¿Y AHORA, QUÉ..?

 Consumatus est. Le ha funcionado al PP de maravilla su estrategia del miedo. Ha recuperado el voto de sus timoratos que habían abandonado el nido asqueados de sus podredumbres a posiciones más moderadas y templadas, aún a riesgo de subir a los podemoides como principal partido de la oposición. Ya lo pronostiqué hace días, en estas mismas crónicas. Nos ha salvado la campana, gracias a que elsorpasso no le ha funcionado a UP, y a pesar de que el PSOE sigue en caída libre.

 

                Porque esa es otra, menuda potra… Iglesias ha tenido al menos la honestidad y la decencia de reconocer públicamente que ha fracaso en su intento (a pesar de haber sacado dos diputados más), pero el peripatético Pedro sigue aferrado a un fantasmal triunfo (a pesar de haber perdido cinco diputados más), y encima, no es que esa pérdida haya ido a parar a los moderados, ni siquiera a la izquierda, no, se los ha enviado por vía postal directamente a la propia derecha – saquen ustedes las cuentas – y eso, aunque duela, es un doble fracaso.

                Pero lo peor de todo es que España ha reforzado a los que han hecho una reforma laboral ruinosa, a los que han dictado una ley mordaza que ha mutilado las libertades, a los que han amnistiado a los evasores de impuestos y se los ha aumentado a los más débiles y desgraciados, a los que han favorecido y protegido a ladrones y especuladores, a los que han alentado y tapado la corrupción, a los que han secuestrado la justicia, a los que han saqueado la caja de las pensiones, a los que han reducido miles de millones la ayuda a los comedores infantiles, a los que han aumentado la pobreza y la desigualdad hasta extremos vergonzosos. A eso hemos votado de nuevo, otra vez.

                Quiero entender, no obstante, que los españoles han vuelto a ordenar a sus políticos que quieren gobierno de consenso, y no de mayorías absolutas, que han vuelto a decirles, una vez más, que se entiendan entre ellos, que pacten, que ya nadie vá a gobernar solo y por decreto. Que se dejen de personalismos y partidismos. Que no importa el personaje que presida, puesto que ya no lo puede hacer a su manera, sin consensuar… Que sea el que sea, antes o después, tendrá que buscar el consentimiento de los demás y dar cuentas a esos demás… Eso es lo que deseo entender.

                …Y ese es el mensaje. A ver si lo comprenden de una doble P (y no PP precisamente) si no de una Puta y Puñetera vez. Unos políticos pragmáticos y maduros saben que con la abstención se puede conseguir gobernabilidad, por ejemplo, y que su minoría puede garantizar la no impunidad de los malos políticos. Pero unos políticos ciegos y egoístas no lo van a entender así. Ahora es cuando vamos a ver si los nuestros son de los primeros o de los segundos…

                Señorías, el pueblo ha hablado… ¿qué es lo que tienen ustedes que decir..?