VOTAR EN BLANCO
- Por miguel-galindo
- El 17/10/2019
En mi artículo aparecido el pasado día 20/09 les prometí, al final del mismo, que volveríamos al tema del desencanto ciudadano con respecto a nuestros políticos, en el que un 82% de la ciudadanía española (según una encuesta del Bbva a nivel europeo) está harta de ellos. Y eso sucedía antes del gran fracaso final de tener que ir a unas nuevas elecciones. Nos sobran razones para estar defraudados… Y yo decía en esa columna que la abstención no es la solución, pues es una invitación a golpistas y populistas, si no que puede haber otras fórmulas de mostrar en las mismísimas urnas nuestros rechazo. A todos ellos, claro.
Porque son todos los que han fracasado. Absolutamente todos. La intervención pública de Sánchez, lamiéndose las heridas y preparando al personal para ser votado en las próximas, como compensación de víctima y mártir, es más falsa que su jeta, que ya es decir… Cierto es que ninguno de los otros ha hecho nada, absolutamente nada, por salvar la situación. Vale. Pero él tampoco, aunque diga lo contrario. Por ejemplo: ninguno de las tres condiciones que puso Ciudadanos en la mesa para su abstención se cumplían, aunque él dijera que sí. Embuste total, una mentira sobre otra mentira. Y así todo…
Unidas Podemos, queriendo sacar tajada de la situación, ya que el falso supuesto de las derechas era que el acuerdo de las izquierdas estaba amañada de antemano. Y esos otros, PP y Ciudadanos, empujando al Psoe al pacto con Podemos y nacionalistas a fin de justificarse y acusarlo de eso mismo, de pactar con extremistas e independentistas. Burdo y demencial… todo un disparate absurdo montado por todos y para todos sacar el máximo beneficio de cara a las próximas elecciones. Unos absolutos trileros y torticeros de la política para los que España es la excusa para sentar sus posaderas soberanas, nada más. Todos hablan de que sus puntos no han sido aceptados por el otro, y de esa forma se tapan ellos para acusar a ese otro del desastre. Una fórmula ruin y cutre. Pero así no se hacen las cosas. Nadie puede, ni debe, imponer sus condiciones. Tan solo hay que sentarse a negociarlas, a hablar, a ceder todos un poco para llegar a un punto de consenso que beneficie a todo el país. No a imponer cada uno las suyas a modo de chantaje…
Simplemente, no han querido. Ninguno. Porque ninguno tiene la mínima talla política ni sentido de Estado alguno… Y aquí venía la pregunta: ¿Qué hacer el próximo 10-N?.. “A mí que no me esperen. Anda y que se vayan a la mierda…”. No es la solución, porque los que nos vamos a la mierda somos nosotros, no ellos… ya que les dejamos la vía libre a ellos, a los que sí se van a votar.- Lo que se debería hacer es mostrarles nuestro más absoluto rechazo en las urnas, no fuera de las urnas, escupirles en la cara nuestra verdad: ustedes no valen, no sirven, solo son buitres… ¿cómo?, pues solo hay una manera, que yo sepa: votando masivamente en blanco. No un voto nulo, que no cuenta por ser anulado. No. Hablo de votar en blanco, que consta como tal. Es un mensaje claro: no tienen legitimidad ninguna porque ustedes no valen ni lo del papel que se mete dentro del sobre…
Muchos millones de votos en blanco sería una advertencia seria y cabal. Una sonora pitada, un toque severo de atención. Un ¡queosdenpor…! consciente y constando en acta. Pero muchos millones de abstenciones es otro mensaje el que se envía: haced lo que queráis, yo abandono y me marcho a casa… Y no es eso. Así que ustedes mismos. Nosotros mismos.
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