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SER O NO SER

(de Interempresas)

 

R. Louis Stevenson fue el que dijo: “ser lo que somos, y convertirnos en lo que somos capaces de llegar a ser, es el único fin de la vida”.- Cuando uno se tropieza con un pensamiento como éste, en un gran personaje como él, y lo lee un par de veces o tres, tampoco hacen falta más, y lo interioriza, la verdad es que lo reconcilia con uno mismo. Y más a estas alturas de la edad en que lo único que se espera es a no esperar nada; a ejercer la compasión con la propia existencia; el que alguien de mucha, muchísima, más talla que tú, como Stevenson, te diga al oído interno que ha merecido la pena.

Él no antepone niveles ni valoraciones a hecho alguno… Tan solo se limita a constatar lo que supone ser lo que somos ,y lo que hemos sido capaces de llegar a ser, en un sutil e inteligente diferenciación entre ser y capacidad de ser. Pero no califica, no pone nota, no juzga, no nada. Y, la verdad, es que supone un cierto bálsamo para aquellos que, como un servidor de ustedes, utiliza la escritura como una catarsis.

En el “ser lo que somos” nos está diciendo que todas las personas nacemos “SIENDO” lo que cada cual es… En lo de convertirnos en lo que “somos capaces de ser”, nos transporta a nuestro actual “SOMOS”; y el broche de señalarlo como la finalidad de toda vida, es como la absolución probatoria, y aprobatoria, que, en definitiva, todos y cada uno esperamos, y en la cual, en el fondo de cada cual, confiamos. Es posible que pueda estar equivocado en mi análisis – ustedes opinarán – pero, al menos en mi caso, supone un cierto consuelo. Si lo comparto con los que acostumbran a seguirme y leerme es para procurarles, a ser posible, claro, el mismo sentimiento.

Si alguna insatisfacción arrastro de mi vida y que prevalezca (las consideradas menores me he ido reconciliando con ellas, poco a poco, antes de defenestrarlas) es, si acaso, el no haber podido ser lo que quise ser. Y explico el aparente contrasentido: hubiera querido estudiar, sí, estudiar: ciencias, medicina, letras, enseñanza… tales eran las cuatro patas de mi banco. No supe, no pude, no merecí, no yo qué sé… Años cincuenta, escuela de posguerra, familia de supervivencia, línea trazada de vida… No quiero utilizar esto como excusa, solo como descripción de una situación, entiéndanme. No me considero víctima, pues como yo hubo muchos, muchísimos, demasiados… si acaso, mi propia incapacidad. Pero eso no es la insatisfacción que confieso, pues no culpo a una situación social o histórica como una plancha de hierro; incluso mediática, política o económica; sino que me culpo a mí mismo de no haberme enfrentado a las circunstancias que me lo impedían. Eso es todo.

Sin embargo, en buena parte, esta máxima de Stevenson me pone en paz conmigo mismo en el último tramo de vía de mi vida… No pude ser lo que quise, pero soy lo que he sido capaz de ser. Punto final y punto pelota, que ya bota… Miro atrás, veo que me ha llevado toda la vida, me cago en la leche, pero he sido capaz de ser un reflejo, pálido y desnutrido, sí, pero un chispazo, un fogonazo, de lo que quise. Y, aunque son los demás los que deben valorar con objetividad, no yo, pero creo creer, quiero creer, estar satisfecho con el resultado, por íntimo y último que éste sea.

Tuve que sacrificar lo que hoy sé y soy, como titulación y medio de vida, al que quería ser y tener. No pude vivir de ello, como deseaba hacer, y hube de ganarme el chusco y la sopa en lo que nunca, jamás, me gustó, ni tampoco quise, aunque sé que fue lo mejor que me pudieron ofrecer… Pero creo que le saqué el partido suficiente para poder mantenerme en la senda que quería tener y de la que quería saber, aún de la que no pude ser… En realidad, he vivido dos vidas paralelas: una material y de mantenimiento, y otra virtual y de conocimiento, una especie de intento continuo y constante, de un “quieroynopuedo”, y eso, todos los años de mi vulgar historia personal.

Hoy Stevenson viene a mi rescate, y me descubre, ¡pobre tonto!, que en mi ahora soy “lo que he sido capaz de llegar a ser”; en otras palabras: que “casi” soy lo que quise ser, aún intitulado, y desdiplomado e inoficializado, esos son circunstancias administrativas, al fin y al cabo. Acompañantes, pero no determinantes. Y digo lo de tonto de mí, porque lo he comprendido ahora, cuando ya no necesito vivir “de” ello, pero sí que puedo vivir “con” ello, y reconocerme “en” ello… Y vayamos agora con la última parte de aqueste escriturial:

Si lo comparto con todos ustedes, no es solo a modo de terapia, que también tiene algo de eso, también; es igual para solidarizarme con todos aquellos que, como yo, que sin duda los hay y muchos, igual pueden encontrarse con alguna insatisfacción medrándole las tripas de su vida inútilmente. Todos somos lo que hemos sido capaces de llegar a ser, entre la infinidad de grises que existen entre el blanco y el negro. Esa gama grisácea, piénsenlo, es la que otorga relieve y profundidad a la realidad que, al fin y al cabo, no existiría sin nuestra leve aportación.

Luego, ya, para terminar, y como apunte final a estos simples pespuntes, tan solo queda aventurar la posibilidad última que se esconde en nuestra ignorancia (lean mi artículo El Destino)… Lo que R. Louis Stevenson deja oculto para la sabiduría oculta - permítanme la redundancia – es cuándo, cómo, en qué momento, dónde, decidimos nuestra capacidad de llegar a ser lo que somos. Eso queda, mis queridos amigas y amigos, para otra ocasión en que el destino cruce los dedos… Arrivedercci.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

¿ESPERANZA?..

(de Stock)

 

Hay días que pierdo la esperanza, la busco y no la encuentro por ningún lado… ¿ánde andará?.. me pregunto a mí mismo. Pero se esconde la condená…

Miro lo de encima y veo las instituciones y los gobiernos en manos de políticos nefastos, desaforados, demagogos y cantamañanas. Una manada de tahúres polarizando a la gente y masificando a la ciudadanía. Un nido de garrapatas políticas.

Busco alrededor y veo la triste e inmensa gentificación de las personas, agarradas a la fiesta y al atontamiento continuo; al hedonismo y la negación de sí mismos; al dame panycirco y dime bobo… Y sigo sin encontrar a la jodida esperanza.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

DONDE SE DIJO DIGO...

(de Europa Press)

 

Que España está a la cola de la Europa desarrollada en materia de investigación científica es un hecho ya casi contrastado. En Enero de 2021 se hizo un esfuerzo, bajo el paragua de fondos europeos, en poner en marcha el Programa María Zambrano, para la captación de jóvenes talentos, españoles o extranjeros, que, repartidos por todo el mundo, quisieran ganarse las habichuelas en este país, tan necesitado por otro lado, de su concurso profesional. Aquél, hoy extinto, Ministerio de Universidades, logró el milagro de traer y atraer a 700 científicos de contrastada capacidad, trayectoria y valía, muchos de ellos compatriotas bregando en prestigiosas universidades europeas y americanas.

Sorprendentemente, en la actualidad, se encuentran a la deriva, sin planes de consolidación de programas ni de sus puestos, y pensando en volver a hacer las maletas e irse para ya no regresar jamás a un país, el suyo, que les ha engañado miserablemente. Aunque en su contrato existía un compromiso escrito de estabilización tras el periodo de tres años, no se ha cumplido en modo alguno, y su porvenir, fijo donde antes estaban, les queda ahora en el aire… No les dejan optar a nuestros fijos al considerarlos externos; tampoco pueden liderar proyectos de investigación si no extienden su estancia (el ratón que se muerde la cola); y aseguran que “han vampirizado los fondos europeos, y no han gastado un euro en nosotros”.

Yo no sé a ustedes qué les parecerá esto, o si, salvada la fiesta de la sagrada morcilla, el festival del talycual y el campeonato del boniato, les dará igual este tema por su intrascendencia, pero, aparte la supina ignorancia del general del personal, que no es poca por cierto, a mí, personalmente, me parece una golfería, una iresponsabilidad enorme para con este país, y una injustificable canallada para con estos profesionales que vinieron a levantar el humilde índice de investigación científica de aquí, si es que nuestra incultura de garrafa aún nos deja poder apreciar tal desgracia.

Y lo que a mí me alarma es que este desastre lo está protagonizando un gobierno que se tiene por culto, de izquierdas y progresista. Tremendo. Si llegara al poder la derecha/ona dura, que todo esto la trae sin cuidado – no digamos Vox y su hemorroide Salf – podría llegar a explicarmelo, si bien no tiene explicación racional alguna en ninguna nación que se precie; pero en lo que tenemos, que tanto dicen que son, porromponpón, y que presumen de ser… si esto es así, entonces apaga y vámonos. Tendré que creer a los que dicen que a nuestro mandarín lo único que le hace tilín son las poses y selfies que lo mantienen en el poder… Puede ser, pero de lo que sí estoy ya convencido es que sus promesas solo valen hasta lo que le sirvan a él. Después, dónde dije digo…

Todos estos afectados han decidido hacer pública su situación (EP-15/4), y no solo en la Comisión de Ciencia, amparados (menos mal) por Sumar… Sin embargo, me temo, y perdonen ustedes mi pesimismo al respecto, que el tal público, osea, nosotros; osea, todos nosotros, nos importa un carajo del ajo de abajo tal situación; y eso a pesar de lo que supone para nuestra salud, para nuestra calidad de vida, para nuestra dignidad como ciudadanos de un país digamos que “desarrollado”; o para nuestra vergüenza torera como pueblo o lo que seamos… Nosotros como colectivo estamos retratados con letras de molde en el titular de L.O. del 7/4: “La ciudadanía, encandilada por el reparto de regalos del Entierro de la Sardina”. Eso lo dice todo.

Así que aspiran a poder reunirse con el actual Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que, por cierto, no ha hecho declaración alguna a este respecto, al menos hasta el momento en que escribo esta crónica… Curiosamente, y esto sí que resulta acojonante, tampoco se ha pronunciado la Conferencia de Rectores que luego tanto se queja de la falta de investigación. Así que la pelota queda en el tejado de Diana Morant, su ministra, que tendrá que sacar financiación del Consejo de Universidades, si éste se deja, claro, pues con su presupuesto más que diezmado, ya optaron por descontar a “los zambranos” todas las cuotas patronales, reduciéndoles, encima, su pactado sueldo a la mitad, una vez desquitados los impuestos… eso, encima.

Y no le hecho la culpa a las Universidades, sino a los que recortan el pienso también a esas universidades, esto es: el mismo gobierno que va a dejar plantados a los investigadores que repescó del mundo entero; el mismo gobierno que alardea de apostar por la educación, por la investigación, por la ciencia y por la cultura… Yo creo que si la única diferencia existente entre las ideologías de izquierda y de derecha, en teoría, claro, desaparece, ¿en qué y dónde se diferenciará la una de la otra?.. A mí no me lo expliquen, que yo me he vuelto un descreído político. Pregúntensenlo a ustedes mismos, si en algo les interesa, naturalmente…

Julio Villa García, su portavoz, por ejemplo, asturiano, a sus 42 años se había forjado un brillante futuro ascendiendo a profesor titular de la Universidad de Mánchester, cuando creyó los cantos de sirena, y volvió ilusionado a “su” universidad de orígen querida, donde se había licenciado en filología inglesa y tal… Hoy se ve engañado y abandonado. Existen 699 historias más como esa en que han sido estafados en sus ilusiones y en sus futuros. Son brillantes investigadores y científicos, y no les faltará trabajo allí donde vuelvan, estoy seguro… Sin embargo, la credibilidad de España y de su gobierno va a quedar hecha unos zorros. Y por lo que se vé, si a los españoles se lo trae al pairo, a sus gobernantes también les da lo mismo… Tal para cual, tío Pascual.

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

EL MEJOR NEGOCIO

(de Vida Nueva)

 

La Conferencia Episcopal Española editó no hace mucho un folleto sacando pecho de la catolicidad (que no cristiandad) en España. Un testimonio unilateral económico-religioso que daría vergüenza ajena, si la hubiera…

Desde 2010 al 2022, la asignación económica de los españoles a la Católica ha pasado desde los 250 millones a 360 millones de euros, aparte la dotación del gobierno más el patrimonio que se autoinmatricula por la jeta.

Luego eso de la decadencia confesional es una filfa, pues esa confesión, aún por costumbre y tradición, les engorda las arcas cada vez más, que es lo único que, en el fondo, les importa… La iglesia católica sigue siendo el mejor negocio del mundo, sin ninguna duda.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

CENSURAS

(de Rebelión)

 

Cuando era un puñetero zagal que apenas salía de su bancal; un chiquillo que se creía Pepito Grillo, ya me entienden… cuando veía en la puerta del cine Carthago alguna cartelera que me llamaba la atención, me acercaba a la iglesia, apenas a cien metros (para que vean lo cerca que está el cielo y el infierno y la condenación de la salvación, como nos decían en catequésis), y miraba a ver la carga de pecado que arrastraba, y arrostraba, la tal película… A ver, “Mogambo”, del Clarck Gable y la Ava Gardner… ¡joer, la leche!, ná menos que 4R y con Reparos… ¿cómo es posible?..

Mi proximidad de relación con el personal del cine me permitía algunas triquiñuelas para saltarme la censura por minoría de edad… Ya en la puerta de entrada a la factoría de los sueños, como a mí me parecía el Carthago, mi buen amigo Joaquín ya me indicaba con un gesto si al patio de butacas, si no había moros en la costa, o enfilaba la escalera de “gallinero”, si, por el contrario, había riesgo de que la inquisición se dejase caer en una somera visita, cosa que, si lo hacía, arriba no se atrevía a subir, dada la pelleja del personal… Alguna vez me ventilé una película repartido en ambas ubicaciones por velados avisos en el intermedio programado de “señor expectador, aproveche este descanso y visite nuestro bar”.

Sin embargo y pese a todo, casi todas las censadas acababan en fraude. Cuando, tras una situación propicia, se acercaban cuerpos o labios, sobrevenía un fundido en negro plan apagón súbito, y aparecía la nueva escena, prístina e inmaculada, casi como dos comulgantes a punto de asunción… No obstante lo burdo y absurdo de los tijeretazos aquellos, dejaban un resquicio a la imaginación que, luego a luego, era peor lo recreado a lo capado, ya que, no solo desarrollábamos la capacidad de suponer el hilo correcto del desarrollo de la película, sino que les añadíamos fantasías mentales que, estoy seguro, no ocurrían en el guion de aquellos “Arroces Amargos”, por ejemplo, de aquella Silvana Mangano de escándalo.

Eran tan sumamente torpes en sus cortes que llegaban a convertir un caso de adulterio en un caso de incesto, sin percatarse de la barbaridad. Pero tenían la autoridad, y eso bastaba y sobraba. Una llamadica del que ostentaba el carguico, y en un plis plas una pareja de la Guardia Civil agatillada a sendos mosquetones estaban poniendo patas arriba la proyección, y llevando al calabozo a los presuntos responsables, en un tiempo en que, a priori, todos éramos culpables…En cada pueblo se nombraba un censor, que, en su caso, se adosaba al cura o al Jefe Local del Movimiento indistintamente, cuando no ejercía cualquiera de ellos directamente el guillotinaje de la cinta. Eso, si ya no venían emasculadas de antemano, naturalmente… Aquellas copias que viajaban en las traseras de las bicicletas de pueblo a pueblo estaban rigurosamente controladas.

Más sutil y efectiva es la censura que se ejerce hoy, sin embargo… Primero, utiliza el enmascaramiento de la no existencia. Ahora la censura no existe, se dice y asegura. Mentira, existe e incluso va a más; miren, observen y pregunten a todos los gobiernos locales manejados por el tándem PP-Vox y verán un rosario de vetos y prohibiciones… lo que pasa es que ahora no cortan un pasaje, sino que se cargan, vetan, prohíben, la obra completa… El siguiente paso, si los seguimos aupando en urna, será la quema pública en las plazas como autos de fe ejemplificadores. Habremos “avanzado hacia el pasado”.

Pero no nos olvidemos de vigilar la censura del polo opuesto. La “políticamente correcta” que se impone desde los inquisitoriales del otro lado del Mississippi, desde donde se quiere prohibir Lo que el Viento se Llevó; se le retocan títulos y contenidos a Ágatha Cristhie; se cuestiona a Enyd Blyton; se borran obras meritorias porque el artista “ha pecado” en principios establecidos; se persigue a todo autor que no cumpla el catecismo sin reconocerle ninguna de sus aportaciones al arte ni a la cultura… Se le ha bautizado, y creo que muy acertadamente, como “La cultura de la cancelación”… y se trata de un integrismo mucho peor, más solapado, cínico y fariseo, que aquellos moralistas más bastos que la paja de habas.

Y dando cobertura a todo esto, como una nube negra y ominosa dedicada a opacar la luz, se cierne la gran censura de las oligarquías de poder, dedicadas a embrutecer a la humanidad, a convertirla en ganado, a cortarles las vías de la iluminación y el conocimiento por los medios, sicarios y vicarios, que sean (aquí entran desde iglesias, a corporaciones políticas y económicas, pasando por el fanatismo y fundamentalismo siempre aliado a la causa)… El sistema es limpio y tajante. Ya no se usa el “me reescriba ese párrafo”, o el tachar una parte o recauchutar otra. No. Ahora se quita de en medio con una languidez funcionarial de taquilla: “ha sido cancelado”, o “no consta en nuestro índice editorial”, o “lo suyo no se ajusta a nuestra línea editorial”, o bien, “descatalogado”, sin más… Si es un autor columnista de prensa, se le aplica el sistema de cancelación- exprés, sin una sola, ni mínima, ni escueta explicación… Todo esto es la peor, por eficaz, censura que la Historia está registrando: silenciosa, certera y letal.

Previo a ello, se nos ha hecho mentalmente débiles, y se nos ha facilitados cascaruja que roer y por la que discutir. Se han instaurado las cátedras de Conciertos y Deportes, las vocalías de Festivales, que son los temas centrales de cualquier ambiente universitario (compárense temáticas con las del Siglo de Oro, o de ayer mismo)… Y luego salen “preparados”, con un par de euros en los bolsillos y sin trabajo, pero con mucho terraceo que hacer y botelloneo que cubrir, eso sí, disfrazado de festivalconcierto por cierto… Y hay generaciones de padres disformados que no sabrán encauzar a sus hijos nada más que en el hedonismo, consumismo y el tú mismo…

En este ambiente, hasta añoro aquellos entrañables censores de bigote y garrote, enseñados a morder en todo lo que les parecía chicha, sin saber que estaban pinchando en hueso… ¡ángelicos!.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

LO SIENTO, PERO...

(de Misionessim)

 

 A mí ya se me conoce por repetir como un loro el mantra “catolicismo no es cristianismo”… Cierto. Y nunca, jamás, dejaré de ser cansino (en contrapartida está la libertad de no leerme). El concepto de Cristo está recogido en las más antiguas culturas y filosofías ancestrales – en el propio hinduísmo védico primitivo – por un ejemplo entre otros muchos.

La “Consciencia Crística” no está desarrollada por un catolicismo que se limitó a matar al Mensajero para monopolizar el Mensaje… Pero es que el general de la humanidad no ha iniciado siquiera la “Conciencia Crística” más elemental.

Si alguien comprende lo que quiero decir, mejor para él; y los que no lo entiendan, peor para mí… pues será de donde reciba el pescozón.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

PROSTITUTAS (con perdón)

(de El Diario)

 

Que al PSOE le hayan tirado para atrás, sus propios aliados, su ley… la verdad es que no sé muy bien si es Ley “sobre” la prostitución, o “contra” la misma, debe ser porque la cosa no estaba como muy clara. Cuando Sánchez lo anuncio con su acostumbrado estilo de bombo y platillo, que soltó que “iba a terminar con la prostitución”, un problema éste, que ningún gobierno, dictadura o no, ha podido eliminar a lo largo de la historia… Ni siquiera en este país, en cuarenta años de acendrado nacional-catolicismo franquista a yunque, pudo erradicarlo, aunque sí, por supuesto, controlarlo. Y es que son demasiados factores los que confluyen en esta cuestión a los que tener en cuenta: desde la libertad a la dignidad de las personas hay una extensa gama de matices externa que hace que el delito apunte más a la participación ajena que a la voluntad propia.

Quién no tuvo una feliz frase a tal respecto fue la “vice” Yolanda Díaz, precisamente: “no se puede prohibir la prostitución porque la prostitución existe”… Yo creo que no la pensó; que fue una soltada no meditada, ni tampoco medida, una especie de diarrea mental. Alguien debió decirle, y si no se lo digo yo, que la explotación laboral también existe, incluso infantil, y la pobreza en España (más de un 30%), y la desigualdad salarial, como bien ella sabe, y el crimen, y la evasión fiscal, y los delitos de abuso… ¿por el hecho de existir no se pueden combatir?.. Pienso en una metedura de pierna (ella no usa “pata”) que es una contradicción con lo que dice defender y con su propia doctrina avanzada a la que dice también pertenecer.

Lo que pasa es que tales ideologías – todas - que han hecho de sí mismas una partitocracia (miren que no digo democracia en estricto sentido) de la que vivir, y ostentan poder tan ricamente, son muy dados a la etiquetósis, y a veces caen en las trampas de sus propias etiquetas… Y es que hay cosas, y casos, que no son etiquetables en modo alguno. Y, miren por dónde, la prostitución es una de ellas… Y es difícilmente etiquetable, porque suele darse por tres muy distintas razones: por voluntad, por obligatoriedad o por necesidad. No es lo mismo una prostitución elegida que una prostitución forzada. Y el factor que la diferencia está en los intermedios y en los intermediarios.

Lo que se debe aniquilar de raíz es el proxenitismo en todas sus formas: acabar con los chulos, los explotadores, la mafia de trata de blancas (un esclavismo de siglos, al fin y al cabo) y terminar con todo un sucio mercado y mercaderes que viven de esta lacra… Veríamos cómo la prostitución bajaría sus índices fuertemente. Si se logra acabar con esta peste ya solo quedarían las mujeres que la practican por necesidad o por propia voluntad. Con las primeras podrían establecerse programas sociales que les brindase la oportunidad de ganarse la vida (a veces mantener a sus hijos) de forma y manera más digna, aunque para mí es más digna la que ha de hacerlo por el pan que el indigno que utiliza su hambre para satisfacer sus instintos… Es que los parámetros de “dignidad” solemos aplicarlos de manera arbitraria, o atrabiliaria, o atribularia… que éste es uno de los muchos casos que no voy a explicar por falta de espacio, que no de ganas.

Entonces ya quedaría solo la prostitución voluntaria, la ejercida por libre elección, por libertad personal… Y, en este caso, pensemos lo que pensemos, priman los derechos humanos de libertad para elegir el medio de vida propio que creamos oportuno. Un traficante de armas, o de drogas, o de personas, o de órganos, por ejemplo, es un medio de vida criminal, pero no el de la prostituta, si no es por explotación ni hace daño a nadie… Y estas opciones inocuas, son – o debieran ser – tan respetables como las demás. Menos inocua es una corrida de toros, digo yo, donde se perjudica a un animal por la fuerza… y no quiero meterme en camisas de once banderillas.

Así que el llamado “oficio más viejo del mundo” quedaría tan solo que en eso mismo: en un simple, vulgar y normal antiguo oficio, que, como tal, debiera ser legalizado, controlado, fiscalizado, reglado y ejercido según su naturaleza y bajo los impuestos convenientes. ¿No se ha hecho con el alcohol, el tabaco, el juego y ciertas drogas?.. Eso sería lo adecuado y lo civilizado en cualquier sociedad avanzada a tal respecto. De hecho, algunos países centroeuropeos llevan décadas de adelanto en su legislación y ordenación, casi modélica en algunos casos, en esta materia.

Que nosotros, en esta España nuestra de nuestros pecados, a estas alturas del cimborio, aún estemos considerando si son churras o merinas, demuestra nuestro nivel evolutivo dentro de la madurez… El simplismo del SÏ o del NO en un asunto con tantos e importantes matices, esquinas y flecos, resulta de una improvisación estremecedora. Huele más a pose de selfie que a un avance legislativo. Si bien, por otro lado, y también a tener en cuenta, el no hacer nada cuando, al menos, se puede acorralar el proxenitismo… tampoco deja de ser una irresponsabilidad por parte de los que deben – y presumen – de velar por el buen gobierno.

Con estas pobres mujeres, seres humanos y personas, aún estamos como cuando Felipe II, muy catolicísimo él, pero que dejaba importarlas y explotarlas de Flandes en condiciones infrahumanas e indignas. Ahora llegan de los países del este, centroamericanas, subsaharianas (viva la globalización), en exactamente las mismas condiciones que entonces. Y a nuestros gobiernos y políticos solo se les ocurre lo que a Fernando VII: prohibirlo todo y que la gente se las apañe sin armar ruido… Hasta Franco lo hizo mejor sin hacer nada del otro jueves y sin molestarse demasiado: control sanitario y poco más.

Debería darnos vergüenza, pero esto, se diga o no se diga, no es otra cosa que un racismo esclavista ejercido con propias y ajenas. De hecho, uno de los peores racismos, de los más hipócritas e inhumanos: el que se obliga a ejercer un trabajo por la violencia, el chantaje y la fuerza, para, luego, tener la iniquidad de condenarlo en sus propias víctimas. No solo no las protegemos, sino que, además, las castigamos… “Haz de llevar cuidado – me acerca uno a la oreja – a Jesús, después de perdonar a la del pozo, el evitar que lapidaran a otra, e intentar protegerlas a todas, también se lo cargaron de mala manera”… ¡Oído cocina!, respondo, ¿Y tú crees, tío, acho, que “entavía” andamos en esas?... le pregunto, preguntándome igual a mí mismo. Es que no me fío ni de mi propia respuesta.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

INSCONSCIENCIA

(de Acnur)

 

Dicen los sociólogos que el 70% es consciente del cambio climático, pero yo creo que lo exponen al revés: que una inmensa mayoría tiene conciencia (somera, claro) pero que es una minoría la que realmente es consciente. Solo así se entiende que, por ejemplo:

Cada día mueren de hambre 16.000 niños” (Fao), y que tan solo con los sobrantes de los principales restaurantes de Paris, Tokio y Los Ángeles, comerían todos y salvaríamos sus vidas. Nuestros contenedores tampoco andan flojos, mientras los bancos de alimentos languidecen.

Nunca hay suficiente para quien tira a la basura. Y eso no es tener conciencia, precisamente… mucho menos consciencia. Estamos muy lejos de ser justos.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

POLITERRORISTAS

(de InfoLibre)

 

Matar a mil ajenos indiscriminadamente por uno propio, no es terrorismo; bombardear escuelas, hospitales y mercados, no es terrorismo; tirar bombas incendiarias en campamentos de refugiados, no es terrorismo; ametrallar autobuses repletos de niños, no es terrorismo; arrasar las vías de suministro humanitario de la población civil para que mueran de hambre, no es terrorismo; masacrar a periodistas, fotógrafos e informadores para que no difundan el genocidio, no es terrorismo; enviar a colonos armados para que asesinen a los allí establecidos, no es terrorismo; tanques apuntando a la cara en Rafah a niños y sus madres, no es terrorismo; no obedecer los mandatos de la ONU, ni al Tribunal Internacional de la Haya, ni respetar los acuerdos de Ginebra en materia de guerra, no es terrorismo; saltarse todos los Derechos Humanos habidos y por haber, no es terrorismo…

Todo eso, y docenas de atrocidades diarias contra los más débiles, según nuestra más acendrada derechona, no es terrorismo… Solo si se pica la trampa de un anzuelo de un festival juvenil puesto de cebo justificatorio, es terrorismo y del malo, aunque no existe terrorismo bueno, como quieren hacer aparentar con el practicado por ellos… Y de postre, nuestra ultraderecha, hasta ha corrido a besar el culo del genocida, sin acordarse de que su maestro Hitler los asesinó a ellos en masa como ellos hacen ahora con los palestinos. Todos los extremos se amigan, ya que son lo mismo.

Pero no crean los que me leen, que lo hacen por cabeza vacía (o “nazía”), aunque algunos sí; es mucho peor: se juega con docenas de miles de muertos inocentes por puro y duro interés político, nada más; por irresponsable y desconcienciada oposición; por descerebrado oportunismo electoral… Si, por los azares de la vida, Sánchez, o el Psoe (mal que nos pese, hoy viene a ser lo mismo) se hubieran descantado por el apoyo estratégico a los intereses semitas, no les quepa ninguna duda, ninguna, que Feijóo, Abascal y sus mariachis serían ahora defensores a ultranza de los sacrosantos e históricos intereses palestinos de toda la vida. Ya lo hicieron, en su día y momento, sus antecesores. Tan solo es ir a la contra no importe la ética, ni la moral, ni la honradez, ni valores, ni derechos humanos algunos que se estén violando.

Prueba de ello es que Aznar ratificó el derecho de Palestina a existir, así como apoyó su entrada en la Onu, sin empacho a fotografiarse con el… ¿terrorista?, Arafat, documentando gráficamente la alianza. Igual Rajoy repitió foto, promesa y aupamiento con Mahmmud Abbás: Palestina debía de existir como país con todos sus derechos, juntamente y en igualdad de condiciones que con Israel… Exáctamente lo mismo que hoy defiende Sánchez, o, al menos, dice defender hoy, que, recordémoslo, por otro lado ha vendido al igual de desheredado pueblo saharaui por un plato de malas y cucadas lentejas lombriceras.

Lo que viene a demostrar que los políticos no guardan lealtad alguna a ningún principio, que no sean sus cochinos intereses espurios… Eso sí, claro, utilizan cualquier conflicto para tomar ventaja, o, por el contrario, hacer oposición, a costa de un papanatismo aplaudidor – y apandador – de los que los jalean en cada momento en base a una ya más que falsa por falseada ideología. Eso ya vale menos que lo que caga el loro. Todo está vacío de contenido trascendente: el político, los políticos, lo usan todo demagógicamente, no humanamente.

El por qué nosotros, los ciudadanos, no consultamos las hemerotecas, y no queremos ver la farsa sangrienta de sus comportamientos, es, quizá, el mayor y más dramático problema de la era actual: la justificación de las personas (yo mejor diría gente). Nos han convertido en masa, y nos hemos dejado hacer. Ya no se nos juzga por ser más o menos humanos, sino por la etiqueta que algún día se nos puso… “claro, como tú tiendes a izquierdas”, se nos dice cuando se nos quiere condicionar según el marchamo contrario del ganado opuesto al redil compuesto… “se te está viendo el jopo derechista a ojos vista”, te dicen los supuestos tuyos si piensas, opinas y decides con absoluta independencia de conciencia. Nos han hecho “los vigilantes de la playa” de nosotros mismos, y hemos aceptado encantados el papel.

Y aquí reside el nudo gordiano del problema. Todo estriba en eso mismo: en que, por un lado, nuestros políticos hoy atacan lo que ayer defendían, o, al revés, hoy defienden lo que ayer atacaron. Sin cortarse un pelo ni avergonzarse de su doble, o triple, moral. Saltándose a la torera derechos humanos, justicia, valores o supuestas ideologías de usar y tirar; y, por otro, la ciudadanía de las naciones, les hacemos caso como memos, y nos enfrentamos entre nosotros mismos en su nombre y por sus exclusivos intereses. Les hacemos el caldo gordo en nuestro papel de tontos útiles… Y todo, por poner a las personas al servicio de las ideologías, cuando, lo lógico y de sentido común, es que sean las ideologías las que estén al servicio de las personas.

Mientras la humanidad no rompa esos moldes y cadenas y empiece a evolucionar en, y con, el librepensamiento como única bandera, todos, en pensamiento y obra, en acción o desacción, seremos terroristas vicarios, en mayor o menos grado… Todos tenemos nuestra propia conciencia, vale, sí, bueno, pero participamos, lo queramos o no, en la conciencia colectiva que formamos… o deformamos. Y aquí no nos escapamos ni el tato. Cuando apoyamos a los partidos y políticos que hacen esto; cuando nos dejamos arrastrar por su opinión, no la nuestra; cuando nos adocenamos con el dolor ajeno, con las injusticias que amparamos cobardemente, con el mirar para otro lado; cuando nos refugiamos en el “dame pan y dime tonto”; estamos haciendo terrorismo de baja intensidad; nos convertimos en el sustento y alimento del alto terrorismo.

Nuestros politerroristas han hecho profesión de ello. Nosotros hemos hecho procesión de ellos… Desde el que vende el arma hasta el que la dispara, pasando por el que calla y los que justificamos en urna más de la misma canalla…

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

NOS DEJAMOS MANEJAR

(de El Diario)

 

El ejemplo es único y sangrante, pero ampliable a todos los políticos del mundo: EE.UU., que se dice defensor de los Derechos Humanos, siendo el mayor vendedor de armas del mundo, condena al genocida Putin pero defiende al genocida Netanyahu.

Tal paradoja se entiende cuando no tenemos vendas en los ojos: aquí no se defienden los derechos de los débiles, de las víctimas, o de los masacrados; ni tampoco ningún principio de justicia ni de legalidad internacional, sino los intereses políticos de cada momento en cada lugar.

Y esto lo hacen todos. Los que ayer estuvieron a favor y hoy se oponen; los que lamen el culo al genocida por hacer oposición política en su país… todos. El ciudadanaje nos limitamos a aplaudir como imbéciles.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

PENSEMOS...

(de Britannica)

 

Hoy voy a abrir un melón, si me lo permiten, con una frase de Thomas A. Édison, nada menos: “Hay tres clases de personas: quienes piensan; quienes piensan que piensan; y luego están aquellos que prefieren morir antes que pensar”

Naturalmente, es un pensamiento de uno de los grandes, por lo tanto, un gran pensamiento, hablando, precisamente, de eso mismo: de pensar. Los del primer grupo son minoría, comparado con la totalidad de personas que habitan esta humanidad. En realidad yo suelo separarlos entre “gente” y personas… Los individuos que se dejan pensar constituyen la “gens” humana; piensan en grupo, colectivamente, tribalmente, casi todo el tiempo; y solo aquellos que se salen de tal circuito piensan por sí mismos, independiente del resto de los demás. Por eso una cosa es el “pensamiento social”, intervenido y pastoreado, pues más bien son el destino de los pensamientos elaborados para su consumo; y la otra profesar un auténtico, verdadero y genuino librepensamiento.

Los del segundo grupo, los que “piensan que piensan”, somos una mayoría confusa y difusa, donde, como decía mi buen y valorado amigo el cura Antonio, “metámosnos tós y sálvese el que pueda”. Y como bien dice Édison, aquí militamos todos los que creemos que pensar es una facultad general para desarrollo personal, unos acertados u otros errados (los herrados, con hache, sería más bien los del tercer grupo, aún sin reconocerlo, claro)…

De hecho, en éste segundo, se suele dar la situación de que casi todo el mundo – por no decir todo – creemos que pensamos por nosotros mismos, a pesar de dejarnos llevar y arrastrar por el pensamiento colectivo… En realidad, en este mogollón existe una interfase individual que está “aprendiendo a pensar”, pero sin atreverse a enfrentarse con el rechazo frontal y social que forman los de la Caverna, de Platón.

Los del tercer grupo, los que “prefieren morir antes de pensar”, encuadra a todos aquellos que, bien por pereza, bien por comodidad, o bien por cobardía, no se arriesgan a pensar por ellos mismos… Son los genéricos del “a mí me va bien con lo que creo, no quiero pensar en otras posibilidades”; aquellos del “déjame tranquilo, soy como soy, no te molestes”; los del “no tengo necesidad de pensar nada, así que…”. Jesucristo fue extremadamente duro con ellos: en una ocasión en que un joven le manifestó su intención de seguirlo, Jesús le dijo, “pues déjalo todo, y ven y sígueme”. El otro le contestó: “sí, lo haré, pero deja que entierre a mi padre, que acaba de morir”, a lo que el Maestro le escopeteó: “deja que los muertos entierren a sus muertos”… Examinémoslo en su correcto contexto, a ver si encaja:

Esa es una brutal y lapidaria frase, si la pensamos superficialmente, y más aún, atrapados por el actual y equivocado concepto “buenista” o de lo políticamente correcto… La interpretación religiosa en la de “sigue a mi Iglesia”, nautralmente. Pero lo que Cristo le dijo al joven aquél y a los que estaban pegando la oreja era, precisamente, que había que soltarse de todos los conceptos costumbristas y caducos, de tradiciones muertas, etc., para seguir una idea revolucionaria de librepensamiento como la que él representaba (y que le costó el retiro forzoso, por cierto); no hay diferencia – fue lo que en verdad quiso decir – entre un muerto real y un muerto en vida: ambos están muertos.

Está claro que ni para Jesucristo ni para Édison, el hecho de pensar era la cotidianidad repetitiva que se pasea por las mentes del personal; ni el “a ver qué hago hoy de comer”; ni “la pascua encima y mis zagales en cueros”, o “ha ganado mi equipo, he ganado yo, todos hemos ganado”… El pensamiento es un don elevado muy poco practicado, para ambos dos. Se trata, más bien, de dudar de lo que se da por establecido; de plantearse los “porqués” inmediatamente detrás de los “qués”; de cuestionar lo que se da por incuestionable; de preguntarse más y asentir menos.

Cristo no dijo nunca tened fe en lo que todos la tienen. Jamás. Lo que dijo fue algo que sonaba a disparate: “ordenad a aquella higuera que se seque, y se secará”, y aún más: “pedid a aquella montaña que se aparte, y se apartará”… En román paladino, el pensamiento es, precisamente, para sobrepasar lo cotidiano; para ir más allá de lo admitido; para preguntarse a sí mismo por lo transcendente, o por lo trivial e inmanente; para abocarse al precipicio de la caverna platónica. También Édison afirmo que él no había inventado nada (y miren si inventó cosas), si hubiera pensado como el resto de la gente. El que sepa pensar que piense, pues dijo que solo las había descubierto.

Es justo y saludable pararse a pensar entonces, hasta qué punto pensamos o solo rumiamos papilla ya digerida… En la realidad de nuestro día a día, la inmensa mayoría nos dedicamos a repensar lo que se nos dice que pensemos, a través del programado pan y circo a tal efecto y medida. Y eso no es pensar, eso es “ser pensados”. Ser pensados por otros que nos construyen la sociedad que a ellos les interesa y en la que nos rebozamos con fruición.

Por eso mismo que tales sociedades, todas, llegan a su fin: precisamente porque no tienen ningún fin… Y la nuestra, lo creamos o no, está llegando a su fin; y los “Tiempos Líquidos” de los que Baümann habla en sus libros son, exactamente, los que actualmente vivimos: sin finalidad, sin sentido, sin consistencia ni consecuencia ni subsistencia… La única y sola verdad es que el sistema evolutivo de la humanidad se realiza a través del pensamiento, o sea: si no pensamos, no evolucionamos; y la evolución es una ley universal que funciona, bien sea por las buenas, o bien sea por las malas…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

TODO ESTÁ BIEN ?

(de Retema)

 

En una sola semana subió un 275% la turbidez del agua en el Mar Menor. López Miras, como siempre, le echa la culpa de todo al Psoe. Pero su socio Vox promete más PAC ”para que la región siga siendo la Huerta de Europa” (LO-28/5), y más construcciones en el entorno de la laguna.

Mientras tanto, la mancha blanca sigue creciendo y amenazando de una nueva anoxia con mortandad de peces… Peces que, se quejan las cofradías de pescadores, el último año se han reducido más de un 30%.

Sin embargo, las pescaderías rebosan pescado del Mar Menor, según pregón, y el cartel de Completo puesto en toda su hostelería y hostería de ocupación. Entonces, ¿a quién le importa?..

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

LA PAZ

(de Antena3)

 

De nada se habla tanto y se hace tan poco. De hecho, la incongruencia y el fariseísmo es tan grande, hemos de reconocerlo, que cada vez que se habla de paz es para, en su nombre, hacer la guerra… Gandhi dijo poco de ella, pero acertado: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”. El mundo, los políticos, los líderes de las naciones hablan mucho sobre la paz, es una palabra que no se les cae de la boca, pero porque la usan hipócritamente cada vez que tienen que justificar una guerra. Esa, y no otra, piénsenlo, es la única realidad que actualmente vivimos.

Si lo analizamos, nos daremos cuenta que los políticos justifican la guerra, y nosotros la hacemos… Ellos, porque mienten y falsean descaradamente, y nosotros porque somos los que apretamos el gatillo (el de las balas y el de las lenguas). Si las personas se negaran a formar ejércitos y a ejecutar órdenes – no hay razones patrióticas, solo criminales – las cosas serían distintas. Es elegir la paz, no con la boca, sino con todas las consecuencias; no con discursitos, sino con hechos y posturas efectivas y definitivas. Aunque haya que plantarse ante los que votamos, y que dicen que nos representan porque hacen las cosas por nosotros. Es mentira.

Un ejemplo práctico (LO.9/5): Vox dijo de la iniciativa sanchista sobre la guerra de Gaza que “…va en contra del pueblo de Israel y de su legitimidad para existir” (luego fue en persona a animar al genocida a seguir asesinando). Esa afirmación, que comparten muchos, es de una atroz manipulación, pues Israel SÏ que está negando la legítima existencia de Palestina. La falsedad que encierra es tana brutal, que está diciendo que un país puede justificar su existencia a costa de la existencia de otro, y eso es una inmensa falacia y una enorme barbaridad… Eso mismo es lo que hace Putin con Ucrania para – dice – asegurar la existencia de Rusia. Sangrientas mentiras apoyadas y participadas por muchos de nuestros electos políticos.

Yo veo el nudo del mal precisamente en tal conexión: en el apoyo que los ciudadanos mostramos a los que nos gobiernan, y que hablan de paz justificando la guerra en un discurso de pervertida demagogia. Ellos nos hacen confundir la paz como un complemento de la guerra, cuando, en realidad, es su antítesis… Los bulos y embustes son la herramienta utilizada para “colarnos” tales atrocidades… Antes, claro, se nos ha sometido a planes deseducativos en los que nos castran de toda capacidad de análisis y de reflexión, y nos convierten en recipientes huecos de sus interesadas ignominias… Otro ejemplo doméstico (EP-9/5): “PP y Vox acusan al Fiscal General por órdenes que no dio y por hechos que nunca sucedieron, y que publicaron medios denunciados por difundir falsedades”… La cacería se apoyó en media docena de inventados y nunca probados embustes y dos nombramientos anulados por el Tribunal Supremo.

La estrategia es sencilla: se falsea la realidad y se oculta la verdad. Luego se suelta y se “vende” a los que ya han sido adiestrados – o comprados – para crear bulos y multiplicarlos como los excelentes sicarios que son. No es otra cosa que el método Göebbels, ya sobradamente inventado y vuelto a poner en práctica. Con eso se justificó el genocidio nazi y se abrió la puerta a la II Guerra Mundial… Ese, y no otro, es el caldo de cultivo donde, hablando de paz, se construye la guerra. Y no solo se construye, también se alienta, se justifica y hasta se participa. Un bulo, una corriente de mentiras, una buena correa de transmisión a mano hecha de gente (no de personas), y a la paz se le arma para que mate en nombre de la Paz.

No me vayan a “patibular” porque ambos ejemplos, por caseros, los haya sacado de la derecha recalcitrante y poco edificante… El cáncer está en todos los partidos que han hecho de su ideología un búnker. Y aquí militan, en mayor o menor grado, los unos y los otros. Precisamente porque han convertido la democracia en partitocracia, han dado nacimiento a los populismos más retrógrados de izquierda y derecha… El objetivo solo es uno: conquistar y mantener el poder por los medios que sea (hace 90 años lo hizo igual Hitler,exáctamente igual que Stalin)). La ética, como la paz, han sido sus primeras víctimas.

El otro día leí a un don Perogrullo que filosofaba el tío: “La guerra es la ausencia de la paz”… Claro, como también lo contrario, la paz debe ser la ausencia de la guerra, ¡no te jode!.. Sin embargo, nos han acostumbrado a tragar como “tiempos de paz” lo que siempre, siempre, ha existido la ausencia de tal paz. Esto nos está diciendo claramente que nos están colocando la guerra como paz, y nosotros nos lo estamos tragando y aceptando, como las “menteocupadas” que en verdad somos.

En nuestro programa radiofónico de La Peonza sobre la guerra, todos coincidimos que es intrínseca en el ser humano, donde el principio del mismo, que nunca lograremos sofocar, es el ansia de “dominio animal” que padecemos… Yo lo veo gráficamente como un gran campo donde prolifera la cizaña, que se luce y se reproduce a sí misma sin ningún freno. Es lo que manda. Pero también creo, o quiero creer, que existen plantadas semillas dispersas de buen trigo; y que, tarde o temprano, habrán de nacer y elevar sus espigas, plantándole cara a la mala hierba, y entonces, a lo mejor, pues no sé…

Imagino que el comienzo, como todo comienzo, ha de darse en la elección personal. Cada persona, cada ser humano, tendrá que empezar a elegir entre estar en el roal trigueño o en el de la puta cizaña. Sin matices ni “peros” algunos… O eres ser de paz, o eres ser de guerra, pero no puedes servir a ambos señores; con todas las consecuencias, y sin medianerías. No se me ocurre otra cosa. El sí, bueno, pero, claro… en esto no existe. Para que el hombre deje de ser un lobo para el hombre, como reza el muy antiguo axioma, ha de empezar por ser Hombre, que todavía no se ha manifestado como tal… Es posible que creamos que sí, pero aún no lo es. Sin paz no existe la humanidad como tal.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

VOTAMOS LO QUE SOMOS

(de CadenaSer)

 

Había dejado de ver por televisión las actuaciones de la Cámara de los Diputados. Me daba vergüenza ajena, urticaria, el comportamiento de sus señorías de un tiempo acá… Pero el otro día, el 30/05, me equivoqué de botón y ví el espectáculo montado por la ultraderecha…

Me dieron arcadas. Así respeta esa gentuza los mecanismos democráticos y la propia democracia… ¡Y reivindican libertad a gritos!.. La suya, claro, su libertad para suprimir la libertad ajena. Pero lo terrible es que todos esos nazis prepotentes, maleducados y embusteros, los hemos votado nosotros para que se carguen esa democracia…

Ví a orangutanes en una selva machacando con insultos y amenazando con la violencia… ¿Entonces, es que nosotros también somos así?..

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

EL YO DE CADA UNO

(de Psicoterapeutas)

 

En todo el tiempo que llevo escribiendo, y son ya muchos años, quizá demasiados, jamás he puesto a ningún artículo un título tan corto: YO… Pero no se confundan ustedes, no quiero hablar de mí, sino de ese Yo que todos somos y tenemos. Esta vez tampoco deseo tratar del Ego, como en otras ocasiones, pues forma parte de cada Yo, pero en una entidad aparte… Quiero referirme al Yo que todos y cada uno de nosotros encarnamos, y que nos hace distinguirnos del resto, de la totalidad de los demás. Creo que, con esta leve introducción, ya deben saber a “lo” que me refiero.

Desde luego, no es una entidad (como el ego), sino una identidad. Léxicamente significa “identificación-identificador”, pero yo prefiero llamarlo el autoidentificador, y perdonen mi osadía… Es al bíblico “Yo soy El que soy”, como se identificó a sí mismo el Logos a Moisés… Les digo más, una vez ya puestos: en esa frase se introduce el término “Él”, y no el término “lo”, que hubiera dicho “yo soy lo que soy”. Eso no es una gratuidad del lenguaje… Es solo que “Él” es el prefijo de Dios para los antiguos hebreos, adoptado de sus tribus de Canaán.

Ahora, preguntémonos, si lo creen conveniente, ¿qué es lo que hace que cada uno de nosotros se sienta Yo?.. ¿o que cada cual se sienta Él?.. Y lo más comprometido de todo: ¿soy el mismo Yo que cuando tenía diez, veinte, cuarenta, sesenta o setenta y siete años?.. Muchos, tras pensárselo, contestarán que no, que somos otros “yoes” distintos y distantes… La realidad es que distantes, sí, pero distintos, no. Lo que es diferente es el portador físico del Yo, la carcasa, el cuerpo que nos lleva y nos trae; ese cambia de células constantemente, pero nuestra identidad no es celular, no es portadora de genética alguna.

…Y, sin embargo, somos protagonistas de nosotros mismos, y coprotagonistas de nuestra realidad compartida junto al resto de los demás. De ahí que el Yo que nos habita es el mismo que nos vino del principio (de hecho, yo creo que es eterno), lo que pasa es que las experiencias y conocimientos adquiridos (yo también diría “redescubiertas”), nos condiciona en buena parte, y eso, quizás, se deba a que seguimos confundiendo vida con existencia… A ver si tuviera la suerte de saber explicarme: la vida es física, la existencia es espiritual; son las bodas de la genética con la consciencia, y aquí aparece el Yo individual; es la alquimia de lo material con lo anímico, y ambos en comunión con la energía universal cósmica, que es netamente inteligente.

En esto también creía Einstein, y yo, con perdón y por supuesto, también creo en Einstein (y en su santa esposa), al igual que en otros… Rosa Montero, en uno de sus magistrales artículos dominicales, decía que “Yo” es una palabra de solo dos letras, pero su contenido abarca lo monumental. ¡Qué inmensa relevancia le damos al Yo, cuánto nos preocupamos por nosotros mismos. Y cuánto nos queremos!.. Cierto, pero ¿no será que estamos regalando al Ego en vez de al Yo?.. No es una pregunta ociosa, ni tampoco retórica, es que una cosa es ser lo que soy, y otra muy distinta es ser el que soy, como nos desveló aquella jodida zarza del principio de la película.

Perdónenme si quieren, y si no, no lo hagan, pero somos muy aficionados a montarnos procesiones con becerros de oro incorporados, disfrazados de carnavalismo religioso, que, en realidad, no dejan de ser un trasunto de adoración a nosotros mismos… Resulta patéticamente incongruente que lo disfracemos de trascendentalidad, pero no seamos capaces de transcender esa idolatría, que no es mas que simple egolatría. Y ahí es, concretamente, donde tenemos uno de los principales coágulos existenciales; uno de los mayores frenos para nuestra evolución.

La verdad es que se ha ocultado de la mejor forma: exponiéndolas y falseándolas. Es el compendio de la frase “buscad dentro de vosotros, y no en templo alguno, y encontraréis”.. Yo le intercalo una palabrica más, con permiso: …y OS encontraréis. Ese, y no otro, es el Yo perdido y no hallado en templo alguno, por eso mismo, porque no necesita parafernalia alguna, ni de ritos ni de mitos, ni de dogmas ni de tradiciones.. Jesús lo identificó como El Padre, como Abba en plan cercano y familiar, doméstico. Y es que es precisamente eso mismo: el padre y origen de todo, y cuando digo todo, es también en todo “Yo” suelto y esturreado por estos y otros mundos.

Y es también que, después de todo ese todo, ese dichoso YO no es nuestro en propiedad. Es prestado a la vez que heredado… o mejor dicho: mientras lo heredamos. “Conócete a ti mismo” se grabó en el frontispicio de Delfos, en la más arcana antigüedad… El Yo forma parte del Todo exactamente igual que forma parte del YO original. Ese Yo es una partícula (que viene de parte) de Dios, del Logos, como a mí me gusta llamarlo; del Padre, o como ustedes prefieran conocerlo… Es tan sencillo y elemental que si no lo entendemos es porque nos asusta entenderlo; y también porque no quieren que lo entendamos, y nosotros les hacemos caso como los tristes bobos que somos.

Porque…” It ist the question”, amigos y hermanos, Yo y El es, somos, lo mismo; el primero restringido, y el segundo expandido, pero el uno como el resultado del otro… Intento con otro símil, please: Dios, o el Logos, vive en él, pero a través nuestro, que somos su creación, a fin y a la postre. Somos, en realidad, el final de su principio, como Él es el principio de nuestro final…

Ya… lo sé, a otros por bastante menos les ponían el capirote y los exponían en el humilladero antes de mandarlos a la hoguera. Soy afortunado pues, ya que hoy, de momento al menos, tan solo me insultan, cosa que no me afecta, por cierto; y espero y confío que para cuando me prohíban y secuestren mis locuras y calenturas– todo llegará, dado lo que hay – ya me haya marchado por lo mío… Tengo las maletas hechas.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

PARA QUE LO SEPAN

(de InfoVaticana)

 

Una frase de Williams Shakespeare para pensarla: “el infierno está vacío, pero todos los demonios están allí”… Es una buena paradoja, ¿no?.. ¿cómo pueden estar todos los demonios en un infierno que está vacío?..

A ver… si pensamos que el infierno es algo separado a nuestro mundo, entonces, claro, debe estar vacío, porque los demonios están empleados todos aquí… Y si dicen que están allí, entonces es el infierno el que no está allí, sino aquí, y entonces es que es todo lo mismo.

Mientras no nos metamos en la cabeza que todo es una misma unidad, seguiremos teniendo una conciencia dividida, separada… Por cierto, ¿saben lo que significa diablo?: Separación.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

SI ALGUIEN LO SABE...

(de Facebook)

 

Me he leído el libro del Dr. David R. Hawkings “Dejar Ir”, y lo cierto y verdad es que, a nivel intelectual, no muevo ni una línea, ni una palabra, ni una sola coma de su contenido… Coincide con todo lo que sé; con cuanto he trasegado a lo largo de los años; con otros expertos distintos sobre el mismo tema; e incluso es acorde con la propia física quántica si me apuran. Para todas aquellas personas que están en pelea (en buena lid) con su propio ego, es muy recomendable su lectura por la mental apertura, que es lo que procura. Para que rime mientras se arrime.

Sin embargo – es mi personal “pero” – no es tan fácil soltar lastre de basura egóica como él asegura en su principio… Yo hablo por mí mismo, naturalmente, y no en nombre de nadie. Bajo mi personal experiencia yo lo veo un poco distinto a su, por otro lado, acertada visión: Lo que creo es que no es que nosotros seamos adictos a los pensamientos-basura, y solo baste con largarlos y rechazarlos a voluntad, no; es que esos pensamientos-basura son adictos a nosotros, y se nos pegan como lapas a nuestra consciencia, o lo que fuera. A mí me convence absolutamente su teoría, pero sigo echando en falta el método, que ni lo veo ni se lo leo…

Además, el excelente psicoterapéuta que es, que lo respeto y admiro, por supuesto, le viene la cosa con un poquico de ventaja: ya de niño, y después, tuvo experiencias de plenitud holística que, sin duda, le ayudaron a la hora de desplegar su esperanzada estrategia. Estoy convencido de ello. Y me alegro por lo que haya podido compartir, y algunos negados como yo, al menos participar de sus conocimientos, ya que no, como digo, de sus vivencias… Y en este punto, precisamente, es donde quiero plantar el tiesto de hoy.

Los que ya me van conociendo saben que soy una persona de fe en el conocimiento, pero deficiente en su experimento. Soy inmensamente rico en lo primero, y por el contrario, más pobre que las ratas en lo segundo; lo cual me lleva a una posición realmente incómoda, si bien que, eso sí que sí, totalmente honesta… Porque alguién podrá preguntarse, o preguntarme, con toda lógica y sentido, ¿de qué voy yo en mi prédica si toco de oído?.. Pero he de ser sincero en reconocerlo. La honradez empieza por uno mismo.

No obstante mi confesión, también he de decir que a mí, nunca, jamás en toda mi vida, se me ha aparecido virgen ni santo ni cristo, ni maestro alguno para verificarme nada de nada. Tampoco por ciencia infusa. Todo me lo he tenido que amasar yo con el poco trigo que me ha sido dado y en la artesa que se me ha facilitado… Por lo que, a lo mejor, estoy buscando como un gilipollas el milagro ante mis ojos, cuando resulta que está en la humilde artesa y en las escasas espigas que me han largado. Así que si álguien lo sabe mejor que yo… que hable, o que calle para siempre.

Dicen algunos que entienden de esto, que, en realidad, no es fácil lo de soltar lastre; que, de serlo, el mundo sería mucho mejor de lo que es, en pura consecuencia… Eso me tranquiliza, ya saben ustedes aquello de “mal de muchos, consuelo de tontos”. Lo que significa que muchos son los leídos pero pocos los aprovechados. Mi mérito (o eso me dice una persona que considero evolucionada) estriba en que, siendo del general normal, tengo la facultad de saber captar y transmitir (vulgarizar se le llama a esto) conocimientos y verdades holísticas y universales; y que esa es mi misión y, a lo mejor, hasta mi propósito… Pues no deja de ser una jodienda sin merienda. Es como ser un buen confitero y no poder catar los dulces que vende, no me digan que no…

Cuentan de Beethoven, que, tras dirigir su Novena Sinfonía, supo que había compuesto una pieza magistral e insuperable porque, al darse la vuelta para saludar, vió a todo el auditorio puesto en pie, llorando de emoción y aplaudiendo entregado. Su sordera no le permitió escuchar la maravilla que había compuesto… ¡Cuidado!: ni yo soy Beethoven, aunque esté medio sordo, ni mis tarantelas son la Novena, por supuesto, pero mi frustración sí que es la misma. Menos da una piedra. Así que tendré que conformarme, y también “dejarlo ir”, como dice el Dr. Hawkings, a fin de no criar mala sangre.

Lo cierto es que, y esto sí que es verdad, desde que me jubilé acá, he DEJADO IR muchas cosas que ya no necesito, y que antes consideraba imprescindibles; muchas creencias, pensamientos y sentimientos, muchos impedimentos y “malvaloramientos” que ahora me quito como la ganga del metal. Se han quemado en el fuego del crisol, y hoy son cenizas que he esparcido en el viento de mi ya contada, que aún no cantada, vida. Y me siento bastante más ligero de equipaje, como también decía Antonio Machado… Mi mente ha ensanchado y mi ego ha menguado. Esa es la “pedrea” de mi lotería, y tendré que conformarme con ello.

Puede que, al final de todo, el secreto resida en eso mismo: en conformarse con lo que a uno le queda en el fondo de su ya última mochila… En que, si no estoy satisfecho con el breve contenido de mi macuto, me estoy lastrando a mí mismo con la carga de un deseo postrero y marrullero. Es lo que decía Buda, ¿no?.. “La plenitud se alcanza librándote de todo deseo”. En el fondo, si lo pensamos, es lo mismo que también afirma el Dr. Hawkings… Y, como igual decía Salomón: “nada hay nuevo bajo el sol”.

Perdonen que haya preñado mis últimos párrafos de filosofía tardía. Pero, al final, es la única realidad real, y disculpen la redundancia. Que “tal y como es arriba, igual es abajo”, como también dejó escrito Hermes Trimegisto en su Kybalión hace más de 4.000 añetes nada menos… Y que el problema, mi problema, nuestro problema, es que estamos tan jodidamente anclados abajo que aún no hemos aprendido a mirar hacia arriba… Que creemos saber tanto, que no entendemos nada; que el mundo real no es nuestro ombligo, y que ni siquiera nosotros somos lo que creemos ser…

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

ESTA ES LA VERDAD

(de Aica)

 

No existen carencias alimentarias, sino carencia de conciencia. Se demuestra matemáticamente, ya que no moralmente, visto lo visto: En el mundo mueren, solo de hambre, 16.000 niños al día, y aquí no contamos a los adultos…

Solo con los desperdicios de los restaurantes de Paris, Los Ángeles y Tokio, no morirían de inanición…. Imagínense toda la comida, pagada a precio de oro, que tiramos en todo nuestro occidente al que llamamos civilizado…

¿Sabe por qué la tiramos?.. porque no la compartimos.. Porque, al comprarla, nos creemos sus dueños absolutos… Lo cierto es que preferimos que un crio muera de hambre a que nos falte mesa y mantel fuera, y llena la despensa dentro…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

SIGUE Y AGUANTA

 

Hay días en que uno se levanta torcido… Se ve a sí mismo en la sociedad que tenemos; los políticos que lo rodean y que lo representan por vía vicaria; del mundo y sus estadistas… y me dan ganas de una de dos cosas, como decía Pérez-Reverte en uno de sus artículos: o coger el portante y marcharme a una cueva de la montaña más alta, tirar el móvil desde allí y vivir solo conmigo mismo aunque no me soporte; o bien montar una organización tipo Spectra y dedicarme a limpiar el planeta de los hijoputas de Putin, Netanyahu, Orban, Trump, Miley, etc., siguiendo por los de segunda y tercera fila, hasta dejar el planeta más limpio que el jaspe.

Naturalmente, ni tengo valor para lo primero ni pasta para lo segundo. Así que le pego cuatro gritos a la perra, me escancio en la madre que la parió, me arrepiento (o no) después por los daños colaterales, y luego me digo gilipollas a mí mismo por tomarme estos… u otros berrinches parecidos o igual de malparidos. Por supuesto, el cual, la tara, el defecto, la incapacidad, la impotencia, reside tanto en mí como en cuantos me rodean, si bien que con una clara diferencia: a los demás les da igual – al menos aparentemente – y a mí me parece como que no.

Tan veo que al resto se la trae al fresco, que incluso me da la sensación que les gusta, que les encanta; se afanan en colaborar con entusiasmo en el consumismo suicida; en el panycirquismo ciego; en el desmonte del clima; incluso hasta en votar todo populismo que nos transporte a fascismos pasados… Y cuando digo fascismo me refiero tanto a los de derechas como a los de izquierdas, que de ambos hay, y cada vez más y más dañinos… Y miro el nacimiento de la democracia, y ya no la reconozco, ni me reconozco en ella, de tanto que hemos cambiado ella y yo...

Así que en esos días que me levanto con mal pie, busco la pastilla que me corte la diarrea anímica, y veo que no está en mi botica; ni sucedáneos de felicidad artificial en las farmacias, que son peor el remedio que la enfermedad, por cierto; pero que tampoco te las recetan en la Seguridad Social, salvo que sean las drogas legales que no dejan de ser drogas, claro… Estoy perdido, me digo a mí mismo sin dejar de mirarme un interior, al que grito y me devuelve el eco vacío del tal yo mismo… Si acaso, un confuso y confeso: ánda, jódete y sigue viviendo…

A estos respectos, el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, Karen Amstrong, ha recurrido a un método para entender el mundo, que él profesa y recomienda al resto de sus demás. Dice que se apoya en un par de medios, a los que llama Logos y Mithos, dos conceptos bautizados de la cultura griega, y en los que basa su catecismo holístico… Pues no a otra cosa se refiere en sus planteamientos, que no son sarmientos, precisamente.

Logos es la ciencia, sea matemática, física, química, quántica… toda, absolutamente toda, pues es aquello que hoy “nos remite al crecimiento a través de la razón”. El anclaje a una verdad y realidad superior que se nos revela combatiendo la ignorancia… Y el Mythos es el entendimiento que brindaba a nuestros antepasados las respuestas que escapaban a la razón, y que se convirtieron en leyendas… “Mythos nos ayuda con la parte emocional, y a enfrentarnos con todo aquello que no puede controlar la razón”…, o sea, comprobar cómo el Mythos es re-descubierto por el Logos, o sea…

Resulta que, sin yo saberlo, es mi método ciego: tratar de explicar lo uno y lo otro, o lo uno con lo otro… Y luego viene lo demás, esto es: que en los momentos de temor, de desconcierto, de soledad, de angustia, de vacío, los seres humanos necesitamos pensar que nuestra vida tiene sentido. Los hay que prefieren no creer en nada, que es lo más cómodo y fácil, aún lo más incierto también. Y los hay – la gran e inmensa mayoría – que lo buscan en el poder y en el tener, en el narcisismo y el hedonismo, en el dinero y el plumero… En éstos suelen mezclarse los descreídos, que son más creyentes que los que se dicen creyentes y solo son imitantes; y los practicantes de la disolución, que se dicen a sí mismos, por ser parte de la solución.

En esta confusión babélica habríamos de aplicar el principio de que no se puede creer sin actuar. Lo uno y lo otro. Así que, según en qué dirección se actúa, en eso se cree; no en lo que decimos, pues luego hacemos lo contrario. Eso es tan solo que pura coherencia… Un fiel, seguidor y creyente de las tradiciones, procesiones y religiones, por ejemplo, no busca, y como no busca, tampoco encuentra. Se aferra a sus propias cadenas de anclaje. El Mythos debe explicarse desde el Logos, que es el que rescata el verdadero sentido del Mythos…Por eso mismo estamos andando los caminos al revés de como debiéramos (al menos es lo que parece), y de ello habremos de responder y pagar las consecuencias derivadas. Es una ley universal, creamos o no creamos en ella.

La idea de la transcendencia no puede ser un dogma teórico, sino un presupuesto de la razón práctica.” (Kant)

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

¿QUÉ TERRORISTAS?

(de E-Bay)

 López Miras se ha pasado de frenada... El comparar a los palestinos con Hamás en su empeño de decir que Sánchez pacta con terroristas, es de una ruindad tan brutal que roza un un pregón del “Discurso de Odio”.

Cualquier persona centrada sabe que ni todos los palestinos son terroristas, ni todos los terroristas son palestinos… Por otro lado, si a él le hubieran asesinado a padres, hijos, esposa, indiscriminadamente, sería el primero en apuntarse a Hamás.

El día antes de su soez invectiva, Israel lanzó bombas incendiarias a sabiendas sobre un campamento de refugiados en el que mató un centenar de niños, mujeres y ancianos… Se ve que eso para él no es terrorismo .

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com