¡¡ YA ESTÁ BIEN..!!

La frustración de una rastreadora: "Al llamar a positivos de Covid, es  frecuente que estén en la calle en vez de aislados"

La pandemia en esta región murciana anda desbordada. En España también. Le echamos la culpa a los políticos, a las autoridades educativas, sanitarias, y al lucero del alba. A la improvisación y a la pésima organización. A las medidas equivocadas… Y, aún siendo verdad todo eso, que sí, que es cierto, la culpa es solo, única, y casi exclusivamente, nuestra. De la propia ciudadanía. De todos y cada uno de nosotros, y metámosnos tós y sálvese el que pueda

            Ya no son solo los descerebrados jóvenes, que persisten en sus quedadas irresponsables y en sus botellones culpables, y casi que ya criminales juntadas, resbalándoles cualquier responsabilidad personal, familiar o social, que les dá lo mismo… Son también los medianos, que siguen reuniéndose en casas de amigos; y los mayores, que siguen convocando al familión en plan batallón… Desaprensivos de toda edad y condición. Como los que se niegan – por principio – a llevar mascarilla en la calle (conozco el caso de un abuelo al que han multado 4 veces, y persiste en su negativa)…

            O lo que es peor, mucho peor: ¿de qué sirven tantos esfuerzos de rastreadores si los pacientes los engañan y les mienten?.. Personas infectadas que, no solo no se aíslan del resto de su familia en casa, si no que llegan incluso a salir a la calle, y seguir infectando a gente… Cuarentenas que no se guardan para nada… Una rastreadora se preguntaba, desmoralizada, de qué y para qué servía su trabajo, si constataba a diario que los que debían estar en casa contestaban desde su coche, desde un bar, desde una plaza o terraza… Y yo me pregunto, y todos deberíamos preguntarnos, con qué desfachatez e hipocresía nos quejamos y criticamos a la administración, cuando somos los propios ciudadanos los únicos irresponsables para que el sistema de salud se esté colapsando, y que toda esta mierda vaya de mal en peor…

            Llegados a este punto, donde conciudadanos nuestros están colaborando activamente en mandar a personas a los hospitales, que luego quedan con secuelas, cuando no van al hoyo, dudo hasta el que todos, como colectivo, no tengamos parte de culpa y de responsabilidad en ello, por no involucrarnos activamente en el rechazo y la denuncia efectiva de tales casos y actuaciones. Estamos siendo demasiado pasivos y condescendientes con aquellos – y cada vez son más – que adoptan actitudes de claro desprecio hacia la salud pública, a la salud de todos. Nunca pensé que yo mismo podría llegar a lanzar una llamada así, pero estamos alcanzando unos extremos de irresponsabilidad tan claramente manifiesta, que estamos cívicamente casi obligados a denunciar.

            Y quizá que las propias autoridades deban estar a la altura de las circunstancias. Que los botellones se sigan produciendo solo requiere escarmiento más duros y expeditivos. Efectivos, contundentes y aleccionadores. A los que presumen de coleccionar multas y siguen chuleándose sin llevar la mascarilla, que los metan en un calabozo hasta que termine la pandemia. La cárcel es su sitio. A los que, aún sabiendo que están infectados, se saltan su aislamiento, que sean denunciados por los propios rastreadores y sean arrestados para que cumplan su cuarentena en cuarteles acondicionados y vigilados. Si ellos no asumen su responsabilidad, la sociedad y la seguridad han de asumir la responsabilidad de obrar en consecuencia.

            Existen respuestas para cada caso en que se está retando la seguridad sanitaria de este país, y de esta región, de forma tan señalada y conocida. Respuesta social y respuesta legal, administrativa. Todo está en llevarlas a cabo en su justa medida, proporcional al riesgo y el daño que estas personas están causando. Y estamos hablando de una pandemia que anda colapsando los sistemas sanitarios y está causando muertes. No estamos tratando de una plaga de piojos…

            Naturalmente, el artículo de hoy pueden tacharlo de muy duro, quizá. De hecho, lo es. Y pido que lo entiendan Vds… Que una comunidad pequeña, como la nuestra, haya sobrepasado los 500 contagios diarios, y sigamos sumando, es un auténtico disparate. Una barbaridad. Algo demencial. Hay cosas que no estamos haciendo bien. Sabemos perfectamente lo que es, y en qué y por qué estamos fallando. No estamos como al principio. Ahora conocemos las causas y sus efectos y consecuencias. Bien, entonces, ¿por qué no se actúa, también en consecuencia?.. Primero, preguntémonos a nosotros mismos, el ciudadanaje, y solo después, miremos lo del companaje…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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