¿VACUNARSE..?

Ahora tenemos puesto el foco de atención en las vacunas… El ”¿y tú, qué..?, ¿te vas a vacunar?”… es como una especie de jaculatoria, un tipo de mantra, que se va instalando entre las personas de buena voluntad, o sea, de trato normal y confianza formal. Los negacionistas del virus han cambiado el objetivo, y ahora apuntan a ser negacionistas de la vacunación. Es muy triste comprobar que, aún en su flagrante contradicción (si ahora niegan la vacuna están admitiendo la existencia del virus que antes negaban) encuentran huecos y nido en cantidad de gentes bienintencionadas, aún ignorantes unas, o malintencionadas, e interesadas otras, y tontos útiles en general… El caso es que la (in)cultura del negacionismo se ha instalado en España. Al menos, aparentemente, en un 50% del total personal.

Bueno, pero, al final, ¿qué, ¿tú te vas a vacunar o no te vas a vacunar?, me pregunta el quincuagésimo…así que lo que voy repitiendo por ahí con la misma letanía, lo escribo aquí hoy con la esperanza de que esto me ahorre unos cuantos preguntones de los que aún pueden quedarme por los rincones…

…Y sí, sí que me voy a vacunar. En cuanto me toque, si aún quedan. Sin dudarlo un momento. Pero les voy a dar las razones por las que creo que debo hacerlo, con el fin de que puedan servirle a ustedes para aclarar dudas. Después, si no les valen, pues nada, sin problemas, las tira usted a la papelera del intelecto, y actúa según su conciencia, que es lo importante: tener conciencia de lo que se hace… Miren, lo primero de todo es que las vacunas que están saliendo al mercado, si salen, es por una sola y única cosa: porque han pasado todos los controles previos y pruebas preliminares, que están contrastadas por la Organización Mundial de la Salud, y autorizadas por las Agencias del Medicamento oportunas, y todo esto, por encima y por si acaso de las autoridades sanitarias de los países en los que nos encontramos y donde vivimos…

Si todo eso no tiene ninguna garantía para mí, entonces tengo un problema: o no me puedo fiar de nada ni de nadie, o no quiero fiarme de nadie ni de nada. Si es lo primero, es cuestión de aptitud, estoy limitado, y debo formarme e informarme. Y si es lo segundo, es cuestión de actitud, y debo ir al psiquiatra. Sí. El negar por el solo hecho de negar, puede ser cualquier cosa menos inteligente, porque hay más hechos razonables que inclinan a vacunarse, incluso al margen de la menor o mayor efectividad de las vacunas, en el grado que sea, que no por ser menos efectivas van a ser más negativas. Y eso no es un sórdido bulo.

Primero, por pura racionalidad: si la pandemia se vence con la virtual inmunidad del 70% de la población, es mi deber cívico vacunarme y colaborar a que eso se logre cuanto antes.- Segundo, por solidaridad. Aunque yo no lo crea, debo hacerlo por los demás, y en evitación de una prolongación de la pandemia y un mayor número de muertes. Luego es un deber social.- Tercero, por respeto a unos profesionales sanitarios, angustiados y colapsados, que están luchando en condiciones casi heroicas, y a quienes se lo pondríamos muy difícil en sucesivas olas de contagio. Porque se lo debemos.- Cuarto, como consecuencia a lograr la también mejoría económica de la sociedad, que vendría de la paulatina mejora de las condiciones sanitarias, y que redundaría en beneficio de todo el mundo.- Y quinto, por puñetero egoísmo y conveniencia… Pues no solo colaboraría y ayudaría, sino que, a la vez, me ayudaría a mí mismo…

En cuanto al estúpido miedo a unos irracionales efectos secundarios no probados (no más que lo considerado normal por su bajo nivel en todas las vacunaciones) es solo fruto de todas esas Fake News a las que me niego a someterme, y de las que sí que deberíamos estar vacunados todos de ellas. Y sería una deserción por mi parte hacerles caso, arrostrando, en conciencia, todo lo demás. No voy a disfrazar de prudencia lo que sería cobardía. Ni voy a escudarme en los demás – que se vacunen ellos antes, y a ver qué pasa – para cubrir mi egoísta seguridad.

Todas esas son mis razones. Pero, aún y así, se pueden resumir en una sola: es mi deber hacia la sociedad el vacunarme. Puedo huir de mi responsabilidad o afrontarla. La decisión es tan mía como de todos y cada uno de ustedes… Y todo lo demás son mandangas, compañero.-

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo