TODOS SOMOS CULPABLES
- Por miguel-galindo
- El 02/11/2017
Los de mi generación fuimos educados en una España regida por la dictadura franquista. Aquello fue inevitable. En nuestras escuelas se impartía unívocamente una Formación del Espíritu Nacional donde se orientaba políticamente hacia la manipulación histórica y la deformación de los hechos. Tampoco podía ser de otra forma. En una guerra civil, los que ganan escriben la historia, y los que pierden la lloran. Y sus hijos la ignoran. Así ha sido siempre, y me temo que así seguirá siendo…
Por eso, a los que hemos querido saber la parte secuestrada, a los que nos hemos esforzado por reconstruir lo que nos ha sido manipulado, nos ha costado Dios y ayuda, y el triple de esfuerzo salvar la verdad que a los que se han criado y educado en una democracia consolidada, o los que les ha dado igual ocho que ochenta. Pero, al final, quien ha buscado ha encontrado, y se ha encontrado a sí mismo y con sus otros, y con todos los demás, en la historia común de esos mismos todos.
De ahí que una democracia nacida de un fascismo, como es la nuestra, aún no haya podido desprenderse de sus peores genes autoritarios y más viles y ruines: los que llevan a la manipulación mental y emocional de los niños, los que empujan a la deformación y a la deseducación desde las escuelas. Los populismos lo hacen, y los nacionalismos, y nazi-onanismos, que son hermanos gemelos de los primeros, con mayor razón.
Los vascos lo hicieron, aún lo hacen quizá, en sus ikastolas, donde se forman deformándolas, las emociones más primarias de pertenencia racial y tribal. Así como también en las escuelas e institutos catalanes lo han hecho, y lo siguen haciendo, ahora más que nunca. Sus autoridades educativas lo niegan, claro, pero en los últimos sucedidos resulta tan evidente que es un insulto a la razón el ocultarlo. Es hasta una deleznable cobardía poner como fuerza de choque a niños y jóvenes. En la pág. 20 de El País del 25/10, y es un simple ejemplo, se publica una foto donde un par de alumnas del Colegio Torrent den Melis, de primaria, confeccionan una pancarta independentista claramente dirigida por sus profesores, los desviadores políticos encargados de ello. Los intoxicadores y manipuladores profesionales de la verdad histórica.
Es lo mismo que se hacía en la España de la posguerra bajo el control férreo de aquel Frente de Juventudes con la disciplina de la Falange. Exactamente igual. Una educación claramente orientada al fanatismo de ciertos valores y del odio inyectado a otros principios… Pero es que ese correligionarismo lo han usado todos los partidos políticos de nuestra democracia con sus juventudes socialistas, populares o fundamentalistas, así que, ¿por qué extrañarnos de que también lo utilicen las comunidades de corte nazi/onalistas en sus competencias?..
Son lamentos cínicos e hipócritas sin autoridad moral para atajarlos. Pero son, y serán, el motivo y la causa de que España no llegue nunca a nada. Jamás se encuentre a sí misma. Y todos tendremos la culpa… Todos.