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HUMANOS A MEDIO SER

Todos los que asaltaron el Capitolio americano, que atacaron a los medios de comunicación, que vociferaban amenazas y prometían hacer correr la sangre, que querían someter la democracia a su violencia, no son seres humanos, si no humanos a medio ser… Toda la gente que grita que a los desgraciados de las pateras hay que mandarles fragatas que los hundan en el mar, que a los inmigrantes hay que hacerlos desaparecer tras muros de hormigon y cuchillas, o que hay que dejarlos morir en los campos de refugiados, no son seres humanos, son humanos a medio ser. Los que ponen el patriotismo por encima de los derechos humanos, no son seres humanos completos, si no humanos a medio hacer… Aquellos que actúan, irresponsables, con pleno conocimiento de causa, contra la vida de los demás, al ser causa directa de esas muertes por su insolidario comportamiento, no son seres humanos, si no humanos a medio ser…

Por mucho que nos desgarremos nuestros hipócritas velos, habremos de reconocer que vivimos un tiempo en el mundo donde abundan los humanos a medio ser, por incomprensible que esto pueda parecernos. Porque hay que estar muy ciegos para no ver tan sangrantes cosas y tan vergonzantes casos… No es una visión pesimista ni optimista de nada, si no una confirmación realista de la sociedad que formamos. Solo se constata lo que vemos y experimentamos. Después de la II Guerra Mundial, la humanidad pareció haber asumido el horror aprendido del error. La gente se esforzó y orientó en el respeto por los derechos humanos. Es nuestra historia más reciente, no es una película inventada. Y casi que se consiguió. Pero no parece ser lo que hay ahora.

El mundo y su humanidad no es un hecho estático. Ni siquiera estable. Nunca lo ha sido… Siempre, siempre, ha estado cambiando, a mejor o a peor, para bien o para mal, evolucionando o involucionando. Naturalmente, si lo miramos desde una perspectiva cósmica, habremos de reconocer que, desde que la humanidad saltó del mar a la tierra, o incluso de sus primeros pasos en seco acá, en general hemos practicado una evolución… Y si examinamos más de cerca el experimento, vemos que las civilizaciones que evolucionan se suceden en base a retrocesos y fracasos. Nos movemos en espiral, avanzando y atrasando sobre un mismo eje: el ser humano.

Mis teorías sobre el flujo de la vida en la constitución del universo o en este planeta no las voy a exponer aquí, no se preocupen. Ni es el momento, ni el lugar para ello (echen un vistazo a mi libro Cosmogénesis). Es algo que resultaría incomprensible a la inmensa mayoría. Así que tranqui, tíos… Pero es una señal que a generaciones moralmente formadas, ya saben, con escala de valores y todo eso, suceden otras con un atraso más que obvio en tales principios. Obsérvenlo los que tengan capacidad de verlo. Ya no se trata de los sistemas educativos, pues eso es tan solo que una pequeñísima parte de ese todo, es una consecuencia a hechos concretos. No. Se trata de una especie de propósito que establece eras donde la ignorancia supera el conocimiento.

Me consta que esto puede sonar a atrevimiento, cuando no a locura. Puede ser, no me voy a excusar a estas alturas. Pero, al menos, eso explicaría por qué, en estos tiempos que nos toca vivir a los que tenemos más años de los considerados prudentes, nos parece eso mismo: que existen una cantidad ingente de seres humanos que son humanos a medio ser… Y que están evolucionando a nuestra costa, en nuestra sociedad y a cuenta de nuestra naturaleza y nuestro mundo…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

LA COBARDÍA DEL BIEN

Lo del asalto de los bárbaros al Capitolio norteaméricano me recordó lo de la Banalidad del Mal, de Hannah Arendt,.. Un numeroso grupo de nazis violentos, amenazando con un baño de sangre si no se hace lo que ellos quieren, secuestrando la libertad de la mayoría e imponiéndose por la fuerza...

Pero, por numerosos que fueran, eran minúsculos ante la inmensa mayoría que no hizo nada al respecto, y que se quedó paralizada por el miedo y quieta en su cobardía... Deberían haberse movilizado en masa, rodear a los ultra-fascistas, acojonarlos, y no haberlos dejado irse a sus cubiles hasta no haber sido identificados por su delito...

Si los demócratas no defienden la democracia, ¿quiénes lo harán?.. ¿acaso sus secuestradores?..

NO SE ENTIENDE...

Me entero por la prensa que en Vistabella – Murcia city – el párroco de su iglesia Ntra. Sra. De Fátima las está pasando canutas, el pobre… Resulta que, a estas alturas, a sus feligreses les estorban las campanas. No sabemos si es que el barrio ha mudado su modelo social o de feligresía, pero ha cambiado de gustar el tañido del campanil a molestar hasta la llamada del Ángelus (si es que aún se lleva), o la llamada a Misa, o el dar las horas, el normal convivir de una comunidad… ¿cristiana?.. ¿o acaso católica?.. ¿puede que ninguna de ambas..?

Y eso que el buen mosén, incluso en las recientes navidades ha intentado dar a sus toques aires de villancicos, según dice, pesaroso, ante la lluvia de quejas y hasta denuncias repetidas por parte de la vecindad, sin caridad pero con mediocridad… Vamos a ver, si se las hubiera aliñado a ritmo de “rap”, o de “pop”, o de cualquier otra maravilla, pues quizá que hubiera sido mejor aceptado, pero, claro… tampoco se le pueden pedir virguerías al asno, mire usted…

Aunque, si no buen gusto, que eso ya se yo que no, al menos cierto nivel de coherencia sí que sí… Porque resulta fuera de toda lógica que esos vecinos a los que les molestan las campanas, conformen luego una sociedad apegada a costumbres, ritos y tradiciones eclesiales a más no poder: que si bautismos, que si comuniones, que si confirmaciones, que si bodas y bodorrios, que si festividades, patronales o del folklore religioso… que ponen de manifiesto nuestra hipocresía al respecto. Por un lado, nos agrupamos en barrios y sociedades alrededor de un campanario (estoy seguro que no ha muchas décadas la comisión de vecinos echaba las muelas por tener una parroquial en su barriada), y luego resulta que las campanadas de su torre no les deja oír su programa-basura favorito de la tele, y montamos un movimiento vecinal en su contra… Queremos parroquias sin campanas.

…No, no lo puedo entender. Yo debo ser un bicho rarísimo, miren ustedes. Resulta que un servidor, que tiro para gnóstico, ni soy usuario abonado a servicios pastorales, no solo no me molestan el sonido de las campanas de cualquier espadaña cercana o lejana, si no que hasta me gustan… Las encuentro agradables, las reconozco como un sonido próximo, familiar, cercano y hermano, y casi, casi, que genético… Las conozco y reconozco como parte de mi cultura, incluso como parte de mí mismo.

Y ya, ya lo sé, cuestión de opiniones, de preferencias, de sensibilidad, se me dirá, que para gustos, los colores, coñe… Pero es que tampoco consigo explicármelo ni tratando de razonarlo, perdónenme. Miren, que vengan colonias de extranjeros bárbaros (y hasta luteranos y anglosajones son campanóides) a aposentarse en nuestros pueblos y barrios, y que digan que les molesta el tan-tan en sus virginales orejas, puedo casi entenderlos, y aún a medias; pero que la gente que hemos sido nacidos, criados y educados entre sonidos de campanas, que van en nuestra sangre y en nuestra cultura, nos pongamos ahora a decir que hieren nuestro solaz y descanso… miren, no nos montemos gilipolleces, anden, por favor…

Además, es la misma ignorancia e incongruencia como los que se compran la casa junto a una vía, una carretera, un aeropuerto, y luego, pasado un tiempo, se juntan cuatro y exigen que le quiten el paso de los trenes, o de los coches, o de los aviones. Exactamente igual… Somos capaces de amargarle las noches que hagan falta a nuestros vecinos montándonos nuestras personales fiestas, si hace falta, pero incapaces de aguantar un sonido que lleva inserto en nuestra sociedad durante miles de años. Ni respetamos a los que soportan nuestros propios ruidos, ni respetamos lo que está establecido allí siglos antes que nosotros…

Éstos, y no otros, son/somos, los que les tocamos los pelendengues al cura de Vistabella para que él no nos toque las campanas… como tantos otros. Así que miren, otra cosa no lo sé, pero lo que es ignorantes…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

¿ACASO NO ES VERDAD?

Los listuras de nuestros expertos abogan por que nuestros críos se arriesguen a pillar neumonías antes que Cóvid, metiéndoles en áulas gélidas y con buenas corrientes de ventilación... Eso, aparte de que, con frío en el cuerpo, digan lo que digan, resulta imposible poder estudiar y responder...

Esto, en un país donde hay más días buenos que malos a lo largo del año, ¿no parece un contrasentido?.. Solo se necesitan cambiar las fechas del curso, e incluso se podrían dar las clases en los jardines, al aire libre...

Solo se explica por la existencia de otros intereses que, por supuesto, no son los de los alumnos... Pensemos en ello.

EL TENIENTE GALINDO

PROGRAMA INTERESANTE SOBRE EL TEMA:

https://youtu.be/hqPVIHXofg8

 

UN LIBRO, UNA HISTORIA

Me van a permitir ustedes, y el periódico que me acoge, la libertad de dedicar mi artículo de esta semana a la aparición del libro que, sobre la azarosa odisea bélica de mi padre, hemos escrito entre mi hermano y yo… Su título: El Teniente Galindo (biografía autorizada de un piloto de la república española), es como un acta notarial que da fe de su contenido. Mi hermano, Jesús, ha vertido en él todo su aporte de excelente documentalista que es, y buen selector fotográfico que ilustra la obra, y yo me he reservado la parte narrativa de la misma. El libro ha sido editado por PLANETA, bajo su sello Universo de las Letras, y, cuando esto se publique, ya se encontrará en nuestras librerías más cercanas, así como en toda la red de distribución de Planeta, a disposición de los lectores…

Mi hermano y yo hubiéramos querido haber hecho una presentación oficial, en forma, como merecía la memoria de nuestro padre, y como merecen todos ustedes, los que lo conocieron, los que nos conocen, o los seguidores e interesados por nuestra historia más reciente, que nos forma y nos conforma a todos… Pero los idus del Cóvid han impedido nuestros buenos deseos. No obstante, sí que les anunciamos, mientras tanto, que una vez pasado este aciago trance que hace imposible que podamos reunirnos los amigos de esta causa, en el momento en que nos autoricen a juntarnos, trataremos de celebrarlo con un modesto acto, a pesar de que ustedes hayan –así lo espero- disfrutado con la lectura de este libro, que pone fin a una aspiración largamente anhelada y que pretendemos sea más conocida. Para nosotros será un honor y un privilegio poder agradecérselo, de una forma más personal, a cuantos lo deseen y tengan interés en asistir, por lo que lo comunicaremos a su debido tiempo.

La narración está hilada en primera persona. Todo un riesgo y un atrevimiento por nuestra parte. Pero lo consideramos necesario para dar fuerza al relato, veracidad al personaje y rigor a los hechos. Cuando Jesús me dijo que era mejor encararlo de esa forma, debo confesar que se me aflojaron las piernas. Reconozco que contar con las tremendas experiencias vividas personalmente por mi padre narradas por él mismo, supone una ventaja, pero meterme en su piel, tratando de re-vivir y con-vivir sus sentimientos en unas circunstancias tan excepcionales, es todo un reto… y toda una osadía. Un reto del que no sé si habré salido bien librado. Eso se lo dejo a la subjetividad de ustedes, de los que lo lean y que se aventuren en las aventuras, valga la redundancia, de mi padre. Sí que les aseguro a ustedes, que me costó dominar muchas emociones, bastantes nudos en la garganta, y alguna que otra lágrima… Y tener que reescribir varias veces una palabra, una línea, un párrafo…

Lo que sí queremos hacer constar es que nos hemos esforzado, y mucho, en seguir una línea argumental y de los hechos estrictamente verídica e histórica. Nada se ha dejado al albur de la novelación ni del acaso. Absolutamente nada. Todo se sujeta fielmente a lo que ocurrió, cómo ocurrió, dónde ocurrió y cuándo ocurrió. El por qué ocurrió se lo dejamos a la reflexión final de cada cual. Hemos querido que el libro sobre las vivencias y experiencias de nuestro padre sea extrapolable a toda aquella generación que vivió, luchó y sufrió aquel tiempo terrible de guerras, por un lado y por otro. Y que sea un texto cabalmente histórico. Hemos contado con la inestimable colaboración de diversos historiadores y personajes que han querido aportar sus conocimientos y vivencias y de los que hemos podido entresacar una valiosísima información que nos ha servido para certificar determinados pasajes de esta historia, y a los que, desde aquí, se lo queremos agradecer de forma expresa. En definitiva, un pedazo de la historia dentro de la gran Historia… y exento de ideologías combatientes y condicionantes, pero no así de lealtades que honran a las personas que, como es el caso del biografiado, sufrieron las desdichas, no solo de una, sino de dos guerras.

Precisamente por esto último, no es tampoco un libro del que se pueda extraer ningún sesgo político. No se ha querido torcer ni enderezar nada, pero sí que es un reconocimiento a la dignidad del ser humano en situaciones tan precarias y extraordinarias como las que tuvo que soportar nuestro padre y tantos otros como él. A final de tan terribles vivencias, en el crisol de la gente normal que las ha padecido, abrasada toda la ganga que causa tanto desastre, solo quedan las gemas de la paz, de la tolerancia, la convivencia y el perdón… sobre todo, en los que más han perdido, porque perder, lo que se dice perder, todos pierden en una guerra civil. Existen ganadores, pero no vencedores…

En fin, todo esto, y puede que un poquico más, es y no es, el libro del Teniente Galindo, del que me he tomado el plácet para escribir esta columna de hoy, y que espero sepan los que me siguen disculparme, explicarse mis motivos, y aprovecharse de su contenido, si es que en algo les sirve a ustedes.

Hace 85 años que sucedieron estos hechos. Toda una larga vida y algo más. Forman parte tanto de nuestra genética histórica como de nuestra genética de sangre. Eso es inevitable. Pero es una herencia que nos debe servir para aprender lecciones que nos ayuden a superarnos a nosotros mismos, y a ser mejores para no caer en los mismos y miserables errores… Lo intelectual debe superar lo visceral. Si así no fuera, no habríamos aprendido nada. Este es el mensaje, último y sucinto, que mi padre nos dejó a mi hermano y a mí. El colofón de toda una vida: la suya. Vivió el odio cainita con todas sus consecuencias, y terminó ahíto de sus frutos… Así nos lo transmitió, y así hemos querido transmitírselo nosotros a través de este libro. Ojalá y les guste… Será el mayor y mejor homenaje que podemos brindar, entre ustedes y nosotros, a toda aquella gente…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

CULPABLES

Estamos pagando muy caro el turrón de las navidades en número de contagios (diez veces más que antes de las fiestas) y en colapso del sistema sanitario. Nos está saliendo, muy, muy cara nuestra irresponsabilidad.

Porque somos los únicos culpables, ya que se nos estaba avisando y no hacíamos el menor caso... El gobierno regional, por actuar "cogiéndosela con papel de fumar", y nosotros, los ciudadanos, porque no somos dignos de la menor confianza...

Ni adultos, ni jóvenes. Los primeros por no dar ejemplo a los segundos, y los segundos porque solo se justifican en su propio hedonismo, copiando de los primeros. No nos asiste la mínima justificación.

LA MISMA MALA HIERBA

Hace 234 años, al término de los laboriosos trabajos constitucionales para armar el gobierno de los flamantes Estados Unidos de América, le preguntaron a Benjamin Franklin, a la salida de la Convención de Filadelfia, sobre cuál iba a ser el régimen determinado por la Asamblea Constituyente, si reino o república… “Una república – contestó – si es que podemos mantenerla”. Durante más de dos siglos, que se dice pronto, se ha mantenido sin mayores problemas, y ahora, Trump está a punto de cargársela. No solo a la República, también a la Democracia.

La presidencia de este megalómano pseudonazi, no solo ha sido una pesadilla en toda su extensión, si no que le ha procurado un colofón digno (ya que no de una película de ciencia ficción, pues lo ha hecho realidad), sí que de una película de terror… Este paranoico, que no ha aceptado su derrota en las urnas, que ha alentado y ordenado todos los chanchullos habidos y por haber para trampear e invalidar el resultado, incluso con mentiras, ficciones y falsedades, cuando ha visto que los juzgados y las leyes, y hasta su propio partido, no le daban la razón que exigía por narices, ha osado llamar hasta a la rebelión descerebrada de sus tenebrosos secuaces.

Las imágenes del Capitolio, símbolo de la ley, el orden y la democracia, asaltada por infrahumanos tarados, amenazando, llamando a través de los medios a hacer correr la sangre si no se doblegaba toda la nación a la violencia de sus oscuras voluntades, son, en verdad, espeluznantes… No por los hechos en sí mismos, si no por lo que suponen tales hechos. Por su significado intrínseco. Es tan irracional que espanta. Se nos está representando, en un “remake” histórico, el asalto al Bündesthag por los camisas pardas de Adolf Hitler, y eso, en una democracia cientos de años constituida…

En el caso de Trump, yo creo que hasta el mismo partido republicano está horrorizado con lo que está pasando, y de cómo está ocurriendo todo. No se esperaban que el payaso populista se les convirtiera en un monstruo capaz de levantar en pie el peor legado de la América más profunda. Y esa será la herencia a la que tendrán que enfrentarse a partir de ahora… El mensaje al resto del mundo es que el famoso patriotismo americano es, en una buena parte, un fanatismo americano, disimulado y oculto hasta la llegada de Trump, que los ha sabido sacar de sus madrigueras, como Atila a sus mercenarios.

Pero el análisis es aún de mayor calado. Si ese fundamentalismo ha sido capaz de prender en una de las democracias más asentadas del mundo, como son los EE.UU., ¿qué no puede ocurrir en el resto de ese mismo mundo?.. Porque los populismos, sean de ultraizquierda o de ultraderecha, son brotes purulentos que están naciendo en todas partes. En unos ya están llegando, o de hecho han llegado (Brasil, Rusia, Venezuela, Hungría, Polonia…) al poder, y en otros ya medran al acecho del mismo, introducidos en sus organismos de gobierno…

Y están ahí, como en Norte América, por la suma de los votos de una sociedad enferma y enfermiza. En EE.UU. ya demuestran que están dispuestos a lograr por la fuerza de la violencia lo que esta vez no consiguieron en las urnas, y yo no me creo que nuestras democracias estén más asentadas y consolidadas que la suya. Así que el miedo, el temor, el recelo… no hay quien me lo quite de encima.

Y, perdónenme que me repita más que el ajo, pero en todo ello, tanto allí como aquí, veo la misma mierda que abona la misma mala hierba: la ignorancia y la incultura. Así que…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo

YA ESTÁ BIEN...

Repetido cientos de veces ya: "las autoridades hacen un llamamiento a la responsabilidad...". Se ha reiterado tanto, que se ha vaciado de contenido y significado. Una frase hueca... Salvo que se pase de los ruegos a las acciones concretas, duras y contundentes.

Esta región ha saltado en un par de días de los 2.000 infectados... una monstruosidad. Y seguimos haciendo el burro en quedadas y amogollonadas, en un claro desafio a tales llamamientos. Despreciamos las muertes provocadas por nuestro comportamiento. Así de claro, y sin matices...

Habría que actuar en consecuencia a la gravedad de los actos que procuramos, y si hay que empezar a acuartelar y aislar a descerebrados, pues...

TRANSFORMER´S

Antes se decía aquella ya anticuada frase de “Año nuevo, vida nueva”, con que se maqueaban las nocheviejas a toque de cotillón. Y quedaba bien. Se estrenaba año, no vida, pero nos engañábamos a nosotros mismos tan a gusto… Era como un propósito de cambiar a mejor, donde casi todo era posible, desde dejar de fumar hasta tocarnos la lotería pasando por adelgazar. Nada más lejos de una realidad a la que, en realidad (valga la redundancia) nos hacemos adictos.

Este año, sin embargo, movidos por las circunstancias adversas, la frase más repetida, obligada por la pandemia, claro, es la de “ya nada será lo de antes”… ¡Nos ha joío!.. claro que no. Pero es que, con Cóvid o sin Cóvid, nunca jamás nada es como antes. Todo cambia, a mejor o a peor, pero la existencia humana es un continuo discurrir donde nada es como fue… También es una gilipollez lo de la “nueva realidad”, porque todas las realidades son nuevas, ya digo, para bien o para mal, pues aquí hemos nacido para que nada sea como ayer, y para cambiar constantemente a realidades nuevas. Lo cierto es que, sublimado, sería la afirmación de A. Reyes: “El hombre existe para que pueda existir lo que aún no existe”.

La tarea humana es cambiarlo todo, transformarlo todo, moverlo y removerlo todo. En teoría debería ser a mejor, naturalmente, pero eso no es algo aún conseguido. Solo tenemos que ver la cantidad de civilizaciones que llevamos consumidas en el empeño. La tira, pues la Historia se queda corta en contarlas… Empezamos cojonudamente bien, pero, conforme vamos desarrollando la cosa, en cuanto entramos en el terrero de mirarnos el ombligo, la jodemos, y nos viene la decadencia para poner fin y comenzar un nuevo intento… Y no hay que ser unos lumbreras para adivinar que asistimos al derrumbe de la nuestra, y que estamos a punto de ponernos a nosotros mismos, como decimos en estas tierras, “con el culo pá Ricote”…

Dicen los autojustificadores que lo que llamamos contaminación no es más que un efecto de la civilización… Yo no lo creo así, por el simple hecho que contaminar es destruir, y la civilización no puede estar basada en la destrucción. Más bien es todo lo contrario, está basada en construir, no en destruir. Durante el confinamiento primero disminuyó el nivel de contaminación atmosférica, mientras los bichos terrestres extendieron sus correrías por lo que fue territorio de sus ancestros. O sea, el ser humano cesó en su acción “civilizatoria”, esto es, depredadora, y el medio ambiente se purificó, reaccionando en consecuencia los seres naturales.

¿Quiere esto decir que lo civilizado es ir contra la naturaleza?.. Evidentemente, no. La civilización consiste en avanzar, cuidando del medio natural que, a la vez, nos cuida a nosotros, ya que, si lo machacamos, nos machacamos a nosotros mismos. Lo inteligente es proteger aquello que nos protege, y no destruir nuestro techo, casa, medios y comida, o sea, nuestro hábitat, y usar nuestra ciencia y nuestra técnica en el mutuo servicio (naturaleza y ser humano).

Pero el hombre, de momento al menos, parece que seguirá igual. Siendo capaz de lo más horrible y de lo más sublime. De matar y de salvar. De lo más heroico a lo más irresponsable. De los mejores principios y de las peores tendencias… Haciendo cada año nuevo una vida nueva, construyendo nuevas realidades y soltando sesudas obviedades como lo de que ya nada volverá a ser como antes… Así que nos lamentamos, pero seguimos cavando el mismo hoyo que nos va a enterrar, al mismo tiempo que vencemos al tiempo y sacamos vacunas casi rozando el milagro.

Somos de pócimas, más que de cambios de hábitos. Y cambiamos las cosas sin cambiarnos a nosotros mismos, porque, si fuésemos capaces de empezar por abrir los ojos y rectificar, puede que nos aguardara una realidad de esperanza, y no de castigo. Y eso… eso sí que sería realmente algo nuevo.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo

MARCHA ATRÁS EN LA HISTORIA

Para mí, que nací y me crié creyendo en que EE.UU. era la meca y patria de la democracia, el ver su símbolo del Capitolio asaltado por ultranazis que quieren imponer por la violencia su voluntad, despreciando el resultado de las urnas, es el principio del fin...

Y un, ya casi expresidente, derrotado por los votos, incitando y animando este golpe de estado extremista, es para que estuviera ya apartado y en la cárcel en un estado de derecho.

Si esto no es decadencia, que alguien me diga qué puñeta es...Es, históricamente hablando, lo más parecido al asalto del Bündesthag por los camisas pardas de Adolf Hitler. Exáctamente igual...

OTRO QUE AVISA...

El científico Michel André nos alerta que el mar está en el punto crítico de ruptura. Que el transporte, la búsqueda de petróleo, los parques eólicos, las maniobras militares, y una larga lista de actividades, lo están envenenando acústicamente, a la vez y al mismo tiempo que lo estamos haciendo tóxico químicamente con nuestros indiscriminados vertidos de basuras… Pues exactamente igual que la tierra y la atmósfera, lo mismo… ¿Para qué hacer distingos?..

Lo que pasa es que este profesor, que dirige el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas, se centra en la investigación sobre el medio marino, y asegura, sin ambages ni matices, que oye quejarse al mar de dolor, así, tal cual, literalmente. Que los sonidos que emite y que él llega a captar con sus medios ultracústicos, son de sufrimiento. Y se extraña de que nosotros nos extrañemos oírlo hablar así… Nos pone un ejemplo ante nuestras narices: existen muchas personas – nos dice – que no comen carne por la manera en que son sacrificados para nuestro consumo. Los mataderos dejan mucho que desear en cuanto el ahorro de sufrimiento, y el sufrimiento, sabido es, cristaliza la carne y la carga de toxinas, dañinas para nuestra salud.

…Pues bien – añade – “todo el pescado que comemos muere de la forma más horrible: por asfixia, pero nunca nadie se ha preocupado por ello, y, sin embargo, el efecto negativo de tal padecimiento es el mismo”… Es cierto, lleva mucha razón, es exactamente el mismo principio. El pez es tan animal como puede ser el conejo. Lo que pasa es que hemos recibido una cultura de compartimentos estancos para uso y abuso del consumo. Y freímos langostinos aún vivos como San Lorenzos en parrilla. O fabricamos paté infligiendo a las ocas el peor tormento que se puede dar a un ser vivo… Y es precisamente eso mismo, que nos conviene olvidarnos que son seres vivos, que, por el hecho de estarlo, gozan, sienten y sufren lo mismo que cualquiera de nosotros.

Pero es que, ya no se trata solo de eso… Sabemos que la vida en la tierra surgió – y surge – del mar. Así que si matamos el mar, matamos la tierra; y si matamos la tierra, nos matamos a nosotros mismos (enfermedades, pandemias…). Y, lo cierto, es que nos estamos matando por tierra, mar y aire. O sea, contaminando como ceporros los tres elementos, y sobre-explotándolos… La verdad es que ya no se consume ningún producto terreno sin su nivel de hormonas alterado, ni ningún pescado sin su nivel de mercurio, ni ningún vegetal sin su nivel de pesticidas, ni tampoco se respira ningún aire sin su nivel de fluorurocarburos incorporado…

Estamos hiriendo de muerte la cadena de vida del planeta, y no pensamos – no queremos pensar – que nosotros formamos parte de esa misma cadena de vida. Los atentados contra el medio ambiente los sufrimos con las catástrofes naturales con que se defiende ese mismo planeta, y los atentados que cometemos contra la cadena alimenticia nos procuran enfermedades y epidemias. El último aviso es el del Coronavirus que actualmente nos azota… Pero nosotros, cerriles y cerrados, seguimos echándole la culpa al pangolín o al laboratorio chino que lo parió. Es mejor eso que responsabilizarnos a nosotros mismos por nuestra forma de vida que está acabando con la vida.

El problema aquí es que, los que nos manejan e imponen esa vida, los poderes políticos, económicos y empresariales, utilizan un doble lenguaje: por un lado, aparentemente se apuntan a desarrollar políticas verdes y de salud, de las que hacen oportuno negocio (¿saben que los veinte trusts más ricos del mundo, en este año del Cóvid, se han enriquecido un 25% más, mientras el resto hemos empobrecido ostensiblemente?), y por otro, nos siguen inculcando las actitudes hedonistas, consumistas y ciegas con las que nos estamos suicidando como los buenos borregos que somos… Los grandes capitales sacan provecho de lo uno y de su contrario.

Michel André es uno más de los que saben y nos lo advierten. Otro de los muchos. Pero tenemos los oídos tapados y las almas saturadas de la basura que todos producimos, generamos, con la que contaminamos, y nos la volvemos a comer… Tal que así mismo.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo

DEL ABRAZO A...

¿Recuerdan la escenificación de éste, nuestro primer gobierno de coalición de la democracia española?.. Fué el del abrazo. Un abrazo arrebatado de Iglesias a Sánchez, que parecía decir "ya eres mío, compadre"...

De la coalición del abrazo de la anaconda se ha pasado a la de las zancadillas, donde el achuchador Pablo se las está poniendo al achuchado Pedro de todos los colores menos de amigo...

Aún vendrá una tercera fase (recuerdenn la peli de "encuentros") donde las zancadillas se convertirán en navajazos. El abrazador acabará apuñalando al abrazado. Éste será un gobierno cantado enn el abrazo y contado desde la zancadilla a la puñalada. Claro, que se veía venir...

DE LO QUE NO HAY...

Cuando la primera ola, en el primer confinamiento, yo también fui uno de los crédulos que pensaron que de la pandemia esta íbamos a salir más fortalecidos humanamente, más responsables y más solidarios, lo confieso… Pero me he dado cuenta que no ha sido así, que no es cierto, que aquello fue un espejismo utópico motivado por un shock para el que no estábamos preparados. Que lo del balconeo fue como lo del tardeo, o sea, un postureo. Pienso que la experiencia del coronavirus, al principio lo que hizo fue corregir – quizá falsear – el foco de la solidaridad, aumentando en pantalla de plasma unas imágenes de balcones aplaudidores a los que podíamos sumar la participación de nuestro selfie… en realidad, nos aplaudíamos a nosotros mismos, a nuestra propia actuación…

Pero no, no nos hemos convertido en mejores… Posiblemente, en mejores publicistas de nosotros mismos, en más oportunistas, pero nada más. Hemos desarrollado el “marketing solidario”, igual que ayer desarrollamos el “marketing verde”, dado que ayer se vendió lo verde como hoy se vende lo solidario, los últimos y exitosos inventos de la perversión del capitalismo. Ejemplos: si compras bragas de nuestra marca, ayudarás a la investigación contra el cáncer de útero; si gastas la leche tal, colaboras contra el hambre en el mundo; si usas el champú cual, por cada bote plantas un árbol; compra lo mío, tío, o tía, que soy más verde, o más solidario, o más lo que haga falta, que nadie…

Almudena Grandes, comentó en un artículo suyo al respecto, que una militante antifranquista curtida en arrestos, palizas y persecuciones, que hizo colas en cárceles para visitar a su marido, símbolo de la resistencia comunista (la auténtica) le confesó que “jamás había oído hablar tanto de solidaridad en su vida que ahora, cuando hay infinitamente menos solidaridad que antes”. Serían (son) unas palabras muy duras (ya que son testimoniales) si tuviéramos la suficiente conciencia como para analizarlas y examinarlas ante nuestro propio espejo.

Tan solo he visto un reflejo fugaz y luminoso. Un destello breve y solitario, en el hijo de una barrendera… En aquel joven, ¿alguien se acuerda de él por casualidad?. Que en Logroño salió una mañana temprano a sus calles, en compañía de unos pocos amigos, con fregonas, cubos y escobas de sus casas, para limpiar las pintadas, la basura y la mierda que un botellón – de esos de jóvenes concienciados, verdes y solidarios ellos – habían dejado manifestándose en “su” libertad, claro… Su motivo: “porque su madre era limpiadora municipal, y a él le dolían en el alma los dolores de espalda que ella padecía para poder mantenerlo a él dignamente”…

Un minimovimiento que se vio sofocado en su primera intención, incluso sin rehusar las burlas y amenazas, por el resto de una sociedad que clama a favor de esa extraña libertad suya de hacer cualquier cosa que le venga en gana a su personal hedonismo e intrínseco egoísmo. Hasta se vio silenciado por los propios medios, y por una opinión pública que estaba esperando llenar terrazas, atiborrar esas mismas calles una vez llenas de luces, y de tiendas llenas de cosas, y de cosas llenas de vacíos, donde revolcar su consumismo con el que fabricar nuevas basuras. No importa contagiar ni contagiarse, si no aborregarse en el belén viviente, y sirviente, del espíritu navideño en puertas.

Así que no… no me vengan con historias ni cuentos para adormecer almas ahítas de buenismos y papanatismos. No me lo creo. No vamos a salir mejores, ni más solidarios, ni más de nada en general. Vamos a seguir siendo igual de hipócritas que éramos antes de todo esto, quizá que hasta más aún, si ello es posible, acomodados a la piel del camaleón que mimetiza su color según toca… pero nada más. Y no es cuestión de pesimismo ni de leches. Es solo que realismo puro y duro. Lo único que hago es contar lo que veo. Y es lo que veo todos los días de mis días. En todas partes.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo

PACIENCIA

Nos hemos tirado todo diciembre presumiendo, y dando la tabarra con las vacunas, como anunciando la solución a la vuelta de la esquina. Luego, a la hora de empezar, dicen que se pondrán 75.000 vacunas en tres meses, como mucho...

Eso significa el 5% del millón y medio de murcianos que somos... Si la inmunidad de rebaño se alcanza con el 70% de vacunados, eche usted mismo cuentas para cuánto tiempo tenemos. Años.

Es la estrategia del poder: prometer, sacar barriga, sembrar verdades a medias y mentiras enteras para anotarse puntos que no les corresponden. Nuestros políticos son maestros en embustes y en el arte del trile...

A TODOS Y A TODAS

Se dice que al agitar un ala de mariposa en un extremo del mundo puede provocar un huracán en el otro extremo. Esa frase, hoy tan popularizada, pero que tanta gente ignora su significado, creo que es de Lao Tsé. O sea, sabiduría oriental antigua. E intemporal. Esto es, aplicable a toda época o circunstancia… Y que suelen ser leyes naturales que funcionan al pelo, aunque no al pié de la letra. Como la ley de causa y efecto mismamente. En pocas palabras, que cada acción tiene consecuencias. Por ejemplo:

Acto I.- Yo voy y compro on line un producto, aunque sean de esos que se milanuncian por cientos de empresas retuiteadas, que vale 0,75 €, y que, al cabo del tiempo, recibes de una firma china, habiendo pagado anticipadamente su escaso importe (más dos o tres euros de portes), y que coincide en mayor o menor grado, o no, con lo pedido, cumpliendo en menor o mayor grado, o no, su cometido, que ya no sé si sus expectativas…

Acto II.- Este multicomercio en línea, cualquiera que sea, por conocido, grande o pequeño que fuera, se desarrolla siempre desde gigantescas instalaciones logísticas de interminables pasillos y eternas alturas a los que hay que servir y atender como hormigas en contínuo ajetreo. El tipo de empleo que genera es de cientos de miles de jóvenes supermalpagados, cuyo horizonte y techo profesional en la compañía se limita a ser Jefe de Pasillo – 80 euros más – y que no suelen durar más allá de los 40 años porque su enfermedad profesional (articulaciones hechas polvo) los jubila para esa labor, siendo reemplezados por otros más jóvenes, en una inacabable cadena de precariedad manifiesta.

Acto III.- Una vez fuera, para que el articulico llegue a sus manos, se fomenta otro tipo de sub-trabajo no menos ínfimo que el de los servidores de almacén: los archiconocidos por Ryder´s, repartidores libres. Su otro nombre: el de falsos autónomos. Un “emprendimiento” sin ninguna cobertura social y de bajísima calidad laboral… El sangrante sarcasmo que usan estos empleadores en sus falsas campañas de justificación es que motivan el éxito profesional de jóvenes, cuyas aspiraciones se colman al servicio de tan exitosas compañías, a las que hemos convertido en las mayores fortunas mundiales (Recomendable ver la película Sorry We Missed You, de Ken Loach).

Acto IV.- Mi compra del articulillo, unida a millones de compras tan compulsivas y descerebradas como la mía, ya ha pasado de aletada de mariposa a bofetada de otra cosa, porque se ha convertido en motivo directo del cierre del pequeño comercio y de proximidad. Comercios de los que, muy dignamente además, vivían una familia de convecinos y daban trabajo igual de digno a otros cercanos, que pagaban sus impuestos a nuestra comunidad, a nuestro pueblo, y que mantenían vivas y en servicio a nuestras calles… Pero el aletazo de la mariposa sigue aún su curso…

Acto V.- La merma de impuestos del pequeño comercio en los municipios cada vez es mayor, y eso revierte en las prestaciones revertidas al ciudadano. La única forma de compensarlas es subiendo los impuestos directos al mismo ciudadano, o empobreciendo los servicios prestados. Los huecos dejados por esos cierres se vuelven de aperturas efímeras, y cada día cuesta más trabajo cubrirlos de nuevo, como cada día también, su ocupación es más precaria, dejando, al final, una triste y amplia mella, en los pueblos y en los bolsillos…

Acto VI.- El triste final es la pérdida de los cascos históricos, de los centros urbanos de pueblos y ciudades, en los que solo se ven bajos cerrados donde antes hervía la vida, la animación y el movimiento económico. Los pisos sobre tales comercios son ocupados por las capas pobres de la inmigración, que no puede pagar lo que costarían en su pujanza, pero sí lo que valen en su decadencia. Los centros urbanos, poco a poco, mueren, y se convierten en fantasmas de lo que un día fue ese pueblo o esa ciudad… La manera de animarlos es invirtiendo dinero público (de todos nuestros bolsillos): parques, museos, conservación de zonas de interés… esto es, un incremento impositivo de tasas considerable a nuestras expensas, si no queremos ruina a nuestro alrededor. O sea, lo que antes nos costeaban los bajos comerciales, además de dignos empleos, hoy hemos de costearlos los vecinos del empobrecido alrededor, si es que queremos que nuestro patrimonio conserve el valor que tuvo… O eso, o vivir en un entorno decadente y fantasmagórico… Esta es la secuencia de las consecuencias de nuestros actos. Nos guste o no. Les asuste o no…

Miren a su alrededor, y si ven en su localidad algún indicio de las etapas que cito aquí, sepan que el proceso ha comenzado. Y les advierto: ni la calidad del empleo, ni la cuantía de los impuestos, ni la aportación de bienestar y riqueza es comparable, ni de cerca, al que ofrecen los unos con los que ofrecían los otros… Se lo garantizo. Y lo digo muy en serio…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo

ALGUIEN SE LLEVÓ LA PASTA

El Convento de las Carmelitas, de Caravaca, vuelve a ser de Caravaca gracias al dinero de todos los murcianos. López Miras lo anunció a bombo y platillo, y sacando la barriga de bueno rematao... Ha sido re-comprado por la Comunidad Autónoma a un fonto buitre americano...

La gran incógnita, que no se despeja, es: ¿Quién la vendió a ese fondo buitre?.. ¿la Iglesia..?, ¿el Ayuntamiento?, ¿era de algún particular?, ¿acaso algún banco?.. ¿quién se embolsó el dinero en su día?..

Veremos a ver si el dinero público empleado, con el tiempo, no vuelve otra vez a la Iglesia por el inmoral camino de la desamortización... Y, como en aquella película de la marmota, volver a empezar...

¿LOS MAYORES?... ¡JÁ..!

Amnistía Internacional ha publicado un informe demoledor, y vergonzosamente cierto, en cuyo título va todo dicho: "Abandonadas a su suerte; la desprotección y discriminación de las personas mayores en residencias durante la pandemia". En ese trabajo, se denuncia a las comunidades de Madrid y Catalunya por "protocolos y prácticas que supusieron la exclusión de ingresos hospitalarios a los residentes e los geriátricos" entre otras cosas espeluznantes... Y abunda en que vulneraron, al menos, cinco derechos humanos elementales: a la salud, a la vida, a la no discriminación por la vejez, a la existencia familiar y/o privada, y a una muerte digna. Y aquí va incluída la mala práxis con que se trató a los ancianos.

Si lo pensamos bien pensado, tampoco resulta tan extraño. Ese mismo, y no otro, es el paradigma que tenemos de ello en los tiempos actuales, aunque presumamos de lo contrario, ¿o acaso no es así?.. Hubo tiempos en que a esos ancianos se les respetaba y admiraba por su capacidad de resistencia, por haber sabido pasar el testigo aún con todas sus dificultades, por su experiencia y sabiduría, por su vivencia en tiempos difíciles, por sus esfuerzos en mejorar nuestra sociedad, por cuanto hicieron por la sociedad, por lo que supusieron y el papel que jugaron en la colectividad, por su saber acumulado y aún por transmitir...

...Son nuestros mayores. Pero entonces, a la palabra "mayor" no se le asignaba el significado de ser más decadente, si no de ser más grandes... Hoy, sin embargo, no solo no los respetamos, si no que los desdeñamos y arrinconamos, los ignoramos con buenas, y falsas, e hipócritas palabricas. Ya no son los más sabios, si no los más obsoletos, los más anticuados. No almacenan experiencias si no "batallitas"... ¿Qué nos van a enseñar que nosotros ya no sepamos?.. y, por añadidura - pensamos sin decirlo - que su empeño en no morirse es una carga para la economía y ganas de joder la marrana... Ahora se practica el viejismo, o el edadismo, o lo que sea eso. Ya no se les conserva, honrándolos, en los senos familiares, para consultarles, si no que se insta a la sociedad y a las autoridades dónde aparcarles...

Y no solo es un absurdo prejuicio ese cambio de valoración, habido en apenas unas décadas, es que resulta una estupidez supina y de una falta de previsión ciega e idiota de la gente, ya que en esa misma ancianidad de "apartheid" acabarán todos y cada uno de los que hoy piensan así, que es, al fin y al cabo, la cuasi totalidad de hoy en día. Si Dios o un milagro del demonio no lo remedia, claro, y no lo veo yo por venir...

Fíjense los avisados que estoy escribiendo esto poniendo a los ancianos, a los viejos, a los mayores, a los ya deshechados, en tercera persona, situándome yo en el banco del nosotros... Que nadie me juzgue un falso querer ser jóven. Ha sido por una argucia retórica de ponerme con los que tienen la responsabilidad de tal irresponsabilidad, nada más. Demasiado sé yo que ya no soy de los que van de sobrado, si no de los que sobran...

Y quito aquí lo del estado ese de "adulto", que es una fase inventada - por eso es una interfase - para esconderse de las boberías de la juventud y de las baberías de la vejez. La "adultez" no existe en sí misma, salvo orgánicamente. Hay personas que tienen cuarenta y tantos y aún no han madurado, ni se les espera... como hay veinteañeros que ya lo han hecho sobradamente. Son las vivencias y experiencias (cuanto más duras, más maduras) las que forjan la responsabilidad en el ser humano. Por eso que hay tanto ser humano a medio ser (o a medio hacer)...

Así que, en la primera ola de la pandemia, se condenaron a miles de esos que lo dieron todo por nosotros, a tomar la puerta de salida, y en esta segunda se está haciendo lo mismo, si bien que más cauta y discretamente, no nos engañemos... Encaja a la perfección el informe de Amnistía Internacional con el cambio de percepción de la senectud en nuestra historia más reciente. Otra cosa, claro, es el discurso oficial y oficialista del guitarrista, que nos regala acordes mientras nos empuja a los bordes... Y discúlpenme ustedes el pareado, pero es que estoy muy cabreado...

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

Y ASÍ NOS VÁ...

Al principio, la gente creía en lo que le decían sus guías religiosos, luego, sus líderes políticos. Los primeros resultaron ser erróneos, y los segundos, falsos. La religión está en revisión, y la política en decadencia...

Por lo que, ahora el personal cree en las FakeNews... Huyendo de las mentiras de unos y otros, caemos en los embustes que nos fabrican y nos fabricamos nosotros mismos, y que se nos muestran en el altar de las redes...

Es más fácil, y cómodo dejarse manejar que molestarse en buscar la verdad que hay tras las mentiras... Así que seguimos refugiándonos en la ignorancia prestada antes que en la certidumbre trabajada... Y, claro, así nos vá...

¿EN QUÉ ESTAMOS..?

La tendencia de la gente es dual (y hablo de la gente, no de la persona) del gentío y del personal. Por un lado, se tardea, navidea y nocheviejea a saco descubierto, como si fuera lo verdaderamente importante, porque cree que, tras el suicidio colectivo que va a desencadenar en el general del panal, nos estarán esperando las vacunas a modo de absolución del pecado social del amogollonamiento... Por otro lado, si puedo y me libro de la tercera siega, como, al no ser yo de fiar tampoco me fío de lo que me digan, pues me abstengo, en principio, de vacunarme. Mejor que lo hagan otros delante, que luego ya iré yo por lo seguro...

Yo también me abstendré de opinar lo que me parece eso a mí. Pero creamos lo que creamos o digamos lo que digamos, el Cóvid no dejará de matar hasta que el rebaño obtengamos la inmunidad. Esto es, hasta que el 70% de la población de borregos de tal rebaño tengamos los anticuerpos... Todo esto, lo único que demuestra y quiere decir es que no son los bares, ni los belenes, ni los centros comerciales, ni los repsonsables sanitarios, ni las medidas o desmedidas, ni los lugares ni los lupanares, tienen la culpa. Somos nosotros, todos y cada uno de nosotros, a nivel exclusivo personal, los únicos culpables de que la pandemia se extienda como una mortaja. Son nuestras actitudes privadas de cada cual y cada cuala las que se suman - o se restan - al desatino social de la costumbre y la tendencia al aborregamiento. Cada cual decida por sí mismo (y por los suyos, claro)...

La ciencia hace lo que puede (y lo que debe) aún desgraciadamente sujeta a los intereses económicos de quienes la costean y sufragan. Por ejemplo (y esto es un hecho muy poco conocido) es que la vacuna de Pfizer no hubiera sido posible sin la colaboración de BioNTech, que incorporó su tecnología sobre el ARN de la vacuna que estaba investigando... ¡¡ para frenar el cáncer !!. Esta pandemia la detuvo, orientando su objetivo actual hacia el Cóvid-19. Pura ingeniería genética en dotar a la célula de la proteína necesaria para enfrentarla con éxito a cualquier enfermedad o deficiencia orgánica que diezme al género humano... Yo me pregunto, de haber seguido su curso y haber desarrollado una vacuna contra el maldito cáncer, si la gente mostraría las mismas dudas y estúpidas convenciones que se están mostrando contra el Coronavirus. Yo creo que no... ¿Entónces porque tenemos la lógica en el culo?..

En lo que en realidad deberíamos ponernos todo el personal de todos los países de todo el mundo es, precisamente, en exigir a nuestros gobiernos que se aumente la asignación en investigación. Pero, sin embargo, en eso no nos ponemos. La ciencia, la sanidad, etc. no son un gasto si no una inversión que, además, dinamiza la economía de las naciones. Desde Newton, Faraday o Maxwell que, con sus rácanos sueldos pusieron al imperio británico a la cabeza del desarrollo industrial, pasando por los esposos Curíe, hasta Watson, Crick y Franklin, que descubrieron la doble hélice del ADN con que revolucionar la medicina a extremos aún insospechados.

España, precisamente, es especialmente miserable y ruín en extremo a la hora de dotar la investigación en sus presupuestos, más dados a las farándulas y parafernalias que aseguren el voto para la sentada cular del político medrador y medroso. Aquí, me consta, existen investigadores que se pagan de sus precarios bolsillos sus propias investigaciones... Hasta el propio Trump, animal negacionista del virus, liberó 9.000 millones de euros para el desarrollo de la vacuna contra lo que él mismo decía no creer. Su mentalidad constructora de rascacielos sabía que, si acertaba, y aún siendo una modesta aportación en el marco de lo financiero, los beneficios vendrían multiplicados...

Mientras tanto, el gentío nos debatimos entre el número de concurrentes, entre el abrir o cerrar nuestros mamaderos sociales; en saltarnos la prudencia solo porque está sujeta a unas normas; o en ¿cómo voy a guardar cuarentena si me pilla la Nochebuena?, por positivo que haya dado... Nos situamos entre las luminarias y juntaeras por un lado, y el quédatencasa juicioso por el otro; entre el vacúnate tú que yo ya... ya yo... Entre el Ser y el Estar... Pero ni somos lo que debiéramos, ni estamos donde debiésemos. Es lo que hay... o sea, lo que no hay.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ