..¿Y QUÉ OPINA SAN FERMÍN?
- Por miguel-galindo
- El 10/07/2018
0tro año con San Fermín, a Pamplona (no) hemos de ir. Escribo éste el 7 de Julio, día del Chupinazo, que ya es un cohete copiado en toda España. Y me pregunto si los colectivos feminoides, más que feministas, habrán montado – como debiera ser – el Ejército de Salvación versión pamplonica en estos nueve días de mamadas (hablo de mamarse, emborracharse, degradarse, anularse) y manadas, y aquí sí que hablo de desmandarse. No lo he visto, así que no puedo decir si habrán campado en la Plaza del Castillo esas bucólicas estampas de la chica sobre los hombros del chico subiéndose el suéter y descubriendo sus senos sin sujetador que los sujete, y sin frenos que sujeten manos ávidas de tomarles la medida de la copa… Quizá este año, esos “espontáneos y simpáticos abusos”, aunque sigan ocurriendo, que seguro que sí, ya no los graben, o los eviten, o los borren… No me extrañaría nada que hoy funcione la “censura positiva”…
Pero no duden que los habrá habido, valga la burrundancia. Como seguirán existiendo desmandes y desmadres. Y manadas de todo tipo, sexo y condición. Como siempre y como es burdamente natural en esos casos, y dadas las circunstancias. Nueve días de juerga continua y desmedida son nueve días de excesos, y los excesos siempre han sido así. No se producen a través del virtuosismo y comedimiento, sino a través del estómago y bajo los taparrabos, que, en los cerebros, por el contrario, lo que se produce no son excesos precisamente, si no defectos. Las barrigas y los genitales funcionan por exceso y los cerebros por defecto. La ocasión lo produce, lo crea, lo facilita, lo pone en bandeja, y el/la que quiere se arriesga y el/la que no quiere no lo hace. Todo lo demás es una banal hipocresía parida por lo políticamente – e interesadamente – correcto. Guardar virtud en el desenfreno es como querer conducir con el embrague quitado. Guárdate de los Idus de Marzo, le dijeron a César, y ni puñetero caso que hizo el tío, así que, claro, lo jodieron bien jodido…
Pero esto es exactamente lo mismo, o muy parecido, a la ocurrencia de su alcalde, un tal Joseba Asirón, que ha dado suelta a la genialidad parida por una de sus neuronas: “los Sanfermines no se conciben sin los encierros, sin embargo sin las corridas…”. Otra hipocresía más, al saco de las sublimes idioteces. Las corridas de toros, son españolistas, luego habrá que ir pensando en suprimirlas. Los encierros son pamploneses, luego habrá que conservarlos. Los toros son lo de menos. Los intereses son lo de más. Naturalmente, todo de una aplastante lógica…
Como algunos intelectuales se le han reído en la boina por tan sangrante estupidez e incongruencia, con la mínima capacidad disponible de inteligencia, sus muletillas y maletillas justifican que en la plaza se mata a los bichos y en los encierros, no (tan solo se les maltrata, se les revienta, se les tortura). Y es que el señor alcalde, pobre de mí, no es que sea antiespañolista, ni tampoco oportunista, no, es que es animalista…
Ya… pues mire, puede ahorrarse una pasta gansa en cornúpetas de casta. No los mate en la corrida, cruento espectáculo y tal y tal… y saque a los mismos, hasta que se jubilen de asco, a correr a la rúa con los descerebrados del periódico enrollao y el pañuelico colgao, enséñelos, resábielos, que corneen cada año a más correlilas (los “cogidos” por los toros protestarán igual que las “cogidas” por los otros animales menos nobles, nada que ver que se expongan voluntariamente, claro), así que, para evitarlo, que corran la Estafeta solo los de la jeta, los profesionales, los toreros, que son expertos y están asegurados a todo riesgo…
Al final habrá trasladado usted las corridas a los encierros, habrá pamploneado el españolismo igual que el catolicismo cristianizó el paganismo, y todo el mundo feliz y contento. Y satisfechos, tremendamente satisfechos… ¡¡ Que viva San Fermín ¡!.. Y la coherencia, ¡que viva la coherencia!.. Y la sapiencia, leches, la sapiencia, que es la madre de toda ciencia…
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