TAMPOCO ES ESO, PEDRÍN...

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Decididamente, a Pedro Sánchez le sobra tanta ambición como inteligencia le falta. La garrafal metedura de pata oponiéndose al acuerdo de la UE con Canadá, cuando el anterior Psoe lo había ratificado, tan solo porque NO es NO, demuestra su profundo desconocimiento de la realidad social, política y económica, tan solo que barnizada por su irracional deseo de asunción al trono moncloítico. Su alineamiento con los brexistas, los lepenistas, el fascismo más recalcitrante y lo más granado de la extrema izquierda europea, lo explica casi todo.

 

                No solo se opone a un acuerdo que supone más espacio comercial, más inversiones y más empleo, o sea, mayor crecimiento económico, junto a esos países escandinavos que son un modelo de socialdemocracia, si no que supone volver la espalda a Trudeau, que encarna el principal referente contra la nefasta política comercial, imperial y medioambiental de Trump. O sea, que se pone al lado del asno facha americano. Tal es la genialidad del que viene a “renovar” y “modernizar” al Psoe, enterrándolo en los más viejos y rancios anacronismos.

 

                Lo peor no es ya el impacto doméstico que, al fin y al cabo, nos merecemos por haber elegido semejante acémila. Agradezcámoslo a unas bases sin base alguna. Lo peor es el europeo. Equivale a desdeñar un laborioso acuerdo consensuado por 28 gobiernos. A querer tirar por la borda el trabajo de mejora de un contexto en el que se diluyeron las fuertes prevenciones de las más recelosas regiones centroeuropeas. Es un menosprecio a la Comisión Europea y a la comisaria más centroliberal que se ha tenido hasta el momento, Cecilia Malström, que ha protegido el modelo social/ambiental europeo en todo acuerdo comercial, muy especialmente en éste. Y, sobre todo, supone atacar el único arma defensiva contra el imperialismo comercial americano que quiere imponer el pato Donald… Trump.

 

                Pero ha llegado Pedro Sánchez, y sin enterarse de qué va, sin leer el proyecto, sin saber nada de nada ni falta que le hace, ha soltado su tristemente famoso y patética proclama de NOesNO, y se ha enfrentado, ya de paso, a la mayoría del socialismo continental, con esta desgraciada y aciaga actuación… yo diría incluso, sobreactuación, fíjense, porque solo es eso, pura pose para llamar la atención sobre él mismo y su refinada estrategia destructiva.

 

                El cómo y el porqué se ha llegado a re-elegir Secretario General de uno de los principales partidos socialistas europeos a un incompetente integral sin el más mínimo, ni básico, ni elemental proyecto (yo, al menos, no lo conozco, no sé usted…) solo se puede explicar desde el más absoluto y ciego integrismo y desconocimiento de unos militantes, igual de carentes de la más remota cultura democrática y social.

 

                El Psoe de apenas unas semanas antes votó a favor del acuerdo, tanto en el Congreso como en Estrasburgo, con toda la lógica y el sentido común del mundo, pero ahora viene Pedro el Atila y hace justo lo contrario, sin saber, además, las razones del por qué lo hace. Tan solo porque no es no, ya digo… Además, aduciendo, a última hora, abstenerse basándose en argucias totalmente falsas (arbitraje público, modelo social, etc.) lo único que consigue es perjudicar los próximos tratados con Japón, México, Chile… al añadir desconfianzas enfermizas, y dar la razón, eso sí que sí, a los neonazis que aúpan el proteccionismo extremista modelo Trump que todos sabemos.

 

                Enhorabuena, Perisánchez… Nunca jamás antes tanto tonto hicieron tanto aupando a un tonto. Todos podéis sentiros orgullosos y satisfechos de tamaña hazaña… Hay que joerse…