UNA LÁSTIMA...
- Por miguel-galindo
- El 21/11/2019
Leo en un periódico nacional que la OCDE atrasa los resultados de su informe Pisa sobre España, porque detecta cerca de dos mil anomalías en ciertas pruebas realizadas en alumnos de quince años. Un informativo de televisión se hace eco, pero sin profundizar, y eso sí,, claro, dando solo que ligeras explicaciones unilaterales (evasivas) de la ministra Celáa, de que tan solo “se deben a unos errores de transcripción…”. Nada, una tontería. Pero en esa prensa sí que recogen los porqueses con todo detalle y explicaciones. Se trata del Informe sobre Comprensión Lectora, como siempre. Queda aplazado el apartado de Lectura y Escritura hasta aclarar, y cito textualmente, “los comportamientos inverosímiles, localizados en multitud de centros de distintas zonas…”.
La Ocde hace ya muchos, muchos años, que en sus Informes Pisa nos está avisando de la baja formación de nuestros críos y jóvenes, poniendo la nota de alarma en el nivel – preocupante – del área de comprensión lectora en los educandos de España (y quizá también en el de educantes) ya que las generaciones van ocupando posiciones de responsabilidad, y mal pueden formar quienes no han sido formados. Esta investigación a posteriori de este año nunca se había producido, y supone un baldón en materia educativa que debería llamarnos la atención… Pero no, estas cosas en este país hacen poca, muy poca, mella. Ni en los responsables políticos, que solo se preocupan por su puesto, y no de ponedero si no de recogedero, ni en los apesebrados profesionales culturales, que solo se ocupan de su soldada, ni en la ciudadanía en general, que solo se ocupa de sus fiestas de guardar. Lo cierto es que hemos convertido la cultura en panycirco, que es lo fácil y agradecido.
Esta noticia no tendría más importancia que otro año igual, más de lo mismo, incluso tendiendo a peor, si no hubiera coincidido con otra que también ha ocurrido, casi que más desapercibida aún que la primera: “Planeta cierra el Círculo de Lectores. Se hizo cargo hace cinco años, intentando sostenerlo aún sin rentabilidad, pero termina por echar el cerrojo tras sesenta años de funcionamiento del sistema”. Las causas: “por la caída en la demanda de libros, por la caída del hábito de la lectura en España, y por la caída de sus ventas, a pesar del cómodo sistema de compra por catálogo y servicio a domicilio. Tras el tercer año de entrar en pérdidas…”, etc. etc… Una auténtica tristeza. De pena…
Pero la cuestión es la misma: en España no se lee, y no hablo de leer carteles, o el Marca, o el Hola, no hablo de leer entretenimiento, hablo de leer cultura. Se me dirá que el libro digital tiene la culpa del desastre. Pero no es cierto, aunque a algo hay que echarle las culpas para salvar nuestra parte de responsabilidad. La lectura digital es un hábito, como un hábito es la lectura impresa. Lo que se ha perdido es el hábito de leer, y eso tiene una causa, un origen de burricia, abandono y desidia labrado entre nosotros, generación a generación, abonado por nuestros gobiernos incultos, y cosechado por todos.
Hace ocho o diez años, quizá algo más, no recuerdo con precisión, los responsables culturales de mi ayuntamiento me pidieron que elaborara un plan, una especie de proyecto, para intentar fomentar la lectura y la escritura en los colegios del municipio. Así lo hice. Naturalmente, advertí que implantar una reversión de tendencia era a base de largo plazo, etapas, y paciencia, no era como llegar, echarse la foto, y justificar una subvención sacada a no sé qué de no sé dónde, puntual y concreta. Bien… El silencio y las largas fue la respuesta. Como siempre y según la costumbre de la casa. Un día, me tropecé con el responsable del patronato, al que se me ocurrió preguntarle… “No hubo interés por parte de los centros educativos” (¿?) fue la escueta respuesta.
Tanto si así fuera como si no, lo cierto es que resulta muy significativa. Y tristemente ilustrativa. Ni siquiera se intentó estudiar las causas, indagar los motivos, insistir, cambiando las estrategias, esforzarse por lograrlo… o, incluso en última instancia, realizar el proyecto bajo instancias de la biblioteca municipal, con y sin su colaboración, no sé… Pero, nada. Simplemente, no interesaba, ni a unos, ni a otros, ni a terceros algunos (digamos, Apas)… ¿Para qué molestarse ni complicarse la vida?. Ni políticos ni funcionarios están por eso ni para eso… La cultura es el folklore, no la lectura y escritura…
El resultado, a nivel de país es el cierre continuado e implacable de librerías, y que los Informes Pisa nos avergüencen cada año… Bueno, esta última afirmación está incorrectamente expresada, pues no se pueden sentir avergonzados los que no ven motivos de vergüenza en ello. Y yo creo que aquí, en este país nuestro, son cada día más numerosos… y los que de verdad nos avergonzamos, ya somos una especie en peligro de extinción. A la vista está, y a las pruebas y resultados me remito. Esto es lo que hay, aunque muchos sigan viviendo de este cada vez más cuento de Calleja con pésimo chocolate incluido. Y digo y escribo esto aunque a muchos no os interese, y a otros muchos interese poco.
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