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MUJERES Y AFGANAS

¿De qué vale a las afganas que Kamala Harrys, por ejemplo, sea la mujer - en teoría - más poderosa del mundo? (si es la vicepresidenta de un país donde a su presidente se la considera así, es lógico que ella ostente la misma posición, digo yo). ¿En qué queda el logrado hito de la estadounidense si el ejercicio de su poder es un calco de los llevados a cabo por varones blancos, ricos y honorablemente honorables?.. Su adláter Biden se quedó tan pancho con su discursiva hipocresía, cuando soltó: “nuestro objetivo era acabar con el terrorismo”, es decir, que la intervención militar y ocupación del país durante 20 años no tenía otro objeto que el de proteger a los únicos seres humanos dignos de ser considerados como tales, o sea, los que ellos señalaran (las mujeres seguían igual), y ahora las dejan en manos de esos mismos terroristas.

¿Qué fue de aquél “eje del mal” y de la implantación de aquellos derechos fundamentales, y de libertad humana, y de igualdad entre sexos, y de todo aquel parlamento falso?.. Pero, a lo que íbamos: esta “poderosa” dama, mujer, negra y de origen asiático, esto es, interracial, ha suscrito, punto por punto y coma por coma, la totalidad del discurso de “su jefe”, convirtiendo en un frívolo slógan el mensaje de transformar el mundo a través de la igualdad, el feminismo y el antirracismo. Para eso se la puso, dijeron entonces. ¿Qué le importa que, a partir de ahora, a las afganas se les borre del mapa, se las condene a renunciar a la poca dignidad conseguida, y sean enterradas en vida con la mortaja del burka o del nihyab?.. Total, nacieron con el sexo equivocado en el lugar erróneo, ¿no es eso?.. pudiendo haber nacido en Norteamérica, por ejemplo…

La retirada precipitada, bendecida al alirón por la Onu y su unión, abandona a su suerte a cuántos y cuántas, de un modo u otro, formaron parte del intento de democratización de su país, condenándolos a una muerte segura, o algo peor que la propia muerte. Y todos ellos, y ellas, y sus hijos, jóvenes y pequeños, niños y niñas, habrán de pagar las decisiones geopolíticas diseñadas desde confortables despachos con moqueta, asientos de piel, y aseo privado… Kamala Harrys, como la mujer negra dada por la más poderosa del mundo, utilizada para recaudar votos, entra, de pleno, en esta postura. Es el precio por pertenecer a tan prestigioso club. Las mujeres también, claro… Más, ¿en qué se nota aquí el color, o el sexo, de toda una vicepresidenta de EE.UU.?. De momento, me temo, que en nada… Ya veremos cómo se maquilla la cosa en este inmediato futuro.

Incluso para tratar de justificar este cínico manierismo, he llegado a leer por ahí, emergiendo de nuevo entre la basura de la historia, las vergonzosas difusiones de siempre sobre las víctimas de las teocracias absolutistas: que es que está en su cultura; que lo llevan en su Adn; que son felices siendo esclavos (y esclavas, claro); que son así y no quieren cambiar; en definitiva: que ellos/ellas tienen la culpa de lo que les pasa… ¿Pues no habían ocupado su país durante dos décadas, precisamente para cambiar todo eso?.. Evidentemente, para eso precisamente, no. Los intereses eran muy otros.

Pero el clamoroso silencio de todo este triste desatino y del aún más triste destino de las mujeres afganas, viene de esa “internacional feminista” que calla, asiente, y justifica junto a Kamala Harrys, uno de sus más lucidos tótems… Todo ese “feminismo de camiseta”, como lo califica la prestigiosa periodista Najat El Hachmí, de quién tomo prestados estos apuntes, es el que echo en falta en estas ocasiones… Deberían estar ardiendo las redes; echando chispas todos los foros; tendrían que haber pegado fuego a los medios, como cuando hicieron con Woody Allen (a pesar de haber sido declarado inocente por dos veces), o con Plácido Domingo, o Kevin Space, o con tantos otros… Aún con mucha mayor razón contra esto que está pasando: la institucionalización permitida a un régimen por la anulación de la mujer. Se van a violar, abusar, anular y/o matar a millones de mujeres en Afganistán… Son miles de Bernsteïn (cien veces peores) con el Corán entre las piernas y el látigo entre las manos a los que han dado suelta para que hagan con las mujeres lo que quieran… ¿Eso no cuenta para las del Me Tóo y Cía?..

…Porque, para los políticos que toman las decisiones con nuestros votos, se ve que no; para las políticas que toman las suyas, tampoco, - parece cosa de una mal entendida paridad – y para la yihad mundial del feminismo, por lo que también parece, tampoco… Se vé que la mujer, las mujeres, por millones que sean en Afganistán, aún no son causa y motivo de una acción de fuerza, armada, bélica, diplomática, económica, o llámela como usted quiera… Una sola, Helena, justificó todo una guerra, y se armó la de Troya. Y ahora, no solo no se ha movido un pelo por tantas, si no que hasta los panfletarios y panfletarias de siempre han callado sus voces, y han cedido sus veces… Extraño mundo éste de derechos vendidos, si no perdidos…

Y extraño que un servidor (al que aalgunas de “ellas” me han llamado machista por mis opiniones antibuenrollito) tenga hoy que incendiar el indigno e indignante secarral, en vez de las siempre portadoras de las antorchas.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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miguel@galindofi.com

NO CONVIENE...

La prensa nacional e internacional califican como "desastre ecológico" a lo del Mar Menor, y lo achacan a "los excesos de nutrientes que entran por superficie y acuíferos de la agricultura, y por los excesos urbanísticos en la zona"...

La primera causa puede ser corregida, a poco que se pongan manos a la obra, y existe - me consta - la voluntad de hacerlo... Pero la segunda, lo dudo mucho. En la primera se puede deshacer lo hecho, pero en la segunda...

Con la primera, los intereses se pueden modificar, pero los intereses que se mueven en la segunda causa, son más inamovibles. Por eso se magnifican más unas causas y se disimulan y ocultan otras...

LAS OTRAS VÍCTIMAS

Hace 20 meses, que se dice pronto, escribí un artículo al que el periódico donde editaba me puso trabas de publicación. El tema era jodidillo, claro: sobre el SUICIDIO… Hoy, casi dos años después, veo en esos mismos medios un extenso reportaje sobre tal problema. Entonces caigo, claro, que es el Día Internacional para la Prevención del Suicidio… Ya se ha institucionalizado, es oficial, por lo tanto… Así que esta vez, bajo tal paraguas y bendiciones, me permito repetir aquel que, en su día, tan “mala prensa” (silencio) obtuvo:

 

 La sociedad que formamos es extremadamente sensible a las víctimas por accidentes de tráfico, por eejemplo, a las víctimas de violencia de género, a las víctimas por terrorismo, o incluso las víctimas por el tabaco o por las drogas… Pero ocultamos celosamente, quizá vergonzosamente, no sé… las muertes por suicidio. Aún siendo su cifra tan, o quizá más, importante que la del resto, y además en alza. Es incluso posible que esté relacionado, precisamente, por eso mismo detalle concreto: que no las consideramos víctimas. Hablamos de víctimas del terrorismo, de la violencia de género, de la carretera… pero no decimos víctimas del suicidio. No nos atrevemos a pronunciarlas con esas palabras. Lo omitimos. Quizá subconscientemente, puede ser, pero evitamos victimizar al suicida, cuando los que deciden suicidarse, en una inmensa mayoría, no es porque quieran hacerlo, sino porque, por algún motivo, no soportan su vida. El año pasado, casi 4.000 personas. Es la principal muerte externa en España.

El por qué la Administración y la sociedad no se involucran en combatir esta lacra al igual que lo hacen en otras áreas, quizá esté en el gen educacional católico de tabú en este tema. Es muy posible. Es estigma de pecado, injusto e indiscriminado, y de poca, muy poca caridad cristiana por cierto, ha marcado a generaciones criminalmente en tal sentido. Por ejemplo, la mayoría de los colectivos y de los medios de comunicación aún siguen manteniendo – y esto ya es un triste y lamentable tópico – una especie de tácito acuerdo, de norma no escrita, en aplicar una cierta e inconcreta capa de censura para no hablar (lo mínimo) de suicidios, por miedo a crear un efecto imitativo. Y no es cierto, en modo alguno, que tocar el tema fomente más muertes, sino todo lo contrario, ayuda a relativizar muchos dramas personales que los llevan a ello…

Y es que, las condiciones que convierten la existencia de estas personas en algo insoportable son relativas, y pueden paliarse, y cambiarse. Tan solo hay que prestar la misma atención y preocupación que se aporta a las otras casuísticas de muerte. También éstas son víctimas, no apestados. Mucho menos, pecadores, que por aquí quizá ande el tótem de la tribu, y que los pecadores seamos en realidad todos los demás que pasamos de puntillas por el tema. Pecado de incompasión lo llamaría yo. De falta de caridad… Culpabilizar al suicida por omisión de ayuda es culparnos a nosotros mismos por falta de atención a los mismos. Aquí los despachamos como el que pone un sello al expediente de archivo: “sufría trastorno bipolar”, una etiqueta de cierre. Una mentira piadosa. Porque en este país hay más de medio millón de personas que padecen bipolaridad y no tienen tendencias suicidas. Luego, es falso. Lo que pasa es que utilizamos el marchamo para no abordar esa causa de automuerte, que es lo que nos asusta y diferencia de las otras. Y ese secretismo irresponsable condena al suicida como victimario no reconociéndole como víctima, multiplicando el dolor lacerante de sus deudos, que se sienten obligados casi que a excusarlos y a excusarse a sí mismos, a mentir, a buscar explicaciones absurdas, a defenderse no sé de qué…

El suicidio no es otra cosa que un grito desesperado a una sociedad pacata e insensible, acoquinada por patéticos complejos religiosos atávicos. Es un alarido para que nos demos cuenta que estamos sordos, ajenos, a un determinado problema de salud pública que también, sí, también, provoca víctimas. Y no pocas. Decimos con una ligereza e irresponsabilidad que hiela el alma: “es una forma de llamar la atención”, cuando es una manera de decir: “estoy solo, ayúdenme…”. Y no podemos admitir que no tengamos datos. Lo que no tenemos es conciencia. El suicidio en nuestro país, por ejemplo, es la primera causa de muerte entre jóvenes de 14 a 39 años… He aquí un dato constatable, medible y concreto.

Y por no tener, no tenemos ni la especialidad de psiquiatría infantil-juvenil, carencia que compartimos con Bulgaria en toda Europa. Podemos sentirnos orgullosos. Cuando, hipócritamente, definimos que España es un país solidario con las víctimas, mentimos, porque desvictimizamos a las del suicidio para no solidarizarnos con ellas. Y eso sigue ocurriendo, por mucho que nos escondamos de nosotros mismos. Además, usamos un truco muy manido. Pues no todos los suicidas lo hacen por trastornos psíquicos, si no por simple y vulgar desesperación: la vida es demasiada pesada y no la pueden soportar. Pero el sistema diagnostica después de haberse quitado de en medio la víctima, no antes. El método es harto simplista: se ha suicidado, ergo no estaba bien de la cabeza…Y actuar así, francamente, yo no sé si es comodidad, incapacidad o crueldad…

Con este artículo de hoy, lo único que pretendo, discúlpenme por ello, es llamar su atención – ahora se llama visualizar – sobre una realidad que se quiere invisibilizar. Mientras no se reconozcan como víctimas de suicidio en vez de muertos por suicidio, equiparándolos al resto de víctimas, no se empezará a hacérseles justicia. Una justicia que les debemos desde hace muchos siglos, y, la verdad, creo que ya vá siendo hora…

Cierto que ya no se les anatemiza sádicamente, ni se les expulsan sus restos de “lugar sagrado”, ni se les impone a sus pobres deudos un sambenito social horroroso, ni se excomulga al muerto, ni se condena a “compasivo” purgatorio alguno (al menos en la práctica conocida) aunque tampoco lo han apeado de la teoría. Pero se impone algo mucho peor que eso, y que ya no tiene peso en cabeza racional, y es que se les sigue ignorando, se les sigue excluyendo, silenciando. Y eso tampoco es humano…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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miguel@galindofi.com

LAS DOS CARAS

Cara A): Con la acogida de refugiados afganos organizada por España, Sánchez se cuelga una medalla... "Un ejemplo del alma europea", lo considera Von der Leyen...

Cara B): La órden de repatriación a Marruecos de los 700 menores desde Ceuta, y frenada por la Fiscalía por su ilegalidad, ahora resulta que nadie la ordenó, aunque el Gobierno la planificó con el sátrapa vecino...

Las dos caras de la misma falsa moneda. En ningún caso manda el factor humanidad. El primero se hace por oportunidad de réditos políticos; y el segundo por pura cobardía y ruindad... En ambos casos los derechos humanos se usan como moneda de cambio para otros logros, sean estos laudables o inconfesables.

ECOLOGÍA Y ECONOMÍA

Es curioso, muy curioso, pero “economía” y “ecología” tienen ambas la misma raíz: “eco”, del griego Oikos, casa, hogar… Y se refieren tanto a la administración de esa casa, como al cuidado de la misma. Nosotros hemos separado los conceptos, pero los antiguos los mantenían unidos porque el uno necesitaba del otro: no se podía cuidar de la casa sin una buena administración, al igual que no se podía administrar nada que no se cuidara. En realidad, los dos conceptos forman parte de la misma idea inicial. Al desarrollarlas por separado, la hemos cagado…

El mejor ejemplo lo tenemos con el desastre local del Mar Menor, pero lo cierto y verdad es que viene del mismo problema general: el calentamiento, el cambio climático, el envenenamiento del medio, y cuanto se nos viene encima… Lo de nuestra querida laguna “de características naturales únicas en el mundo”, como siempre se ha querido “vender”, es tan solo que una pequeña parte del todo, cuyas características naturales actuales son lamentables, y que de únicas cada día tiene menos, pues son tan desagradables como el resto del planeta… Lo único que pasa es que esa, nuestra calamidad doméstica, nos afecta a nosotros muy directamente, sobre todo a una de las dos “Oikos”: a la de la “nomía”. Precisamente.

Y cuando descompensamos la “nomía” porque lo queremos todo, jorobamos la “logía” que la sustenta, con lo cual, nos cargamos el invento… O sea, destruimos aquello que queremos “vender”, y que, por lógica natural, estábamos obligados a conservar en perfectas condiciones “de uso”. Es tan de sentido común que hasta duele pensarlo: si destrozamos la casa - casa en la que vivimos y de la que vivimos - ¿qué valor tiene?. Ninguno. Ergo, ruina total. En todo nuestro mundo, y en nuestro entorno, hemos abusado del desarrollo económico en contra del cuidado ecológico, y ahora, cuando nos damos cuenta, ponemos el grito en el cielo… Pero no seamos hipócritas, nos duele más el negocio que vamos a perder que el daño que hemos hecho… Nos ponemos el pañuelo verde al cuello y salimos de “manifa”, sí, pero tememos más el daño económico que el ecológico, seamos sinceros de una puñetera vez: la producción, los servicios, los empleos perdidos, las propiedades pegadicas a la todavía albufera… Esto es, nos lloramos más de los efectos que ha producido la calamidad que por la calamidad misma.

La economía es una variable dependiente de la biosfera, pero nunca, jamás, al revés… Nuestra comarca tiene/tenía (cada cual ponga el término que quiera) dos grandes panes de los que comer: el campo y el mar. Y ambos en un clima casi perfecto. Y hubieran logrado su objetivo de mantenerlos y mantenerse de ellos habiendo cuidado un solo factor: el equilibrio. Pero no ha sido así. Por un lado, al campo se le está sometiendo a una producción agrícola masiva sus 60.000 hectáreas de labor, y por el otro, un sobredimensionado urbanismo y hábitat, un turismo estacional desaforado, está sobrecargando la capacidad de un “ecosistema natural único en el mundo”, como luce el mantra, y, por lo tanto, de delicado equilibrio, hasta que nos lo carguemos, claro…

El fariseísmo reside en que Pelé le echa la culpa a Melé, y Melé la comparte con Pelé, y los polos que han provocado el desastre del Mar Menor se tiran de los pelos. Y mueven al personal ignorante por un lado, y por el otro presionan a los políticos (que bailan entre distintos intereses, según les venga el puesto y el voto) para salvar la parte del pastel en lo posible exigiéndose responsabilidades a diestro y siniestro. Y exigiendo sacrificios el uno al otro. Ambos dos… Pero lo único cierto es que los dos lo están matando y el solico se está muriendo.

Por eso, cuando veo a los manifestantes y oigo y leo a los políticos, me pregunto a mí mismo si todos están dispuestos a parar en sus carreras, dar marcha atrás, y sacrificarse por salvar la vida a un Mar Menor dentro del contexto general del desastre climático… Y me contesto que no, que, al menos este servidor de los frailes no lo ve. Por ningún lado. Solo veo el ánsia de maquillar al muerto hasta que no huela; aguantar hasta que, en dos o tres décadas, la subida del nivel del mar lo convierta en golfo, o en bahía, o lo que sea; olvidarse mientras tanto de ese envidiable privilegio de “ecosistema único”, y que el personal siga petando el invento y el chiringuitaje… Y los otros, los vecinos y socios en el desbarajuste, que, a mar abierto, los nitratos ya no joderán tanto, así que… Tiempo al tiempo.

Pero mientras sigamos disociando economía y ecología, como mucha explotación y nula conservación, todo se nos irá al carajo. Hemos elegido el modelo de enriquecernos pronto y rápido antes de arruinarnos nosotros y arruinarlo todo, en vez de haber procurado un mantenimiento sostenido y sostenible en el tiempo. O sea, ser económicos con la ecología y ser ecológicos con la economía.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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miguel@galindofi.com

¡ QUÉ BÁRBARA !

Me voy a permitir transcribirles una frase reciente de Cayetana Álvarez de Toledo, ¿se acuerdan de ella?.. y que el Señor les pille confesaos (EP-30/08):

"El tribalismo y existencialismo de Vox como nación existencialista española a la centrifugación nacionalista periférica. La visión orgánica de la nación es una equivocación"...

Ahora, por favor, que alguien me lo explique... Cuanda andaba en política, esta mujer, no es que hablara acertada, pero, al menos, se le entendía... Es posible - no sé - que ahora que no está en política, si esté más atinada en lo que dice, pero no se le entiende... Creo que tiene cuatro nacionalidades la tía: argentina, española, francesa e inglesa... A lo mejor es por eso.

¿Y PORQUÉ DIGO YO ESTO?..

Llegando el Día de Todos los Santos, a los zagales del pueblo que éramos anejos al sacristán, tan zagal como nosotros, y puede que por vivir próximo a la de la Caridad, que también, se nos convocaba al atrio de la iglesia para distribuir las horas del toque de difuntos… Durante día y medio, al menos, había que estar “tocando a muerto”, parando tan solo que por la noche, a golpe de brazo. Hablo, para muchos de los que me leen, claro, de una época en que no se habían inventado los programadores, donde la luz eléctrica era un milagro reciente, y, ni qué decir tiene, lo de los móviles incluso estaba mucho más allá de la utopía.

Había que subir al campanario de la torre – toda una aventura de la que luego presumir entre escolapios – comenzando la proeza por aquel oscuro y tétrico habitáculo donde comenzaba la estrecha escalera de subida, donde se almacenaban las sillas de reserva, a las que había que echar mano en las festividades o actos de gran afluencia de asentaderos, como bodas, entierros, comuniones, navidad… La empinada y angosta escalera de ladrillo, daba vueltas y revueltas hasta alcanzar, en su altura, una base de dónde arrancaba otra, el último tramo ya, ésta corta, de madera, por la que se accedía al campanil a través de una trampilla…

Una vez arriba, sobre el suelo enmaderado, se abría en todo su esplendor y acoquine, un, para mí al menos, sobrecogedor y amplio paisaje, desde una altura que me encogía el ombligo… Por un lado, me atemorizaba, pues me imaginaba cayendo como un plomo y aplastándome contra el suelo como un pastelillo (es curioso que siempre que he soñado volar ha sido alzándome desde la tierra, no tirándome desde lo alto, lo que apunto a la atención de mi “psic” particular). La sensación era de una mezcla de miedo y atracción a la vez; un algo que me empujaba a asomarme a sus pretiles, al mismo tiempo que me paralizaba las piernas y me encogía el corazón; una especie de “pase” particular para mí de la película “Vértigo”, del tío Alfred…

Creo recordar que, en aquel espacio de tres arcos abiertos al exterior, habitaban un par de campanas: la grande y la chica, ésta última para la cosa de los “punteos”, a decir de nuestro amigo, el monago mayor… El viento, el frio y el olor del mar, casi que al alcance de la mano, te envolvían al instante, fundiéndote en un paisaje que se ampliaba a tus sentidos… Mi calle, que nacía a mis pies, se veía empequeñecida, como si hubieran hecho un juguete de ella con aquellas arquitecturas de tacos de colores, y mi casa se veía tan cerca y tan lejos al mismo tiempo, que me sentía como Gulliver en el país de los enanos. La gran experiencia de cada año, daba comienzo…

Sin embargo, la cuestión era harto sencilla… La pareja de guardia, sentados en el suelo de tablas, y con un extremo de las cuerdas del badajo en las manos, debíamos dar un toque de campana mayor cada diez o doce – quizá quince – segundos, y cada media docena de toques o así, con la pequeña, debía de acompañar un repique… Antonio nos subía un montón de pipas, torraos, avellanas y castañas secas con que Don Ramón, el párroco, nos habituallaba el servicio… Y allí echábamos tres o cuatro horas, puede que cinco, hasta que el relevo escalaba la espadaña y le pasábamos soga e instrucciones, y con qué, y cómo, guardar la posición.

El caso es que, después de esta larga exposición, ignoro el motivo de haber compartido esta historia con ustedes… Se me ha olvidado. O es posible que no haya existido ningún porqué. Puede que sea tan solo que me ha venido al recuerdo del rincón añejo y arcano donde se esconden las vivencias antiguas. De ese lugar ilocalizable desde donde el niño asalta al viejo. Desde donde aquello que fué pregunta al vacío si de verdad fué… O si es posible que algún crio de hoy pueda revivir las mismas emociones y sensaciones, al fin de no empezar a morir por los pensamientos.

Es que ahí es, precisamente, por donde empieza uno a despedirse, aunque no queremos reconocerlo… Es posible que esto haya saltado a mi hoy desde mi ayer porque recién he leído un pensamiento, breve pero denso, de Foucold: “vivir es compartir”. Se vive mientras se comparten las vivencias – valga la redundancia -, las presentes y las pasadas… En tres palabras: compartir la vida. Lo que pasa es que los mayores tenemos una vida de la que ya quedan pocos, cada vez menos, de aquellos con los que compartimos aquel lejano presente, y no podemos confrontar nuestros recuerdos para saber si aquello forma parte de nosotros mismos, nos conforma, o ya es solo un retazo de nuestra nada…

…Y si fuera verdad, ¿a quién transmitirselo?.. y, ¿por qué?.. o, ¿para qué?.. ¿De verdad hay alguien que le interese escuchar retales ajenos de pasado?, ¿de qué sirve?.. Quizá como elemento narrativo, simplemente, para un cuento; puede que como recurso descriptivo, para un concurso de narraciones cortas; es posible que como ejemplo para incorporarlo a un taller de escritura… Puede ser, pero no lo sé. Solo cuestiones prácticas, please. Para formar parte de la literatura. Pero lo que sí es cierto es que las campanas (¿de dónde habrá sacado este tío estas cosas?), hoy se tocan desde el ordenador, o desde el móvil del cura… Y, luego a luego, hasta molestan a algunos vecinos.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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NO ES IGUAL

Desde la modélica intervención de España en el rescate de los afganos, los periódicos del país nos han estado machacando durante un montón de días con ello. Declaraciones de integrantes del equipo de evacuación, políticos, especialistas, refugiados... hasta la suegra del cuñado del cocinero del secretario de...

...Pero ni una sola línea sobre el papel hecho en Ceuta con los cientos de crios refugiados y que tiró al mar el talibán marroquí... Silencio casi absoluto con la deshonrosa e inhumana chapuza perpetrada con esos chiquillos...

Nuestros bien engrasados medios saben muy bien cómo hacer su papel. Cuando hablar hasta el aburrimiento y cuando mantener la boca cerrada. Donde alabar y donde callarse. Claro que sí.

CON LA SOGA AL CUELLO

Hay cosas difíciles de entender, y que, cuando uno comienza a comprenderlas, entonces no le gusta nada lo que se le viene a las narices. La peste que nota es insoportable… Es lo que pasa con las eléctricas, con las energéticas, con esas compañías que son verdaderas depredadoras sociales y económicas. Al menos aquí, en España. Por ejemplo no ejemplar: si el precio de la electricidad en nuestro país es sensiblemente superior al del resto de Europa, no puede deberse al diseño de un mercado que es similar en toda la UE, y donde las reglas son las mismas… Entonces, ¿qué es lo que cambia?..

Lo que cambia son los árbitros. Son los que vigilan que tales empresas suministradoras no se salten las normas, cumplan las reglas de juego, actuando de garante al servicio del ciudadano… En nuestro país, lo que aparenta es que no existen esos árbitros, o que, si los hay, están al servicio de las compañías y no de la ciudadanía. Eso es lo que parece mismamente. Aquí, se saltan las normas, precisamente porque saben que quiénes están para velar por ellas, o no están por la labor, o carecen de los recursos necesarios – por lo que entran dudas – o es que están engrasando las bisagras de las puertas giratorias que todo el mundo conoce para vergüenza general…

Pero aquí, tales empresas abusan de manera clara y abierta del consumidor… O te revierten impuestos que ellas ya no pagan; o se aprovechan de la facturación horaria para cargártela más cara; o vacían estanques para justificar falsos ajustes al alza; o te facturan toda la energía al precio de la contaminante, cuando una parte cada vez mayor va siendo renovable; o si autoproduces, te abona el exceso a precio de la segunda, pero te cobra al precio de la primera; o… toda una lista de rapacerías y latrocinios sin cuento pero con cuenta: la tuya…

Y no puedes hacer nada, porque los que deberían defenderte no lo hacen… Los esfuerzos de la ministra del ramo para no hacer lo que no puede, o no quiere, o no sabe, son patéticos, a la hora de intentar rebajar la factura de una energía que está poniendo en serios apuros la supervivencia de las empresas, comercios, hosteleros, particulares… y está lastrando, en suma, la recuperación económica de todo el país. Aquí, la incompetencia y la inoperancia son apabullantes si las comparamos con el control que ejercen sobre las mismas el resto de las naciones europeas… El por qué pasa es lo que no sabemos, porque, claro, no nos lo cuentan, no nos explican, no nada… Solo embustes, falsas promesas, y mentiras.

El otro aspecto de la cuestión, es que el problema esencial no es solo del mercado eléctrico, si no que se extiende a casi todos los servicios básicos: buscadores de Internet; compañías de reparto; transporte público; telefonía y comunicaciones; redes sociales y redes alimentarias; grandes áreas comerciales y multinacionales comerciales; no digamos la banca… y todos los bienes y servicios del moderno capitalismo… Esto es: unas pocas empresas cada vez tienen más poder en el mercado. Y lo monopolizan. Y bajan las calidades subiendo los precios. Y cada vez esclavizan más al consumidor. No solo con el producto y sus falsos costos, también con sus sistemas de producción y distribución, y con los nuevos métodos de publicidad engañosa y agresiva que aportan y acaban imponiendo.

A diferencia de hace unas pocas décadas, hoy existen bastantes menos competidores, y éstos ganan mucho más dinero (todo va en contra de la libertad de mercado). Donde más se ha estudiado el fenómeno, cuyo modelo se ha trasladado al resto de occidente, es en la economía americana, que ha pasado de unos márgenes de beneficios medios y generalizados de un 21% en 1.980 al más concreto y particularizado del 62% actual… Sutilmente, el sano principio de la competencia se está diluyendo en cadenas comerciales que, en su estructura de multinacionales, conserva la apariencia múltiple y competencial, pero que ya no es más que una mera ilusión, puesto que la producción y la distribución están siendo absorbidas por el sistema contrario: el de copar y manipular el mercado (vea el fenómeno Amazon).

Apuntan grandes economistas, como Jan Eckhount, que esta concentración de poder en el mercado nos perjudica a todos. A los consumidores, que, a pesar de lo que parece, pagamos costos sobredimensionados en su relación calidad-precio; a los trabajadores de esos monstruos, que cobran salarios miserables y ofrecen una volatilidad laboral espantosa; y a los pequeños empresarios (que proporcionalmente pagan el 500% de impuestos más que ellos) y que, al final, son aplastados por las prácticas oligopólicas de estas corporaciones gigantescas… Hoy nos hacen un 9% más pobres en nuestro Pib, y fomenta la desigualdad, pero seguimos careciendo de reguladores contundentes contra estos abusos de mercado.

Atontados por este juego, ignoramos que lo más importante de todo este tinglado somos nosotros. Los que pagamos y compramos. Los que gastamos de lo que, cada vez, menos tenemos… Pero el verdadero, el auténtico problema, es que estos monstruos sean los que, un día, lleguen a gobernarnos si nuestros gobiernos no son capaces de gobernarles a ellos. Con las actuaciones de las energéticas, aquí, en España, tenemos un claro ejemplo… Y se ven otras claras señales en las Administraciones del Estado - con métodos como las licitaciones - vendidas a esta criminal tendencia.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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MALA MEMORIA

Casado sigue haciendo oposición desde su "deposición". Sobre el éxito político obtenido por Sánchez, indiscutible, sobre el rescate de Afganistán, vomita que "ningún mandatario celebra el horror"... Pero él sí que celebra su propio y profundo error.

Además, tiene una memoria selectiva de mosquito. No recuerda cuando su mentor, Aznar, ponía sus za-patas con Bush y el inglés, sobre la mesa, en las Azores, celebrando por anticipado el mayor horror desatado: la guerra de Irak...

Al menos, este Pablo debería pensar - o si él no, sí sus asesores - que es historia jóven, moderna, y que mucha gente nos acordamos de aquella enorme mentira que desató tal terror... Que se horrorice de eso.

EL PERRO

He leído en un periódico un reportaje sobre los perros… Como estoy rodeado de ellos en mi hábitat actual (observen que me califico a mí mismo como habitante, más que como actuante, desde la cada vez mayor relatividad de mi existencia, ya solo pegada a mi residencia), me he interesado en ver lo que dicen sobre unos compañeros que, estoy absolutamente seguro, saben ellos más de mí que yo de ellos… Por lo que intento compensar un poco tal estado de cosas, dentro de lo que me es posible, naturalmente…

Que nuestra convivencia viene de que el lobo se acercó al hombre – no al revés – hace 20.000 o 30.000 años, ya lo sabía yo. En algún fondo del conocimiento guardaba ese detalle desde hace mucho tiempo… De entonces acá, ambos depredadores, lobo y hombre, han intentado conocerse mutuamente. El lobo, desde la cercanía de su descendencia cánida: el perro; y el hombre, desde la lejanía de su propia “superioridad”, o supuesta, o pretendida, superioridad. Aunque me barrunto que los primeros se han esforzado bastante más que los segundos, y, por lo tanto, en este período evolutivo en el que nos encontramos, ellos nos conocen más a nosotros que nosotros a ellos.

Nuestra capacidad de captar el mundo que nos rodea es básicamente visual. Archivamos formas y colores como máquinas, que luego asimilamos, clasificamos y archivamos. La suya es extraordinariamente olfativa, pero su mundo es muchísimo más rico en su universo del olor que en el del color … Dicen que los perros ven en blanco y negro, pero no es cierto, ven en un bitono de gamas azules y verdes (nosotros vemos en tres: esas dos, más el rojo) pero esto lo comento tan solo que a título de curiosidad, para ampliar un poco más el contenido del de hoy… Lo importante es que el alma de nuestro perro está unida a la nuestra a través de su prodigioso olfato…

Cuando nos olfatean al volver a casa, nuestro perro extrae de nosotros una información tan variada como sorprendente: de los lugares dónde hemos estado; con qué otros chuchos o animales nos hemos relacionado; lo que hemos comido; si hemos estado con personas que ellos ya tienen “fichadas”, o no; registran la normalidad o anormalidad de nuestras funciones fisiológicas; si hemos tenido un buen o mal día, y, por supuesto, el estado de nuestro ánimo… El chequeo que nos realiza nuestro amigo de cuatro patas puede llegar incluso a captar el inicio de un posible malestar o enfermedad… Los que investigan estos comportamientos, como la eminente Alexandra Horowitz, aseguran que un perro vive, siente y actúa más en consonancia con la disposición de sus amos que con la suya propia… lo cual nos coloca en una posición bastante lamentable con respecto a ellos, por cierto…

Tomás Camps, una autoridad en la materia, afirma tajantemente que “hemos evolucionado conjuntamente, pero los primeros pasos han sido siempre por parte de ellos, no de nosotros”… Y debe ser verdad, porque, sin necesidad de una enseñanza específica, cualquiera que tenga un perro sabe que son capaces de entender nuestras señales sociales tan solo que por los gestos; saben lo que queremos decirles tan solo que con nuestra intención, por la mirada, el tono, la disposición, la más sutil señal, por cualquier detalle que captan ellos antes que siguiera les hablemos.

Sin embargo, ellos, los perros, dicen los que saben, han pagado un alto precio por su acercamiento a nosotros: “han perdido parte de sus capacidades naturales”, como indica J.A. Ramos… Han reducido su potencia de orientación, para resolver problemas espaciales, que es mucho, bastante peor, que la de sus hermanos lobos, que aún la conservan. Incluso casi han llegado a dominar sus instintos, que apenas los sacan a relucir en circunstancias especialmente violentas para ellos… o para su amigo humano. Tan solo conservan intactas las que les procuran información, como, por ejemplo, el “catar” un pipí o una caca de algún congénere, que están catalogando datos de posibles colegas próximos, contrincantes, amigos o enemigos, de su entorno…

El perro sabe el tiempo que va a hacer, cómo huele la primera hora de la tarde, o la inminencia de las visitas”… asegura un experto. La diferencia entre el lobo y el perro es que éste último sus cualidades las ha puesto al servicio del hombre (esto último es de mi cosecha). La cuestión es si los seres humanos hemos correspondido en la misma medida y proporción. Yo tengo mis dudas. Cuando se habla de perros asilvestrados (asalvajados) en realidad son perros abandonados, que, cuando se ven privados – alejados – de la compañía del hombre, vuelven a su estado original primitivo de libertad e instinto; regresan al estadio de dónde vinieron, o sea, se aloban… Y es que nosotros no hemos adoptado al perro, es el perro el que nos ha adoptado (adaptándose él) a nosotros.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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YO NO LO VEO ASÍ

Por un par de artículos sobre mi pueblo, se me ha señalado como enemigo nº 1 del mismo. Se me acusa de querer hacer daño a él y a las instituciones. Sin embargo, nada más lejos. Intento concienciar, no dañar. No es lo mismo.

Hay un dicho muy sabio: "el ocultar los problemas no los resuelve"... Todo lo contrario, se enconan si se arrinconan... Y se enquistan, y se hacen endémicos, que es peor.

No tengo más interés que el interés de donde vivo. Siempre fué así. E igual que me sentí orgulloso de lo que amo, igual puedo sentirme avergonzado. Y decirlo. Lo contrario sería la ley del silencio. Una especie de "omertá", con perdón...

LO QUE PUDO SER...

…Y no fue. Hace 15 o 20 años, en Torre-Pacheco, estuvo a punto de florecer un proyecto comercial mancomunado por el propio comercio local, que bien pudo haber cambiado el triste futuro que es hoy… Una iniciativa, pionera e inédita entonces, que, estoy seguro, habría marcado tendencia, y quizás, es más que posible, hubiera evolucionado a un sistema de enfocar y/o concebir, u organizar, el comercio clásico, que hubiera supuesto su actualización y supervivencia. Y de esto estoy seguro, hubiera marcado un antes y un después…

En la territorial COEC de Torre-Pacheco, de la mano de un analista programador, gran amigo mío y mejor persona, que se prestó al proyecto, Paco Riquelme, habíamos desarrollado un portal multicomercio (entonces revolucionario), a modo virtual de las grandes áreas comerciales que vendrían después, donde todos los comercios, servicios e incluso industrias fabricantes del pueblo tendría su propia tienda-escaparate de forma dinámica, donde expondría a todo el mercado propio e Internet sus propios productos, novedades, ofertas, rebajas, liquidaciones… Paralelo a esta iniciativa, y para captar la clientela más próxima y doméstica, se había comprometido la puesta en marcha de una tarjeta de crédito que llevaba anexas atractivas ventajas para el usuario: plazas de aparcamiento, gasolina, consumiciones en bares y terrazas… Inclusive, incluía un “Programa VÏA” (Ventajas InterAsociados) de acuerdos intercomerciales mutuos, de cara a beneficiar a la clientela y aumentar las propias ventas.

El proyecto, al que se bautizó y presentó como Pachecomercio, se arropaba con un sistema de cobro tipo Paypal, en que el comercio cobraba en tiempo real, y con una garantía desarrollada de cara al cliente (inclusive se le dotó de un sistema oficial de Arbitraje para casos de reclamaciones). A través de otra empresa local de transportes se cubría el problema de logística avanzado, con un sistema de recogida en comercio y entrega de mercancía en mano, puerta a puerta, en 24 horas. Los avisos de recogida los recibía la agencia a la vez en tiempo al del pedido el comercio, e iba incluido en el programa de manera automática… La formación e información a los comercios estaba cubierta con un cursillo integral, gratuito también, en el que se preparaba a la persona o personas indicadas por el comerciante para manejar el protocolo, se le entregaba la llave de su propio “escaparate”, y quedaba en sede local de la Coec un dispositivo permanente de consulta, ayuda, apoyo y asistencia al comercio para el funcionamiento del sistema y su correcta coordinación. A tal efecto, aquel Ayuntamiento colaboraba financiando la puesta en marcha de una persona preparada y dedicada a tal cometido.

No sé si me quedará algún detalle en el tintero de la memoria, pero, así fue, en síntesis, el fallido Proyecto Pachecomercio… Y lo que es más importante de todo ello: nada costaba un solo euro al comerciante. Todo ese complejo dispositivo – de lo que puede dar aún fé mi entonces secretaria y mano derecha e izquierda, Julia Olmo – fue fruto de gestiones, colaboraciones, acuerdos, convenios, mucho trabajo de campo y despacho, y mucho esfuerzo y mucha labor personal… y el inestimable apoyo y nunca bien agradecida ayuda de mi buen amigo, el entonces Director General de Comercio, Guillermo Herráiz.

Lo que nadie cree hoy (dada las actuales tendencias) es que toda aquella infraestructura se montó sin costo alguno. Cero. Y todo el dispositivo, dispuesto para la puesta en marcha, generaba, en su normal funcionamiento, los recursos necesarios para su propio mantenimiento… Y lo que tampoco nadie se puede creer hoy, es que aquello fracasara antes de ponerse a funcionar… Y por un solo, simple y único motivo: la falta de fe. La falta de una fé de los comerciantes locales, que no creyeron en lo que tenían ante sus ojos, desconfiaron, no quisieron molestarse en incorporar un sistema que renovaba el concepto de comercio, no sé… Se hicieron llamadas, se montaron reuniones, presentaciones virtuales en las Fiestas de Navidad del Comercio, visitas programadas… Nada. Cuando no se quiere, no se quiere. El comercio de Torre-Pacheco tiró por la ventana la más grande oportunidad que jamás tuvo para poder haber cambiado la realidad de su triste y patético presente… Y no creo que aquel conjunto de favorables circunstancias se vuelva a repetir. Ni la oportunidad de sus increíbles condiciones. Ni la calidad de otras cosas que omito para que nadie se pueda ofender…

Ya nada es recuperable a lo que pudo ser y no fue… A la vista está. Cuando algunas de mis crónicas pisan alguno de estos callos, ninguno de los que se pueden dar por aludidos abren la boca. Para nada. Es natural, pues ellos saben que a mí no me pueden contar cuentos ni cantar nanas. Los pueblos pagan caro sus errores, los de sus gentes y los de sus administradores, pero todo lleva su tiempo… Es la ley de causa y efecto. Ayer, los comerciantes cometieron el pecado del que hoy están pagando la penitencia; y hoy sus gestores municipales cometen, encima, el de maltratar a los que, supervivientes de aquel error, aún les pueden pagar, peor que mejor, sus impuestos. No solo no les ayuda a salir del hoyo (puede que se lo tengan merecido) si no que, a través de sistemas inicuos (en otros lugares los están obviando a través de la misma ley que se “los impone”), aún los hunden más en ese profundo hoyo… Mañana se verán las consecuencias, pero yo solo veo pobreza, inestabilidad y decadencia… Con perdón y con permiso, claro, que mi mayor deseo sería el de estar equivocado.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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ANTIVACUNAS

El debate sobre el derecho a ser o no negacionista debe ser abordado por las autoridades sanitarias y por los gobiernos con asistencia de la justicia tanto como de la ética, dado que vacunarse es una opción cívica y solidaria...

Existen argumentos sólidos para exigir la inmunización de colectivos determinados por la naturaleza de sus trabajos. Los derechos de los negacionistas no son absolutos, y su insolidaridad tiene graves consecuencias en determinados casos.

El principio general de voluntariedad de la vacuna puede ser sustituido por el de obligatoriedad, cuando el beneficio social que se persigue es mayor que la conculcación de los derechos de unos pocos... También los que se vacunan tienen los suyos.

CUENTAMUNCUENTO, ABUELO...

Hace veinte años, los EE.UU. utilizaron a los talibanes para sacar a los rusos de Afganistán. Una vez desalojados, se metieron ellos, colocaron a un gobierno títere, y se dieron cuenta que los tales talibanes eran unos burros islámicos y unos terroristas… Vale – se dijeron – a estos los machacamos de cuatro puntapiés, y se pusieron a ello. Pero resulta que en dos décadas de invertir ingentes medios, dólares a punta pala y recursos bélicos a mogollón, no han servido para nada, y han sido los talibanes, precisamente, los que los han echado a ellos a patadas de alpargata. Un puñado de desharrapados, sin aviación, sin marina, sin ejército de nada, solo que con media docena de fusiles, cuatro bombas, un par de bazookas y mucha mala leche, han bastado para imponerse al todopoderoso Army Usa.

Igual les ocurrió en Vietnam… Que los corrieron con unos cuantos kalashnikov y algunos tirachinas, sin que su super-dotado ejército pudiera hacer otra cosa que salir por pies. Ni siquiera con todo su juego sucio de rociarlos con napalm, que achicharraron media selva… Y es que se ve que a los super-héroes americanos los mantea cualquier guerrilla que se precie. Mi opinión personal es que ellos se apoyan en su alta tecnología bélica, y sus enemigos lo hacen en sus convicciones… Los de la factoría Márvel no luchan por ningún ideal, ni por motivo “de tripas” alguno, y siempre se enfrentan a gente movida por sus ideas, aunque sean las más equivocadas de las ideas, o las más terribles… Unos luchan por su tierra, por sus piedras, por su miseria, por su gente o su subcultura, por sus erróneos ideales, sus creencias o sus puñeteras fés, vale, pero los otros se preguntan lo del ¿qué coño hago yo aquí?, ¿por qué leches me estoy jugando el pellejo?.

Pero el mundo es un tablero de ajedrez; los ejércitos, los guerrilleros, los terroristas y los desgraciados, los “buenos” y los “malos”, son las piezas; y las manos de los “grandes hermanos” son las que las mueven, según determinados intereses… A esto lo han bautizado con el rimbombante nombre de “Geopolítica”, pero en realidad se llama petróleo, gas, wolframio, diamantes, fosfatos, situación estratégica o a quién le toca vender las armas a quién… Lo demás, es un teatro muy bien montado para que el espectador, desde el palco o el patio de butacas, patee o aplauda, según le vaya… Tan solo fíjense ustedes que en un solo detalle: los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Onu son los principales productores-vendedores de armas del mundo mundial. Y esto es un hecho, real como la vida misma esa que nos fabrican y nos presentan ante nuestros morros pintando la tragedia de Afganistán (mientras ocultan otras) como una gesta heroica de los narradores de la historia-cuento.

Tan es así, que, en la trágica y vergonzosa retirada de las fuerzas de ocupación, en plena evacuación de cooperantes y sus familias, y sus propios componentes diplomáticos, estallan un par de bombas (elementos suicidas) en un sector de responsabilidad norteamericana, con muerte de una docena de militares. Como Bíden, su escaso presidente – ya empiezan a llamarlo “pocoyo” – ya había baladroneado antes que mucho ojito con tocarme un solo soldado que “obraré contundentemente y en consecuencia” (exceso verbal un tanto tonto tras haber salido por piernas de un país sin que sus 20 años de contundencia tuvieran consecuencia), pues se vió en la tesitura de “cumplir” su idiotamenaza

Así que, dicho y hecho, ¡et voilá..!, se saca una escuadrilla de drones, y, de la noche a la mañana siguiente, bombardea las posiciones del Isis, y mata, sin víctimas civiles, al líder de la sección afgana del Estado Islámico en Nangahar… Así mismo, con un tino y una puntería que ni su Bruce Willis y todos sus mega-héroes… O sea, 20 años sin poder descabezar y erradicar el terrorismo mugriento de un país entregado, y en un plis-plas se quita de en medio a un “temible” jefe de la milicia yihadista que pasaba por allí (a saber si no era un alcalde de barrio)… Pero para el propósito vale: venganza tomada, justicia hecha, honor cumplido.

Por cierto, nos cuentan las crónicas que esta rama yihadista afgana, los Isis-K como los llaman, son competencia directa de los Talibanes (así que a ver si este “éxito” no ha sido un soplo talibán a sus antes enemigos amerikani), y mucho peores que ellos, que ya es decir, y dicen que los “tali” parecen angelitos de la guarda al lado de ellos. Aunque ambos sean islamistas. Islamistas ciegos, claro, que son de los que hacen todas sus barbaridades en nombre de un Corán, pero ni usan ni siguen ese Corán (yo me lo he leído, y nada que ver). Pero todos ellos vienen a las potencias como anillo al dedo para mover sus políticas hegemónicas en ciertos países que convienen…

Cuando esto escribo estamos recién llegados de Kabul, con los talibanes disfrutando del abandonado trono afgano. Una cortesía de Occidente, “al dente”… Pero no me va a extrañar nada que, otra vez Rusia, o quizá China, estén tomando posiciones para ocupar el lugar dejado por los barraestrellados marines... Así, por las buenas, con negociaciones y todo eso, que luego ya veremos cómo nos repartimos el papel de buenos y malos hacia los que aplauden o patean desde la platea, y de cara a los que ponen los muertos… Los pactos y el reparto del botín, por debajo de la mesa, please… Y que siga la función. Que no decaiga…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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¿EN QUÉ QUEDAMOS..?

Dice el científico Pérez Ruzafa sobre el estado del Mar Menor, que está hasta arriba de nutrientes y hasta abajo de salinidad, principalmente, porque le sobran un par de metros por lo menos al nivel freático...

...Que había que pinchar y rebajarlo. Pos fale, pos bueno, pos dacuerdo, pero yo aún recuerdo que a los agricultores que abrieron pozos de riego los frieron a multas y casi que los meten en la cárcel...

Habrá que poner de acuerdo a los que saben de esto y a los que no tienen ni idea mas que de vociferar y cartelear. Y decirles a los políticos que mantengan sus manos quietas si no es para solucionar algo...

¿CÓMO ES POSIBLE..?

Que soy un “tío raro”, un - para muchos - personaje extraño, lo tengo asumido (un amigo tengo que me califica de “exótico”), pero, mis habituales lectores, aquellos que se atreven a seguirme, ya saben que, entre mis temas recurrentes, tiendo a sembrar, de vez en cuando, escritos más o menos filosóficos, más o menos teológicos, más o menos científicos, o más o menos míticos, o bíblicos, que me sitúan en el rincón más semiluminado – y lo digo incluso con el más peyorativo de los ánimos – de la Caverna de Platón. Lo admito…

Y digo esto por algo muy curioso que vengo observando de un tiempo acá. Dadas esas ciertas inclinaciones, ya endémicas en mí, preciso alimentarme también de cierta literatura, más bien ensayo, o textos clásicos, o alguno que otro de los mal-clasificados como herméticos, o para algunos heréticos, a fin de mantener saciada cierta parte de mi hambre… Y no crean, por favor, que soy ningún tipo de vampiro, pues mi dieta es muy variada: novela, historia, narración, investigación, relato, ciencia, y/o cualquier otro que me entretenga. Digamos que tirando a normal pero con las manías propias de mi tendencia… e intendencia. O sea, que no son necesarios los cazafantasmas conmigo…

Bien, pues lo que hoy, en la actualidad, pleno siglo XXI, me descoloca, es que, docenas, docenas y docenas (cientos quizá) de interesantísimos, documentadísimos y buenísimos títulos, portadores de cojonudos textos, han desaparecido de la faz del conocimiento humano, en plena era llamada “de las comunicaciones” precisamente… Hoy se acerca uno a cualquiera bien-armada distribuidora de libros, y obras de Louís Carpentier, Jean Pierre Bayard, Michael Foss, Paul Deveraux… y muchos, muchísimos otros, se encuentran, todos a la vez y al mismo tiempo, con la etiqueta “Descatalogado”… Dada su repetida procacidad, a mí se me traduce por otra más siniestra de “Missing”. No digamos textos, estos sí que herméticos, de Hermes Trimegisto, u otros parecidos, aunque sea en edición de Walter Scott, por poner un triste ejemplo… Pero es que, ni siquiera la obra patria y de la era moderna “Teoría Cristocéntrica del Universo”, del padrecura López Guerrero, un humilde párroco de Mairena de Alcor, se encuentra disponible ni conocible. Una pena.

Se me podría alegar que, hombre, vivimos en un mercado que obedece a la ley de la oferta y la demanda, compréndalo, si no hay de lo segundo, lo primero desaparece… es normal. Y yo lo entiendo, sí, de verdad, pero solo hasta cierto punto, pues estamos hablando de conocimiento universal. Con permiso, claro… ¿Cómo es posible que en los años sesenta todos esos autores, y otros muchos, con sus obras y títulos, se pudieran encontrar en cualquier fondo editorial de cualquier librería que se preciara y por muy de pueblo que fuere?.. Aparentemente, solo existe una contestación: había demanda de ellos, y, claro, pues eso… Pero son dos las respuestas en realidad:

Una, que sí, que efectivamente había una cierta demanda… yo acotaría inclusive que una muy relativa demanda, pues eran (son) contenidos para una minoría de lectores, estudiosos o aficionados a tales temas. Pero, aún y así, y aunque caros por sus cortas tiradas, se mantenía abierta la posibilidad de acceder a ellos… Un par de cosas parecen demostrarse en la actualidad: que el nivel cultural, intelectual, formacional, de conocimientos, de la gente, ha caído a niveles zarrapastrosos (mucho más bajos que entonces) – al menos, el interés que se detecta es cero, y los niveles del hábito de lectura son lastimosos – y que tampoco existe interés en que estén al alcance del público. Ni del gran, ni del mediano, ni del pequeño… Nada.

Afortunadamente, yo conservo en mis estanterías multitud de esos libros, cuyo valor – en información y conocimientos – es incalculable… Un día, un joven amigo vió que tenía las obras de Allan Kardeck y se frotaba los ojos. Creía (le habían informado) que era una leyenda, que, en realidad, tal autor no existió… Cuando digo que esa caterva de títulos y autores que poseo (hasta la mismísima Doctrina Secreta, de Mme. Blawatsky) los adquirí sin ningún tipo de problema en plena dictadura franquista, no se lo creen, y, alucinados, me preguntan: ¿cómo es eso posible?..

Muy fácil: la censura de entonces no ”llegaba” a tal nivel, y, sencillamente, “pasaban” de una literatura que no entendían (los censores eran obtusos y lerdos) ni comprendían… Lo que yo me pregunto hoy que ¿cómo es posible?, es por qué, en esta aparente sociedad de libertad de pensamiento, el pensamiento es menos libre que nunca, y la sutileza de las actuales normas, formas y hormas, hayan establecido un depurado y sutil “Farenheit-451”, sin fuego ni quema de libros, sin que apenas nos demos cuenta… por supuesto, solo para los pocos que aún quedan esturreados por ahí con capacidad de preguntarse ciertas cosas…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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VERGONZOSO...

El mayor fracaso cosechado por Biden hasta ahora ha sido el dejar Afganistán en manos de los talibanes. Todo un país en las garras del ciego terrorismo islámico dará problemas más pronto que tarde, y salir lavándose las manos sobre una responsabilidad que asumió hace 20 años, es vergonzoso...

Había otras fórmulas: Otan, Onu, cualquier alianza o acuerdo antes de abandonar a sus habitantes a una sanguinaria edad media. La Historia juzgará a occidente por ello...

España, naturalmente, ha salido por patas, solo airosa por el rescate llevado a cabo... Rusia y China esperan llenar el hueco de la desbandada...

EL PUEBLO QUE SE J... A SÍ MISMO

Estimado amigo.- Muy bueno tu último artículo.- Triste, pero cierto. ¿En qué nos hemos convertido como pueblo?.. Espero que esto tenga vuelta atrás.- Saludos.”. Es uno de los múltiples y variados comentarios que, por el estilo (algunos, muy duros) que, por el estilo, matiz y contenido, me ha sido enviado por e-mail, whastshap, o en vivo y en directo, vía calle, de la gente de a pié y de los comerciantes que quedan, sobre mi pasado artículo: “CÓMO CARGARSE UN PUEBLO”… De los aludidos, silencio administrativo, cero patatero, “silencio en la noche / ya todo está en calme / el pájaro duerme / la ambición descansa…”, como canta el viejo tango de Carlos Gardel.

Tampoco yo esperaba otra cosa, sinceramente… Doy gracias a este corresponsal por considerar bueno el artículo. Es realista, más que bueno. Triste, pero cierto, asegura. Y así es, por desgracia. Y termina con un deseo, como un brindis al cielo: ojalá esto tenga vuelta de hoja… Los pueblos, todos los pueblos, empiezan por hacerse fuertes o débiles por su comercio, por su industria, por su tejido empresarial. Torre-Pacheco no ha sido distinto. Llegó a ser un municipio pujante, próspero, poderoso, dinámico, influyente e importante en su entorno gracias a una apuesta firme de su ayuntamiento, de sus organizaciones empresariales, de sus ciudadanos industriosos… La decadencia ha llegado de la mano de los mismos agentes: de un comercio e industria que se ha debilitado; de un ayuntamiento que los ha traicionado; de unas organizaciones que se han acomodado; y de una ciudadanía que los han abandonado… y que, ahora, también abandona el pueblo que ha dejado. El resultado es lo que empezamos a ver y a notar…

La llegada de grandes áreas, parques y superficies, fue el detonante, sin duda alguna, del inicio de la crisis que aquí (doy fé de lo que digo) no se quiso – aunque se supo – hacer frente a los nuevos tiempos. La primera desbandada de la clientela se sumó, con el tiempo, a la miopía ciudadana de la compra por internet. El daño económico lo hacen directamente a la sociedad en la que viven, y de la que viven, pero es una ceguera universal a la que solo la información veraz y la concienciación pueden curar… Naturalmente, es la Administración (ayuntamientos, en primera línea) la que está llamada a dar apoyo institucional a su comercio y empresas, promoviendo tales campañas de concienciación y fidelización de la clientela a su comercio de base, etc… ¿Pero qué autoridad moral puede tener una administración local que hace lo mismo, y aún peor?.. Con el agravante de apuñalar por la espalda a quiénes los mantienen a ellos, y a los servicios que prestan a esa misma ciudadanía, de sus propios impuestos.

Por eso, como respuesta a la pregunta de mi correo, solo hay una, y es consecuencia de una causa concreta: como pueblo, nos hemos convertido en lo que hemos querido. Nos hemos traicionado a nosotros mismos, y nos hemos empobrecido en justa inferencia. Somos los responsables y los culpables de ello… Sobre la posibilidad de la “vuelta de hoja” que apunta mi amigo, lo dejo a la conciencia e inteligencia de la gente. Todo puede ser si en verdad se quiere, pero… ¿se quiere?.. yo no lo veo, sinceramente. En ningún lado ni por ninguna parte… Y, por parte del que más obligación tiene, el ayuntamiento, ya vé mi interlocutor su disposición: reducir aún más la fuente de sus propios ingresos empobreciendo aún más a las empresas que les pagan los impuestos estableciendo malas, desleales y deshonrosas prácticas comerciales, como es el innoble sistema de licitaciones.

Por supuesto, la proliferación (que no es eso, si no la sustitución) de tiendas de gestoría árabe e hindú, no se debe a otro fenómeno de que ellos – que ya están aquí radicados por motivos de oferta y demanda laboral, y no viene al caso de lo que estamos analizando ahora – tan solo recogen las migajas de nuestro fracasos y abandonos. Ellos se limitan a intentar sobrevivir con los restos de nuestro naufragio, nada más… y nosotros nos limitamos a intentar salvar los muebles de nuestros antes prósperos negocios con la recogida de un más que modesto traspaso con que paliar el descalabro.

Los duelos, dice el refrán, con pan son menos duelos… Y la ocupación por los de fuera de los bajos que cerramos, son, al fin y al cabo, el pan duro de los duelos. Es el broche de rectificación de las cosas mal hechas… Contestando a ello, pues, que coincide con el aporte de muchos más, si la gente no se vuelve a “reconvertir” en personas, éstas no toman conciencia de la situación, y exigen a los ediles, con pancarta y “gallao” en mano, revertir tan ruinoso estado de cosas (y esos me temo que es una utopía, dado el adormilamiento del personal), la respuesta de los que pagamos sus dudosamente bien ganados sueldos, ya la tuve yo mismo con mi anterior artículo de referencia: nula, ni p… caso, amigos míos.

Solo la conciencia social, la sensibilidad social, la vergüenza social, la reacción social, mueve estas cosas… y no pueden ser apagadas con el caramelo de unas fiestas, unos cohetes, unas morcillas, o una vuelta ciclista a Europa, ya me entienden… Si lo son, entonces es que esa tal conciencia no existe… Así que mirémonos todos y cada uno de nosotros a nuestra propia jeta y preguntémonos qué somos, si personas o sucedáneos…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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VERDAD TORTICERA

Más de 4.300 migrantes han pasado nuestra frontera con Francia por Euskadi (Irún) atravesando el Bidasoa. "Si no los paró un océano, no lo hará un río", dice un representante de una Ong vasca. No obstante, también se cobra algún que otro muerto.

Para que sepamos que igual que nos entran también nos salen. Hacia Europa. Cuando interesados partidos populistas proclaman que "nos van a invadir", estan mintiendo, y lo saben, porque conocen una realidad que falsean y ocultan a sus crédulos...

Si solo entrasen, en España ya hace tiempo que habría más africanos que españoles. Es un absurdo embuste enmascarado, porque se le dá más importancia a lo que entra por el sur que a lo que sale por el norte.