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CORRUPTIO OPTIMI PESSIMA

(de AraInfo)

 

Hace exactamente 17 años, la Iglesia Católica Española se apropió de la Mezquita de Córdoba por treinta euros (exactamente por lo mismo que dicen que Judas vendió a Cristo), cometiendo un expolio con la manifiesta irregularidad de las inmatriculaciones, un pelotazo inmobiliario y una de las mayores operaciones fraudulentas jamás realizada en nuestro país, dada la cantidad de abusos manifiestos llevados a cabo, en esta operación concreta y en más de 40.000 bienes trincados por los obispos patrios desde 1.998 acá.

Pero con lo de Córdoba cometieron una inaudita serie de irregularidades: apropiarse de un monumento nacional del que nunca fueron propietarios, y que pertenece al erario público y artístico de todos los españoles; saltarse el Informe de Titularidad Pública pro su nulidad por el Ayuntamiento cordobés y un grupo de expertos e historiadores; aprovechamiento de un espacio interreligioso (musulmán y cristiano) unilateralmente… Hasta el presidente de la Junta Islámica Española propuso el uso conjunto y ecuménico del lugar, bajo titularidad pública, siendo rechazado con toda la católica soberbia del mundo.

Pero se dan otros agravantes: la grave mercantilización del lugar por parte del Cabildo Catedralicio de Córdoba, explotándolo turísticamente con cuantiosos ingresos, encima exentos de impuestos, pero, eso sí, quitándose de encima el mantenimiento del lugar, que se lo larga a Patrimonio Cultural del Estado soezmente; la apropiación venal de una obra declarada Patrimonio de la Humanidad; la malversación cultural realizada por el Obispo de Córdoba manipulando la vinculación de la Mezquita a la cultura islámica y de Al-Ándalus, con toda la ignorancia – o maldad – del mundo.

Ha infringido muchas más normas, disposiciones y acuerdos, pero es tan profusa la lista, que no cogería en este artículo… Lo cierto y verdad es que los rapaces de nuestra Conferencia Episcopal se saltan a su Papa: “la adoración del becerro de oro (Éxodo 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo por la acumulación de bienes y riquezas”. El propio Francisco vuelve a repetir en su Exhortación Apostólica: “No a la nueva idolatría del dinero. No a un dinero que gobierna en vez de servir”… Pero su Curia, como la que oye llover. Claro que igual pasan del mismísimo Jesucristo, al que dicen vergonzosamente representar: “No podéis servir a dos amos. No podéis servir a Dios y al dinero” (Mateo 6,24).

Pero ésta “su” Iglesia – en especial la española – se apuntan a la banda de Alí Babá, no a los Evangelios que dicen seguir con sus embustes y mentiras. Que alguien se moleste en ver, por ejemplo, el lujo y tren de vida con que adoban su muelle existencia los cardenales de su curia. Escandaloso. El pecado de idolatría en el A.T. se señala con el pasaje moisético de ese Becerro de Oro al que aludía el Papa, y es justo lo actualidad de una Iglesia mal-llamada cristiana, que tiene la desfachatez de exhortar a sus creyentes a que cumplan sus dogmáticas sinrazones, mientras se enriquece abusivamente, robándole el patrimonio a la gente, sin pausa ni tregua… El proverbio latino con que me permito poner título a esta denuncia lo retrata con exactitud meridiana: Corruptio Óptima Pessima, esto es, La corrupción de los mejores es la peor de todas.

Pero lo de esta inmatriculación concreta, ha sido, con mucho, el mayor de los expolios llevado a cabo por nadie en toda la historia, bajo la falsa y fantasmal apariencia de legalidad, otorgada por una caterva de políticos amamantados por la falsa fe los unos, y apesebrados los otros, a una institución religiosa que nos está esquilmando sin conciencia alguna. Una vergüenza nacional… En el caso que nos ocupa, ni siquiera el absolutista Fernando VII osó otorgar, nunca jamás, a la Iglesia Católica, ningún título de propiedad sobre la Mezquita de Córdoba, ni señorío alguno sobre ella, por muy mezquita-catedral que se dijera que fuera entonces, y que hoy es la mezquindad de la catedral.

Luego, además, esta llamada Iglesia de Cristo (¿?) se permite escupir, insultar y despreciar a la razonada y razonable petición/ofrecimiento de Mansur Escudero, de honrar a ambas creencias en un lugar que simboliza el acercamiento y hermanamiento de dos culturas con un mismo origen: Abraham… Así que el presidente de la Conferencia Islámica Española, ofició sus ritos humildemente en la puerta de la Mezquita, mientras los “cristianos” lo hacían dentro con toda su santa e hipócrita prepotencia. Para que luego digan…

Pero aún y con todo esto, lo peor de todo… lo repeor de todos los todos, es el inexplicable y vergonzoso silencio de un Gobierno, que se dice de izquierdas y progresista, y que traga con la magnitud de tamaño expolio, robado al patrimonio cultural y artístico de todos los españoles, y que ni siquiera la propia Unesco se lo explica. Resulta tan impresentable como abominable. Ni González, ni Zapatero el melindroso, ni el chulipavo de Sánchez, que tanto pecho saca con haber mandado los huesos de Franco a su casa, han sido capaces de plantar cara y reclamar lo que es nuestro, de todos nosotros, del Estado al que dicen defender.

El silencio de estos 17 años resulta pavoroso y oscuro. Patético. Sus ministras y ministriles, socialistas y unipodestoides, se han limitado a ponerse la mantilla de diseño, besar el anillo, y genuflexionar su honor y poca vergüenza… Ni siquiera han tenido, ni tienen, la integridad y valentía de, en respuesta, poner fin a un Concordato, rendido y babeante, que no conserva ya ningún país occidental que se precie, y que se aprecie, a sí mismo. Ni siquiera la mismísima Italia.

Naturalmente, claro, si nuestro muy aguerrido Sánchez no es capaz de desconcordar a España de su sumisión al Vaticano, menos aún va a serlo para recuperar la Mezquita de Córdoba… Los tridentinos de la Conferencia Episcopal Española tienen más mando en plaza que él como de aquí a Marruecos pasando por el Sahara y vuelta. Aunque lo disimule entre los encajes de sus embustes. Por supuesto que este pobre contador de sucedidos no aspira siquiera a influir en el bufón de su corte. Ni por ahí pasó, claro. Tan solo sueño con que los que me lean y coincidan conmigo, hagan de eco y trompeta, que sean mi altavoz y voceros, y que despierten la conciencia de una gente, pasota y pasiva, que está más muerta que viva.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NO HAY OTRA

(de PsicoSalud)

 

La frase “yo soy así y no puedo cambiar” es falsa, negativa y dañina. Falsa, porque a esta vida se viene a cambiar, a modificarnos, a perfeccionarnos, y es su único motivo y sentido. Negativa, porque es ir contra-corriente, y eso nos hace sufrir. Y dañina, porque, al final, nos aísla y nos deja solos.

Kierkegaard, uno de los más grandes filósofos, que sufrió como un condenado precisamente por este defecto, dijo que “elegir es renunciar a lo que nos encadena y abrazar lo que nos libera”.

Quien se ata a la primera frase, también quiere esclavizar a quiénes lo rodean, y eso es imposible. Todos evolucionamos con todos, pero sin atarnos los unos a los otros, pues tú solo eres responsable de tus propias acciones y pensamientos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

DISCUTIR

(de Soyvisual)

 

En España apenas sabemos discutir, mucho menos dialogar, y eso a pesar de que lo segundo suele nacer de lo primero… ¿o es al revés?. Todas esas fulaneras, con todos esos opinadores con que nos regalan las distintas cadenas televisivas, incluso están falseadas, manipuladas y preparadas, como la comida basura: antes han pactado con todos y cada uno de los intervinientes e intervinientas el papel que les toca hacer, por ejemplo: tú de abogado del diablo, tú de agresivo en defensa de esto, tú de moderado en defensa de lo contrario, tú de poli bueno y tú de poli malo… Así que la naturalidad y lo espontáneo no existen, y el resultado, si es que lo hay, está amañado. Lo que importa es el índice de audiencia, y no que el personal se ilustre… si acaso, eso sí, que se polarice también y lleguen a las manos, si fuera posible.

El peor ejemplo de todos lo tenemos en la misma Cámara de los Diputados. En cualquier circunstancia, da igual… Aún recuerdo lo de la virtual Moción de Censura última, a un suponer, puesto que ya se sabía que era un simple ejercicio de oratoria por parte del viejo y venerable profesor y economista, Tamames, en que el comportamiento de sus señorías fue cualquier cosa menos respetable. Pedro Sánchez ni siquiera le dio la mano, retirándole el saludo; que Patxi López y Baldoví le griten como fieras desde el estrado donde dicen que reside la soberanía popular, solo se justifica por su supuesta sordera. El desprecio de colmillo retorcido de los independentistas (a excepción de Rufián), sus gestos de burla y miradas torvas; hasta la dulcinea Yolanda Díaz quiso, prepotente, dar lecciones de democracia a un encarcelado y represaliado de la dictadura.

Si así destilan su veneno los ineducados e irascibles padres de la patria (lo estamos viendo y oyendo en esta biserie electoral también), y son los que deben de dar ejemplo de tolerancia y respeto desde sus estrados, esos nuestros biliosos representantes… ¿cómo comportarnos nosotros, entonces, los representados por tamaños energúmenos?.. Y son todos los de la escala política, no solo los que se lucieron porque creían que el vetusto profesor les iba a quitar la nómina. No. No se salva ninguna sigla Yo estoy cada vez más convencido que ya no existen políticos que trabajan por el pueblo, lo que hay son demagogos que trabajan para ellos mismos. Demagogos al servicio de las oligarquías, por cierto, no de la ciudadanía.

Pero volvamos a lo de la discusión, que es con lo que hemos empezado aqueste conciliábulo (viene de Concilio, esto es, conciliación)… No somos barbecho de dialogantes, si no de discutidores – confieso a usías que yo también tiendo a ese mal, y lo reconozco – y eso que provengo de la antigua tradición de las tertulias (las genuinas y auténticas). De una época en que habían grupos definidos que se reunían todos los equis de la semana, a tal hora, alrededor de un velador, al que iban y venían oidores y escuchantes al mismo ritmo que asiáticos y carajillos. Época de casinos, recónditos clubs, o lugares de juntaeras. Solo para hablar, debatir, cambiar impresiones, deshojar temas… Sitios de enseñanza y aprendizaje libre, que yo añoro profundamente. Lugares comunes, gentes distintas, y todo el respeto del mundo…

Solemos escuchar mucho aquello de… “bueno, eso es muy discutible”, y aunque se dice con ánimo excluyente, derogatorio, aunque educado por su terminología, menos mal, casi siempre es una especie de “y una catalina, macho”. Sin embargo, y aún y así, resulta un tanto elogioso, porque te conceden una posibilidad de discusión, una prórroga, una oportunidad de alegación. Las gilipolleces son difícilmente discutibles, y los dogmas están prohibidos discutirlos, aún peor con ciertos iluminados locos defendiéndolos, amenazando y asustando. Ahí la discusión no es posible. Solo cuando pisamos el terreno de la racionalidad se puede discutir por discutible que sea.

Ustedes que me leen y que ya han desarrollado el vicio de hacerlo, ya me van conociendo (son muchos, quizá demasiados años, los que me escribo, y me describo, a mí mismo)… Saben de mis temas, de mis recurrencias, e mis referencias y de mis querencias, de mis filias y mis fobias. Como también saben, faltaría más, que todo lo que suelto siempre será discutible. Con eso me basta y me sobra. Y me conformo, y me confirmo. No pretenderé nunca el ser indiscutible, pues eso significaría prepotencia, soberbia y absolutismo, y no me creo ser así, sinceramente… Puedo ser acalorado, apasionado, sí, pero no endiosado. Siempre tendré un “hablemos” que decir.

Sin embargo, nuestros señores del hemiciclo, fíjense bien, jamás se dicen un “hablemos” entre ellos. Todo es suficiencia, prepotencia y mala audiencia. Todo son insultos mutuos y dentelladas entre tiburones… mala, pésima, educación, en definitiva. Eso no es un Parlamento, sino todo lo contrario. En latín, parlamentum significa “palabra hablada”, o sea, tratada, dialogada, pensada, compartida. El nuestro es “palabra maltratada”, esto es, escupida, vomitada, disparada, ensuciada…

Pero ya no es eso lo peor de todo… Lo peor es que ese comportamiento vulgar, soez y denigrante nos lo están traspasando a la ciudadanía que los votamos y los hemos puesto en el lugar en que están, para encular sitios y sitiales, claro. Nos estamos contagiando de unos procelosos próceres que, puede que nos los merezcamos, pero que no deberíamos respetarlos más de lo que nos respetan y se respetan entre ellos. Por eso deberíamos sacudirnos su malsana influencia, y empezar a rescatar en las bases el diálogo, el respeto, y la tolerancia que hemos perdido… o que los ciudadanos estamos a punto de perder, contagiados por su pésimo y maloliente ejemplo.

A lo mejor, o a lo peor, ya que eso han dejado de enseñarlo en las escuelas, y lo están borrando de los planes de estudio, tendríamos que rescatar aquellos manuales de educación y urbanidad básica… y aquellas queridas tertulias de antaño, aunque sea en nuestro otoño. Las verdaderas, las genuinas, las auténticas, no el remedo, y el regüeldo, patético que compramos a las cadenas de televisión, que nos embrutecen y polarizan como a ganado, en vez de enseñar a tolerarnos y escucharnos… ¿Dice usted que no, que una leche?.. pues vale, pues bueno, pero no estoy de acuerdo, no es razonable… aunque sea discutible.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

...Y NO DIGO MÁS

(de UnProfesor)

 

¿Se han preguntado alguna vez qué somos los humanos para los animales?.. Si ellos pensaran (y yo creo que, a su nivel, lo hacen), nos veneran tanto como nos temen. Nos tienen por sus dioses y/o por sus demonios.

Y se me viene a las “mientes” – de mente – aquel laboratorio del Edén, donde nosotros, que entonces éramos animales semipensantes, también teníamos a nuestros temidos y adorados dioses…

…Unos Elohims (plural de dios) que nos trajinaban para acelerar una evolución de la que ellos mismos formaban parte… Creo que uno de ellos se llamaba Yahvé, y fue el encargado instructor de hacérnoslas pasar canutas, por cierto.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

FARENHEIT-451

(de El Mundo)

 

Muchos de mi generación recordarán el título del libro de Ray Bradbury (1953), y del cual se rodó una inquietante película – creo recordar que en blanco y negro – y que aquí, en España, se estrenó con años de retraso por culpa de la censura franquista que se vió reflejada en ella… El nombre escogido por el autor para su obra se debe a que, esos mismos son los grados a que arde el papel (equivalente a 233 Celsius). Bradbury describe una sociedad en que los libros están prohibidos, y cuantos encontraban eran quemados y encarcelados sus poseedores.

No es una idea nueva. Ya se hizo en la Edad Media, y antes, lo hizo la Iglesia para con sus fieles, y también el nazismo hitleriano en la edad moderna. Y cada vez que muere un Alonso Quijano, que se queman los libros de los que se alimentó… El libro es un enemigo incómodo para cualquier gobierno de tendencias absolutistas. La raíz de Libro, latina, claro, es Líber, y significa Libertad; y los libros no solo aportan el conocimiento que lleva a ser libres, si no que nos hacen pensar, nos conceden argumentos, y nos estimulan la opinión propia, esto es: el librepensamiento. Y esto supone un peligro para toda oligarquía.

Por eso, la estrategia actual es educarnos en la antilectura; ponernos sucedáneos electrónicos, que, además, incorporan vídeos, juegos, entretenimientos, compras, y demás extenso catálogo para desviar la atención a otras disponibilidades más lúdicas. Añadan a eso el enganche a unas ya omnímodas redes sociales (miren los jóvenes) y a unas inextricables series (miren los adultos), y la pereza de leer un libro y mover neuronas se extiende como una sucia mancha de aceite… Me opondrán que también existe el libro electrónico, y eso es cierto, pero, aparte de limitado y limitador, también está controlado usted a través de su uso. No coge aquí exponer el cómo, pero algún día les aburriré con datos y hasta el por qué…

Lo que sí es cierto, es que eso funciona. Los índices de lectura son cada día más bajos… me refiero a cuánto al consumo de libros, claro, y el fomento de la lectura en los colegios de España está a la cola europea, ya que se hace justamente lo contrario en nuestros sistemas educativos. Para leer hay que desarrollar un índice de atención con músculo. Eso es básico, elemental. Pues bien, aquí se ha conseguido justo lo contrario: en el año 2.000, Microsoft hizo un estudio que calculaba el límite medio de atención personal en doce segundos; una década después, ya había bajado a diez segundos; actualmente rondan los ocho segundos… Y esto es tan solo que un simple ejemplo entre muchos. Miren nuestro Índice de Compresión Lectora mismo.

El caso, es que nuestra atención, en términos generales, la hemos puesto en manos de los “youtubers”, los “influencers”, y demás zoología de nuestra era de enganchados por enredados. Es un hecho… Antes, en las salas de espera, en los medios de transporte públicos, etc., era normal ver a un determinado número de personas leyendo un libro; hoy, esa posibilidad es tan rara, que hasta llama la atención. Llama tanto, que hasta se les mira mal. Tan está haciéndose así la sociedad, que ya el propio Ray Bradbury lo advertía en su obra citada: “No hará falta quemar libros cuando el mundo empiece a llenarse de gente que no lea, que no aprenda, que no sepa, que no piense”…

En el libro “El Dominio Mental” (la geopolítica de la mente), de Pedro Baños, se dan todas las claves, datos e información de este fenómeno que cada día que pasa es menos fenómeno y más triste realidad… Nos están llevando, en un estudiado paso a paso, guiándonos de la mano, al mundo feliz huxleyano de Gran Hermano. A una realidad distópica en que la humanidad piense, consuma y se comporte según patrones previamente establecidos, y que convengan al interés de una élite políticoligarca.

Dice Baños – y yo lo creo – que los libros de papel comprados en librerías de siempre, y pagados en metálico en mostrador, es la única forma de que nadie pueda rastrear lo que leemos. Y eso nos convierte en rebeldes. Todo lo que está colgado como digital puede ser hackeado, intervenido, controlado, borrado o falseado. Pero la enseñanza de un libro de papel en una estantería de cualquier hogar es un mensaje que perdura en su inmutabilidad y tiempo. Es un tesoro impagable… y peligroso para los que temen la cultura, el conocimiento y la libertad.

Llegados a este extremo, la Obra Farenheit-451 es cuando puede hacerse pavorosamente real. A los mayorales les es fácil ceder a los pastores las migajas del ganado a cambio de ser sus correas transmisoras; pero el ganado resulta incontrolable a poco que las ovejas empiecen a no comportarse como borregos… Lea esta última frase tres o cuatro veces, y piense dónde se sitúa usted. Y cuando haya aprendido su significado, a lo mejor se pregunta por qué Jesucristo, en su Evangelio, hablaba de ovejas, pero no de borregos.

Es que nos están capando (emasculando, si así les molesta menos) sin que nos demos cuenta. Me dirán que en cualquier librería están a nuestra disposición todos los best-seller´s y títulos de novedad recomendados. Naturalmente. La literatura y conocimientos que se permiten y se promocionan comercialmente… pero pregunte por la obra de Max Héindel, por ejemplo (yo lo compraba en tiempos de dictadura y censura), o por libros más recientes, no sé, Luca de Tena, y otros tantos y tantas… “descatalogado”, te dicen, como el médico que te suelta “eso es un virus”. Descatalogados, claro, no censurados…

Pero dejando de leer, todo solucionado, pues ni hay que perseguir, ni censurar, ni quemar, ni nada. Se lee lo que el Gran Hermano seleccione para nuestros agradecidos estómagos, previamente digerido, por supuesto, y sanseacabó… Aunque no me crean los que lean esto, todas esas pautas se están estableciendo poco a poco, sutilmente, lentamente… Yo ya me he alistado a “la Resistencia”, ¿y usted..?

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LO QUE YA SOLO CUENTA

(de Zelf Experience)

 

Solo el primer paso cuenta”, le dijo una mujer al obispo aquél, maravillado porque San Dionisio anduvo kilómetros con su cabeza bajo el brazo tras sufrir martirio, y caer muerto en el lugar donde fue enterrado, cerca de Montparnasse…

Solo el primer paso cuenta”, es lo que digo yo tras repetir los pasos y hoyar las mismas huellas, ya profanadas por millones de incontables pisadas. No es el mismo paisanaje, ni tampoco el mismo paisaje… Se ha vaciado el contenido para convertirse en promiscuo continente. Ya no nos podemos dar nada ni recibir nada qu enadie quiera…

Ya solo soy un mal acompañante para los que me rodean de cerca, a los que ruego me dejen solo y en paz, y a los que pido perdón por no saber encontrar lo que perdí en mi primer paso, y que ya no existe. No es culpa de nadie. Si acaso, solo mía.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

GRACIAS X EL PIROPO

 

A mis setenta y seis tacos y pico, que son muchos tacos y mucho pico, me han hecho el mejor piropo de mi vida… por supuesto que según yo mismo, pues siempre habrá quién, con toda legitimidad, por supuesto, lo vea como todo lo contrario, esto es, como un insulto. El requiebro en cuestión es: “tú no eres de este mundo”. Si me permito sentirme halagado es por la importancia que le doy a la persona de dónde viene, y el crédito que para mí tiene, y luego, porque imagino (o quiero imaginar, si he de ser honesto) por dónde va el sentido en que me lo dice, porque… naturalmente que esa bala puede cargarse con muy distintas pólvoras. Pero, el caso, y sin ánimo de ponerme flores, lo crean o no, es que eso me resuelve un articulico para un día. Y éste puede ser tan bueno como cualquier otro.

La cuestión es que bien ha podido llamarme algo así como que soy un extraterrestre, o más raro que un perro verde, y esto se puede decir tanto en sentido peyorativo como alabatorio, que no alavativo, de lavativa, pero me vale para endilgar unas meditaciones sobre tal particular, y eso es lo que, en realidad, me interesa… Es que, mis queridos amigos, ya aquél añorado Erich Von Dánicken dejó dicho y escrito que todos somos extraterrestres; que todos somos venidos de las estrellas, de otros mundos, y que los terrícolas, nuestra jaez, para entendernos, no es de aquí. Y, en tal caso, no es tal piropo, si no la constatación de un hecho del cual participamos todos.

Por supuesto que aquel aventurero investigador, se refería, en aquellos años de sus famosos libros de arqueología fantástica, a que somos genética de muy antiguos visitadores del espacio, fundadores de no menos antiguas civilizaciones y culturas, y que nuestros Adn´s vienen de los suyos. En síntesis, es lo que aseguraba, y se afanó en demostrarlo con datos, historia, fotos, gráficos y un derroche de cultura en toda su extensa obra… La verdad es que ignoro si aún quedará publicado por ahí algo de él (yo tengo casi todos sus libros) y de su curiosa concepción del género humano, pero merece la pena rescatarlo, aunque solo sea por adquirir cierta formación e información… Puede ser que haya sido objeto del nuevo, sutil y tapado Farenheit-451, sin el concurso del fuego, claro. Así que me voy a castigar con la ímproba tarea de buscar en mi particular piélago, confuso y proceloso, de libros, a ver si encuentro alguno de sus muchos títulos.

Sin embargo, a sus, para muchos estrafalarias teorías, la investigación científica posterior, desarrollada décadas después, sobre todo en materia de física quántica, y de química, e inclusive dentro del Big Bang de Stephen Hawkings, que además tiene ciertas e interesante connotaciones con las más antiguas escrituras bíblicas, sobre todo del Génesis, sí que podemos asegurar que nuestro origen primario es más galáctico que planetario, puesto que las “estructuras de vida”, por decirlo de alguna manera, vinieron de fuera, del exterior… Tal es el caso de la cosa.

Lo que ocurre, y es una incidencia que hemos de matizar, es que, para ser precisos, nuestro universo se formó a la vez y al mismo tiempo que todos sus elementos que lo componen. Por lo tanto, en puridad se podría decir que hasta nuestro propio planeta sería extraterrestre y extragaláctico según el concepto expuesto desde el principio de “aquesta crónica”… Pero, una vez traída esta última disquisición, sí podemos afirmar que, en origen, no somos oriundos de aquí, si no de allí, y quizá que hasta de más allá.

Nos pasa como a las truchas de piscifactoría, que las que llegan a nuestro plato ya no son peces de río, sino de piscina. Pero eso sí, su origen primordial son los ríos, que de ahí viene su genética original. Sin embargo, si a las últimas generaciones de esos peces, ya engendrados, nacidos y criados en una balsa, se devolvieran a su verdadero origen, se morirían al poco tiempo, pues ya no sabrían defenderse ni sobrevivir fuera de su naturaleza actual, en su medio original.

El Maestro Jesús, el llamado Cristo, se autodefinió a sí mismo ante el sacerdocio oficial de su iglesia, con un rotundo “mi reino no es de este mundo”… Una forma extensible a que Él tampoco lo era, de forma implícita. Sin embargo, yo creo firmemente, y perdonen si alguien se ofende, que su declaración abarcaba a toda la humanidad: que ninguno somos de este mundo, salvo que nos empeñemos en serlo, claro. Que ahí, y no en otro punto está el quid de la cuestión, en saber ver la que es nuestra herencia y despojarnos de esta dependencia (permítanme el malparido pareado)…

El primer impulso que me ha nacido es poner indecencia por dependencia, aunque, al final, no lo haga por prudencia, pero resulte la misma excrecencia. Y lo resulta porque hemos sacrificado nuestra genuina, luminosa y auténtica libertad de “Hijos de Dios” a la oscura esclavitud servil de los “hijos del hombre”, no sé si me explico, compadres míos y de mi alma. Los hijos de los hombres son “muertos que entierran a sus muertos”, en la misma tierra donde nacieron, que no “de dónde” nacieron… El grano de mostaza está en que todos somos humanos, y todo ser humano puede resucitar de esa muerte, pero, cuidado, ha de ser antes de morir la última muerte. No confundamos el origen con el destino, pues eso sería un grave error, un gran tropiezo y una enorme torpeza.

Por eso que yo espero, y confío, que lo de “acho, joer, tú no eres de este mundo”, se me dijera en el contexto, si acaso, de extraño, de ido, más que de venido, de raro, de ajeno… Por aquello de que cada vez pienso más fuera de este mundo que dentro de este planeta enloquecido. Y, miren, en tal caso, para mí sería un puñetero halago, una especie de reconocimiento que me extrae de un lugar que me es foráneo de mí mismo. Cada vez más; cada día que pasa, en mayor medida. Es posible que ustedes, los que me siguen, aún por costumbre, y los amigos que suelen leerme, se hayan dado cuenta de mi ajenidad y mudanza… O acaso no. Ya me lo harán notar, si así les parece.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

¿QUE NO?..

(de El Español)

 

Emil Cioran, el filósofo rumano, dejó escrito sobre el suicidio y sobre sí mismo: “hay un momento para suicidarse, y es cuando hayamos encontrado todo y lo hayamos contado todo”… La verdad es que un cacharro vacío no sirve para nada, eso es muy cierto.

La broma del destino, o lo que sea que fuere eso, es que este gran pensador murió con el Alhzéimer puesto. Esto es, que no pudo aplicar el cuento a su persona, porque se le olvidó cuanto dió. Si eso no es triste, ya me dirá usted…

Aunque yo pienso que esa enfermedad es una muerte adelantada. Como un último ensayo. Un estar sin ser. Un suicidio mental al fin y al cabo… La mente ya no tiene nada que decir, y se quita de en medio.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SOCIALIZAR

(de StyleLovely)

 

Los modernos correctores y correctoras del lenguaje, vigilantes y vigilantas, atentos, atentas y atentes a su empleo y nómina, la verdad es que, junto al abnegado papanatismo servil, o pagado elitismo, que de todo habrá, de los medios de comunicación, se están imponiendo los nuevos términos paridos, lustrados y enlatados, que nos vienen suministrando desde la factoría del correcto politismo… Y, lo cierto, es que aún no comprendo cómo antes podíamos vivir sin su existencia, y seguíamos entendiéndonos de maravilla. Tampoco creo que eso lo entiendan ni siquiera ellos o ellas, los de la nueva moral lingüista, pero en fin…

Por ejemplo, lo de esa extraña palabreja de “sororidad”, que hasta cuesta trabajo pronunciarla (por lo menos a mí, y mucho). Yo la entiendo por simpatía, afinidad, cercanía, afectividad, comprensión… y me maravillo que, con tantas palabras bonitas que definían perfectamente tal sensación, hayamos tenido que introducir la rareza esa de sororidad, que hasta los gatos se bufan cuando la oyen. Es que es espantosa, no me digan que no. Pero se ve que hay algunos alguienes y alguienas más empeñados en justificar su paga de escamoteadores y travestidores de palabras.

Existen algunas que me hacen reír, como la de la tal “soror”, que viene de monja francesa, y que ni semánticamente pega con lo que quiere significar, pero hay otras que me hacen llorar de pena, como el empeño idiota de cambiar relacionarse por socializar, y eso es posible que se deba a que este intento, al que bobaliconamente nos prestamos a imitar, tenga excepciones más profundas para los que ya cargamos años al coleto de nuestra experiencia… Lo primero, es que cambiar por cambiar, sin motivo alguno mas que de epatar, me parece una vulgar estupidez; y segundo, menos aún cuando en ese cambio se pierde, y sale empobrecido el lenguaje.

También he de reconocer que la relación interpersonal ha cambiado – no sé si para bien o para mal – mucho, y ya no es lo que era hace apenas unas pocas décadas…No andaré muy descaminado si me atrevo a decir que la causa primordial del cambio en la relación personal entre la gente hay que achacársela a la existencia del móvil. O no. Pero ahora nos comunicamos a distancia, o tampoco, por mensajes, sms, whatshaps, emails, empobreciendo los cara a cara, el calor del contacto, del bis a bis, de hablar mirándose a los ojos, incluyendo el lenguaje corporal, que es una fuente de riqueza interpretativa. Será también por esas distancias, por nuestra estresante forma de vida, o por la pantalla protectora que supone el móvil. Pero el caso es que es así.

En las ciudades se nota más, mucho más que en los pueblos, donde el personal aún se tropieza por la calle y se para a charlar con su semejante, o incluso su desemejante. Pero, terraceo aparte, el común del personal ha bajado la intensidad, y también la calidad, me permito añadir, de la intercomunicación… Quizá por eso, no lo sé, haya tenido que inventarse el eufemismo este de socializar, que, en el fondo, no es ni chicha ni limoná. Porque todos, en mayor o menor medida, socializamos, ya que vivimos en sociedad, no te jode… Todos inter-relacionamos, si a eso vamos.

Hemos perdido – o se está en vías de perder – algo bastante más potente y patente que el socializar, que es el “platicar”… El otro día, me encontré por la plaza a una persona amiga, Pío Montoya, que siempre me regala un ratico de platique, y que me hace ilusión porque otro Montoya, Nicolás, su padre, igual visitaba mi despacho de vez en cuando, asomaba su amable cara por la escalera, y me decía que solo venía a platicar un poquico conmigo. Como también otro Nicolás, éste Gómez, que igual hacía lo mismo. Y que ambos antes platicaban con mi padre… como tantos otros. Todo un lujoso obsequio entre personas humanas.

Y es ese placer el que ya está casi olvidado. Porque eso, y no otra cosa, es el arte de socializar: el disponer y regalar tiempo para platicar. El concederse tiempo para rozarse, saberse y conocerse, querenciarse, si no quererse… Hacernos el honor mutuo de la importancia de relacionarnos, de persona a persona. El tener el privilegio de la comunicación cordial entre seres humanos, no sé si sabré explicarme… Si ustedes que me leen creen que llevo, o no, razón, serán los que habrán de juzgar mis impresiones.

Yo les sugeriría a los muñidores y muñidoras del lenguaje, que se volcaran en el paisaje y en el paisanaje. Que saquen, a ellos que les gusta tanto, un Día Mundial del Platique, en que, aparte de colgar las institucionales estolas de los edificios oficiales, que es muy suyo, insten al gentío a silenciar el móvil, salir a la calle, a la plaza, a tomarse un tiempo de plática con el vecino, con el conciudadano, o con el que conozca, que hagan semejanza con sus semejantes… Que practiquen lo que, con toda su socialización y muy señor mío, es de valía y se está dejando en el olvido.

Un apuntador me sopla que lo de “socialicemos” viene por los que mandan; que si fueran los de enfrente, sería “populicemos”, seguro… Aparte la nota bromista, lo que quiero comunicar a través del de hoy, es que ninguna sociedad mejora por los cambios de etiquetas. Son tan inútiles como gilipollescos, con perdón de la Unesco… Hay cosas más importantes que cambiar, y no están en las formas precisamente, si no en los fondos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EL PRECIO DE LAS COSAS

(de Republica.com)

En EE.UU. se ha puesto de moda la llamada "Dieta de las Mil Millas". No es para adelgazar, si no de puro carácter ecológico: consumir solo productos fabricados en 150 kilómetros a la redonda... Se consigue crear riqueza y empresas en la zona, evitar crisis financieras, reducir costos, restar contaminación por transporte, etc.

Esto es, reinventan lo que siempre ha existido y se ha demostrado que funcionó mejor que la engañosa globalización: la economía circular, el consumo de cercanía.

Como aquí somos simples imitadores de los americanos, ojalá y esa moda también llegue hasta aquí. Seguro que hasta solucionamos el elevado precio de los alimentos, quitándonos de encima a las vampiras de las grandes distribuidoras de enmedio.

 

CUESTIÓN DE PRINCIPIOS

(de El Correo Español)

Hemos de reconocer, las cosas como sean, que este Francisco Papa ha sabido atraerse a sus seculares enemigos de la más española izquierda, a comer de su mano. El hombre, con su talante y talento, pontifica que te pontifica, no solo los ha anulado y les ha dado un pase de lado, si no que ha tenido el mérito de reclutarlos como aliados… No es que se trate ya de convertirlos a la fe católica, que luego a luego hasta ya se andará, aunque eso es lo de menos, pero sí que, estratégicamente, los ha trocado en sus “fans” más aplaudidores. Yo no digo que eso sea bueno ni malo, pero sí que no es normal… sea expuesto con todos mis respetos, naturalmente.

El pasado verano, por ejemplo, nuestro Ministro de la Presidencia, tras más de una hora de audiencia y aquiescencia, a su salida y vuelta al ruedo… perdón, a casa, proclamó urbi et orbe, con fervor de converso, que “su gobierno socialista y el Papa compartían los mismos valores” (¿?), sin ningún tipo de duda, ni matización ni fisura… Un tiempo antes, fue la Vicepresidenta Yolanda Díaz, la que salió visiblemente emocionada y al borde de la lágrima vaticana, tras regalar al pontífice una estola hecha de plástico reciclado, - ¡joer qué detallazo! – la que declaró su “total comunión de ideas con el Papa” (¿?). Le faltó añadir que lo había asociado a su, entonces plataforma, Sumar… o “ahora sí que sumamos más”.

A los finales del pasado año, fue el mismísimo Pablo Iglesias el que no tuvo empacho alguno en declarar que “Francisco hablaba como un comunista” (¿?), así con toda su coleta que aún no se había cortado. Esos mismos calificativos usaba Franco para con Juan XXIII, pero en plan borde, y con todos los tirillas epíscopos que por entonces le tiraban del braguero… Claro que con el Caudillo eso era un insulto de colmillo retorcido, y con Pablo Iglesias fue un babeante piropo almibarado. Le faltó a este último cantar La Internacional en latín renacentista. Los sainetes llevados a cabo por el Ejecutivo al principio, con ocasión del desahucio de los restos del espadón del Valle de los Caídos y no levantados, no fueron tampoco menos elogiosos y ditirámbicos hacia el Vaticano, con toda su prosopopeya hacia el personaje papal.

Con esto, no quiero yo decir que los herederos ideológicos de la Pasionaria y Largo Caballero llevaran su ateísmo militante por bandera, ni al extremo de amortizarle en plan Mendizábal las Sandalias del Pescador, que tampoco es eso… A un amigo como Bergoglio no se le hacen tales fueras de tono. Pero sí que, con toda educación y cortesía, se le hubiera podido insinuar la (ya va siendo hora) separación real entre Iglesia y Estado anulando un Concordato que nos tiene vergonzosamente atados a una Conferencia Episcopal que actúa como Torquemada impunemente contra nuestros gobiernos democráticos. Tanto anticlericalismo de boquilla; y tanta clericalla de bolilla; y tanta enseñanza religiosa de privatilla; y tanta obispalía que se inmiscuyen impunemente en cuestiones de Estado, para luego salir haciendo genuflexiones hasta írseles todo punto…

Ahora resulta que el Papa, éste papa al menos, como en la película de Scorsesse, es “Uno de los Nuestros”. Acohonante. Está meridianamente claro, o así me lo parece a mí, que el machismo y la homofobia institucional de la Iglesia; la cavernaria oposición al más mínimo acercamiento al tema del aborto; su insensible postura con los de la Lgtby; el inmovilismo en lo de los anticonceptivos, y/o la libertad sexual (no digamos de conciencia); la rigidez mortal e inmoral ante la investigación genética que salva vidas; el expolio de las inmatriculaciones; la criminal hipocresía con respecto a los abusos de críos y crías por parte del clero…

…Todo eso, de golpe y porrazo, desaparece de una soplada ante los rendidos ojos de estos “rojos”. De esta izquierda española nuestra. Pelillos a la mar… A revestirse de rigurosa mantilla ellas, y de torero con refajo ellos, si preciso fuere, y olvidemos los tarareados principios irrenunciables que han de guiar a nuestro muy progresista gobierno. Que viva la Semana Santa, todo el santerío patronal y patronímico, y todo lo proceloso y porcelanoso de las romerías y andadurías santas y las indulgencias a manta. Ellos ya “son de los nuestros”.

Entiendo que es difícil resistirse al incienso, la púrpura, el boato y el boniato de la curia romana (recuerdo – perdónenme – aquella fórmula que usaban contra Satanás: “¿renuncias a sus pompas y a sus obras?”) y todo aquello… La escenografía católica cautiva a la vez que atemoriza, para eso está concebida, y aún y a pesar de este franciscano Francisco, concedámoselo, que ha lijado mucho de sus parafernalias agotadoras y acogotadoras. Pero no comprendo la indignidad de una renuncia que forma parte intrínseca de una ideología… Salvo, claro, que eso de las ideologías, ya se haya quedado en un hábil y viejo cuento de Calleja para trastear conciencias modelo Coronel Tapioca. Esas que ya solo se usan para sentar culos, y culas, en el poder.

¿Dónde está pues la diferencia entre una derechona (que es la nuestra) más católica que el San Pablo que la fundó, y nuestros correveydiles más izquierdosos y famosos?.. Sí, vale, bueno, claro, de acuerdo, ya lo sé… están en otras cosas: no hay que olvidar la diplomacia; somos una izquierda civilizada (yo diría domada), no terrorista; la mayoría del país y más de la mitad del paisaje y del paisanaje aún mea agua bendita… Pero no es eso lo que estoy tratando aquí. Mis respetos a todo ellos. Lo único que expongo, si ustedes me lo permiten, claro, es que se puede ser educado a la vez que tener principios. Y pedirles, sin fiereza pero con firmeza, por ejemplo, que nos devuelvan la Mezquita de Córdoba… Salvo, naturalmente, que esos principios en realidad sean unos finales.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

YA HA VISTO LA LUZ

(de Mibestseller)

 

Bien… pues ya está aquí mi último y nuevo libro. Ha sido bautizado en la pila de los neófitos como UNIVERSARIO, luce un tamaño apreciable de 16x24, se presenta encuadernado en tapa dura, y tiene 274 páginas… Edit. Mibestseller se ha portado, la verdad…

Su contenido es la fusión de mi viejo Cosmogénesis, corregido y aumentado, con una recopilación de articulario seleccionado, afín a la temática del mismo. Para acceder a su información bibliográfica, y a su adquisición, si es que me quieren honrar con tal honor, tan solo pulse este link de contacto:

https://publish.mibestseller.es/books/321531

Muchas gracias - Molto obligatto - Thank you - Merci beaucoup – Danke – Arigato – Spasiva…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

OVNIS

(de Cope)

 

No hace tanto tiempo, cuando los americanos derribaron un globo chino espía… o eso dijeron, pero a saber cuánto de globo había, cuánto de chino y cuánto de espía, pues liaron una confusión de padre y muy señor mío, salió a colación otra cuestión más vieja que el boniato: la de los Ovnis. Y reverdeció una vieja pasión que me llevó años de estudio, contactos, pertenencias y preferencias, y lecturas, ya abandonadas… Luego, después, a lo largo del tiempo, me he ido encontrando esporádicamente con el tema, y archivándolo en mi subconsciente más consciente. Incluso el único y último hilo que me liga a ellos es J.J. Benítez y sus Caballos de Troya de tramoya.

Lo malo que tienen estas cosas, es que los atracones terminan por intoxicar; y lo bueno que tiene, es que las digestiones acaban por iluminar. No se trata de defender ni condenar ninguna posibilidad, si no de abrir puertas y ventanas que mantengan permanentemente oreado el pensamiento… Y otra cosa más: a ser posible, con una total calma de espíritu. En definitiva, posar, reposar y repasar los conocimientos, pasarlos por el tamiz del tiempo, y alejarse lo bastante como para tomar perspectiva sin perderlos de vista. Al final prevalece una visión holística del mundo, en que, piezas incluso de aparente distinta clase y naturaleza, van encajando y acoplándose en el puzzle universal… ¿Mis herramientas?, solo dos: paciencia y observación.

En este caso ha ocurrido – y sigue ocurriendo – que todos los gobiernos del planeta, han negado, y aún niegan, la verdad de su existencia. Es más, se hacen verdaderos esfuerzos en plantar y esparcir cortinas de humo, y montar estrategias que desmientan su posible realidad… Y, sin embargo, por otro lado, contrariamente, invierten ingentes medios en organizaciones de búsqueda, seguimiento, estudio, rastreamiento (y posible ocultación) de los ovnis. Miren, por ejemplo, el proyecto Setti. Un verdadero contrasentido. Todos los países líderes, en mayor o menor grado, tienen tapados equipos de militares, científicos, lingüistas y toda clase de expertos, trabajando en protocolos ante un potencial contacto con vida extraterrestre… ¿qué ocurriría si descubriéramos que, en verdad, no estamos solos porque tampoco somos los únicos?..

Desde la Guerra de los Mundos a la de las Galaxias, pasando por Mars Attack, la literatura y el cine han dirigido nuestra atención, en la inmensa mayoría de las veces, al extraterrestre hostil, depredador y feroz, invasor, que nos ataca sin piedad… y para hacerse con unos recursos vitales, ¡ja!, que nosotros ya hemos arruinado. No sé si influido, o no, por determinados intereses, o quizá, incluso, guiado por ellos, el imaginario colectivo de la humanidad se ha dirigido hacia el extraterrestre=enemigo. Hay que estar preparados para un posible ataque. Esa, y no otra es la realidad que nos hemos construido, matizada, a posteriori, eso sí, por algún desvalido y amable extraterrestre tipo Half o Et, e incluso metiéndonos nosotros directamente (liderados por Amerikan-Hollywood) en los fregados… siempre bélicos, nunca pacíficos, por supuesto.

Vamos, si les parece, a sosegarnos, echarnos una siesta a espuerta, y luego ponernos a pensar con cierta lógica y una pizca de sentido común: en el caso de que los marcianos sean como nos los hemos cantado, contado e imaginado: bordes hasta la médula, invasivos y desalmados, y encima feos y repugnantes, claro está, porque quieren robarnos el medio, etc., etc… ¿a qué carajo esperan?.. Más a huevo que en la actualidad no lo van a tener nunca: un mundo en guerra, los unos enfrentados a los otros, en perfecta competición entre todos nosotros mismos y entre nuestros bloques… Y si fuera al contrario, que son unos meros vigilantes evolutivos, estudiosos y observadores de nuestra estupidez humana, ¿con cuáles de los líderes mundiales contactarían, tal y como está el patio?.. ¿quiénes los buenos y quiénes los malos?, ¿qué país merece el privilegio y cual no?..

Difícil, ¿verdad?.. Cualquier terrícola de medio pelo entre los miles de millones de la gleba, es más digno que sus gobernantes. Y no me extrañaría que entablaran cháchara con los del sótano y no con los de la torre; antes con los esclavos que con los amos… En los primeros puede haber ignorancia, pero en los segundos lo que hay es ambición, e incluso maldad. Tan solo échenle los que me siguen leyendo un vistazo al estado actual de los casos y de las cosas, tomen altura y aire, y véanlo desde la distancia de esos hipotéticos “ellos”.

Además, hay otra posibilidad que solemos olvidar (o que también ha interesado olvidar), y es que no sean extra-terrestres, si no extra-dimensionales… hasta puede haberlos intra-terrestres. Es que no es lo mismo, ni mucho menos. Acuérdense de Paul Elouard: “hay otros mundos, pero están en éste”… Resulta extremadamente curioso que, en pleno siglo XXI, en la era de la Física Quántica, sigamos pensando y razonando en términos de materia y no de energía. Y estoy hablando también de energía inteligente, naturalmente.

A pocos se les ha ocurrido pensar en módulo “evolución”. En que todo y todos estamos metidos en un plan general evolutivo que no admite excepciones, y no deseo orientar a nadie en ningún sentido concreto ni inconcreto, ni en el aspecto religioso, ni en ningún otro patriótico ni dogmático, que viene a ser lo mismo… Que cada cual le ponga “su” etiqueta, que para eso ha sido etiquetado él mismo antes…

Pero existe una regla: “La evolución se ayuda a sí misma”; los cosmos, los universos, las galaxias, los mundos, y las entidades avanzadas echan una mano a las atrasadas… Así fue antes, así es hoy, y así seguirá siendo hasta el final. Otra cosa distinta, si bien que relacionada, es que la voluntad (o mala voluntad) coincida o no con la receptividad, pues igual otra ley universal dicta un respeto absoluto por la libertad, la actitud y la aptitud, del género humano: su Libre Albedrío… Espero y confío que los que me entiendan y comprendan – que tampoco es lo mismo – tomen buena nota… y que también la saquen a la hora de su ebau, o lo que sea que fuere eso.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

DE AUTÉNTICA PENA

(de El País)

 

Lo del ya pasado insulto a Vinicius trajo su cola, como cola tiene el mono que le dijeron ser, cuando nosotros todos también somos primates mamíferos placentarios, o simios. Pura ignorancia. No saben que ellos están más cerca del monogorila que el resto.

Lo de Díaz Ayuso fue mucho peor: comparó esos insultos racistas como cuando insultan al rey, también en los estadios… No sé qué puñeta tiene que ver el racismo con el separatismo, pero la incultura con la herradura sí que lo tiene: la burricie.

Lo que demuestra que la sensibilidad de ambas especies de seres humanos andan cerca la una de la otra. Los asnos gritones bien pueden ser políticos asturcones.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

ETERNIDAD

(de Universal.org)

 

En uno de mis artículos pasados (creo recordar que fue el segundo sobre El Dolor), el cual lo achacaba a la posible causa de un cierto propósito concreto y definido – no sé si lo recordarán – algunos bastantes saltaron como resortes de muelle ante lo que aventuré sobre el “quizá” de que en alguna otra… digamos experiencia, si no quiere usted poner existencia, creo que ya me entiende, el núcleo central de lo que suponemos como “nosotros mismos”, haya trazado el mapa de teorías y prácticas, o pruebas y lecciones, que hemos de superar para poder trascender, e igualmente a los que les rechine esto también puede poner evolucionar. Cómo y lo que ustedes prefieran, si se quedan con la película.

De esos acudientes, unos me preguntaban que porqué leches me metía en esos bancales, por otro lado difíciles de transitar y trasegar; otros me atusaban con espada flamígera, aludiendo, no ya a escrituras arcáicas, si no a dogmas católicos (por supuesto que no cristianos, pues en el cristianismo no existen dogmas); y algunos, pocos, que, aún cautelosos, me pedían que ampliara la información sobre sus dudas, que así mismo me exponían… La verdad es que, estos últimos, al menos, por contados que sean, merecen la molestia que yo pueda tomarme al respecto, o aún a despecho, a los que también respeto mucho, de esos otros que, aún y así, lo mismo y por igual me ayudan en mi esfuerzo.

Ellos son, al fin y al cabo, como esos “nahualts” a los que aluden los chamanes mejicanos (léanse libros de Carlos Castaneda): los que nos pinchan e incomodan, los rivales y contrarios, los enemigos, los que niegan y/o se mofan de nosotros, nuestros antitéticos, que, a lo largo de nuestra vida, todos tenemos… Y sobre los que nos enseña a no tratarlos como tales enemigos, más bien al contrario, como aliados amigos, como colaboradores involuntarios pero necesarios, como ignaros ayudantes que ejercen su papel de abogados del diablo en tu evolución moral, a fin de probarnos, impulsarnos y superarnos por y a nosotros mismos… Por lo tanto, y desde ese ánimo, vaya mi agradecimiento a todos: a los pocos que se alinean conmigo, y, muy especialmente, a los muchos que se sitúan en frente, que no en contra, pues ahí reside la ignorancia.

Se me viene a la cabeza Rousseau, en aquella cita suya sobre el ser humano: “A diferencia de los animales, el hombre está inacabado, tiene abierta todavía la tarea de perfeccionarse”… Sí, ya sé que este gran filósofo francés, reconocido en el mundo entero, estuvo anatemizado, combatido y satanizado por la Iglesia – su gran nahualt, por cierto – al menos hasta bien entrado el siglo XX, y que en nuestras universidades (en las católicas aún sigue, claro) estuvo prohibido y contaminado, a pesar de ser un genio intelectual mundial, y de ser comentado y estudiado en todos los centros superiores de enseñanza libres y liberales del orbe. Si lo cito, es precisamente por ser el gran estudioso del alma humana. Todo un gran, enorme, maestro, del que han bebido generaciones.

Bien, vale, si este sabio asegura entre sus asertos, valga la redundancia, que el ser humano, aún con ser la obra culmen de la creación, es una obra inacabada, se debe, precisamente, a su manifiesta imperfección… Mientras los animales han llegado a cumplir su etapa establecida dentro del esquema (yo tengo aún ciertas dudas), el hombre todavía está en la fase evolutiva de su desarrollo. Y me refiero, naturalmente, a su desarrollo moral, intelectual y ético. El ser hombre, como ser humano, está incompleto, y aún necesita etapas para perfeccionarse.

Por supuesto, si seguimos el hilo de pensamiento racional y lógico, no resulta muy difícil ver que lo que entendemos por vida humana, resulta corta, cortísima, para alcanzar esa perfección (en este punto cada cual meta a Dios o a la trascendencia que quiera meter), y aquí también es donde se incluye el concepto de eternidad, como algo indefinido por infinito. Vean que esa “eternidad” nace de “éter”, como curiosidad… Por lo tanto y a lo tonto, las existencias se van desarrollando, siguiéndose y sucediéndose según el plan previsto, aún y a pesar, o quizá precisamente por eso mismo, del Libre Albedrío que tiene el propio ser humano concedido, pues en alguna parte encaja la libertad, que es con lo que se aprende la responsabilidad, de ese mismo hombre humano.

Bueno… llegados a esta línea de reflexión, ese alma humana, o ese quántum de energía pensante, o lo que seamos, precisa una serie indefinida de existencias experimentales para llegar a su objetivo cumbre de estar realmente (y no figuradamente) hecho a la imagen de su Creador. De momento, estamos más en fase de “crianza” que de “creanza” (no es igual criar que crear). Las pruebas a superar y el camino a trazar, ¿corresponde a ese Dios, o a esos dioses que nos manufacturaron, indicárnoslo y trazárnoslo, o al propio ser humano organizárselo él mismo?.. Ahí queda la cosa. Mi opinión personal es que somos nosotros los que, cada cual en su desarrollo conciencial y consciencial, se pone sus propios límites… o se los salta si así le place. Para eso disponen de su libre albedrío.

¿Y eso, por qué?.. Pues porque Dios, o lo que ustedes quieran, no necesita perfeccionarse a sí mismo, si no ese ser humano a medio acabar, que decía Rousseau. Si ese Dios impusiera su “ordeno y mando”, ¿dónde quedaría nuestra libertad, nuestra responsabilidad, y nuestra “librenseñanza”?.. No tiene ningún sentido, ni lógico ni práctico. Donde Dios pone el camino, nosotros ponemos nuestros pasos.

En fin… hasta aquí puedo llegar para tratar de explicar a esos pocos que luchan para mantener abierta la ventana de su mente y ejercer su librepensamiento. Este es mi límite de espacio. Al menos, de momento. Ya saben esos avisados el viejo y sabio axioma de que “es el alumno el que dice cuando está preparado, no el maestro”… Y donde estamos, amigos míos, todos somos maestros de todos, y todos somos alumnos de todos. En el aceptarlo como principio está el éxito de la misión.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

A VECES LLEGAN CARTAS...

(de Efficy)

 

con sabor a…" como decía aquella canción, de cuando se enviaban por Correos, dentro de un sobre. Hoy llegan por Redes, sin sobre, y con nombre inglés: e.mail, whatshap, sms, etc…

Pero que en un noventa y pico por ciento me lleguen de mujeres, la verdad… No sé si a los temas que toco son más sensibles las féminas, o es que el general de mis seguidores son seguidoras, o es que son de naturaleza más escribidora que mis congéneres.

O puede que, por lo que sea, conecte mejor con el principio femenino de la Diosa, como dice mi querida amiga María Jara… El caso es que tengo que quererlas, jolines…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

ESTO ES LO QUE PASA

(de Omega Institut)

 

Durante cierto tiempo ha, que me vienen diciendo, de forma y manera más o menos recurrente, que cómo es posible que yo sepa todo eso que escribo en mis artículos; o que cómo puedo tener tanta imaginación para soltar cuanto suelto; o que de dónde saco todo eso que publico en mis libros, y estos escrituriales que vierto por estos andurriales… Aquí, si se fijan, según lo que muchos me preguntan, también también ustedes mismos se encargan de establecer un par de puntos primordiales: ¿Cómo puedo saber?, y ¿de qué saco lo saco?. Porque lo de la cosa de la imaginación está para los novelistas que inventan tramas y todo eso. En modo alguno es mi caso, como bien saben. Mi fantasía resulta penosa, ya se lo adelanto yo.

Lo primero que hemos de tener claro es que, imaginación aparte, de la que estoy en números rojos, en los temas que me muevo nadie inventa nada, sino que descubrimos todo. Lo destapamos. Descubrimientos de principios pre-existentes y olvidados, que, eso sí, actualizamos a los tiempos presentes, para que nos sean de utilidad tales re-conocimientos. Conocimientos que son eternos, por cierto… Pero ese es el ciclo natural y universal de las cosas. Esta es la primera premisa de la que tenemos que partir para entender todo esto.

En mi caso personal, mi mérito está al alcance de cualquier ser humano. Nada de extraño hay en ello. Lo que se achaca a mi imaginación es como una especie de “echar balones fuera” que suelen utilizar mis compadres que me leen: “es que tiene mucha imaginación” se dice, como se puede decir “está como una cabra”, que también se dice, y todo explicado y solucionado… Ya les he confesado que yo de esa imaginación tengo el pozo seco. Así que, en mi caso de la cosa, tan solo existe una fuente confesable y constatable: Un servidor nada más les traslada, les traduce, se los acerca y les vulgariza todo aquello que ha leído, ha estudiado, ha aprendido y ha contrastado de cientos, sí, digo cientos, de libros, antiguos y modernos, ensayos, historia, autores clásicos, religiones, disciplinas científicas, y todo lo antiguo que cae bajo mis ojos operados de cataratas… Como verán, ningún invento del otro mundo.

Esto es todo el secreto…Eso sí, claro, condensan décadas y décadas de rastreo, inmersiones y búsqueda (sobre todo búsquedas) en todos aquellos temas que me interesan. Pero solo soy una especie de correa de transmisión conectada a aquellos que me siguen regularmente, y a los que pueda interesar el mismo conocimiento del que este abrazafaros dispone y les va transmitiendo convirtiendo lo indigesto en digerible papilla… No sé si habré sabido explicárselo a vuesas mercedes con la suficiente claridad, aunque verán que suelo utilizar para lograrlo un mecanismo tan elaborado como el asa de un botijo. Expliquémoslo de la siguiente manera: yo le saco el pringue una cosa mala a la máxima crística aquella del “buscad y encontrareis”, y lo que encuentro lo comparto con ustedes-vosotros, como dicen los gaditanos… Si les gusta, encantado, y si no, pues descartado.

Otra cosa muy distinta a mi caso son aquellas extrañas personas, poquísimas en realidad, donde sí que existe esa conocida por llamada “ciencia infusa”, esto es: conocimiento infundido, que quiere decir literalmente, o sea, depósitos vivientes, receptores naturales de esa sabiduría, que conectan, consciente o inconscientemente, con esas fuentes de superior conocimiento (me arriesgo a ser quemado en la hoguera por esto), pero no es nada raro, en absoluto. Son esos denominados “Archivos Akáshikos” de la cultura antigua oriental, y esas “grabaciones etéreas” – del éter - de la ciencia moderna (física quántica)… “Nada nuevo bajo el sol” que recoge el Eclesiastés Cap.1 Vers. 9, y que se atribuye al sabio rey Salomón; o el “en verdad te digo, Horacio, que hay más cosas en cielo y en la tierra…”, del iniciado Shakespeare; o el más conocido “Hay otros mundos, pero están en éste”, de Paul Elouard.

Lo que pasa es que la Iglesia, como institución chupaconciencias, se ha cuidado de justificarlo en casos como San Agustín, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y otros, todos ya fallecidos y bajo su control, pero, a la vez, se cuida muy mucho de perseguir, acosar, secuestrar y acallar a todos aquellos vivos que no se dejan manipular (un caso famoso es el de Stephen Hawking y el intento de hacerlo callar). Es tan sencillo de entender como eso… Y es que esa información, ese conocimiento, esa sabiduría,,. o como ustedes quieran etiquetarlo, pone en evidencia todo lo que hasta ahora hemos aceptado, primero por la fuerza, y luego por comodidad, porque es más cómodo seguir mansamente los ritos, las “tradiciones” y los dogmas, que buscar su verdad o su mentira.

En la actualidad hay varios casos, más o menos cercanos, de… digamos “canalización” como concepto primordial, pues nacieron dotados de esa capacidad de contacto dimensional, y que, dadas las circunstancias, les supone más una maldición que una bendición, por las inmensas dificultades que han de afrontar para expandir esa verdad… El caso del actual N.D. Walsh, norteamericano, resulta paradigmático. A lo largo de la historia moderna ha habido muchos sensitivos/as de diferentes especialidades y/o categorías: Edgar Cayce es el más conocido y representativo, pero también están John Edward, Daniel Dungle, Nina Kulagina, Peter Hurkos, William Crookes, Meríe Lenor, Wolff Messing, y otros tan formados y espectaculares como Emmanuel Swedenborg.

Como los hay también próximos en tiempo y lugar. Escriben libros espléndidos y esplendorosos; son faros vivientes y guías sufrientes; despertadores de la humanidad, y que son víctimas de su propio don… Ellos/ellas son los importantes, los que tienen acceso directo, los que no se doblegan a los chantajes y presiones del brazo secular de la iglesia; los que dicen lo que tienen que decir; los testigos a los que se quieren silenciados…

Pero yo, no. Yo soy un copypega cuyo mérito ni siquiera es mío: “tú sientes el impulso de buscar lo que hay que buscar y sabes cómo y dónde buscarlo, y tu misión es encontrarlo y divulgarlo”, me dice una de estas criaturas excepcionales. En pocas palabras, soy un Rastreator, un olfateador de pistas, un “policecan”, ya saben… Y esto es lo que transmito en mis escritos y de lo que se asombran mis lectores… Dicho queda.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

BORREGOS

(de El Mundo)

 

Hasta qué punto se nos manipula y la gente somos parte del problema de los bulos y las face-news (yo lo llamo embrutecimiento de masas) lo ilustra perfectamente el siguiente ejemplo:

La cadena norteamericana Fox News, de Ruppert Murdoch, que envenenó a sabiendas la opinión pública en una campaña falsa, cuando perdió Trump, de que las máquinas electorales estaban trucadas, ha pagado 787´5 millones de dólares para que se suspenda el juicio que la declararía culpable.

Este hecho demuestra que les sale rentable pagar una fortuna por anular un juicio que demostraría que ve y trata a su audiencia como tontos útiles y ganado del que engordar… Bien, pues eso mismo es lo que somos todos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

AMOR Y DESEO

(de PidMix)

 

Hoy voy a romper moldes, con el permiso de ustedes, y lo hago sometiendo a su intelecto a una pregunta, quizá capciosa, o puede que no: ¿el amor se sostiene en el deseo, o, por el contrario, el deseo se sustenta en el amor?.. Creo que con esta cuestión ya pueden empezar a hilar lana en la rueca, ya que da para mucho. Lo que no cabe duda – o yo así lo creo – es que la manida frase “hacer el amor” es falsa como ella sola, por una simple y sencilla razón: el amor nace (de hecho es la fuerza de la que se hizo el mundo) pero no se hace… Y, desde luego, no es la misma.

En el medievo, el amor se cantaba en romance, y no había romanza ni alabanza alguna que no idealizara al amor, aunque solo fuese deseo de trincar moza de buen ver… salvo excepciones, como por ejemplo ésta en la que el juglar anunciaba: “damas y caballeros, he aquí la historia de Tristán y la bella Iseo, una historia de amor y muerte”, y deshilvanaba su triste pero curiosa madeja. Es la leyenda sobre una pareja de enamorados de gran riesgo, pues Tristán, sobrino del rey Marco, se prenda de la prometida de su tío, Iseo, los cuales, inocentemente, confiesan su amor al monarca, el cual, como es normal en toda tragedia que se precie, a ella le impone el severo castigo de encierro en la torre, ya saben, y a él lo condena a muerte. Sin embargo, como es sabido que la suerte favorece a los amantes, consiguen fugarse de calabozo y torre y huir juntos a un lugar desconocido y lejano.

Por fin pueden dormir juntos, pero… aquí viene la sorpresa, acostándose espalda con espalda. Es más: Tristán clava su acero entre los dos (entonces se decía “entrambos”, para que lo sepan), y así vivieron tres años tan contentos y felices, comprobando que la abstinencia conservaba y alimentaba el amor que se tenían, y que el cumplimiento del deseo podría, porque sí solía, matar poco a poco… Mas añoraban la corte y sus abalorios, así que volvieron, se presentaron ante el rey Marco, le suplicaron perdón, y se sometieron a la voluntad del monarca. Como éste comprobó que no hubo coyunda alguna en tal “intermezzo”, e Iseo aún andaba apetecible, tras perdonarlos, acabó matrimoniando con la rubia (no sé por qué todas estas lindas damiselas son rubias). Pero hete aquí que ambos dos, Tristán e Iseo, a escondidas, volvían a acostarse juntos, espada entre espaldas, pues seguían enamorados como pasmados… Eso sí, tan audaces como contradictorios, y fieles a su costumbre, ya saben: dorso con dorso y daga en medio, su amor no era un anhelo que ansiaban conseguir, si no conservar, y estaban dispuestos a morir por proteger tal sentimiento…

Lo que plantea esta historia amorosa contiene todos los ingredientes de la gran incógnita que yo planteo en mi primer párrafo: ¿el amor supone deseo, o el deseo supone amor?, ¿va unido indeleblemente lo uno a lo otro, o son cosas distintas, distantes y diferentes, aunque parezcan ser parentela?.. Unos opinan que sin deseo no hay amor, y otros dicen que, acabado el deseo, queda el amor… o no. Ustedes mismos.

Lo que es verdad, y con esto no quiero indicarles nada ni tomar partido tampoco por nada, pues mi única apetencia y querencia es ilustrarles… lo cierto, digo, es que la antigua cultura romana aseguraba – ojo al dato - que “el matrimonio atiende al patrimonio”, y no a la atracción ni otras leches, con perdón. Que el amor, una de dos: o venía después, o no venía, o había que buscarlo fuera. Tan convencidos estaban de ese principio, que prohibían a sus esclavos casarse entre ellos, al fin de evitar lo que sus amos tenían como muy claro: que la unión matrimonial era tan solo que unión patrimonial. Marcial dejó escrito que “la esfera del placer no corresponde al hogar necesariamente”.

Luego, naturalmente, está la otra cara de toda moneda… Por ejemplo, la película de Jeff Nicholas, “Loving”, narra la historia real de una pareja real, él blanco y ella negra, que, en los años sesenta, ayer mismo, tuvieron que enfrentar la pena de prisión por casarse. Su determinación permitió abolir las leyes segregacionistas que entonces imperaban en norteamérica, y que prohibían taxativamente los matrimonios interraciales. Incluso hubo doctos integristas que entonces dijeron bajo cátedra que entre un blanco y una negra era imposible que se diera el amor… Está claro que, en este caso, como en otros, existía más amor que deseo, para enfrentarse a toda una sociedad, una nación, tremendamente racista y sexista, como la de los EE.UU. de entonces.

El mismo autor romano antes citado, Marcial, en una de sus obras sobre los amores entre una pareja esclava, hace decir a Sulpicia, la protagonista, una frase digna de entresacar, y que viene como muy a cuento para este intrincado artículo de hoy: “amores verdaderos solo son los que no pueden ser”… Ahora recogen ustedes todo esto que vierto y les advierto, lo meditan un poquico dejando, eso sí, a un lado las ideas preconcebidas, y se montan una terapia con quiénes quieran, a ver que peaje pagan por este potaje…

Doy por supuesto, claro está, que cada cual opinará según su propia experiencia, sea ésta adquirida, transmitida o heredada. Eso es lo normal. Pero lo que pretendo es que piensen que lo que yo haya vivido al respecto, o usted mismo, o aquella persona sentada en aquel banco, no tiene porque ser igual en todo el mundo y en todo ser humano que se precie… Habrá de todo, como en botica, y es posible que todo sea amor, como puede que todo sea desamor. O que una cosa lleve a la otra. O no lleve a ninguna parte, como el viaje aquél, en que lo importante era el viaje y no a dónde puñeta llevaba.

Pero quizá sea un buen punto de partida para aquellas parejas que se emparejan por un par de buenos revolcones, creyendo que han descubierto la flor del amor, que se parece a la de la canela… O para aquellas otras que se separan en pleno rodaje porque creen que se han equivocado… Amor y deseo son dos hermanastros que se criaron juntos, pero que cada cual tiene su propia genética, aunque participen de las mismas costumbres. Como decía mi difunto padre: “cá uno es cá uno”. Así que…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

(de BBC)

 

Lo siento, pero, de momento, me declaro en contra de la famosa IA, la plena y ajena Inteligencia Artificial… Prefiero la normal IN, la Inteligencia Natural. Es menos espectacular, pero es más fiable. Podernos equivocarnos, pero es así como aprendemos.

La IA no deja de ser lo que su propio nombre indica: un artificio. Pero un artificio que, aunque venga de arte y oficio, tiene mucho más y mal de lo segundo que de lo primero.

El errar es de humanos, pero conlleva la corrección. El error de un mecanismo conlleva la perpetuación de ese error. Y eso puede tener fatales consecuencias. Yo prefiero equivocarme a que me equivoquen. Prefiero aprender a que me aprendan.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com