manipulación. Igual pasa con el fútbol, y otros tantos pingües negocios disfrazados de… actividades tradicionales y/o deportivas. Que son más empresas que cualquier otra cosa, y así deberían ser tratadas.

                Pero la defensa que se han montado los protaurinos, con manifestaciones incluídas encabezadas por “maestros” que viven como potentados de esto, es de una turbia estrategia que achaca a los antitaurinos de fanáticos que quieren cargarse “lo más sagrao”. Y es mentira. Hay una parte que no está contra el espectáculo, sino contra el agravio, la injusticia y la inequidad que supone el que el motivo, causa y origen de enormes negocios y ganancias esté subvencionado con dinero público que habría de ser destinado a otras necesidades sociales a las que, sin embargo, se les resta. En cualquier escala de valores medianamente moral, deberían ser antes que el fútbol, los toros, o cualquier otro panycirco del que se derivan grandes beneficios privados. Es solo que pura lógica. Y puro sentido común…

                Lo que pasa es que los defensores de tales chollos utilizan otro equívoco mantra que juega a su favor: esto es lo del, ya muy sobado, cultura y tradición, y la cultura y la tradición merecen subvención…. así que, o subvención o traición. Y esperan que la gente pique en este artero anzuelo. Y la gente pica, no crean…

                Sin embargo, nada más embustero. La saca de la cultura y la tradición es tan indeterminada y ancha que todo cabe. En puridad, casi cualquier cosa puede ser cultura, y tradición solo hay que echarle un poco de tiempo y un mucho de cuento. Bueno, el fabricarla es cuestión de insistencia. Con un par de décadas ya se declara oficial como tradición lo que solo es costumbre… Pero claro, el hedonismo del público y los intereses de unos cuantos dan a luz a la ceguera colectiva. Y la ceguera de los que no quieren ver, en España gana por goleada...

                Yo soy partidario de que se subvencione la cultura, pero no los negocios derivados de la misma. Subvenciónese el libro pero no a la editorial, ya me entienden ustedes… si quieren entenderme. Es que el negocio y la cultura no se deben confundir, y en este ignaro país hay demasiado sinvergüenza, demasiado cuentista y muchos más tontos empeñados en que se confunda… Por eso mismo… por el trinque, claro.-