Blog

EL SUEÑO

(de El Definido)

 

Aquí, en España, y en toda Europa, faltan profesionales formados: mecánicos, fontaneros, carpinteros, albañiles, obreros especializados… No lo he soñado, lo dicen todos los medios de comunicación, lo he leído en la prensa, lo he oído en la tele…

Lo que sí he soñado es que una Directiva de Bruselas financiaba en todos los países del Magreb y subsaharianos, y del este, Centros de Formación Profesional, homologados por la UE, en todos los oficios. Y que esa gente venía con sus contratos de trabajo bajo el brazo…

Y eso en vez de tener que matarlos en el Gurugú, en el Tarahal, o en Melilla… Pero, claro, era un sueño.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LA MENTE

(de ElPeriódico)

 

En un lugar muy apropiado para hablar de estas cosas, pero muy desaprovechado para hablar de otras: un tanatorio… por supuesto, tómenlo como una opinión personal, que no como una indicación general (así mismo debe entenderse) por lo de traer y tratar cosas trascendentes y todo eso, una persona muy estimada me dice que debería escribir un artículo sobre la Mente. Naturalmente – noten que este natural igual acaba en “mente” – me dejó un poco con la ídem en blanco. No es normal que alguien te pida una cosa así, y también pongamos lo de “normal” en el saco de los conceptos relativos. Y es que, aparte de la inusual petición, resulta un tema más que difícil, pues aún ningún estudio, ciencia ni disciplina han llegado a ponerse de acuerdo en lo que es la mente y en cómo funciona (salvo un poco S. Freud).

Y esto es así de complejo por algo muy sencillo: porque la mente no es ningún órgano físico al que se le pueda medir, ni analizar, ni sopesar ni promediar, en modo alguno. Y punto pelota… La mente es una capacidad, si acaso, una esencia en potencia, y encima parece solo darse en el ser humano – y digo, parece – al menos en su más clara manifestación. La cuestión de por qué esto es así, se desliza hacia el terreno de las filosofías, las religiones y las creencias. Ni siquiera la neurociencia del psiquismo y sus especialistas pueden elucubrar más allá de las teorías… Si acaso, las filosofías orientales, como el zen, budismo, etc. parecen acercarse un poco a la cosa, pues trabajan y practican esa disciplina en un mayor grado que las otras, pero nada más.

Así que este “probe” y muy humilde servidor poco puede añadir a lo ya sabido, por parte de otros terceros, claro…Lo que sí que me atrevo a incorporar a lo leído y aprendido de la física quántica, que, al menos en apariencia y dentro de lo que cabe y sabe, es que da la razón a lo desarrollado por Gauthama Buda. Esto es: la realidad de la irrealidad demostrada por esa física, junto a la irrealidad de la realidad siempre expuesta por las filosofías y disciplinas orientales, están en el mismo caso y forman una sola cosa.

Y todo esto lo vienen a corroborar, dentro de una muy amplia gama, todos los que se dan a la meditación, que son multitud, y de lo que pueden hablar mejor que yo, ya que este tuercebotas que soy lo he probado más de una, de dos, tres y cuatro veces, y en media docena, y una entera, de ocasiones, sin conseguir una pajolera aproximación a los resultados. Lo de dejar fluir los pensamientos por la mente hasta conseguir que se me vaya el santo al cielo y se me ponga el organismo relajado como una pasa, no hay manera ni forma alguna…

Por lo tanto y por lo tonto, éste suyo servidor que lo soy, he obtenido mi escaso conocimiento del estudio, que no de la práctica. Si esto le vale al que me preguntó, pues cojonudo, oye… y si no, es posible que, en su propia experiencia meditativa, si lo logra, obtenga la explicación que busca. Y, aún y así, muchas veces el resultado es vivencial y no intelectual.

Pero sí que puedo decirles que la mente es la madre y alimentadora del Ego, una fabuladora, engañosa y embustera como ella sola… Fíjense tan solo que el vocablo “mentira” proviene de “mente”. La mente es una gran fantasiosa, una diestra embaucadora y una maestra especuladora… Especular, por cierto, viene del latín “espéculo”, o sea, espejo. La mente es una suerte de espejo que llevamos dentro de nosotros, y ante el que construimos nuestra propia realidad. Y como la mente, que vive como reflejo del ser humano, tiene la astucia del demonio, nos presenta siempre lo que nosotros queremos ver, hacer, creer o desear. Así se asegura a sí misma su propia existencia: dejando al hombre fabricarse su propia i-realidad, sin que ni siquiera éste sea consciente de ello.

Por eso los orientales llaman “Maya” a la existencia, esto es, “ilusión”, autoengaño, y los físicos quánticos empiezan a vislumbrar, y alumbrar, la relatividad de todo (ya Einstein lo hizo), si bien, hace más de un siglo, la segunda ley de la termodinámica, ya decía que la energía se transforma continuamente, y de ahí la ley de la entropía universal, que demuestra que cuánto ha sido “creado”, o “aparecido”, tómelo usted como quiera y por donde quiera, cambia, o es cambiado, o lo cambiamos, y todo es circunstancial. Ahora viene usted, lo pinta de colorao y le ata un lazo verde en el rabo, a ver qué pasa.

A mí, lo que me queda un tanto suelto, es el motivo del porqué de la existencia de una mente así de trilera y tramposa. Todo ha de tener su “pour quoi”, ¿no?.. Y se me viene a esa misma mente el “náhualt” de los indios mexicas, o el jodido “engañador” inventado por la religión, el diablo del demonio; y lo de “habrás de trabajártelo con el sudor de tú frente, tío” si quieres aprender a no engañarte tú mismo, peazo gilipollas… Y que nada se nos dará gratis y resuelto si queremos participar del conocimiento y regir este puñetero mundo…

Y es que a lo mejor, o a lo peor, los tiros van por ahí, y nosotros aún queremos creer que son cohetes. “La vida es una m…”, decimos, y le echamos la culpa al espejo donde se nos anima a reflejarnos, pero aún no nos hemos dado cuenta que ese espejo-espejito-mágico no puede devolvernos otra imagen que la que nosotros mismos le reflejamos. Al fín y al cabo es su misión. “Quién bien nos quiera nos hará llorar”… lágrimas de sangre.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

UN RESPETO,

(de El País)

 

La última moda jovenecologista de atacar las principales obras de los principales museos del mundo, la veo como una moda gamberra, pero respetuosa, pues no las dañan. Lanzan un mensaje así como:

¿De qué sirve preservar una obra de arte en un mundo dónde no va a quedar nadie para admirarla?.. Y, a la vez, procuran salvarla por si alguien queda. Tampoco está tan mal…

Sin embargo, yo sé que el arte no nos quita el hambre, ni la sed, ni el dolor, ni el frio, ni el calor, ni la enfermedad, ni el sufrimiento. Pero nos embellece la vida y nos alegra el alma… y eso ya merece un respeto.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

UN RESPETO, POR FAVOR.

(de El País)

 

La última moda jovenecologista de atacar las principales obras de los principales museos del mundo, la veo como una moda gamberra, pero respetuosa, pues no las dañan. Lanzan un mensaje así como:

¿De qué sirve preservar una obra de arte en un mundo dónde no va a quedar nadie para admirarla?.. Y, a la vez, procuran salvarla por si alguien queda. Tampoco está tan mal…

Sin embargo, yo sé que el arte no nos quita el hambre, ni la sed, ni el dolor, ni el frio, ni el calor, ni la enfermedad, ni el sufrimiento. Pero nos embellece la vida y nos alegra el alma… y eso ya merece un respeto.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LA CENSURA QUE PERDURA

(de 20 Minutos)

 

El otro día pude ver en Cine Clásico, aquella vieja película “Un Lugar en el Sol”, del año 1951, de Montgomery Clift y Elizabeth Taylor, en puro y duro blanco y negro… un drama al uso de aquella época. Recuerdo que, cuando la pusieron en mi pueblo, de crío, la censura malpensante imperante la calificó como 4R, Gravemente Peligrosa. Ni siquiera mi amigo Joaquín, portero del Cine Carthago, pudo dejarme entrar, dada mi escasa edad para ello, y porque las severas normas le imponían jugarse el empleo de haber hecho la vista gorda. En otras ocasiones hubiera dejado “colarme” con un indisimulado movimiento de la cabeza. Pero no en esa…

Lo curioso del caso es que no hay en dicha película, ninguna, ni una sola escena escabrosa, ni un solo fotograma tórrido, nada subido de tono. Tan solo es la trágica historia de un sentimiento de culpa que desemboca en una sentencia de muerte, donde, al final, el planteamiento de fondo es: ¿dónde está el crimen: en desearlo o en llevarlo a efecto?.. ¿el arrepentimiento previo sirve de algo?.. Un dilema, en definitiva, entre la ley y la conciencia. Pues bien, es lo que aquella conciencia de aquél régimen, feudal y dictatorial, prohibía como gravemente peligrosa para la moral, cuando era, por lo contrario, estrictamente moral.

Todo se construía a través de un triángulo amoroso, como suele darse en estos casos, y no sé si aquella estupidez se debía a tan nimia causa, o a que planteaba dilemas morales profundos de los que debíamos ser castrados de raíz. La torpeza de aquella censura era tanto como la burda simpleza de su planteamiento: se cogían de la mano Iglesia y Estado, y se repartían el melón: a ver, se decían ambos, tú prohíbes todo lo que se considere pecado y yo todo lo que considere político. No solo en el cine, si no también en los periódicos, la radio, la televisión (cuando empezó a haberla, claro), en cualquier medio de comunicación, e incluso en las calle y conciliábulos de bares y tabernáculos; y cuidado con las visitas que recibe en casa o con quién habla y de qué habla, que el soplón anda camuflado y con la oreja puesta y dispuesta. Y no hacía falta probar nada, con la simple delación bastaba.

…Exageraciones… me susurra un joven escuchante de mis comentarios. No, en absoluto. Realidades a las que, aunque no sea natural, formó parte de aquella naturaleza. Yo sé lo que digo, pues, posteriormente, en nuestro entonces negocio familiar, la imprenta, mi padre me confió la responsabilidad de ser el “portacensuras” de aquella Ley de Prensa e Imprenta imperante, impuesta por el entonces Ministro de Interior, Fraga Iribarne. Un servidor de los frailes tenía que recoger siete ejemplares de cada impreso que saliera del taller, para llevarlos a sellar al Ayuntamiento, y firmar con el delegado municipal al efecto, nombrado por la Delegación de Gobierno de Murcia.

Me imagino si aquél poder omnímodo de aquel absolutismo dispusieran hoy de él los nuevos ayatolahs del “buenismo”, los apóstoles y apóstolas de la (falsa) corrección política, y los nuevos iluminismos de nuestra extremada, y extremosa, izquierda. Sería tan tremendo como fue aquello, aún viniendo del lado opuesto del espectro – de fantasma – político… Fíjense en el ejemplo con que abro este artículo con lo de la película de George Stevens: una censura enfocada hasta en cómo manipular los problemas morales , y de qué manera dirigir las conciencias de las personas. Afortunadamente, hemos cambiado la nomenclatura de dictadura por democracia, aunque, en el fondo, late la misma estrategia de dominio mental.

Porque esto no es óbice para que determinados partidos sigan intentándolo a través de las armas de poder e influencia de que disponen. Vemos cómo se intenta acotar o comprar a los medios informativos; o de qué ruin manera se ataca a los jueces echándoles una culpa que es de una pésima legislación por parte de esa misma clase política que larga su responsabilidad sobre hombros ajenos, en una especie de dominación del poder judicial; o de qué forma se realizan los sistemas educativos, sin ni siquiera consultar a los propios educadores y profesionales, como tampoco consultan en ninguna otra rama de gobierno y legislación (nótese lo mismo en el sistema de salud).

La censura es prima hermana de la incultura. Por eso mismo que lo primero que se intenta desmontar, poco a poco, son los sistemas educativos, debilitándolos en filosofía, humanidades, e incluso en responsabilidades; y formando (o deformando) a generaciones enteras para que no piensen por sí mismas y solo obedezcan a pensamientos dirigidos: la estrategia del pensamiento único.

No se necesitará censura alguna cuando todos pensemos igual… ¿Qué es el “Gran Hermano” orweliano, una democracia o una dictadura?.. ¿de izquierdas o de derechas?.. Cuando todos comencemos a seguir los pensamientos impuestos (ya están siendo perseguidos los libres), entonces ya no hará falta métodos impositivos violentos, ni represivos. Seremos todos iguales, como los manguales: el “ferpecto” Mundo Feliz de Huxley.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

GENTUZA POLÍTICA

(de OkDiario)

 

Hay políticos que piensan que la mejor forma de hacer su papel es perdiendo los papeles… Y el Congreso se está convirtiendo en un lugar cavernario, donde muchos de ellos se limitan a cobrar sus sueldos solo por ejercer el derecho a insulto.

Y eso debería de estar prohibido y sancionado, como mínimo con el importe de su nómina. Se puede ser fascista y/o comunista a la vez que educado. Lo otro es ser un degenerado, y tendría que ser desterrado.

Y que sus próximos se arrimen a su cerrilidad y se aprovechen de ello tan solo demuestran su ruindad… Y si nosotros seguimos votándolos, es porque somos de igual calaña: mastines rabiosos, carniceros tendenciosos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SEAMOS SERIOS (y, de paso, honestos)

(de Cuatro)

 

Quiénes no son fieles a su Historia, están apostando por que se la roben, y que otros se apropien de ella… No hablo de tradiciones, que muchas veces son traiciones, si no de Historia, con H mayúscula. Aunque no lo crean, yo respeto las tradiciones, pero intento separar la verdad de la falsedad, de lo añadido, de la mentira. Estamos al tanto de que cada régimen político (nosotros tenemos 17 a 1) manipulan y transforman la Historia a su conveniencia, y eso resulta ya casi inevitable. Por lo menos en nuestro país… Sin embargo, las personas, los seres humanos – no hablo de la gente – tenemos la obligación moral de leer, formarnos, investigar en todas las fuentes posibles hasta encontrar lo genuino de nuestra auténtica Historia, dentro de lo posible.

Por ejemplo: la verdadera realidad es que los árabes conquistaron España en un par de años, y que costó ochocientos recuperarla. Nos guste o no nos guste, así fueron las cosas, aunque ese detalle de la rápida conquista frente a la superlentísima reconquista, lo omitamos, quizá que por una falsa vergüenza, o un falso sentido del patriotismo. Vale. El caso es que, en nuestro subconsciente colectivo, se nos ha inculcado que nosotros somos herederos directos de los godos, renunciando, aún aparentemente, a la herencia musulmana que dejan casi un milenio de historia en nuestra genética y en nuestra cultura. Inconscientemente no queremos ser descendientes de “los moros”… Pues bien, a lo mejor por eso mismo, esos “moros” de hoy, por la suya (hablo de la cultura) consideran justificado su El Al-Ándalusismo.

Es que, además, y entre otras, en Calatañazor, Almanzor no perdió su tambor, porque nunca, jamás perdió batalla alguna. No hubo tal derrota, aunque librara una batalla pasota, de mil escaramuzas por banda, viento en popa a toda vela… Como la archifamosa batalla de Covadonga no ocurrió con los aprestos y los arrestos con que nos contaron y cantaron aquellos del “por el imperio hacia Dios”, que fue más bien unas refriegas apenas, y se libraron en el monte Auseva, bastante alejado de la Cova Longa, y sin ayuda directa, ni indirecta, de ninguna “Santiña” que llevarse al coleto… Al igual que Díaz de Vivar, nuestro Cid (palabra árabe, por cierto) campeó más a favor del rey moro de Zaragoza que de su rey cristiano que le montó un Ere indigno. En realidad, fue lo que se conoce por un soldado de fortuna. Cuando lo desterraron, se vió forzado a ganarse su jornal y el de su mesnada, allá dónde estuviera la empanada, y en el único oficio que conocía el hombre: batallar.

Por eso que, si renunciamos a la legitimidad de nuestra auténtica y genuina Historia, otros vendrán que se aprovecharán. Juan Eslava Galán es un historiador completo y comprometido con la verdad, honesto y riguroso, además de dotado de un fino humor e ironía, que cuenta esa Historia como fue en realidad, y no como quisieran, o quisiéramos, que fuera. Yo les recomiendo encarecidamente que se acerquen a su obra. Les garantizo que se cabrearán, pero se divertirán y no se arrepentirán.

Se cabrearán cuando les cuente también (yo lo supe de otras fuentes, pero me alegro coincidir con él) que ni a Santiago se le apareció la Vírgen del Pilar, ni a la Virgen del Pilar Santiago alguno. Ninguno de ambos anduvo por España en carne mortal. Algo cercano a la primera, si acaso, como Magdalena, amerizó en Francia por Marsella con José de Arimatea; y el segundo, hermano de Jesús y cabeza de la Iglesia de Jerusalén, no salió de allí, y allí mismo murió, donde vivió, y no en su pretendida tumba de Compostela… En ese “campus estelae”, si acaso, fue enterrado Prisciliano, llamado “EL Apóstata”, primer mártir cristiano ajusticiado por la misma Iglesia, por cierto…

Pero esto sería otra historia de la propia Historia… Lo cierto es que benditos sean los pinguës beneficios de una Ruta Xacobea, y usted que lo vea, por los siglos de los siglos, eso sí, pero no mezclemos churras con merinas que se le ve la minina… Y sí, por mucho Códice Calixtinus que hubo que inventarse para aviar el Camino… Agora mesmo nos estamos montando y desarrollando un “bis” con etiqueta de cruz caravaqueña, a ver si escurre las mismas ganancias que su hermano el del norte.

La historia está plagada de interpolaciones e interpretaciones a conveniencia e interés de los poderosos que la mandan escribir. Y los historiadores a sueldo son los amanuenses que han de adaptarla, en lo posible, si es que ello es posible, a fin de ganarse las habichuelas. A veces, porque de ello depende su nómina, y a veces porque de ello depende su libertad, o quizá su vida… Según, claro, si “el dictaderío” es absoluto, sea fascista o comunista, populista o déspota sanguinario. Y eso hay que entenderlo, pues por naide pase

Pero también existen investigadores, historiadores libres de perjuicios y de prejuicios, buscadores de la verdad y buceadores en profundidad, cuyo único afán es ilustrarnos y formarnos, si es que eso, naturalmente, nos importa algo… Otra cosa distinta, claro, es que nos valga el pienso compuesto que nos dan para no pensar. De eso, los pesebres abundan, y lo otro está disperso y hay que espigarlo, picotearlo y trabajárselo. Ustedes sabrán si les merece la pena… Para mí, sí, desde luego.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

¿TENDRÁ ALGO QUE VER?..

(de Research Gate)

 

Científicos informan que el núcleo central de la tierra dejó de girar y ahora comienza a rotar en el sentido contrario, y que, aparte a la duración de los días, va a afectar al planeta entero con graves consecuencias.

Otros expertos han afinado, y dicen que la pasada y cambio comenzó a manifestarse hace 9 o 10 años… ¡Coña!.. el mismo tiempo que me dicen que yo empecé a padecer lo que hoy se manifiesta tan virulentamente en mi puñetera salud.

Lo que yo le diga: nos estamos jodiendo a nosotros mismos de mala manera.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

DE HUMANO A PERSONA

(de SaludTerapia)

 

Por mi artículo “El ser humano” me llegaron muchos ecos de partes distintas y distantes. Algunos de ellos me decían que, si quería seguir teniendo seguidores, bajara el nivel, pues eso era escribir para unos pocos y no para unos muchos; otros, por el contrario, me apremiaban a seguir andando esos caminos, pues si a algunos les parecían áridos, a otros les sonaban a interesantes; otros unos separaban el tema de la religión, y otros se lo achacan precisamente a “las creencias”… El caso es que hubo de todo, como en botica, y me dejó claro que he de elegir: o “me especializo” en un par o tres de cosicas, con lo que obtengo seguidores fijos, más o menos fieles o leales, o sigo esturreado, con lo que me ganaré más fijos-discontínuos, según el caso y tema que me toque tocar, valga la redundancia de toques.

Pero hubo una seguidora que me hizo pensar. Me dijo que había tratado mucho del “ser” y de lo “humano”, pero no había escrito ni una sola vez en todo el artículo la palabra “persona”… El caso es que retrocedí a ese trabajo (y conste aquí que son trabajos placenteros) y, efectivamente, llevaba más razón que una santa, pues no usé la denominación de Persona ni por equivocación. En ninguna línea, párrafo ni momento. Mi amiga aludía a que, casualmente por ese preciso y precioso detalle, el artículo en cuestión quedaba cojo, a medias, incompleto. Como una especie de “quieroynopuedo”, me redondeaba…

Y con eso, me invitaba a completarlo… Pues mira lo que te digo, estimada mía, puede que fuera cosa del subconsciente que cargamos cada cual con el nuestro, y que el mío me juega a veces auténticas trastadas. Y no lo digo como excusa auto-justificativa, pues ya sabemos que ese inconsciente, sea personal o colectivo de nuestra humanidad, y con esto volvemos al tema, el total y absoluto responsable de él es el mismo consciente, donde desemboca precisamente… y si me hizo eludir el concepto “persona” fue, quizá, por un motivo como muy concreto: porque él sabe que yo sé que, aún íntimamente asociados, en un rincón del fondo son conceptos distintos por causas diferentes. Miren que tampoco es lo mismo diferente que distinto, (pues dos cosas iguales puede llegar a diferenciarse, pero dos cosas distintas nada tiene que ver la una con la otra).

La cuestión es que la palabra “persona” viene del griego “prosopon”, que quiere decir “máscara”… ¿Les suena a algo?. El famoso teatro griego se hacía en base a máscaras que concedían a los rostros, a las caras (de ahí máscara igual a careta) un propósito añadido y definido, una falsa “personalidad”, precisamente. Ellos, en su cultura, tenían muy claro eso mismo: a un ser, eso sí, humano, se le dotaba de una determinada personalidad – prosopon – para desarrollar un papel, un rol, dentro de la escenificación de sus populares farsas de dramas y comedias. Están muy relacionadas, naturalmente, pero no deja de ser un aditamiento específico.

O sea, que podríamos afirmar, al menos en teoría, aunque yo también creo que en la práctica, que primero fuimos “seres”, luego llegamos a “humanos”, y después nos pusimos las máscaras, esto es, nos convertimos en “personas”… Al igual podemos imaginar, una vez ya puestos, que la primera máscara que utilizó ese primer humano, fue la de decirle a ese Elohim creador (dioses, pues es plural) que la serpiente la engañó, como mujer, y luego el varón soltarle también que la mujer lo engatusó. Con o sin manzana de por medio.. La mentira y el disimulo fue el primer “prosopon” bíblico utilizado en nuestro Génesis (hay bastantes más), y lo ha llevado la humanidad desde entonces puesto y sin quitárselo por nada y para nada.

A mí siempre se me ha ocurrido pensar, que, de hecho, el mundo, nuestra existencia, es un inmenso teatro donde todos venimos con nuestros papeles y nuestras caretas en las jetas, a hacerlo lo mejor que sabemos. Que entramos y salimos de escena desempeñando historias que creemos que son reales, y nos montamos unos dramas y operetas en unión y comunión con el resto de cofrades que forman el elenco. Pero que luego, después, una vez fuera del escenario y devueltos a la verdadera realidad real, nos daremos cuenta que el valor que les dábamos a nuestros roles era absolutamente falso, ilusorio, de cartón piedra, y que la vida genuina, la auténtica, no estaba entre los decorados del gran Odeón… Pero que algún director de escena anterior al escenario del Big-Bang, por alguna causa indefinida, aprecia que nos partamos la cara haciendo de malos y buenos, porque algo debemos aprender que se nos escapa. Y yo, personalmente, creo que la misión no es partirnos las caras, si no las caretas.

Porque me parece a mí, fíjense, que hasta el “género”, al que tanta importancia le damos, no es más que una parte de nuestra personalidad de persona, o sea, una careta, una máscara del ser humano. Y que la “humanidad” trasciende el sexo, no al revés, ya que lo humano y lo divino se dan la mano, e incluso lo humano habrá de ser separado de lo físico, al igual que, en su día, fue integrado…

…Porque una mujer no vino de ninguna costilla de ningún hombre (si acaso sería al contrario), digámoslo ya que estamos en ello. Costilla, Cote en francés, significa costado, pegado, al lado, junto a… y todo lo que estaba juntado es uno solo, un único ser. El ser, separados los dos sexos, significa que el hombre y la mujer eran una sola cosa, una única entidad, un solo estado, pero que hubo que dotarlos de personalidad distinta y propia separando lo que estaba unido, para, a lo mejor, puede, que a fin de que sepamos lo que vale un peine…

Es que, un servidor de ustedes, me lo van a permitir, cree que el sexo, el género si lo quieren, aunque no sea eso, es parte de la personalidad de cada persona, de cada individuo, pero que la humanidad de ese ser es un movimiento integrador, y no lo contrario. No se trata de condenarlo ni de sublimizarlo, si no de volver atrás y armonizarlo en su conjunto. Nos sobra todo el machismo, el feminismo y el caretismo con que hemos construido el personalismo… Y estamos que nos vamos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

DE TONTOS Y LISTOS

(de MiBoina)

 

En el mundo, aparte la anormalidad de los que nos llamemos normales, están los tontos listos y los listos tontos. Los primeros siempre le roban el bocadillo a los segundos. Miren aquel Franco, que se hizo con el poder durante 40 años. Los de su banda militar creían que era medio lelo, y miren ustedes…

Fue la misma estrategia que usó con él nuestro emérito Juan Carlos, hacerse el “giliman” durante todo el tiempo que fue Príncipe de España… Un, hasta el final espabilado, que supo hacerse muy bien el tonto.

Hoy, en política, hay más tontos listos que listos tontos, pero no tanto… Nosotros somos realmente tontos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

CONFESÉMOSLO

(de YouTube)

 

Algo he leído por estos lares – no sé si al columnista Martínez Abarca – de que “los obispos alemanas quieren vivir el catolicismo de otro modo”… Lo que no llega a aclarar es de qué modo, si más avanzado, o más atrasado; si más pegado al cristianismo, o más despegado de él. Porque podemos llegar a un “acorde a nuestra época”, lo cual no sería malo sin ser enteramente bueno, o nos podríamos pasar un par de pueblos en cualquiera de ambos sentidos. Me explico: si es dando marcha atrás, podríamos volver a los valores originales de ese antiguo cristianismo, lo que no sería nada de malo; o podríamos quedarnos en el Concilio de Trento, lo cual sería malísimo. Y si lo que se trata es de avanzar, si actualizamos el catolicismo (pues el cristianismo auténtico no es actualizable) con arreglo a lo positivo de hoy, bien estará; pero si lo hacemos con respecto a lo negativo, entonces mejor estarse quietecicos.

Y ponía en su escrito el ejemplo de lo de la confesión… Peliagudo tema, a fé mía. Yo puedo entenderlo desde el punto de vista psicoanalítico, o, si quieren, incluso como la descarga de una carga, no sé si me entienden ustedes. Cuando tenemos un cargo de conciencia, uno se siente mejor compartiéndolo y consultándolo con alguien de entera confianza. Es como una catársis. La cosa está en que todos los curas, por el único hecho de serlo, sean personas de esa entera confianza de cada cual, por mucho que la católica diga que sí. Aquí, el dogma se convierte en costumbre, y también en conveniencia, y entonces por eso mismo resulta todo tan conveniente como falso.

Dicen los protestantes (que no creen en ella) que por mucho que el sacerdote haga el signo de la cruz no se perdona mágicamente nada, porque el poder de perdonar no lo tiene el cura, si no el propio penitente… Naturalmente. Y el propio concepto de “pecado” es el de una conciencia manipulada. Dicho en román paladino: que uno mismo se autoperdona cuando existe genuino arrepentimiento con un Dios que está en (porque también “es”) todas partes. Y, sobre todo y por encima de todo, dentro de uno mismo. Lo demás son cuentos chinos. Y es que, en puridad, el significado auténtico del sacramento es un compromiso íntimo de la propia conciencia con Dios, sin más intermediarios ni nada por el estilo…

El papel del buen cura tan solo es que testimonial; algo así como el notario que levanta acta, que “dá fé”, pero que tan solo afirma lo que el otro dice; ni asegura, ni garantiza, ni nada de nada, de que ese otro esté diciendo la verdad o esté mintiendo. Por eso es que, con tan solo declarar, por ejemplo, que mintió conscientemente cuando dijo tal cosa o manifestó tal otra, el sacramento es nulo de pleno derecho (canónigo, claro). No es que se anule nada, pues algo que no existe no se puede anular, lo que se declara es que no ha existido… Esto suele darse mucho en el llamado “de matrimonio”, y por eso se explican tantas cosas inexplicables. Precisamente por que se callan y no se confiesan.

…Y miren por dónde volvemos a lo de la confesión, que es en lo que estábamos. Son todas estas consideraciones de obligatoriedad dogmática de practicar un sacramento lo que, precisamente, causan el efecto contrario, y anulan, por pura lógica, la efectividad de tal sacramentum. Resulta paradógico, pero así mismo es. De ahí y por eso se entiende que existan esos extremistas populistas de partidos populistas, que se consideran fervientes defensores de una religión que “perdona por acto de confesión” todos los embustes y falseamientos; odios profundos a todo prójimo inmigrante o persona que, simplemente, no comulgue con sus fanáticos principios; y que se montan santas cruzadas fundamentalistas a su alrededor… Todos estos tiranos, como Franco, Pinochet, Mussolini, Hitler, Stalín, y otros muchos actuales, eran aliados perfectos de una poco santa institución que perdonaba y justificaba porque se apoyaba en sus desmanes, abusos y crímenes, sin necesidad de más arrepentimiento que un patriotismo reconvertido en patrioterismo.

Por todo esto, y unas cuantas razones más de puro sentido común, es por lo que, personalmente y sin ánimo de molestar, no creo en ese, planteado así, sacramento de la confesión de “márquese tres padrenuestros, cuatro avemarías y vaya usted con Dios”… Y pido disculpas a los que se puedan sentir ofendidos. Todo estriba en eso mismo: en el arrepentimiento. No existen más historias en esa historia. Solo puede haber “propósito de enmienda” si hay verdadero y sincero arrepentimiento, y no porque ese arrepentimiento de pose y muy señor mío se adorne con lo de “el dolor de los pecados”, que queda como más trágico y bonito… y, sobre todo, y por encima de todo, introduce y legitima el concepto de “pecado”, que esa es otra…

Así que miren ustedes, a mí me van a perdonar, pero no me tira p´atrás los pecados de los hombres, si no su cinismo e hipocresía en creerse perdonados por los que no poseen el poder de hacerlo; y el fariseísmo de una Iglesia que, aún sabiéndolo, lo justifica, lo manipula y lo mantiene… Así que, si los obispos alemanes empiezan a reconocer todos estos dañinos y dolosos anacronismos, y quieren servir a un renovado cristianismo, que empiecen a superar su arcaico catolicismo. Puede que todos salgamos ganando.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

A LA DE...

(de Noticias Guipuzcoa)

 

Leo en la “press” lo siguiente: “mandan a la cárcel a un joven por robar ocho coches en Torre-Pacheco”, y sigue diciendo que la Guardia Civil detuvo al “experimentado delincuente”, enviándolo el Juzgado a prisión provisional.

Vale. Pues a mí también me reventaron el coche en mi propia calle. Con la… ¿suerte? De que la Policía Municipal lo pilló con las manos en la masa. Cuando nos presentamos a juicio, el municipal y yo, el ladrón (o el cabrón) no lo hizo a pesar de estar identificado y formalmente acusado.

A lo peor es que no había atracado el mínimo establecido… Aconsejo a las víctimas que sepan elegir mejor a quiénes los atracan.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EL SER HUMANO

(de Concepto) El otro día estaba oyendo a un orador, especialista en lo suyo, disertar sobre lo mal que se está empleando lo de la “violencia de género”, cuando debería ser, según su versada opinión, “violencia de sexo”… y decía, no sin razón, y como ejemplo, que una mesa tiene género (femenino) pero no sexo, y que, al legislar, se estaba condenando a toda violencia que derivara de un “él” o de un “uno”, pero no aplicando la misma ley cuando venía de un “la”, de un “ella” o “una”, de forma que cuando una mujer apiolaba a una hija, un marido, o a su pareja del mismo sexo, no se le aplicaba la condena de “violencia de género” a que se hubiera condenado de haber sido un hombre el autor del delito. Y la verdad es que lleva más razón que un santo… Lo que ocurre es que el feminismo mal entendido, que es el que en realidad se aplica y se consume en la norma de pensamiento único impuesta, es la que manda. (Por cierto, fíjense que “feminismo” lleva artículo masculino – él – y no el femenino, curiosamente).

Pero no quiero apartarme de la cuestión sobre la que yo quería tratar en este artículo de hoy… Y es que, en un momento de su exposición, llegó a hablar sobre “la humanidad del ser humano”, y esa cacofonía me llamó la atención, si bien ponía sobre el tapete una reflexión digna de tener muy en cuenta: la propia definición de “ser humano” es una especie de verdad de Perogrullo. Fíjense bien fijado que “humano” viene del latón “homo”, hombre, y no como sexo, si no como género: el género humano…

Y sin pensarlo, e incluso a veces también sin quererlo, el mero hecho de pronunciar esas dos palabricas: “ser humano”, en realidad estamos estableciendo dos acepciones distintas, y no una sola. La de “ser” y la de “humano”. Porque existen muchos seres en la fauna animal, más que muchos, muchísimos, pero no son humanos. Solo en uno de ellos, en el hombre, de “homo” como género y no como sexo, se dá la característica humana. La de humanidad.

SIn embargo, el conferenciante, en ese aparente desliz, que quizá no lo fuera, trató de poner énfasis en “la humanidad del género humano”, como si no fuera lo mismo alcaciles que alcachofas… Y este detalle, no solo está trascendiendo los sexos, varón/hembra, si no que está poniendo el acento en su concepto exclusivamente humano, a lo mejor hasta sin proponerselo conscientemente. El subconsciente, algo, por cierto, exclusivamente humano también, suele jugar estas pasadas, es posible que para llamarnos la atención (de subconsciente a consciente) sobre nuestra propia esencia humana.

Y es que… se nos pasa muy a menudo por alto algo que es de suma importancia: que el ser humano es una excepción en la creación, o en la evolución, o en como quiera llamar a esto. De hecho, el ser humano fue una “fabricación” exclusiva hecha sobre la marcha. Una especie de implante en el tejido animal y normal de la naturaleza. Quizá un experimento; una estudiada iniciativa para incorporar algo inexistente en esa creación; un algo así como “vamos a hacerlos a semejanza de nos, a ver qué ocurre en este caso con esta cosa”…

La tradición más antígua así mismo lo testifica. Viene del mismo Génesis en nuestra cultura cristianoccidental, pero también en la de otras civilizaciones… Resulta que Dios, o mejor, los Dioses, pues “Elohim” en hebreo antíguo es plural, osea, “dioses”, eligieron a una de las vidas animales que “se arrastraban” (así mismo lo dice) por el barro de la tierra (“de barro fue hecho”), aquél más evolucionado que ellos creyeron a sus propósitos, lo durmieron en un sueño profundo… y ¡zas!, le transplantaron el factor “humanidad”. Existen fuentes antiquísimas que, incluso llegan a afirmar, que el primer intento les resultó falluto, que el ser resultante les salió un tanto agilipollado, que ni siquiera podía ponerse en pié; luego, que, en una segunda intervención, ya entonaba; y que en una última coronaron el plan con la separación de sexos, y hacer un varón y una hembra (hombre y mujer) de un caracol andante y pensante.

Cada cual, y cada cuala, a estas alturas pueden también pensar lo que quieran, pero dados los resultados y sus consecuencias, a mí me parece que los humanos les salimos destrozones, cuando no un tanto cabrones… Yo quiero creer que la humanidad (pensante y obrante por el dispositivo del “libre albedrío” incorporado para que funcionara la ley de causa y efecto), fue con el objetivo de que colaborara – con plena consciencia – en la faena de la creación y desarrollo del Big-Bang aquél del que 400.000 millones de años después vino a hablar Stephen Hawking, pero que nos está costando Dios y ayuda el gobernarnos a nosotros mismos por nosotros mismos.

Por eso, que lo de “ser”, somos, pero lo de “humanos”, vamos lentamente, poco a poco, y no todo el mundo acaba siéndolo en plenitud ni al mismo tiempo, y de ahí la dicotomía que me atrevo a exponer aquí a todos ustedes que me leen aunque no me entiendan… Les pongo un solo ejemplo del que hay millones a diferentes escalas y niveles: ¿es el hijoputin de Putin humano?.. Pues de esa clase de humanos está el planeta “petao”, y suelen ser los que nos gobiernan a los demás. Y ese es el motivo de que el inconsciente de las personas, más o menos humanas, nos advierta de que somos parte de un “género humano” aún en puñetera evolución en cuanto a la integración en el “ser” de lo “humano”.

Dios, o los dioses, nos hicieron humanos, no perfectos. Ese trajín nos lo dejaron a nosotros… Otra cosa es que acertaran o no.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

¡ QUÉ BARBARIDAD !

(de 20Minutos)

 

Isabel Preysler tiene una vitrina de trofeos de auténtico lujo. Tras pasarse por la Porcelanosa a un artista mundial, un ministro de economía y un grande de España, ahora se ha cepillado a todo un nóbel de Literatura… Y aún le queda alguna leja por llenar.

Una mujer que ha vivido del cuento y del Hola durante toda su existencia de couché y Ferrero Roché, merece un respeto. No todo el mundo puede presumir de tanta caza mayor en las paredes de su mansión de dieciséis retretes. Ni siquiera el rey emérito.

Deberían concederle un Príncipe de Asturias al arte del biencasar… y los españoles besarle su blasón a morro completo.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EL PAN

(de Okdiario)

 

Escribe Manuel Vicent que “los pobres llaman hambre a lo que los ricos llaman a. apetito”, y es que no es lo mismo las tripas que el estómago. Antes que se inventara la cocina ya existía la comida… Quiero decir que mientras que hoy solo se valora la Nouvel Couisine, o la deconstrucción de esto y el maridaje de lo otro; cuando ahora “montar un plato” supone una especie de exhibición figurativa hecha con inspiración de artista; cuando no existe un jodido programa en los medios, ni uno solo, que no toque la gastronomía divulgativa de aquí, de allá o de San Serenín del Monte, hace cuatro días con pasado mañana que el comer era una necesidad, luego un placer, pero no un arte.

No es raro que en las sobremesas de hoy, los de mi generación hagan alguna referencia al hambre – llamémosle, si no, necesidad – de posguerra, y salten los casi inevitables comentarios de “ya que hubiéramos pillado entonces lo que hoy tanto se desprecia”, y añadidos tópicos y típicos por el estilo. Eran los tiempos del personaje del TBO, Carpanta, que soñaba con pollos asados, pero no hormonados… Entonces los españoles se dividían en dos: unos muchos que se iban a la cama con la barriga con telarañas, y unos pocos de barriga con bicarbonato. Por eso que no es de extrañar que el pan, para los de aquella época, esté considerado como el alimento básico, único e imprescindible, como el maná, dentro de nuestros entresijos. Era el pan (no siempre nuestro de cada día) el que, si se caía un trozo al suelo, se recogía con unción y se besaba con devoción, y el que, cuando algún menesteroso llamaba a la puerta con la triste cantata de “una limosna por el amor de Dios”, le arrimábamos un cacho si no teníamos a mano unas “perras gordas” sueltas por los remendados bolsillos.

La caridad era liviana y los pobres eran muchos… pero, eso sí, el pan era pan. Poco, el justo, pero pan, no como el de hoy, bastante malo y chicloso, y correoso al llegar la noche. Incluso aquel salvado y cebada, que entonces se lo arrimaban a los cochinos y a las gallinas que, con suerte, redondeaba a veces nuestra dieta, hoy se les considera una especie de joyería para paladares exquisitos en las boutiques del pan… Pero un trozo de pan con algo, sea lo que fuere ese algo, o sin algo, siempre había para la merienda o alguna otra necesidad o tapagujeros. Por eso era sagrado, mientras hoy es despreciado. A pesar de su peso en oro por la guerra de Ucrania y las harinas con permiso de la madre Rusia. El día que desaparezcamos los de la condición de guerra y posguerra, los panaderos habrán de hacer virguerías para seguir vendiéndolo.

Pero mientras tanto, a los de entonces y a nuestros ancestros más próximos, se nos había metido en el córtex cerebral que el sacrosanto y necesario pan era el mismísimo cuerpo de Cristo… La Iglesia se había encargado de inocularlo en vena y espíritu, con etiqueta de dogma, no como una metáfora, si no al pie de la letra y de la palabra… Y el cuerpo (y la sangre, pero menos por ser vino) de aquél Cristo había que asumirlo en nuestra corta y escasa razón a la edad de siete años. Sí o sí. Por escueta obligación politicosocial de más estricto manual.

Y ponte con esos añicos a dilucidar al catecísmico Jesucristo aquél con una extraña Primera Comunión en base a su cuerpo, que era, se nos decía, un pan como una hostia…A mí, como a muchos otros, se nos quedó el sabor al huérfano chocolate con bollos (todo un lujo, por cierto) en nuestro día sacramental, “el más feliz de mi vida” como rezaba en los recordatorios que se entregaban a cambio del correspondiente y pertinente óbolo con el que cubrir el dispendio, porque el otro, el del pan nuestro, el de cada día, crujiente y caliente si lo pillabas, al dente, se tenía que ganar con el sudor de la frente de la gente. De todas las gentes y en todos los frentes.

Hace mucho tiempo, tanto que ya ni me acuerdo cuando pasé de la trombósis a la simbiósis, que tomé conciencia de que comer y leer son dos formas de alimentarse, y también de sobrevivir… Porque, si es verdad que aquél Mesías dijo lo del “tomad y comed (el pan) que éste es mi cuerpo”, no es menos cierto que también dijo aquello de que “no solo de pan vive el hombre”. Y es que, en los tiempos de escasez e incultura, como los de entonces, el hambre bien podía confundir los términos, y la miseria los conceptos; pero en tiempos de “sobranza” e incultura, como los de hoy, la ignorancia sigue siendo nuestro pan de cada día, y sigue confundiendo términos y conceptos, y despreciando el conocimiento.

Y a mí ya solo me queda el hambre de eso mismo: de conocimiento, un hambre saciable e insaciable, de la que el pan ha desaparecido, si bien más como símbolo que como costumbre. Ya no es el pan que complementaba aquellos higos, secos o chumbos, aquellos dátiles del tío Pencho, el huertano, o de aquellas garrofas del tío Cananeo, de nuestras correrías de garduños jóvenes. Entonces las hazañas de nuestros héroes estaban hechas de la misma sustancia que el pan que comíamos cada día. Hoy eso ya no me satisface… gracias a Dios.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

TODO MENTIRA

(de Televisa)

 

La mismísima Hacienda española pone en duda que la rebaja del Iva en los alimentos sea eficaz. Yo también. Los de Coag piden que controlen los precios directamente. Yo también. Pero eso no se atreven, pues tendrían que enfrentarse a unas oligarquías distribuidoras a las que todos están vendidos.

Por otro lado, la gasolina se infla a partir de ya con un nuevo incremento por otro gravamen nacional más. Esta vez por los biocarburos. O sea, al revés de lo que debería.

Mucho sacar pecho de que se está combatiendo la carestía, pero la realidad es todo lo contrario. Si acaso, lo que bajan por un lado, lo suben por el otro… Y suma y sigue.-

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

BUSCANDO A DIOS

(del Diario Armenia)

 

Me he leído un libro de Michío Kaku, un eminente físico de Hardward, de título “La Ecuación de Dios”, nada más y nada menos… Se dá por supuesto que yo no pensaba encontrar esa ecuación entre sus páginas, ni por allá pasó, pero sí, al menos, contrastar los pocos conocimientos que tengo sobre el tema con los que él aporta, desde que Einstein se quedó a punto de establecer, cuando murió, el “Campo Unificado”, esto es: una sola fórmula, la única, que explique la creación de todo el Universo (hasta ahí me sé de lo que vá en mi librico), y lo poco después descubierto hasta la actualidad. Nada nuevo. Aunque, eso sí, me ha servido para actualizar algún detalle que otro que se me había olvidado. Pero las grandes preguntas siguen en pié frente a las grandes teorías: aunque ya sabemos de dónde venimos, y, seguramente, para qué venimos, y/o a dónde vamos a parar, ahora se plantea la de ¿es posible el viaje en el tiempo?, ¿de dónde, o de qué, viene el universo?, ¿qué sucedió antes de la llamada Creación – versus Big Bang – ¿.. Todo realmente fascinante.

Naturalmente, Dios sigue escondiéndose a la mente de los hombres. Según el gran astrónomo Huxley, “cuando el ser humano sepa determinar su naturaleza con relación al cosmos, será el momento de partida”, pero yo creo que la humanidad va muy retrasada con respecto a la ciencia, y lo peor de todo, le importa un soberano pimiento acercarse a ese conocimiento. Preferimos atarnos a las cadenas de las religiones, que nos lo dan todo masticado, y no tenemos que aplicar el mandato bíblico de “buscad y encontraréis”. Pero buscar en todo, claro, no en una sola parte… Einstein afirmaba que hay dos tipos de Dios: aquél al que se reza, que puede ser el Yahvé destructor del Antíguo Testamento, violento, celoso y vengativo; o al otro, el Padre amoroso, comprensivo y perdonador de Jesucristo; aunque luego hay otro que está por conocerse en la energía inteligente, laa mente creadora, la materia y el órden universal, donde nosotros vamos incluídos como los piojos en sus costuras.

Stephen Hawkings dejó establecido que ese mismo universo nació de ese Big Bang del que se tiene constancia física en esa radiación de fondo de microondas que nos llega de esa explosión inicial. Eso ya ni siquiera el Vaticano lo niega, aunque al principio lo rechazara y ahora no encuentre acomodo a su diós en esa versión que difícilmente encaja con la suya. Calificó a Hawkings de ateo, pero éste no explicó qué motivó esa explosión, ni Qué, o Quién, había antes de ese ya demostrado principio… Nos dejó dicho que ”el universo es como una inmensa biblioteca con libros aún por leer y descifrar”, pero, ¿quién es el autor de esos libros, please?.. ¿quién es el bibliotecario?.. Pues no tiene por qué ser la misma entidad el bibliotecario que el autor, aunque al final, y al principio, de todo, todas existan en una sola.

Ésta es la cuestión. Se acercó más Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII, con sus cinco famosos fundamentos, a ese gran físico contemporáneo, como es Einstein, que la Iglesia actual admite (o mejor, quiere admitir) públicamente y de cara a sus sumisos consumidores… Por cierto, decía este Albert que “Dios no juega a los dados”, a lo que otro gran físico, Pauli, le respondía con “¿quién es él para decirle a Dios lo que tiene o no tiene que hacer?”, a lo que Hawkings añadía a la controversia: “a lo mejor juega a otra cosa, o quizá tira los dados en otro tablero”…

Cito todo esto para ilustrarles a ustedes que, si ellos, que estuvieron muy cerca de explicar la Creación de ese Dios en disputa, y que intuyeron por dónde debería andar la cosa, disentían, discutían y se cuestionaban, el resto de mortales nos dejamos llevar por el fácil magicismo de las religiones, donde las élites sacerdotales monopolizan y administran las creencias, las mal-llamadas fés, incluso enfrentándonos entre nosotros mismos, fanatizándonos, para obtener así su prevalencia de los unos sobre los otros… Cuando, si el conocimiento es universal, debería ser patrimonio de todo el mundo, sin ser mangoneado por ninguna cúpula, o Iglesia, de poder, que, en definitiva, son los dogmas que nos imponen a cada creyente.

Miren ustedes qué (aparente) contradicción más aclaratoria y luminosa: El postulado científico del Big-Bang dice que “vino de la Nada”, del vacío puro y duro, “…y así es como algo, la vida, salió de la Nada”, dice un escrito sacado de la Biblia. Después, un postulado de la física quántica establece que “en la teoría quántica, la nada absoluta no existe como tal nada”

Vale… Pues yo creo que Dios se esconde en esa “Nada” aparentemente contradictoria hecha de energía inteligente, y que no queremos, o no podemos, definir. Mejor dicho, somos nosotros los que nos escondemos de Él buscándolo por inventados caminos labrados por nosotros mismos, en vez de buscar los indicios que el universo nos deja como señales. No digo yo que sean equivocados, pero puede que sí anticuados. Nos empeñamos en hacer a Dios a nuestra propia imagen y semejanza, inventándonos lo de que es al contrario, para así justificarnos a nosotros mismos, y tratando de imponérnoslo a través de cruzadas y guerras santas, y yihads, donde, como siempre, los más malos se aprovechan de los más tontos. Y todos se justifican entre sí. No hemos evolucionado mucho en eso que digamos, desde que cambiamos las cavernas por los apartamentos… A lo mejor habrá que buscar en el sentido en vez de en el sentimiento.

 

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SON LOS MISMOS ÍSMOS

(de Ísmos.es)

 

Ha dicho Joaquín Sabina que ya “no es tan de izquierdas como cuando era jóven”, y le han caído las del pulpo por su puñetera sinceridad… Y el caso es que su pensamiento y sus decires y cantares siguen siendo de izquierdas.

¿Qué ha pasado para que Sabina “se haya movido”?.. `pues, a lo mejor no es él quién lo ha hecho; a lo mejor la que se ha movido ha sido la propia izquierda. La actual, digo…

Pregúntenle a los humoristas, por ejemplo, y entre muchos otros. Nunca han conocido una izquierda más censora e inquisitorial que ésta… Ni más dogmática en sus planteamientos populistas. Y es que, al final, los extremos se tocan.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LIBERTAD Y RESPETO

 

No hace mucho, leí una frase de lo más inteligente, a la vez que dura y realista: “todos somos hipócritas, lo importante es que no seamos cínicos”. Me tomé buena nota de ella, pues sabía que, tarde o temprano, le llegaría su turno para ser destripada en alguno de estos… ¿digámosle artículos, por llamarlos de alguna manera?.. La verdad es que vivimos una época extraña, de contrastes, donde se mezcla la, no sé si bien llamada, libertad de expresión, por ejemplo, con un “buenismo” que, por otro lado, la coarta y restringe… o la otra libertad, la del librepensador, como una línea de pensamiento único que ciertos moralismos políticos intentan imponer: piense usted lo que quiera, amigo mío, pero cálleselo.

El caso es que existe una falta de respeto que, real o no, siempre anda de por medio. O bien no se respeta el librepensamiento, o bien lo que no se respeta son los convencimientos, o las fés, o las creencias de algunos álguienes. Y aquí tenemos el conflicto liado y servido… Y ya resulta imposible, llegados a estos términos, el anteponer un razonamiento lógico sin que una de las dos partes se sienta atacada por la otra. Enseguida se alza el derecho al respeto. Y si bien es cierto que debe existir, no es menos cierto que se debe aprender a transigir, puesto que, si no existe el diálogo, tampoco puede existir el entendimiento. Y lo cierto y verdad es que se nota mucho en la ausencia de algo que debería de ser una máxima: “aquél que no respeta al otro, tampoco puede exigir ser respetado por ese otro”.

La cosa es que, cada vez más, se nota un crecimiento de… yo lo llamo “la educada intolerancia”. Foros públicos donde, poco a poco, lentamente, se vá exigiendo un pérfil a los colaboradores, concreto, definido, y, al final, extricto a ciertas normas, con excusa de la fidelidad a la siempre llamada “línea editorial”, y la exigencia del respeto debido a la filosofía de la casa. Una especie de jura de bandera. Usted es libre – se le dice – de colaborar o no, pero si lo hace, ha de seguir las siguientes reglas, etc., etc. Es una cortés invitación a someterse a censura previa, o marcharse. Impecable. Es como cuando uno dice o escribe algo sobre alguna cosa, y siempre hay quién se siente ofendido e insultado “en sus principios”, y se pide a los poderes públicos que imponga reparación o castigo. Es que, óiga usted, se ataca lo que yo creo más sagrado, o esta u otra sensibilidad, y exijo ser respetado, se dice… Pero no se dice que lo más sagrado para mí no tengo ningún derecho a imponérselo a los demás, como tampoco tapar la boca a sus opiniones.

Si el respeto no es mutuo, ni es respeto ni es nada. Tan solo es exigencia, intolerancia. Un respeto impuesto es un silencio impuesto… Y miren, a lo peor es eso mismo lo que se busca: el silencio, el usted se calla, el usted mutis y chitón. Cuando no existen argumentos con los que debatir, existe la dictadura para prohibir. La ley de la mordaza. Y, entonces, los derechos y los respetos se vuelven unilaterales, y circulan en sentido único, y se convierten en la cárcel de las libertades en nombre de una sola y determinada libertad. En este país estamos andando una regresión sutil, donde nuevos censores emplean nueviejos métodos de brillantes cadenas.

Y con estos métodos se consiguen un par de cosas, al menos: una pobreza intelectual y cultural inmensa, pues se eliminan las opiniones diversas y compartidas de los foros de debate (son foros de escaparate, pero no de debate), y una educación dirigida a lo unilateral y tendenciosa, donde cada cabeza de ganado acude a su aprisco a “comer” el pienso preparado a su caso y causa… Luego, después, a ver qué, o quién, consigue más reses para segar los otros pesebres y quedar en hegemonía. Eso, y no otra cosa, es lo que hay detrás de todo estos movimientos: un absolutismo precioso y preciso, como en una cirugía ilustrada. Se debe exigir más educación en las formas, claro que sí, pero no más flexibilidad en las normas, claro que no.

En los periódicos, en los foros, en todo donde se escriban y se expongan ideas, se debería admitir de toda traza, trazo y opinión, si bien que con educación. Los lectores sí que tienen el derecho a elegir, pero no hay derecho a que otros elijan por ellos; a que se coarte su intención y su elección… A mí, personalmente, me espantan los abrevaderos únicos y dirigidos, y prefiero los abiertos a todo pensamiento y expresión de tal pensamiento. Pero, por desgracia, veo que cada vez proliferan más los primeros y escasean los segundos. Aquí y allá dejan de publicarte, o te invitan a marchar, o te ponen trabas y pegas que suenan a inexcusables imposturas, pero que se sabe obedecen a estrategias con doble filo y doble fondo. Hay donde te lo dicen con claridad, sin disimulo, y hasta es de agradecer, joer… Yo, como otros, nos hemos abierto nuestras webs, y nuestros blogs, para, desde ahí, poder estar, y llegar hasta quién nos busque, y decirles lo que otros no quieren que escuchen, y aunque es una buena solución que no me disgusta, prefiero el debate, el espacio abierto, el pluralismo, allí donde se pueda opinar; lugares dónde te encuentren, no dónde te busquen. Sitios dónde se pueda leer también lo contrario a tus pensamientos, de otras plumas y de otros plumeros… Como prefiero discutir por libre a consentir por obligado, y que me llamen atrevido a mal educado. Pero está claro que hoy no se puede tener todo.

Pues, sin embargo, mucho me temo que lo políticamente correcto nos está labrando otros caminos por donde pastemos… Y, es curioso, pero el populismo derechista y el populismo izquierdista que coinciden en los fondos, también parecen coincidir en las formas, en las hormas y en las normas. Ahora no son apetencias, nos dicen, son “tendencias”. Lo que pasa es que esas tendencias nos las crean sutilmente, con unos sistemas educativos más herrados que errados, ya me entienden; y unos planes sociales, más uncidos que ungidos, a un cada vez mayor “panem et circus” aborregante, que no estimulante, del tira y topa p´alante

¿Qué fué de aquel iluso, Labordeta, que cantaba aquello de “habrá un día que, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga Libertad”?.. Por eso mismo lo digo, compadres míos y de mi alma, por eso lo digo, por eso mismo…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

IGNORANCIA SUPINA

(de La Opinión)

 

Que Murcia capital es una de las ciudades con mayor índice de contaminación de España, es un hecho constado y constatable por lo sobrado… Que el Plan de Movilidad Urbana pretende corregir ese problema que afecta directamente a la salud de los murcianos, es una constatación del mismo hecho.

Que tales ciudadanos protestan por ello está también más que visto y comprobado… Prefieren seguir viviendo en una de las ciudades más insalubres de Europa, rebozada de coches, Co2, humos y aparcamientos.

O la cosa no está bien explicada, o no está bien entendida, o hay intereses ocultos que mueven los hilos a conveniencia de… (rellene los puntos suspensivos). Lo que sí hay es una profunda y profusa ignorancia.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com