UNA VULGAR ESTAFA
- Por miguel-galindo
- El 16/07/2019
El ya pasado 13 de Abril, Santiago Abascal, el de Vox y cierra España, inició su campaña en Covadonga, donde los astures de don Pelayo derrotaron en el 722 a los invasores moros y se inició la Reconquista de España, siete siglos, hasta la conquista de Granada, ya en 1.491, en que, de paso, descubrimos América… Aunque muchos y fiables historiadores dicen que el relato es falso, adaptado y adoptado por el nacionalismo franquista, pues lo de la Batalla de Covadonga fue un invento de los amanuenses de Alfonso III, y lo de la “Reconquista” fue un término que jamás se utilizó en su época para nada, pues ni se luchó con tal intención, ya que en la Edad Media no existía España, que como nación empezó a funcionar no llega a tres siglos, y hasta lo de Granada no fue una conquista, sino una rendición pactada, una entrega…
Es como los separatistas catalanes, de opuesto signo y condición, pero con la misma zamarra absolutista, donde también han inventado una historia para sus propósitos, donde la Guerra Civil parece que fue la guerra de España contra Cataluña, que hasta 1.714 fue independiente de su apresora y opresora, y se remontan hasta decir que Catalunya la hizo Dios antes que nada ni nadie, cuando lo cierto, lo real, la verdad, es que existió la Corona de Aragón, sí, pero nunca, jamás, Cataluña.
Miren los de Podemos. En 2.014 irrumpieron decidiendo acabar con “el régimen del 78”, decían, con un relato histórico falso y falseado: que la Transición fue un pacto sucio para prolongar el franquismo, y un montón de trolas, embustes y mentiras, hasta el día de hoy en que las últimas apariciones en campaña electoral, Iglesias aparecía con la Constitución en la mano como un converso con su Misal. Eso demuestra una de dos: o los dirigentes podemíticos no saben historia (una destacada de ellos cree que el Rey actual es Felipe IV), o la han convertido a propósito en antihistoria, usándola como arma ruín de combate político contra el resto de los partidos constitucionalistas. Aberrante. Y abracadabrante…
Los demás del espectro espectral cambian en días, en horas, de ser íntimos de los fachas a convertirse en centristas puros, y los autollamados centristas puros a ser más de derechas que la Falange, y todo con un cinismo estremecedor. Nada más que para agarrar poder, solo por llegar a la cima como sea y de la manera que sea. Sin escrúpulos de ninguna clase, sin responsabilidad ni vergüenza alguna…
En mi inocencia = ignorancia, pensaba que los partidos políticos querían llegar al poder para cambiar la sociedad de acuerdo con sus valores. Y siempre para bien, claro. Pero lo que está muy claro es que no les importa cambiar sus valores para poder así secuestrar a la sociedad. Y a la propia democracia. Y a la propia historia. Está demostrado que no buscan la grandeza del país, si no la suya propia a costa de lo que sea. Eso es la partitocracia.
Pero la partitocracia también es víctima de sus propios partitócratas. Hoy, un partido no es una confluencia de personas y gentes con las mismas ideas y diversas corrientes. Ni hablar. Hoy el partido es un aparato al servicio personal de sus dirigentes. Y del líder que poda y modela al partido a su propia imagen. Y si para eso hay que desfenestrar corrientes y cambiar de ideas, se hace… “Yo nunca fui de izquierdas ni derechas, siempre fui de centro”, dice con toda su cara dura nuestro López Miras, después de darse morros con Vox, para luego, al día siguiente, tan centrista él, declarar que “hay que echar a los comunistas…”. Ya digo, pura coherencia, el tío… Y nosotros, aplaudiendo la luna de Valencia, y la morcilla de excrecencia… y el cohete, y el verano, y la matanza del marrano, y el cubata de Soberano, y el…
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