TERRORIDEALISMO
- Por miguel-galindo
- El 12/09/2017
En realidad, ¿qué sabemos de los terroristas yihadistas que nos atacan?.. Apenas nada. Que son muy jóvenes, que se han criado, y han sido educados, o deseducados, aquí, entre nosotros, que no hemos sabido integrarlos en nuestros valores y cultura, que sus cabezas vacías, sus huecas neuronas, han estado dispuestas y disponibles para que alguien viniera a llenárselas de odio disfrazado de ideal. Que, de ser personas normales han acabado por ser zombies dirigidos, asesinos-mártires. Y que no nos explicamos semejante metamorfosis. Ni siquiera sus propios amigos, su propia familia, se lo explican.
Por favor, que alguien me diga las diferencias con lo que, hasta hace cuatro días, y aún colean los residuos, hemos padecido en el País Vasco… Jóvenes nacidos en una sociedad democrática y abierta, criados en una de las regiones más prósperas de Europa, educados en un régimen de libertades, que se convierten en terroristas y criminales sin el más mínimo escrúpulo a la hora de matar, igual hombres que mujeres o incluso niños. Los unos son Soldados de Alá y los otros son Gudaris. Qué más da arremeter contra viandantes inocentes que poner una bomba en un supermercado. Qué más da atacar a policías o soldados que reventar cuarteles de la guardia civil con sus familias dentro… Jóvenes ambos que han sido “programados” – desde madrazas o ikastolas, qué más da – para matar sin asomo de conciencia, en nombre de un difuso “ideal”, tan sucio y macabro como previamente falseado y prostituido.
La diferencia estriba, si acaso, en que los segundos han sido tratados en sus pueblos (si fueran los primeros diríamos en sus tribus) como presos políticos que, cuando cumplen las condenas, se les recibe en sus feudos como héroes, con festejos étnicos y homenajes, por haber sido unos sicarios aplicados, unos asesinos obedientes, unos descerebrados suicidas. Lo mismo que han sido los otros, a los que no se les trata como tales porque esa sociedad enferma es otra.
La inexplicable diferencia, está en que esos grupos políticos responsables de esa programación mental criminal de los jóvenes vacíos de ideales, hoy se sientan en los parlamentos como organizaciones progresistas de izquierdas, con las que otras organizaciones igual de progresistas, igual de “ideales puros” de la izquierda, se alían en estrategias comunes y aún tienen la desvergüenza de llamar progresismo a lo que es involucionismo. Pero no tienen el valor, ni la decencia, ni la honradez, de condenar a los que mataron en su nombre y a sus órdenes. Incluso justifican el terrorismo y a los regímenes dictatoriales que lo usan, si vienen a cuento.
O sea, los asesinos yihadistas son los mismos descerebrados que los asesinos etarras, como los asesinos de cualquier otra ideología. Es el mismo modelo, el mismo prototipo. Lo que cambia son los intereses criminales de quienes los manejan, de quienes los utilizan y usan de ellos y de su ignorancia e incultura. En unos casos siguen siendo unas fuerzas proscritas por nuestra sociedad, y en otros se han integrado en el estatus político de la misma. Desde ahí conforman alianzas entre ellos. Pero son del mismo jaez, de igual ralea, de la misma naturaleza dañina…
Que no se nos pase por alto. Hoy, en Cataluña, una parte de sus nefastos políticos son de esta misma condición, y están cociendo el caldo de cultivo para regar el brote de la violencia y la intolerancia justificada en mentes enfermizas por el idealseparatismo, Como así empezó Eta. Cerebros insanos nunca falta en ninguna parte. Son, además, los que siempre pagan los cristales rotos. Los malos. Pues los que empujan, los cristaleros que hacen su negocio con los que ellos rompen, siempre se esconden en la política. Así ha ocurrido siempre, así está ocurriendo hoy, y me temo que, mientras no se fomente la cultura de la honestidad, así siempre ocurrirá.-