¿TANTOS TONTOS HABEMUS?

Resultado de imagen de nuncio Renzo Fratini

El comentario coñón con que el ya ex nuncio papal, Renzo Frattini, se despidió de sus labores vaticanas en España, hirió ¡pobrecillos..!, la sensibilidad de nuestro gobierno en funciones… Lo de “Resucitar a Franco” por intentar moverlo del Valle de los Caídos, “por motivos ideológicos”, fue una pullica que no sentó nada de bien… Bueno, quizá se lió el hombre entre el italiano y el latín y quiso decir “motivos políticos”, que hubiera sido lo más acertado. Lo llevaba Sánchez en el programa y entre ceja y ceja, al fin y al cabo. Así que se ha protestado por "improcedente", y por “injerencia” en los asuntos de Estado.

            Pues se ha quedado muy bien ante los votantes ignorantes, y así sentirá aliviado el honor mancillado, pero el comentario, si bien que con mala leche vaticana, ni es improcedente, ni tampoco una injerencia. Es procedente porque afecta a los intereses bilaterales de sus relaciones diplomáticas (si acaso, inadecuado), y tampoco constituye una injerencia porque, al fin y a la postre, igual de injerencia es meterse en un templo católico a trajinar en sus tripas, puesto que ellos mismos lo reconocen como inviolable en sus propios tratados firmados – léase Concordato o lo que sea -, y, según eso, el mismo Vaticano también puede calificar de injerencia el hecho de que se entre a saco a levantar unos restos de muerto que, al fin y al cabo, están en lo que se considera SU casa.

            El comentario del Nuncio, si acaso, es incorrecto, pues una exhumación no es una resurrección – se le podía haber contestado de guasa – y aquí, ni Franco se trata de Lázaro, ni Pedro Sánchez de Jesucristo, faltaría más, ni monseñor Frattini es S. Juan Evangelista tampoco. Con este comentario se podía haber despachado su impertinencia, y todo hubiese quedado como una gilipollez del embajador de la Santa Sede, respondida con el cachondeo que merece. Pero el Ejecutivo entró al trapo estúpidamente, y respondió airado y dándole una importancia que no tiene, y, encima, mediatizándolo para que solo se vean sus propias carencias y ocultaciones. Sentido del ridículo, puro y duro…

            Y además, para más Inri, ya que estamos en teologías, la ministra Calvo, en su tonto cabreo, solo se le ocurre comentar lo de que “la Iglesia tiene que pagar impuestos”… ¡Anda leches!.., ¿y por qué no los paga?.. ¿es que no es el propio Estado quién los impone, que por eso mismo se llaman impuestos?.. ¿Acaso podemos negarnos a pagarlos los que los pagamos?.. Entonces, ¿por qué la Iglesia no los paga?.. ¿No será porque, simplemente, está exenta de ellos?.. ¿Y eso quién decide que así sea, amén..?. Y que la Iglesia no pague un jodido impuesto por todas las posesiones que tiene… y de las que se apropia, ¿quién lo permite y quién lo decide?..

            Y reincide la señora: “la Iglesia ha de pagar impuestos, como lo hace en Francia, o en Italia, o…”. Hay que tener mucha caradura para decir eso. Y mucha desvergüenza para tomarnos por tan memos e ignorantes. Si en Francia o Italia pagan impuestos es porque sus gobiernos se los hacen pagar, y si aquí no lo hacen es porque España los exime de ellos, aparte de dejarles robar con sus indecentes e incontinentes inmatriculaciones.

            Si están tan ofendidos. ¿porqué no denuncian el Concordato de una puñetera vez por todas, y para siempre?. Y que lo entierren en el Valle de los Caídos con el mismo Franco, que es quién se lo impuso a los españoles. Y no los resuciten – a ninguno de ellos – jamás de los jamases… Lo que resulta inadmisible, a estas alturas, es que quieran vestir una cobardía de ofensa. Y hacernos comulgar con ruedas de molino, ya que hablamos de estas cosas… El Concordato no es un Dogma, señores míos… Y aunque lo fuera.

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