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NUEVIEJO
- Por miguel-galindo
- El 20/05/2022
Viví aquellos años en que las cosas se arreglaban, se recomponían y se apuntalaban, pero jamás se tiraban… Nunca un algo dejaba de ser, sin valer para otro algo. Hoy me pregunto, en la distancia de mi existencia, si aquello era conciencia ecológica o pura necesidad (bien mirado, es lo mismo); si es que los cacharros de entonces se fabricaban sólidos, para que duraran mucho tiempo, o es que los hacíamos durar nosotros con nuestro uso; si aquello era economía circular, como ahora se le llama, o economía obligada; si era conciencia verde, o cuestión de conciencia a secas…
Pero eran los tiempos en que a las cortinas – a quién las tenía - solo las cambiaba de color el sol; en que las tazas partidas las revivía el Colinón; en que las medias suelas de los zapatos eran recambiables ad infinitum; en que a los muebles que perdían una pata se le ponían tacos de madera; en que a los puntos de las medias se ensalivaban antes de “recogerlos”; en que los dobladillos de los pantalones tenían mil vidas; en que las mantas apolilladas se apuraban sobre almohadones raídos por el uso; en que existían chaquetas de vuelta y vuelta; en que el arte de la aguja obraba magia, como hacer desaparecer bolsillos de izquierda a derecha; o hacer el milagro de que los ojales y botones nos hicieran ambidiestros… o tantas y tantas otras cosas y casos.
Escribe Leyla Guerrero en una de sus columnas: “llorábamos un duelo corto, pragmático, soltero, cada uno por su cuenta, y después le rezábamos al pequeño dios de las composturas, que sabía como arreglar las cosas”… Efectivamente, tras ese pequeño duelo en solitario por la rotura (lo de soltero viene de solo) nos encomendábamos al dios doméstico de los lares romanos; porque siempre había uno que acudía con un zurcido, una cola, unas púas, un algo con el que aviar cualquier descompuesto. Y nos bendecía con el reconfortante consuelo de la recuperación de su uso. De esa forma, los largos de las faldas y pantalones volvían a recuperarse en sus justas necesidades; las ropas siempre eran las mismas, recompuestas docenas de veces, para luego readaptarse a otros cuerpos que venían detrás; las cunas se heredaban por generaciones, como los plumieres u otros utensilios personales; los lápices duraban hasta que escapaban de los dedos, y las gomas de borrar hasta que las uñas rasgaban el papel; se devolvía el lustre al calzado con una milagrosa tintura; y se decía con orgullo que aquella plancha – de carbón, a veces – tenía un cuarto de siglo; o que aquella herramienta ya la usaba el abuelo… No digamos los muebles, que venían de los “tataras…” y eran una mezcolanza de antiguos daguerrotipos.
Era una época en que se iba al trabajo con fiambreras, para no gastar en la tasca; y en que se escapaba de lo perecedero porque se obraba el milagro de la resurrección. Y se abrazaba y reverenciaba la duración. Un tiempo en que las cosas se impregnaban de nuestras almas, o de nuestros espíritus, o de nuestros usos y vivencias, de nosotros mismos, por el tiempo, quizá, que convivíamos juntos y nos usábamos mutuamente… Pero ya digo, no lo sé si era motivado por el apego o por la poca disponibilidad que había para renovarlos. La querencia a las cosas quizá se debiera más a la escasez que a la largueza de los bolsillos… pues hasta existían huchas donde desaparecían por su ranura los céntimos ahorrados con que alimentar muy escasos caprichos…
Los más jóvenes que me lean, si me leen, creerán que viví en La Casa de la Pradera… Pero no hace tanto. La sociedad que describo aún no ha cumplido un puñetero siglo. En tan corto espacio de tiempo nos hemos convertido en una especie total y absolutamente opuesta a lo que fuimos. Gastamos, derrochamos y consumimos, presos de una fiebre que nos impulsa a llenar el mundo de basuras y deshechos, como si el planeta que habitamos tuviera la capacidad de tener que tragarse toda nuestra mierda, con perdón… Hemos llegado a un límite tal, que, ya no recomponemos, ni reutilizamos, ni nada de nada, si no que adquirimos hasta lo que no necesitamos, y malgastamos nuestros medios de vida compulsivamente en un torbellino de usar y tirar, tirar y usar, incluso sin utilizar, que nos está llevando a una escasez y carestía sin precedentes y a un ruinoso cambio climático.
Estamos de acuerdo que estamos siendo sometidos a un sistema que ha basado su desarrollo económico en eso mismo: en la producción masiva de bienes destinada al consumo masivo de los mismos. Sea de comida, de ropa, de complementos, de artilugios, o de cacharrería infinita, es igual. El caso es que hemos hecho un mantra del vivir para consumir… Vale, pero es que ese sistema lo ha montado una pequeña parte de nosotros mismos para vivir opulentamente de, y a costa de, la gran parte de esos nosotros mismos, que les bailamos el agua como auténticos gilipollas (perdónenme…).
Y que, en definitiva, somos los que vamos a pagar el pato y todos los platos rotos de nuestra flamante y flipante existencia… Porque ya no vamos a poder hacer lo que ahora acostumbramos, que es comprarnos una cristalería nueva cuando se nos rompe un vaso. No, ya no, pues la tierra ya no tiene loza de qué fabricarla, ni nosotros dinero con qué financiarla. La hemos esquilmado tanto, y nos hemos esquilmado y derrochado tanto también a nosotros mismos, con nuestros desprecios y nuestros despojos, que ya no tiene capacidad de respuesta para tanto desatino.
En un futuro, ya llamando a nuestras puertas, tendremos que volver a adoptar aquellas prácticas que he recordado al principio de este corto artículo… Y esta vez habrá de hacerse a la puñetera fuerza, nos guste o no… Y nos habremos obligado a nosotros mismos, por traernos a estos nefastos efectos de tan infaustas causas. Así que mejor empecemos a practicar de nuevo lo viejo. Más nos vale.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
TRISTEZA
- Por miguel-galindo
- El 19/05/2022
¡Qué vergüenza, y qué pena, Dios mío!.. El Psoe, tras aprobar por mayoría el Congreso el investigar los abusos pederastas en la Iglesia, niega que los obispos estén obligados a cooperar ni que las víctimas hablen…
Y se dicen, y se reconocen a sí mismos “izquierda progresista”… Somos el único país que se ha arrodillado ante el Concordato y se muestra sumiso a los dictados de una Conferencia Episcopal Española que quiere mantener oculto su espantoso crimen.
A Sánchez, que tanta pechuga gusta sacar, le falta valentía, decisión, e incluso sentido de justicia, si no de humanidad… Es una lástima que no tenga coraje alguno para esto.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
LECTORES Y ESCRITORES (PROGRAMA)
- Por miguel-galindo
- El 18/05/2022
A QUIÉNES PUEDA INTERESAR:
Lectores y Escritores
https://youtu.be/twoILWdQc4c
VENENOSAS CABEZAS
- Por miguel-galindo
- El 18/05/2022
Casi que me salvó la puñetera campana… El mismo día que publiqué mi artículo “Pegasvs”, exactamente el mismo que vió la luz, donde aventuraba que Sánchez iba a intentar resolver la crisis del espionaje y salvar su culo y la legislatura ofreciendo en bandeja de plata a la Salomé catalana (Oriol Junqueras, por feo que sea, lo es) la cabeza de la directora del CNI… ¡plafff!, noticia adelantada en redes de que el presidente la había cesado, y yo, en mis previsiones, había acertado… A poco me hubiera retrasado en sacarlo, se me hubiera acusado de haber acertado la quiniela a partido jugado. Pero no fue así…
Ya… ya sé que no tiene ninguna importancia. Tampoco era tan difícil entender que una funcionaria es más barata que una ministra, políticamente hablando, claro; y que no había que pensar mucho para saber eso mismo: que en política siempre paga el que menos responsabilidad tiene en el cabeza de turco más a mano. Pero había por ahí opinólogos mucho más conocidos, afamados y versados que un servidor que decían que no, que era la mínister la que tenía puestas las barbas – con perdón y con permiso – puestas a remojar… Así que el haber acertado me consuela de que no soy tan necio en estos temas ni en hacer un análisis digno de esta basura.
Tampoco era tan difícil suponer, al menos, un par de cosas: que los independentistas, con el tiempo, se conformarán con cualquier gesto que le diera por ganadores en la supuesta afrenta, aunque sigan con la postura de apuntar a la otra pieza; y que a Sánchez tampoco le importaba mucho cortar una testa – por injusto que sea para la testa – si con ello salva, otra vez más, que salten sus posaderas del poder. De hecho, una concesión más a los separatistas casqueros, y a sus socios navajeros, importa ya poco en lo que le queda que estar en el convento. Él es el monarca del reino de las anguilas… Así que ahora, el de ERC puede ofrecer a las visitas la cabeza leonada de la del CNI entre la Senyera y la mancuerna de Sant Jordi, y presumir del poder de su escopeta, que ni la del odiado Borbón aquel del elefante botsawuano, oye…
Así que, en este sainete del tío Perete, ambos habrán salvado sus objetivos: el uno obtener cumplida (si no la debida) satisfacción, y el otro ganar la ocasión; el uno apuntarse el trofeo, y el otro ganar el torneo; el uno salirse con la suya, y el otro salirse por la tangente… En este “affaire” sorprende (es mi opinión personal, claro) la debilidad y acomodo de un gobierno que se vende a las tésis espúreas de un independentismo, en vez de hacerle frente argumentando que son reos de espionaje, ganado a pulso por sus falaces prácticas (no se nos olvide que hasta su santo patrón Puigdemont ha tenido contactos con enviados del propio Putin para una hipotética ayuda al acto unilateral separatista, en dinero virtual y con una tropa de diez mil soldados soviéticos), y que ha sido reconocido hasta por uno de sus correveydiles del clan de los Pujol… Cualquier gobierno europeo o mundial hubiera justificado el espiar a tales elementos afines a tales afanes…
La cuestión está ahora en comprobar si esta vergonzosa y poco airosa bajada de calzones le va a pasar factura policía al inefable Sánchez, o no… Naturalmente, la oposición tampoco ha desaprovechado la ocasión, igualmente servida en bandeja de plata, para reprobarle el ominoso y cobarde apaño. Faltaría más. Todos, desde Vox (al que se han empeñado en favorecer su juego) hasta Ciudadanos, pasando por un renovado y más inteligente PP, han echado sus cuartos a espadas y sus redes a la mar salada. Tampoco se podía esperar otra cosa, al fin y al cabo. De momento, éste último se le ha hecho acreedor de salvarlo de una Comisión de Investigación que bien pudiera haber terminado en Moción de Censura.
Así que le ha salvado los trastos a corto plazo, pero… ¿y a largo plazo?.. Porque las recientes encuestas de intención de voto ponen al PP de Feijóo como virtual caballo ganador de la jugada: frena la expansión desmesurada de la ultraderecha, y, con ellos, se acerca a una posible mayoría absoluta en las próximas elecciones…Ya sé que, a lo mejor, o a lo peor, ellos se hubieran comportado igual con el fin de conservar el poder, o no. Al fin y al cabo hace cuatro días que los mismos que eran incondicionales de la nefasta y nefanda política de Casado se cambiaron el terno completo por la del nuevo césar, sin despeinarse. Pero ahora han sabido posicionarse ante la regalada cagada del socialista estraperlista.
Todo se verá a su debido tiempo. Sigue siendo cuestión de cabezas. La de Paz Esteban tiene repuesto, pero, ¿tiene repuesto la de Sánchez?.. Ya ha procurado él de secar y segar a todas las que le hacían sombra, aunque con eso se cargue su propio socialismo. Desde el principio, piénsenlo… Y es que las cabezas ya no son lo que eran: ni siquiera la de las gambas, que tanto gustan al general del personal, sean derechas o izquierdas, pues hoy vienen contaminadas con boro, fósforo, cadmio y otros metales pesados. Las cabezas todas ya nos vienen envenenadas, mucho más que las de los políticos, y no se pueden chupar sin correr un grave riesgo para la salud, como advierten en las cajetillas de tabaco.
Yo me he convertido en gnóstico político, con su permiso, y, sobre todo, con el mío. A lo peor por eso acierto, porque procuro pensar con la cabeza y no con las tripas…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
TTRAMPOSOS EMBUSTEROS
- Por miguel-galindo
- El 17/05/2022
El TSJ da un serio aviso a nuestra Comunidad Autónoma por no castigar la contaminación del Mar Menor, y le obliga a imponer sanciones a empresas por los daños causados con sus vertidos a la laguna. Y le aclara que son sus competencias, no las del gobierno central…
Está López Miras tan acostumbrado a largar la responsabilidad al del Psoe de Madrid, que cree que también puede engañar a los Juzgados al igual que a los ciudadanos que tragan todo…
Tampoco engaña a la UE, que ya nos ha impuesto multas por lo mismo, aunque aquí las ocultan… Y su municipio sanjaviereño dando luz verde a 416 casas en La Manga… Es la doble moral que practican entre su discurso y sus hechos.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
LAS COSAS, COMO SON
- Por miguel-galindo
- El 16/05/2022
Leo en un suelto de prensa que “Netflix se hunde un 40% en bolsa”. Así… literalmente y sin epidural. ¡Dios del cielo y de los planetas todos!.. Que una plataforma como esa, reina y señorona de las peliseries, se hunda en el parquet así, de la noche a la mañana, como su Titánic de Brad Prit, es un shock. Aunque yo imagino que sobrevivir, sobrevivirá, pues a estas empresas que viven, y opíparamente, de vender irrealidad, les suele pasar como a los lagartos, que si pierden media cola, la regeneran y a otra cosa, mariposa… Sigo la reseña y me entero de la causa del pinchazo: “por la caída de abonados…”.
Esto es más serio, al menos, aparentemente… Y también al menos, demuestra un par de cosas: una, es que, al ser una industria que vende pegamento virtual para los cerebros, que crea atracción fatal, como una productora de chamuscamoscas, tan solo tiene que dar con alguna otra cosa, o causa, que capte de nuevo la atención del personal abducido. Esto es, tan solo tiene que encontrar otra chapa reluciente que vuelva a hipnotizar a los que se les han ido por el camino, camino verde, que va a la ermita… En estos negocios, la clientela es de quita y pon, y todo depende de los fotogramas que cuelguen de la cartelera…
Y otra: que esto demuestra que los humilde y elementales consumidores y usuarios de alpargata, los sencillos pepecalles, podemos hacer caer los trusts económicos más poderosos y encumbrados, por grandes que éstos sean… Al fin y al cabo, estos monstruos se sostienen sobre todos nosotros, y se sustentan de todos nosotros. Lo que pasa es que los pulgones no tenemos conciencia del poder que poseemos en nuestro conjunto, actuando todos en una misma dirección, con un solo propósito y en un único sentido. Esto de Nétflix es un ejemplo gráfico que refleja el poder de la base actuando unidireccionalmente. Aquí, millones de conectados han actuado al unísono, aún de forma involuntaria… Imagínense decenas, cientos de millones de piojos actuando voluntariamente en una dirección determinada, durante semanas, o incluso unos pocos días…
Imagínense que todos los habitantes de un país (no le cuento del mundo) dejaran de echar gasolina todos a un tiempo durante un poco de tiempo. El petróleo bajaría como por ensalmo, y a los cárteles y a los gobiernos – al fin y al cabo son lo mismo – se les pondrían los cogolondrios por corbata… Lo mismo con determinados productos y servicios abusivos. Dejemos de comprar, todos, de golpe, en aquellas cadenas comerciales que sabemos son las grandes distribuidoras que están ahogando al agricultor en su producción y al consumidor con su alto costo de la cesta de su compra. Les aseguro que explotarían como ciquitraques, como decía mi abuela…
Que todo el mundo apague la luz y encienda sus velas; que los enchufes se queden un día huérfanos; y mandemos el aviso de que podemos repetirlo más veces durante más tiempo. Veremos cómo actúan las implacables empresas energéticas… Hagamos otra prueba: saquemos todos a la vez nuestros escasos fondos de nuestros escasos bancos, y nos daremos cuenta que no hay dinero suficiente para que nos devuelvan lo poco que es nuestro… ¿dónde está?, pues en fondos opacos, prestándosenos a nosotros mismos y cobrándonos sus buenos intereses por ello, o rindiendo para otros. Pero estar, no está. “Está trabajando”, se nos dirá. Sí, pero ¿para quiénes?..
Son tan solo que unos pocos, contados y cantados ejemplos de lo que puede hacer la gente unida… Hace unos pocos años, los ciudadanos islandeses, en masa, se negaron a pagar un impuesto que creían injusto, arrostrando todos juntos sanciones y amenazas, y chantajes, e incluso el embargo de sus bienes. El gobierno se tambaleó, y tuvo que dar marcha atrás, y mandar a casa a la mitad del gabinete. No se puede encarcelar a todo un país. Pero el país, todos los países, el mundo, tiene que funcionar en conciencia colectiva, y sacudirse todas las tiranías y servidumbres con que las oligarquías financieras esclavizan a las sociedades, y con las pequeñas economías que las hacen medrar y funcionar, y de las domésticas, de las que viven parasitariamente, pero muy ricamente ellas a cambio de muy pobremente las demás.
Este artículo de hoy se podrá tachar de “revolucionario”, y puede que algunos unos lo harán así, pero a mí me parece que se trata de concienciar, más que de cualquier otra cosa, y sobre todo, de promover un ejercicio mental, nada más… y, aún así, no creo que llegue la sangre al río, ni por allá pasó. No veo yo al personal removido en su consumista hedonismo de fiesta y desplazamiento, ni mucho menos… Es en lo único que somos gregarios, y nos movemos en ganado, como a las grandes corporaciones les interesa, no como nos interesa a nosotros. Y en esto andamos con el paso cambiado, el gesto contrariado y el bolsillo secuestrado.
Nuestra propia Hacienda calcula que, al menos 23 de nuestras grandes corporaciones empresariales apenas pagan el 2,5% de sus beneficios (viene en el mismo periódico que lo de Netflix, por cierto: E:P:-21/4)… ¿Cuánto paga usted de sus miserables ingresos, o de sus escuetos beneficios de su escasa pyme?.. ¿un 15%, un 20, un 25%?.. Pues eso es lo que digo, precisamente: que las grandes maman de las chicas. Yo me pasé toda mi puñetera vida de autónomo cotizando diez veces más que cualquier oligopolio sobre unas hipotéticas ganancias de las que no te reconocían ni las púas, ni los impagos, ni las deudas… mientras un Inditex no llega al 2% lo que cotiza de su imperio. Esa es la desproporcionada proporción de las abejas reinas con los zánganos del panal.
Y aún te lo venden como justicia social…y tú vas, y lo compras como tal. Y hasta lo agradeces y todo que te dejen treinta y te robe trescientas. Es la globalización, tonto: tú rindes, produces y consumes, y ellos se llevan los beneficios, limpiamente. Es lo que queríamos, ¿no?.. Pues, mientras te esquilman, nene, anda, vé, y dale un beso a la señora que te regala el caramelo…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
¡ BÉEE..!
- Por miguel-galindo
- El 13/05/2022
Los loros y loras de los informativos de nuestra Siete, durante la Semana Santa y las Fiestas del botellón de Primavera, y las de después… no hacían otra cosa que animar, alabar, glosar y felicitarse de ellas con las imágenes de la gente abarrotándolas como borregos…
Después, vuelven a exponer las mismas escenas, esta vez criticando que, a causa de tales aglomeraciones, ahora hay mil contagios diarios, y que los mayores de 65 años están pagando el pato en hospitales y ucis…
¿Por qué en tiempo de aleluyas no advirtieron seriamente de las consecuencias?.. Porque la gente es puro ganado y los intereses bastardos iba por otro lado.
POBRES
- Por miguel-galindo
- El 12/05/2022
Un portavoz del gobierno madrileño, o quizá debería decir madroloño, pues Madrid debe venir de Madroño, con sus osos (precisamente se llama Enrique Ossorio), ante la presentación que Cáritas hizo de su Informe sobre la Pobreza, preguntaba a los demás y a sí mismo ante cámaras y micrófonos: “A ver… ¿dónde? – mirando tras suyo y a los lados - ¿dónde están todos esos pobres?. Yo no los veo por ningún lado”… No solo lo dijo de forma retórica, pues se ve que en el Madrizzz de Ayuso no hay pobres, sino que también lo dijo para avergonzar a esos pobres y que se vayan de la capital de las terrazas a otros lugares, en vez de avergonzarse él mismo y a cuántos y cuántas cobran sus buenas nóminas por decir mentiras y ocultar las verdades.
Allí, ante su audiencia, no estaban los de pedir unas monedas extendiéndole un vaso de plástico con la cabeza baja; ni el del vino malo en cartón, sentado en la acera, vencido, con la mano levantada; ni el que vende flores, o toca el acordeón en sus pijoterrazas; ni los que acuden a las salidas de misa de su Almudena a por las sobras de las cestas dominicales con que los fieles monedean sus conciencias; ni los que se las buscan en el Metro haciendo lo que saben para no tener que robar; ni los que se cobijan por las noches en los cajeros, porterías, o rincones de los parques, protegiéndose del frío bajo cartones, si no son “calentados” por el fuego que le arriman los hijos de puta… Se ve que el Sr. Ossorio no sale a la calle, no va a ejercer su nómina fuera de la caña terracerayusera, no va a Misa, ni al cine por la noche. No. Don Enrique no ve lo que todos sus ciudadanos ven cada día.
Pero es que hay cientos de miles de pobres – familias completas – que malviven en habitáculos baratos, de salarios míseros y explotadores, o ejerciendo de “gorrillas”; con la mujer yendo a Cáritas una vez por semana, o dos, y con los críos encerrados en casa porque ni saliendo al parque puede permitirse unas gominolas para ellos… No son los pobres de pedir, pero casi. Y hay muchos, muchísimos más que los de solemnidad, que si no hay colegio sus hijos no comen. Lo que pasa es que, si el consejero madrileño no ve a los callejeros, éstos otros son absolutamente invisibles para su cuidada percepción. Como lo son para los millones de compatriotas que coparon los hoteles, restaurantes y casas rurales y curiales de toda España en la última “espantá”, a pesar de estar la gasolina a precio de oro y la cesta de la compra por las nubes. Veintitantos millones de desplazamientos, según la DGT, sin contar otras vías de escape… Luego, a la vuelta, de regreso del “yatocaba”, o de la batucada, o lo que sea esto, ya nos quejaremos de la carestía y de que no se puede vivir, acho, acha…
A don Enrique Ossorio, y quizá también a nosotros, nos moleste un poco bastante reconocer que hay familias que, a mediados de mes, ya tienen que apuntarse a los comedores sociales porque sus malpagadas nóminas son de talla escasa, mientras él vá a mear en coche oficial, y los demás comemos en chiringuito cada fin de semana por lo menos… Pero están ahí, por todas partes, lo que pasa es que para verlos no solo hay que tener ojos en la cara, también hay que querer mirarlos. Y eso es muy difícil cuando lo que uno ve son las carreteras, los bares y los benidores y las mangas llenos, porque a estos nosotros se nos jalea, se nos visualiza y se nos vende en todos los medios de comunicación (que para eso están), para demostrarnos que somos de clase medialta, aunque viajemos a préstamo. O quizá para inyectarnos el consumo en las entendederas, pues es de lo que igual malvive toda la camarería de España, también infrapagados, por cierto, pues hay que mantener la industria del turismo competitiva a costa de lo que sea, ya que no tenemos muchas cosas más, por cierto…
Pero la verdad, lo real, es que España posee un 30% de su población viviendo en el umbral de la pobreza, dos terceras partes de ese porcentaje en pobreza severa, según varias Ong´s entre las que se incluye esa Cáritas que escandaliza a los políticos que viven tan ricamente del medro como el madrileño… Y es que, si se fijan bien fijados, se darán cuenta que los políticos de todas las autonomías, incluso municipaloides, hacen “caridad de foto” con los pobres de pedir limosna, con sus “jesusabandonados”, con los de su muy justos y más ajustados servicios sociales – desproporcionados en pagas y servicios – pero no mucho más… Esa muchedumbre que se levanta cada mañana para echar jornadas esclavistas de doce y catorce horas por salarios de mierda pasa desapercibida para ellos, y se preocupan poco, o nada, de mejorar sus condiciones de vida. Se trata de practicar una caridad selectiva, que muestre lo que no se puede ocultar, y que tape a los pobres que luchan por sobrevivir con dignidad entre la explotación y la indiferencia.
Mientras tanto, en ese mismo Madrid de ese mismo Ossorio, dos sinvergüenzas, innobles hijos de la más rancia nobleza, estafan a su pueblo – ante la ineptitud de sus administradores locales – con un lote de mascarillas defectuosas en plena crisis coronavírica, donde el oso y el madroño, que morían a quintales. O el hermanísimo de su presidenta que cobraba suculentas comisiones por colocarlas con certificados falsos de calidad. Para ellos y sus adláteres seguir viviendo del cuento bajo el lujo insultante y sus prerrogativas, como los del político que no ve la pobreza que lo rodea… Es la otra cara de la pobreza: la del espíritu, la del alma, la miseria humana, la misera moral de tanta gentuza suelta que se relame, como los buitres carroñeros, ante la miseria ajena.
El problema real es que estos miserables elementos, son admirados, elevados, enviados y envidiados, en un estatus superior de seres nimbados, famosos del papel couché, a los que se les besa su satinado culo frotado con brillantina, y se les absuelve de sus criminales latrocinios… Y esto es de una pobreza moral mucho mayor, y peor, que la otra… Por eso, cuando este elemento se preguntaba a sí mismo y a los presentes: “¿dónde, ¿dónde están esos pobres?”, tan solo tenía que haberse mirado en un espejo… Por algo este país es el de mayor índice de desigualdad social y económica de toda Europa. Y todos participamos de ella. Todos somos pobres de alguna forma y manera.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
EFEMÉRIDES - PROGRAMA
- Por miguel-galindo
- El 11/05/2022
ME SIENTO HONRADO Y AGRADECIDO:
https://youtu.be/31NkzzXh2-A
LAS MADRESMÍAS
- Por miguel-galindo
- El 11/05/2022
“Las lluvias llenan las consultas de alergología en la región”, reza un titular. “Los especialistas detectan un incremento de patologías por el aumento de la polinización, y recomiendan el uso de mascarillas”, reza otro…
Pero las bajas médicas, junto a las del Cóvid, vienen atropelladas desde la Semana Santa, Fiestas de Primavera, Caballos del Vino, Cruces de Mayo, Comuniones de ídem, y se llenan las consultas y hospitales tras haber llenado las fiestas…
De momento, en ninguna de ellas, y en otras que aún siguen salpicando la región (aquí, ¿cuándo se trabaja?) se ha visto a una sola persona con la mascarilla puesta, por cierto… Luego vendrán las madresmías, claro.
PEGASVS
- Por miguel-galindo
- El 10/05/2022
Pegaso, en la mitología griega, era el caballo alado de los dioses, nacido de la sangre de Medusa cuando Perseo le cortó la cabezota, y cumplía su función haciendo el trayecto del Olimpo a la tierra más rápido que cualquier otro medio. Un buen jaco… En mi época de posguerra, Pegaso era la marca de un “peazo” camión que circulaba por nuestras carreteras, y que algún ministro de Franco se estaba enriqueciendo por hacerse con su distribución en España, que eran las gabelas que se cobraban entonces, como el Marqués de Villaverde con la Vespa… Aquí, cada cual cogía el trozo de tarta que podía. Eran los del Régimen para no quedarse a régimen…
Hoy, Pegasus, así, con el nombre latinizado, es el emblema de la mayor chapuza nacional en materia de espionaje hecho potaje, porque, una vez levantada la cagada, aquí nadie sabe quién es el espiado, ni quién espía a quién, y ni siquiera a cuento de qué se espía, ni por qué, ni para qué… O, al menos, esa es la triste sensación que transmite esta desgraciada y pintoresca parodia… “¿Es usted el espía?.. pues le esperábamos ayer a la hora de comer”, decía Gila en uno de sus desternillantes solos telefónicos. Y eso mismo es lo que parece toda esta diarrea de despropósitos que amenaza con acabar con la legislatura antes y con tiempo.
Pegasus, así, en latino fino, es un programa complejo, israelí, que venden en exclusiva a los gobiernos – o eso aseguran, vaya usted a saber – para espiar a la gente a través de su propio móvil… Es una manera útil y sibilina que aligera la nómina en espías, y encima no hay que fusilar a nadie, porque no hay ningún John Le Carré de por medio poniendo y quitando agentes entre el frio y la niebla. Hoy tal parafernalia no vale ya para nada, pues cada ser humano lleva su propio espía en el bolsillo a través de su móvil, y se espía usted solo a sí mismo para Google, para Twitter, Facebook, o lo que haga falta, que a mandar que pá eso estamos… Solo Pegasus es un espía de altos vuelos, tipo 007, para espiar a profesionales, políticos o financieros que se precien. Como tiene que ser…
La cosa comenzó cuando los independentistas catalanes se dieron cuenta que estaban siendo espiados a través del jodío judío sistema Pegasus, y que viene desde su fantasmada de intento de separación acá… Naturalmente, hay mesada de cabellos, rasgado de vestiduras, y victimario a tope, que eso lo saben hacer muy bien (como si sus sucias actuaciones no fueran merecedoras de ser espiadas). El caso es que apuntan al gobierno de España, que ahora, además de que “ens roba, també ens espía, collons”, y esto no se puede quedar así, me cagüen en el caganer… Así que amenazan con romper amarras y relaciones, acuerdos y votaciones, pactos y tratados..
Exactamente igual han reaccionados sus socios de gobierno (con esos amigos no necesitan enemigos), que piden la cabeza de la ministra del ramo, por lo menos… Todo eso les pasa por las malas compañías y las peores juntaeras, ¿te enteras Melendreras?.. Hay gentes con las que no se puede ir ni al lavabo, y ellos deberían saberlo… tan es así que resulta que a Sánchez lo ha salvado de la Comisión de Investigación el séptimo de caballería ligera y pepera de Feijóo, lo que son las cosas… Pero, para complicarlas, resulta que el propio Sánchez, e incluso Margarita Robles, de quién piden la cabeza, también fueron espiados por el método Pegasus. No sabemos si se ha aireado por demostrar algún tipo de inocencia – nosotros no hemos sido, a nosotros també se nos espía – por lo de mal de muchos consuelo de tontos, o es que aquí se espía hasta al que espía sin saber el que espía por cuenta de quién espía… En definitiva, la incapacidad manifiesta en grado superlativo. Porque aquí es el CNI el que dispone de la aplicación Pegasus, ¿no?.. Pues bien, ¿ha ordenado el gobierno a su directora que espíe al propio gobierno?, ¿para qué quiere Sánchez espiarse a sí mismo?.. O, lo que es otra posibilidad: que sea otro Pegasus de otro gobierno ajeno al nuestro el que esté espiando a nuestros altos pero nefandos y nefastos políticos.
Saquen cuentas: por aquellas fechas teníamos el conflicto con Marruecos, que nos enviaba a sus hambrientos zagales tirándolos al mar para que nadaran hacia nuestras costas, entre otros casos y cosas… ¿Es posible que sea su reyezuelo Mohammed VI el que se haya introducido en forma de Pegasus en el móvil de nuestro presidente, de Margarita Robles, e incluso de la entonces ministra de Exteriores?.. Todo encaja, las fechas y los motivos. Pero alguien tendrá que pagar el pato de tanta incompetencia, y ese es el punto más débil de la trama, esto es, Paz Esteban, como directora de un CNI que habrá tenido que cumplir órdenes directas de alguien, salvo que sea Pegasus ajeno, y entonces tendría que haberlo interceptado, o vaya usted a saber la que, entre unos y otros, habrán liado…
Pero todo esto se saldará, ya lo verán ustedes, con alguna cabeza cortada servida en bandeja a la Salomé de turno, que aplaque a unos y justifique a otros. Y a otra cosa, mariposa. Yo me quedo con un par de detalles: primero, la más absoluta inoperancia de nuestro sistema nacional de inteligencia, y ya no digamos la incompetencia más brutal de nuestros altos políticos en materia de gestionar el espionaje nacional. Mortadelo y Filemón son unos virtuosos a su lado… Y segundo: le ha echado un capote el nuevo PP feijoiano (Casado no lo hubiera hecho), y eso habrá de traer consecuencias. Una de las más inmediatas es que en el Barómetro de Mayo del 40dB, este PP frena el auge de Vox y alcanza al Psoe en estimación de voto. Tanto, que el bloque de la derecha se sitúa al borde de la mayoría absoluta en el Congreso (EP-4/5)…
Cosas veredes, amigo Sancho… creo que aquel espía se nos acerca vestido de molino…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
NO ME LO EXPLICO
- Por miguel-galindo
- El 09/05/2022
Dice el periódico que hay “tres años de epidemia de sarna en la Región”… Que Sanidad de esta Comunidad registra cientos de casos, principalmente entre jóvenes.
Ya sé que el agua escasea bastante, y cada día es más cara, como todo, pero tanto como para no lavarse, es ya demasiado, me parece a mí… Aún y así, sigue siendo más barata que lo que trasegamos en fiestas, creo yo…
Lo digo por dar una idea: que en los botellones, en vez de meterse ese alcohol por dentro, se lo echen por fuera, como si fuera colonia matasarna… Se desinfectarían y se erradicaría tal epidemia. Salvo que ir de sarnosos sea una moda, claro.
TODAS LAS PALABRAS
- Por miguel-galindo
- El 06/05/2022
De cualquier persona normal y corriente brota cada día un inagotable e ingente flujo de palabras que manan de su interior de muy distintas fuentes: de la mente, de las emociones, de los sentimientos, desde el cerebro, desde el corazón o desde las tripas… Uno puede preguntarse cuántas de ellas son determinantes para algo; cuántas son comprometidas; cuántas son necesarias; o cuántas las hay vacuas, inconsecuentes, superficiales… El caudal de las palabras que nace de un ser humano desde que aprende a articularlas hasta el final de su vida es tan incalculable, y tan inaprehensible, que a nadie se le ha ocurrido siquiera pensar en la posible importancia de su desperdicio, o en su imposible importancia, ¿quién sabe?..
Porque entre todas esas palabras que uno suelta, tanto en un día como en toda esa vida, al ser fruto de deseos y pensamientos, establecen el curso de esa misma vida, o quizá hasta lo cambian… Como también están las que cambian las circunstancias; de las que se arrepiente uno nada más salidas del horno de la inconsciencia, o quizá de la conciencia; o, peor aún: las que no se dicen; las que se callan, se reprimen, y se quedan en nuestro interior caldeando el látigo de la lengua y el caldero del alma… y que también tanto nos cambian y nos condicionan… Hay muchas, muchísimas palabras que se las lleva el viento; pero hay otras que caen a tierra, enraízan y brotan en el tiempo según su buena o mala semilla. Bondades y maldades; amores y rencores; suertes y desgracias, en una especie de carrusel maldito en el que nos encontramos con nuestras propias y lejanas palabras: “es que tú dijiste…”.
Las palabras suelen crear un sendero por el que caminamos como en estado hipnótico… Mediatizados por ellas, no labramos nuestro propio camino, que seguimos pensando que es el destino el que nos lo traza… ¿Cuántas veces hemos dicho SÏ?, ¿y cuántas hemos dicho NO?.. No existen palabras más mínimas en todo lenguaje y con mayor poder en sus significados. Una vez dichas, nos sentimos esclavizados, comprometidos y condicionados por ellas. Nos obligan como ningunas otras; no existen interpretaciones algunas… El SÍ nos ata, y el NO nos libera, y con ambas opciones se nos ponen dos sendas a seguir. Sigas la que sigas, te la ha indicado una única palabra, breve y concisa. No es el pensamiento el que te obliga a través del razonamiento, si no el “Fíat”, la Palabra, pues si no la pronuncias, retienes el poder de elección en ti, pero si la sueltas, te ves obligado a cumplirla, salvo pasar por traidor a ti mismo. Por eso, el sabio piensa más que habla, y el necio habla más que piensa, porque es mejor ser el amo del pensamiento que el esclavo de las palabras… tal es el poder de las mismas.
Dicen las antiguas Escrituras, que Dios concedió al hombre el poder de crear su entorno mediante la palabra… No es que nombrara a los animales existentes, si no que existieron a partir de serles impuesto a cada uno su nombre. Es el sentido del “hágase”, que después “se hizo”. Y se hizo por la palabra… “Al principio fue el Verbo”, recuérdese… Y el Verbo no es solo un personaje, sino que también es una facultad, una potencia, tan creadora como el propio personaje. Por eso se le denomina “Verbo” y no otra cosa, por su estricto significado verbal de obrar… Así que las palabras nos construyen nuestra realidad… mejor o peor, pero nos la crea a través de nosotros mismos.
Dice el escritor y columnista Manuel Vincent, que unos han venido al mundo a hablar, y otros a escuchar; y que es el privilegio de los amos sobre los siervos, del poderoso sobre el débil… Y puede que algo lleve de razón. Pues son los políticos – mal que nos pese – los financieros, los oligarcas, los que hablan, y hablan y hablan, y el resto solo escuchamos… y, lo que es peor, nos lo creemos, lo aceptamos y les seguimos. Y, entre lo que dicen y lo que callamos, estamos construyendo entre todos la realidad que tenemos, y el futuro que tememos: guerra, carestías, desastre climático, sobreexplotación de los recursos, degradación natural… o sea, el resultado de un discurso, de una forma de vida, que hemos aceptado como buena.
Pero el caso es que la verdad no cambia. Dá lo mismo que lo diga el filósofo o el taxista, el ateo o el creyente, el científico o el patán, el acusador o el acusado, el abusador o el abusado, el de arriba o el de abajo… Lo que pasa es que, según las palabras con que se vista, nos llevarán al cielo o al infierno… La mentira, sin embargo, tiene mil disfraces, y siempre imita a la verdad. Aunque las palabras sean las mismas, las intenciones son distintas, y los resultados diferentes, ya que los segundos son hijos de las primeras. Por eso que cuando Vincent habla de los ricos y de los pobres (habladores y escuchadores) los primeros necesitan a los segundos para enriquecerse, y los segundos necesitan a los primeros para justificarse en su pobreza.
…”Y la Palabra (el Verbo) se hizo carne, y habitó entre nosotros”…Esto es: la palabra vino a ser en el ser humano, y fue impartida y compartida por Dios y entre ellos. Unas se volvieron trigo y otras cizaña. La sabiduría consiste en aprender a aceptarlas según su valor y según su naturaleza oculta (la voluntad, mala o buena), pues unas matan y otras salvan… Unas viajan en el viento, sueltas y libres, para quiénes las quieren oír y analizar; y otras quedan sujetas en los libros, escritas, para los que quieren aprovecharlas fuera del tiempo en que se dijeron. Son las más pensadas, maduradas y meditadas; las que esperan la motivación de alguien para ser leídas. Por eso son, quizá, las más valiosas… Pues tanto de las ciertas como de las falsas, siempre se puede sacar el conocimiento de la verdad.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
LAS PALABRAS
- Por miguel-galindo
- El 06/05/2022
De cualquier persona normal y corriente brota cada día un inagotable e ingente flujo de palabras que manan de su interior de muy distintas fuentes: de la mente, de las emociones, de los sentimientos, desde el cerebro, desde el corazón o desde las tripas… Uno puede preguntarse cuántas de ellas son determinantes para algo; cuántas son comprometidas; cuántas son necesarias; o cuántas las hay vacuas, inconsecuentes, superficiales… El caudal de las palabras que nace de un ser humano desde que aprende a articularlas hasta el final de su vida es tan incalculable, y tan inaprehensible, que a nadie se le ha ocurrido siquiera pensar en la posible importancia de su desperdicio, o en su imposible importancia, ¿quién sabe?..
Porque entre todas esas palabras que uno suelta, tanto en un día como en toda esa vida, al ser fruto de deseos y pensamientos, establecen el curso de esa misma vida, o quizá hasta lo cambian… Como también están las que cambian las circunstancias; de las que se arrepiente uno nada más salidas del horno de la inconsciencia, o quizá de la conciencia; o, peor aún: las que no se dicen; las que se callan, se reprimen, y se quedan en nuestro interior caldeando el látigo de la lengua y el caldero del alma… y que también tanto nos cambian y nos condicionan… Hay muchas, muchísimas palabras que se las lleva el viento; pero hay otras que caen a tierra, enraízan y brotan en el tiempo según su buena o mala semilla. Bondades y maldades; amores y rencores; suertes y desgracias, en una especie de carrusel maldito en el que nos encontramos con nuestras propias y lejanas palabras: “es que tú dijiste…”.
Las palabras suelen crear un sendero por el que caminamos como en estado hipnótico… Mediatizados por ellas, no labramos nuestro propio camino, que seguimos pensando que es el destino el que nos lo traza… ¿Cuántas veces hemos dicho SÏ?, ¿y cuántas hemos dicho NO?.. No existen palabras más mínimas en todo lenguaje y con mayor poder en sus significados. Una vez dichas, nos sentimos esclavizados, comprometidos y condicionados por ellas. Nos obligan como ningunas otras; no existen interpretaciones algunas… El SÍ nos ata, y el NO nos libera, y con ambas opciones se nos ponen dos sendas a seguir. Sigas la que sigas, te la ha indicado una única palabra, breve y concisa. No es el pensamiento el que te obliga a través del razonamiento, si no el “Fíat”, la Palabra, pues si no la pronuncias, retienes el poder de elección en ti, pero si la sueltas, te ves obligado a cumplirla, salvo pasar por traidor a ti mismo. Por eso, el sabio piensa más que habla, y el necio habla más que piensa, porque es mejor ser el amo del pensamiento que el esclavo de las palabras… tal es el poder de las mismas.
Dicen las antiguas Escrituras, que Dios concedió al hombre el poder de crear su entorno mediante la palabra… No es que nombrara a los animales existentes, si no que existieron a partir de serles impuesto a cada uno su nombre. Es el sentido del “hágase”, que después “se hizo”. Y se hizo por la palabra… “Al principio fue el Verbo”, recuérdese… Y el Verbo no es solo un personaje, sino que también es una facultad, una potencia, tan creadora como el propio personaje. Por eso se le denomina “Verbo” y no otra cosa, por su estricto significado verbal de obrar… Así que las palabras nos construyen nuestra realidad… mejor o peor, pero nos la crea a través de nosotros mismos.
Dice el escritor y columnista Manuel Vincent, que unos han venido al mundo a hablar, y otros a escuchar; y que es el privilegio de los amos sobre los siervos, del poderoso sobre el débil… Y puede que algo lleve de razón. Pues son los políticos – mal que nos pese – los financieros, los oligarcas, los que hablan, y hablan y hablan, y el resto solo escuchamos… y, lo que es peor, nos lo creemos, lo aceptamos y les seguimos. Y, entre lo que dicen y lo que callamos, estamos construyendo entre todos la realidad que tenemos, y el futuro que tememos: guerra, carestías, desastre climático, sobreexplotación de los recursos, degradación natural… o sea, el resultado de un discurso, de una forma de vida, que hemos aceptado como buena.
Pero el caso es que la verdad no cambia. Dá lo mismo que lo diga el filósofo o el taxista, el ateo o el creyente, el científico o el patán, el acusador o el acusado, el abusador o el abusado, el de arriba o el de abajo… Lo que pasa es que, según las palabras con que se vista, nos llevarán al cielo o al infierno… La mentira, sin embargo, tiene mil disfraces, y siempre imita a la verdad. Aunque las palabras sean las mismas, las intenciones son distintas, y los resultados diferentes, ya que los segundos son hijos de las primeras. Por eso que cuando Vincent habla de los ricos y de los pobres (habladores y escuchadores) los primeros necesitan a los segundos para enriquecerse, y los segundos necesitan a los primeros para justificarse en su pobreza.
…”Y la Palabra (el Verbo) se hizo carne, y habitó entre nosotros”…Esto es: la palabra vino a ser en el ser humano, y fue impartida y compartida por Dios y entre ellos. Unas se volvieron trigo y otras cizaña. La sabiduría consiste en aprender a aceptarlas según su valor y según su naturaleza oculta (la voluntad, mala o buena), pues unas matan y otras salvan… Unas viajan en el viento, sueltas y libres, para quiénes las quieren oír y analizar; y otras quedan sujetas en los libros, escritas, para los que quieren aprovecharlas fuera del tiempo en que se dijeron. Son las más pensadas, maduradas y meditadas; las que esperan la motivación de alguien para ser leídas. Por eso son, quizá, las más valiosas… Pues tanto de las ciertas como de las falsas, siempre se puede sacar el conocimiento de la verdad.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
NOS ESTÁ BIEN EMPLEADO
- Por miguel-galindo
- El 05/05/2022
“El campo y la industria alimentaria exigen a los supermercados compartir costos”. Se pone en letra gorda en el periódico. Quieren repercutirlos en los precios de los productos, pero la patronal de las grandes superficies hace oídos sordos, se amplía en la noticia…
No solamente estas grandes distribuidoras no se conforman con ganar un 600% - como es en el caso de las patatas – en el diferencial de sus precios, si no que son incapaces de, con ese abusivo margen, absorber los sobrecostos.
La culpa es de esos mismos productores que, en su día, se entregaron a esas grandes comercializadoras que ahora monopolizan la distribución. “Del bancal a la mesa” debería ser lo normal y aconsejable… No este latrocinio a mano armada.
CASOS VERGONZOSOS
- Por miguel-galindo
- El 04/05/2022
El otro día leí en un periódico de por aquí el caso de una mujer que se quejaba, y con mucha razón, de algo que merece que se le dé cancha pública, por lo que supone… Se trata de un procedimiento, torcido y equivocado, sin ningún género de dudas, en el que incurren los medios de comunicación, sobre todo los visuales, y que debiera ser corregido. Si es un error, las autoridades deben de poner órden en esto, y si no lo es, entonces son esas autoridades las que deben hacérselo mirar, pues algo está fallando estrepitosamente.
Esta señora, resulta que vive enfrente mismo de una casa llena de okupas - diez o doce elementos violentos que hacen imposible la vida a los vecinos – y de lo que nadie responsable se dá por aludido, por muchas denuncias que se reciban de los afectados, hasta que ocurra algo irremediable (es la práctica de escaqueo habitual de las autoridades) o hasta que algún medio aparezca por allí y ponga en pantalla lo que está ocurriendo y el riesgo que está aflorando.. Aquí los que han de cumplir su cometido se mueven más por lo segundo: el jaleo público, que por lo primero: las denuncias formales, que se amontonan hasta que se salen de la papelera y el servicio de limpieza los barra a la basura.
Bien… pues resulta que esta ama de casa, tras soportar con sus convecinos todo lo insoportable: peleas, escándalos, suciedad, amenazas, destrozos, etc., y tras comparecer en comités, reuniones y comisiones para que algunos álguienes hicieran puñetero caso, un día, ve por la ventana que llegan los de la tele, equipados con sus cámaras, micrófonos y aparejos, a dar cuenta de lo que allí está pasando… así que, colgando el delantal, se apresuró a salir a la calle a, entre curiosos y afectados, dar puñetera fé de los sucedidos, con todo género de detalles y el “nohayderecho” como obligado colofón y estandarte de los que están hartos (es el “amén” ciudadano). No sabía si valdría para algo, pero, al menos, le serviría de desahogo…
Lo malo fue cuando, al par de días, la buena mujer se vió en la tele soltando toda su perorata a cara descubierta, mientras que, en el programa, a los okupas los sacaban de espaldas o con la cara velada… De tal modo que a los delincuentes se les protege su identidad, pero a los ciudadanos indignados que dan testimonio de la injusticia, por el contrario, no. Ella decía que al quinqui lo sacaban “de todo el cuerpo, pero sin la cabeza, y a ella se la veía de los pies a la cabeza”… y confesaba no salir de casa desde entonces de puro miedo. Que no se atrevía a poner los pies en la calle ni para tirar la basura, ya que los facinerosos ahora la conocían, y le habían puesto cara, y temía que la tomaran con ella, “que hasta navajas tienen que utilizan como venganza… nos tienen atemorizados”, concluye.
Lo cierto y verdad es que algo falla en el sistema, y es importante, porque no se puede pedir la colaboración de los ciudadanos, para luego no atender a sus demandas y encima dejarlos desprotegidos. Resulta lógico entonces (aunque no deba serlo) que el personal se inhiba y pase olímpicamente de estos jaleos: por la simple razón que siempre se aduce de que tienen menos derechos que el propio delincuente… Al final va a ser que la gente lleva razón cuando se utiliza esta excusa para evadir su responsabilidad ciudadana ante los hechos que atentan contra esa, su propia seguridad igual de ciudadana… Cuando nuestras autoridades más próximas se amparan en la excusa de que “las leyes están como están y ellos tienen las manos atadas”, lo que expresan es su incapacidad, si no su incompetencia, para actuar. Y lo más honorable en tales casos es dimitir. Lo más honrado es no cobrar por el trabajo que no se hace.
Lo del problema okupa que es el motivo del presente, demuestra esa incompetencia que sobrepasa esa incapacidad, y es el ejemplo más gráfico de la injusticia de ciertas leyes… Yo también veo en mis paseos por mi pueblo viviendas “okupadas”. Cada vez más, por desgracia (es una muestra palpable de decadencia). Y opto según mi propia conciencia – por equivocada que pueda estar – pero es mi único lenitivo personal más a mano que tengo, ya que no el consuelo de unas leyes que los responsables rehúsan ejecutar. Entonces, si veo que es una unidad familiar con niños pequeños, miro para otro lado, y si es una tribu urbana de bárbaros, procuro comunicarlo, aunque sé que sirve de bien poco… Hasta en eso existe la injusticia.
Pero no puedo evitar mirar atrás y pensar que hubo una época en que alcalde y ediles procuraban facilitar techo a los que no lo tenían, y de actuar contra los que lo usurpaban por la fuerza y la amedrentación. Y que miraban por la pujanza de sus vecinos, y se preocupaban porque vivieran en órden y de forma civilizada, y no por la seguridad de la nómina en sus propios bolsillos de políticos locales… Ya, ya sé la respuesta automática: “las leyes no son lo que eran”, “el mundo es otro”, “la sociedad es distinta”… “Yo estoy aquí para no hacer esto y cobrar por ello”, falta por decir… Pero no se dice que esas leyes, ese mundo y esa sociedad la hemos hecho todos nosotros, y podemos, y debemos, cambiarla también. Entonces es cuándo sale aquello de…” sí, claro, pero a mí no me corresponde, eso son los políticos de arriba”.. Y tampoco pensamos que los de abajo somos paniaguados, barrigallenas y correveydiles de los de arriba que nos pagan del bolsillo de esos ciudadanos a los que ninguneamos nuestro servicio. Claro que no.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
O ES TONTO, O SE LO HACE.
- Por miguel-galindo
- El 03/05/2022
Dice Almeida, el alcalde de Madrid, al que le encasquetaron mascarillas defectuosas a precio de oro, que es injusto que lo investigue la Fiscalía, porque él es la víctima de la estafa, no el culpable de la misma…
Vale. Pero él sí es el responsable, como político, de dejarse estafar el dinero público que tiene la obligación de administrar… y que demuestra su ineptitud para el cargo que ostenta. Es poco de fiar, dado que no defiende el interés del ciudadano que paga sus impuestos.
Es que es muy fácil lavarse las manos cuando se ha dejado engañar en el dinero ajeno, cuando a él se la paga su nómina de ahí mismo. Lo lógico es que ponga el dinero birlado a la ciudadanía de su propio bolsillo, y luego ya veremos…
EL ULTIMÁTUM
- Por miguel-galindo
- El 02/05/2022
Hace unas pocas semanas, en un Telediario (encasillada entre la guerra de Ucrania y los restos de la renaciente pandemia) dieron obligada, pero escueta, cobertura a una noticia de la Onu en forma de ultimátum… Y al día siguiente, solo en prensa nacional, en tamaño doceavo de página, apareció también a modo de suelto. Por supuesto que nuestra televisión murciana, la 7, ocupada por la nevada en zonas altas de la región – cuatro dedos en el noroeste – y los prealeluyas semanasanteros, no recogió la noticia. Como tampoco lo hicieron nuestros periódicos, petados por Carlos Alcaraz y de lo bien que lo hacemos en todo lo que nos ponemos, y que vivan las fiestas de primavera y mi Murcia la primera…
La pobre por empobrecida noticia del máximo organismo mundial, encabezaba así mismo: “ULTIMÁTUM DE LA ONU: las emisiones deben caer ya en 2.025”, y el subtítulo, casi que un grito agónico, el siguiente: “Ahora, o nunca”… en el rincón derecha de la portada del periódico. Los gases de efecto invernadero deben alcanzar su pico máximo antes de tres años para luego descender rápidamente antes de llegar a un 2.030, a partir del cual, la irreversibilidad de una serie de catástrofes se hará trágicamente patente. El reloj del Cambio Climático ya no da para más. Sin embargo, los planes de los gobiernos de todo el mundo implican que las emisiones irán creciendo, que no decreciendo, en esta década, lo que supone una cuasi declaración de que no están por la labor. Los intereses de las multinacionales y de las oligarquías financieras están por encima de los de los pueblos y los ciudadanos.
Así, por ejemplo, tenemos que el conflicto con Rusia, que para Europa debe suponer una excusa y oportunidad para romper la dependencia del gas, y acelerar a muerte el giro hacia las energías renovables, y Alemania, por peor ejemplo, y Hungría, y Austria, y otros, dificultan llegar a ese extremo, incluso zancadilleando y entorpeciendo la política de sanciones a este país prepotente y agresor, con el fin de no cortar el grifo del gas, carbón o petróleo ruso. Eso es una política contraria a la estrategia, y, encima, aceleradora del nefasto cambio climático. Es más… se buscan otros proveedores, como EE.UU. – al que esta guerra le está viniendo de perlas, por cierto - Argelia, etc., pero en un más de lo mismo: seguir la tendencia de quemar combustibles fósiles, en vez de encarar un cambio tan radical como urgente y necesario, tan tarde ya como quizá inútil.
Aquí, en nuestro país, que somos en potencia uno de los mayores receptores naturales de energía solar y eólica, nos hemos pasado décadas tirando a la basura tal posibilidad, y gastando nuestros recursos en importar energías contaminantes (hasta de nucleares vecinas) en vez de dotarnos de los medios, tecnologías e infraestructuras para volcar tal situación negativa. Así que se vuelve a poner de manifiesto, otra vez más, que son los beneficios de las grandes compañías, de los oligopolios energéticos, que compran a los gobiernos, sean estos derechas o izquierdas, los que mandan, para imponer sus intereses por encima de los del mundo y de la climatología.
Lo que pasa es que estos mismos ciudadanos de ese mismo mundo o de este mismo país, no estamos tampoco por la labor de hacer lo que está en nuestras manos, y nos pasamos por debajo del arco del hedonismo cualquier tipo de recomendación, sea ésta por su bolsillo, sea por su propia salud, o la del planeta… Un ejemplo de aquí mismo: con antelación a esta última Semana Santa, todos los bares, hoteles, restaurantes, chiringuitos, casas rurales y conejeras naturales, ya le habían puesto el cartel de petado hasta la bandera, y la DGT ha constatado, tan solo en nuestra región, medio millón de desplazamientos internos por carretera (19 millones nacionales), consumiendo, gastando recursos, y tirando fluorurocarbonos a la atmósfera como auténticos posesos irresponsables… Y aún asfixiados por el precio de la gasolina.
La razón dada, esclarecida como pocas, y acogida, admitida, justificada y santificada es una, grande y libre: tras dos años de estar con la pata quebrada en casa, ya tocaba… Tocaba viaje, fiesta, consumo, dispararse y disparatarse, faltaría más. Tenemos todo el derecho del mundo, aunque neguemos los derechos de subsistencia a ese mismo mundo, que es el nuestro, por cierto; el único que tenemos y al que estamos a punto de hacer fosfatina, y a nosotros con él… Tampoco parece importar mucho la guerra de Ucrania, sus muertes, ni la carestía que nos invade como una mala plaga, y que achacamos todo mal a la misma descaradamente, y no a nuestra pésima gestión. Luego, después, mientras nos llega el próximo puente, nos entregaremos de nuevo a las lamentaciones, al mesar de cabellos, rasgado de vestiduras y crujir de dientes “porque no se puede vivir”, acho, acha, con estas subidas de precios, tan inclementes como indecentes, por cierto…
Entonces se explica uno el por qué un Ultimátum de la Onu, dado en estos fatales términos, perentorioso y angustioso, te lo pasan camuflado y con sordina esos mismos medios de comunicación que te inyectan en vena otras muchas cosas bastante menos importantes, pero más populistas y de “pan y circo”, a grandes espacios y titulares, porque son más “rentables”, en definitiva… O en esos veinte minutos que se emplean para decirte que “la firma que pagó al hermano de Díaz Ayuso, cobró el cuádruple (las mascarillas sanitarias) que otros proveedores”. Eso ya se sabía y nosotros seguíamos entronizando a Santa Isabel Mártir como patrona de Madrid y de las Españas. Y tan frescos y felices.
Aquí, en este país, imagino que casi como en todos, si bien que en unos más que en otros, nos creemos, no lo que deberíamos, si no lo que queremos creer… Y lo que queremos creer y lo que nos han vendido aquellos que medran de nosotros, es el hacernos unos perfectos zánganos y pulgones, a base de empanzarnos con cuentos de Calleja… Y a vivir que son cuatro días… bueno, ya solo dos.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
EL NEGOSI
- Por miguel-galindo
- El 29/04/2022
…Y otra más: Piqué y Rubiales acordaron celebrar la final española de fútbol en Arabia Saudí, por lo que se movió pasta gansa. Parece que aprovecharon la buena relación del emérito con la satrapía de allí para montar el chiringuito…
Sus catalanofanáticos no han dicho ni mú, a pesar de andar por en medio el “odiado Borbón” – ya no es lo mismo, claro – pues para eso él es afecto a la “independensi”.
Y el Rubiales tiene el cuajo de soltar que la Federación no ha puesto ni un céntimo… Faltaría más, encima. Han pagado los salteadores de derechos humanos, y algunos álguienes habrán cobrado comisión por organizarles actos con que blanquear su conciencia…
EXPERIENCIAS
- Por miguel-galindo
- El 28/04/2022
En días pasados me llamó Ascensión Méndez, la presidenta de la Asociación Prometeo… Se inauguraba la ampliación de sus instalaciones, e insistió en que no faltase al acto… “al fin y al cabo, eres uno de sus fundadores”, insistió para convencerme de que debía estar allí. Naturalmente – pensé – estas cosas, en cierta manera, son consecuencia de unos hechos que pusimos en marcha unos pocos, y entonces forma parte de mi responsabilidad, me dije para igual tratar de convencerme a mí mismo, abandonar mi retiro, y forzarme a asistir…
Allí me encontré con dos viejos amigos de equipo y supervivientes de la época: Pedro Jiménez y Manolo León, y nos congratulamos mutuamente recordando los primigenios rudimentos de lo que hoy es un referente sólido en su campo. “Se hacen más cosas con voluntad que con medios”, me susurró Pedro en un aparte. Y así es, efectivamente. Pienso en cómo se dotó de unos medios, y cómo incorporé unos moldes para fundir figuras de Belén, y de qué intríngulis nos valimos para que su maestro artesano, el tío Antonio, desde su huerta murciana aceptara y adoptara la causa como suya… y aún me cuesta trabajo creerlo. De qué forma tan rocambolesca se logró todo aquello…
Todo esté ligado, entrañablemente además, a la genética de mi propia historia, y eso ya resulta inevitable. Cuando uno trabajó la raíz, la planta nace con algo tuyo, y hoy se ve el frondoso árbol en que se ha convertido, y sus excelentes frutos, y te invade una especie de satisfacción interna y callada, que, a lo peor, es pecado de orgullo, y entonces la estamos jorobando de mala manera… Porque estar orgulloso no es lo mismo que estar satisfecho. Son cosas distintas, aunque no distantes, por estar asociadas… Ese día analicé tal concepto, y pensé, aunque bien puedo estar equivocado, que para mí supone más un privilegio el formar parte de la historia de una obra así, que orgulloso de mí mismo. Por la sencilla razón de que he aprendido más de ello de lo que he aportado, por lo que, más que orgullo, debo sentir agradecimiento.
En esas cabañuelas andábamos Manolo y yo, cuando, dándome un codazo, me suelta: “y anda que tú has fundado unas cuántas, joer…”, y tal comentario se me quedó de rondón por el caletre un buen rato, porque resulta que me propuse enumerárselas y ví que me acordaba apenas de unas pocas… “coño, estoy perdiendo la memoria, oye”, le contesté a él contestándome también a mí mismo, pero fue él quien enumeró algunas de ellas, no yo. Resulta preocupante constatar que lo primero que olvida uno con la edad es su propio “currículum”, y que el rasero mental ha comenzado a realizar su función de ir aligerando lastre… Así que, en el paseo de vuelta a casa (me fui tras el protocolo humano, y prescindí del político, y lo digo porque, si alguien me echó en falta, que tampoco lo creo, que me disculpe), comencé a repasar en el tiempo de mi tiempo, todas las asociaciones que he fundado con otros compañeros de andadura, y a esforzarme por recordarlas, más que nada como ejercicio nemotécnico. Cochina curiosidad, ya, el saber cuántos de esos “trabajos de Hércules” me sobrevivirán, y luego aparecerá mi nombre en un acta perdida y hallada en el templo de una cápsula de tiempo…
Y así anduve que se me venía una y se me iba otra… Hasta que creí juntarlas todas, y apuntarlas en la orilla de un billete de cinco euros que se me paseaba por un bolsillo. Se las voy a relacionar aquí a ustedes, no por nada, que alguno, o alguna, habrá que me tache de tonto útil, que no hábil, y no le faltará razón; si no para que conste en acta de algún sitio, o alguna memoria humana, donde alguien lo pueda encontrar. Y son las siguientes, si no me dejo alguna otra habichuela en la cazuela:
Club Fénix (ya desaparecido); Club de Tenis T.P.; Murcia-Acoge; Asociación de Empresarios T.P.; otra sectorial de Comerciantes; Asociación Prometeo; la de Amigos del Pueblo Saharaui; Comunidad civil de Gestión Parroquial; Asociación Hispanoamericana de las Letras (Hispadel); Escuela de Formación de Mediadores; y no sé si alguna otra con mi psicólogo y amigo Juan Jiménez en sus líos, para alguna otra causa… o si me dejo algo en el tintero del olvido. Hay de todo: clubes culturales, ong´s en su mayoría, asociaciones profesionales… una que se esfumó en el reloj del tiempo; otra que apenas llegó a funcionar; una que trabajó durante un tiempo “ad experimentum” del obispo Azagra aquél; otra que quizá funcionará por Argentina; y un grueso resto que han crecido y se han hecho mayores con gran alegría por mi parte…
Alguien podrá pensar que estoy presumiendo. Para nada. Lo que en verdad estoy es presuponiendo. Y supongo que todos esos proyectos me salieron al camino por alguna razón que ni siquiera yo conozco, en forma de charcos que tan aficionado soy a pisarlos… Lo único que tuve que hacer fue meterme en todos y cada uno de ellos, y en eso sí que me reconozco. Pero solo fueron oportunidades que la vida me puso delante de mi camino, y que aproveché para adquirir la experiencia que quizá necesitaba y que esos proyectos me brindaban… Si, encima, ayudé en algo, pues cojonudo, pues muy bien, pues me alegro; que les vaya bonito que a mí ya me vale… Y me sirve, porque he servido de algo para algo, además de a otros demás, ustedes ya me entienden, o eso espero, que me entiendan…
Ahora, en el tramo final de mi carretera, antes de la última curva, intento anclarme, aún débilmente, a alguna de mis postreras colaboraciones – Fundación Entorno Slow, por ejemplo – solo para fijarme en mi posición y no perder mi vieja brújula de orientación, como la del Capitán Sparrow… O sea, por puro sentido egoísta. Pues toda generosidad guarda un poso de egoísmo, piénsenlo… Una ayudante y asistente al acto de referencia, me dijo: “lo que hacemos por éstos, en realidad lo hacemos por nosotros”. Y es cosa muy cierta. El egoísmo que reside en la generosidad es sentirse útil por uno mismo. Y eso es importante. Porque si no somos útiles para algunos algos o para algunos álguienes, no servimos ni para nosotros mismos, ya que yo soy incapaz – por ejemplo – de clavar una jodida púa en mi propia casa. Por eso compensa el esfuerzo… Así que, me alegro de haber ido por allí para asistir a ese acto que había que celebrar. Al nacimiento de un renuevo. Por lo tanto, Ascensión, gracias por invitarme; gracias por obligarme a recordar…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com