YA VEREMOS...
- Por miguel-galindo
- El 17/08/2018
Acabo de leer en una página de un periódico nacional, del nuevo aviso (y van…) que Europa da a España sobre la calidad mierdera del empleo creado – es un varapalo repetitivo y cansino - y que no parece hacer ningún efecto, pues aquí seguimos trabajando de camareros para un turismo más o menos pujante, que, cuando no nos viene de fuera, lo producimos nosotros mismos con nuestra propia cadena de fiestas, y visitándonos los unos a los otros como Dios nos ha visitado. Y esa es nuestra cada vez más única industria de la que dependemos, esos nuestros cada vez más solos recursos de lo que disponemos. Y el campo, claro, el campo. Empleo malo, inestable, de baja calidad, que crea una brecha cada vez más grande de desigualdad y pobreza.
Pero es que, un par de páginas más adelante del mismo periódico, leo igualmente que “el BCE y la Comisión Europea instan a vigilar el aumento del crédito al consumo en España”, que parece ser que va en expansión, pero descontrolada… Y le da un aviso a los bancos, con acuse de recibo, que luego le pasa al gobierno o lo que sea esto, naturalmente…
…Y no lo entiendo… palabrica del Niño Jesús que no lo comprendo… ¿Cómo una sociedad como la nuestra, que ha rescatado (empobreciéndose hasta las trancas, claro) de sus esquilmados bolsillos a sus mafiosos bancos, que aún no ha salido de la puñetera crisis, que sobrevive con unos sueldos miserables e inseguros, que mantiene la mayor tasa de pobreza y desigualdad del continente, aún tiene la capacidad para crecer en turismo interno, y en consumo (es lo mismo), y encima… a crédito?.. La UE nos lo canta con números, como los niños de San Ildefonso: “una elevada tasa de crecimiento del 3,1% en 2.017”… ¿Pero puede ser eso posible?. Quizá sea precisamente por eso mismo, porque es un crecimiento A Crédito… Entonces, ¿es que no hemos aprendido nada..?.
Porque, vamos a ver, lo del crédito al consumo lo que quiere decir es que lo estamos utilizando de nuevo para irnos de puente, de vacaciones, para participar de cuanta fiesta se nos ponga por delante, para costearnos la Comunión de los críos, para no perdernos un solo Outtlet, navidad, merkatodo o semana del papanatinglés que se nos anuncie, para sacar a la familia a cuantiáreacomercialhaiga todos los domingos y cogolondrios de guardar, o para colocarnos en cualquier weekend o montaje que nos salga de viaje…
Es que, en el argot de la alta economía, ya deberíamos saber lo que significa la palabra “Consumo”. No es el pan del día que el pobre se come en su casa, si no el que la desacomodada clase media se come en el restaurante. Y aquí, lo que nos dicen los que saben, es que ha quedado una desestructurada clase media cada vez menos clase y más tirando a bajymedia. Y una tasa de pobreza, oído al dato, que sobrepasa el 30%... Y unos pocos pudientes, cada vez más pocos y cada vez más pudientes.
Y con esa tropa este país está tirando de consumo a crédito. No equipándose, no invirtiendo, ni creciendo, ni medioviviendo, ni pagando púas, ni saneando, ni situándose… No. Consumiendo. Hemos vivido una recesión brutal, una crisis espantosa, provocada precisamente por un uso desaforado del crédito en cosas dudosas, y nos curamos el coscorrón haciendo más de lo mismo.
Pero que seamos los que menos recursos económicos disponemos a la vez que los que más crecemos en crédito al consumo, es algo que no encaja. O Europa está equivocada, o los equivocados somos nosotros… Ya veremos y los espárragos cogeremos.
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