Y A PESAR DE TODO...

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…No somos tan negados… Admito y reconozco que, con mucha frecuencia, echo pestes de cómo somos. Me acuso, padre, de que he tenido malos pensamientos… Pero no lo hago de lo que somos. Es que no es lo mismo. No es igual lo que somos de cómo somos. Podemos ser afortunados y comportarnos como besugos.

            Leo en The Economist, que nuestro nivel democrático está por encima de Bélgica, Italia, Francia… Y pienso que deberíamos de restregárselo por los morros a todos los nazionanistas catalanes y a cuantos les bailan la sardana. Para que se enteren, si es que saben leer y entender, claro. Pero es que también hemos sido declarados por uno de esos estudios que hace la ONU, de que somos “el mejor país para nacer, el más sociable para vivir y el más seguro para viajar”. Que Dios los bendiga. Sociable puede ser que sí, seguro no sé hasta dónde y hasta cuando lo podremos mantener… pero, para nacer… enfín, si ellos lo dicen… pero que se ande con cuidado el que nazca no sea que lo haga en ese tercio de la tasa de pobreza que tenemos aquí…

            Pero eso me recuerda que igual somos los primeros donantes de órganos del mundo, y en fecundación asistida también, mal que les pese a la curia curiácea, y en sistemas de detección precoz del cáncer, y en esperanza de vida – tras Japón – y en energías solar y eólica, y en robótica social, en tratamiento de aguas, en producción editorial (aunque no para leer, solo para exportar), en trenes de alta velocidad, en cocinillas paridos por habitante, o en tener la mayor firma textil del mundo, aunque la empresa se radique en Irlanda y fabrique en la India (nadie es perfecto).

            Y me obligo a recordármelo todo a mí mismo, como antídoto de mí mismo y vacuna ante los telediarios. Porque, para que lo sepamos todos, usted también, lo mismo somos el país con menos violencia de género de toda Europa, muy por detrás de los envidiados Dinamarca, Francia, Alemania, Suecia o Finlandia, a pesar de lo que se encarguen de vendernos nuestra organizaciones interesadamente catastrofistas, al menos a tal respecto… y hasta estamos a la cola en el nivel de asesinatos, así como de suicidios. Somos los terceros del mundo en Patrimonio Cultural, según la Unesco (otra cosa es que seamos cultos). Y todo ello, sin hablar que hablamos la segunda lengua en importancia de ese mismo mundo (otra cosa también es cómo la maltratamos)… Si a todo eso le sumamos que somos el país que mejor nivel de vida tiene por día trabajado (cuenten las fiestas existentes, réstenlas, y dividan por el Ipc, y verán lo que les digo), en realidad arroja el resultado de ser un país envidiable y envidiado (por mucho que nosotros nos quejemos).

            Si analizamos todo eso con tranquilidad, serenidad y detalle, habremos de concluir que existe y nos desasiste un talón de Aquiles que compensa – en negativo – tanta dicha. Y tenemos que reconocer que es nuestra mediocre clase política. Una ralea de polis-milis y nefastos líderes de opinión y de partidos infames, que gritan, crispan, se culpan unos a otros, se insultan, acusan y atacan, y chapotean en el albañal del poder y de los privilegios, y del dinero fácil. No hablemos de la obtención de acceso a las puertas giratorias…

            Naturalmente, esa dudosa calidad política ha sido elegida en urna por una ciudadanía feliz como una perdiz. No han llegado del espacio exterior intergaláctico, ni son fruto de una dictadura… aún. Son políticos nacidos de los ciudadanos y votados por tales ciudadanos. Y como vivimos en un país de jauja que estamos encantados de habernos conocido, pues que nosotros semos así… podemos decir en síntesis. Sin embargo, me asusta pensar dónde llegaría este país de las maravillas con una democracia total y cero partitocracia, con un mejor sistema electoral, con una ciudadanía culta y formada que pariera políticos honrados, y trabajando un poco más y festeando un poquico menos… Nos saldríamos del mapa. Seríamos el asombro del mundo entero. Naturalmente, no se puede tener todo… Quizá sea por eso mismo.         

El próx. Viernes, 11/01, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7: 7, RECORDEMOS LA HISTORIA, (o tendremos que repetirla). No puedes permitirte perdértelo.