TENDENCIOSOS
- Por miguel-galindo
- El 22/02/2016
Ya he tocado varias veces lo de la manipulación de la opinión pública en más de un artículo. O lo que el sociólogo Fernández de Castro llama “la demagogia de los hechos”. Y es que ya no se trata de que se falseen los hechos demagógicamente, simplemente escamoteándolos, cambiándolos o sacándolos de contexto. Existen formas sutiles y maneras muy estudiadas para manipular a una opinión pública poco avisada… o muy distraída con una anticultura de aplicación sistemática y dirigida desde los propios medios de comunicación.
El Consejo de Informativos de TVE ha tenido la decencia de distribuir en una nota por correo electrónico interno: “…queremos denunciar el profundo desequilibrio de tiempo y contenidos en el tratamiento dado en el TD-1 del pasado lunes al caso de los titiriteros detenidos en Madrid…”, y ponía como ejemplo la aplicación de los tiempos, uno de los ardides más utilizados según los casos.
Así, al caso de las marionetas, que afecta al Ayuntamiento de Madrid, le dedicaron 5 minutos y 23 segundos, frente a solo 58 segundos al caso Noos, que afecta a la Infanta, o a los 57 segundos al caso Taula, que afecta a los altos cargos del PP valenciano. Es clara la manipulación interesada del tiempo según el interés político de “airear” en unos casos lo que en otros se quiere “aligerar”.
Siguiendo la línea de ese ejemplo, en esos más de cinco minutos se incluía hasta declaraciones del mismísimo ministro de justicia pidiendo la dimisión de la concejala de cultura, mostrándose seriamente preocupado por los mil euros de dinero público gastado en tales facinerosos… Pero nada que decir, sin embargo, de los millones de también dinero público, esfumado, o distraído, a través de lo que se ventila en Mallorca, o que se han “ventilado” sus correligionarios de Valencia… Pero, claro, en la primera noticia está Cármena como objetivo a batir, y en las otras los suyos como objetivo a cubrir.
Es tan solo, repito, que un ejemplo didáctico y muy gráfico de los muchos, muchísimos, casos de esos en los que nos “cuelan” las noticias tendenciosamente, con el único fin de manipular nuestra opinión, y torcerla con arreglo a sus intereses. La cuestión es saber leer tras los renglones y escuchar tras nuestras orejas, y eso no siempre se consigue, pero sí que se puede entrenar nuestra atención para que nos demos cuenta de las más burdas, al menos…
Todos intentan manipular en mayor o menor grado, pero eso será siempre que nos dejemos manipular. Nosotros siempre podremos elegir entre la oscura comodidad de la ignorancia o la luminosa inquietud de la ilustración. O somos borregos conducidos por sus panicircos y sesgadas verdades, o somos incómodos librepensadores. A nosotros nos toca…