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PÁRRAFO PRIMERO
- Por miguel-galindo
- El 02/06/2024
“La coexistencia y la armonía… todo tiene que equilibrarse. La naturaleza es equilibrada. Las bestias viven en armonía. Los seres humanos no han aprendido a hacerlo. Siguen destruyendo y destruyéndose. No hay armonía, no hay proyectos. En la naturaleza todo es diferente. La naturaleza es energía y vida… Y restitución. En cambio, los seres humanos solo destruyen. Destruyen la naturaleza. Destruyen a los demás. Y acabarán por destruirse a sí mismos”.
Me he permitido transcribir esta larga cita como párrafo inicial de mi artículo de hoy, mejor que hacer una introducción por mi cuenta. He creído – por lo tanto, he querido también – que comenzar con un texto fuera de contexto puede, no lo sé, fijar la atención más que con mis propias palabras y recursos, a los que ya están acostumbrados… Efectivamente, se ha omitido el autor (solemos condicionarnos demasiado con ello), y se ha ocultado por razones que, para mí al menos, resultan obvias. De todas formas, se lo voy a decir y no me iban a creer… o van a pensar erradamente y “herradamente”, así que…
Lo único que persigo con esto es que, una vez leído el tal párrafo, y repasado las veces que lo consideren necesario, ustedes mismos me digan, o se digan, si lo que encierra ese breve es cierto, no lo es, o solo lo es a medias, y, en tal caso, dónde dice mentira y dónde dice verdad. Es solo un mensaje. Un mensaje que encierra un juicio, una idea, una apreciación que nos retrata para bien o para mal, o para regular… El ejercicio que pretendo, por llamarlo de alguna manera, es, sin citar las fuentes, que nos pueden condicionar nuestra respuesta, ver el grado de consonancia o disonancia que tenemos con tal mensaje.
Que la armonía reside en la coexistencia es un preludio muy claro. Y que el equilibrio nace de la armonía, creo que no dé lugar a discusión… Ahora bien, ¿existe tal armonía en la sociedad y en el mundo, e incluso en la naturaleza, ya una vez puestos?.. Sinceramente, ¿qué agente ha roto el equilibrio?.. Si alguien no tiene claro que es el factor humano será mejor que se lo haga mirar, porque no creo que el resto de la creación se haya salido de madre. La cuestión, llegados a este punto, es: ¿por qué?, y ¿para qué?; ha de haber algún motivo `por el que el género humano hayamos decidido cambiar los cursos de esa naturaleza, y forzar sus recursos hasta el agotamiento… ¿quizá porque pensamos que no funciona bien el invento y podríamos perfeccionarlo?..
Quedaría por respondernos la segunda pregunta: ¿para qué?, ¿con qué fin?.. ¿acaso por hacernos los dioses de la creación y para apropiarnos de las riquezas de este planeta y de lo que se nos ponga por delante?.. Aún y así, aún existe algo torcido y profundamente destructivo en este ansia. El placer del que se enriquece solo lo experimenta si existen pobres sobre los que experimentarlo. Ahí es donde reside todo el mal. Es mentira, no se trabaja por la igualdad, por la solidaridad, y por la equidad, eso es un embuste sociológico. Se trabaja por todo lo contrario: porque unos NO tengan lo que otros SÍ tienen. De ahí la riqueza, y, por ende, el poder.
Somos una especie cainita que ha sido puesta aquí para que aprenda a dejar de serlo. No hay más historias catecísmicas que esa. Desde el mismo Génesis de la humanidad, ya una parte le abrió la cabeza a la otra parte solo porque sus borregos se le comían las habas del bancal que no quería compartir… El “yo no soy guardián de mi hermano” ha seguido a lo largo de la Historia hasta aquí mismo, hoy mismo. Somos, no los guardianes, sino los capataces esclavistas, los carceleros y explotadores de nuestros hermanos, ergo también de nosotros mismos, en nosotros mismos, por nosotros mismos y con y contra nosotros mismos.
“¿Dónde está tu hermano?”, se nos sigue preguntando al israelí, al americano, al ruso, al europeo, al del islam y al cristiano… Todos estamos bajo la quijada que esgrime algún “hermano” borde. Dice ese mensaje que la naturaleza es energía y vida. Y restitución, añade. Pero yo digo que eso es lo que debiera haber, no lo que hay, pues, si hubiese restitución, habría perdón, y la última parte del párrafo no se habría escrito; ni acabaríamos por, tras destruir la naturaleza, terminar por destruirnos a esos nosotros mismos.
Si esto supone una taxativa afirmación o una simple advertencia, es algo que tendrán que evaluar todos y cada uno de los que lean esto. Yo no lo voy a hacer porque ya saben por lo sobrado cómo pienso. Como tampoco les diré de qué mensajero proviene el mensaje… Al final, mucho fijarse en el primero, a fin de despistar al personal, y para que no se fijen mucho en el segundo. Tendemos a matar al mensajero y enterrar, o deformar, el mensaje. Ya lo hicimos con Jesucristo, y nos montamos una Iglesia que ha alentado precisamente cuanto ese primer párrafo denuncia, y en nombre, encima, del que mensajeaba lo contrario. …
Y no me vengan con el cuento de que nosotros, que hacemos lo que deshacemos, estamos hechos a imagen y semejanza de ningún dios, ni se les ocurra… Muy mal favor le hacemos a ese pobre dios.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
¿QUÉ C...HE HECHO YO?
- Por miguel-galindo
- El 31/05/2024
(de Top Doctors)
¿QUÉ C… HE HECHO? Soy una especie de factoría de dolores: primero del sacro, o eso dicen; seguido de una muela; luego una mordedura de perro; después un diente infectado… Una de ella es buscada y las otras sobrevenidas.
Hay quién asegura que todas son responsabilidad de uno mismo. Que atraemos el dolor o la enfermedad subconscientemente, como la miel al oso… Si así fuera, estoy convencido: soy mi propio enemigo, y lo que es peor, no sé qué me he hecho a mí mismo para ser tan borde conmigo mismo…
Si alguien me puede decir cómo puedo llegar a concederme la absolución, se lo agradeceré en lo que vale.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
EL MEJOR REGALO
- Por miguel-galindo
- El 29/05/2024
(de Atlántic)
Andrés, un muy buen, viejo y querido amigo, me envia un vídeo que no tiene desperdicio. Es de un médico y cirujano, Dr. Manuel Sans Segarra, toda una eminencia científica y humanística… “El contenido lo conoces de sobra – me dice – pero me parece importante por las aportaciones”. Y tanto. El vídeo es largo, de al menos una hora, y obedece a una entrevista en la que se trata de manera magistral todo lo que yo he venido diciendo y escribiendo torpemente a lo largo de mucho tiempo, en materia evolutiva, experiencial, espiritual y científica. Dios, el mundo y el hombre, el Big Bang… Incluso basando todo y explicándolo desde la propia física quántica, con la que, de forma tan inexperta como cansina, yo he llegado a darles la lata.
Que un personaje de esta talla y conocimientos (quien desee la tal grabación que no dude en pedírmela) en sus inapelables demostraciones científicas y filosóficas, y a lo largo de su extensa exposición, me confirme en todos y cada uno de los puntos de lo que ha venido a ser mi muy laboriosa creencia, la verdad es que solo puedo sentir gratitud por sus valiosas confirmaciones… El que ambos, en nuestra muy inmensa diferencia de preparación, coincidamos en la misma fe, demuestra que el conocimiento es uno solo y único; que no es propiedad de nadie, pero es patrimonio de todos; y que es una verdad universal y holística innegable, por mucho que nos empeñemos en ignorarla.
Cuando mi amigo me envió tan inconmensurable regalo, y tras oírlo, lo primero que se me vino al magín fue la posibilidad de que algún “manitas” informático pudiera prepararlo para proyectarlo en pantalla y llenar un salón de escuchantes. Es de tal interés su contenido, que me parece un pecado de lesa gravedad el no compartirlo con los demás. El conocimiento que traslada es de tal importancia que supone una responsabilidad conciencial el no ofrecerlo abierta y gratuitamente a todo el mundo… Sin embargo, luego, tras el “subidón”, me pregunto a mí mismo sobre mi propia fantasmagoría: ¿quién se interesa por esto?.. ¿cuántos acudirían a la invitación?, ¿cuáles son los que responderían a la llamada?..
Y me viene aquella cita evangélica de que “muchos son los llamados, pero pocos los que responden (escogidos)”, y no quisiera ponerme en plan catecísmico. Pero es que mi “ilusionalidad”, de iluso, me lleva a hacer ilusionismo. Las verdades transcendentes no venden. Venden otras cosas: festivales, fiestas, puentes, celebraciones, terraceos y amogollonamientos varios. Hacemos muchas salidas, incluso de nosotros mismos, pero ninguna entrada en nosotros mismos. Huimos de lo que en verdad somos, y nos dá miedo buscarnos, no sea que nos encontremos… Y, sin embargo, es justo lo que se ofrece, esto es, lo contrario a lo que se hace. Y a lo que se hace se le pone el disfraz de ”cultura”, cuando, en realidad, es la peor clase de ignorancia.
Por eso dudo… aunque pongámosle el “casi” por delante al “estoy seguro”, no vaya a ser que me dejen por embustero (eso me haría feliz) que tal iniciativa imaginada prosperara. Ni siquiera a instancias de la “cultura oficial institucional”, de la que se sacan una buena parte de sueldos. Ya saben: patronatos, y todo eso. No, ni hablar. Esos son dineros y medios para administrar actos tradicionales, oficiales y festivos; para conservar la cultura de la tradición, no para fomentar la tradición de la cultura.
…Y sin embargo, qué cosas!, y qué triste!, el conocimiento que regala el Dr. Sans es el más tradicional, genuíno, verdadero y auténtico que existe en todo el mundo mundial y de todos los tiempos en general. No existe en la creación tradición más tradicional que esa, ni tampoco en la Historia… aunque, eso sí, es una tradición traicionada por todos y cada uno de nosotros mismos… Hablamos de tradición, y la adoramos, veneramos y reverenciamos, cuando, en la mayoría – yo diría en la totalidad – de las veces, lo que se hace es falsear, prostituir y manipular la transcendencia de la verdad, de lo que nunca, jamás, cambia. Ciertamente, celebramos lo contrario a lo que proclamamos.
Cuando Jesús dijo “el que me quiera seguir tendrá que negarse a sí mismo”; o el “abandónalo todo y sígueme”; o el “no puedes seguir a dos señores”; o el “tendríais que nacer de nuevo”, se estaba refiriendo justamente a esto de lo que hablo, y no a las torpes por interesadas interpretaciones de las Iglesias, que también quieren deformar una verdad que nos haría libre a todos y a ellas inútiles e inoperantes… Estaba diciendo que para vivir la verdad había que negar todo lo ajeno a nosotros; que había que dejar toda enseñanza falsa atrás; que no se puede elegir a la vez al conocimiento y a la ignorancia; que debemos nacer de nuevo “en” y “de” nosotros mismos. Renacer y renovarse es lo mismo.
A Cristo, claro, lo callaron, y de su mensaje liberatorio hicieron una religión-prisión… Usaron sus mismas verdades para forjar cadenas (dogmas), y las utilizaron para fundir ritos, mitos, creencias, tradiciones manipuladas… El hombre es prisionero de sí mismo, y aún no se ha dado cuenta que está alimentando al propio dragón que lo mantiene cautivo. Pero como que (también es de Jesucristo) “no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere escuchar”, pues nos aferramos a nuestros tótems y falsos ídolos, huimos de la luz y nos envolvemos con la oscuridad.
Las religiones han logrado que el ser humano sea carcelero de sí mismo, a fin de que le sea imposible huir de sí mismo. Los miles de millones de fieles y seguidores ciegos que nada cuestionan y todo aceptan, así lo demuestra. Nada hay que mejor lo pueda explicar que el monopolio mental y el secuestro intelectual de las personas. Ellos mismos son los sicarios de sí mismos… Sin embargo, la ciencia y la conciencia, y la consecuencia, formarán la nueva consciencia… Pruebe a oír al Dr. Sans, si se atreve, naturalmente.
Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com
LA EDAD
- Por miguel-galindo
- El 28/05/2024
(de Magazine)
Cuando recibió el Premio Cervantes el escritor Luís Mateo Díez, soltó una frase de enmarque: “Nada me interesa menos que yo mismo”. Son la media docena de palabras de un hombre sabio a una edad en que ya se espera poco porque también se aprende poco… Joseph Plá decía a tal respecto: “…yo tengo 68 años, y eso es una edad escandalosa”. Lo que yo le contesto a la memoria del gran autor catalán, a la vez que, de reojo, me miro al espejo, es: “…y entonces yo, maestro, con casi una década más a cuestas, qué?”. Pero no me contesta ni el eco.
Mi siempre recodado amigo Isidoro, me decía que “los reconocimientos, de joven, que aún podamos gozarlos, no de viejos, que ya solo queda enterrarlos”… y me ha venido a la cabeza por lo del último Cervantes que acabo de citar para abrir el tema de hoy. El columnista Manuel Jabois citaba la de un amigo suyo que, a tal respecto, solía decir: “esto no lo sé por experiencia, sino porque me ha pasado”, en una aparente contradicción, que, en realidad, no lo es. Y no lo es, porque no todo lo que nos pasa sabemos convertirlo en experiencia.
Un ejemplo que también me ha pasado: un día de los de mi programa radiofónico Desde El Mirador, estaba visitando la emisora un extenso grupo de estudiantes de instituto, acompañado de un par de profesores. Andaban explicándoles los estudios, instalaciones y entresijos de las emisiones, y yo los veía a través de los cristales de la “pecera” donde grabo… Al salir, cuando ya me marchaba, llegué a oír a dos de ellos referirse a mi persona, in sotto voce. La chica le decía al chico que yo era el que estaba disertando dentro del habitáculo de grabación, y el chaval le contestaba: “¿no es ya un poco viejo para esto?”…
Ante eso, se me plantean dos caminos: o lo deshecho como un comentario estúpido, o hago una reflexión sobre ello… Si es lo primero, se queda en algo idiota que me ha sucedido; pero si es lo segundo, lo convierto en una experiencia de la que sacar alguna conclusión, aunque, en principio, pueda estar equivocada, o no. Y lo que extraigo de ello, es que el nivel de estos estudiantes al que llegan es porque NO les han enseñado que las personas no dejamos de ser útiles para ciertas cosas a cierta edad; o llevan razón y el que no me he enterado soy yo, y si me creo útil sin serlo, entonces estoy haciendo el papel de ilustrado espantapájaros.
Si fuera lo primero, está claro que estos zagales tienen un acusado déficit educativo y de conocimiento; y si fuera o segundo, lo que está claro es que yo me estoy sobrevalorando para la edad que me aflige… Es la experiencia razonada (no sé si razonable) que saco de tal hecho. Si se la expongo a ustedes que me siguen, no es para que me den o me quiten la razón, sino para que opinen por sí mismos sobre algo que hemos construido, o derruido, no lo sé, entre todos.
Pero sigo, si me lo permiten, con las citas… Ésta que saco ahora es de un muy conocido psicoterapéuta norteamericano que publica: “Las consultas se me llenan de gente que no sabe estar consigo misma, que no se quiere, que no se respeta, que no se soporta, o, directamente, que no se conoce…”. Aquí observo un error, o quizá lo sea del traductor, o quizá no lo sea, coloquial, y que especifica que la consulta se le llena de gente, sin hablar de personas. En un reputado profesional como él, puede que no haya sido un lapsus, sino la sutil constatación de un hecho. Puede que haya querido decir que su labor está precisamente en eso: en reconducir a la gente para volver a ser personas.
Otra frase corta que extraigo del mismo investigador, es que “envejecer es una obra de arte”… Y en este punto, perdónenme, me vuelvo borde, porque me pregunto cuántos conozco de mi edad provecta que no estén adocenados (una obra de arte, o es original, o no lo es), y veo pocos, muy pocos, demasiado pocos… Aviso a los malévolos antes de proseguir, que yo no me considero ninguna obra de arte, más bien de desastre. Si acaso, y me vale: raro. Y ya lo veo como un valor en sí mismo, pues si me consideran extraño, o peculiar, por solitario que se suponga que es, ya me doy con un canto en los dientes (y eso que los tengo hechos una puñetera filfa).
Sin embargo, ésta es la sociedad que nos hemos hecho: a los mayores, a los viejos, se nos ha descatalogado de todo; solo valemos para okupar los Clubs de Tercera Edad y para agarbanzarnos con el Inserso… Se nos arrincona en nuestros programados y “dignos” apartheids sin opción a contribuir en lo que aún podemos porque sabemos. Pero lo peor de todo es que los mayores hemos aceptado mansamente el papel de “viejos” con que hemos sido esquinados. Y, encima, tan contentos, felices y satisfechos de ser ceros a la izquierda, pero bien paseados aunque pasados; carne de bingos, y comidas de caduca fraternidad.
Y si esto es así, y me temo que lo es, entonces no es nada raro, ni extraño, que los estudiantes de nuestras aulas, nuestros jóvenes del mañana, comenten por “lo bajini”, ¿y no es mayor este tío pá esto, acho?.. Somos mayores para la cultura, mayores para el conocimiento, mayores para la experiencia, mayores para ser mayores…y se nos quiere jubilar hasta de nosotros mismos, porque, claro, aceptamos mansamente el rol de pensionista inútil, igual a baja útil.
Por supuesto, ya lo sé, me tengo que disculpar por describir a tantos congéneres que se darán por ofendidos. Se les/nos ha educado para estar caducado. Y nos hemos dejado caducar de buena gana… por lo tanto, ¿por qué disgustarnos con los que así nos consideran?. En realidad, ellos no tienen la culpa.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com
COMO EN ARGENTINA
- Por miguel-galindo
- El 27/05/2024
(de La Sexta)
En los gobiernos autonómicos de PP-Vox, Madrid, Andalucía, Valencia, Aragón, Baleares, andan revueltas sus comunidades educativas. Docentes, familias y estudiantes están en contra por la descarada apuesta por la escuela concertada a costa de la pública.
Sistemas de admisión discriminatorios; fomento de la segregación; supresión de aulas en los públicos; refuerzo de conciertos para con los privados; cambios en las reglas de escolarización…
Una de las quejas más sangrantes es la falta de acción del Ministerio para cambiar las normas… Desde luego, es llamativo en un gobierno que presume de “progresista”. Lo que me descoloca es que los que ahora protestan ayer votaran tales engendros. Somos como los de Miley, con perdón…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
EL MÉTODO
- Por miguel-galindo
- El 24/05/2024
(de National Geographic)
Me he leído el último libro de L.M. Sánchez Tostado, “La Maldición de Jericó”. Lo recomiendo encarecidamente… Está escrito a modo de trhiller, novelado y bien estructurado, pero la base, al igual que los personajes, como el tema de fondo, son verídicos, y fiel a la historia de los hechos: pone de manifiesto cómo la Iglesia secuestró, ocultó y manipuló una amplia parte de los Documentos del Mar Muerto para eliminar cuanto aludía a la figura de Jesucristo, por no adaptarse a lo que ellos han “vendido” sobre el mismo… bajo el pasotismo de las autoridades israelíes al efecto.
Para ello, instituyeron la Ecole Bíblique bajo la supervisión extricta de los dominicos, que, con la excusa de examinarlos, estudiarlos, custodiarlos y clasificarlos por una mal-llamada Comisión Internacional (pero todos católicos bajo la égida vaticana), durante décadas se han dedicado a quitarse a los investigadores independientes de encima, incluso usando más que dudosas maneras, a fin de poder monopolizar toda la información con absoluta libertad de acción a su respecto… Pero, claro, siempre quedan inevitables cabos sueltos. Resulta interesante subrayar que el “tipo” de Jesús que han intentado ocultar por todos los medios resulta muy similar al que describe mi buen amigo J. Hernández Mondéjar en su libro “La No Muerte de Jesús”.
Pero me ha sucedido algo muy curioso, que paso a exponerles a ustedes: al igual que me ocurrió con el famoso Código da Vinci, de Dan Brown, que se basó en la obra EL ENIGMA SAGRADO, de los investigadores británicos Michael Baigent y Richard Leight, que yo tenía y había leído casi treinta años antes, éste en concreto de Sánchez Tostado, también cita a los mismos autores ingleses en su obra investigativa de 1.988, “El Escándalo de los Manuscritos del Mar Muerto”, también en mi poder desde entonces y leída por mí, y que igual corroboro punto por punto en su contenido… Precisamente por eso mismo aconsejo que lean el libro de S. Tostado: les va a aportar la misma información, si bien que evitándoles la espesura farragosa de las investigaciones, pero bajo lo entretenido y atractivo de una buena historia hecha novela.
Eso no les va a evitar ciertos datos, precisos y preciosos, que conviene tener en cuenta, en pro de la seriedad de su contenido, como por ejemplo, el que me voy a permitir comentar en éste, y que demuestra la falta de rigurosidad, y muchas veces de ética, en la práxis que sigue la Iglesia a la hora de establecer sus textos, de forma que, como muchos científicos, linguistas, historiadores, etc. han expresado ya, le resta fiabilidad a lo que contienen los mismos, dado el grado de intervención doctrinaria al que han sido sometidos, bajo un par de parámetros herramentales: uno, eliminando de raiz todo texto no conveniente; y dos, manipulando el sentido de muchos de ellos para forzarlos a la práxis católica.
El Vaticano usa dos poderosos brazos: La Pontificia Comisión Bíblica, y la Congregación de la Doctrina de la Fe (antíguamente Santa Inquisición), las cuales suelen imponer sus verdades a base de Decretos (como los Dogmas). Un ejemplo: en 1905 establecieron por Decreto que Moisés era el autor del Pentatéuco… Cinco años después, por el mismo sistema decretal, se inventó la “exactitud histórica” del Creacionismo del Génesis, así como el episodio de Adán y Eva… En 1.964 (no hace tanto) sentenció la “verdad histórica” de los Evangelios, y un punto tan sospechoso como arrogante: que “todo intérprete de las Sagradas Escrituras debe de abrigar un espíritu de obediencia absoluta a la autoridad de la Iglesia”.
Según tal barbaridad, cualquier arqueólogo, historiador, lingüista, científico o investigador, católico o no, sean cuales sean sus conclusiones, no pueden contradecir a la autoridad doctrinal de la tal y arbitraria Comisión… Recientemente, en los años noventa, el expapa Ratzinger pasó a presidirla, tras haber presidido igualmente la Congregación para la Doctrina de la Fé, o ex Santo Oficio… Esto da una idea cercana, si no exacta, del nepotismo añadido con que se manejan estos temas desde la curia romana; y cómo se solapan las funciones de poder y control sin cambiar de manos. Así que, el colmo de los colmos, ya en 1.969 nada menos, la tal Congregación creó el “Pecado de Disensión”, esto es: prohibición expresa de disentir a todos los teólogos católicos de las interpretaciones regladas y sesgadas de la Escritura, según ellos, claro…
Bien, bueno, vale, ¿y todo esto, a quiénes interesa, jefe?... Claro, esa es otra: no lo sé. A muy pocos, supongo. De hecho, todas estas cosas son ignoradas – voluntariamente ignoradas, diría yo – por la inmensa mayoría del personal… digamos “creyente”. Y es muy posible, tampoco me extrañaría nada, que incluso a los que no se consideran “afectados”, tampoco están interesados. Al fín y al cabo, vivimos una sociedad en que lo que está establecido se supone bien parido, ¿para qué, entonces, calentarnos los cascos?..
Cascos cada vez más de caballo y menos de caballero; más de trotar y menos de pensar… En toda esta grey existen un par de bandos: los que claman falsamente doloridos y dolientes aquello de “me van a quitar la fé”, y los que claman, no menos compungidos, “me van a quitar las prosesiones y toas las fiestas”, pero no… tranquilos. A los primero no se les puede privar de lo que no tienen; y a los segundos no se les debe quitar lo que no conviene… En 1.988, por ejemplo, el Carbono 14 demostró, clara y fehacientemente, que la Sábana de Turín es una falsificación perpetrada en el siglo XIII. Vale. ¿Ha ocurrido algo?.. No, el domesticado ganado la sigue venerando como real y negando las evidencias.
El estátus es el que es, y funciona muy bien… Totus enganchados al forraje del menú de tres platos: tradición, ritos y mitos. Y los advenedizos, como yo mismo sin ir más lejos, que ladren mientras puedan y nos dejen. Si yo sigo escribiendo estas cosas es por vicio, claro… y por si algún leyente o escuchante suelto le da por practicar el sano, aunque cada día más arriesgado, deporte del librepensamiento.
Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com
NO ES TAN FÁCIL
- Por miguel-galindo
- El 23/05/2024
(de El Diario)
Dice el Dr. David Hawkings que lo mejor para nuestra salud física, mental y espiritual es “dejar ir”. Ha escrito un libro sobre ello… Dejar ir cuanto nos suceda en nuestra experiencia de la existencia. No aferrarnos a nada, soltar lastre, no atarse a vivencia alguna…
Yo, por mí… ¿pero cómo sabemos que nos agarramos a ellas, y no son ellas las que se agarran a nosotros como lapas?.. Es que, a veces, no sabemos diferenciar entre apresar o ser presos.
Es como aquél esclavo que quería librarse de la esclavitud ajena para abrazar la propia. O al revés. No, no creo que sea tan fácil.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
EGO-LATRÍA
- Por miguel-galindo
- El 21/05/2024
(de Alegato)
“Cuando nos enfadamos creamos sustancias químicas dañinas en el cuerpo que afectan negativamente a las paredes estomacales, a la presión arterial, a los vasos sanguíneos del corazón y de la cabeza, a las válvulas endocrinas, al sistema inmunitario…”, le leo a Valentín Fuster… ¡Joer!, me digo a mí mismo, en un arrebato de incómodo fastidio. Los que estamos medio majaras como yo, que pensamos como pensamos, cuando alguien que sabe nos pone ante los morros lo que ya deberíamos saber, y lo que es peor: ya sabemos, no podemos dejar de hacernos la siguiente y frustrante pregunta: ¿cuál de los dos “Yos” se enrabieta, y cuál paga el pato?..
Porque un servidor de los que me leen sabe que todos tenemos un colega que, aparte de algún que otro servicio prestado, es impulsivo, prepotente, dominador y egocéntrico, y que intenta siempre subírsenos a la chepa y ser auriga de nosotros mismos… Se rebela de su papel asesor y quiere suplantarnos a los que en realidad “somos”. Es un colaborador necesario, que nos conoce más que nos conocemos nosotros mismos, pues ha sido nacido con nosotros y se ha criado a nuestra vera, verita, vera… y sabe como manejarnos. Más que si nos hubiera parío, el tío.
Yo hace algún tiempo que, aún sin poder extraerlo del todo de mis tripas anímicas, que vive como un señor parásito a mi costa, sí que pude re-conocerlo y asignarle una entidad separada: Tú eres Ego, y yo soy Yo; y, aún siendo parte el uno del otro, compadre, tú y yo no somos los mismos… Y no me va mal del todo, aunque, a veces, se me desmande. La verdad es que podría irme algo mejor, pero no me quejo. Al menos, me parece que lo voy conociendo tanto como él me conoce a mí, y de momento andamos empatados en el control, o eso intento. Cuando, por lo que sea, pierdo algún papel, siempre le digo, ¡eh, oye, que sé que has sido tú, modérate!..
El Ego tiene además una virtud capciosa: intenta por todos los medios a su alcance mantenerte trincada la mente… Sabe que, mientras no la abras, tienes cerrada toda posibilidad de renovación intelectual, y eso le dá poder sobre ti, puesto que te inocula en el trastero que cualquier librepensamiento es un ataque a ti mismo, a tu propia identidad, a la razón de lo que eres; cuando es una rotunda falsedad, ya que se trata de cambiar el ser como eres y en ese envite peligra él.
En una mentalidad cerrada domina el Ego en su totalidad, y actúa como Perico por su casa. Se ve claramente en esas actitudes selladas a cualquier otra posibilidad que no sean las que ha hecho (o le han hecho) dogma de ellas. En esa resistencia, que en el fondo es miedo, muchas veces vestida de religiosismo y/o tradicionismo, que se opone a todo sin un razonamiento mínimo a cualquier probabilidad dialogada y abierta, domina el más puro y duro Ego. El temor cerril del Ego es que Yo sepa lo que sería peligroso para él.
Y de ahí viene el título del de hoy: la egolatría no es otra cosa que la adoración del propio ego (cada cual el suyo). “Latría” es eso, “culto a”, solo que no es al Sí mismo, sino al Ego de uno mismo… Conozco seres que, nada más que a ellos les parezca que le llevas la contra en algo, reaccionan violentamente contra ti, o incluso contra sí mismos, alterándose, enrocándose y atacando… su Ego está por encima de Él mismo. Otra actitud es encerrarse como un puerco espín, con sus púas a la defensiva, y diciendo que a ellos no les hace pensar lo que no quieren pensar, ni el Tato. En tales casos, nada hay que hacer.
Existe otra pista inequívoca que nos indica cuándo está actuando el Ego de la persona en cuestión, y no la persona misma: cuando no se pide perdón, porque siempre, siempre, siempre, llevan razón. Prácticamente es como su carnet de identidad. La personalidad de tales personas – disculpen la redundancia – es tremendamente egóica, salvo o que algo, algún día extraordinario, los tire de su caballo, como a Pablo de Tarso, y los ponga a pensar, ya que tontos no son… cerrados, sí, pero no tontos. Es el Ego el que te perdona a Ti por no darte cuenta de que él lleva razón y tú no.
Cada Ego, claro, tiene su propia personalidad manifiesta, prestada de los seres humanos a los que manda y de los que se mantiene; pero en el fondo son todos iguales, como cortado por un mismo patrón… tan es así, que cuando conoces a uno los conoces a todos, ya que reaccionan del mismo modo. Por eso aconsejo, si me lo permiten, claro, que intenten conocer al suyo, su comportamiento y eso. De ese modo igual conocerán cuándo en los demás actúan sus Egos y no sus Yos, y así podrán utilizar algún tipo de táctica (de ahí viene lo de “tacto”, por cierto), de tolerancia, o de puesta a distancia.
Sé lo que digo, porque hay que tener mucha, muchísima confianza, como para soltarle al prójimo en su cara, “estoy hablando con tu ego, y no contigo. Anda y dile que se calle”. Lo más seguro es que descubras que tal amigo no era tu amigo, pues el Ego es tremendamente sensible, y no quiere ser descubierto de ningún modo. Así que, en el diálogo interno con el Yo, lo convence de que ambos dos han sido gravemente ofendidos, cuando solo él se ha ofendido.
Y esa es la otra marca de identidad del Ego: que se ofende como pocos. La diferencia entre ambos hermanos es como Caín y Abel: que uno siempre anda ofendido culpando al otro de su ofensa… Y se enrabieta. Y de aquí el problema con que empezábamos este artículo: que el que se ofende, se enfada y se enrabieta es el Ego, pero el que paga los platos rotos en cuestión de salud es el Yo en su triste cuerpo físico. Porque, en definitiva, somos los que pagamos la factura psicosomáticamente, como bien nos advierte el doctor Fuster… Y no es justo que él ande siempre refunfuñando y disgustado y que a nosotros se nos rompa el chásis en el que ando, o la crisma, o los nervios, o todas las válvulas de mi organismo. Ni que me joda el traje que necesito para vestirme y la salud que preciso para expresarme.
Enfin, así andan las cosas; yo ya he empezado a tomarle medidas. Usted puede hacer lo que quiera.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
OCASIÓN PERDIDA
- Por miguel-galindo
- El 21/05/2024
(de El Mundo)
En Alpedrete, sus torpes políticos municipales se cargaron la Plaza y Calle de Paco Rabal y Asunción Balaguer…La gente y el mundo de la cultura se echaron a esas calles a protestar por tan inexplicable e ignorante ataque.
Hasta la mismísima Díaz Ayuso hizo su milagro al achacar a los de su partido que “la cultura ha de reconocerse por encima de las ideologías”. Algo que sorprende, pero que la honra.
Sin embargo, López Miras y su Consejera cultureta han mostrado su ruín bajeza moral y cultural al mantenerse callados ante el ultraje al digno murcianismo que tales personajes representan, no al demagógico de morcilla y pandereta que ellos hacen.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
¿Y USTEDES QUÉ DICEN?..
- Por miguel-galindo
- El 19/05/2024
(de Grupo Literario)
Entre mis lectores (me cuesta llamarlos seguidores) tengo a los que yo llamo “los guadianas”, porque aparecen, desaparecen, y vuelven a aparecer de tarde en tarde, comentando alguno de mis artículos o programas radiofónicos… Entre tales hay una tal Mickhaela que lidera una especie de grupo lectorescritor centroeuropeo – creo que polaco -y que en una de sus apariciones, a través de un E.mail, me pide permiso para usarlos en su colectivo… Por supuesto, un día le dije que no tenía que hacerlo, solo entrar en mi web y bajárselo sin más historias ni mayores problemas.
Pero no hace mucho, me manda uno en el que me cuenta, que, en el tiempo, su grupo se reúne para exponer todos los trabajados considerados “trascendentes”, aquellos que les aportan un “conocimiento que nos ayuda a evolucionar”, así mismo lo pinta, y me cuenta que han formado una especie de Club, donde los miembros aportan 10 euros al mes para gastos de materiales y mantenimiento, y donde incluso dice que han formado un Taller de Escritura para jóvenes con inquietudes literarias, entre otras iniciativas… ¡cuánto se puede hacer por tan poco!..
Le contesto expresándole un par de cosas, que, sinceramente, siento: Dándole las gracias por utilizar mis escritos, a los que califica de “fuente inagotable de importante información para sus objetivos” (ahí es nada, camarada); y comunicándole mi sana y sincera envidia por haber obtenido tal respuesta, y resultados tan ilusionantes… “Son proyectos que deberían abundar”, le hago saber con admiración y respeto, y les felicito por haberlo conseguido, reiterándoles, por supuesto, que usen mi material a discreción en la medida que les pueda interesar.
Al cabo de unas semanas después de esto, me corresponde dándome las gracias por mi aportación, y añadiendo una especie de reto, un tanto extrañada ella, que sacude mi cómoda conformidad, o eso pienso yo, aunque, por otro lado, creo que no… “Lo que no entiendo es cómo tú no has fundado en tu lugar un Club Escriburgo, cuando parece que tienes todos los medios a tu alcance”. Y me suelta, así, de sopetón, y con toda (o no) la intención, que provocó una tecleada y apresurada contestación por mi parte que, enseguida, me apresuré a borrar, y que fue la de “es que aquí nadie es profeta en su tierra”, seguida de unas más o menos torpes justificaciones en especie, de las que me di cuenta que eran inapropiadas, o quizás erróneas. Así que mejor este meditado artículo, si es que llega a sus manos.
Esa tan lapidaria frase bíblica suena a una especie de soberbia por mi parte, como si no se me valorara lo suficiente, y eso no es tampoco la verdad. No está en mí juzgar al medio en el que me muevo, sino mejorarlo en lo posible, si así lo creo en conciencia. Es lo que he estado intentando hacer durante toda mi puñetera vida, y si no he conseguido nada, no es por no haberlo deseado, sino porque no he podido, o sabido, o sido capaz, de lograrlo. Y eso crea la pátina de una experiencia negativa… Y es posible, no lo sé, que antes de realizar la pregunta me salga escopeteada la respuesta. Y esto, que no es excusa, sí que puede ser la explicación.
Sin embargo, eso me creó cierta inquietud (si bien que relativa, claro) hasta llegar a preguntarme a mí mismo: ¿pero acaso, en serio, lo has intentado?.. respondiéndome también a mí mismo: no, tan solo lo he insinuado; y quizá no muy convencido por si eso altera mi más o menos sosegada existencia jubilar, o dicho en román paladino: la paz de mi convento. Lo cierto y verdad es que no lo sé; confieso que no lo tengo nada claro.
…Pero el caso es que, el otro día también lo hablaba con María José, una muy estimada amiga, de las pocas personas que cultivan la cultura con mimo (vean la redundancia: cultura viene de cultivo), y que me decía que le daba vergüenza recomendar nuestro bancal para presentar un libro de alguien, porque no iba nadie. Y todo eso cuenta, ¿no?. Yo mismo he renunciado a presentar mi último libro, y me han dejado más de una vez con un proyecto en puertas… Ya, ya lo sé que puede sonar a justificación, pero el temor al fracaso también cuenta en tales humanos casos y circunstancias, creo yo. Si ya sabes que no vas a obtener respuesta… ¿ánde vas, peazo tonto?..
Así que en tal dilema me debato… En el lugar en el que vivo es más erial que vergel, y no es una apreciación exclusivamente mía, así que, ¿entonces..?. La prudencia – llámelo cobardía, si quieren – me aconseja un ni sí ni no sino todo lo contrario, una actitud centrada, salomónica: muestra tu disponibilidad, y que los demás te lo demanden si quieren… Vale, puede funcionar, me digo comiéndome el higo, pero el temor al fracaso también cuenta en tales humanos casos: si ya sabes que no vas a obtener respuesta, ¿para qué molestarte, tío, acho?.. Es que, coñe, no me veo como un profeta loco clamando sobre una piedra “apúntate a mi club, joío”. Pues como que no...
Pero bueno, vale, a ver… El banderín de enganche está en el sancta sanctórum de las redes: www.escriburgo.com colgao como un bacalao. Luego tenemos una emisora, en Radio Torre-Pacheco, que me hace el favor de tomar nota a los interesados que se interesen, valga la redundancia; y un Círculo Instructivo, más conocido por Casino, que ni lo uno ni lo otro, pero dispuesto a darnos cobijo y cuartelillo. O sea, que me sobran puntos de oferta y me falta uno solo: el de la demanda… “Estoy disponible”, como colgaba aquel cartel del cuello de aquel limpiabotas…
Lo demás, creo yo, ya no sería cosa mía… Pero para quedarme tranquilo conmigo mismo, y en paz con mi conciencia sobrevenida de esos “guadianas” que me dicen y me cuentan, y me demandan, escribo este artículo de general difusión, porrom-pon-pon… Igual, al preguntarles, ¿y ustedes qué me dicen?, como lo hago desde el mismísimo título, iluminan mi pesimismo con una luz de esperanza. Por mí que no quede, y por pedir pareceres y opiniones, tampoco. Lo que me pasa es que me ando como gato escaldado, compréndanme… Cuando era supertonto útil en mil iniciativas me han quitado muchas, quizá demasiadas, veces, la escalera bajo los pies dejándome colgado de la brocha.
A lo peor es un puñetero trauma lo que tengo y me frena como mala brida. O a lo mejor un bien psicoterapeuta me afina la escopeta…aunque solo sea para pegarme otro tiro en el pie... ¿Ustedes qué opinan?..
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com
SE DIGA LO QUE SE DIGA
- Por miguel-galindo
- El 17/05/2024
(de La Opinión)
¡Aleluya!.. Gracias a los dioses sean dadas. Semos de lo que no hay… El Real Murcia tendrá su Ciudad Deportiva. Se ha hecho justicia; felicitémonos totus tuus…
A mí me vale. Y me sirve. Pero no me parece bien que se siga utilizando dinero público para subvencionar proyectos privados… Si el Real Murcia es un club “private”, que sus socios costeen su propia ciudad deportiva; o si la sufraga con dinero de la administración, que sea propiedad de todos.
Seguimos metiendo en entidades privadas dinero de nuestros impuestos, en vez de usarlos en auténticos y necesarios servicios públicos… Los bolsillos privados no son públicos, y se está defraudando a todos en beneficio de unos pocos.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
SIGO SIENDO, PERO NO ESTANDO
- Por miguel-galindo
- El 16/05/2024
(de Alamy)
Me llama un amigo de otra vida… No se asusten, las personas vivimos varias vidas en la misma vida, y cuando lo explique me entenderán: El amigo que me llama me retrotrae a mis tiempos de la Confederación Comarcal de Empresarios. Me dice, armado de recuerdos: tú fuiste Presidente en tu pueblo, Vicepresidente de la comarcal, Presidente de los Autónomos de la Croem… sí, cierto, y unas cuantas bastantes cosas más. Compartimos ambos varios amigos comunes, a los que evocamos también. Cuando uno ha pisado tantos charcos – le digo – es fácil encontrarnos en lugares y con amistades comunes, y más donde hemos compartido luchas y batallas.
Él es más jóven que yo, inquieto y activo como pocos, y sigue enganchado a esas lides de las que yo participé tan activamente (el último, y reciente, encuentro, fue compartir un espacio radiofónico de tertulia en MurciaEconomía, sobre temas vigentes por cierto)… Me pregunta unas cosas, me pide otras, y me invita a seguir formando parte activa de esas plataformas politi-socio-económicas en las que me batí el cobre durante décadas, y de las que saqué unas experiencias, de las que, no me arrepiento, pero sí que me defraudaron. Al fin y al cabo, ambos términos conllevan enseñanza y riqueza de conocimientos.
Prometo echarle una mano en lo que me pide, pero declino la invitación. Como decía al principio, eso pertenece a una etapa cerrada, a una vida distinta a la que, ya postrera, me he fijado en mi menguado hoy… No sé si lo ha llegado a entender, y espero que tal negativa no me la tome en cuenta. Ahora fondeo en otras aguas, otras culturas, otras dimensiones del alma. En mi actualidad he priorizado otros caminos más… digamos inmateriales. Es mi esprint final. No es que desprecie los primeros, en los que él sigue en la brecha, sino que mi escala de valores ha vuelto a los segundos, si se me permite expresarlo así… Digamos que, cuando me jubilé, no me jubilé de mí mismo, pero sí de una determinada forma y manera de ver las cosas y sentir la vida.
Para poder avanzar tienes que dejar cosas atrás. Has de aprender a despedirte de parte de tu equipaje, y de muchos sitios que fueron tu casa… No se avanza si no se anda, y no se anda quedándote parado. Los sitios son lugares de paso, no de estancia. Naturalmente, cada cual se traza su propia senda, y no diré yo que ninguna sea mejor que otra, pero sí que son las adecuadas para cada cual. Nadie necesita todo el tiempo las mismas sandalias, que se van cambiando a lo largo de la andadura… Y yo cambié las últimas hace la friolera de una docena de años. A veces, miro atrás, y me reconozco tomando un cruce de caminos, pero ya no me conozco en el que anduve, aunque sí me reconozco.
Los que aún me conocen de entonces les cuesta trabajo comprender “que hayas cambiado tanto”, como alguno me dice todavía. La verdad es que tan solo he cambiado de dirección, pero sigo siendo el mismo… o eso creo. Las personas cambiamos con arreglo a las circunstancias que vamos elaborando y cumpliendo sobre la marcha, pero somos los mismos seres humanos que nos parió nuestra madre, y que algún día, más o menos lejano, o más o menos cercano como es mi caso, habremos de encararnos con nuestra propia mochila para llevarnos lo imprescindible allá donde desembocamos todos.
Y es que ese es el objetivo de esos mismos todos y de cada uno de nosotros, al fín y al cabo. Que lo sepamos o no, que lo reconozcamos o no, no varía un ápice el resultado final. Se llama evolución, y evolucionamos con nuestras experiencias y desde nuestras expectativas; a través del conocimiento que saquemos de ellas… Lo demás, como decía uno de mi pueblo, son “pan, pijo y habas”, y ustedes sepan disculparme la grosería.
Voy a intentar ilustrarles esto de hoy con sueños deshilachados que, de vez en cuando, tengo, pero que estoy seguro que, en mayor o menor grado, todos tenemos, lo que pasa es que no nos detenemos en echarles una pensada… Y sueño que vuelvo atrás en mi particulas y personal máquina del tiempo, y revivo situaciones de entonces, en lugares de entonces, y con personas de entonces, pero con la mentalidad de ahora. Y las revivo, por supuesto, desde una muy diferente perspectiva. Total y absolutamente distinta en “pensamiento, palabra, obra y omisión”, como dicen los del catecismo.
¿Y eso, pour quoi?.. Pues muy sencillo: porque añado al análisis, aún subconscientemente, claro, mi experiencia actual. Y ya no lo re-vivo con el estrés, la frustración, la falsa satisfacción u orgullo de entonces, sino desde la serenidad y la distancia que otorga la perspectiva del conocimiento añadido. Nada más, y también nada menos, que eso. Esto es: algunos sueños, que no todos, nos enseñan a relativizar lo que despiertos no somos capaces de hacerlo. Esa, y no otra, es la conclusión… De ahí que yo me pregunte si la verdadera realidad está más en lo onírico que en la vigilia.
La vigilia está construída con todas las limitaciones y condicionantes que nosotros mismos nos creamos, porque así mismo lo creemos. Y a eso lo llamamos realidad. De esas ataduras nos libramos en los sueños, pero las llamamos irrealidad. Nosotros nos lo cocemos y nosotros nos lo comemos. Pero lo cierto y verdad es que ambas dos forman parte del mismo todo: de la existencia humana… Cada hijo de vecino sepa desliar su madeja según Dios le de a entender.
Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com
SIGO SIENDO, PERO NO ESTANDO
- Por miguel-galindo
- El 16/05/2024
(de Alamy)
Me llama un amigo de otra vida… No se asusten, las personas vivimos varias vidas en la misma vida, y cuando lo explique me entenderán: El amigo que me llama me retrotrae a mis tiempos de la Confederación Comarcal de Empresarios. Me dice, armado de recuerdos: tú fuiste Presidente en tu pueblo, Vicepresidente de la comarcal, Presidente de los Autónomos de la Croem… sí, cierto, y unas cuantas bastantes cosas más. Compartimos ambos varios amigos comunes, a los que evocamos también. Cuando uno ha pisado tantos charcos – le digo – es fácil encontrarnos en lugares y con amistades comunes, y más donde hemos compartido luchas y batallas.
Él es más jóven que yo, inquieto y activo como pocos, y sigue enganchado a esas lides de las que yo participé tan activamente (el último, y reciente, encuentro, fue compartir un espacio radiofónico de tertulia en MurciaEconomía, sobre temas vigentes por cierto)… Me pregunta unas cosas, me pide otras, y me invita a seguir formando parte activa de esas plataformas politi-socio-económicas en las que me batí el cobre durante décadas, y de las que saqué unas experiencias, de las que, no me arrepiento, pero sí que me defraudaron. Al fin y al cabo, ambos términos conllevan enseñanza y riqueza de conocimientos.
Prometo echarle una mano en lo que me pide, pero declino la invitación. Como decía al principio, eso pertenece a una etapa cerrada, a una vida distinta a la que, ya postrera, me he fijado en mi menguado hoy… No sé si lo ha llegado a entender, y espero que tal negativa no me la tome en cuenta. Ahora fondeo en otras aguas, otras culturas, otras dimensiones del alma. En mi actualidad he priorizado otros caminos más… digamos inmateriales. Es mi esprint final. No es que desprecie los primeros, en los que él sigue en la brecha, sino que mi escala de valores ha vuelto a los segundos, si se me permite expresarlo así… Digamos que, cuando me jubilé, no me jubilé de mí mismo, pero sí de una determinada forma y manera de ver las cosas y sentir la vida.
Para poder avanzar tienes que dejar cosas atrás. Has de aprender a despedirte de parte de tu equipaje, y de muchos sitios que fueron tu casa… No se avanza si no se anda, y no se anda quedándote parado. Los sitios son lugares de paso, no de estancia. Naturalmente, cada cual se traza su propia senda, y no diré yo que ninguna sea mejor que otra, pero sí que son las adecuadas para cada cual. Nadie necesita todo el tiempo las mismas sandalias, que se van cambiando a lo largo de la andadura… Y yo cambié las últimas hace la friolera de una docena de años. A veces, miro atrás, y me reconozco tomando un cruce de caminos, pero ya no me conozco en el que anduve, aunque sí me reconozco.
Los que aún me conocen de entonces les cuesta trabajo comprender “que hayas cambiado tanto”, como alguno me dice todavía. La verdad es que tan solo he cambiado de dirección, pero sigo siendo el mismo… o eso creo. Las personas cambiamos con arreglo a las circunstancias que vamos elaborando y cumpliendo sobre la marcha, pero somos los mismos seres humanos que nos parió nuestra madre, y que algún día, más o menos lejano, o más o menos cercano como es mi caso, habremos de encararnos con nuestra propia mochila para llevarnos lo imprescindible allá donde desembocamos todos.
Y es que ese es el objetivo de esos mismos todos y de cada uno de nosotros, al fín y al cabo. Que lo sepamos o no, que lo reconozcamos o no, no varía un ápice el resultado final. Se llama evolución, y evolucionamos con nuestras experiencias y desde nuestras expectativas; a través del conocimiento que saquemos de ellas… Lo demás, como decía uno de mi pueblo, son “pan, pijo y habas”, y ustedes sepan disculparme la grosería.
Voy a intentar ilustrarles esto de hoy con sueños deshilachados que, de vez en cuando, tengo, pero que estoy seguro que, en mayor o menor grado, todos tenemos, lo que pasa es que no nos detenemos en echarles una pensada… Y sueño que vuelvo atrás en mi particulas y personal máquina del tiempo, y revivo situaciones de entonces, en lugares de entonces, y con personas de entonces, pero con la mentalidad de ahora. Y las revivo, por supuesto, desde una muy diferente perspectiva. Total y absolutamente distinta en “pensamiento, palabra, obra y omisión”, como dicen los del catecismo.
¿Y eso, pour quoi?.. Pues muy sencillo: porque añado al análisis, aún subconscientemente, claro, mi experiencia actual. Y ya no lo re-vivo con el estrés, la frustración, la falsa satisfacción u orgullo de entonces, sino desde la serenidad y la distancia que otorga la perspectiva del conocimiento añadido. Nada más, y también nada menos, que eso. Esto es: algunos sueños, que no todos, nos enseñan a relativizar lo que despiertos no somos capaces de hacerlo. Esa, y no otra, es la conclusión… De ahí que yo me pregunte si la verdadera realidad está más en lo onírico que en la vigilia.
La vigilia está construída con todas las limitaciones y condicionantes que nosotros mismos nos creamos, porque así mismo lo creemos. Y a eso lo llamamos realidad. De esas ataduras nos libramos en los sueños, pero las llamamos irrealidad. Nosotros nos lo cocemos y nosotros nos lo comemos. Pero lo cierto y verdad es que ambas dos forman parte del mismo todo: de la existencia humana… Cada hijo de vecino sepa desliar su madeja según Dios le de a entender.
Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com
REFLEXIÓN
- Por miguel-galindo
- El 14/05/2024
Oigo un atinado comentario de un sacerdote: “Dios te perdona si tú te perdonas”… y me salta el respondón como un tiro: ¿entonces, para qué ha de perdonarnos ningún confesor?.. Y me arrepiento, padre, de haber contestado.
El poner un perdonador como intermediario entre Dios y uno mismo… o mejor: entre uno y su propia conciencia, es como jugar al despiste con esa misma conciencia. El perdón ajeno ayuda, pero es el propio el que sana.
Solo se me ocurre lo del arrepentimiento sincero: ¿quién puede saber si de verdad existe?, ¿el cura o tú?.. pues sabiéndolo el segundo sobre el primero. De ahí lo acertado pero “dedospillado” de soltarlo…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
EL AZAR
- Por miguel-galindo
- El 14/05/2024
(de Ethic)
En este mundo, todo, absolutamente todo, hasta lo más nimio que nadie tiene en cuenta, lo que nos pasa desapercibido y lo que “desapercibimos” nosotros, lo que se dice todo, está relacionado. Vivimos y nos movemos en una tela de araña (la física quántica lo llama “constantes”) que hace que nada de lo que suceda en este mundo se deba a la casualidad, si no a la causalidad… Esto es: que todo efecto viene por una causa. No quiero con esto dar a entender que todo está predestinado ni nada parecido. En absoluto. Es que esa aparente predestinación la fijamos nosotros mismos con nuestro concedido “Libre Albedrío”, o sea, nosotros producimos la causa, y a nosotros nos viene la bendición, o la maldición, del efecto que sea. Pero todo está entrelazado… Decía Jesús que “no se mueve una sola brizna de hierba…”.
Permítanme un ejemplo histórico: el padre de la Teoría General de la Evolución por Selección Natural de las Especies, Charles Darwin, todo el mundo sabe que anduvo cinco años embarcado en el Beagle, dando vueltas por el mundo conocido, tomando muestras, estudiando tortugas, pinzones y todo bicho viviente, antes de soltar la célebre ocurrencia que revolucionó al mundo científico… Pero muy pocos saben que fue leyendo un libro de Thomas Malthus, un estudioso monje pionero sobre la herencia genética, que le hizo exclamar: ¡Pero qué peazo tonto soy, al no haber pensado en esto!, y entonces fue cuando postuló su conocido enunciado.
Curiosidad o no, la misma frase, literal ésta, “qué increíblemente estúpido por mi parte no haber caído antes en esto”, está escrito que se le escapó a Thomas Huxley, cuando Darwin le explicó sus conclusiones… Vamos de torpes por la vida cuando nos damos cuenta que otro, u otros, habían encontrado en su camino lo que nosotros íbamos buscando. Naturalmente, lo de SU camino es una manera coloquial de decirlo, porque “el camino” no es de nadie, pero los pies, cada cual anda con los suyos. Y todo está en la senda para que lo vayamos encontrando.
Aquí, en este punto, voy a meter una malévola cuña, con su también punto de mala leche, lo sé, pero de verdadero y auténtico interés: si lo que hoy llamamos Inteligencia Artificial hubiera existido, o mejor, se hubiera conocido, hace doscientos años, estoy seguro que las Leyes de Malthus ya estarían en la “caja negra” de la I.A; ende el llamado Azar de tropezarse con su libro no hubiera sobrevenido así. Simplemente, el Sr. Darwin hubiera consultado la IA de los cogolondrios, y hubiera caído en el “Ah, joer, qué gilipuertas soy…”.
De lo que deduzco, como otros también, que no inventamos nada, tan solo descubrimos lo ya “inventado”, y que está ahí desde el principio. O mejor, re-descubrimos, interpretamos, y cuando lo sumamos con la interpretación del otro buscador, lo re-interpretamos con nuevas cosas y casos. Si lo pensamos, nuestra creatividad es tan misteriosa como el propio y puñetero Chat Gpt o lo que sea. No sabemos cómo se hallan nexos entre información dispar y dispersa.
En pocas palabras: la información la vamos, o “se va” acumulando y soltando de lo que depuramos en nuestros intestinos mentales, y sepan disculparme tan escatológica definición, pero esos “nexos” invisibles que coordinan y relacionan, ya formaban parte del engranaje. Y estaban ahí puestos y dispuestos para su uso… Por esos hay quiénes dicen, y yo coincido, que el hombre no hace otra cosa que copiar cuanto existe y ha sido creado; que otra cosa es copiarlo bien o copiarlo mal, naturalmente…
Si el tal mecanismo funcionase así, y de momento no hay por qué despreciarlo, lo de la controvertida I.A. era cuestión de tiempo el que, más pronto o más tarde, se le viera el pelo… Ha estado ahí funcionando en modo automático y aleatorio desde que el mundo es mundo, haciéndose decir al ser humano de sí mismo “cacho burro que soy, mira que no darme cuenta”, hasta que se ha topado con ello. Y eso, a lo largo de toda su Historia: El fuego, la rueda, la electricidad, la radiactividad, y todo el universo entero que vamos descubriendo a trozos, cacho a cacho.
Hasta ahí llego, y así se lo traslado a ustedes. Pero me cabe una sangrante y desagradable duda: ¿todo evoluciona hasta su prevista aparición, menos el Hombre, que anda siempre más atrasado que la oveja renca del hato de ganado?.. Porque todo nos pilla a todos más verdes que la ova, no me digan que no. Nos enseña sus tripas el átomo y lo primero que hacemos es desarrollar bombas atómicas; estudiamos los intríngulis de la célula, y sacamos las armas químicas; avanzamos en la estructura cerebral, y la usamos para el dominio mental del prójimo hasta en técnicas de supermercado…
Así que tampoco sé lo que haremos, o desharemos, con el nuevo juguetico de la IA… Pero, visto lo visto, me puedo esperar cualquier cosa, eso sí, ya no me hablen del azar, por favor; si acaso de agua de azahar, que es lo que vamos a necesitar. Cuando me pongo en plan Isaac Asimov doy por decir que nosotros, los humanos, somos algoritmos de Dios… pero autónomos, claro. Que se nos ha dotado de una autonomía tal que solo cargamos la escopeta para hacernos la puñeta, por decirlo al mejor estilo tío Juan Rita.
Y ahí mismo es donde me pierdo. ¿Qué propósito hay implícito en que seamos tal calamidad?.. Quizá seamos esos llamados “renglones torcidos de Dios” con los que se escribe derecho, y no somos capaces de ver una jodida papa; o puede que seamos los satanes necesarios de la Creación, que las iglesias nos han trampeado para ponerlos como enemigos cuando parecen ser sus colaboradores necesarios… Ya me contarán los que vayan por delante hasta que yo me plante.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
ANATEMA SEA
- Por miguel-galindo
- El 12/05/2024
(de La Razón)
A los Caballos del Vino se les forra literalmente de cutres arabescos y fotografías, sofocándoles su sudor natural (fatal para un caballo) y en toda su respiración. Luego se les lanza a una carrera, tirando a su vez de “imitamozos” que lastran sus laterales.
Llegan pifiando, y algunos con las rodillas lisiadas y sangrando… Pero aquí no hay maltrato animal. El equino disfruta como un cochino. No sufre, no se le fuerza…
Y al que se le ocurra decir lo contrario se le cuelga la doble cruz de plomo por falso y por blasfemo. Y se le echa encima toda Caravaca a modo de ¡nene, caca..!
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
¡OH, MUNDO!..
- Por miguel-galindo
- El 10/05/2024
(de Instagram)
Hace mucho, mucho tiempo, me compré una chaqueta, que, al poco de su uso, se empezó a deshilachar por el cuello de la solapa. Así que la llevé al comercio donde la merqué, y me dijeron que lo sentían, pero eso era debido a un mal uso por mi parte, y no por defecto de la prenda: me explicaron que eso lo producía yo por el roce de mi barba (¿?), no por la mala calidad del género. Le inquirí que debían haber especificado que se abstuvieran de adquirirla los barbados, y que me la cambiaran por alguna apta para barbas, pero no me hicieron puñetero caso. Llevé la cosa a la Oficina del Consumidor, pero nada de nada.
Sin embargo, ese caso desencadenó en mi escasa “imaginación” otra posibilidad a lo grande, llevada la comparación a efectos planetarios, o quizá universales, o puede que hasta cósmicos… Supongan ustedes, a mal ejemplo, que a estas alturas del mundo (si medimos los tiempos siderales, en realidad apenas estamos en el extremo en que el ser humano se hizo cargo de él), que ese tal ser humano quiera devolvérselo al fabricante porque le ha salido defectuoso, en pleno período de garantía.
“Oye, Dios, que mira la chapuza de mundo que nos has largado, que se le van todas las costuras”… o algo parecido a eso. Y que el Hacedor nos contestara algo así también como “te regalé un traje de buena pana, pero has hecho de él lo que te ha dado la gana”, y que nos señalara la puerta con una especie de recomendación escatológica, como puede ser, siguiendo la cosa en verso: “lo has tratado como un mulo, ahora te lo metes por el…”. Estoy seguro que sabrán todos perfectamente la palabra que corresponde sin yo tener que escribirla, para que luego no me llamen grosero… Y es que yo siempre he creído, no sé por qué, que Dios es un gran repentizador que nos habla en trovo, como el Repuntín.
Tengo un amigo muy amigo que le ha dado por decir que él es un extraterrestre, porque es una persona muy activa y comprometida, pero que se avergüenza de su filiación terrenal, dados los resultados… “Yo estoy censado aquí, pero no soy de aquí”, se excusa y justifica cuando suelta algo que son las verdades del barquero por muy políticamente incorrectas que puedan parecer; que la inmensa mayoría de las veces no es que lo parecen, sino que lo son. Así que se cubre los lomos de recibir desde otro Registro Civil.
“Tú deberías hacer lo mismo”, me aconseja con consejo de vieja, y le respondo que, en mi caso, creo no necesitarlo porque capto que cada vez hay más congéneres que me toman directamente por marciano sin yo tener que decirlo… así que, simplemente, en vez de ofenderme, lo que hago es asentir con la cabeza, y ya está. Efectivamente, lleva razón mi colegamigo, y resulta más cómodo y menos embarazoso pasar por lunático antes de por el despeñadero de la Caverna platónica. Y llevo algo de experiencia en ello, y sí, cierto, es preferible…
Por eso cuento lo que cuento y digo lo que digo… y desde cuándo lo estoy diciendo y repitiendo, largo tiempo ha de ello, por cierto. Cuando, digamos el “Proyecto Tierra”, por llamarlo de alguna manera, fue abordado por la inteligencia planetaria delegada al efecto y encargada del caso (lean mi libro Cosmogénesis, que aquí no me cabe) el traje de pana les salió de hechura perfecta a la cofradía de sastres, y, si algo les salió malparido, dados los resultados, fue un género malparado: el humano que había de vestir el traje… De ahí que Dios, como dije al principio, no admita reclamaciones ni devoluciones…
…Salvo, claro, que el verdadero, auténtico y genuino Plan, no fuera hacer al hombre como nos creemos que somos, sino a la carcoma… Que no seamos “los reyes de la Creación”, como nos hemos coronado, sino los destructores de la misma. Veamos: la primera ley de la termodinámica es el movimiento entrópico del universo, en que el ciclo energía-materia-forma-energía es continuo e inapelable. No resulta pues descabellado pensar que el humano haya sido incorporado al invento como agente disolvente más que constituyente.
Y en tal caso, se entendería que seamos el último elemento aparecido como guinda del pastel para, de seguido, empezar a “desmontar” (en apariencia) la composición del escenario donde hemos sido depositados… si no cagados, con perdón. Sea como fuere, en la “experiencia” solo ganamos y/o perdemos nosotros. Nadie más. Al crío al que se le ha regalado un juguete y lo rompe, la mejor enseñanza es que el próximo se lo componga él mismo. No podemos valorar aquello que no hemos sudado. Pues quizá es por eso que…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com
¿SOMOS TONTOS O NOS LO HACEMOS?
- Por miguel-galindo
- El 09/05/2024
(de Time Out)
No me salen las cuentas. Oigo en los medios – la 7 - que “uno de cada dos españoles” literalmente (eso es la mitad, el 50%) han de sacrificar en la alimentación, en el dentista, en equipamiento de primera necesidad, en atención médica, porque no le llega la economía…
Pero veo las terrazas llenas, la hostelería a tope, las fiestas a reventar, el veraneo con todo ya reservado, las carreteras colapsadas, los festivales a rebosar…
Y no me encaja. Salvo que seamos unos falsarios, claro; o unos llorones que mienten más que hablan; o unos descerebrados que tiramos de lo que nos falta… Pero ambos datos se repelen.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
CONOCER-SE
- Por miguel-galindo
- El 07/05/2024
(de Medium)
Hay un par de maneras de quererte mal: creer que eres peor que los demás, o creer que eres mejor que los demás. En los libros de autoayuda… que, por cierto, cuando tanto abundan y se venden debe ser porque la mayor parte de las personas nos sentimos unos desgraciados, suelen pregonar lo de la autovaloración por encima de cualquier otro consejo. Quizá sea debido a eso mismo, a pesar de lo que nos gusta hacernos notar y aparentar en la sociedad que nos hemos construido actualmente.
Tan solo hay que meterse en las plataformas y en lo que llamamos “redes sociales” para ver el mundo de postureo y pastoreo, “selfies”, bulos, ataques, mentiras y falsas noticias; cuando no la afirmación de sí mismos insultándonos entre unos y otros… De verdadera pena. Luego, después, simplemente echamos la culpa a la existencia de esas mismas redes sociales y plataformas, para así justificar nuestra propia vaciedad. Esto es, responsabilizamos a la herramienta y no a las manos que las manejan. Como solemos decir generalizándolo todo: “la culpa es del mundo, que está como está”.
Nos negamos a ver que “los tiempos que corren”, como también decimos, están habitados por las personas que formamos esos tiempos… El mundo es como lo hemos hecho, y está donde lo hemos puesto entre todos, cada cual por sí mismo y con su granico de arena. Lo que pasa es que, en el fondo, nos sentimos huecos, sin sentido, sin ninguna trascendentalidad que echarnos al coleto; y por eso mismo consumimos esos libros de ayuda personal, que los convertimos en best-sellers; Y porque, inconscientemente, nos sentimos unos gilipollas. Esos autores nos venden el que debemos sentirnos super héroes… quiérete, ámate, mímate a ti mismo, te dicen.
Y pasa lo que pasa, que lo hacemos tan superficialmente, que tenemos lo que tenemos: una sociedad de ludópatas, egoístas y hedonistas; en consumo y fiestas continuas, tan solo que pendientes de nuestro propio físico y bienestar, como perfectos narcisos, entre otras cosas superfluas e intrascendentes… Y me parece a mí, no lo sé, ustedes que me leen valorarán si quieren, que no es así, ni mucho menos. Yo creo que no somos ni peores ni mejores que nadie… eso sí: tenemos la capacidad y aptitud para poder ser los mejores, y los peores, por supuesto, pero que solo somos lo que somos, o sea, nosotros mismos y nuestra actitud cerrada, errada… y herrada. Y que más que forraje de autoayuda deberíamos consumir un producto de autoconocimiento. Y para conocerse a uno mismo no hay nada mejor que “conocer el conocimiento”, valga la redundancia.
Desde luego (es una opinión personal, naturalmente) la solución no está en autoregalarnos a nosotros mismos para tener mejor concepto de nosotros mismos, ya que no sabemos buscar el regalo con el que autopremiarnos, ni sabemos para qué, ni a causa de qué, ni por qué motivo… Lo primero que deberíamos preguntarnos es si lo merecemos, dado que somos tan guays. Y si lo pensamos bien, a lo mejor sabemos contestarnos que no lo merecemos, pero que sí lo necesitamos… y no poco.
Pero lo que necesitamos es emprender el camino del conocimiento, y no la huida hacia adelante, que es el abalorio que nos ofrecemos a esos nosotros mismos… Quizá lo que precisamos es detener nuestra alocada carrera de salidas y regresos, de idas y venidas, de vueltas y revueltas a ninguna parte, y pararnos a pensar y a dialogar entre nosotros, si lo que hacemos es la solución a los problemas que estamos liando; o si deberíamos empieza a preguntarnos qué es lo que podemos comenzar a hacer personalmente o en nuestro pequeño grupo o célula humana (la infección viene por una célula, y por una célula se cura la enfermedad), e imponernos un código de conducta y de prácticas que solo sea una sola y única cosa: coherente.
Lo primero de todo es que pensamos y decimos lo contrario a lo que hacemos – salvo que lo digamos para quedar bien, claro – y esa es una de las incoherencias que aparecen en nuestros hechos, como ésta que hoy mismo comentamos aquí… Que nos sentimos perdidos y frustrados, buscamos cómo ayudarnos enriqueciendo a cuentistas (no todos lo son) y actuamos como zagales maleducados que se creen con derecho a todo. Nos equivocamos, por supuesto. Y nos buscamos un flautista para nuestro particular Hammelin.
Pero la verdad es que no nos merecemos nada que no sepamos ganarnos por nuestro propio esfuerzo… no puedo tampoco decirles otra cosa que esa. Y lo cierto es que tan solo puedo darles unas pálidas, y puede que hasta frágiles, pistas: que el conocimiento no se compra, ni se encuentra gratis, que se busca; que no se ofrece ni se regala, se reconoce y se merece; que no se impone, se expone; que no existen caminos establecidos, sino pies para caminarlos; que se puede compartir, pero no adquirir…
Hay personas que lo tienen al lado y mantienen ojos y oídos lejos, o cerrados; pues no quiere saber, no quieren hacer, no quieren comprender, ni comprometerse… Como también las hay que lo combaten allí donde aparece. La oscuridad tiene sicarios que le sirven, pero la luz solo se tiene a sí misma, y está sola, por si alguien quiere acercarse a ella. El problema es que nos da hasta vergüenza el reconocer que estamos más necesitados que sobrados.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com
¿QUÉ LIBERTAD..?
- Por miguel-galindo
- El 07/05/2024
(de BBVA)
Feijóo defiende la libertad de prensa en el parlamento y en sus parlamentos, pero mientras, su tándem madrileño Ayuso-Rodríguez amenazan al Diario 16: “os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar”…
La cosa es sencilla: Sí a la prensa libre que diga lo que yo quiera y calle lo que a mí me convenga… El problema es cuando media España se traga el mensaje. Su socio Vox ya está haciendo estragos allí donde manda.
Cuando alguien clama por esa libertad, sea la derecha o la izquierda, solo habla de “su” libertad de expresión, no de la libertad de opinión ajena. Todo es un demagógico embuste.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com