TAN SOLO SÉ...
- Por miguel-galindo
- El 28/10/2019
Cuando Platón dijo aquella famosa frase suya (que la podemos hacer de todos), “yo solo sé que no sé nada”, en realidad declaró una cosa y su contraria. Lo que soltó fue una enorme y grandiosa paradoja. Siempre se ha querido explicar la humildad del sabio, y puede valer, sí, pero también sirve para explicar lo relativo y lo subjetivo de toda aseveración. Es falso que no supiera nada porque reconocía que, al menos, sabía una cosa: que no sabía nada. Y si es verdad que no sabe nada, entonces, ¿cómo sabe que no sabe?.. Su afirmación (solo sé) indica su negación (que nada sé), luego ambas se anulan a sí mismas.
Y esto es lo que nos pasa con lo del proceso al “prousés”. La misma polarización que existe en Cataluña se ha logrado extrapolar a la sociedad española, que juzga a lo juzgado alimentado por la propia polarización contaminante que existe en los partidos políticos y sus interesados campaneros. Están los que se conforman con el delito aplicado, y los que arremeten contra los jueces porque consideran que patíbulo es lo que merecen y no prisión (el patíbulo crea mártires, la prisión hace avisados). Pero el caldo generado en la opinión pública con el fuego lento en que han cocido todo esto los medios de comunicación, no aclara precisamente las cosas… Rebelión, piden unos, sedición, les basta a los otros…
Lo cierto es que, en estricta justicia, para que exista rebelión hay que rebelarse, y de eso solo hubo un mal intento, un visto y no visto, una proclamación seguida de una anulación, un quiero pero no puedo… No existió pues tal rebelión, tan solo las ganas de rebelarse. Pero sí que conspiraron. Y eso es sedición. Por otro lado, la legislación actual no permite que la rebelión se haga efectiva de ningún modo, salvo por la fuerza de las armas y/o la subversión de la legalidad por la fuerza de la violencia. Lo que se llama un golpe de estado. Y nada de eso hubo, aunque se le ponga ese nombre… Lo que sí hubo fue un alentar a las masas con esta mentira para forzar por medio del chantaje a un Estado Nacional en estado de debilidad a negociar con un Gobierno Autonómico. Y esos son los agravantes a la sedición en este caso, y encima, utilizando fondos públicos, que de ahí la acusación añadida de malversación. Y así se ha dictado sentencia por el Tribunal.
Mi opinión personal – quizá al contrario de la de muchos – es que es una sentencia justa, racional y cabal, medida y comedida. La máxima pena con la mínima sentencia, pero ejemplar. Probarán la cárcel, el tercer grado, trabajar y estar con la familia, dormir en la trena, ser apartados de la política, aprendiendo, a pesar de sus declaraciones, de que un estado de derecho persigue la ilegalidad por encima de todo, y escarmentando por ello. Nada que les sirva para convertirse en mártires de su causa. Y nada que puedan usar en su apelación al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo… Y tanto ellos como sus abogados lo saben perfectamente. De hecho, deseaban ser acusados de rebelión para poder zafarse luego en los tribunales europeos y ganar, encima, la batalla de imagen y mártires en el extranjero. Pero les ha salido el tiro por la culata…
Lo que hay que seguir y perseverar es con esta presión legal, comedida pero medida. Irrefutable. Y ver quiénes están detrás de los Cdr, investigar al grupo este nuevo de Tsunami Democratic, y ver en qué delitos pueden incurrir. Porque, de momento, aparte el ruido y la indignación que producen, que sí, que es verdad, pero lo cierto es que se están echando tierra en los ojos, y empobreciendo y hundiendo en la miseria a la Catalunya que tanto aman. Tan solo había que oír a los turistas estancados y violentados en el Prat el pasado 14/10. O las declaraciones de comerciantes, empresarios, taxistas… O las de su Editorial Planeta en el exilio, al día siguiente en El País. O las indicaciones de las embajadas de los principales países del mundo aconsejando a sus conciudadanos no visitar Cataluña por insegura… Por poner unos pocos ejemplos entre muchos. El daño que se están infligiendo entre ellos mismos es bastante peor que la pena impuesta en los tribunales a sus malos políticos. Y será irrecuperable por mucho tiempo.
Esta es la realidad objetiva, no la que se nos quiere hacer ver a través de nuestras tripas… Solo sé que no se nada, dijo el sabio griego, pero nada es más que mucho, y eso sí que lo sé…
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