TOLEDIARIO
- Por miguel-galindo
- El 05/06/2020
Casi siempre los informativos han tendido a ser desinformativos, pero es que, de un tiempo a esta parte, ya han pasado a ser monodesinformativos. Desde hace unos meses vivimos con el coronavirus, vivimos para el coronavirus, y muchos viven del coronavirus, y los informadores (que no informantes) son del coronavirus. Y eso ya me parece demasiado. Yo sé que no existen las cadenas puramente independientes. O dependen de los políticos, o dependen de algún grupo económico, o dependen de los mass-media, o de los índices de enganche, lo que las convierte en un mercado informativo más que en un medio informativo. Esto es lo que hay.
Pero yo creo que, al menos, las cadenas públicas, aún dependientes de los gobiernos de turno, y puesto que están pagadas con dinero público, sí que deberían prestar ese servicio público, con información veraz, ecuánime y descontaminada de ideología en lo posible. El Estado debe estar por encima de los corsés económicos privados, y mostrar una información todo lo desinfectada y aséptica que se pueda (ahí tenemos el ejemplo de la británica BBC), pues el dinero con que se paga es de un público múltiple, variado, de opciones políticas plurales, y nada homogéneo. Lo público debe estar al servicio del público, no de ningún sector económico o político de ese mismo público – para eso están las privadas – y ser el fiel de la balanza de la información.
Sin embargo, nos están inyectando en meninge un producto hipnótico que no sé si se deberá a un concepto manipulador de la propia realidad, o a algún tipo de consigna. El uso y abuso de una determinada información, acaba siendo como un opiáceo, o como una adormidera. Que hace meses que solo existe el tema, ya tan podrido como manido, del coronavirus, está clarísimo. Absolutamente en cualquier acto de la sociedad. Si les toca salir a los críos a la calle, por ejemplo, se repite la misma historia y las mismas imágenes 17 veces, porque hay 17 corresponsaloros autonómicos que han de decir la misma historia en 17 versiones iguales. Y eso ocurre absolutamente con todo, con las calles, con las playas, con los sanitarios, con las terrazas, con la policía, con el señor del campo, o con lo que toque… ¿Se han fijado que últimamente nos hemos convertido en ruralistas perdidos?.. Es un auténtico abuso manipulativo. Que a una profesional de una pieza como Ana Blanco le hagan dar el notición de que han tenido que sacrificar a un gato que no respiraban bien por un posible caso de Cóvid-19 sin confirmar, es ya el colmo del bochorno.
Que eso ocurra en una TV3, parasitada por el nacionalismo catalán, o la Telebista euzkalera de escalera, o cualquiera de las de las autonómicas, que solo se ven su propio ombligo, se puede hasta entender, aunque no tengan nada de honesto, pues no conozco a ningún político o partido que en esto muestre ninguna escrupulosa ecuanimidad, todo lo contrario, sí la más absoluta parcialidad. Si nos fijamos en la de nuestra región, la 7, la churritosa dependencia se junta con la más sublime mediocridad y papanatismo. Es la Voz de su Amo más pereta, ínfima, vulgar y pueblerina que existe… pero es lo que hay para los que hay. Sin embargo, que esa tendenciosidad exista en la pública estatal, la cosa es bastante más lamentable.
El problema es que el modelo que ha estandarizado con todo lo banal es el mismo: repetir hasta la náusea el mismo caso o cosa en todos los lugares del territorio nacional que dispone de sus loros y loras parlantes y postulantes. Si ha nevado un palmo en media España, te sacan todos los pueblos y ciudades de ese medio país en que hay nieve… aquí para decirte que el suelo resbala, allí te sacan una vecina quejándose de que el panadero no puede repartir… en el otro para que el pedáneo cuente su cuento, o el jubilado de bar que te dice que para nevada las de mi época, chati…
Y eso mismo te lo hacen cuando llueve, cuando hace frío, cuando hace calor, cuando sopla el viento solano en invierno o en verano. Y el modelo de repetición-saciedad lo usan con cualquier otro elemento que afecte a un mínimo de atención (que no interés) informativa, sea cosa del oraje, del peaje o del paisanaje. Si se fijan, los parloides disponen de un tiempo mínimo señalado que tienen que llenar, y si el tema es pobre y corto, como suele ocurrir, el loro o la lora lo rellena con evidencias, tópicos y obviedades tontas, moviéndose ante la cámara con el baile del pavo.
La cuestión está, en su formato actual, en ocupar el tiempo de programación establecido para la información pública repitiendo e interpolando aquí, allá y acullá los mismos temas y contenidos. Una forma muy efectiva de no preocuparnos en lo que no debemos y fijar nuestra atención solo en lo que debemos. Y eso lo deciden ellos… Eso sí, nuestros cerebros están muy lavados y mú limpicos…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
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MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día ______ …MISIÓN CUMPLIDA
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