TONTOS ÚTILES

 

    En mi tierra siempre se ha dicho que “el que rompe, paga”, y se cumplía como una norma no escrita en el papel, pero sí en la honorabilidad de cada persona o colectivo. Y esa misma norma es la que la totalidad de los españoles deberíamos exigirles, sin paliativos y a voz en grito, en la calle y en la cara si preciso fuere, a todos y cada uno de nuestros políticos. Ellos han roto cualquier posibilidad de “entente” mandada por las urnas, provocando unas nuevas y siempre costosas elecciones, ¿no es así?.. Pues bien, entonces que las paguen ellos de sus propios bolsillos particulares…

                Es justo lo que piensa y ya va diciendo cada vez más gente, en las esquinas, por las barras y barrios, en plazas y cenáculos: que se las costeen ellos, de su propio peculio, pues son los culpables y responsables de que tengamos que ir de nuevo al“vota-fumeiro”… Y sí, así mismo debería ser en justicia, pero no está prevista tal posibilidad bajo ninguna norma ni ley. Los políticos en España pueden hacer cualquier barrabasada, marcharse de rositas, y, como en este caso, eludir sus responsabilidades hasta el punto de montarse otro circo a cargo del bolsillo público. Así, con toda la jeta…

                Los españoles deberíamos ir tomando nota de una vez por todas y tener las cosas cada vez más claritas, y es que mantenemos una clase política incapaz, indigna y mediocre, que solo mira su propia paga y su propio y exclusivo interés, y aquí va incluida incluso la casta que inventó “la casta”. Aún con el cínico discurso de por “servir al pueblo” que siempre les ha dado muy buen resultado ante sus tontos sumisos y sus interesados sometidos. Y es que somos más votadores que votantes… Tontos útiles de caspa y casta.

                Porque es justo lo que se ha demostrado en estos meses. El pueblo les envió en las últimas elecciones un mensaje claro y explícito: que se había terminado el bipartidismo mangante y cuentista que cambiaba la pintura de la fachada mientras se repartían los muebles en su interior de puertas cerradas. Y les dio una orden no menos clara: que pactasen entre todos una política transparente y de servicio al bien general, no una pelea para ver quien retiene más cuota de poder…

                Pero los políticos de este país se han pasado ambos mensajes por debajo de sus pringosas ingles. Es más, han boicoteado a conciencia cualquier posibilidad de entendimiento. Los del anterior montaje negándose entre sí incluso el saludo, con lo que se dinamitaba toda base de probabilidad, y los emergentes demostrando sus líderes una egolatría, una sed de poder, una desmedida ambición en “sovietizar” un sistema que los encumbren en sus privilegiadas “dachas” sin ningún disimulo ni atisbo de pudor o vergüenza. Más la bisoñez e impotencia del que no está ni se le espera. La suma de todo ello nos dá lo que tenemos.

                Ahora nos vienen unas elecciones viciadas desde el principio, puesto que la gran abstención que se prevé por el hastío del personal favorece claramente a los que ahora están, al dontancredismo, y ellos lo saben, y por eso se frotan sus zarpas, y sus innobles partes… La gente, los estafados, deberíamos aprender los primeros de todos, y darles una lección. Una dura lección. O eso, o seguir siendo los mismos tontos útiles de siempre… como siempre.