Y ASÍ MISMO LO DIGO

Resultado de imagen de MACARRA CRETINO

Pasa por uno de los cruces de calles más céntricos de mi pueblo. Es un BMW de alta gama, deportivo, de dos puertas, de esos que parecen un pastel esclafado contra el suelo. Son las nueve y media de la mañana de un martes, y dentro va empotrado un espécimen con pendientes, aro y complementos corporales. Le falta la cadena y le sobra el boummm, boummm, boummm que se oye a cuatro calles de distancia, y con el que anuncia su patética presencia ensordecedoramente. Ignoro si iba a trabajar, o si volvía de ser trabajado…

            …Pero sí sé con toda seguridad que, de haber estado unos críos – por ejemplo – jugando a la pelota en la inmediata calle salón, no los hubiera oído, dado el estruendo con que abducía sus abotargadas meninges (en el caso, claro, de que las tuviere). Y que, de haberse escapado el balón con algún niño pegado a él, como suelen ir los niños, hubiera pasado por encima de la criatura. Irremisible e irremediablemente.

            Por fortuna, tal caso no ocurrió, pero bien pudo ocurrir ese, u otro similar, y es un riesgo que se afronta cada día, y va in crescendo. Resulta sorprendente que se multe a quien va conduciendo con un móvil pegado a la oreja, y a un cretino descerebrado que lleva un ruido infernal pegado a sus sentidos, no se le sancione. Y eso, aparte de la ineducación, desprecio, prepotencia simiesca, o falta de respeto, por no hablar del incivismo ciudadano, hacia los que no tiene ningún derecho, ninguno, a imponernos el todo volumen de su propia mierda.

            Yo sé que esta irracionalidad no se da solo en mi pueblo. Que es una porquería que se da en muchos pueblos. Una basura que los ciudadanos hemos de soportar, rezando y agradeciendo encima que no provoquen un accidente grave, y que es una muestra de la apatía, dejadez, abandono, y escasa voluntad y sensibilidad de los que ostentan la responsabilidad del gobierno municipal. No creo que exista ninguna razón práctica ni legal que impida tomar cartas en el asunto y sentar la mano a semejantes cernícalos. Es más desidia y desinterés que cualquiera otra cosa…

            Pero me imagino un pueblo, cualquiera, en el que se dicten y se mantengan, y se hagan imponer, unas normas de seguridad, urbanidad, educación y respeto básicas. Un pueblo que de una imagen mínimamente civilizada, suficiente para ser un pueblo envidiado y respetado por su ejemplaridad urbana. Esa imagen de pueblo respetado porque se hace respetar, es la imagen de pura dignidad que ha ido desapareciendo de nuestros pueblos, escurriéndose por las alcantarillas de lo más soez y ordinario.

            Y la impunidad en un acto incívico, lleva a otros actos incívicos. Lo uno atrae otras cosas. Muchas y variadas, y nada edificantes cosas y casos. Nuestros munícipes creen que ejercer la autoridad en lo elemental es desproporcionado, pues están sujetos al miedo a la urna. Pero es al contrario. Quien dignifica a su pueblo se dignifica a sí mismo, y dignifica a los habitantes de ese mismo pueblo. Y quien permite el todovale es el pocovale.

            Echo de menos lo que ya no existe, y solo existe lo que yo echaría a la basura. No sé si seré el único que piensa así, pero sí sé que soy yo solo el que lo escribo. Y el que lo condeno. Y el que lo denuncia…