VÍCTIMAS Y VICTIMARIOS
- Por miguel-galindo
- El 28/11/2018
Está claro. La Iglesia española, a diferencia de la francesa, la irlandesa, la alemana, o que otras de otros continentes, se resiste a revisar los casos de abusos a menores, que su clero ha cometido durante décadas, no digamos en el nacionalcatolicismo… Ni la Conferencia Episcopal Española, ese atajo de obispos dispuestos a cerrar filas y protegerse unos a otros en sus desmanes, ni las Diócesis de ningún sitio, ni ninguna Congregación religiosa consultadas por los medios de comunicación, tienen previsto recabar información sobre casos dados de pederastia. Al contrario, más bien quieren enterrarla…
Solo el periódico El País, en una labor de investigación, ha desenterrado más de 200 casos sangrantes. Denuncias de víctimas que delatan, no solo los abusos sufridos, si no las trampas, amenazas y chantajes que la jerarquía utilizaba contra ellos cuando iban a denunciarlos. Como aquel prelado que ofreció una compensación económica a la víctima (todo con nombres y apellidos), y, cuando ésta la aceptó, el obispo la acusó inmediatamente de haber sometido a la Iglesia a chantaje. Hay que ser retorcidos y tener mala baba. Así que el Secretario General de la Conferencia Episcopal salga diciendo que los casos de pederastia son de un porcentaje ínfimo. Hay que tener cinismo. Entre lo que se esconde, se ocultan las pruebas, se justifican a los abusadores difamando a las víctimas, y se tapa sin el menor escrúpulo, solo la punta del iceberg asoma. Ellos, en su prepotencia, lo califican de fruslería. Pero eso que se lo expliquen a las miles de víctimas que hay en este país…
Lo cierto y verdad es que la Transparencia contra la Pederastia, que el Papa Francisco ha recomendado y ordenado a todos sus epíscopos, aquí, en España, se la están pasando por la abertura de la sotana. Y la están obstaculizando y entorpeciendo con todas las fuerzas de sus influencias e intereses, que en todos nuestros gobiernos patrios es mucha y muy potente y patente. Los obispos de este país influyen en sus Estados a través de un Concordato de la edad media que, inexplicablemente, condiciona la autoridad civil en su absurda vigencia.
Por eso mismo que la nula gestión de la Iglesia española al respecto (salvo medidos y falsos gestos) preocupa al Vaticano. La Santa Sede mira de reojo hacia España, y envía veladas críticas por la pasividad pastoral ante las denuncias de las víctimas. Esto no lo digo yo. Lo dice un Francisco que se contenta con hacer cumplir – y así lo ha manifestado – la Guía para la Prevención, Tratamiento y Actuación ante los abusos sexuales del Clero, que promulgó su antecesor Benedicto XVI, hace nada menos que ocho años, y que aún está por estrenar, dicho sea de paso.
Así que desde la Confederación Española de Religiosos, Confer, se confiese que “no han trasladado a las órdenes y congregaciones ninguna directriz o consigna para realizar las investigaciones que se demandan”. E incluso no tienen empacho en añadir que “si alguna lo está haciendo por su cuenta, es porque ven que algo tienen que hacer, y que no hay más remedio…”. Otros, desoyendo flagrantemente la Normativa, tampoco se avergüenzan en afirmar que “no vamos a hacer ningún estudio o investigación de lo que no tenemos constancia” (¿?). Hay que tener desfachatez y mala voluntad… (E.P./11-11).
Pero la realidad del caso es que ni aún “por obligado cumplimiento” se puede hacer lo que no se quiere hacer. Baste decir que como Presidente de la Comisión han puesto a un obispo encubridor, y formando parte de los Juzgados Diocesanos a curas acusados de pederastia, e incluso reincidentes. Por eso, el razonamiento interno de la curia (como siempre) es tan atinado como falaz: poniendo a los zorros a cuidar de las gallinas no habrá gallinas de las que cuidar, ya que no quedarán de las que se puedan quejar. No nos van a tocar los huevos desde el gallinero, avemariapurísima…
Sin embargo, los abusados están perdiendo el miedo a las amenazas, las culpabilidades y los chantajes de los abusadores. Y están hablando alto, claro y fuerte cada día más víctimas de los hechos y de los silencios impuestos. Y están señalando a los verdugos, cuya estrategia última es, malditos sean, hacerse pasar por víctimas. Y son muchos, muchísimos, demasiados, los niños y niñas de los que los autorepresentantes de Dios en la tierra, ¡ja!.. abusaron sistemáticamente durante siglos de preeminencia. Ya es hora que sus adoradores y justificadores, sus amenjesús, abran los ojos de una puñetera vez por todas a la realidad… ¿Quiénes se tienen que arrojar al mar con una piedra al cuello?, ¿los escandalizadores de esos pequeños que ya denunciaba Jesucristo en su Evangelio?.. ¿O va a ser al propio Evangelio lo que los culpables y sus cómplices susurrantes arrojen al mar…?
El próx. Viernes, 30/11, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7: 7, BIENVENIDO, MR. FASCIO que es como otro engañoso Mr. Marshall