UN BLOOFF - como la copa un pino -

Estoy totalmente de acuerdo con Ángel Montiel en su artículo “Murcianidad de Rebaño”. El Día de la Región de este año nos ha dejado una de las mayores patochadas por parte de un presidente regional, el nuestro, claro, que ha concedido el Premio del Gobierno de la Región de Murcia a los Ciudadanos de la Región de Murcia… ¿Et pourquoi, maestro..?, pues por su buen comportamiento durante los meses coronavíricos… ¡¡Olé!!.

            Es un retruécano que el gobierno de esta Región de Murcia, con un loco por los focos de presidente, se premie a sí mismo, puesto que ellos representan a la sociedad murciana, y ellos mismos son la propia sociedad murciana, en consecuencia. Ellos dan el premio, y ellos lo recogen. Esto es de un papanatismo muy de la República de Gilipuá, donde se aplauden a sí mismos entre el aplauso contemplativo y bobalicón del ciudadanaje de esa misma república, que no se entera, y que, en vez de silbarles y patear el patio de butacas, los mira con bovina complacencia.

            Supone un contrasentido tal que subvierte las esencias y valores democráticos. Son los ciudadanos los que deben juzgar, castigar o premiar a los políticos que los representan, y a los que mantienen para que hagan bien su trabajo, pero no al revés… El hacer las cosas al contrario, que los gobernantes premien a sus gobernados, es usurpar un hecho y un derecho que no les corresponde, aparte de hacerse un indecente y deshonesto autohomenaje.. Esta indecorosa ocurrencia es muy propia de un orondo y redondo rey-sol, que se cree monarca más que presidente, y que solo sabe sobreactuar sin ningún sentido del ridículo.

            Como habéis sido buenecicos, metidicos en vuestras casas y tal, gracias a nuestra preclara guía, ánda, aquí tenéis un pirulí del tararí que te ví, que tanto vale pá ti que pá mí… Y se autocorona como Napoleón, pero eso sí, claro, en nombre del buen pueblo, que queda muy bonito, sentido y democrático… Pero no lo es. Es un falsamente ilustrado absolutismo del yo-me-lo-guiso-yo-me-lo-como. Y es falso, porque obedece más a la ignorancia que a la propia ilustración. Tanto por parte del pópulus como de los regentes del pópulus, naturalmente…

            …Fíjense, aún con la buena intención del inculto, ni siquiera resulta creíble (al menos yo, personalmente, no me lo creo), que merezcamos premio ninguno por buen comportamiento alguno. Eso es una falacia para autocolgarse la inventada medalla. Porque es mentira. Hemos sido muy buenos en casita, pero eso no demuestra nada. La responsabilidad de la gente se demuestra en la libertad, no en el encierro. Y en la libertad nos estamos comportando como auténticos cerriles irresponsables, al igual que nuestras autoridades, que actúan con una debilidad permisiva pasmosa igual de irresponsable…

            Este último puente, playas como La Llana, o Isla Plana, entre otras, eran atestadas en plan “aquínopasaná”, y sin ningún tipo de consideración ni miramiento. Los botellones y quedadas juveniles proliferan como las setas tras la lluvia. En las terrazas seguimos trampeando cuánto podemos… Miren un solo y discreto ejemplo, entre muchos: Cuando cada mañana temprano salgo a andar, del campo, donde estoy, al pueblo, donde no estoy, paso por un bar pegadico a carretera, que solo dispone de una escueta acera, y que tiene ocupada en su escasa totalidad a desprecio de la peatonalidad. Pues bien, sigue abierto, con sus cuatro mesas abigarradas, el igual que su clientela, sin mascarilla, sin distancia, sin miedo y sin-vergüenza ni apuro alguno. Incluso a pesar de ser una acceso de entrada y salida al pueblo, donde los peatones tienen que saltar de la acera a la carretera a su paso por allí, se ve que una de dos: o hasta allí no llegan los agentes, o los agentes que llegan son los miopes del cuartelillo.

            También en este puente hemos estado de manifestaciones en muchos puntos, por mor al antirracismo, que no digo yo que no, pero que bueno, oigan, como en los mejores tiempos del 8M… y a pesar de todas las normas dictadas y precauciones dadas pero no tomadas, o incluso despreciadas… No, mire usted, señor Memiro y Quesloqueveo, ni ustedes ni nosotros merecemos premio alguno. Nosotros no nos lo hemos ganado aún, y ustedes no lo van a ganar en la vida. Aparte del mal gusto y peor estilo de lo de premiar a mi pueblo porque así me premio yo…

            Tan es así, que el pueblo, su pueblo, nuestro pueblo, ha pasado de tal idiotez. Debería haberle abucheado, pero bueno, al menos lo ha ignorado. Solo ha servido para ustedes inflar su autobombo y tratar de venderlo a los medios de comunicación de su propiedad privada. Ya me entienden…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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