VALGAMELCIELO
- Por miguel-galindo
- El 19/11/2020
La curva de contagios no sé si se allanará, pero es posible que nuestra curva de atención sí que se nos allane, es tal el tiempo que llevamos expectantes con lo de la pandemia del Cóvid. Y no es bueno eso. Primero, porque el cansancio nos puede hacer bajar la guardia. Segundo, porque perdemos capacidad de análisis. Tercero, porque, al mantener una atención y tensión continuadas, hace que nos deshumanicemos un poco. O un mucho. Por ejemplo, en la primera ola, la brutalidad en el número de muertos en las residencias, nos ponía los pelos de punta (ayudado por los medios) y los gritos en el cielo… Y hoy, ni nos inmutamos, aunque esté ocurriendo prácticamente lo mismo. Lo vemos casi que con la normalidad de que sucede a un material excedente…
Nos pasa a todos. Yo mismo, me enchufo cada día a las noticias, para informarme de la situación y tratar de tomarle el pulso al proceso, y tengo una sensación como de ir al tanatorio a ver cuántos han cascado y cuántos se han apuntado a la lista de posibles. Me doy el pésame a mí mismo, puesto que todos somos deudos de nosotros mismos, ya que, caer a docena diaria en esta región es como quedarnos cada vez más huérfanos unos de otros, y situarnos cada vez más cerca… Y parece como que la sensibilidad se va acartonando cada día que pasa, en una especie de tenebroso Día de la Marmota…O como el tráiler de una película que uno ya ha visto.
Igual nos pasa con las protestas, salvo que sean novedosas, claro, y nos llamen la atención. Las de los hosteleros me parecen copypegas (puede que lo sean) de las del día anterior, y se me ocurre pensar, y pido excusas por pensar, y más por exponerlo públicamente, que las pobres familias de los feriantes, por ejemplo, esos nómadas que malviven de ir de pueblo en pueblo, montando y desmontando sus artilugios y viviendo en sus casas rodantes, están todos esturreados por ahí, por donde les ha pillado, comiendo ellos y sus hijos de la puñetera caridad pública. E imagino qué pasaría si tuvieran hálito suficiente para plantar sus cachivaches en medio de todas las granvías de todas las ciudades de todas las Españas… Pero no se les ve, luego no existen. La invisibilidad los convierte en un problema menos… Y hay otros muchos de éstos, y en peores condiciones.
Lo mismo nos va a pasar con la vacuna. Ha sido tal la expectación de su espera – parecería como si nos fuera la vida en ello – que todos los poderes públicos y privados, políticos y económicos, han acelerado el proceso de su puesta de largo. Ya se les habían terminado los recursos con que entretener nuestra cada vez más desesperada ansia, y necesitaban un golpe de efecto por defecto… Y ahora toca el maná de los hosannas y aleluyas con que cebar la espera. Y nos ocurrirá también que, entre los anuncios de su bajada de los cielos laboratoires, los inevitables retrasos, los imponderables e inconvenientes, las pospuestas, propuestas y correvueltas, nos irán entreteniendo con el motante (de Mota) hoy, no, mañaaana.; mañana, no, pasaaado; con que la próxima semaaana, o que está al caer… Y los comunicados de los medios se convertirán también, como los de ahora, en spots más que en noticias.
Y entonces, llegado el momento, las lanzas se volverán cañas y las cañas se volverán lanzas… Y aventuro esto porque acabo de leer, sorprendido, que el 76% de los españoles (y son muchos españoles, por cierto) no se vacunarían en primera instancia contra el Coronavirus. El cincuenta por ciento de esas tres cuartas partes piensa que existe una conspiración tras los fármacos que “podrían inmunizar a la población”… Incrédulo, vuelvo a leer la noticia por si fuera una errata, porque me ha parecido “…que podrían idiotizar a la población”, pero no, leí bien, habla de “inmunizar”. Pienso entonces que la población ya se ha idiotizado por sí sola, así que el riesgo es mínimo. Incluso podría servir de antídoto, llegado el caso…
Pero esta broma que me permito hacer, puede constituir un muy grave problema: si la población no se vacuna, no se conseguirá la inmunidad de rebaño, y si no se logra la inmunidad de grupo, la pandemia seguirá expandiéndose, infectando y matando a diestro y siniestro, así que… ¿Tendrían que imponer la vacuna obligatoria?.. No es fácil en un régimen de libertades democráticas, y los negacionistas pondrían todos los impedimentos, legales, rastreros y embusteros, a su alcance. No iba a ser fácil, no. Así que más vale que el Estado empiece a escurrir soluciones al respecto. Las vamos a necesitar si topamos con legiones de necios, incultos y cerriles… Y haberlas, como las bruixas, háylas. Seguro.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ - http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo