TALLER DE ESCRITURA party two

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…Y nunca segundas partes fueron buenas. Acaba de llamarme uno de esos dos amigos de los que les conté hace un par de semanas, que vinieron a compartir conmigo café y charla, y que hacía mucho tiempo que no nos veíamos, y que uno hablaba de mi aptitud para llevar un Taller de Escritura, y el otro opinaba de mi inactitud por no congeniar con los políticos, que son los que suelen apadrinar estas cosas en estos casos… ¿se acuerdan..?. Y que de ahí salió un interesante tema que compartir con ustedes en uno de éstos…

            Pues eso, que me ha llamado uno de ambos para decirme, mejor preguntarme, qué necesitaría, en un caso hipotético, cuidado (esto último muy recalcado), para implantar un Taller de esos en su ciudad… Bueno, creo que es obvio: un local adecuado, unas orejas aunque sean inadecuadas, unos medios imprescindibles, y unos recursos mínimos que costeen idas, venidas y paridas… Nada del otro jueves, en realidad. Pero es mejor que se quede en lo de “caso hipotético” ya que en el fondo subyace, lo queramos o no, todo lo que hablamos en la ocasión de su agradable y agradecida visita.

            Lo cierto y verdad es que un Taller de Escritura totalmente aséptico es casi imposible. Es como una caldera donde se cuecen opiniones. Y si se lograra, creo que no serviría para nada, ya que también son Talleres de Pensamiento, de discusión, de exposición, de controversia, y eso hace que tales Talleres los cargue el diablo, en el mejor de los casos, o en el peor, puedan estar manejados, o subvencionados y por lo tanto intervenidos, o influidos, o dirigidos, o manipulados, por algún tipo de facción, política o social, dominante. Y esto exige por lo tanto un compromiso de cierto equilibrio y libertad difícil de lograr.

            Cuando en nuestra pasada charla, se puso en cuestión, por ejemplo, mi idoneidad para dirigir uno de ellos, y era porque lo que yo escribo no cae simpático a los políticos, incluso alguno de ellos me la podía estar guardando. En principio, esto vale como animal de compañía. Bien. Eso quiere decir que una iniciativa que necesite el apoyo de recursos manejados por un político, no lo tendrá mientras tal iniciativa, por muy cultural que sea y que se fomente el librepensamiento, etc, etc., no moleste o incomode al que administra tal recurso. ¿No es así?. De acuerdo. Pero si ya hemos razonado que el Taller aséptico per sé es contrario por su propia naturaleza de foro libre, ¿entonces..?. Pues quizá sea precisamente por eso mismo, fíjate…

            Y esto nos lleva entonces a una de las dos únicas posibilidades razonables: o la administración tutelar hace gala de un auténtico espíritu abierto y generoso, admitiendo el carácter neutro que debe asumir en estos casos, olvidando las tendencias ideológicas y/o de intereses a las/los que representa… o tal iniciativa debe de ser absolutamente libre, convocada y organizada, y promovida y asumida, por las mismas personas que deseen participar de tal conocimiento. Pero no existen más opciones.

            Es que un Taller de Escritura es mucho más que su propio y escueto enunciado. El nombre de Taller en sí mismo guarda un significado de experimento, de trabajo, de fragua, de crisol, de creación… Y todo lo que es un trabajo creativo significa libertad de pensamiento. Y aquí, le doy la razón al que me “condenaba” para ejercer… Si yo no puedo tener libertad de pensamiento para intercambiar y crear con los demás, ¿para qué intentar nada de eso?.. Hay criaturas que nacen muertas, y otras que nacen vivas. A las primeras se les vela en perpetuo duelo, y a las segundas se les concede el derecho y el riesgo de crecer. Y yo, por el hecho de no caer simpático a la gerencia, no quiero dirigir un tanatorio… Vosotros ya me entendéis si me conocéis…

 

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