YASTANAQUÍ LAS MUNICIPALES
- Por miguel-galindo
- El 07/05/2023
(de Bankinter)
Pues sí, amigos míos, mi anterior “Que vienen las municipales”, hecho programa radiofónico, tuvo su cola, como los cometas y los pianos… una secuela aparte las primeras opiniones recogidas en el mismo, y que después fueron llegándome a través de watshaps, emails, sms y demás bilinguadas. Y son tan ricas y sugerentes en contenido y continentes, y tan atinadas algunas de ellas – sin descartar las hostiles, que también háyslas – que no puedo, ni debo, resistirme a razonar este segundo artículo, aún a modo de colofón sobre tal tema.
Antes de pasar por la emisora, fueron unas cuantas amables sugerencias en forma de sutiles advertencias, ya saben: “a ver cómo te comportas, tío…”, “cuidado con lo que dices”, “pórtate bien,acho”… que no dejaron, la verdad, de asombrarme, si bien, claro, que relativamente, por absolutamente innecesarias. Hasta ahí podíamos llegar: un servidor tan solo es un vecino, afectado e infectado, que ejerce su derecho a la libre opinión, nada más. Y estaría bueno que el ciudadano que es llamado a votar no pudiera opinar, si se expresa con respeto y en libertad.
Además, todo fue bastante correcto y ferpecto, dentro de la variedad de aportaciones, lo cual me congratula bastante, ciertamente (aún debe andar colgado en YouTube)… Unos se aproximaban mucho al eje de mi exposición, otros se alejaban bastante, y otros equidistaban prudentemente de ella. Como debe ser. La pluralidad no está reñida con la urbanidad, y en esto veo un algo a tener en cuenta: los políticos reconvertidos en demagogos intentan por todos los medios a su alcance contagiar a los ciudadanos de su visceralidad entre ellos – me temo que lo están consiguiendo – redundando en un par de cosas, al menos: en su propia imagen, cada vez más rastrera y lastimosa, y en involucrar a la ciudadanía en sus ambiciosas luchas por el poder…
…Porque, en definitiva, lo único que demuestran cada vez con mayor ahínco, es eso mismo: que todo se basa en mantener o conquistar dicho poder. Hasta el punto que nos preguntamos legítimamente, si lo que buscan con tanto denuedo es servir a ese pueblo, o servirse de ese pueblo. Si llegan a darse ellos cuenta o no, lo ignoro, pero que no nos demos cuenta el resto del pasaje, del paraje y del paisaje, esto es, el ciudadanaje, cada vez nos resulta más patente… Si los electores nos infectamos de ese virus maligno que destilan en sus rifirrafes, la democracia se convertirá – la convertiremos entre todos – en un patético trasunto de lo que es la auténtica, genuina, real y verdadera democracia.
Los políticos (cada vez más demagogos) se servirían de ella para usarnos según sus personales intereses, cuando la tal democracia es justo al revés, todo lo contrario… Y de este preciso punto arranca el resto de lo que en éste les quería comentar: bastantes intervinientes del programa me señalaban su extrañeza de que yo insistiese en echar la responsabilidad a lomos de los ciudadatas más que en los de los políticos; y que criticase el limitarnos a evacuar el voto en la urna, como si fuese un excusado, y largarnos a casa tan aliviados, pensando en que ya hemos cumplido con nuestro deber cívico.
Pero, vamos a ver… ¿si un empleado se porta mal, no cumple, y abusa del puesto que le he confiado, quién es el responsable subsidiario, si no yo mismo?.. Pues a nuestros administradores los “contratamos” nosotros (los elegimos), y si resultan un fiasco, nosotros somos los que tenemos la culpa de haber colocado a tales ineptos, cuando no otro calificativo peor. ¿Es tan difícil de entender esa lógica?..
Por eso hablamos en el programa de exigir “retratarse” ante notario a cada aspirante al puesto vacante, con su programa de gobierno como testigo de cargo; al igual que crear esos Comités de Electores, o como quiera que se llamen, para controlar, vigilar y exigir a “nuestros empleados” contratados, en los que hemos depositado el voto de nuestra confianza… Si usted, o su señor vecino, o yo mismo, no exijo al que pago la nómina, ¿quién puñetas lo va a hacer?, si hasta le dejo que él mismo se ponga su sueldo, encima.
Lo que a mí me parece – y tómenlo como una opinión personal – es que por eso mismo nuestros “loquesean” utilizan la estrategia de traspasarnos a nosotros la división que mantienen entre ellos (más por competencia que por ideología), ya que, de este modo, cada cual de entre la ciudadanía se encarga de defender y justificar a los que creen que son “de los suyos”, impidiendo que tales ciudadanos de ese pueblo actúen como un todo, como una unidad social, con un solo y único objetivo: el interés común de su pueblo, no los personales y gremiales de sus políticos.
¿Lo han captado?.. Pues de eso va la democracia. Por eso mismo que yo insistía, y ustedes me disculpen mi “errequerre”, que lo que tenemos es una pseudodemocracia, una semidemocracia donde los ciudadanos hemos abjurado de nuestros derechos; hemos hecho dejación de nuestras responsabilidades; y nos hemos entregado sin condiciones a los que nos administran y nos ordeñan como a ovejas. Desde el primer ministro al último concejal… A final de todo, se hará realidad aquél viejo y sabio refrán de que todo se basa en los mismos perros con diferentes collares. Donde cada cual ladra distinto, pero todos quieren el mismo hueso…
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com