TONTUNAS

 

Vayan hoy un par de ejemplos de tontadas. Hay veces que se está mejor callados que metiéndose en arenas movedizas a las que no somos llamados. Estas dos aparecieron el mismo día y en el mismo medio, una detrás de otra, y eso hace atractivo el comentarlas. Una pertenece al mundo del espectáculo, y la otra al de la política, si bien, al final, puede que sea el mismo mundo.

                Una compañera de Dani Rovira, humorista, sale en defensa del artista – quizá que de la profesión común, o sea, de las habichuelas – y eso le honra hasta cierta parte, claro, porque parece ser que algunos álguienes habían suscrito la frase literal de “vaya mierda de gala que ha hecho el Rovira” (yo ya había leído críticas por ahí que lo ponen como chupa de dómine), si bien no puedo opinar porque mi médico del hígado, el hepatólogo, me prohibió verla… por la cosa del azúcar y la grasa. Pero, el caso, es que a esta compi del susodicho no se le ocurrió otra idea que recomendar un experimento a los criticones: que vayan al bar de un amigo, le pidan venia para subirse a unas cajas de cerveza, a intentar arrancar el aplauso del público allí presente. Que verán así lo difícil que eso resulta…

                Menuda parida, querida… Confunde clamorosamente la afición con la profesión, y se quedan tan ancha y tan pancha. Es como decirle a un lego que intente escribir un Cien Años de Soledad y llevarlo a la editorial de un amigo, a ver si se lo publican. Miren, a mí que me paguen la pasta gansa que seguro le han pagado a su amigo Dani, y les aseguro que me aplauden hasta en la consulta del dentista. Un tío que se pone de moda por decreto de los intereses de determinada industria, porque ha hecho una película caída en gracia, y que cobra por hacer un trabajo que le publicitan gratis hasta la saciedad, está sujeto a críticas si es que no gusta o creen que no lo hace bien. Eso vá con el oficio… y, por supuesto, con la nómina.

                La otra bobada es del autor del diseño, y de los políticos (algunos) del PP en su incomprensible esfuerzo (a estas alturas) de querer convencernos que el pájaro de su logo no es una gaviota, que es un charrán… Y no es gaviota, alegan, porque ésta es un ave carroñera que escarba en la basura y todo eso, como un buitre de mar, y el charrán es un pájaro señor – es un truhán, es un señor… - y que su símbolo nació charrán y no gaviota…

                …Cuando todo el mundo sabe que nació ave en tiempos de Alianza Popular, y que se eligió y se adoptó precisamente porque a su presidente fundador, Manuel Fraga Iribarne, le recordaba a su Galicia natal, donde abundan las gaviotas en todos sus puertos, y se tomó como un homenaje a su persona. Y así se quedó, y por gaviota se le conoció, sin que nadie le aplicara etiqueta carroñera alguna… Que ahora intenten corregirla travistiéndola en charrán, pues ellos verán. Pero creo que los únicos que han pensado en lo denigrante han sido ellos mismos, que a nadie se la había ocurrido tal aspecto negativo. Ellos solos han sido sus propios insultadores… Será por la cosa de la mala conciencia, digo yo, porque si no, no se entiende…