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"PECADOOOLL..."
- Por miguel-galindo
- El 17/04/2023
(de QueDiario)
De un pasado artículo, creo recordar que se llamaba algo así como “Confesémoslo”, tocaba de refilón, y porque venía a cuento, claro, el concepto de “Pecado”, si bien que sin detenerme a examinarlo bajo lupa, ya que eso está condicionado a un sentimiento íntimo de culpa que no requiere tal lente, y, sin buscarlo, me llegan ecos de algunos alguienes y alguienas, que me piden, un poco casi me exigen, así, sin anestesia alguna, que escriba algo sobre el Pecado Original, que parece, o eso dicen, tener la culpa de todo este montaje… Como me cogió con la guardia baja, solo pudo contestarles de igual sopetón: ¡ pero leches, ¿es que el pecado existe?!, sin darme cuenta que me estaba respondiendo a mí mismo.
Pero ya que estoy, y como les debo una excusa y una explicación, pues vamos allá con el envite, no sin antes dejar constancia que todo esto no deja de ser más que una opinión personal de este humilde servidor del convento, de cuyos muy estudiados y basados convencimientos, soy reo de mí propia conciencia, pero no responsable ante las ajenas. Únicamente de las que se fijan en ciertas coincidencias… Y no, con su permiso y con mis disculpas, no creo en modo alguno, ni en el original, ni en las copias posteriores. Abriré aquí el melón, si les parece, o mejor dicho, la manzana, aunque su mal uso sea un error. Un error, por cierto, cuyas consecuencias pagamos nosotros solicos por gilitontos y por voluntad propia, o a lo mejor ni eso… Lo de “Pecado” es el eslabón principal de la cadena que las religiones han tejido como un dogal alrededor del cuello del ser humano, en cuanto a como hombre y mujer se refiere.
Cuando la recién humana Eva prestó atención al ofrecimiento del serpentín (esto lo digo así, con segundas, pero busquen ustedes el por qué): “si comes de este fruto seréis como Él” – yo creo que en verdad fue: “sabréis como Él” – y no la nacieron tonta, pues dijo que yes, sí, claro, que merci, thank you, graccie tanti, spasiva, arigato… y le echó mano al regalo del conocimiento… Del conocimiento del bien y del mal, no olviden cómo rezaba en el Edén (tierra de Adán) y todo eso, esto es: del conocimiento de la causa y el efecto; del viviendo y aprendiendo; de los pares de opuestos; del te vas a enterar de lo que vale un peine… De sobrenombre “el Árbol de la Vida”, porque no es lo mismo vida que existencia, no es igual vivir que existir. El animal no sabe que vive, pero tú sí que lo sabes.
Luego, ya saben ustedes la que, una vez asumido el envite, les cayó encima: las del pulpo. Los largaron de un estado paradisíaco a tomar por el saco. De un estado animal de idílica existencia a tener que buscarse la intendencia. Los primeros sin atender necesidad alguna de vestido, condumio, etc.; a los segundos que se auto-desterraron a sus propias necesidades, esto es, a ganarse el pan con el sudor de su frente y el esfuerzo de su mente. Esto es: con ello les/nos otorgaron una enseñanza que tampoco era moco de pavo. De ser animal pasó a ser humano pensante y sintiente de sí mismo. Dicho de otro modo: lo dotaron de conciencia propia, que no la tenía, y le regalaron la potestad del Libre Albedrío, pues qué puñeta de autoconciencia sería si no se dispone de libertad para ejercerla y aprender de ella, de sus frutos… por los que hemos de conocernos …
Y permítanme aquí un inciso: si los Elohim (plural de dios: dioses) aparentemente se cabrearon por el robo del fuego sagrado – como Prometeo, casualmente – de la sabiduría, lo lógico y razonable es que le hubieran dado matarile a la desagradecida criatura, ¿no?.. pero no lo hicieron. Y no lo hicieron por la sencilla razón de que la serpis tan solo cumplió con su misión, un cometido preestablecido en el plan de la creación, que es la de transmitir el conocimiento (la serpiente en la cultura griega significa eso mismo, por cierto). La traducción interesada religiosa es que aquí se “castigó” a la aparente víctima por “desobediencia”. Pero no era tal.
Y aquí está el busilis of the question, porque en esta parte precisa, y preciosa, de la antigua escritura (el Génesis es una parte de la Cabalah hebrea, conste en acta, señores del jurado), las instituciones religiosas, misóginas hasta el gollete, primero la judáica y luego traspasado a su heredera la católica (el cristianismo, en puridad, no fue religión alguna), inventaron, traspasaron y transpolaron el concepto de Pecado y muy señor mío a totus tuus…
Pero es que ese invento es utilísimo a toda jerarquía religiosa que se precie, de cualquier iglesia o invención, para someter, manipular, acobardar, bajo el autonombramiento unilateral de ser los representantes exclusivos en la tierra del mismísimo Dios, bajo la zarpa más efectiva existente desde ese mismo principio del mundo: el Miedo… Bajo el temor al pecado se crean cielos e infiernos, purgatorios y lavatorios, cuyos premios y castigos se reservan y ejecutan desde las curias sacerdotales con su marca registrada, tanto aquí como tras la muerte, amén.
Con esta estrategia, se aseguran una lealtad supersticiosa y una obediencia ciega, con la que frenan e intervienen el plan de evolución natural establecido por y para el ser humano, que es de lo que, en definitiva, se trata… Ese libre albedrío, que, bajo la ley de Causa y Efecto, establece la responsabilidad en la consecuencia de los actos, la enseñanza efectiva, que ellos secuestran para mantener el poder y el control de todo lo humano sobre este mundo. Se alimentan de nuestra energía captando nuestra atención y adoración, ya saben: A Dios a través de Nos…pero ocultándonos la verdadera verdad, lo auténtico, lo real y genuino, ya que perderían todo el poder e influencia sobre la gente.
El error (no el pecado) del hombre es haber caído en el engaño. Como somos co-creadores con Dios, o los dioses, de nuestra realidad, nos creamos a nosotros mismos una realidad falsa, engañosa, que nos devuelve, en consecuencia, a una existencia defectuosa, incompleta, errónea, equivocada; y andamos perdidos en sus entresijos… No pecamos, si no que nos equivocamos. Así lo elegimos nosotros mismos en nuestros primeros albores: aprender de nuestros errores.
Al que se crucificó por revelar estas verdades (luego hicieron de ellas una religión) dejó dicho: “la verdad os hará libres”, y después: “Buscad – por vosotros mismos, en vuestro interior – y encontraréis”… acto seguido se lo cargaron e hicieron de Él un Dios aparte. Pero el Hombre aún está por descubrir esa verdad entre todas las mentiras que nosotros mismos nos hemos forjado y hemos creído… Y de todas ellas, la más poderosa es la del pecado… Bien, ahora ya pueden mandarme a la hoguera.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
Lo que de verdad NO es
- Por miguel-galindo
- El 14/04/2023
( foto de MurciaPlaza)
Que “el hábito no hace al monje” es más que una máxima… Y, sin embargo, nosotros nos disfrazamos de todo menos de lo que somos: de nazarenos, de huertanos, de romanos, de trinitarios o de moros y cristianos.
La realidad es que el apuntarnos a todo apunta que no somos nada… Si acaso, monos que imitan, don-vicentes que se hacen gente, masas de emuladores corrientes, aunque juren que es que así “se siente”…
Sentirse no es vestirse. Mi hija, por ejemplo, siente y huele el mar, y se funde con él y se hace sal… El histrionismo provinciano de montar saraos de cualquier invento es todo menos auténtico.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
LA IMPRENTA
- Por miguel-galindo
- El 13/04/2023
(de La Vanguardia)
Si alguien me pregunta que cuál es el invento más importante de la humanidad para mí, lo tengo claro: La Imprenta… Por supuesto que bajo mi personal opinión, claro. Porque creo que ningún otro ha ayudado a evolucionar tanto y tan rápido al ser humano que la ocurrencia de Güttemberg. Por un casual, o por un causal, ya saben, mi vida es casi que una consecuencia: me he criado practicamente en un quiosco, luego una pequeña papelería, rodeado de periódicos, tebeos, libros, entre los que me sentía arropado, protegido; luego mi padre dio un salto cualitativo y cuantitativo al fundar una tipografía (imprenta) precisamente, donde fundí armas en el noble e iniciático oficio de la impresión; después – y no por voluntariedad, ciertamente – tuve que regresar al sector comercio de esas mismas artes gráficas; para, por último, dedicar los restos de mi ya escasa andadura, a la autoimpuesta tarea de leer, escribir, y verlas venir…
Nací, y moriré, si el destino me hace el último favor, alrededor de las letras y el papel, aunque al final de esta época el papel sea digital… Esas mismas letras que se grababan laboriosamente en tableros de madera, para, impregnadas luego de tinta grasa, con un rodillo, impresionarla sobre láminas del papel del ayer, allá por el siglo XV. Xilografía se le llamaba entonces a aquello. Pero, claro, la madera se desgastaba, solo valían para la primera intención, y era casi más oneroso el entierro que el abuelo… Hasta que a don Johannes se le “escurrió” una idea tan sencilla, simple, elemental y luminosa que asusta solo pensarlo: separar las letras, y fundirlas en metal en vez de tallarlas en madera. Nada más que eso. Al ocurrírsele los tipos móviles, abrió al mundo un universo de posibilidades. Y el componer, imprimir y multiplicar ya fue todo empezar…
…Y los libros comenzaron a fluir como un maná. Lo primero en parir fue, claro, una Biblia (nótese que Biblia viene de biblo=libro). Fue llamada con el nombre del inventor, pero también se la conoce por “la de 42 líneas”, y de la que consiguió sacar una serie de 200 ejemplares… una endiablada exageración, si barruntan ustedes que el Onassis de la época al que le apetecía fardar de tener un libro, tenía que encargarlo a un copista, casi siempre monje a sueldo de la Iglesia, que era la que tenía el control absoluto de cuánto se leía, y que costaba años y maravedíes que ni le cuento. Todo un muy bien cuidado monopolio del conocimiento y bajo un muy bendito negocio. Cuidaba muy bien de dos cosas: de lo que salía a leer y a quiénes podían tenerlo, pues tenía establecida la prohibición de que la plebe aprendiera a leer para mantenerlos en la beata ignorancia. Fuera de los monasterios custodios, la cultura no se veía ni en pintura. Allí se custodiaba las obras de los clásicos, griegos, latinos, orientales, por heréticas (o precisamente por eso mismo) que se considerasen… Gracias a Dios y a la imprenta, todo ello cambió…
Tan solo que imagínenselo: Como el ingenio de la imprenta era más simple que el mecanismo de una maza, empezaron a proliferar industrias del copiado por toda la cristiandad, y hasta en las recientes descubiertas Américas… Así que la Sancta Institutione sacó a su soldadesca y a su Inquisición a las calles de las urbes, amenazando que si se imprimían obras no autorizadas por la Iglesia (tengan en cuenta que por entonces todos los reformistas, luteranos, protestantes & company, se pusieron en cola ante las puertas de las imprentas) se mandarían a la hoguera todos los libros, a los encarguistas, a los impresores y a los comprantes, sin que quedara un solo papel suelto ni ser vivo. Pero, ni aún así, logró frenar la Ecclesiam Suam la voluntad de las gentes del orbe por soltarse la esclavitud de la ignorancia. Enseguida vino la conocida (y considerada nefasta para la Iglesia) por “Era de la Ilustración”.
Por eso mismo, aparte mi natural tendencia y querencia, es por lo que considero la invención de la “imprimeríe”, al decir de los gabachos, que fue uno de los sucesos más importantes en los anales de la Historia. Porque dio portazo a la triste, atrasada, dependiente y vergonzosa Edad Media, y abrió las puertas al siglo de las luces. Ni siquiera la Revolución Francesa, con toda su importancia de igualdad, fraternidad y servidumbre al paredón, hubiera llegado a ningún sitio si no hubiera sido por el impulso de la imprenta… El mundo fue otro muy distinto, y el conocimiento entró a raudales en el espíritu humano, rompiendo muchas cadenas de sometimiento intelectual y esclavitud personal a las élites de aquellos tiempos.
Hace unas semanas que Pérez Reverte trajo esta efemérides al Magazine, y me hizo reverdecer mi admiración por aquél artesano de Maguncia, y mi adoración por los dioses que le plantaron en su cerebro, en el momento adecuado, algo tan elemental y sencillo como esa idea que es como caerse de un pino… o una manzana de otro árbol bajo el que se echaba la siesta Newton… Es que yo no soy de los que fían todo al genio humano, pues el humano tampoco es tan genio. Si se ilustran y se fijan un poquico, verán que los momentos de mayor lucidez para el progreso humano, han sido como empujones aislados, que han venido en los momentos adecuados, y mientras el… digamos “depositario”, estaba la mar de relajado, en estado receptivo, nunca mejor dicho “viéndolas venir”. Siempre. Tanto, que hay estudiosos que dicen y aseguran que “la efectividad no es fruto de la actividad, si no de la receptividad”.
Miren este otro ejemplo mismo: el húngaro Joseff Biró andaba en 1943 ido y distraído; había salido de la imprenta donde trabajaba (joer, otra vez la imprenta de por medio), donde el rodillo de la entintadora se había atascado jorobando la tirada prevista. En eso que estaba, que vino a fijarse en unos zagales que jugaban a la pelota (a lo mejor uno de ellos era Kubala) en la calle, enlodada por la reciente lluvia caída, cuando vió como el balón dejaba un rastro de barro al rodar por el pavimento… ¡Pum!, bolígrafo inventado. Sin más colisión de neuronas, ni de neutrones en un túnel de vacío, ni de nada. Así, como el que no quiere la cosa…
Solo por puñetera y malsana curiosidad, les diré que apenas tres o cuatro años de la invención del “boli”, también “me inventaron” a mí… Ya les dije al principio que me acunaron entre papeles, y que entonces solo se emborronaba de dos formas: o con el popular y sencillo lápiz de grafito, o con la regia, estilosa y pudiente pluma estilográfica. En aquellos primitivos colegios nos esperaban pupitres astrosos dotados de tintero y palillero, para ejercitarnos con diligencia en la decoración de nuestras ropas y escasas personas, en equivalencia a la desolación de las maternostras que nos esperaban en casa… También por ese nimio detalle, el bolígrafo igual fue el mejor invento para aquellas amas de casa. Tanto, o más, que la invención de la lavadora y el detergente.
Y todo solo por “fijarse”… Y si ustedes también se “fijan”, verán que no son inventos, si no descubrimientos. Primero descubrimos, y luego recubrimos, redondeamos “makeamos” lo descubierto, y lo “inventamos”. Pero está todo ahí. Solo hace falta que los que nos colocaron en descubierta, nos digan: ¡eh, acho, tío, qu´eso está ahí!, ¿no lo ves?.. cuando nos ponemos en sintonía con nosotros mismos y dejamos de preocuparnos por jodernos entre nosotros mismos, que viene a ser lo mismo. Imagínense a un ciego que no cree ser ciego, ni quiere creerlo. Lleva un lazarillo que intenta ayudarlo, pero tampoco le deja… así que, cuando encuentra algo de valor en su camino, cree que el único mérito es suyo. Al igual que cuando tropieza, la culpa es del otro… Naturalmente.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
TODO ES IGUAL Y LO MISMO
- Por miguel-galindo
- El 11/04/2023
(de TusDestinos.net)
Si se fijan bien y son honestos consigo mismos, verán que la “celebración” de la muerte del Crucificado es exactamente igual que la de su resurrección… Las manifestaciones festivas son idénticas, indiferenciables:
Competición de lujo procesional; barras, terrazas y tripas llenas; exposición y presunción dentro y fuera del capuz; turismo religioso-mercantilista; tradición hecha ocio y juerga; hedonismo a raudales, en definitiva…
Todo igual y lo mismo… Días después, se muda la piel de nazareno a huertano, y se sigue repitiendo el mismo sarao, la misma costumbre, el mismo cuento, la misma historia, sin la más mínima variación que el disfraz que se viste.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
LA FIN "DER" MUNDO
- Por miguel-galindo
- El 10/04/2023
(de 123RF)
Alguien me preguntó recientemente qué entendía yo por “el fín del mundo”… La verdad, es que creo recordar que hace bastante tiempo, en alguno de mis programas radiofónicos, se me instó a que me extendiera sobre el mismo tema, y de allí salió un articulico con tal o parecido título. Lo digo más que nada por si algún alguien no tiene pereza en buscarlo en mi web, o por esos mundos de Dios – que están que se acaban – o por esos archivos akáshicos de Deva – que puede que también – o por alguna nube de Internet, que es el cielinfierno a donde va a parar todo…
Pero bueno, en fin, por mucho tiempo que haga, no creo que haya variado gran cosa en mi opinión personal sobre el tema, si acaso algún leve matiz… El Fin del Mundo ha sido siempre un arcano a lomos del Apocalipsis, conducido por la pluma de un esotérico San Juan. Y como tal sabiduría antigua, aceptada, adoptada y adaptada por las religiones del mundo a sus ideologías e intereses. Ni siquiera nuestra católica (que no cristiana, repito una vez más) se ha resistido a llevar el agua a su molino, y la interpretación a sus querencias y apetencias.
Yo siempre he creído que el llamado Fin del Mundo es más bien el fin de un ciclo y el comienzo de otro. El final de unos tiempos, si así les viene mejor, para empezar otros nuevos. Una etapa que acaba, y otra que se inicia. El mundo como concepto puede abarcar todo el universo material, toda creación, se entienda lo que se entienda por ello. Pero algo así como un sonado cataclismo, dado que ese Apocalipsis de referencia está trufado de las más ricas metáforas que ilustran nuestra imaginación, es otra cosa.
Mi creencia, con el permiso de ustedes, es más modesta en cuanto a espectacularidad y trompeteo, ya saben, pero no menos importante en su causalidad… Porque son los efectos, en definitiva, de unas causas. Unas causas provocadas por el propio comportamiento humano en la co-regencia del propio mundo… Sí, no alucino, he dicho co-regencia, porque este planeta, esta tierra, este universo o esta creación, fue entregada al ser humano para su conocimiento, dirección y cuidado junto con el Hacedor (traduzcan por hacedores) del tal invento. Y nosotros, los hombres, como tal género humano, hemos abusado, destrozado y esquilmado cuanta naturaleza han depositado en nuestras zarpas. Y eso, como es lógico, tiene unas consecuencias, y no bonicas precisamente.
Por otro lado, todo ese universo (unum versum, una palabra) en el que vamos implícitos, se mueve y se renueva en base a su propio movimiento entrópico. Esa misma entropía, que los que me siguen se habrán hartado de leerme en muchos de mis ya cansinos artículos. Es la primera Ley de la Termodinámica, física pura y dura, coincidente por lo demás, palabra a palabra, con la definición de Dios que hacía aquel Catecismo Ripalda de mis tiempos de crianza. Casualidad de casualidades.
Pues bien, llegados a este punto, nos encontramos que ese principio de la energía es el factor que hace que ese universo, ese mundo, todas esas naturalezas que van a la chepa del mismo, incluso el factor tiempo que lo modela y (no que lo abarca) si no en el que se abarca, sea cíclico… Por eso, desde que el mundo es mundo, todo, absolutamente todo, hasta la misma Historia si se tercia, es cíclica, si bien que gradual en condiciones normales, sea cual fuera la normalidad. Quiero decir que otra cosa son las catástrofes, aunque las llamemos naturales, pero cuyo origen lo tenga en el epicentro de las actividades humanas. Esa misma naturaleza - visto lo visto, más sabia que nosotros en sus acciones y manifestaciones – es la que aprovecha sus propios ciclos para evolucionar.
Hasta aquí, digamos que es lo normal. La variación que experimenta el invento creacional es que, con la incorporación del elemento humano, la cosa se complica, porque ese factor hombre/mujer está dotado, no solo de conocimiento y sentido de sí mismo, sino que también del llamado “Libre Albedrío”; y ese ser, ese experimento, tiene la capacidad de evolucionar o de involucionar, y aquí puede chocar con unas fuerzas naturales que solo están diseñadas para la evolución… El hombre es, pues, un elemento coordinador o distorsionador, impulsor o detractor, funcional o disfuncional, accionario o reaccionario, añadido, que influye para bien o para mal en todo. La naturaleza coopera y colabora en lo primero, pero hace frente y se rebela, se opone y se desmanda, en lo segundo.
No hay que ser muy espabilados para darse cuenta que lo hemos hecho al revés. Hemos agotado sus recursos, la hemos envenenado y esquilmado, hemos abusado de ella con nuestra ciencia pero sin nuestra conciencia; y hay que ser muy estúpidos para no ver las señales “apocalípticas” que estamos recibiendo de la misma… Si nos empecinamos en no querer verlas, y en seguir el camino trazado por la imagen de dejar “que los muertos entierren a sus muertos”, según la cita evangélica, nos veremos compelidos, en nuestro caso humano, claro, a “salvarnos” o a “condenarnos”, si no somos capaces, porque no queremos serlo, de prepararnos para un cambio de ciclo inminente, a un estatus de vibración superior y natural, para el que no estaremos preparados.
Mi olfato de perro viejo – y ojalá y me equivoque – me dice que el tiempo se agota (ya ha cambiado la rotación del eje central del planeta) y que la irreversibilidad es ya su etiqueta inamovible, marcada incluso por la propia Onu… La responsabilidad fue nuestra, es nuestra, y seguirá siendo exclusivamente nuestra. Existen las pocas voces que claman en el desierto, y las múltiples de vampiros que se alimentan de nuestro consumo, nuestra energía dilapidaria, nuestro egoísmo y nuestro hedonismo, y nuestra fatal ignorancia… Pues nosotros mismos.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
CONCORDATUM SUNT
- Por miguel-galindo
- El 10/04/2023
(de Ctxt.es
Dice E.P. en primera página: “El Gobierno pacta con la Iglesia el fin de los privilegios fiscales”…No hay peor mentira que una medio verdad. De hecho, apenas es un cuartillo de verdad y un 75% de embuste.
Tan solo la cosa de Contribuciones Especiales y Permisos de Obras. Ambos sumados apenas llegan a 16 millones anuales en toda España. Compárenlo con los 10.000 millones anuales que reciben del Estado en regalías. Pura miseria.
Pero sigue exenta del Ibi, que es, con diferencia, el grueso de los impuestos, y lo que es mucho peor, siguen inmatriculándose las propiedades como buitres, y no las devuelven… Otra bajada de calzones de un Gobierno que dice de sí mismo ser de izquierdas y progresista. Que engañen a su…
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
ETICA Y ESTÉTICA
- Por miguel-galindo
- El 07/04/2023
(de Sitiocero)
Al igual que mi anterior de “Ciencia y Conciencia”, en esto, aunque partes ambas del mismo todo, también son conceptos distintos. Aquí, lo mismo que sus otras hermanas, la ética formó a la estética, y luego cogió cada una su propio camino. Así, mientras la ética es un código moral de bien hacer, bien obrar y mejor comportar, la estética es el producto plástico de esa ética, si bien se queda – aunque tampoco debiera ser así – en una pose bonita, bien que indefinida; en lo que entendemos por belleza; en algo que halague los sentidos… Y hablando de sentido, el común nos dice que la ética debería reforzar la estética, y, sin embargo, lo que hace es diluirse en ella. Así, la ética se entiende como un valor, y la estética como un reflejo bonito; algo así como lo moral intentado en lo material, mas pocas veces conseguido.
Simplificando hasta la puridad podríamos afirmar que la ética sería la ausencia de todo mal. Pero como eso no existe (al menos en este mundo y con esta gente) entonces la estética tampoco existe como tal… Leibnitz aseguraba, y yo lo veo como una actitud optimista, que “vivimos en el mejor de los mundos posibles”. Sin embargo, Thomas Hobbles decía todo lo contrario: “vivimos en el peor de los mundos posibles”, una aparente versión pesimista de lo que opinaba su colega.. Y digo “posible” porque ustedes mismos respóndanse: ¿si el vivir en el peor, ello supone la posibilidad de mejora, y vivir en el mejor, al contrario, es que hemos llegado al tope posible de esa misma mejora, cuál de las dos posibilidades contiene mayor esperanza?..
Es como el vaso: el verlo medio vacío supone que aún se puede llenar más, pero si se ve medio lleno es porque se ve a medio vaciar… Lo cual nos lleva a un mundo de apariencias, y ya saben lo que dijo aquél, que las cosas no son como parecen, ni como aparecen tampoco. El mismísimo Darwin llegó a asegurar que “el mal, entendido como defecto, es condición indispensable para mejorar y para la evolución de las especies”…
Y un humilde servidor d´aqueste convento quisiera aferrarse a eso, y es lo que deseo creer con toda mi alma, si no fuera por mis dudas, claro… Si la ética supone belleza, armonía, salud, bondad, perfección dentro de lo que cabe, etc., está en contraposición a la fealdad, al desequilibrio, la enfermedad, la maldad, y ese otro etc. Eso está meridianamente claro, ¿no?.. Pues entonces, si la estética es el reflejo de lo bello en las manifestaciones materiales del ser humano, el Pop Methal ese, o como se llame, por ejemplo, ¿dónde debería quedar comparado con la Novena Sinfonía de Beethoven?.. ¿en qué lugar un Velázquez, un Goya, un Rodin, etc., al lado del arte concedido a un mocho y un cubo al pie de una escalera, o a un montón de escombros?.. Ustedes mismos.
Bueno… cuestión de gustos, me dirán vuesas mercedes. Pues sí, cierto es, luego la estética, según eso, también iría en gustos. Y si estiramos el concepto, entonces, la ética igual se sujeta a valoraciones. Y así, andando, andando, nos encontramos con una ética de quita y pon, y de según qué y cómo. Tanto, que puede llegar a ser antiética y antiestética. Justo lo que está hoy ocurriendo en esta especie de sociedad líquida que formamos en la actualidad, donde la relatividad alcanza cotas desconocidas e ilógicas.
La cuestión es que la maldad, lo feo, exactamente igual que la bondad, lo bello, también la ética está indefectiblemente unida y relacionada con el ser humano. Eso es lo único cierto. Incluso, si lo analizan, las catástrofes y enfermedades, anomalías en sí mismas, son consecuencias del (mal) actuar de ese ser humano. Lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo, lo ético (moral) y lo patético (ridículo) que forman parte nuestra, lo irradiamos fuera, y entonces se manifiesta en obras de arte o de desastre; en amores o en horrores; en cuanto de estético o de patético se produce en el mundo. Es la ley de causa y efecto. Somos nosotros mismos.
Por eso que las políticas basadas en el odio, la avaricia, el saqueo y la mentira, no son otra cosa que pura maldad que genera un mundo de suma fealdad. Justo el que tenemos. Se puede decir sin miedo a equivocarnos, incluso, que si la ética genera estética, como ya se ha visto, entonces lo contrario produce lo opuesto, o sea: deslealtad, inmoralidad, deshonestidad, odio… fealdad, en suma.
Ahora trasladen todo ese sentido lógico a nuestras asambleas de diputados y senadores: a nuestros políticos y rectores; a nuestros gobernantes y mangantes; a nuestros belicosos mentirosos… A una pelea de perros rabiosos en una campaña electoral en la que destilan todo lo antitético que les sale por el colmillo de sus desmedidas ambiciones… Valga una de las más envenenadas perlas que últimamente se han vertido (vulgus Isabel Díaz Ayuso a Pedro Sánchez): “Que te vote Tchapote”, justo el elemento que asesinó al socialista Fernández Buesa. Si aquí no hay maldad, que venga el diablo y lo vea.
No existe ejemplo (aún, pero saldrá) de mayor odio y ruindad que en esa corta frase… Pero lo peor de todo no es que existan pseudopersonas capaces de emitirlas, lo peor, con diferencia, es que existan gentes capaces de aplaudirlas: nosotros, vosotros y ellos. Todos… Yo dejaría la pregunta en el aire de ¿cuántos de los que somos creemos en serio que vienen a servir al pueblo y no a servirse ellos, aún a dentelladas?..
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
CUIDADO CON ESTA GENTE
- Por miguel-galindo
- El 06/04/2023
(de El Diario)
La tendenciosidad que ostenta la izquierda de la izquierda resulta enfermiza hasta la náusea. Ya se sabe que todos los extremos son así, falsarios e insidiosos, y lo aplican de forma subliminal.
¿Qué no?.. Fíjense, por ejemplo: cuando cualquiera de tales se refieren a la judicatura en su disputa por el “siessi” ese, no dice jueces y juezas, según su costumbre, si no “los” jueces. Igual que cuando pelean con sus socios, que se refieren a ellos como “los” socialistas…
Cuando quieren demonizar, suprimen “las”. Solo dejan al masculino culpable… Y su feminismo se aplica selectivamente cuando les interesa a estos y estas manipuladores y manipuladoras. Y luego quieren que nos fiemos de su larvado y maldisimulado odio.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
FUÉ, ES Y SEGUIRÁ SIENDO
- Por miguel-galindo
- El 04/04/2023
(de Finect)
Todavía nadie ha sabido explicarme cómo los bancos declaran ganancias en cada ejercicio de cientos y/o miles de millones de euros, y cuando en EE.UU. se gripa uno de ellos, todos se tambalean y se ponen a la cola para pedir ayudas…
Aquí mismo confiesan beneficios brutales, y aún nos deben al erario público (todos nosotros) 65.000 millones de la crisis del 2008, que no piensan devolvernos.
Decía Simone de Bouvoir que “el opresor no sería tan fuerte sin sus cómplices entre los propios oprimidos”… Pero yo digo que la complicidad está en los políticos, que roban a los ciudadanos para engordarlos a ellos.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
CIENCIA Y CONCIENCIA
- Por miguel-galindo
- El 03/04/2023
No son lo mismo, pero están relacionadas. Y no siempre van juntas, aunque se confundan en su etimología… Un lector me pregunta qué fue antes, si la ciencia o la conciencia. Por puro sentido natural la primera conforma a la segunda, y no al contrario, por lo que entonces, al principio fue la ciencia, y luego, después, se aglutinó en con-ciencia, o sea, con sentido, con lógica, con razonamiento, esto es: un alguien soltaba algo, y se decía que lo que aseguraba “tenía ciencia”, estaba pensado y probado, meditado, no era una especulación sin base alguna… Más tarde, en las culturas nacidas de las religiones, se elevó el rango de ser algo madurado a ser algo moral, cuasi que espiritual, superior, que pasa de lo práctico a lo trascendente.
Así, la ciencia quedo como ciencia, y la conciencia pasó a ser un patrimonio personal e intransferible del ser humano, de valor eminentemente ético… De ahí que las Iglesias, fundadas en las creencias, que no en las ciencias, pudieron pasar a calificar a la “ciencia sin conciencia” como un anatema, ya que ésta, la ciencia, propugna por dar una explicación basada en la lógica y en la razón, lo que para las religiones son dogmas. Y el concepto enganchó “divinamente”, y nunca mejor dicho, quedando las dos hermanas ajenas a su nombre, aún con el mismo apellido… Además, encima esas creencias religiosas convertidas en iglesias, se adueñaron inmediatamente de las conciencias de los seres humanos, constituyéndose de una tacada en regidoras de los mismos. Y tal que así, y no de otra manera, se fabricó la conciencia sin ciencia.
Ahora ya la conciencia tiene permanencia, y pertenencia. Solo había que formarlas, o sea, darles forma, llenarlas de contenido, modelarlas, tomarlas, o, si se quiere, re-inventarlas… armar un instrumento moral por el que todo bicho viviente se partiera el alma y dieran la vida, si preciso fuere, por tales “principios” previamente elaborados: dios, patria, etc., y luego inoculados, inducidos, en ese ser, que de maestro pasó a a-maestrado, que es el hombre, al que su Creador, o lo que fuera, lo dotó de un Libre Albedrío, de un sentido de sí mismo, bajo la ley de ciencia y consecuencia, que lo hace único.
Así empezaron las grandes civilizaciones, culturas, fés, creencias y demás pertenencias, y echaron a rodar en este mundo, para bien o para mal. Con la re-creación de la conciencia a partir de una costilla de la ciencia, como el mito adánico, comenzó la andadura de la humanidad por la tierra, con el mandato de que se labrara su propia suerte o desgracia con el sudor de su frente, a partir de tener “conciencia de sí mismo”… y también en sí mismo, añado yo.
Está escrito a lo largo y ancho de esa Historia, por ejemplo, y lo tenemos en la fundación de todos los imperios, naciones y religiones, donde, en sus principios, se dota a las gentes de una serie de “valores”, reales o inventados, o mezcla de ambos, en los que se inculca toda esencia de pertenencia y dependencia de ese Estado, ese patriotismo, esa creencia, por la que luchar y sacrificarse… y conquistar el poder para los que mandan a base de machacar al adversario y hacer propio lo ajeno.
Por ejemplo: las tres grandes y más influyentes religiones, las conocidas por “Las del Libro”, fueron creados sus núcleos concienciales a partir de ideas personales, muy motivadas en sus objetivos… Así, Esdrás fue el ideólogo principal y original del judaísmo, tanto como nación como en Iglesia; de San Pablo nos viene un catolicismo, estructurado a partir de un desmontado cristianismo; y Mahoma fue el inventólogo de un Islamismo que se ha unido, mejor vampirizado, a todo poder político. Cada apetencia fabrica su propia conciencia, formada en las gentes desde hace siglos, milenios. De la misma raíz vienen los patriotismos, y los populismos, y todos los ísmos.
Pero todo tiene su evolución, o su involución, o su final… Y es llegada la hora que si nuestras distantes y distintas, y egoístas, conciencias, no evolucionan en crear una sola y única conciencia global, holística, universal, de unidad, de permanencia, y no de competencia ni rivalidad, ya nos podemos preparar para el ocaso, porque nos vamos a hacer puñetas. Todos, sin excepción. Lo que sirvió de supervivencia a la tribu, sirve de decadencia a la mal-llamada mundialización.
Porque esa mundialización está basada en la esclavitud de muchos para el enriquecimiento de unos pocos. No es una mundialización en valores solidarios, de justicia y de igualdad. No. Nuestra mundialización no es evolutiva, si no decadente, y tiene conciencia, pero no ética. Es una conciencia egóica, incluso paranoica, (tener y consumir), y está llegando al principio de su propia autodestrucción.
La nueva conciencia, tras la experiencia, debe volver a basarse en la ciencia – la no manipulada por la política – y la ciencia de la nueva conciencia nos está diciendo, por activa y por pasiva, que somos como las ratas de Hammelin, próximas al despeñadero, guiadas por las flautas de los oligarcas. Y nos está gritando lo que hemos de hacer y lo que hemos de dejar de hacer para salvar el pellejo y el futuro de nuestros descendientes, si es que nos importan algo… Y si para ello hay que vulgarizar la ciencia y desacralizar la conciencia, pues hagámoslo… ¿a qué puñetas esperamos?..
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
NO ENCAJA
- Por miguel-galindo
- El 30/03/2023
(de La 7)
Últimamente, la mitad de Noticias de la 7, nuestra paleta y pereta televisión autonómica, transcurre con el monotema de lo cara que está la cesta de la compra… Compradores y vendedores repitiendo el mantra de quejas: así no podemos seguir; así no se puede vivir.
La otra mitad la ocupan con un rosario de hosteleros lisonjeándose de que no hay hoteles, terrazas, restaurantes libres; que está petado para Semana Santa y Fiestas Primaverales posteriores; que las reservas están al copo…
Si es cierto lo primero – y lo es - ¿cómo ocurre lo segundo?.. ¿No hay para comer, y sí para llenar bares y casas rurales?.. O somos más falsos que Judas, o somos unos perfectos idiotas. La incongruencia es normal, o sea: de anormales.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
¡ QUE VIENEN, QUE VIENEN..!
- Por miguel-galindo
- El 29/03/2023
(de El Periódico)
Se nos acerca, paulatina pero inexorablemente, unas nuevas Elecciones Generales que llevarnos al coleto de nuestra Historia más actual. Y las espadas entre el bipartidismo ancestral siguen en alto en un impredecible equilibrio… Si no cito al resto de partidos comparsas, pegados acompañantes de uno y de otro, no es por descortesía, sino porque han quedado – y pido perdón si se sienten ofendidos – como ese cortejo de peces rémoras que sirven de limpieza y acicalamiento a las piezas mayores. Pero aquí seguimos, al menos en el momento que esto escribo, moviéndonos en un estrecho margen en que unas veces apuntan las encuestas de intención de voto al PP, y otras al PSOE, según los bandazos de la barca política. Y quizá debería nombrar directamente a Sánchez y a Feijóo, dado que el primero ha fagocitado a su propio partido, y el segundo ha sido fagocitado por el suyo.
Feijóo intenta aplicar, para llevarse el gato al agua, su galleguismo: no se sabe cuándo va, o cuándo es que viene. Miren el sofístico ejemplo de comportamiento en la crisis de su gobierno castellano-leonés asociado a Vox, con lo de la Ley de Interrupción del Embarazo: se respetará lo que dice Mañueco con respecto a su problemático vice voxero, y si no, que sea Vox el que decida romper o no la alianza. Impecable para seguir sin mojarse… Lo mismo, pero al revés, con Ayuso en Madrid, también con Vox de por medio. Y Sánchez sigue con su anguilismo, maestro de maestros en ello, para mantenerse a flote, incluso haciendo lo contrario a lo que públicamente había prometido no hacer… Ejemplos los hay a docenas en las hemerotecas, que en este espacio no cogerían.
Yo le aconsejaría a maese Feijóo, sin garantizarle que con ello funcione, claro, el método del cansinismo que usó Aznar para con Felipe González… No había sesión parlamentaria sin que se oyese su “vaseseorgonzález”. Lo repetía a cada momento y ocasión. En las declaraciones a medios, en todas las intervenciones, en las alocuciones públicas… su “vaseseorgonzález” lo saturaba todo. Cuando el presidente hacía sus abluciones de mañana, el espejo le soltaba “vaseseorgonzález” invariablemente. Igual en sus sueños, en el propio aire que respiraba. Sus naturales ojeras se pronunciaron como surcos en bancal. A Felipe se le aparecía el “vaseseorgonzález” en cada respiración… Lo que ocurrió ya se sabe, y es que Chemari terminó sentando su bigote en la Moncloa.
Y no estoy asegurando que ese método cansinista obre el milagro del flautista de Hammelin con las ratas, y que, repetido como un mantra matraquero con la suficiente fé, lleve a los votantes a inclinar la balanza a la derecha del fiel. La verdad es que no lo creo, pero lo que es cierto es que eso ya lo utilizó Goebbels en su propaganda nazi. Ya sé que, en estricta puridad, no es lo mismo, vale, pero se le parece. De hecho, se le reconoce como prácticas subliminares para conseguir del personal lo que se desea, y la técnica publicitaria sabe mucho de eso.
Ya digo, Sánchez es una anguila escurridiza que ha logrado impostar a su propio partido, el Psoe, de sí mismo… A mí es que me pasa como a la lechuza: que no veo muy bien, pero me fijo mucho. Y me he dado cuenta que ya nadie distingue el socialismo ideológico del partido del socialismo personal de Perisancho; que se ha convertido en pontífex máximum de su propia religión; que, como aquel rey-sol absolutista que dijo “L´Etat c´est moi”, este monarca igual ha pronunciado “le socialisme c´est moi”, y también todo el mundo lo ha creído… Tan es así, que ya ni siquiera los avisos de González y de Guerra se escuchan en el erial cuando advierten de la impostura.
Un nimio ejemplo práctico: los Juzgado de Paz, los Jueces de Paz, una figura constitucional y liberal emanada de aquellas Cortes de Cádiz contra al absolutismo de Fernando VII, se los va a cargar por su santa y personal voluntad, sin pestañear. Va a alejar a la justicia de la base de la ciudadanía en un par de patadas. Hace unos años suprimió las competencias de los Juicios de Faltas, de los Actos de Conciliación y del papel mediador del Juez de Paz en los conflictos entre sus conciudadanos. Adiós a la vecindad y cercanía de la justicia al pueblo… Se vacía de contenido como se vació el compromiso con los saharauis, arteramente, con premeditación, ocultación y alevosía.
El siguiente y estudiado paso es devolver los Registros Civiles a los Ayuntamiento, si no se quedan como simples “oficinas auxiliares judiciales”, y, entre otras cosas, que los ciudadanos paguen sus buenas tasas y vayan a casarse a la Notaría… O sea, su “avanzamos” es devolver la justicia de base al siglo XIII. Avanzar retrocediendo.
El mérito del “encantador” es que esa hazaña la comete pareciendo liberal y de izquierdas. Algo que ni la derecha de toda la (mala) vida se atrevió a hacer. Resulta muy difícil para Feijóo enfrentarse a un adversario que practica su misma política aparentando hacer lo contrario. Y no quiero que se entienda con esto que hago apología de la derecha, de ninguna derecha, por Dios… no se equivoque naide ni nenguno. Lo que quiero decir es que ambos inventos, con sus actuales mangantes menguantes, se van pareciendo tanto en los fondos, aún con formas distintas, que el pulso que mantienen puede ser tan aparente como poco transparente. Y nada diferente. Yo ya no me creo nada de los numeritos preelectorales. Y pueden que hasta ustedes me entiendan… si quieren, claro.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
NI IDEA, ÓIGA...
- Por miguel-galindo
- El 28/03/2023
(de OndaCero)
No termino de entenderlo, la verdad… Feijóo está fichando a perfiles moderados para la campaña de elecciones (Ayllón, Álvaro Nadal, Luís Garicano, Toni Roldán…) mientras él exhibe el discurso más duro, cerril e intolerante. No sé si es para parecer un lobo entre corderos, cuando la estrategia normal es la de aparentar un cordero entre lobos. Pero no termino de verlo.
Salvo que sea aquella del gallego: tirar al cochino del rabo para que entre en la cochiquera, en vez de empujarle… era la triquiñuela que usó Fraga Iribarne con Franco al respecto del entonces Príncipe de España.
Yo, miren lo que les digo, sigo sin comprender nada.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
CULPABLES SOMOS TODOS
- Por miguel-galindo
- El 28/03/2023
(de OndaCero)
Bernard Henri Levy es un filósofo, intelectual y escritor francés de origen argelino, un par de años más joven que yo (si marco este detalle es solo para convencerme a mí mismo de que soy demasiado viejo), que allá donde ve una injusticia, un abuso, un conflicto, allí mismo que se planta a decir lo que piensa, y a molestar a quién haya que molestar, faltaría más… Ahora anda por Ucrania, terminando el documental Slava Ukraini, sobre la invasión rusa, y exponiendo su nada complicado punto de vista. Y es tan claro y simple que escuece.
Y habla del valor de un pueblo, donde sus ciudadanos mueren por defender la libertad de su país frente a mercenarios pagados por el zar absolutista y enajenado ruso, así como su derecho a ser y sentirse europeos. Y dice que no hay que “cogérsela con papel de fumar” a la hora de ayudarles en lo que pidan, tanques, aviones o lo que haga falta, pues es la eterna lucha de los derechos humanos contra la tiranía, y eso no es negociable… Y cuenta que las causas nobles deben ser apoyadas frente al absolutismo, sin terciar medida. Y critica que, mientras los europeos pongamos en duda a la misma Europa, ellos están derramando su sangre por querer serlo, y sus vecinos no los dejan. Y muchas otras cosas más que se clavan como chinchetas en cualquier occidental que tenga conciencia y la practique.
Pues bien. Precisamente por tomar ese partido, en su país, y en otros de esa misma e incomprensible Europa, le están cayendo las del pulpo de ocho tentáculos. Y le atacan. Y siembran la cizaña entre la gente (lo que demuestra la intención de sus intereses), por su egolatría, porque en sus reportajes se luce más él que Ucrania, etc… en un claro y sucio intento de silenciar al correo antes de que mucha gente escuche el mensaje del que es portador. Lo que se dice “matar al mensajero”.
Y el mensaje de fondo no es otro que proclamar y denunciar que el fascismo no murió con Hitler en el búnker de Berlín; que el fascismo se salvó y sigue vivo y coleando; que el puto fascismo está tomando posiciones en todo el mundo; que ya existen países de gobiernos claramente fascistas, así como partidos fascistas en muchas democracias; y que, en definitiva, la III Guerra Mundial no terminó con el fascismo… Y que la punta de lanza de ese populifascismo más agresivo y desafiante es la Rusia de Putin, que actúa protegida y animada por el resto del fascismo europeo y mundial. Hago la advertencia aquí que el fascismo puede ser de derechas o de izquierdas. Persiguen lo mismo.
…Y entonces habla de muchas cosas y de muchos casos: de su misma Francia, de Italia, de Polonia, Brasil, incluso una gran parte de EE.UU…. También España e incluso las pocas naciones que aparentemente se salvan (por ahora) pero en los que yan han hecho guarida sus gérmenes malignos… y asegura y demuestra que todo es el mismo fascismo que hoy ataca a Europa a través de Rusia. Y cita y repasa los porquéses y los cómos, y los cuándos…
…Pero, bajo mi personal punto de vista, se queda fuera lo principal de todo, bien por olvido, por despiste, o por pura obviedad: y es que todo ese fascismo lo hemos resucitado, aupado, alimentado y votado muchos millones de ciudadanos demócratas (así mismo nos creemos y llamamos). Y ese detalle creo que es el más importante de todo el tinglado que nos afecta.
El fascismo no morirá mientras la ciudadanía, usted, ese señor que nos mira, o yo mismo, no nos hayamos, o nos hayan, educado en la cultura antifascista sin fiarse en la ideología que la viste o etiqueta, pero que lo lleva implícito… Está meridianamente claro que si ya sacrificamos a millones de personas en los campos de batalla por desterrar su terrorífico régimen, y a las pocas décadas ha vuelto a surgir, es que no hemos aprendido nada. Absolutamente nada… Y antes, como ahora también, ese totalitarismo dictador ha sido entronizado de la mano que mece la cuna: la de la democracia. Gracias a los votos del ciudadanaje. Luego es la mala educación recibida la que crea la incultura de votar tiranos en vez de demócratas.
No podemos culpar a políticos, a las consecuencias de un mal gobierno, a las crisis, los desastres o la biblia en pasta de lo que luego nos viene, cuando nosotros mismos convertimos las urnas en nidos de serpientes… Ya no, una vez sabidas y experimentadas las mortales consecuencias, no podemos llamarnos a engaño. Si ocurre lo que está empezando a ocurrir, otra vez, preguntemos al espejo en el que nos miramos a qué clase de seres está reflejando. Y quiénes, entonces, son los responsables y los culpables.
Y a mí me da el olfato que seguiremos matando mensajeros como Henri Levy, que nos dice las cosas en la cara, sin disimulos ni buenas palabricas, ni engolfadas con el buen rollete de la política correcta – convertida, por cierto, en otra dictadura – que nos licúa la capacidad de pensar…. Unos, porque no les interesa para nada; otros, porque van de emboscados, fingiendo de tahúres con un as en la manga; los falsos buenistas, porque solo esperan las treinta monedas de plata en una buena “dacha”; y el resto de la mayoría, porque somos gilipollas irredentos.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
CONFUSIÓN
- Por miguel-galindo
- El 26/03/2023
(de 20minutos.es)
De la prensa: “Investigadores del Grupo de Ecología de la Umu, del Instituto Nacional de Oceanografía, o del Cebas, que dimitieron hace años del Equipo Asesor del Gobierno Regional, participan ahora en el Plan Estatal para recuperar la laguna”· (L.O-11/10).
La cuestión está en cuándo dejaron de ser investigadores para convertirse en instigadores, o al revés, al contrario: cuándo dejaron de ser instigadores para convertirse en investigadores…
Es que aquí no se sabe si es cuestión de nómina o de profesión; si es de convencimiento o de ocasión… Y me viene a la cabeza aquél dicho de “cuán buen siervo si hubiere buen señor”…
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
SOMOS COMO "SEMOS"
- Por miguel-galindo
- El 24/03/2023
(de Libera tu Clown)
La mejor etiqueta que nunca nadie me ha encasquetado me la dijeron el otro día: “eres un narrador de historias”, me soltó un lector de mis cosas y un “líctor” de mis casos… Adviertan vuecencias, que digo un lector y no un seguidor. Existen sus diferencias de concepto: el lector es el que me lee cuándo o dónde me encuentra, y el seguidor es el que me busca para leerme. Ambos dos son de valorar, desde luego, pero el segundo es además de agradecer… Pero vayamos al “diploma” en sí mismo: Narrador de Historias es un bello título, precioso y hermoso. Me gusta tanto que lo adoptaría de buen grado si posible fuera. Tal y como yo lo entiendo, “narrador” no es “constructor”, ni “inventor”, aunque esa última etapa la quemé en mi época de contador de cuentos a mi nieto Álvaro.
No… Narrador es el que cuenta y comenta lo que ve y con lo que se tropieza en su camino, aunque, inevitablemente, incorpore el saber de su experiencia en cada caso. Eso es un cronista, un escriba, un escribidor, o lo que es más bonito y sugestivo: un “narrador de historias”. Quedo pues muy agradecido al bautista por su bautismo. Y así y aquí queda dicho. Otra cosa distinta ya es si soy un buen narrador de historias, o un pasable contador, o un mediocre comentador de sucedidos o por suceder. Sea como fuere, me doy por satisfecho y con un canto en los dientes sabiendo que de algo valgo y para algo sirvo.
Todo está en el término “valoración”. Es una de las palabras más líquidas que existen. Lo de valorar es tan sumamente relativo que se licúa por el desagüe de la vida sin dejar rastro alguno. Porque una cosa es la definición y otra muy distinta y distante la valoración. No solo cada ser humano tiene su personal “very importance”, sino que, muchas veces, va, o viene, según el interés que cada cual, o a cada cual, mueva… Me refiero, claro, a esa rara avis que venimos en llamar “sinceridad”, por supuesto.
Les pongo un ejemplo igual de real: anteriormente había recibido un E-Mail de una casa editorial, firmado por la Responsable de Selección de Ediciones, nada más y nada menos, en la que se me comunicaba que, habiéndose percatado de que mi libro “Cosmogénesis” dormitaba en el depósito de cadáveres de Amazon, y tras valorar que su contenido reúne todo el interés y atractivo, que su redacción es óptima, que joer-qué-lástima-tú, etc. etc., me proponen reflotarlo, debidamente corregido y aumentado, desde su sello editorial, ya que asume en sí mismo todas las cualidades necesarias para su reedición, distribución y siguen con los etc. etc… Naturalmente, tan atractivo comienzo y prometedor inicio invita a seguir con los siguientes y relamidos párrafos… Suena bien, me dije a mí mismo…
Naturalmente, acepto la previa petición de mano, y espero… Luego me viene un segundo en que me dicen que, por una modesta cantidad de pasta, ellos asumirían la tirada inicial, asegurando el éxito de la misma, y luego ya, con los rendimientos, se autofinanciaría y hasta me daría beneficios, y más etc. etc… Por supuesto, cortesmente les contesto que: 1) por eso precisamente lo había editado en Ámazon, porque no me costaba un chavo; 2) que si tanta valía ponían en él, dados los ditirambos, que arriesgasen ellos ya que era su negocio; y 3) que para tal viaje, un servidor no necesita alforjas… Ni qué decir tiene que aún estoy esperando adecuada contestación, aunque solo sea por las más elementales normas de cortesía, si es que aún se utilizan, claro.
La gente, para poder vender su producto, y esto es perfectamente legítimo, faltaría más, acuden a las más estudiadas y sofisticadas técnicas de atracción: primero, es captar la atención; segundo, saber camelar – como dicen los romanís – y tercero, saber convencer… Ellos saben que la realidad la confecciona el cerebro en primer lugar, y luego está lo otro. Miren: uno va con un amigo paseando una noche de viento por un parque. Ve moverse algo y suelta alarmado “¡eh, ahí hay alguien!”…, tras lo que su acompañante lo convierte en un “no, ahí hay un tocón de árbol con sus ramas movidas por el viento”. Pero para el primero ha sido real su impresión, y es cierto que ha visto moverse a alguien. Su cerebro le ha construido la imagen que ha conservado en primer término, hasta que otro, u otros, se la ha “re-construido” tras el aviso de alarma. O sea: primero es creer ver, y luego ver lo que se cree.
Es como cuando se llama la atención sobre algo. La trayectoria de un balón en un juego, por ejemplo. Cualquier otro elemento real que entra en el campo de visión suele pasar desapercibido por lo general. El centro de control de la atención es el balón, no lo periférico, y al estar pendiente de esa cosa, que no de esa causa, lo demás desaparece del plano de visión a la vez que del plano de consciencia.
Quiero decir con todo este rollete que quién quiera nos la mete… Que todos nosotros, en mayor o menor medida, somos manipulables. A mí, se me puede manipular desde el halago, por ejemplo, el de Narrador de Historias, tanto como yo mismo también puedo manipular como tal narrador de historias, llegado el caso. La cuestión está en la intención. Y esa es la diferencia entre el piropo del espontáneo y el de la editorial…
Es que la vida es así, amigo mío, me dirán ustedes de todo esto. Pero eso es otro tremendo error de visión, porque los seres humanos sí somos así, pero no la vida… La vida es una muy sencilla secuencia de causas y efectos producida por nosotros mismos. Nosotros complicamos lo elemental para hacerlo artificial. Esa es nuestra condición; esa es nuestra intención… o nuestra mala intención.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
¿SERÁ POR ESO?..
- Por miguel-galindo
- El 22/03/2023
(de Cuídate)
El aluvión de adolescentes que se suicidan por un bulling, o por cualquier otra causa devenida de lo mismo, sea social o escolar, me aterra. Y me pregunto la causa, el porqué, el motivo de tales desmotivaciones… ¿En qué estamos fallando?..
Antes pasaba igual, pero las consecuencias eran menos dramáticas. A mí me llamaron “tragabolos”, por mi boca grande, durante muchos años, en el colegio. Otros eran rechazados por “mariquitas”, o por cualquier otro motivo. Todos éramos crueles con nosotros mismos. Pero la sangre no llegaba al río…
En casa nos quería, claro que sí, pero también nos educaban para un mundo que no era justo, para asumir un medio hostil, violento, para enfrentarnos a las adversidades, y saber defendernos. Hoy no. Hoy se traducen los cuentos de Caperucita Roja para mimosines… Yo no digo que sea por eso, pero pienso que por algo será…
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
DISCULPEN QUE INSISTA...
- Por miguel-galindo
- El 21/03/2023
(de El Mundo)
Hace tiempo, escribí un artículo (El otro Islam, creo) sobre Kahína Bahloul, la primer mujer Imam en Francia, por un artículo aparecido sobre ella en El País que me fascinó… Preside y dirige la Mezquita de Fátima, en la que desarrolla un islam progresista donde pueden acudir hombres y mujeres juntos, y éstas con velo o sin velo, según su voluntad, incluso en vaqueros, y donde acuden personas independientes a su fé, sin condiciones ni coerciones religiosas o sociales previas. Y recibe, claro, amenazas de muerte por ello: por predicar el auténtico, genuino y verdadero Islam… un islam que me retrotrae a mis viajes a los campos de refugiados saharauis, en Tinduf, departiendo con el Gaadí de la wilaya, con la Biblia y el Corán por testigos, y entre un rosario interminable de vasos de tés, arropados en una liberalidad, tolerancia y confianza que aún me resultan increíbles. No se nos olvide que la palabra “islam”, precisamente, significa “paz”.
Kahína es hija de árabes, y nieta de cristianos y judíos. Las tres religiones llamadas “del Libro”. No resulta extraño pues, que en sus estudios superiores de religiones comparadas haya logrado un sincretismo que avanza en el camino de la paz y del entendimiento, esto es, la antítesis del islamismo radical, que es lo único que “se nos vende”, y se nos inocula a unos y a otros, tanto a sus seguidores como a sus contrarios; tanto a los que lo profesan como a los que los combaten y condenan… Y no deja de ser una anomalía que a sus “competidores” nos hagan llegar tan solo esa parte dogmática y violenta, silenciando lo contrario, para así poder justificar mejor ambos nuestras sendas “guerras santas”.
Esta mujer no lleva velo, no cree en el ritual de que la oración sea la esencia de la fe, no segrega por sexos en su mezquita, y proclama, aún a costa de su vida, una percepción igualitaria, compartitaria y humanista, en el seno de la comunidad musulmana francesa y la del resto del mundo. Una mujer que quiere devolver la espiritualidad, la mística y el ecumenismo al seno y centro de la vivencia religiosa… No resulta nada extraño, ya que es una persona versada en el sufismo, lejos de la transgresión fanática y fundamentalista, y, curioso, cuyo padre intelectual es nuestro cercano Ibn Arabí (tan lejos su conocimiento de las gentes de estas tierras, por cierto).
“He elegido ser musulmana tras haberme concedido permiso a mí misma para dudar y cuestionarlo todo”, dice… Y añade: “la fé no se hereda, se adquiere, se abraza de buen grado, por un profundo sentimiento del corazón”. Algo demasiado parecido a lo que yo – me he – y he repetido cansinamente a todo el mundo a través de éstos, mis pobres y humildes escritos, de que la fé no se hereda, ni se transmite, ni se impone (eso es catequizar); que la fé hay que buscarla para poder encontrarla. Por eso me identifico plenamente con ella.
Esta Imam también es jurista e ismalóloga, que no islamista, ni ismalófoga, claro. Y decidió tirarse al ruedo tras los atentados en Paris de 2015… Ya he dicho que se juega el pellejo, pero lo ha decidido libremente y asumiendo plena conciencia de lo que hace, entendiéndolo como una cruzada. Una cruzada de doble sentido, como una carretera de dos direcciones: por un lado, intentar darlo a conocer a los suyos, y luego al resto de gente occidental, para que dejemos de considerarnos como sanguinarios rivales.
Es que resulta muy, muy curioso, es que esas tres llamadas “religiones del Libro” a las que he aludido anteriormente, tengan un mismo, solo y único origen: Abraham, el también llamado padre de todos los creyentes, y que, sin embargo, esas tres religiones (judía, cristiana y musulmana) siendo hermanas como son, sean también las mayores conjuradas enemigas entre sí mismas… Y lo que es peor, mucho peor, aún con los miles de años de andadura, tan solo hayamos adoptado la parte más manipulada, torcida, prostituída y falsaria de esas mismas creencias: aquella que nos obliga a aplicar el odio, la parte más fratricida del ser humano.
Mientras sigamos así, y no queramos darnos cuenta, ni ellos adoran el islam, ni los otros el judaísmo, ni nosotros el cristianismo, si no que todos adoramos el cainismo. La mentira de las religiones, no la verdad universal. Porque solo seguimos y escuchamos a bárbaros ayatolhás y profetas de uno y otro lado que nos empujan al rechazo y al asesinato del que no profesa como nosotros. Por eso mismo nuestras fes son falsas, porque no pro-fé-sa, si no que contra-fé-sa.
Así que, permítanme y perdónenme, yo voy a seguir voceando a estos inauditos seres humanos que se salen del camino trazado y torcido, para encarar el recto. Como esta valiente mujer, Kahína Bahloul, que ha asumido la arriesgada tarea de enfrentarse a los poderes ocultos de las tinieblas en las que nos empeñamos en revolcarnos todos, para traer la luz a quiénes quieran verla… He encontrado su libro: “Mi Islam, mi libertad” se llama, y está editado aquí, en España, por La Llave, y merece la pena leerlo, se lo aconsejo a ustedes. En él se cuenta cómo se “deconstruyó” el verdadero Islam para reconstruir el falso y sanguinario actual.
Déjenme recomendárselo, si quieren saber lo que vale un peine. Y si no quieren saberlo, porque a lo mejor, o a lo peor, les cambia la manera de ver las cosas de forma honesta y honrada en ciertos casos importantes, y eso es una responsabilidad moral y personal un tanto incómoda, pues, simplemente, miren para otro lado.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
VICTIMAS DE NOSOTROS MISMOS
- Por miguel-galindo
- El 21/03/2023
(de BBVA)
Internet supone el ágora mundial donde miles de millones de usuarios se manifiestan libremente. Lo que no permite ningún Estado, se permite en las redes. El problema es que esa libertad (cuasi) sin límites, ha provocado terrorismo de diseño para abatir la democracia, ruina, guerras, suicidios…
Se propone que los gobiernos puedan poner coto a esos resultados adversos. Sería bueno. ¿Pero también conveniente..?. Esos gobiernos igual podrían abusar, manipular y coartar las libertades hasta límites insospechados…
Solo existe un único camino: la Cultura. Que cada individuo tenga la formación moral y responsable para distinguir lo bueno de lo malo, y por tanto, obviar lo negativo conscientemente. Si no se nos educa, seremos víctimas de nuestra propia ignorancia.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
TRAS EL BIG BANG
- Por miguel-galindo
- El 20/03/2023
(de ABC)
Cuando Dios, o el principio creador, se propuso crear el universo, o los universos (digamos creator e creatura, para no fallar), se tomó su ratico de tiempo: unos 13.800 millones de años. Para que luego digan que el tiempo no da de sí… Al Gran Demiurgo (así lo llamaban los antiguos gnósticos), ni le faltó ni le sobró tiempo, pues para él, para el absoluto, el tiempo no existe, si bien lo incluyó en el lote para que nosotros nos diéramos cuenta de, al menos, un par de cosicas, cuando pudiéramos medirlo. Una: que el tiempo fue hecho para atarnos a los humanos a un contínuum temporal, o sea, lineal, y otra: para que comparemos la insignificancia de nuestra existencia al lado del eterno tic-tac de la suya. Si es cierto que lo que nosotros entendemos por eternidad apenas es un leve chasquido de los dedos del Hacedor, pueden hacerse una ligera idea de la diferencia de ambos cronómetros.
El Premio Nóbel de Física, Weimbery, para que pudiéramos entender estas inmensidades, tuvo la genialidad de comprimir esos casi catorce mil millones de años en unos escasos minutos, quedándole la cosa poco más o menos de aquesta forma y manera:
Apenas en la primera milmillonésima de segundo del Big Bang, el universo estaba tan puñeteramente caliente, que apenas unos pocos quarks revoloteaban en su primeriza inmensidad… Ya al cabo de una millonésima más de segundo, la inmensa temperatura bajó a unos diez billones de grados, lo que permitió a esos quarks juntarse y formar neutrones y protones… Siguió en descenso, y en diez de esos comparativos segundos después, el termómetro bajó a unos mil millones de grados, lo que propició que nacieran los primeros núcleos atómicos. La energía estaba comenzando a prepararse para formar la materia…
Steven Weimbery, e investigadores posteriores, calcularon que, dentro de esa traducción de miles de millones de años a minutos, en los tres primeros de la ya estable materia, su atmósfera se constituía en un 75% de hidrógeno, un 25% de hélio, algo de litio por ahí, y un poquillo de berilio. La perfecta combinación para que surgiera la existencia de lo que nosotros entendemos por “vida”, claro… Después hubo un lapso de 380.000 años más de enfriamiento paulatino, en que esos protones y electrones comenzaron a formar átomos, convirtiendo ese plasma en gas y “haciéndose la luz” en todo lo creado. Este lapso previo de “densas tinieblas”, es como esa “oscuridad oscura” que precede al amanecer de cada día. Tómenlo, si quieren, como una licencia poética, que también sirve. Es como el dicho de nuestros antiguos sefardíes: “kuando mucho oskuresse es porque amanesse”.
Fue tras ese páramo oscuro, tras ese túnel, cuando todas las estrellas refulgieron, nacidas de una, momentos antes, aparente nada; y cuando se concentraron en cúmulos, y luego galaxias… y aparecieron todas las sustancias de las que está investida la vida en los reinos mineral, vegetal y animal. Y, ya en última instancia, en el último segundo, la especie humana (no olviden que antes de humano fue animal) fue nacido a la luz, y vio la luz. Tengo otros artículos escritos y esturreados por ahí, sobre su aparición sobre la tierra de la Tierra, según la clave bíblica, pero no es el caso en este momento.
Lo que aquí intento tratar hoy, es cómo explica la ciencia de modo comprensible ese bíblico “hágase la luz, y la luz fue hecha”; su paso a paso tras el conocido y ya famoso Big Bang de Hawkings, que viene a ser lo mismo, mal o bien que nos pese a unos o a otros… Y, por supuesto, y ya de paso, lo aleatorio que es el concepto “tiempo” para las… digamos personas humanas, ya que ningún otro ser viviente lo captan del mismo modo ni con igual medida. Y eso es así porque solo existe como experiencia, pero no en esencia. Es una herramienta tan elástica y sutil que puede desaparecer igual que apareció, en y de su propia nada.
Y eso lo hará cuando llegue el momento preciso de que sea necesario… Cuando ya no haga falta el agente humano para construir, o deconstruir, o destruir, nuestra realidad cotidiana. Formamos parte intrínseca y activa del movimiento entrópico universal, y esto ya no sé qué parte forma de la decisión divina, y qué parte de ese “libre albedrío” del que fue dotado por esa misma decisión divina… Yo creo – permítanme y perdónenme – que hay una muy buena y cumplida parte de lo segundo, porque, si no fuera así, estaríamos libres de toda responsabilidad, y nos iríamos de rositas tan frescos después de haberla hecho, o deshecho. No es cuestión de cargar a Dios con las consecuencias de nuestros propios actos, ¿no creen?..
…Pero tampoco al demonio, no se me salgan ustedes por la tangente. Piensen y repiensen que todo este esfuerzo organizativo del universo de miles de millones de años de almanaque, para crear y unir los elementos que conforman el núcleo de los átomos y el mismo átomo, ahora, con la fusión nuclear, por ejemplo, podemos deshacer lo hecho y mandarlo todo de vuelta a casa, sea lo que sea esa casa, o este carajo de casa.
Las religiones nos largan que nosotros somos responsabilidad de Dios, y el diablo responsabilidad nuestra. Que allá lo que hagamos con el cornícola. Pero eso es una verdad a medias, o sea, una mentira completa. El por otro lado llamado “tentador”, no es otra cosa que el apodo que le damos a lo del Libre Albedrío ese del que hablábamos antes. Una figura retórica, Satanás, a la que cargar la responsabilidad de nuestros actos. Ya saben aquello: de nuestras buenas obras, a Dios, y de las malas, al diablo. Las primeras, con agradecimiento por sus buenas influencias, y las segundas, al castigo por sus malas ídems… Algo falla en esta enseñanza, y más cuando Papas hay que han tenido el santo cuajo de hermanar a la ciencia con el papel del demonio en este folletín sainetesco.
Aquí no hay más Satanás que nosotros mismos buscando la salida de nuestro propio infierno. Y no hay más consecuencias que las de nuestros propios actos; ni más efectos, buenos y malos, positivos y negativos, que los derivados de nuestras propias causas; ni más responsables que nosotros mismos… Otra cosa, es otra cosa.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com