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BIEN MAL

(de Jon Angulo)

 

Existe una frase lapidaria, por ahí suelta, que nadie quiere recoger porque le quemaría las manos, y la conciencia, y el alma… Se debe a Edmund Burke, y dice así: “Lo único que se necesita para que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada”. Es terrible, pero es verdad. Si el bien es más débil que el mal, no es por su propia bondad – eso no deja de ser una excusa -sino porque el mal es activo y el bien es pasivo. El mal sabe lo que hace, el bien no quiere saber lo que NO hace. La propia Hanna Ahrendt lo describe muy bien en sus libros. O como el filósofo alemán Adorno define desesperanzado: “después de Auschwitz, escribir poesía es un acto de barbarie”…

Lo que Adorno quiso decir a la humanidad es que resulta de bárbaros hacer poesías a la sombra de un genocidio… Y, aunque lleva razón en su amargura, yo no se la puedo dar porque cierra la puerta a toda esperanza. Y eso es casi un suicidio para el género humano… Rosa Montero, la espléndida escritora, en uno de sus magníficos artículos dominicales de EP, pone varios ejemplos de personas conocidas del gran público, que evidencian que el bien no se exige por encima de la capacidad de la propia persona, sino que persevera en lo que hace, simplemente porque sí, porque es bueno, porque es lo que se ha de hacer, sin arrugarse, sin dar un solo paso atrás, sin avergonzarse, ni siquiera por encontrarse a causa de ello más solo que la una.

Umar Khan es el único virólogo de Sierra Leona que dirigió en solitario, y sin medios ni ayudas, la aterradora epidemia de Evola que azotó su país hace diez años. Ni una sola mención, ni un mínimo reconocimiento. Murió por contagio a los 39 años… El médico Wassim Mahaz fue el último pediatra en la destrozada Alepo de la última guerra civil siria. Toda su familia y amigos se refugiaron en Turquía, pero él prefirió quedarse y ayudar en solitario a los pocos críos a los que pudo llegar. Murió a los 36 años en un bombardeo… Dondon Diops se embarcó en Senegal en un cayuco con una vieja cámara bajo el brazo, con el único fin de rodar la odisea desde su salida hasta su llegada, convertirla en película con sus ahorros, y hacerla pública en occidente para concienciar a los que no estamos concienciados, sino acomodados… Una tormenta barrió la pantasana y desapareció en el mar. Murió a los 30 años.

Hay cientos, miles, quizá decenas de miles, no lo sé, por ignotos y desconocidos, que según sus fuerzas, sus aptitudes y sus actitudes, sin mirar los resultados, se proponen actuar porque así los guían sus conciencias… Cuestión solo de coherencia personal, al fin y al cabo… Hace una pimporrera de años, un amigo cura, me dijo algo así como que “el ser humano se demuestra solo con seguir siéndolo y no pareciéndolo”. Esto es: demostrándolo aún solo con no moverse de su sitio. La Banalidad del Mal de Ahrendt no se basa en héroes, ni siquiera en víctimas. Lo que denuncia es el “buenismo” de una sociedad repleta de buenas personas que les falta convertirse en personas buenas.

De las que sean capaces de NO mirar para otro lado, no de las que son capaces incluso de justificar la maldad con el fin de no verse “señaladas”. Hay demasiadas de las segundas: nada que denunciar; nada a lo que oponerse; nada de meterse donde no le llaman; nada de colaborar; nada de ayudar; nada de opinar; nada de nada… Aquí es donde encaja a la perfección la frase del principio, de Burke.

La estela hecha estola que define esta “buenez”, reside en un manido, usado y estrujado dicho que se reduce al muy conocido “¿…y yo qué puedo hacer?”, y cuya respuesta es tan sencilla que duele: nada que no puedas hacer… Y todos podemos hacer una sola cosa: oponernos al mal. Es la filosofía de Gandhi que siguieron millones de personas; la de Martin Luther King; la de Nelson Mandela; y la de tantos otros menos conocidos… Ya sé que a estos tres la Historia les tenía reservados roles públicos y destacados, por eso mismo los mataron, pero eso es algo que no se puede, ni se debe, esperar para uno. Sería una muy fácil justificación: claro, como yo soy solo un pobre hombre… y, sin embargo, es tan fácil como me dijo mi amigo: hacer solo lo que se pueda, pero eso sí, mantenerse coherente con la apuesta: la actitud por delante de la aptitud.

Algunos y algunas me achacarán que hoy me he puesto a dar lecciones de moral. Nada de eso. Moral viene del latín “mor-mores” y significa “costumbre”. O sea, la moral es una cosa de costumbres… A tantas costumbres, tantas morales hay. Un moralista puede ser un tradicionalista, pero nada que ver con ser una buena o una mala persona. Yo más bien hablo de Ética, si ustedes me lo permiten. La ética es superior a la moral, lo que pasa es que las iglesias han “colocado” a la primera en la filosofía y la segunda la han entronizado en la religión. Pero, en realidad, la moral se acerca más a la apariencia, y la ética a la integridad.

El problema que reside en la dificultad de mantener en nuestras conciencias una actitud ética en el tiempo, está en que nos han hecho, y nos hemos hecho a nosotros mismos, esto es, nos lo hemos creído y consentido, y lo hemos aceptado de buen grado, y nos hemos convertido en seres humanos consumidores y depredadores… Por consumir, consumimos hasta nuestros propios valores, como el que consume carne, ropas, fiestas, y hasta noticias, sean falsas o no. Un estudio realizado por Schema, Axios y Google Trendts hace cinco años, establece fehacientemente que, incluso la noticia más impactante, posee una vida media de siete días en el interés humano. A la semana de ver el cadáver de un niño arrojado por las olas a una playa griega, aún tras dar la vuelta al mundo, empezó a ser historia…

…Sin ser historia en modo alguno, pues son miles de niños los que siguen muriendo ahogados todos los días en nuestro rechazo a solucionar humanitariamente el problema de la inmigración. Cientos de niños muertos de hambre, frío y enfermedades en campamentos de refugiados a las puertas de nuestras confortables fronteras, eso sí, limosneando a Unicef… Aún no nos hemos puesto de pie ante nuestros hipócritas gobiernos por eso, como ejemplo entre muchos. Sí que por los sueldos, por las pensiones, por el aborto o por la amnistía de nuestra tía… La Banalidad del Mal no se expresó solo en el III Reich, se pone de manifiesto cada día en todas las partes del mundo acomodado.

No quiero que piensen que me estoy poniendo de ejemplo ante nada ni nadie... Sería muy cómoda excusa para los que así lo crean. Yo soy el peor ejemplo de mí mismo para mí mismo. Tampoco es que quiera justificarme. Tan solo deseo concienciarme junto a todos ustedes que me leen, si es que me lo permiten, claro, y a pesar de las sonrisas de suficiencia, prepotencia y desprecio que me dediquen muchos. Ya cuento con ello… Pero pienso que podríamos empezar por el principio que un día abandonamos: dejar de ser gente para volver a ser personas, si es que eso aún fuera posible… Es que, si no, mal camino llevamos, hermanos…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

NI DOS PALABRAS MÁS...

(de Pixebay)

 

“Si se separa el judaísmo de los profetas, y al cristianismo, tal y como fué enseñado por Jesús, de todos los agregados posteriores, en especial de los sacerdotes, subsistiría una doctrina capaz de curar a la humanidad de todos los problemas sociales…

…Todo hombre de buena voluntad debe intentar valerosamente, en su medida y en su ambiente, llevar esta doctrina del hombre perfecto a la práctica. Si lo consigue sin que lo repudien o lo prohíban sus contemporáneos, tiene derecho a sentirse satisfecho de sí mismo y de su sociedad”.

(Albert Einstein).- Nada que añadir, ni quitar, ni cambiar. Ni un punto, ni una sola coma.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

VA DE BURROS

(de Cope)

 

No hace falta que el burro suelte una burrada para saber que es burro… Se sabe que es burro porque no para de rebuznar todo el tiempo.

Dicha esta frase, que cada cual le ponga ramaleras a tal jumento. Advierto a ustedes que no voy a ser tan ingenuo como para compararlo con ningún demagogo politicastro que haya soltado últimamente su burrada… Así me evito una posible querella por parte del asno de turno.

Por lo que la dejo abierta para que sean aquellos que me leen los que nominen al burricampeón del rebuzno (candidatos no faltan en esta cuadra)… Y ustedes pongan los arreos a quien crean o quieran.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

DE CHÁCHARA CON DIOS

(de Stock)

 

Me habló Dios desde las páginas de un libro, y disculpen, si quieren, y si no, pues no, mi pretensión… “Te estoy llamando y me da siempre número ocupado”, me dijo, “así que a ver si así, de este modo…”. Le había mandado un ciento de sms mentales, a ver si me aclaraba algunas cosas, pero sin resultado (al menos aparente) alguno. “Pensé que estarías muy ocupado”, le informé, “y no quise molestarte con mis tontunas”, me disculpé acojonado…

- No hace falta que te disculpes, lo tengo todo grabado en cada presente. Tu problema es que sigues pensando en separación, y no en unidad… Tú, Yo, tu planeta, el universo, tu cielo y tu infierno… todos somos Uno. Yo estoy en ti, como tú estás en Mí, porque somos lo mismo. No me mandes whatshaps, solo entra dentro de ti, conéctate y dame una voz. Yo soy creador y autocreado, Dios y Hombre, y experimento a través vuestro, porque todos vosotros sois parte de Mí mismo. No necesito intermediarios.

¡Leche!, me he quedado sin palabras… Necesitaba respuestas a mis preguntas, y ahora veo que tengo más preguntas que respuestas, así que…

- Todas las preguntas que te haces ya tienes sus respuestas en Nosotros… No sois un cuerpo con alma, como ejemplo de muchos errores vuestros, lo que sois es un alma con cuerpo. Confundís los términos y os hacéis un jodido lío con vuestras vidas. Y ese alma lo sabe todo. Entiende que podéis tener, de hecho tenéis, muchas vidas, pero una sola y única existencia, que es la Mía y la de todos y cada uno de vosotros. Lo que llamáis muerte no desintegra nada, sino que lo integra todo. Lo reintegra.

Vale… gracias, eso lo tengo claro. Lo que no sé es cómo, con lo adelantados que estamos en ciencia y técnica, podemos ser tan asnos, que estamos a punto de reventar el mundo en el que vivimos. Estoy más cabreado que un primate con nuestros líderes, con sus falsos discursos y planteamientos, y con nuestra supina gilipollez…

- Para, para… Confundís las civilizaciones avanzadas con las evolucionadas. Y no es lo mismo. La ciencia y la técnica no garantiza la madurez. Ya habéis tenido otras que se han destruido a sí mismas, y os habéis obligado a volver a empezar. Un líder no dice “seguidme”, sino “dejadme por delante que vaya abriendo camino”. No es igual, porque un ser evolucionado NO COMPITE, sino que COMPARTE, y no veo Yo mucho de eso por allí… Fíjate que habláis de “defensa” a todo lo que es “ataque”, y eso se debe a un pensamiento erróneo y egóico.

Entonces, todo está relacionado con el sentimiento humano de no querer compartir. Me doy cuenta que la base quiere acaparar y consumir, y la élite quiere monopolizar y enriquecerse. Y nos complementamos los de abajo con los de arriba. Un principio egoísta, como bien dices… Y quizá que cambiando eso, lo cambiaremos todo, ¿es eso lo que me quieres dar a entender?..

- Así es… partís de una premisa falsa de que “no hay para todos”, cuando hay para más aún. Siempre hay más que suficiente para el que comparte. No poseyendo nada se tiene de todo. Son verdades que habréis de aprender tras vuestro fracasado “invento” globalizatorio, que habéis armado justo al revés. Sois tan desdichadamente prepotentes que buscáis justicia tras cometer las injusticias, cuando, si elimináis las segundas, no haría falta la primera, entre otros muchos ejemplos…

Difícil me lo pones… Se supone que Tú nos concediste el “Libre Albedrío” para que nos labráramos el huerto que nos dejaste según nuestra santa voluntad y entendederas – o eso creo yo – y me pregunto si no te equivocaste. Mira el puñetero resultado…

- No… no me equivoqué. A ver, respóndeme: ¿cómo se aprende si no es cometiendo errores?.. ¿qué mérito tendréis como humanos si os conduzco como a vuestros hermanos animales?.. ¿quién aprende más, el que necesita autoridad, o el que no la necesita?.. Elegisteis experimentar con, a través de, y por vosotros mismos… Pues adelante, la responsabilidad y las consecuencias son vuestras lecciones. Yo simplemente me limito a observar. Permitidme, al menos, que os diga algo: soléis fijarse mucho, demasiado, en el mensajero, y poco, o nada, en el mensaje.

Cierto. Eso es porque nos miramos demasiado el propio ombligo. Nos creemos los reyes del mambo, cuando somos poco más que una mierda pensante.

- Un poco sí, pero no tanto. Solo os falta humildad, que aún no la habéis adquirido, y os la proporcionaréis vosotros solicos, ya lo verás… Repito, no sois solos, no estáis solos, formáis parte de todo y todo forma parte vuestra en una sola y única unidad… Si una bacteria del interior de vuestro cuerpo mirara hacia arriba, vería lo mismo que vosotros veis cuando miráis hacia el firmamento. Pensad en ello. “Tal y como es arriba…

Oye, Dios, ya puestos, una cosa que no quiero que se me pase. Es sobre el lío ese del Tiempo. Según Tú (y también ahora los físicos quánticos), no existe como tal. Solo es un presente contínuum, como dice Einstein, pero que sentimos de manera secuencial… ¿no suena eso a predestinación, que chocaría entonces con tu tan cacareado Libre Albedrio?..

- Para nada, chaval… Imagínate que te montas una película y la metes en un soporte secuencial, un casette, la ves comenzando del principio al final, pero la tienes presente toda ella a la vez y en un mismo tiempo. Un poco burdo, pero algo así, salvando las enormes diferencias de comprensión, claro… La particularidad es que ese CD, en la secuencia de grabar vuestro presente, un presente de libres decisiones, a la vez y al mismo tiempo estáis grabando vuestro futuro, por la llamada por vosotros Ley de Causa y Efecto. Tantas posibilidades que elijáis, tantas consecuencias obtendréis. Pero todo está en un mismo, solo y único tiempo presente.

Creo que ya lo entiendo un poco más. Gracias… Entonces, según eso, la multiplicidad genera la totalidad que camina a la unidad, tras haber andado el camino al revés… o algo parecido a eso: del uno salió el todo, y todo volverá al uno. Y encima, de propina, somos absolutamente libres para complicarnos la vida…

- Equilicuá… O algo muy parecido a eso, como tú has dicho. Es que el lenguaje aún lo necesitáis para comunicar pensamientos y sentimientos. Pero en la plenitud no existe el lenguaje, tan solo el conocimiento. Más todo llegará… Mientras tanto, pensad en esto: La libertad no es conseguir lo que queréis; la libertad es querer lo que consigáis.

¡¡ Joer..!!

- Pues sí, justamente eso: ¡joer!..

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

PALABRA DE FÍSICA

(de InfoBae)

 

Toda persona versada en la ciencia acaba descubriendo que una inteligencia superior, infinitamente mayor que el hombre, se manifiesta en las leyes del Universo”. (Albert Einstein).

Es curioso, muy curioso, constatar esta cita en una persona que no era creyente, nada religiosa, y casi atea… La Iglesia lo separó de la verdad, y la ciencia le entregó esa verdad… Su libro “Mi concepción del Mundo”, resulta de una profundidad conmovedora.

Me reflejo tanto en su contenido que me da hasta miedo. Yo, que soy un auténtico don-nadie, un mindundi del pensamiento, empecé a descubrir a Dios en la segunda ley de la termodinámica comparándola con la primera frase del Catecismo Ripalda.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

¿QUÉ C... ME PASA?

(de Cadena Ser)

 

Lo estoy viendo ahora mismo: Zaragoza, Virgen de turno (El Pilar, claro), ofrenda de flores (a ver cuándo, en algún lado, se hace ofrenda de buenos propósitos). Veo a un abuelo, a un lado su hijo, y al otro su nieto, el trío vestido de baturros… al viejo se le ve emocionado, orgulloso, luciendo uniforme de sangre. Ocurre lo mismo, exactamente igual, en cualquier lugar, fiesta o advocación: en Madrid, Galicia, Sevilla, Valencia, Murcia con su huertanía a flor de piel; y más sacapechos cuanto más veteranía en olor a miel… Y salvo una enorme cantidad de casos que solo acuden a lo superficial, por la fiesta, por el selfie, por el ambiente, solo por disfrazarse de disfraz, siempre estarán aquellos que sienten cierta raigambre, o, al menos, creen sentirla.

Quizá esos sean los menos falsarios. Aunque, las más de las veces, están anclados a unas costumbres santificadas de tradición que no tienen más propósito que el de dejar atado y bien atado… Y creen a pies juntillas que no existen más valores que esos, que por no saber, no saben de dónde, ni cuándo, ni el porqué la emoción ande pegada al ir investido de güertano. Lo que se le ha transmitío, y eso es sagrao… Pero, bueno, con todo y con eso son más auténticos que los que usan el refajo y los zaragüeles como uso corsario de la juerga y la borrachera. Lo del vino joven en odres viejos nunca ha funcionado.

Ocurre un poco igual con el uniforme militar. Uno/una se lo encasqueta y también se reviste, como por ensalmo, de airosas marchas, de bizarría, de heroicidades sin cuento; de un patriotismo confeccionado a medida de la mente… y aflora la emoción, y todo eso. Es exactamente lo mismo, y todo obedece a calculados parámetros: sentirnos pertenecientes a algo; formar parte de una Historia, aunque sea más historieta que otra cosa; fijar nuestras raíces en algo que creamos, o mejor, que nos hacen creer, auténtico o pseudoauténtico; sentirnos anclados a algo que pensamos superior, en definitiva.

Y nos pasa exactamente eso mismo: primero, nos predisponemos mentalmente, y luego nos calzamos el hábito y empezamos a sentir la sensación de dependencia que tanto necesitamos: de moro o de cristiano, de baturro o de huertano, de cartaginés o de romano, de celta o de lagarterano, o de “por ánde anda el marrano”… Lo cierto es que necesitamos mimetizarnos con ese fabricado entorno para sentirnos depender de algo exterior que hacemos nuestro creyendo que lo es, y que imaginamos superior a nosotros mismos. Por eso nos gusta tanto disfrazarnos. (En realidad casi siempre andamos disfrazados).

Porque lo cierto es que nuestro país es rico, riquísimo, en festejos disfrazatorios… ¿Qué no existe la tradición?, pues se inventa: venga, una de Trinaranjus y Berberechos, que una vez arrancar, lo demás nos viene por añadidura… Algo, en nuestro inconsciente colectivo, nos empuja a disfrazarnos de forma y manera compulsiva, y salir a la calle a lucir nuestro palmito, y presumir de aquello que imito… Naturalmente, cuanto más antiguo y arraigado, versus nazarenos y manolas, por sacro ejemplo, más honda sensación de pertenencia que sentimos. Hasta el sollozo y la lágrima, que nunca diré yo que no se sienta desde las tripas, por supuesto.

Sin embargo, yo he de hacerles a ustedes una confesión. Pero una confesión muy sincera y muy honesta por verdadera, porque para eso lo comparto con todos los que me leen – sea para bien o para mal -con toda mi alma: un servidor nunca, jamás, ha llegado a sentir ese vínculo de pertenencia, ni de orgullo, ni de anclaje, ni de “mire usté que se me eriza el vello”, ni nada de nada… Ni cuando juré bandera, óigan, de soldado de Aviación al alirón; ni aunque me hubiese vestido de huertano, hortelano o coreano… que nada, doctor, que no siento nada, que no se me empanada nada…

Y pasa que, como miro alrededor… ¿o se dice enderredor?, y lo veo todo y a todos tan homologaditos con la ropa, que la han pagado a un ojo de la cara y la guardan en el altar de los lares para la próxima investidura, bien planchadica y con total veneración, hasta que la muerte o la suerte nos separe… Pues eso, que menos este apestado que soy yo, porque no siento lo más mínimo de esa cosa que se dice de que “es que hay que vevirlo”, es por lo que, ciertamente, me pregunto, si es que soy un enfermo, un ácrata, un revolucionario o un francotirador de campanario… Sea como fuere, pido y ruego, y suplico a los guardianes cerebrales que no me pongan en cuarentena… que ya me pongo yo solico, sin ánimo de molestar.

Pero que yo padezca esa “tara”, ese miserable “defecto”, no quiere decir, claro, que los demás y los cadacuales sigan identificándose con sus disfraces… En el fondo, sí que lo entiendo y comprendo: necesitamos identificarnos con algo o álguienes que nos hacen sentirnos superiores; y, por supuesto, intentar identificarse con uno mismo, no solo es defraudante, es que, encima, no trae consigo motivo de fiesta alguna. Menudo muermo. Así que mejor me olviden, que yo ya me aparto solo.

Pero me confieso padre, como antes se decía, que he pecado, peco y pecaré, de pensamiento, obra y omisión, de tratar de identificarme conmigo mismo, aún con toda la gilipollez que eso arrastre consigo… o sea, conmigo, para los demás. Porque, mire, con el pecado ya llevo la penitencia impuesta, “seojuro por éstas”… Me invitan a cualquier corro – pues yo no voy sin que me inviten – y, en cuanto se me ocurre opinar o mear fuera del jarro sobre algún algo, cuando abro la boca, se me ordena callar. “Ya sabemos lo que piensas, no te repitas más”, y me hacen la señal del “mu”.

Así que me es más fácil, bastante más fácil, predicar desde este desierto sanjuanero. Quien quiere, me lee; quien no, pues no… Unos estarán de acuerdo (pocos, muy pocos), o no (muchos, muy muchos), conmigo, y pueden expresarlo de mejor o peor forma por este mismo medio. Pero, al menos, puedo escribir lo que no puedo decir. Aunque me suelten (que me lo sueltan) que no respeto a los demás, yo sé que tan solo expreso mi disconformidad, mi sí-pero… mi yo-no-entenderlo. Lo que ocurre es que, tan solo eso, si va contra la generalidad, se considera irrespetuoso. Inmediatamente. Y punto pelota. Es la imposición de la grey, del gremio, de la tribu, contra el solitario. No existe abogado ni defensa alguna.

Por lo tanto, me he de justificar yo solines… Es posible, pué ser, a lo mejor, que alguna vez, en un día más o menos lejano, cuando las ranas críen pelo, la gente empiece a ser más personas que gentío; pero, mientras tanto tal utópico milagro se hace carne, yo seguiré en las trincheras, pero, eso sí, pese a quién pese, siempre con el fusil cargado.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

SOMOS MUY GILI...

(de El País)

 

En algo estamos fallando estrepitosamente. Tanto la administración y los políticos como la propia sociedad. En la sola región de Murcia (también en el resto de España) han quedado desiertas 25 obras públicas por falta de operarios.

Dice Frecom que no hay encargados de obra, ni montadores de andamios, ni pintores, ni soldadores… Debería darnos auténtica vergüenza moral en un país con nuestro índice de paro y la cantidad de emigrantes en nuestras calles en busca de trabajo.

Nuestro sistema no funciona, pero, lo que es aún peor, no dejamos tampoco que funcione. Somos como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer… Y, a la larga, esos errores se pagan muy caro.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

¿ESTAMOS EN PAZ?

(de 123RF)

 

El móvil me suena en horaje intempestivo de siesta interpuesta, en verano… Le echo un vistazo a la pantalla. Es uno de esos números largos que uno no tiene controlado. Normalmente no suelo contestar, pero como, a veces, me llaman de alguna clínica derivada de la Seguridad Social porque estoy pendiente de alguna prueba mecánica que tienen que hacer a la chatarra de mi chasis, pues decido cogerlo… “Dígame…” (puede que me llame algún notario de la Cochabamba por un tío indiano, perdido y fallecido, que me ha dejado un palacete en Asturias), nunca se sabe.

… “¿Usted está en paz consigo mismo?”... me suelta una voz un tanto airada e iracunda, con rabia, al otro lado del éter, o de donde venga ese otro móvil. Cuando consigo sacudirme el sopor del estupor – imagínenselo – mi pregunta lógica es : “¿con quién estoy hablando, por favor?”, y la respuesta no menos lógica, esta vez rabiosa, al parecer, es: “…sí, cuando escribe lo que escribe, ¿está usted en paz consigo mismo?”, y cuelga sin oír la mía a su pregunta. Deduzco de ello que tampoco le importará mucho que yo esté en paz o no lo esté, cuando no me deja responderla.

Pero tuvo la virtud de espabilarme. La pregunta primera, así, en seco, suena como a una modelo de advertencia de un verdugo antes de cumplir sentencia, no me digan que no… una especie de sicario de esos de los illuminatti de novela de Dan Brown o así…Es como lo que le preguntaba el inquisidor al reo de causa antes de pegarle fuego a sus cascarones… “Ponte en paz con Dios”, le conminaban, ya saben. O es una broma marca “acojone”, o algunos álguienes lo mandan a por el pellejo del escribidor pendejo.

Mas ha conseguido algo: que se me quede de rondón la preguntica, y me la haga a mí mismo una y otra vez, ¿estoy en paz conmigo mismo?.. Mira por dónde este personaje me ha venido a resolver uno de estos escritos (por cuyo contenido arde en santo enojo), a la vez que me hago una reflexión que compartir con todos ustedes. También miren por dónde, en el supuesto de que tal tipo aún me siga leyendo, puedo responderle a la pregunta que me hizo y no aguardó contestación: pues, mire, la verdad, en lo circunstancial, no, no estoy en paz conmigo mismo; pero en lo esencial, sí, sí que lo estoy… ¿podrá servirle?..

Naturalmente, cuando digo “en esencia”, también estoy diciendo “en conciencia”. Las circunstancias que rodean el núcleo de la cuestión es como el esperfollo de la panocha, ya me entienden aquí los de acá. Hace muchos años, quizá demasiados, en el norte, el sólo, único y último monje de un desvencijado y decadente “mousterio”, me decía: “son fuilles seques llevaes pol vientu”. Exactamente eso mismo, tal cual.

Pero sí… esencial y básicamente estoy en paz conmigo mismo. Lo que resulta inquietante, o a lo mejor tampoco, es que las personas que dicen estar, o crean estar, en paz consigo mismas, se atrevan a alterar la paz de otros. Esto se debe a que la paz de los segundos es prestada, impuesta, la única que vale, la que debe priorizar por las buenas o por las malas sobre todas las demás de los que no piensen como ellos… y eso es, precisamente, el detalle que a mí me afianza en la mía.

A cada cual debiera bastarle con su propia paz y no meterse en la del resto de los demás… y si no es así, es que la suya no es tal paz y le incomodan la de sus vecinos no homologados por los posibles ayatolah´s de la suya. A mí me valen todas las creencias que aporten paz a sus portadores, si estos actúan en la misma consecuencia. No me molestan si ellos tampoco molestan a nadie… En paz deberíamos vivir todos, aunque sean paces distintas y distantes. Lo malo, lo negativo, lo ponzoñoso, no es que tengamos paces y creencias diferentes, sino que la nuestra queramos imponérsela al resto de los otros.

Yo sí… estoy en paz conmigo mismo y con la de los demás que me acepten, y, es posible, puede ser, que acaso por eso mismo me encuentre en mi propia paz… Y es que, al fin y al cabo, cada cual ha de lidiar con su propia búsqueda en vez de cargar con su propio dogma. El hecho de expresar las ideas es un derecho, si se respeta la libertad de hacerlo; y el hecho de compartirlas implica voluntariedad, y riqueza, y conocimientos, y tolerancia, tanto por el que las transmite como por el que las recibe. Un mundo exento de normas y hormas siempre es más libre, más rico, más educado y más civilizado.

Quiero hacer constar aquí que esa especie de exabrupto me sorprendió, pero no me molestó… Me puedo sentir juzgado, pero no insultado, y mucho menos condenado. De haberme sentido interpelado, yo también habría reaccionado, airado y ofendido, por esa paz ajena que “se preocupa” por la mía. Pero es que no me sale de mis entresijos funcionar con los mismos parámetros de los que se sienten atacados y escandalizados en su fe. No solo demuestra entonces que su fe es falsa, es que también es un desperdicio patético e inútil que solo sirve para transformarse en odio, en rencor. Y el odio no merece la pena, es una mala inversión…

Ninguna “fe” debería sentirse afectada ni ofendida por ninguna opinión… El escándalo (lo dijo Jesús de Nazaret) reside dentro del ser humano, no fuera de él. Cada uno acopia el resentimiento que quiere, pero nada ni nadie le obliga a hacerlo… Pero esa pregunta, si le obviamos el retintín y la mala uva, es perfectamente válida para devolverla, como un boomerang, a todos y cada uno de nosotros: ¿estamos en paz con nosotros mismos?.. ¿sí?. Pues cojonudo (macanudo para nuestros hermanos de allá).

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

LA NADA Y LO JUSTO

(de RunRun)

 

Hoy vá de citas: “Nada puede venir de la nada” (Parménides)… Y, sin embargo, de la nada vino el todo. Será entonces porque no existe la Nada… Yo lo interpreto como que de la masa, de la gente, del gregarismo, no nos viene nada, cero, vacío… que todo nos viene a través de las personas.

Y, sin embargo, cada vez en mayor ocasión, incluso en su más próximo y prójimo entorno, la persona es cada vez más rechazada cuando aporta algo que se sale de la grey, del montón. Se le mira mal, y se le manda callar.

Decía Sócrates: “Si sabes lo que es justo y no lo divulgas, es que eres injusto”… Pues sí, y si lo divulgas te ajustician.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

LO CREAN O NO...

(de Amazon)

 

Ustedes me van a perdonar que hoy empiece así este artículo, pero es que no encuentro otra forma de desliarlo, y quiero hacer constar antes de nada, métanselo bien en la cabeza, que esto no supone un autoelogio: pero miren, estoy acojonado en mí mismo… ¿o debiera decir de mí mismo?. Los que me conocen, y los que me siguen, sobretodo los primeros, saben perfectamente el tiempo que vengo dando la lata sobre Dios, la religión y la ciencia, una trinidad que se hace la guerra civil a sí misma… bueno, el primero y la última van a lo suyo, pero la de en medio es la más beliguerante y la que quiere llevarse el gato al talego por todos los medios, más humanos y cizañeros que divinos, por cierto.

He buscado en mis archivos y más antíguos escritos, y hace unos 20/25 años, sí señores, un cuartillo de siglo, en que este servidor (ya no sé si de las monjas o del demonio) vengo aventurando, pontificando, cansando y repitiendo enfervorizadamente, que Dios se explica muy fehacientemente y casi demostrativamente, más a través de la ciencia que a través del dogma. Desde la la termodinámica a la física quántica pasando por Einstein y el Big-Bang de Hawking… Yo hasta diría que mejor que lo han venido haciendo las religiones y sus iglesias de poder desde su desaforado dominio a través de la Historia.

Son, me parece a mí, muchos años desde que me tiré a esa piscina, dando la tabarra a creyentes y ateos, porque desde ambos extremos de la cuerda he cosechado ataques furibundos e inmisericordes (en ambos lados anida el fanatismo y la cerrilidad), cuando no el suficiente bufido de desprecio de aquella intelectualidad que se sitúa a sí misma por encima del bien y del mal, y que tampoco está tan alejada de su propia ortodoxia fundamentalista… En esos veintitantos años, les confieso que, igual que al principio la carcajada, la mueca y el desprecio era lo que se daba – me sucedió lo mismo que con lo del cambio climático – en los últimos tiempos me parecía percibir, no sé, una especie de pudoroso, quizá educado quiero creer, silencio.

Bueno, a lo que voy: Acaba de editarse en el país vecino (ya está imprimiéndose en España) un libro que ha revolucionado todos los foros y ambientes científicos, filosóficos, teológicos y morales de la sociedad gala – la Iglesia aún no ha abierto su santo pico, pero ya graznará – y cuyo título es: “Dios, la Ciencia, las Pruebas”, autores: Míchel Yves Bolloré y Olivier Bonassíes, dos ingenieros, físico y teólogo, uno creyente y el otro no-creyente, etc… Yo ya me lo he encargado, por supuesto. Simplemente, no tratan de proporcionarnos una demostración científica y matemática definitiva y definitoria de la exisencia de Dios, pero sí un conjunto de indicios, razonables y racionales, entrelazados con el sentido común y la lógica, que permiten al lector tener una opinión cabalmente formada al respecto.

Justo… Ese ha sido exáctamente mi credo, el que he intentado transmitir durante más de veinte años con mis tole-toles; lo que he defendido a capa y espada contra todos los vientos de incomprensión, e independientemente de toda fé preconstruída, que puede seguir manteniéndose, o no, al márgen de los conocimientos que la ciencia nos pone en bandeja… Al propio Einstein, que no era religioso, le molestaba la teoría expansiva del universo, porque, decía: “se le parece demasiado a la Creación”, pero que también añadía, “las pruebas se fueron acumulando, y…”. Ya saben aquellos que lo saben: “Dios no juega a los dados”.

He de aclarar para los que me han seguido hasta aquí, que el libro ha sido revisado y supervisado nada menos que por el Premio Nóbel de Física Róbert Wilson, que fue el descubridor del eco del Big-Bang (la radiación por microondas), y que, por cierto, es gnóstico. Garantiza que se ajusta a las leyes físicas, químicas y electromecánicas de la ciencia… esto es: que no es un invento montado para vender libros, como muchos, en su derecho, pueden pensar a conveniencia de cada cuales. Y lo digo aquí y ahora, porque es justo lo que algunos unos y unas han dicho de mi último librico “Universario”: que es pura imaginación. Y era cierto, porque aún no se había escrito este libro. Ahora ya no lo es… Es que mi aval era la ciencia, y si no tengo un científico a mano que me la avale a la vez, pues eso… que quedo señalado de imaginación enfermiza, cuando no tendenciosa.

Pero yo me alegro que las cosas vayan por su paso y caigan por su peso. Nunca es tarde si la respuesta es buena. Los dos grandes defectos de nuestra época es que los fundamentalistas niegan los hallazgos científicos y que los materialistas rechazan sus descubrimientos… No hace mucho, me mandaba recado un lector: “yo sé que Dios no existe, lo diga quién lo diga, y con eso me basta”, decía el buen hombre con rabia, una declaración, como pueden apreciar, de enorme nivel intelectual. Como otra del otro lado del espectro afantasmado: “si usted no cree en el Dios de la Biblia solo puede ser porque sirve al diablo”… Apabullante. Sin embargo, ambas dos se complementan: Si Dios no existe, el diablo tampoco existe; y si Dios existe, el diablo solo puede estar a su servicio.

Y todos tenemos una parte de ambos polos, de diós y de diablo, para encararnos con la realidad, y para encaramarnos a la verdad física del espíritu y la materia. Pura ciencia entre otras cosas, como íbamos diciendo… Yo les recomendaría que leyesen el libro, claro, aunque puede ser un poco espeso, pues estamos tratando de investigadores con mente científica y principios científicos. Pero como ya yo… yo ya… si quieren, lo iré comentando más o menos puntualmente; aunque ya les digo, tan solo si añaden algo nuevo a lo que ya me duelen las muelas de ir repitiéndolo a Vds.

El Universo no es eterno, pues lo que ha tenido principio ha de tener fín; fué un Génesis explosivo, y un parto complicado; el gran relojero es más bien un gran físico y químico… Todo es tan viejo como nuevo, porque hemos de volver a aprender lo que hemos olvidado, y despreciado. Todos los Catecismos están contenidos en la Teoría de la Relatividad, y en el principio de la energía, pemanente y latiente, actuante y pensante, en cada persona y ser vivo. Todas las teologías cogen en la expansión del átomo…

Y todo eso nos lo explicó Jesús, el Cristo, en sus ejemplos más básicos y elementales; y las iglesias, naturalmente, se lo quitaron y lo adulteraron, como se lo quitaron de en medio a Él porque desmontaba su autarquía de poder: la judía lo eliminó, y la católica lo suplantó.

Los herederos culturales de esos sanedrines somos nosotros mismos. Y llegada es la hora de quitarnos el trapo de los ojos del entendimiento y dejar de dar vuelta a una noria que no nos lleva a ninguna parte… No son normas, ni dogmas, ni tradiciones, ni ritos, ni hormas, ni cadenas ni condenas. Tan solo es conocimiento.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

SINCRONICIDAD

(de Yoy Tube)

 

Un día en el tiempo, se te pasa una vaga idea de muchas por tu cabeza, deshilachada, gaseosa y despistada… Semanas después, una amiga hace un comentario suelto, que queda prendido a esa idea primaria que tú creías ya huida por el desagüe del reloj.

Algunas fechas pasan, y una tercera persona, decisiva en tu aún tierno barrunte, sin tú abrir la boca, te suelta un “Oye, ¿por qué no…?”, y ofrece el medio que media en sus manos. Horas después del mismo día, un tercero, sin venir a cuento, suelta unas palabras idénticas a las del amigo del principio…

Bueno, pues a ese… ¿fenómeno?, o manifestación, o lo que sea, tiene un nombre. Se llama “Sincronicidad”, y funciona más de lo que parece, a poco que esté atento. El resto es de su exclusiva responsabilidad.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

CONCIENCIA Y RESPONSABILIDAD

(de Vix)

 

Normalmente nos viene a todos muy bien echarle toda la responsabilidad a los políticos. Nos resulta muy cómodo – yo también suelo usar ese refugio a veces, no crea – pues nos permite esconder la nuestra como ciudadanos y como personas… He llegado a convencerme de que, en realidad, no los aupamos al poder y les pagamos sus suculentos sueldos, no para que se ocupen de ningún pueblo (por eso no les fiscalizamos sus actuaciones, como deberíamos hacer), sino para que actúen de pantalla de nuestras muy acomodadas y ya adormecidas conciencias cívicas.

Por ejemplo: les achacamos su retorcida hipocresía… las cada vez mayores y sangrantes diferencias sociales. Ciudadanos que no pueden dar dos comidas al día a sus hijos, mientras los del poder, y sus aliados oligarcas, incrementan sus nóminas y beneficios, y privilegios; la corrupción economipolítica in crescendo, dando paso así a los populismos (aunque luego, los que votamos ese populismo somos nosotros); el cómo, con un rostro como Jano, dicen defender las políticas verdes para salvar el medio ambiente, y por otra incrementan y fomentan acciones y actitudes contrarias a ello; hablan de la economía circular, pero apoyan la globalización… y un muy largo etcétera que hacen al revés de sus cantos de sirena… Me viene al recuerdo de cuando Sánchez se estrenó en el poder, cuando, en olor de multitud, se marcó aquél gesto humanitario con aquél Aquarius, ¿se acuerdan?.. en que dió sopas de moral a una decadente y dubitativa Europa. Pasados veinte años, el 80% de aquellos acogidos con cohetes y bandas de música aún siguen sin regularizar y malviviendo como pueden por ahí…

Pero, por otro ejemplo más, tampoco a ninguno de nosotros nos importa un bledo. Incluso una buena parte votamos por negarlos, machacarlos, y, a ser posible, hacerlos desaparecer en el mar o en el desierto antes de su llegada… eso sí, claro, sin que nuestros muy castos ojos lo vean, a ser posible. Como también colaboramos entusiásticamente en las políticas decadentes que van en contra de nuestro propio sostenimiento (cuando vengan los resultados de ello, ya culparemos a nuestros políticos sin culparnos a nosotros mismos).

No parpadeamos porque un coche valga el triple que antes pero dure una tercera parte menos que ese antes; o que desbaratemos, o se estropee a un ritmo in crescendo nuestra ropa o enseres en una obsolescencia programada (también obsolescencia moral, también) que nos hace tirarnos a la piscina de un consumismo atroz igual de programado: Navidad, Black Friday, y lo que nos echen al aprisco… O se nos agreguen productos químicos a nuestros alimentos cada vez menos naturales; y/o quememos cientos de miles de toneladas de fluorurocarbono a la atmósfera, aumentando la bronquiolitis de nuestros hijos, por comernos unas peras de Madagascar, o por irnos al sano aire de la casa rural de turno, acortándonos así la permanencia en un planeta cada vez más enfermo.

Apoyamos, babeamos y estimulamos equipos mal-llamados deportivos para que paguen cifras escandalosamente obscenas a tipos que se cobran nuestra estupidez a peso de oro, mientras a investigadores que luchan por librarnos de nuestras vergonzosas enfermedades sociales se les condena a la precariedad de medios más absoluta; tiramos cada mes más comida de supermercados, restaurantes y hogares a la basura de la que se necesita para da de comer a más de la mitad de la población mundial; hundimos en el mar a seres humanos, estos es, hermanos, que vienen a ganarse la vida con nuestras sobras, las cuales les negamos, pero recibimos con laureles y besamanos a los que vienen en cruceros… Y puedo seguir desgranando ejemplos vergonzantes hasta hartarnos.

Lo que hacemos, en verdad, es que criticamos en los políticos la toma de decisiones de lo que nosotros mismos provocamos. Les echamos la culpa de la causa de esta merder, pero luego aplaudimos, colaboramos y justificamos los efectos de esa misma merder. Eso es lo que hacemos. Y todos tan felices y contentos dentro de nuestra peña festiva y festivalera, que para eso están las fiestas… “Mucha mierda”, es lo que aquellos artistas se deseaban en el estreno de sus obras, porque la bosta era la señal que dejaban las bestias que tiraban de los carruajes del público que transportaban.

Nuestro signo de éxito también es el de “mucha mierda”, y esta mierda, mucho peor y más dañina que la de los equinos, que es buen abono al fin y al cabo… Nos congratulamos en un mundo enfermizo que está dando sus últimas boqueadas, y nos regodeamos en el resultado que estamos obteniendo (¿?). Luego, eso sí, en perfecta hipocresía para con nosotros mismos, nos la cogemos con papel de fumar y nos “escandalizamos” porque una novela de Agatha Christie se titula “Diez negritos”, por lo que la juzgamos racista, pero somos incapaces de ver el racismo diario y rampante en nuestras calles.

Y como calle viene de callar, como de callejear, y admito que resulta muy incómodo para ser admitido lo que digo, así, sin más, es el punto en que, si ha llegado usted hasta aquí, que ya es un mérito, sea el momento de decirme aquella muy ilustre e insigne frase del “¿y porqué no te callas..?”, que tanto lustre nos dio in illo témpore… Es que, en éste, también recurrente tema en mí, desde el tercero o cuarto en que empecé la serie inacabada, se me está poniendo en la calle desde algunas medianías de medios, y mandado callar, tan sutil como repetidamente. Pero seguiré denunciando tal cosa… Aunque me dejen sin calle desde la que no callar.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SEA COMO FUERE...

(de Alba Editorial)

 

Decía el gran escritor Steffan Zweig, que existe una especie de ley irrevocable en la que parece que la Historia niega a sus contemporáneos la posibilidad de conocer, en sus inicios, los grandes movimientos que determinan su propia época.

Y eso mismo lo estamos viviendo en este presente nuestro. Los que viven y sienten, e interpretran todo, según los parámetros de su partido, que no de su ideología, no ven la trascendencia de los actos que se desarrollan fuera de su “delimitada” percepción.

Yo lo comparo a un mapa: si vivimos en un punto del mismo solo vemos ese punto; pero si nos elevamos, podemos ver todo el mapa.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

MI CREDO

(de El Pais)

 

Algunos/algunas me echan en cara – sus razones tendrán – que mis invectivas contra la Iglesia como Sancta Institutione son como una especie de venganza que me tomo, por los oscuros, tenebrosos y plomizos años de mi niñez y juventud, en la que nos atemorizaban (aún lo hacen) entre las garras del pecado y la amenaza del infierno… Lo cierto es que, aunque así pueda parecerlo, no es realmente cierto tal cual. Así que, con el permiso de todos los que, a pesar de pensar así, aunque están en todo su derecho, siguen leyéndome, me voy a tomar la libertad de matizar un par de cosas: primero, no son invectivas, sino la constatación de los hechos; y segundo, no es vendetta, sino permitirme una pedorreta.

Es que, ya que viene a cuento, convendría muy mucho que el personal tomáramos conciencia cabal de la teología católica, impartida durante más de dos milenios, sobre su apropiado, retocado y vendido cristianismo, que es una suerte de falacia con la que captar esas precisas – y preciosas – conciencias, en beneficio de su exclusivo poder temporal mundial, influencias, riquezas, estatus, lo que haga falta para someter a toda la gente a sus ritos, a sus hormas, a sus normas y a sus dogmas.

Hasta hoy, que siguen en su teología, te enseñan a que tu vida existe como una prueba, una tentativa procelosa, para guiar tus pasos a que sean dignos de un “mérito” que solo ellos poseen en exclusiva, y deciden por ti, y te valoran, examinan y controlan como un Sanedrín… Pero si tú crees que tu vida existe como una oportunidad, un proceso, un propósito, por el cual empiezas a (más que a “descubrir”, a “recordar”) que eres el “heredero” de esa dignidad que te fue dada, y luego despojada por voluntad propia, entonces arremeten contra ti, vade retro, y te anatemizan, y te excomulgan, y te condenan al fuego eterno desde aquí mismo que hacen de tu vida un infierno.

Si tomas a Dios como una ego-identidad que te exige tu atención, adoración, temor y sometimiento, bajo pena de castigo, que ellos administran; e incluso, si hay que matar para lograrlo, se dirá de ti que eres un buen cristiano, cruzado y servidor de la santa causa… Mas si crees en un Dios carente de ego y de cualquier identidad o personalidad, pero como la fuente de todo y toda sabiduría y conocimiento, así como de un amor, aceptación, comprensión y perdón eterno e incondicional, porque no está hecho a nuestra imagen y semejanza, como nosotros queremos, entonces te conviertes en una persona peligrosa que estás minando la base de su poder, basado en el miedo y el temor (antes, terror).

 Si aceptas el Dios bíblico antiguo-testamentario, el de las batallas, celoso en su amor sagrado, vengativo en su castigo, enojado e iracundo, serás alabado y nombrado caballero de alguna Orden o cofradía que se emplee en santas causas persecutorias… pero si haces de tu Dios un Padre/Madre, dios/diosa, pacífica, justa y sabia, perdonadora y aceptadora (puedo hacerlo en género masculino per no me da la gana, bastante tiempo ha regido el machismo sacerdotal de los de la Torah, con la participación católica), entonces se te acusará de blasfemo, impío y no sé cuántas cosas más; y si, encontraran poder externo, te enviarían a los tribunales, te crucificarían y te expondrían en el humilladero público.

Y es que, durante demasiados siglos, se nos ha hecho creer que no se puede reconocer y complacer a Dios sin reconocer y complacer a “su” Iglesia. Error total… Dios no tiene Iglesias. Ninguna iglesia.Y mucho menos una más verdadera que las otras. La simple verdad es que Dios no necesita iglesias, pero las iglesias sí que necesitan a Dios. Es el modo de justificarse a sí mismas, ya que a Dios no le es preciso justificarse a Sí mismo a través de ninguna religión.

Jesucristo, si a Él acudimos, vivió rodeado de sinagogas y de la influencia del Templo, donde acudia de vez en cuando para tratar de ilustrar en la verdad, pero dijo a quiénes querían escucharle, que Dios hablaba a cada persona en el interior de sí misma, y que los templos, todo templo externo y ajeno, sería destruído sin que quedara piedra sobre piedra. No dijo cuándo ni cómo se cumpliría, pero había de implantarse antes aquí un por Él llamado Reino de Dios, que, por cierto, ni entonces, ni tampoco ahora, aún es de este mundo… Aún no, al menos.

El ser humano actual ha recorrido un largo camino con respecto a él mismo (no, desde luego, para Dios, omnisciencia absoluta). Ha sido troglodita, ha matado por cualquier motivo: trivial o tribal; ha guerreado, robado, violado, asolado y esquilmado; hemos sido asesinos y santos, fanáticos y fundamentalistas – y aún lo somos – en un inacabado proceso de entendimiento y superación… Y no han sido otros, hemos sido nosotros, nosotros mismos. Aún estamos en fase de perfección, como decía Rousseau, a medio terminar, a medio “recordar” lo que en verdad somos.

En ese recorrido, nosotros mismos, el género humano, hemos inventado religiones e iglesias para justificar a un Dios que obra directamente en cada una de sus criaturas sin intermediación alguna, pero que tolera todos nuestros caminos, por errados que sean. La imagen y semejanza humana la hemos basado en la obtención de poder, riqueza e influencia…

…Pero eso ya solo son muletas que frenan y entorpecen más que ayudan en nuestra andadura evolutiva… Son llegados los tiempos en que los seres humanos comiencen a andar por sí mismos, sin más tutelaje que su propio equipaje; interesados solo que en la construcción de su propia “conciencia”, que no es otra cosa que “consciencia”… Por nuestros frutos nos iremos conociendo - y re-conociendo – a lo largo de todo el camino.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

¡ VÁLGAME DIOS !

(de Cope)

 

El Papa Francisco metió las dos patas en su discurso a la juventud rusa, en el que alabó el “glorioso pasado” del imperialismo de Rusia, animándolos a seguir en ello, y sin mencionar, ni por activa ni por pasiva, el abuso histórico y asesinato humano que hoy se está cometiendo en Ucrania (EP-30/8).

Naturalmente, Putin se aprovechó de la alocución para sus criminales fines, y Ucrania se lamentó y protestó por el enorme agravio vaticano. No he leído ni una sola réplica por parte de instituciones ni de las gentes católicas del orbe mundial.

Suena muy desagradablemente a actuaciones pasadas, en que la Iglesia usaba la violencia para sus fines, o luego se alineaba con el poder más fáctico para lograrlo. Otro imperialismo más, al fin y al cabo.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

RELIGIONES

(de Infobae)

 

Hubo un tiempo en el tiempo, en que el hombre reconocía a Dios en la tierra viva, en los páramos y en los bosques, en los ríos, en las montañas y los cielos, en los animales que le proporcionaban el alimento que necesitaban, y el abrigo para sus cuerpos; lo sentía en la luz y el calor del sol y en las oscuridades de sus noches, en el trueno y en la lluvia, en los vientos y en las estrellas, que, en la muerte del día, pasaban sobre sus cabezas; lo encontraban en las cuevas donde se refugiaba y descansaba, en el fuego sagrado que le fue dado; se comunicaba con Él a través de su sueño y de sus sueños… El ser humano vivía a Dios, y se vivía a sí mismo en Dios, a través de la naturaleza y de su propio ser creado.

Quizá fuese la más perfecta comunión del hombre con la esencia divina por medio del mundo al que fue entregado y que le fue confiado. Conforme iban conociéndolo y conociéndose, igual iban descubriendo su conexión – íntima – con Dios (que se divide a Sí mismo en Dioses = potencias naturales)… Tenía toda la elementalidad de lo perfecto, y toda la perfección de lo sencillo: Dios es la totalidad en la diversidad; el uno de muchos todos que son Uno solo…

Aquello que, en definitiva, vino a definir intelectualmente Hermes Trimegisto, en los albores de las primeras civilizaciones, y que dejó grabado en su Tabla Esmeralda (Egipto), “Como es arriba, así es abajo”, en que todo es lo mismo porque Todo es el Mismo – Dios – y aquí no hay más tea que la que arte ni más cura que no sea mi padre… Los muchos dioses existen únicamente porque existe un solo Dios, y a través Suyo. Y, encima, nosotros incluídos en el lote, como a Él le gusta… Muchos milenios después, la ciencia desarrollada por la especie humana (ejemplo, la Física Quántica) se encargaría de dar oportuno “Fiat” a todo lo dicho, mediante su demostración termodinámica energía-materia-masa-forma, y demás leyes inteligentes por la que todo se rige.

Vale… El primer problema que surgió es que aquella primera élite de humanos, más pensantes que pensadores, se dijeron a sí mismos: ¿porqué no montarse una religión con estas verdades, que para el resto aún es nebulosa, y que vengan a comer de nuestra mano, al tiempo que los dominamos en propio beneficio?, ¿porqué lo que es de todos no hacerlo nuestro solo?.. Y dicho y hecho. A partir de ahí, según qué cultura, comenzaron a surgir divinidades pagadas y pegadas a sus propios sacerdocios unívocos. Toda una casta sacerdotal nacida del manejo de la verdad para falsear su verdad, y ocultar la absoluta al resto de los demás. A partir de ahí, las civilizaciones se montaron sobre dos columnas: sacerdotes y fieles.

Lo primero que se prostituyó fué el sentido de su propia definición: religión proviene del latín re-ligare, vuelto a unir… cuando, justamente, lo que hicieron fue todo lo contrario, des-ligare, soltar lo que estaba atado. En realidad deberíamos de llamarla desligiones en vez de religiones, pues han separado al Hombre de su Dios al que estaba unido, para erigirse ellos en medio como únicos y exclusivos intérpretes y representantes de ese mismo Dios, al que han desmontado y vuelto a montar según sus intereses, para usarlo con personas a las que han convertido en gente, en masa, y las utilizan a través de manipuladas tradiciones; de ritos, normas y dogmas.

La estrategia es simple: para que la religión organizada tenga éxito tiene que hacer creer al personal que la necesita; para que los humanos pongan su fe en algo, primero han de perderla en sí mismos; entonces te hacen ver que ella, la religión, tiene las respuestas que tú no tienes (Jesucristo dijo que las buscáramos dentro de nosotros mismos); y, por último, inducirte a aceptar sus respuestas como únicas válidas, y, además, incuestionables.

Por eso que la religión no puede permitir que pensemos por nosotros mismos, y nos inocula un sistema de pensamiento ya elaborado, digerido y dirigido, y controlado. De ahí que lo primero sea hacernos dudar de nuestras propias capacidades – que el mismo Dios nos ha concedido a todos, por cierto – e implantarnos el “temor de Dios”, que es más un temor a Dios, y que ha sido la más perfecta y nefasta de las ideas inyectadas. Por el miedo se consigue el poder, y por el poder se llega al dominio… elemental, querido Wattson.

Es la que ha hecho al hombre inclinarse a Dios por puro temor, cuando antes se alzaba ante Él como un hijo ante un padre; lo que ha hecho al hombre avergonzarse de su propio cuerpo y su propia alma haciéndolos objetos de “pecado”, concepto hominoso y horroroso, aliado de un infierno inventado, cuando antes era el instrumento de Dios con Dios y como Dios mismo; la que se ha puesto a sí misma de intermediaria ante un Dios que no precisa de intermediarios; la que se ha colocado ella misma por encima del hombre, y al hombre por encima de la mujer, diciendo que es a “imagen y semejanza” de Dios, cuando es justo al revés: que hemos hecho a Dios a nuestra imagen y semejanza…

…La que ha creado, en definitiva, la desunión, que es lo puesto al mismo Dios, que es Unidad, y encima, unidad perfecta. En una ocasión, Jesús, el llamado Cristo, dijo algo así como que “vuestro cuerpo es vuestro templo, porque allí, dentro vuestro, reside el Padre, y vosotros sois sus sumos sacerdotes”. No se necesitan grandes obras construídas con la sangre de los hombres, con enormes riquezas en su interior cuando la gente muere de hambre en su propio mundo; ni enormes curias viviendo como ricos entre los pobres. Dios es ciencia y conciencia, y el gran templo de esa conciencia es uno mismo por sí mismo… Es Su palabra, no la mía.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

AUTOENGAÑO

El Indice de Pobreza de España alcanza el 9% de su población… El Índice de Pobreza de nuestra Comunidad Autónoma alcanza al 31%. Deplorable: 480.000 murcianos en el umbral de la pobreza es mucha miseria para nuestra Región de Murcia, qué hermosa eres…

Por otro lado, también somos una de las regiones de toda España con mayor deuda pública: 12.000 millones de euros. Tocamos a 8.000 euros de púa por murciano, incluída esa casi tercera parte que apenas alargan para dar de comer a sus hijos.

Pura ruína. Pero nuestro staff políticopepero solo cantan aleluyas a su buena gestión, y logran que nos creamos que vamos requetebien… Jamás he visto en nuestros medios, que son suyos, tamaño despliegue de autoalabanzas y ocultación. Me recuerda al Mao chino aquél…

(de Telesur)

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LEVÁNTATE Y ANDA

(de Revista Vive)

 

El otro día soñé (no suelo recordar los sueños, pero este sí), que un sujeto extraño, al que, al poco, reconocí por Jesús, se adelantó entre una pequeña multitud que lo acompañaba, y, aproximándose a un no menos extraño lugar – fijo que era más cueva que tumba – gritó sin penetrar en ella: “¡Lázaro, peazo gandul, levántate y sal ya de ahí, joer!”… Así, tal cual. Después, un par de mujeres, como a modo explicatorio, le dijeron al Cristo: “la culpa es de unos muertos que lo enterraron con sus muertos… estando aún vivo”…

Como la cosa tenía pelendengues, no me digan ustedes que no, lo archivé en mi consciente, pendiente de que mi subconsciente, o esa cosa a la que llaman sincronicidad, dijeran lo que tenían que decir, si es que tenían que decir algo… A los tres o cuatro días, aterriza en las “Notificaciones” de mi cuenta en Facebook, un suelto de un Blog de Lectores, llamado El Universo Paralelo, con una entrevista a Níkola Tesla, en que dice que “somos dioses, pero lo hemos olvidado”, y una pregunta de alguien que plantea: “¿qué pasa con el ser humano tras su muerte?”..

Ni corto ni perezoso, yo contesté: “el ser humano nunca muere”, y me quedé tan pancho y tan pincho, regurgitando, como los chotos, el recuerdo del sueño que vaya usted a saber de dónde salió ni lo que fué… Hago aquí este inciso, y aprovecho para contestar a los que me dicen que “vaya una mierda de periodista que eres”, que yo nunca me consideré, ni me considero tampoco, periodista, sino más bien cronista, si acaso, y ni siquiera sé lo que soy, bien mirado y por si les sirve de algo.

Pero prosigamos, please. Si analizamos la situación del ser humano a la luz de su historia, y a los focos de la actualidad, nos encontramos más dormidos que despiertos a docenas, quizá cientos, de situaciones de las que nosotros mismos nos convencemos (con el esfuerzo de otros que desean convencernos, claro) de que las cosas son como son y no tienen solución… Un ejemplo entre muchísimos: nos llegan a las lindes de nuestros acomodados países enormes cantidades de seres humanos – humanos significa hermanos – en pateras y cayucos, que antes tratamos de hundir en el mar, o, en su defecto, hundir en la miseria de nuestro desprecio; y, a la vez, nos llegan otras enormes cantidades de seres humanos, éstos en cruceros, a los que abrimos nuestros brazos y nuestras cajas, y nuestras dudosas conciencias, como si eso tuviera que ser así y no entrara en contradicción nuestra contribución.

A mí me parece, no sé, ustedes mismos juzgarán y me juzgarán, que todos somos puñeteros Lázaros que aún no hemos sido despertados de nuestro cómodo sueño al grito de “levántate joío gandul, y echa a andar”, y que aún no hemos despertado de una muerte autoinducida, que nos viene muy bien como sopor de nuestras miserables existencias y anémicas conciencias, pero que sienta muy mal a nuestra evolución como seres vivientes… Y no confundan “vivientes” con nacer, respirar, comer, joder-nos y morir, que eso lo hacen hasta las piedras; lo de “vivir” en un ser humano es “sobrevivir” a una existencia sin final, y esto enlaza con lo del segundo párrafo de aquesta crónica.

Los que nos llamamos, o nos sentimos (no es lo mismo) humanos, estamos bendecidos/condenados a tirar del carro de una mal interpretada Creación, que no ha terminado ni siquiera de plantearse. Nos guste o no, lo creamos o no, lo queramos o no, somos parte activa (y pasiva también, y pasiva) de ella, para bien o para mal, y nuestro conocido por “libre albedrío” que lleva la conciencia de sí mismo y las consecuencias también. Y eso nos hace responsables directos de ello… Así que podemos seguir durmiendo, que no dormidos, en el fondo de nuestro cueva-tumba, o despertar de una puta vez por todas.

Discúlpenme tal exabrupto… Soy consciente que este tipo de escriturarios son incómodos, espantan y molestan. Lo capto por un par de señales contradictorias (será por la ley de los opuestos) y es que lo mismo me llegan rechazos frontales y entristecedores, que señales breves, pero ilusionantes, de personas distintas y distantes, que se interesan, y me contactan, y me comentan… No hace mucho me llegó que se están formando grupillos que me conmueven, que se juntan para sopar en esta ensalada, lo cual me satisface, y me compromete, y me responsabiliza…

Pero no me llamo a engaño, no crean. Lo curioso es que todos esos tímidos y pálidos movimientos se manifiestan lejos, muy lejos de aquí, como si ésta fuera tierra baldía… Tampoco es que me importe, ni mucho menos. También soy consciente de que nada se puede cambiar a mejor sin que exista una apertura de consciencia primero, y de conciencia después; y no se puede generar eso sin antes sentir el impulso de hacerlo; ni se puede sentir tal impulso sin que ninguna semilla haya hecho eclosión en nuestro interior.

Es un proceso lento en el que todos, ustedes y yo, nos encontramos inmersos… A lo mejor, o a lo peor, a mi me ha tocado en ese Mus ir soltando esas esporas por esas redes de Dios y del Diablo, y en esos medios que apenas son cuartillos, a ver si alguna rompiera alguna corteza oscura y protectora de vez en cuando. Y eso es lo que espero e intento, mal que bien… Pero lo que me van a perdonar es que no sepa hacerlo mejor… Lázaro, anda y levántate ya, coño ¡!

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

EL ABUSO

El Seprona ha empapelado a veinte agricultores mazarroneros por abrir cincuenta pozos ilegales con que regar sus lechugas, tomates y melones… No diré yo que se deba o no hacer, pero el padre que no puede dar de comer a sus hijos roba para poder mantenerse. Y aquí, ni llueve ni nos mandan agua alguna.

Mientras tanto, hasta en las tiendas de barrio han dejado de vender verduras frescas, y solo tienen de las insípidas congeladas… en un lugar que, hasta en tiempos de duro secano, nunca faltaban para sus habitantes.

Algo ha cambiado y para mal. Mientras tanto, las grandes distribuidoras intermediarias acaparan y multiplican por diez el precio de los productos que monopolizan sin ningún recato… ¿Y alguien hace algo?..

(de Meer)

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com.

EL TIEMPO, bis

(de Pijamasurf)

 

Hace tiempo escribí sobre el Tiempo… Ya saben ustedes, lo de que el “tiempo” como tal no existe; y que todo es un “contínuum presente”, como constató Einstein en su muy acertada Teoría de la Relatividad; y que tan solo es como una herramienta deshechable, solo apta para, y en, nuestro actual estado evolutivo, y todo eso… ¿se acuerdan?. Bueno, pues es que algunos unos, y unas, me pedian que hiciera el favor de ampliarlo con un poco más de información, que me lo agradecerían mucho y todo eso…

La verdad es que a mí no tienen que agradecerme nada. Yo solo sé lo que es, lo que siempre ha existido y de nuevo se va descubriendo, o mejor re-encontrando, y esos conocimientos pertenecen a todo bicho viviente. No son míos. Por lo que no tengo ningún derecho moral a guardármelos para mí, ni ocultarlos a nadie que me los pida… Lo que puede pasar – y suele ocurrir – permítanme que sea sincero, es que no todo el mundo llega a entenderme, y entonces pasa lo que pasa: que me mandan a hacer gárgaras. Y no es suya la culpa, sino mía, que no sé vulgarizar mejor lo que quiero explicar. Ustedes sepan pues disculparme si no consigo hacerlo como es mi deseo.

Quizá nos ayude a entenderlo si le cambiamos el gráfico al símbolo del Tiempo… Veamos: nosotros lo solemos imaginar como una línea que transcurre de izquierda a derecha, ¿verdad?.. en la izquierda queda el “pasado”, en la derecha imaginamos el “futuro”, y en el centro colocamos nuestro “presente”. Pues ahora intentemos representarlo como una línea vertical: arriba el pasado, al centro el presente, y abajo el futuro, por ejemplo. O al revés, dá igual. Pero, al tenerlo todo en nuestro centro visual, en el mismo eje central de visión, la sensación es que todo está contenido en el mismo plano, como todo ello a la vez en el tiempo… Y esa es la idea: que no son acontecimientos secuenciales, aunque así nos los parezcan, sino actuales.

La leche, ¿no?.. bueno, pues ese, precisamente, es el aspecto de la Relatividad einsteniana: como un paradigma vertical, con momentos, hechos y acontecimientos, “apilados” unos sobre otros que suceden a la vez en el mismo tiempo. Véanlo de otra manera: si nosotros estamos y vivimos “en” un mapa, no podemos ver todo el mapa, solo el punto donde nos encontramos, ¿vale?, pero sí nos elevamos a una dimensión superior al mapa, entonces lo vemos y captamos todo a la vez.

Vale. Aquí quizá me pillen en un renuncio: “te sascapao el futuro, tío listo”, se me argumentará. Y no, en absoluto. El futuro es tan presente como el pasado porque es una secuencia de una consecuencia: el presente es consecuencia del pasado, y el futuro “será” consecuencia de nuestro presente. Ley de causa y efecto… Para la “realidad absoluta” o plano superior, llámenlo Dios si se sienten más cómodos, todo queda registrado en un solo y mismo instante: el eterno presente, por lo que, aquello que nosotros llamamos futuro, que desconocemos, junto a lo que llamamos pasado, que conocemos, es un solo y único hecho que se vá secuenciando en nuestro punto que vemos como presente… Se me dirá que, si soy tan chulico, que lo demuestre, que es lo que suelen decir los que todo lo demuestran a base de una inconcreta y poco sostenible “fe”… Yo no puedo, amigos míos, pero la Física Quántica, que es pura ciencia, sí lo ha demostrado.

Luego, hay algunos axiomas de una lógica acojonante, tan simples, que, como decía aquel arriero, "pueden espantar a las bestias"… Por ejemplo: el tiempo realmente existente es en el que estamos. No en el que estuvimos, ni en el que estaremos. Así que, si el tiempo marca nuestra presencia, tan solo existe como nuestro presente. Nosotros ni fuímos, ni seremos, tan solo somos. De ahí que se diga lo que afirmó en su día el tío Albert como un principio incuestionable… Y sí, ya sé, lo reconozco: a nuestra mente, acostumbrada a ser engañada por lo aparente y los embustes interesados, le cuesta trabajo digerirlo, lo entiendo. Pero así son las cosas.

Y los que las investigan, afirman que constantemente viajamos entre las realidades de esta esfera de tiempo, que no es tiempo, pero que nos parece tiempo, generalmente en nuestro espacio onírico, donde el subconsciente releva al timón al consciente. El conocido fenómeno por “Dejá Vú” es una de las maneras en que cobramos consciencia de todo esto.

La cuestión es que estas viejasnuevas realidades enlazan y contactan con antiguas teologías que lo confirman. Hasta tal punto que avanzan que el concepto “edad”, directamente relacionada con el tiempo, en consecuencia lógica tampoco existe, al menos literalmente hablando… Que el haber nacido, antes o después, a una determinada realidad física, es accidental, circunstancial, y tan irreal como el propio “tiempo” que la sustenta. Y que el concepto “edad” relacionado con las almas que nos viven (o que nos habitan) tiene que ver con el nivel de “conocimientos” acumulados, si acaso, y no con la medida de ningún reloj, ni calendario, ni número de arrugas. Tampoco se trata de “almas” viejas o nuevas, sino evolucionadas en un mayor o menor grado o nivel, puesto que la creación de todo, fuera “Fiat” o “Big Bang”, fué única, de todo y a la vez… Podríamos decir, a grosso modo, que todos lucimos distinta edad pero tenemos el mismo tiempo.

Creo que debo parar aquí… Podría seguir hablándoles de la sabiduría y la ignorancia, de la luz y la oscuridad, o de lo bueno y de lo malo, que son conceptos que elabora nuestras mentes, basadas en la experiencia relativa de lo que creemos que es nuestra existencia, pero lo vamos a dejar. Tan solo les diré que, según transcurre nuestra vida, nosotros solitos vamos cambiando las reglas, combinándolas, adaptándolas a nuestra realidad más o menos actual. A nuestra Realidad Presente. Nos fabricamos las herramientas con las que nos trabajamos a nosotros mismos (el tiempo es una de ellas) y así vamos…

Confío y espero que a los que me pidieron un bis de El Tiempo hayan encontrado algo que les sirva de algo – valga la redundancia – y que haya sido algo de lo que esperaban, aunque solo sea una parte de un poco. Entre la espantosa pesadez para unos y la sutil ligereza para otros, anda el fiel de la balanza. Búsquenlo… Al “solo sé que no sé nada” de Platón, otro que escuchaba, le dijo: “pues en la nada está el todo”, a lo que el filósofo le contestó: “cuánto más encuentro, más me falta por encontrar”… Pues eso.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com