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LA FIN DEL MUNDO...

imágen de LaSexta

 

 …Como nos decían, y como decíamos, y repetíamos, cuando yo era un zagal – allá por el cuaternario – cada vez que nos venian las cosas mal dadas, que, en aquella época postguérrica, era casi siempre… Una tormenta mal trazada, una lluvia mal dada, un levante mal traído, una carestía (de caro y/o de carencia) mal llegada, una torcida terciada, sin un mal plan social ni una protección civil que llevarse al consuelo, o por cualquier otra calamidad que, en aquellos tiempos, eran más corrientes de lo que podría parecer, ya que contábamos con poco pan y cero libertad… “La fín der Mundo”, sonaba entre las viejas y los avisados que nos querían advertir y meternos los pavos a la sombra.. Y con una catequésis constante e imperante, e ignorante, que se encargaba de hacernos imaginar ángeles trompeteados con espadas por todas partes.

Hoy, “La Fín del Mundo” se le conoce por una acepción, aún más antígua, pero que hemos actualizado al lenguaje moderno: Apocalípsis… Desde que los romanos largaron a Patmos a Juan (miren que prefirieron quitárselo de la vista a quitarle la vida) por si las moscas les llegaba alguna maldición del profeta, hasta hoy, han pasado más de dos mil años, pero la amenaza que supone el nombrecico se ha ido actualizando siglo a siglo, década a década, hasta llegar a nuestros días… Y lo seguimos asociando a catástrofe, si bien que con un par de salvedades específicas: que puede que no sea el fín total y la destrucción absoluta; y que quizá ya no sea castigo de Dios alguno, ya que nos castigamos nosotros mismos, sin más intermediarios entre nosotros y nuestra propia estupidez.

En realidad, Apocalípsis viene del griego Apo y Calípsis, que quiere decir: re-velar, des-velar, des-cubrir, o si lo prefieron ustedes, anunciar… Si bien aquí el amigo Juan reserva los anuncios previos a los ángeles, y tampoco nosotros vamos ahora a quitarle el trabajo a sus potestades. Así que nos quedamos con su significado original de revelación y descubrimiento. Lo demás es un mero ejercicio de interpretación de los textos, y no cabe ninguna duda que, por lo arcáico de los mismos, pueden haber cientos de ellas, incluso cada cual fabricársela con arreglo a sus intereses. Pero lo cierto, si hemos de ser sinceros con nosotros mismos, es que ninguna de ellas nos va a resultar bonica… Ya se encargó el buen profeta de que el Apocalípsis nos sonara a trompeta, por ponerlo en pareado que resulte más del agrado. Pero no… La Fín del Mundo es, literalmente, el final de todas las cosas creadas, y el Apocalípsis es una develación, un anuncio, nada más… Pero oye, acho, tío (se me dirá) que a lo peor es la revelación de un fín del mundo, ¿no?.. ¿o a caso no pué ser?.. Pues poder ser, claro que puede ser.

Existe una manera de ver si nos estamos acercando, si no al fín de todas las cosas, sí que al fín de muchas cosas, y es frecuentar menos el botellón, la fiesta, el consumismo, el atontamiento y la huída hacia adelante, y acercarse más a los periódicos, a las noticias, y a los telediarios (con precaución, claro)… Ya, ya sé que hay que ser un poco masocas para eso, pero es la diferencia entre el desbocamiento y el enfrentamiento con la realidad. Y aquí, cada cual escoja como la pantoja. Pero puede elegir cualquier cabecera de cualquier periódico, o asomarse a su interior: quitando el opio de los deportes y los ecos de suciedad… perdón, quiero decir sociedad, lo que resta es guerra, carencias y carestías, populismo devastador, crisis energética que no armamentística, amenaza nuclear, y un punto crítico de cambio climático que es la salsa que envuelve todo el potaje, y que amenaza con saltarlo todo por los aires… Si nos bajamos a España, pues ya ven nuestra realidad: No hay trabajo – al menos, digno – no hay cosechas, no hay agua, no hay seguridad, no hay contención de los precios, no hay vergüenza en nuestros políticos ni dignidad en nuestros dirigentes…

Y una cosa es que se maquillen y se les inyecten, cada vez más, una dósis mayor de demagogia a las noticias, que sí, que es verdad, pero vienen dadas por ellos precisamente; y otra que las secuestren como en aquel Faranheit-451. Ya nos encargamos de lograrlo por nosotros mismos en nuestras menguadas conciencias, o lo que sea que tengamos, para no ver lo que no queremos ver, y seguir por la senda hedonista que nos lleva a… lo que nos lleve. No hace falta censura donde, cada vez más, solo hay pensamiento único. No es necesario que nos molestemos en tapar lo que no queremos ver.

Es que, la otra cara de la moneda con la que nos vendemos a nosotros mismos, es la de hacer, en última instancia, responsables de todo el cataclismo a la clase política exclusivamente, que, aunque sea verdad, no es menos verdad que es el reflejo directo y nefasto de nosotros mismos… La diferencia estriba en que ellos enmascaran la realidad por interés, y nosotros lo hacemos por cobardía. O por burricie. O por ignorancia. Queramos o no queramos reconocerlo. Preferimos adocenarnos y aborregarnos con el poco pan y mucho circo que nos ponen en la escudilla junto a las cuatro mentiras manipuladas, que, por otro lado, tampoco se molestan en ocultar mucho. Entre otras cosas, por que cada vez pueden hacerlo menos y peor, la verdad… Y esto es lo que hay.

Piensen detenidamente y despacio esta frase de Voltaire: “La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria”… Y ahora, pregúntense ustedes por qué todos los sistemas educativos paridos por esas personas sin principios van encaminados a borrar la memoria de esos hombres que somos nosotros, y la de nuestros hijos, y la de nuestros nietos… Puede que aquí mismo encuentren la respuesta… Si así no fuera, entonces es que somos más tontos de lo que parecemos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

¿MAYORÍAS ABSOLUTAS?..

ilustrac. de MasLibertad

 

Ya lo señalaron los grandes pensadores griegos cuando inventaron la democracia: las mayorías no suelen ser razonables, si no apasionadas, y cuentan con más ignorantes que sabios… Sin embargo, todos los partidos buscan las mayorías, y cuántos más absolutas, mejor…

¿Se imaginan a los regímenes turco, húngaro, polaco, brasileño, sueco, italiano, y otros que saldrán, con mayorías absolutas en manos de sus desquiciados líderes?.. Ahí tuvimos a Trump, y aquí tenemos a Putin…

Piensen aquí con una absoluta mayoría a los de Vox mismo, o incluso a los actuales socios del gobierno… Los propios griegos padecieron tiranos en su invento… No, gracias, yo paso…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

GRITÉMOSLO

(foto EVTV)

 

Corrió bastante tinta impresa y zumo de twiter en Francia por lo de Mbappé (el héroe-dios futbolista que plantó al Real Madrid) y su entrenador, Cristophe Galtier, sobre una “tenida” con un periodista que le preguntó si no es más respetuoso con el medio ambiente utilizar el tren que un avión en las distancias cortas, por muy privado que éste sea… Hacía poco que el PSG había jugado con el Nantes, a 284 kms. de Paris, a dos horas en tren, y el equipo se había desplazado en el Quatar Airwais, vertiendo a la atmósfera una cantidad 243 veces superior del venenoso CO2, que desplazándose de otro modo.

Mbappé se límito a reirse en la cara del reportero, con la suficiencia que le otorga su status privilegiado sobre el resto del género humano que nos afecta en la salud, la alimentación, la energía y el bolsillo. Él se lo puede permitir, nosotros, no… Su entrenador se encargó de burlarse del general con su desgraciado comentario: “ He hablado con la organización, a ver si nos podemos desplazar en carro de vela”. Su presidente, Macrón, días antes había anunciado el “fin de la abundancia” advirtiendo a los ciudadanos de los sacrificios que nos va a imponer e cambio climático y el encarecimiento energético… Pero, claro, las gentes de las élites, a las que hemos impulsado nosotros mismos con nuestra entregada bobaliconería, desprecian el riesgo del común de la sociedad, de hecho se rien de esa misma sociedad, porque ellos se creen a salvo de tales riesgos. Les hemos forrado bien los riñones, y pueden permitirse frivolizar con la seguridad del común de las personas. Él ingresará 375 millones de euros gracias a la devoción de los desgraciados a los que se permite escupir. Lo demás le importa bien poco, como al impresentable de su entrenador. Y por no salirnos de Francia, les recomiendo se vean la película El Aeródromo, de la serie El Colapso, a ver qué opinan.

Pero la responsabilidad no afecta solo a nuestros ídolos mediáticos, a los que tanto adoramos. La irresponsabilidad es de todos: ciudadanía y políticos, en la misma proporción y medida que nuestros ilustrados descerebrados que viven tan ricamente de toda esta m… Sabemos que nuestro Parque Natural principal, uno de los más importantes de Europa, Doñana, se está secando, agonizan sus humedales y se reduce su laguna. “Es cosa de la sequía…”, decimos todos cantando a porfía. Pero callamos, porque no queremos saber, que la macrourbanización que se ha permitido en Matalascañas, de 150.000 veraneantes, que se dice pronto, es la que está expoliando, consumiendo y agotando los pozos y los recursos que necesita el espacio protegido (me río yo de la protección). Una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE – no de la nuestra – ya señala a esta dolorosa y monstruosa edificación como causa y origen del tremendo daño causado a Doñana. Un visitante relata a la prensa (E.P.-12/9): “Veranear aquí, ya te crea mala conciencia”…

Pero es que, con todo nuestro martiriológico poco lógico de pegatina por el Mar Menor, elevado a Bruselas, y del que tanto nos dolemos por aquí, las urbanizaciones de miles de viviendas promovidas y permitidas por ayuntamientos del litoral (ejemplo de San Javier en su extremo de La Manga) afloran sin que a ninguno de los que lucen externo luto se les mueva, ni remueva, la conciencia. Ni lo más mínimo… Es más, alguno que otro estará echando cuentas a ver si pueden comprar algún apartamento de esos nuevos amogollonamientos, y así defender mejor sus intereses patrimoniales, después de ponerse tras la pancarta en defensa del Mar Menor… Aquí, en estos ejemplos concretos, tanto los administradores como los administrados, actuamos con absoluta hipocresía.

Es la misma hipocresía con que obra la Administrador central, el Gobierno, con sus actuaciones fiscales respecto a la energía: rebaja un 15% el Iva a las contaminantes, como el butano, y no mueve el de las energías limpias, como la instalación de la solar… O tienen la desfachatez de cargar en la factura de la luz de todos los ciudadanos un impuesto sobre kv. consumido para resarcir a las gasificadoras, en vez de cargarles a las mismas directamente el impuesto que merecen. ¿Qué es entonces el espantajo de ese impuesto a las energéticas del que tanto sacó Sánchez pecho, si ahora lo revierte en los pobres consumidores?... Y por si todo eso fuera poco, se inventa otro sobrecargo más en la factura de la luz calificándolo de “social”. Para la luz de los pobres, dicen los muy sinvergüenzas. Pero no responden a un par de cuestiones: ¿No es el Estado el que debe proveer, rebajar, perdonar, o asumir esa labor social, en vez de también cargársela al resto de ciudadanos que pagamos impuestos para ello?.. ¿o es que esos se los reservan para cubrir los buenos sueldos de los virtualmente encargados de tales labores de justicia social?.. Pues no, al final hemos de soportar nosotros lo que es de su estricta responsabilidad y obligación (al menos moral) cumplir.

Y existe una tercera opción de mayor justicia: en todo caso, ¿por qué no se carga al rico lo que se ha de retribuír al pobre?.. Me estoy refiriendo a esas empresas energéticas, u otras que solo pagan el 2% de sus beneficios, a las que presumen de apretar las tuercas en un embuste de características puramente saduceas. Que paguen ellos lo que se nos carga a nosotros por su culpa, ¿no?.. Es lo mismo que lo del mediático Mbappé y su burrientrenador, que nos devuelven lo que merecemos por tontos. Así que todos tenemos por qué callar, si bien que unos más que otros, claro. Pero muchos tenemos motivos por qué chillar, e incluso c… en la m… que los parió a todos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

OTRAS SOLUCIONES

(foto NoSoloPymes)

 

Lo de las puertas automáticas para ahorrar energía no llega al comercio (L.O.1/10). Se reclaman más ayudas a fin de poder adaptar los negocios a las medidas de eficiencia energética.

Lo buenimalo de la temperatura media aquí es que el aire acondicionado trabaja poco en invierno y mucho en verano, siendo cada vez más cortos los primeros y más largos lo segundos.

Sugiero en los múltiples días de calor repartir pay-pays entre los clientes, y en los escasos de frio invitarlos a un chupito de Pedro Ximénez… Es mucho más barato y resulta bastante más práctico.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

IZQUIERDERECHA

(de La Voz del Muro)

 

No hace mucho, un jóven amigo me preguntaba, tomándonos un café: ¿Qué es ser de izquierdas, en realidad?.. Y es que, en esa misma realidad, es un marchamo, algo así como una marca que se lleva, de la que se presume a veces, o con la que nos engañamos otras, o de la que se hace carrera política, o profesión para conseguir una posición. Podría decirle, y quedaría como las rosas, que ser de izquierdas es una forma de pensar, de sentir y de vivir, pero quizá que naufragaría en lo último, porque de pensar, bueno, de sentir, puede, pero de vivir, ya no… La verdad es que pensamos como izquierdas y vivimos como derechas, y los que no, es porque no pueden, pero lo procuran. Y es que es muy cómodo “ser de izquierdas” teniendo el riñón cubierto y el problema económico sobradamente resuelto. Por eso que la gran mayoría de funcionarios, por ejemplo, dicen ser de izquierdas; y también por eso mismo, en la Transición pudo haber millones de… “no, si yo, en el fondo, siempre he sido de izquierdas”… Por que resulta muy fácil ser torero en la barrera, y ser de izquierdas de intención, y porque, a veces, hasta conviene.

En estos casos existen cosas curiosas y contradictorias. Por ejemplo: se dice y se apologetiza que de izquierdas son personas y actitudes inequívocamente orientadas a la justicia social, la preocupación por los pobres y marginados, por los desheredados, por los explotados por el capitalismo, por los débiles, los discriminados y/o excluídos por razón de sexo, raza, creencia… En fin, que ser de izquierdas es ser ético, irreprochable y consecuente. Como, en contraposición, ser de derechas es ser, digámoslo en amable, menos idealistas y más pragmáticos. Esos suelen ser los clisés, los biotipos politico-sociales, el etiquetámen, aunque luego existe una serie de matices y grises intermedios bastante acusada… Si lo examinamos, vemos que esos principios de izquierdas corresponden con el más puro, original y duro cristianismo, y, sin embargo, el purasangre de izquierdas suele ser arreligioso, cuando no ateo o increyente. Por el otro lado, el de derechas se considera católico-apostólico-romano de pura cepa, pero exento del “a mí los pobres del mundo, a mí famélica legión”, ya me entienden… Podríamos decir que los primeros son “cristianos” de teoría evangélica y los segundos son “católicos” de práctica ritualista, de más misa y menos compromiso, de más santiguarse y menos pringarse.

Sin embargo, yo creo que, si bien en el catecismo ideológico de cada cual, llevan implícitos los sellos de sus respectivos comportamientos, al menos de modo genérico, tipológico, que ya no digo yo personal, la cuestión es, cada vez más, de forma que de fondo, y de declaraciones que de implicaciones, de mucho postureo en clase y luego en el recreo mucho pelearse… ya me entienden ustedes. Desde luego aquello del nazareno de “el que quiera seguirme, venda cuánto tiene y repártalo entre los pobres”, no es lo que se da en ningún caso. Ni en los que se dan de practicar el principio evangélico, ni en los que se dan de paladines del principio católico. Nada de nada (por supuesto que en mí tampoco, no vayan a creer que me soslayo, que no)…

Cuando yo era jóven e idealista – que es como una especie de viruela – los que decíamos ser (observen que no digo los que éramos) soltábamos aquella frase sesentaira de que “Jesucristo era de izquierdas”, y todo eso… Era más fácil hacer a Cristo de izquierdas que a la izquierda hacerla de Cristo… Y que por eso la derecha era hipócrita: porque atacaba a todo credo no católico-cristiano, pero no defendía sus principios. Lo cierto es que atacaba lo cristiano y defendía lo católico. Nosotros, entonces, decíamos defender unos principios que no practicábamos, ni a fondo ni en superficie… Y yo creo que los actuales dirigentes y seguidores de la ideología hacen lo mismo, aún a peor, con todo su disimulo a cuestas… y a costas (véase el ejemplo casoplón-Iglesias), que es lo contrario a lo que predican, dando una imagen opuesta a tales principios considerados de izquierdas con los que siempre han dicho sentirse comprometidos. Hoy, los/las comunistas también se visten de Prada.

Y yo creo que es lo que, en el fondo, nos pasa a todos… Nos resulta relativamente fácil ponernos a favor de lo irreprochable, de la justicia, de la solidaridad, ¡qué bien y cuánto de bueno!, pero, óigame, una vez que yo tenga el culo asentado y el puesto bien pagado, ¿eh?.. Es como el “América primero” de Trump, paro cambiando América por “yo”. Y, eso que iba diciendo, que lo de regalar mi túnica y mis sandalias, Jesús, tío, acho, más despacio, que yo me lo tengo “currao”, o me lo he “opositao”, o “mamoneao” lo que no está en las escrituras esas tuyas, ahora ir repartiendo mis bicicletas… Que yo soy mú comunista, pero las bicicletas son mías…

Eso que Logan Pearsall escribía como ironía, de que “encontrarse en una habitación con un rico ya es motivo de alegría”, nosotros no lo decimos, pero lo pensamos, y lo deseamos… Encontrarse con un pobre es tener que salir, a lo peor, con nuestro bolsillo más menguado; pero con un rico, a lo mejor, salimos con el bolsillo más reforzado… Cuestión de cálculo y de perspectiva, al fin y al cabo. En el fondo de todo, siempre estará la mala distribución de la riqueza, la puñetera desigualdad que mantenemos, codo a codo, los de izquierdas y los de derechas… Lo que ocurre es que, mirándonos en nuestro propio espejo, siempre nos vemos más pobres comparados con… que ricos comparados con…

Y por eso mismo, entonces, preferimos apuntarnos a lo bonito, a ser los acomodados de izquierdas que, en el fondo, somos, y a predicar un evangelio que nos obliga a dar un trigo que luego solo repartimos entre “los nuestros”.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

DARSE CUENTA

(ilustrac. de Bolsamanía)

 

La agricultura, la construcción, el turismo y la energía se enfrentan al reto de que el calor extremo y la sequía se vuelvan estructurales. El cambio climático ya golpea malamente a la economía europea. Todos los gobiernos reconocen esto.

El nuestro dice que la ausencia de lluvias y las altas temperaturas en largos periodos puede acabar con el 80% de la producción prevista de aceite de oliva, por ejemplo. El rendimiento alimentario se desplazará a zonas más frias, y aquí quizá se incrementará la cria de lagartos con cantimplora.

Pero nosotros seguimos todos viviendo y riendo, al ritmo de como si no pasara nada. Pero nos la vamos a dar, ya lo creo que nos la daremos…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

PÁ ECHARLE UNA "PENSAERA"

 

(foto Diario de Sevilla)

Tengo un amigo que me confiesa, ufano, que él y su mujer reúnen a la mesa todos los santos fines de semana a sus hijos y sus nietos, y nueras y yernos, por supuesto, como algo santo y sagrado, como una misa mayor concelebrada… y que es lo mejor y más bonito de sus años de jubilación. Como debe ser. Vale. A fuer de ser igualmente de sincero con él, yo lo digo que, por el contrario, mi santa mártir y yo somos más despegados que la cola hecha con gachas de harina, y que nos juntamos con nuestra tribu de pascuas a ramos, cuando lo acordamos o nos acordamos… Naturalmente, abre los ojos como platos, y me suelta un fresco y espontáneo ¡Oh, no..!, reprimido, comprimido y contenido, como algo que no pudiera ser posible ni encajar en normales entendederas.

Pero es perfectamente posible, sin que eso quiera decir que lo opuesto lo ponga yo tampoco en tela de juicio alguno, por supuesto… Son simples formas de ver la vida, de entender la familia, o la relación entre personas. Y ninguna excluye a su contraria. Ni ninguna de ambas me resulta extraña, claro. Lo que pasa, compréndanme, porfa, es que cada cual entiende las cosas de una manera y tiene ciertas prioridades de carácter. Y, entonces, obra en consecuencia… Y en estos casos, que no es cuestión personal si no de grupo, pero donde ese grupo lo conforman muchas personas, la cosa se complica, y es más delicado, puesto que siempre existirá el líder que arrastra y el prudente que aguanta… incluso, a veces, en contra de su voluntad. Luego está la cuestión del deber hecho costumbre, pero eso es otra película.

Y todo eso es muy respetable. Y toda querencia, al final, requiere conciencia… y también paciencia. Y, precisamente por lo que decía que el grupo es un conjunto de individualidades, muchas veces surge aquello de “meter en el compromiso” cuando se establece (en ocasiones por coacción afectiva) la norma del rito aceptado – o impuesto – que suele convertirse, al final, en la norma de la horma… Yo, personalmente, y con perdón, prefiero la libertad, aunque ésta, aparentemente, me perjudique. Libertad de reunirse o de no hacerlo, cuando apetezca y/o lo pida el cuerpo, o lo que sea, aún corriendo el riesgo de lo que se dice de que el afecto lo genera el roce. Se puede estar unidos sin estar reunidos. Es un riesgo que se ha de asumir en beneficio de la libertad de obrar cada cual y cada quién, sean éstas las circunstancias que sean… Existen ocasiones en que se fuerza a la apariencia sobre la realidad, y aún así, todo es cuestión de hacer lo que se quiera: o lo uno, o lo contrario.

Como también existen relaciones enfermizas de dependencia. A este tipo de (pido excusas a ustedes, pero yo las veo como relaciones tóxicas) uniones y reuniones a toque de pito les tengo auténtica fobia… Es posible, lo confieso, que lo fóbico sea lo mío y no lo de ellas, pero siempre me ha producido un sentido de interdependencia que nos esclaviza más que nos libera, y aquí van incluidas también las humanas en general, sean éstas de familia o de amistad. Y conste, y así lo reconozco, que cada uno se esclaviza gustosamente a lo que le dá la gana: al alcohol, al tabaco, a las drogas, al juego, a la lectura (como me ocurre a mí), al trabajo – como evasión – y se agarra como una cuerda de salvación tanto a la familia como a los amigos. Las hay de múltiples naturalezas, lo que pasa es que, entre personas, la bipolaridad actúa como una fuerza doble, y eso suele ser peor… Yo, al menos, les tengo cierto repelús, por miedo a llamarlo miedo.

Admito que las reacciones a este artículo van a ser incontenibles e incontinentes, porque toca nuestro YO más profundo, más íntimo, tanto social como individual… Y que las habrá, no lo dudo, de todo grado, clase y color, pero más en el sentido de crítica que de comprensión. Tampoco se lo reprocho a nadie. Unos dirán que es un escrito de autojustificación, porque es lo que intento hacer: defender mi estatus personal, arisco como soy. Otros alegarán que estoy atacando el sagrado sentido de la familia, de las relaciones humanas, o de la amistad. Otros opinarán que soy un ácrata de los sentimientos, o de lo que fuere que sea eso…

Yo no voy a defenderme de tales opiniones. Cada cual es libre de pensar lo que crea, quiera, o le interese, según el momento de su vida… No estoy buscando que me den la razón o que me la quiten. Lo único que busco es polemizar en un tema, que normalmente se evade, y donde a menudo se bendicen o maldicen ciertas actitudes, que, en el fondo, nada tienen de buenas como nada tienen de malas. Ni de mejores o peores, tampoco… salvo los extremos, los siempre dudosos y malignos extremos. Si hubiese querido atacar o justificar, simplemente no lo hubiera escrito, y en paz, ya que sé de antemano que la mayoría alzará el pulgar invertido para conmigo. Pero me interesa más la polémica que lo que piensen, o crean pensar, de mi persona, no sé si me explico Perico…

Tampoco he querido hacer un análisis magistral de la cuestión puesta en candelero. Tan solo hacer tema de cosas y casos que se dan por hecho, o por deshecho, como lo más normal, o anormal, del mundo. Pero sobre lo que participamos todos, siempre queriendo llevar al burro al agua de nuestro abrevadero… No intento juzgar nada ni a nadie, así que, por favor, tampoco lo hagan conmigo. Tan solo que cada cual se juzgue a sí mismo, y por sí mismo, en ausencia de los demás próximos prójimos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SUMA Y SIGUE

(foto Experiencia Jóven)

 

En uno de los mil festivales estivales: contaminación acústica, contaminación lumínica, contaminación humana, acumulación de basuras… Una explosión térmica/climática de un montón de grados…

…Colapso de la estructura del escenario en una de ellas, que se viene abajo dejando a un joven muerto y a setenta heridos, y el estupor de la gente… ¿o debería decir gentío?, de por qué la naturaleza responde ante tales excesos…

En un mundo de ruidos ella grita más fuerte. Pero no queremos entenderlo. Los festivaleros le achacan su frustración por interrumpir el negocio de su bacanal decibélica, y ella responde que se ha ahorrado toneladas de basura de las… eso sí, muy “ecológicas” deposiciones de tan “ecológicos” jóvenes.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NUESTRAS CALLES

(Foto de El Diario)

Este recién y pasado verano ha sido uno de los más tórridos de la historia… Y la Agencia Estatal de Meteorología, y también Bruselas, y hasta la mismísima Onu, nos avisan y advierten sin matices de que esto va a más, y que no hemos hecho más que empezar. El tristemente famoso Cambio Climático, o sea, traducido al román paladino: nosotros todos, desde los gobiernos hasta los ciudadanos, tenemos la culpa. Sin distinción y sin excusas ningunas. Absolutamente todos hemos sabido a su tiempo lo que pasaba y por qué pasaba. Y ninguno, absolutamente ninguno, nadie, ni ellos ni nosotros, hemos querido hacer nada, en la medida de nuestras posibilidades, para tratar de frenar esto. Hemos hecho oídos sordos, y seguimos con nuestro dalequetepego, que es lo más cómodo.

El genial y mundialmente conocido arquitecto Le Corbusier, ya anunció en su tiempo que la jerarquía de los materiales de construcción y planificación urbana era: cielo, espacio, árboles, acero y cemento. Exactamente por este mismo orden, y nunca, jamás, por otro alterado. Nosotros, y los constructores, y los financieros, y los políticos, y todo el mundo, lo hemos hecho justo al revés. Todo lo contrario. Hoy se demuestra, palpable e inequívocamente, la desigual redistribución de ese cielo, de ese espacio humano y de arbolado, que incide, muy negativamente, en el aumento de la temperatura, por efecto del desmedido y abusivo empleo del acero, el ladrillo, el cemento y el interés crematístico por encima de la calidad de ida humana. El resultado de aplicar el interés económico sobre todo lo demás.

Esto que cito hoy aquí son simples y elementales datos técnicos sacados de cualquier manual de arquitectura vulgar, y los expongo como ejemplos que ilustran lo que quiero transmitirles en este artículo: la acera expuesta al sol directo puede subir hasta 32º C. por encima de la temperatura normal, mientras que la acera en sombra permanece a su temperatura ambiental; el combustible de los coches aparcados al sol se evapora, liberando gases tóxicos; los edificios sufren el mismo efecto, acelerado por la densidad de población acumulada en los mismos, como bares, comercios, oficinas… encima dotados de aires acondicionados; ese mismo aire acondicionado aumenta casi un par de grados esa misma temperatura-ambiente de las calles… En esos mismos estudios de arquitectura saben que el escenario más optimista apunta a que superaremos esos dos grados próximamente con olas de calor más intensas, agravadas por nosotros mismos y nuestro pésimo urbanismo, en un entorno en que la época de la electricidad barata que impulsó el uso del aire acondicionado habrá acabado.

Hace más de medio siglo, que ya es tiempo, aquí, en España, un país que se abría al bárbaro, aunque productivo, asolamiento turístico, además de la asolación por el clima, se empezaron a colocar toldos en las ciudades más calientes de la Iberia candente… Se descubrió entonces, ¡oh, sapientia sapientiae!, que, con el material, color y distribución adecuados, se bajaban más de diez grados las temperaturas de edificios y alrededores, sin enchufar nada a la factura de la luz… Luego, con cada burbuja inmobiliaria, el toldo verde, como humilde presencia por sencillo y malcalificado de cutre, fue arrinconándose, como avergonzándose de ellos, pero sin reemplazarlo por filas de árboles, setos y celosías, pérgolas o marquesinas, que dieran sombra, en vez de sartenes al sol, que es lo que hoy nos luce y tenemos.

Lo que pudo, y debiera, ser la dotación urbana común a cualquier población española, la avaricia de sus ayuntamientos con sus planteamientos, la ha convertido en suelo urbano reverberante de calor y multiplicador de la temperatura, donde las anémicas y únicas zonas de protección y refugio son las terrazas de los bares, que invaden espacios peatonales y aceras, a cambio de rendir impuestos de ocupación, si es que los rinden… En pocas y estrictas palabras: negocios a cambio de derechos. Si el ciudadano quiere disfrutar del alivio del sombraje, que pague. Y que consuma, que es lo único importante… Hemos cambiado y confundido sociedad de bienestar por sociedad de consumo, sin darnos cuenta que la segunda, en realidad, destruye a la primera.

No sé si este pobre y humilde artículo será leído por algún responsable en materia munícipe, léase técnico o político… Ignoro si tendré el privilegio de merecerlo. Pero si lo hacen, aún por equivocación, y no se sonrojan, ya que el sueldo suele tapar la vergüenza, ni lo reconocen, porque eso sería ir en contra de sus cada vez más espurios intereses, sí que me gustaría que tomasen nota para el inmediato futuro que ya es ardiente presente.

Pero si lo hacen algunos de mis conciudadanos, que tampoco digo yo que muchos, que sepan al menos que la responsabilidad es también de todos y cada uno de nosotros… Y que quizá aireando este escaso articulico en la medida de lo posible, podamos mañana, o quizás pasado mañana, airearnos también nosotros, y respirar un poco más fresco en nuestras calles. Calles para personas, para seres humanos, y no para coches y máquinas tragaperras…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NUESTRAS CALLES

Foto de El Diario

Este recién y pasado verano ha sido uno de los más tórridos de la historia… Y la Agencia Estatal de Meteorología, y también Bruselas, y hasta la mismísima Onu, nos avisan y advierten sin matices de que esto va a más, y que no hemos hecho más que empezar. El tristemente famoso Cambio Climático, o sea, traducido al román paladino: nosotros todos, desde los gobiernos hasta los ciudadanos, tenemos la culpa. Sin distinción y sin excusas ningunas. Absolutamente todos hemos sabido a su tiempo lo que pasaba y por qué pasaba. Y ninguno, absolutamente ninguno, nadie, ni ellos ni nosotros, hemos querido hacer nada, en la medida de nuestras posibilidades, para tratar de frenar esto. Hemos hecho oídos sordos, y seguimos con nuestro dalequetepego, que es lo más cómodo.

El genial y mundialmente conocido arquitecto Le Corbusier, ya anunció en su tiempo que la jerarquía de los materiales de construcción y planificación urbana era: cielo, espacio, árboles, acero y cemento. Exactamente por este mismo orden, y nunca, jamás, por otro alterado. Nosotros, y los constructores, y los financieros, y los políticos, y todo el mundo, lo hemos hecho justo al revés. Todo lo contrario. Hoy se demuestra, palpable e inequívocamente, la desigual redistribución de ese cielo, de ese espacio humano y de arbolado, que incide, muy negativamente, en el aumento de la temperatura, por efecto del desmedido y abusivo empleo del acero, el ladrillo, el cemento y el interés crematístico por encima de la calidad de ida humana. El resultado de aplicar el interés económico sobre todo lo demás.

Esto que cito hoy aquí son simples y elementales datos técnicos sacados de cualquier manual de arquitectura vulgar, y los expongo como ejemplos que ilustran lo que quiero transmitirles en este artículo: la acera expuesta al sol directo puede subir hasta 32º C. por encima de la temperatura normal, mientras que la acera en sombra permanece a su temperatura ambiental; el combustible de los coches aparcados al sol se evapora, liberando gases tóxicos; los edificios sufren el mismo efecto, acelerado por la densidad de población acumulada en los mismos, como bares, comercios, oficinas… encima dotados de aires acondicionados; ese mismo aire acondicionado aumenta casi un par de grados esa misma temperatura-ambiente de las calles… En esos mismos estudios de arquitectura saben que el escenario más optimista apunta a que superaremos esos dos grados próximamente con olas de calor más intensas, agravadas por nosotros mismos y nuestro pésimo urbanismo, en un entorno en que la época de la electricidad barata que impulsó el uso del aire acondicionado habrá acabado.

Hace más de medio siglo, que ya es tiempo, aquí, en España, un país que se abría al bárbaro, aunque productivo, asolamiento turístico, además de la asolación por el clima, se empezaron a colocar toldos en las ciudades más calientes de la Iberia candente… Se descubrió entonces, ¡oh, sapientia sapientiae!, que, con el material, color y distribución adecuados, se bajaban más de diez grados las temperaturas de edificios y alrededores, sin enchufar nada a la factura de la luz… Luego, con cada burbuja inmobiliaria, el toldo verde, como humilde presencia por sencillo y malcalificado de cutre, fue arrinconándose, como avergonzándose de ellos, pero sin reemplazarlo por filas de árboles, setos y celosías, pérgolas o marquesinas, que dieran sombra, en vez de sartenes al sol, que es lo que hoy nos luce y tenemos.

Lo que pudo, y debiera, ser la dotación urbana común a cualquier población española, la avaricia de sus ayuntamientos con sus planteamientos, la ha convertido en suelo urbano reverberante de calor y multiplicador de la temperatura, donde las anémicas y únicas zonas de protección y refugio son las terrazas de los bares, que invaden espacios peatonales y aceras, a cambio de rendir impuestos de ocupación, si es que los rinden… En pocas y estrictas palabras: negocios a cambio de derechos. Si el ciudadano quiere disfrutar del alivio del sombraje, que pague. Y que consuma, que es lo único importante… Hemos cambiado y confundido sociedad de bienestar por sociedad de consumo, sin darnos cuenta que la segunda, en realidad, destruye a la primera.

No sé si este pobre y humilde artículo será leído por algún responsable en materia munícipe, léase técnico o político… Ignoro si tendré el privilegio de merecerlo. Pero si lo hacen, aún por equivocación, y no se sonrojan, ya que el sueldo suele tapar la vergüenza, ni lo reconocen, porque eso sería ir en contra de sus cada vez más espurios intereses, sí que me gustaría que tomasen nota para el inmediato futuro que ya es ardiente presente.

Pero si lo hacen algunos de mis conciudadanos, que tampoco digo yo que muchos, que sepan al menos que la responsabilidad es también de todos y cada uno de nosotros… Y que quizá aireando este escaso articulico en la medida de lo posible, podamos mañana, o quizás pasado mañana, airearnos también nosotros, y respirar un poco más fresco en nuestras calles. Calles para personas, para seres humanos, y no para coches y máquinas tragaperras…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LO DUDO MUCHO

Imágen: Chisparoja.es

Bueno, aleluya, o lo que sea, por la tan cacareada Iniciativa Legal Popular que ha dotado al Mar Menor de identidad jurídica propia. Las siete denominaciones de protección que ya tenía, se ve que no servían para nada…

Pero la laguna no puede actuar por sí misma, y serán otros los que obren por ella. Quizá los mismos que ahora lo están haciendo, u otros que vengan a arrogarse sus derechos… ¿De verdad van a defender los intereses del medio, o los suyos?..

Se le ha negado convertirse en Parque Nacional. Vale. Pero si así no se considera protegido será porque nosotros no respetamos las leyes, así que, ¿esos mismos sujetos vamos a ser sus representantes?..

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LO DUDO MUCHO

 

Bueno, aleluya, o lo que sea, por la tan cacareada Iniciativa Legal Popular que ha dotado al Mar Menor de identidad jurídica propia. Las siete denominaciones de protección que ya tenía, se ve que no servían para nada…

Pero la laguna no puede actuar por sí misma, y serán otros los que obren por ella. Quizá los mismos que ahora lo están haciendo, u otros que vengan a arrogarse sus derechos… ¿De verdad van a defender los intereses del medio, o los suyos?..

Se le ha negado convertirse en Parque Nacional. Vale. Pero si así no se considera protegido será porque nosotros no respetamos las leyes, así que, ¿esos mismos sujetos vamos a ser sus representantes?..

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

¡ MENOS HUMOS..!

ilustr. de IDEAL

…Que por eso mismo echan leña al fuego…¿Se acuerdan ustedes de aquella primera ley antitabaco de hace una docena de años?.. ¿Cuándo anunciaban los interesados agoreros un apocalipsis final, porque los fumadores dejaban de ir a los bares, e iba a ser su total ruina y el desastre de cuánto se movía?.. No ocurrió absolutamente nada de aquella catástrofe anunciada por hosteleros involucrados y políticos maleducados. Absolutamente nada. Hoy, aquellos que tanto aullaban a la luna del acabose, disimulan, miran para otro lado, como si no fuera con ellos, e incluso mienten descaradamente diciendo que, en el fondo, eran más “pros” que “contras”… Ya saben, como cuando la Transición, en que todos eran demócratas.

En aquellos años, ya la luego presidenta madrileña Díaz Ayuso, actuaba de negacionista automática, y decía (malditas sean las hemerotecas) que “tú no soportarás mi humo, pero yo no tengo por qué soportar a tus niños… Por algo pago”, en respuesta al daño que se achacaba al fumar en presencia de los críos, como más elemental y brutal ejemplo de mala educación… Una sociedad educada y civilizada debería recordarle ahora todas esas coces con que decía defender a la ciudadanía, y recomendarle que las compare con los mismos y muy populistas exhabruptos que hoy salen de su venenosa boquita de piñón.

…Porque, exáctamente con esas mismas pasteladas recibe al Plan de Ahorro Energético del gobierno. Anuncia “oscuridad, pobreza y tristeza” igual que antes auguraba locura, mohína y ruina por no dejar fumar en locales públicos. El problema está en la poca memoria y menos vergüenza de unos ciudadanos que la mantienen en el trono en base a sus siempre macabras – y macarras – ocurrencias… También entonces, los portavoces de los sectores de hostelería vertían datos acadabrantes de pérdidas del sector por cientos de millones de euros, que no ocurrió en absoluto.

Al igual que hoy una Asociación de Hosteleros de Madrid concreta el daño (sin datos con que demostrarlo) en 520 millones de euros anuales por la cosa de los 27 y los 19º en sus interiores (pronto se les olvida su reivindicación de las terrazas)… Pero lo cierto y verdad es que, en los primeros días de la normativa, nadie ha dejado de ir a los bares ni a los restaurantes por la diferencia de dos o tres grados. Ni al tonto del barrio… Yo me acuerdo de los terrores vertidos entonces con lo del fumeque, y con la subida del salario mínimo, como más ejemplo; y con el anuncio de las inspecciones de trabajo (ja-ja-ja), o de sanidad… y ahora por el termostato a la hora de tomarnos la caña o el café.

Igual recuerdo cuando reglamentaron el uso de los cinturones de seguridad en los coches… Se oía de todo: que si un atentado contra la libertad de los conductores (modelo también planteado por Ayuso); que si el verdadero peligro era llevarlo puesto; que si la incomodidad es mayor que la – hipotética – seguridad; que se sabe de buena tinta que es para que muera más gente y aliviar el paro y las pensiones; que si la cofradía del santo freno, y que entonces para qué tanto ABS…Con los pocos años de allá acá, la cantidad de vidas salvadas por “el cinturón de castigad”, como algunos lo llamaban, han sido incuantificables, y tantas y tan claras, que aquellos aullidos de lobo han quedado en balidos de borrego.

Como borregos siguen siendo cuántos se apuntan a ser negacionistas de todo por ser ignorantes de todo. El deporte nacional es la incultura, y ahí nos apuntamos también todos a poco que leamos – o lo que sea – en las redes. Y acabamos por confundir nuestra libertad individual con los derechos de la colectividad… ¿Acaso no soy libre de poner mi coche a doscientos por hora, sin cinturón de seguridad, con un par de rayas y/o copas de más, y hablando por el móvil con mi chusqui, si a mí me da la real gana?.. Pero lo peor de todo es cuando hay un político, o política, que suelta por ahí barbaridades, como la sudodicha Díaz Ayuso, y que jalea todos estos descerebramientos como si destilara el ideal de la libertad. Y, aún peor, mucho peor, que los irresponsables de su partido les hagan palmas y les rían las gracias en vez de darle un par de hostias.

Ya decía Chesterton, nada menos que en 1924, que “la labor de los progresistas consiste en arriesgarse a cometer errores. Y la labor de los conservadores consiste en evitar que tales errores se pueda corregir”… Más claro, el agua. Vuélvase a leer la máxima dos o tres veces. Verá que casi un siglo después esa frase no tiene desperdicio y sigue actualizada hasta su última letra… Y es, no lo duden, lo que va a pasar con lo de los aires acondicionados, los escaparates, o la hiperiluminación de muchos de nuestros monumentos y ciudades. Que después de la “boutade” de la derecha populista y demagógica de siempre, apoyada en su gran maestre que le baila el agua y en la sacerdotisa Ayuso, la cosa quedará en poco más, o poco menos, que nada… que esa nada en lo que quedó el inflamado eructo del mismo personaje cuando decía lo de que si a usted le molesta mi humo a mí me molestan sus zagales. Y es que, quien crea en tales declaraciones de tales personajes, es que ni tiene ideas propias, ni nociones… aunque sí emociones y emoticones. Claro.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

OJO AL DATO

Foto RTVE.es

Italia se ha hecho el hara-kiry, conforme a lo anunciado por los pronósticos. Draghi recibió un país en bancarrota y lo dejó en una excelente posición. Su magnífica gestión se ha tirado a la basura eligiendo para gobernar a la extrema derecha.

Nada bueno se augura en el próximo futuro, ni para Italia, ni para Europa… Más pronto que tarde empezarán las manifestaciones y protestas, y a salir los descontentos a las calles…

Pero esos mismos son los que se quedaron en casa (45% de abstención), pues los ultras votaron todos. Se ve que prefieren la pancarta a las urnas… Pues cuando las barbas de tu vecino veas quemar, pongamos las nuestras a remojar.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

A TODOS Y A NADIE

Foto Blog GURENA

 

A mi edad ya no se espera mucho. En realidad, no se espera nada. Uno está en una estación, ligero de equipaje y pendiente de “El último tren a Gün Hill”, como aquella vieja película de aquel viejo Oeste… Lo único a lo que se puede aspirar, en todo caso, es a que la espera sea lo más apacible, y que el transbordo se realice dentro de la mayor normalidad. Lo que después de aquí tenga que venir allí, ya se verá en su momento y llegado el caso. No tengo ninguna prisa, pero tampoco deseo ninguna pausa. Tan solo me mantengo en la esfera de la espera…

Observo en este último apeadero de la vida que estamos muchas clases de gente. Los hay que aún se afanan a vivir lo ya vivido, en experimentar lo ya experimentado, en volver atrás y repetirse, recrearse en un presente que ya no es el suyo: se visten, viajan y se comportan como jóvenes en patéticos cuerpos de ancianos, y repiten el autoengaño de que el cuerpo es viejo pero el espíritu jóven, sin darse cuenta que sus comportamientos están dictados más por lo físico que por la madurez espiritual… Pero habrán también de coger el mismo tren. Lo hay confundidos, que aún no saben dónde están ni cómo han llegado allí. Y van de aquí para allá, dando vueltas, buscando detalles que los ancle a una realidad que parecen desconocer y rechazar, y que deambulan un poco perdidos, y sorprendidos, entre lo que eran y lo que son, entre su ayer y su hoy… Y los hay pegados al andén, atisbando el horizonte que marca la vía y la vida, intentando adivinar el humo de la chimenea de un tren que los recoja de su estación términi.

No se preocupen… no me voy a poner aquí a dramatizar sobre esta última parada, entre otras cosas porque todo lo que parece haber es dogmático y yo abomino de los dogmas; y todas las religiones que dicen traer el consuelo están plagadas de ellos. Así que tranquilos… A estas alturas de viaje cada uno ya se ha procurado en taquilla su propio billete, y no hay más revisor en el último trayecto que nosotros mismos ante un jodido e inapelable espejo. Un espejo, por cierto, que está al otro lado de este espejo, y sobre el que cada cual sabe lo que quiere saber, lo que le han dicho sus gurús, o lo que les toca saber por el tótem de su tribu, o lo que íntimamente les interesa creer… Pero creer no es saber. Esta es la tragedia del ser humano y de sus creencias inducidas: que creemos saber pero no sabemos creer, ni siquiera en lo que decimos creer… Y todo porque no hemos buscado por nosotros mismos, fuera de los otros, pero dentro de cada cual. “Buscad y encontraréis”, nos fué dicho, pero buscad, joíos, buscad, no hagáis caso de los predicadores que medran de su prédica, y de los que está atiborrado el camino. Buscad en vuestra soledad, tontolhabas…

Anora no os voy a decir yo lo que nos espera o lo que esperamos, porque lo que yo he podido encontrar puede ser verdad para mí y mentira para vosotros… o al revés, pues todo funciona en su dirección y en la contraria. Yo solo sé algo tan elemental y básico (o sea, nada) que todo final lleva a un principio, como que cada principio lleva a su propio final; y que cuánto empieza, acaba por, y para, volver a comenzar. No es otra cosa que el simple movimiento entrópico del Universo, la pura ley de la termodinámica, el principio de la energía… La única y sutil variación, eso sí, es que cada cual se forja su propio destino, su propio e individual película de “Volver a empezar”…

Y eso es así por el sencillo hecho que todos somos iguales, pero, a su vez, todos somos distintos (a veces incluso distantes). Es una falsa igualdad dentro de que no hay nadie igual a otro. Iguales como género (humano) pero diferentes como individuos. Por eso que no podemos compartir otra cosa que caminos circunstanciales conjuntamente, pero que, al final, cada uno tiene el suyo propio. Yo ignoro el mío, y el que tiene la seguridad del suyo se engaña a sí mismo y/o intenta engañar a los demás… Somos iguales ante la ley, dicen… bueno, sí, vale, a medias, pero no somos iguales ante la vida. A cada cual su vida lo trata según ese cada cual trate a la vida, o sea: a la naturaleza, a los demás, e incluso a sí mismo. Todo en justa correspondencia, tanto a nivel personal como a nivel social; tanto como individuo como en especie…

Por eso comentaba al comienzo que en esta estación del principio del final, o del final del principio, como quieran ustedes, todos los que vamos llegando para hacer transbordo al último tren, nos vamos quedando a solas con nosotros mismos, puesto que, así como vinimos, así mismo partiremos. Ni siquiera nos vale aferrarnos enfermizamente a familiares o amistades, puesto que ellos habrán de viajar en su día en su propio vagón individual, no en el nuestro… Y si lo pensamos bien pensado, hasta en ese compartimento no habrá nada a lo que agarrarnos. Es tan solo lo que nos lleva a dejarnos en nuestro nuevo destino, si es que hemos forjado alguno. Y al cual llegaremos despojado de todos y de todo.

Les pido disculpas por éste de hoy. A lo peor solo me lo he escrito a mí mismo, o, a lo mejor, sirve para alguien más… Ni lo sé, ni me importa mucho, la verdad. Hay veces que uno escribe como el que hace graffittys en un confesionario vacío. Que espera la absolución de ese mismo vacío… que, por cierto, lo llena todo.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

AL MENOS...

de ACN

AL MENOS… Decía el poeta José Martí una frase que se repite mucho: “Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”.

No aclaró el porqué ni el para qué… Lo digo porque yo esas tres cosas la he repetido varias veces, a ver qué pasaba, si es que tenía que pasar algo a los que cumplíamos la recomendación. Yo, al menos, en mi humilde apreciación, me he quedado como estaba.

Puede que nada más sea la responsabilidad de regarlos durante el resto de tu vida… Aunque los hijos crezcan solos y los libros se olviden solos, el árbol siempre necesitará de tu agua.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

CATALANESPAÑOLES

de La Vanguardia

En el Museo Arqueológico Nacional existe un curioso y antiguo mapa de la península con la ubicación de los asentamientos de los pueblos pre-romanos que la habitaron, donde… ¡sorpresa!, por mucho que se busque, no aparecen los catalanes por ninguna parte. Están los cántabros, los vascones, los lusitanos, los astures, y otros varios más esturreados por la primitiva Iberia, pero tampoco asoma por ningún lado topónimo alguno de Cataluña ni nada que se le parezca. Sin embargo, ese espacio debería estar poblado por algunos álguienes, ¿no?... Luego aparece, eso sí, como poblado, Barcino, que sería la Barcelona romana, pero ningún pueblo de referencia que anteriormente habitara esos lugares. Habría que remontarse a Estrabón para encontrar a unos “indigetes” y “ansetanos”, posteriormente desaparecidos de tal mapa, pero ninguna referencia a “catalanes”…

Existen especialistas que afirman que Catalunya viene de Castellonia, de castillos, o sea, de Castilla… ¡Hay que jodelle!, nada menos que provenir de los castellanos españoles. Nunca, jamás, podrían permitir tamaña afrenta. Es como nombrarles a la propia madre, pero así es. Para eso mismo está la historia: para manipularla y falsearla, y es exáctamente lo que hacen: mentir, ocultar verdades, inventar falsas evidencias… Lo cierto es que existen prestigiosos historiadores, como Richard Ford, que ya en 1.845, en su Hand-Book, afirmaba que Cataluña era la versión actualizada de Gothalunia, o sea, tierra de godos, esto es, tal y como el resto de España… Cien años después, el distinguido hispanista William Entwistle, creía más convincente la procedencia de Goth-Alania, para referirse en concreto a los alanos… Esto es, más de lo mismo.

La teoría más aceptada entre los más serios y conspícuos investigadores, es la llamada “vía castellana” primera, mal que les pese a los que les pese mal… que son muchos y muy tontos. Y eso significa que españoles y catalanes venimos de la misma camada, por mucho que se esfuercen, o nos esforcemos, en establecer signos de diferencialidad más inventados y tergiversados que reales. Porque… entre otros, lo de la lengua, ambas dos son romance, y vienen de un mismo tronco. Lo que sí se explica perfectamente es la teoría del cainismo: no existe mayor odio que entre hermanos. Ahí tienen a los israelíes y palestinos; las luchas intestinas entre los pueblos servios; nuestra propia guerra civil… y así hasta el fraticismo entre Caín y Abel. Cataluña ha abjurado siempre de España porque dicen no sentirse españoles, cuando en realidad es que son castellanos como los de León o los de La Mancha. Oriundos de la misma cepa goda.

Lo que sí resulta extremadamente, y sorprendentemente, curioso, es la profesión y profusión del federalismo ibérico… ¡con Portugal!, por parte de eminentes escritores, filósofos y autores catalanes y catalanistas, muy ilustres de las lletres catalans, como Martínez-Gil, Jaume Balmes, Pí y Margall, Fréderic Mistral, Prat de Riba, Francesc Romaní, Alexandre Cortada, Joaquín Casas-Carbó, Ribei y Rovira, Pompeu Gener, y un gran etcétera de intelectuales catalanes, separatista, unionistas, españolistas o integristas, que todos, absolutamente todos sin distinción, abogan por un Federalisme Ibérique, identificados con Lousitania, o sea, Portugal. Lo que no sé es lo que piensan hacer con la tierra que los separa, o sea, el resto de todos nosotros que andamos por enmedio.

Miren, les voy a confesar un algo: yo siempre me he considerado a mí mismo más ibero que español… o mejor, si lo quieren, más iberista que españolista. De siempre y por puñetera convicción. Me reflejo totalmente en, y coincido con, Saramago, Pessoa, Ian Gibson, y muchos otros, y estoy convencido que, más pronto que tarde, ese FIN, esa Federación Ibérica de Naciones, o lo que se llame, será una manifiesta realidad, tanto en beneficio propio, como en el de Europa, como en interés de todas las naciones hispanoamericanas. En eso tengo puesta mi fe, aunque yo no llegue a verlo.

Iberia es una inmensa ínsula (más que pen-ínsula) cuyos habitantes somos mezcla de ingentes pueblos y culturas que nos han aportado todo lo bueno y lo malo de su genética y patrimonio, y que formamos todos una cultura de asimilación atlántico-mediterránea única en el mundo, para muchas, muchísimas cosas que nos propongamos… El problema es que esa ventaja, aún tan evidente, nuestras ruindades de patio de corrala nos ciega y nos enreda en viejas, arcáicas y anacrónicas peleas patrioteras y barriobajeras. Tenemos un talento inmenso en autodestruirnos. Pero las posibilidades son/serían inmensas.

La sin mar y gótica Castilla (Castilla, sequedad de tierra adentro…), se abrió al Gan Océano y al Mare Nóstrum con pueblos paridos de sí misma para alumbrar su propia expansión de tierra interior, y ya es hora de que se recojan todos en la misma casacomún de la que salieron para formar una familia hasta el mismísimo límite de la tierra misma (Finis-Terre)… Miren ustedes, ahora tienen otra cosica que también saben de mí, por la que criticarme, o reirse, o burlarse, o lo que les apetezca. No la voy a ocultar. Considérenme más ibéricus que hispánicus. Y ustedes disculpen, pero veo más futuro en el ayer que en el presente.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

PUBLICIDAD ENGAÑOSA

Ministerio Agricultura, Prensa y Alimentación

Hay un anuncio publicitario de página entera que circula por los periódicos: El de la PAC (Política Agraria Común) sobre que la modernización de hoy es la rentabilidad del mañana…

Se ve a una señora que, con el frigorífico abierto, recibe una caja de verduras de un señor calvo y de espaldas, que se supone agricultor – viste de ello – con la sobreimpresión: “lo que pasa en el campo NO se queda en el campo”.

Debería decir: lo que pasa en el campo pasa a las grandes distribuidoras, que monopolizan sus productos y precio. Lo que cuesta llenar el frigo NO se queda en el campo… Sería la pura verdad, y se entendería mejor.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

PAN O LIBERTAD

(Museo Reina Sofía)

Hace unos meses, cuando estalló la guerra de ocupación de Ucrania y todos nos movilizamos para ayudar y traernos a casa a cuanta pobre gente víctima de Rusia pululaba por la frontera europea, y clamábamos a grito pelado por su libertad (el primer valor del ser humano, la libertad, o, al menos, eso mismo se dice)… Hoy, con las consecuencias de ese mismo abuso dándonos en las costillas, en nuestros mismos morros y en nuestros bolsillos, ya empezamos a pedirles que negocien con el malvado Putin una salida, un arreglo, un algo, antes que aflojar tres o cuatro grados el aire acondicionado, o medio llenar el depósito de gasofa, o pagar más caro el chusco, o reducir los días de holganza y/o de llenar la panza…

Desde los primeros días de la Historia, el dilema del ser humano ha oscilado entre el pan y la libertad. A lo segundo le damos un valor lírico, romántico, incluso heróico, además de que el concepto libertad es muy relativo, sobado y manipulado; ya saben, depende del cristal con que se mire… pero cuando empieza a faltar lo primero – algo concreto y contundente – estamos prontos a entregar nuestra libertad de elección al tirano que nos ofrezca una hogaza a cambio, ¿o por qué se creen ustedes la venida de los populismos fascistas?.. En una de las épicas más antiguas, cuando Moisés “libera” al pueblo elegido por su dios (aunque a ese pueblo no le dieron opción a elegir un dios suyo), cuando se ve vagando por el desierto sin nada que echarse a la andorga, le sueltan a su líder que sí, toda la libertad que tú quieras, “pero al menos en Egipto teníamos qué comer”… También a Jesús le tentó el diablo con lo de convertir las piedras en panes si tenía hambre, solo que el galileo no entregó su libertad de elección a tirano faraón o demonio alguno por el estómago. Y aquí, precisamente, está el “quid of the questión”, señores míos: en que Jesucristo marca un nivel moral a los que dicen de seguirle, que aún estamos muy lejos de alcanzar…

Extrapola en su boca Dostoyewsky: “no entreguéis vuestra libertad de conciencia al poderoso que os ofrezca pan, pues no solo de pan vive el hombre”… Un mensaje que va contra la línea de flotación del “panem et circus” montado por los romanos, copiado por la Iglesia Romana después, y luego por todos los regímenes dictatoriales habidos y por haber. Los caudillos de las más extremosas y cremosas derechas e izquierdas del mundo actual, los ultras y populistas, es la política en que basan sus propuestas: vuestra libertad a cambio de bocatas de sucedáneos; no existe cacho pan sin un poco de tiranía; más os vale pan sin libertad que libertad sin pan… Y, al final, nos lo pensamos, y empezamos a reconocerle sus derechos al Putin que tiene la harina, y a recortárselos a los que se la han robado y se mueren de hambre por culpa del ladrón. Nos han subido el pan y nos han bajado los humos.

Es por eso que en la actualidad la libertad vuelve a cotizar a la baja, mientras cotiza al alza la bolsa de pan… Hace apenas diez años que la mitad de la población mundial vivía bajo dictaduras duras, blandas o semiblandas, y hoy, una década después, es el 70% de esa misma población la que vive bajo regímenes dictatoriales. Ha habido un aumento del 30% en nada de tiempo… A Rusia, Arabia Saudí, China, Corea del Norte, etc., como oligarquías más de pata negra, se le han sumado una serie de semitiranías como Turquía, Hungría, Polonia, y otras en vías de desarrollo, como Italia, que están gestándose dentro de sus propios gobiernos democráticos, y que afilan los sables de represión mientras amplían las tahonas… Eso es lo que fue la “Pax Romana”.

En la andorga de nuestros países – España, naturalmente, incluída, aunque inconclusa – cada familia ideológica (aunque las ideologías están cada vez más vacías) tienen a sus miembros divididos por partidos, en moderados y ultras, siendo estos últimos los que ganan terreno y cada vez parten más el pan de los ciudadanos que los votan. La gente se refugia, una vez más, en el amparo cobarde que le ofrece el sátrapa de turno antes que renunciar a su aparente seguridad por su libertad… Luego, el tirano, una vez dueño de la piara, nos arrojará el trozo de pan duro junto a las cadenas que les hemos forjado nosotros mismos, y eso son lecciones repetidas de Historia que la humanidad no hemos terminado de aprender. Tendremos bienestar por libertad como aquel que vendió sus derechos por un plato de lentejas… Un panocho leído diría que es “el cobijo del tontolpijo”.

Pero nuestra sociedad occidental ya es medrosa y temerosa. Hemos parido generaciones enteras de pusilánimes egoístas y cobardes, en una llamada “sociedad del bienestar”, que hemos reconocido como un derecho sin pararnos en los hechos que la hacen posible… Y el hecho es que hemos pasado por encima de los mínimos derechos humanos de los demás seres, también humanos, que hoy asaltan nuestras parcelas en busca de unos despojos y migajas que tampoco estamos dispuestos a compartir. No solo hemos vendido nuestra libertad por el chusco (el anticristianismo de aquel nazareno), si no que ahora les compramos también la seguridad (falsa, por supuesto) de que van a exterminar a los que vienen a trabajar a cambio de nuestras sobras… y así, cada vez somos más esclavos de nuestros propios errores y temores. Lo que pasa es que siempre hay Hitlers al acecho de nuestras debilidades para también esclavizarnos a su cruz gamada.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EN LA ÚLTIMA DIADA

Foto de El Mundo

 

La declaración de la ANC convocante en la última Díada de Catalunya fue apabullante: “Dejemos los partidos atrás. La fuerza de la gente es la única”… ¿También a su partido hay que dejarlo atrás?. ¿o quieren desembocar en el partido único?. ¡Menuda democracia la de esta gente!..

Ese slógan lo utilizaron los camisas negras de Mussolini, precisamente, en el estreno del fascio italiano… Se parece mucho también a la estructura franquista del Movimiento.

A lo mejor por eso mismo han usado las enseñas negras este año. Porque es el color que usaban los “camicia nera” italianos y la Falange Española… Estos catalanes hablan dicen ser demócratas, pero imponiendo su dictadura.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com