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EL BOOMERANG

(de OkDiario)

 

Hace cuatrocientos años (apenas un soplo en la historia de la evolución humana) de forma y manera significativa se fueron acumulando espectacularmente descubrimientos científicos, desvelando el Universo y la física que lo movía; la estructura física y la mecánica del pensamiento humano; y toda una revolución de conocimientos, impulsado por grandes mentes como Newton, Copérnico, Galileo, Darwin, Freüd, Einstein, Hawking, y docenas más de relevantes investigadores, teólogos, filósofos, pensadores…

Se quiso dar a entender, al menos hasta no hace mucho, que la ciencia podía explicar el origen universal de cuánto existe, sin la necesidad de un Dios creador… Fue, de hecho, el origen, a primeros del siglo XX, del triunfo intelectual del llamado “materialismo”. Se produjo una fratricida división entre religión y materialistas, hasta tal punto que la Iglesia encasquetó la ominosa y excomulgante etiqueta de “materialismo ateo” a todo avance científico en tal sentido.

Incluso llegó a mover la sangrienta maquinaria del Santo Oficio contra todo aquél que se atreviera a avanzar en cualquier disciplina de investigación. Desaparecida la Santa Inquisición activa (aún sigue actuando de manera coactiva), el anatema de materialismo ateo aún sigue vigente ante cualquier avance y descubrimiento, con Stephen Hawkings por su teoría del Big Bang, o los recientes descubrimientos sobre genética.

Sin embargo, y a pesar de todo, de manera tan imprevista como sorprendente, como si de un boomerang se tratara, resulta que el conocido por Péndulo de Foucolt, encarnado quizá por péndulo de la ciencia, se puso en movimiento en sentido inverso… quizá deberíamos decir “aparentemente” inverso, que es como suceden estas cosas, adquiriendo cada vez una mayor e insólita fuerza… ¿Qué ha ocurrido para que un impulso hacia delante parezca ser uno hacia atrás, o sea, al origen de todo?..

Los descubrimientos de la Teoría de Relatividad, el propio Big Bang, en materia de Física Quántica, en la Expansión del Universo, y de la complejidad – y al mismo tiempo simplicidad – biológica; que fueron llegando como impulsados en cadena uno tras otro… ¿o habría que decir el uno por el otro?, han logrado dinamitar las certezas ancladas y nacidas de ese imaginario colectivo que se forjó al principio del siglo pasado, hasta tal punto y extremo que aquel materialismo, como creencia férrea que se pensaba que era, está en proceso, en la actualidad, de pasar a ser una creencia irracional, toda vez que, sorprendentemente, está apenas comenzando a descubrir, precisamente, a ese mismo Dios creador del que afirmaba “no ser necesario para explicar la existencia del mundo”… ¡Manda güevos!, como decía aquél político de vecina plaza.

Ahora vivimos una especie de paradoja, donde el ateísmo (científico) cree cada vez más en Dios, y las Iglesias pierden cada vez más a “su” Dios… Naturalmente, la religión sigue en sus trece de excomunión de todo aquello que no se avenga a sus dogmas, que para eso los han parido ellos, sin tener necesidad de demostrar nada. Tan solo que con el catecismo y la fe impuesta. Tales posturas coloca a la ciencia en la prudencia, y a la religión en la ofuscación. Tanto, que ha perdido el sentido de aquél auténtico, genuino y verdadero “buscad y encontraréis” que le fue transmitido: la ciencia ha buscado, y ella ha ocultado (parábola de los talentos).

Me da no sé qué recordar que hace décadas, lo digo muy en serio, varias décadas, mis artículos sobre este tema versaban de la siguiente guisa: Contaba que hace al menos cuatro mil años – la cosa empezó en Egipto – el sacerdocio, que fue el primer estamento humano de clase instituido en las culturas de las civilizaciones, comenzó, poco a poco, a iniciarse en los caminos de la sabiduría práctica, convirtiéndose en sanadores, astrónomos (antes astrólogos), matemáticos, químicos e investigadores varios… fue el germen de la ciencia. De una ciencia que habría de, posteriormente, tomar un camino empírico, distinto al de la religión. O sea, el operativo y el contemplativo.

Uno dedicado a buscar, investigar, probar, fallar, acertar, experimentar, caerse y levantarse, tampoco exento de luchas intestinas e intereses; y los otros dedicados a hacer clientela seglar, a monopolizar a los dioses; a dominar a las gentes y a entronizarse en el poder. Nada ha descubierto ni en nada ha avanzado, como su hermana la ciencia, pero mucho ha inventado: el dogma, el pecado, el rito y el mito… La lucha, en definitiva, entre templo y laboratorio. Y ya entonces, me aventuraba a soltar que, tras la separación y la guerra civil, bien podría venir la re-unión, la nueva asociación, el re-encuentro de lo que un día estuvo unido bajo un solo y único palio: el del conocimiento. Y cada vez estoy más convencido que no existe más camino que ese. Discúlpenme, si acaso, por haberlo previsto.

Pero para ese reagrupamiento, sin duda que enriquecedor, hay que quemar toda la ganga que ambos polos han acumulado, y aquí cabe poca duda de que las religiones e iglesias tienen mucha que hacer desaparecer… La síntesis es tan laboriosa como la que está recorriendo la ciencia para volver al punto de partida. Como el culmen del pensamiento de Niestze, que para negar a Dios hay que terminar volviendo a Dios; dicho en román paladino: será “La Muerte de Dios” – como él titulaba - cuando descubramos al auténtico, genuino y verdadero Dios.

Tras esas décadas de predicar mis tontunas en el más vacío desierto, aparece “Dios, la Ciencia, las pruebas”, que al menos habla en ese esperanto de esperanza, (valga la redundancia) y descubro aquello en lo que tanto creí a lo tonto, y me asusta y maravilla… Son casi seiscientas espesas páginas que un muy lejano día creí posible. Una muy ardua lectura, que, si quieren, yo mismo se las puedo ir traduciendo lo más di-vulgativamente posible, e ir pasándoles esas grandes y enormes cosicas que componen la verdad más única… Para mí será un placer, mientras pueda hacerlo, y me dejen, claro…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

NEGOTIUM CONTÍNUUM

(de Gestion)

 

Si es cierto lo “de polvo eres y en polvo te convertirás”, entonces lo de la “resurrección de la carne” no es otra cosa que levantar una polvareda para nada… No interesa una carne que vuelve al polvo, sino un espíritu que regresa al Espíritu.

Luego, las procesiones basadas en las resurrecciones son negocios montados sobre falsas interpretaciones de conveniencia. La Iglesia ha convertido a Cristo en oro en polvo, y cada año saca sus procesiones a cotizar en bolsa.

En la bolsa del turismo de siempre lo mismo, que deja enormes ganancias en la historia de las mangancias… ¿Recuerdan el negocio de las reliquias?.. Pues esto es igual: una gran reliquia de la pasión mil veces vendida en procesión.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

LA OTRA TRINIDAD

(de Famvim)

 

Dice San Juan que al principio fue el Verbo, e inicia con ello toda una teología, que luego, conforme se acomodó al paso de civilizaciones y culturas, devino a ser una Trinidad. Un solo Verbo en tres personas distintas, viene a decir el dogma… En este caso, sería al revés: tres verbos distintos para cada, o por cada, persona: Yo lo llamaría, con perdón y con permiso, la Trinidad del Ser Humano, esto es: Querer, Creer y Saber… Tres significados distintos que conforma, y/o dis-forman, a ese mismo ser humano.

No es lo mismo querer que creer, aunque estén emparentados, y aunque suenen a casi lo mismo por tratar de hermanar confundiendo; o de confundir hermanando… Pero que no lo equivoquen. Lo primero es querer, exponer la voluntad; y lo segundo es creer en lo que se quiere, que es la pre-posesión, o predisposición. Pero nada se tiene en plenitud hasta que no se “sabe”… La primera fase del proceso es que la gente “quiere creer”, y de ahí el error de valoración: que se cree que se sabe, pero no se sabe. Para el que “sabe” no es tan necesaria la fe como para el que “cree” en lo que “quiere saber”.

Existen prototipos humanos en que se puede aplicar la prueba del algodón por dos ejemplos típicos y casi tópicos… Están esas personas que muestran sus creencias pontificando, con énfasis, en santo dogma, con un punto de violencia catequética, levantando la voz y el gesto. Son los que quieren convencerse a sí mismos convenciendo a los demás. Luego, los que quieren creer y están convencidos de creer querer, los que sus verdades las convierten en inapelables… según los oídos que las óigan, claro.

Y después están los que en realidad “saben”. Son los que dicen lo que saben serenamente, sosegadamente, con tranquilidad, casi con mansedumbre, y se retiran. Se limitan a exponer, no a exigir que se crea… Estas otras personas, en contraposición a las primeras, precisamente porque “saben” no necesitan afirmarse, mucho menos reafirmarse; para ellas no existe ninguna prioridad ni perentoriedad, ni mucho menos catequésis dogmática. Solo hablan si son escuchados, y callan si solo son oídos. Ellos “saben”, y lo demás no importa.

El ”creer”, por estar en medio de los otros dos, actua como agente doble: uno puede creer querer, por el mero hecho que se tiene la necesidad social de querer creer; pero también uno puede creer saber, pues se tiene la necesidad personal de saber creer… Sin embargo, ambos dos son espejismos que enredan nuestras entendederas para obligarlas a buscar la luz entre las habituales tinieblas del ego. La realidad es que una vez que se “sabe” algo, desaparece la necesidad de justificarlo demostrándolo, y mucho menos discutiéndolo. No merece la pena el esfuerzo baldío de pelearlo. Lo que se “sabe”, se sabe, y punto, no hay más que explicar.

Este servidor de los que me escuchan, me permito una especie de fantasía estableciendo un símil: la primera persona del “querer” la comparo a la del Padre, en la que todo se hizo por su intrínseca voluntad, por su “Fiat”, por su deseo y querencia; la segunda, el “creer”, la asimilo con la del Hijo, es la que creyó en la voluntad del Padre, ergo, “por lo que todo fue hecho”, si bien yo diría: por lo que todo fue posible; y la tercera, el “saber”, sería ese Espíritu (lo del apéndice Santo es un añadido vacuo) que cohesiona ambas potencias – querer y creer – en la síntesis del todo: el “saber”…

Existen religiones más antíguas que la cristiana, luego recauchutada en católica, como por ejemplo el hinduísmo, en que también establecen una trinidad, o Trimürti, o Trideva: el principio creador, o Brahma; el de preservación, o Vishnú; y el de destrucción, o disolución, el de Shiva… Como pueden ver los que quieren ver, es el movimiento de entropía universal; la segunda ley de la termodinámica; el fundamento de la física quántica, y el funcionamiento del Universo… Pura ciencia.

Fué el Concilio de Nicea, allá por el principio del siglo IV, el que estableció el dogma trinitario, si bien que basado en la obligación y no en la explicación. Durante miles de años se ha mantenido una santa ignorancia impuesta por una ciega creencia… De críos se nos contaba aquél sucedido achacado a San Agustín, en que paseando por la playa y dándole vueltas al misterio este, vió a un niño vertiendo agua de la orilla a un hoyo cavado en la arena, “estoy metiendo el mar en este agujero”, le dijo… ante la rotunda negación del santo por tal posibilidad, el crío le soltó: “más imposible es tratar de explicar vuestra Trinidad”, dicen que dijo… Luego se vino a aclarar que aquel zagal era un ángel.

Pero, en física, sí que se puede: cualquier parte de un todo posee la cualidad de ese mismo todo, por lo tanto, el agua del mar que contiene ese hoyo es tan mar como el de dónde salió… Y esto es tan comprensible como incomprensible es el dogma con el que se creó y se lió… Lo que pasa en estas “corrivueltas” es que las religiones se mantienen como tales cultivando la ignorancia, no expandiendo el conocimiento, porque entonces se diluirían en una sabiduría holística que es de todos sin ser de nadie, cosa que en modo alguno les conviene.

Así que yo me he atrevido en éste a mostrar una Trinidad humana y personal que actúa en todos y cada uno de nosotros. Y que nos forma y nos conforma; y que es más nuestra que ninguna otra… sin que desdiga ninguna de las secretas, ocultas y esotéricas con las que se intenta manipular una Verdad que Dios hizo simple y no complicada. Si a estas alturas de la Historia y del cotarro, aún nos empecinamos en mantener la mente cerrada al razonamiento, y es atada al magicismo hechiceril de nuestros montados y no demostrados tótems, seguiremos siendo siervos de los jefes de la tribu…

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

VENID Y VAMOS TODOS...

(de YouTube)

 

“Sobre esta piedra edificaré mi iglesia”, dijo la tal Iglesia de sí misma. Porque lo que Jesús soltó a un al Simón minutos antes fue “aléjate de mí, Satanás”, tras una discusión sobre puestos de mando que lo cabreó bastante…

Y se edificó, ya lo creo que se edificó… Se edificó sobre el tráfico de reliquias, los sacramentos y dogmas, y venta de cargos, bulas, remisión de pecados e influencias; procesiones y jubileos, y todo lo que implique salsa en la que sopar.

Imágenes viene de imaginería, e imaginería viene de imaginación. La santa semana santa es más imaginación que verdad, y eso lo saben por lo sobrado por mucho que sea negado. Pero en esta farsa entramos todos: unos lo montan y otros lo portan.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

EL DESTINO

(de Cuerpomente)

 

Álquienes cercanos me preguntaron sobre el Destino. Así pues, este artículo va especialmente dedicado a tales personas… Algo tan difuso como eso es realmente difícil de explicar. Y en realidad no es que sea difícil de entender, es solo que no solemos aceptar ciertas posibilidades, pues hemos sido educados en un concepto intelectual contrario, y rechazamos todo aquello que nos puede incumbir personalmente por nuestra propia responsabilidad. Normalmente, yo mismo me resisto a dar mi opinión por un par de razones, al menos: porque sé que resultaría baldío, un esfuerzo un tanto inútil, por un lado, y, por otro, para que no me tomen por más chalado de lo que ya me toman.

Lo cierto y verdad es que el Destino es una etiqueta consciente que nos hemos construido para archivar en el inconsciente todo aquello que no podemos, no sabemos, o no queremos explicarnos… Nos resulta muchísimo más fácil y cómodo largar a una confusa y difusa predestinación todo aquello que, para nuestro aparente bien o mal, parece sucedernos a lo largo de nuestra ida, y que le concedemos el calificativo de determinante.

Sin embargo, las leyes universales no prevén, en modo alguno, esa especie de azar que nosotros achacamos al Destino. Nada es ocioso en el Universo, nada ocurre por nada; todo obedece a una causalidad, y no a una casualidad… El mismo Cristo dijo que “nada, ni una pluma, ni un cabello de vuestra cabeza se mueve sin que el Padre lo sepa”, u otras palabras muy parecidas. Pero todo esto, que parece apuntar a que todo está predestinado, es solo para eliminar el concepto del “azar”, de lo casual… La cuestión, en todo caso, es: ¿Qué, o Quién, establece eso que llamamos Destino?..

Ahí le han dado… A nosotros nos resulta muy conveniente pensar que el destino nos viene marcado por “algo” ajeno a nuestra actuación, porque, de esa forma, eludimos nuestra propia responsabilidad en ello. No tenemos culpa alguna si el Destino nos ha marcado con tan buenas, o malas, cartas, alegamos… y soltamos lastre en ese Destino… Puede valer (de hecho, a nosotros nos vale), sin embargo dejamos en la cuneta la total y absoluta voluntariedad y libertad con que actúa el ser humano. El propio Génesis deja establecido que fuimos dotados de “Libre Albedrío” en la escena que se pinta como nuestra “creación”.

Por ende, queda meridianamente claro que, en esa especie de determinismo (o predeterminismo, si lo prefieren) también está presente la elección humana. De alguna forma y manera participamos libremente en esa mecánica determinista que nos atañe a nosotros mismos.

Lo que ignoramos, al menos a nivel consciente, claro, es el cómo, el cuándo o el dónde se produce esa participación en la elaboración de nuestro propio Destino, que son dos, por cierto: uno a nivel personal, particular, individual, privado e intransferible; y otro a nivel social, general, de toda la humanidad… Hasta aquí, todo esto que he expuesto obedece a puro razonamiento lógico, y a partir de ese punto ya todo sería especular.

Así que, si les parece, pueden hacer dos cosas: o no seguir leyendo, o seguir especulando, lo que ustedes quieran… El factor posible que hemos de introducir aquí sería la inexistencia de lo que llamamos “Muerte”, que no es otra cosa que la separación de la energía consciente de la materia inconsciente; y que cada cual sigue su camino establecido por separado: la materia sigue las leyes físicas de la termodinámica, “el polvo al polvo” como apunta la religión… una Iglesia, por cierto, que dogmatiza “la resurrección de la carne” cuando lo verdaderamente importante es la del espíritu, si bien el espíritu nec esita despertar, no resucitar (aquí se nos da un clamoroso gato por liebre)…

…Y esa energía, pensante, decidente, obrante e inteligente, en la que estamos incluidos todos y cada uno de nosotros, y que sigue su propio ciclo… digamos evolutivo, en unos estadios, niveles, fases, dimensiones, o lo que prefieran, ya despojados de la materia, en, y con, la que experimentaba. Bien, pues si todo esto lo consideran ustedes plausible, que, dicho sea de paso y porque viene a cuento, está en absoluta y total armonía con todas las leyes de la física quántica y de la relatividad científica avanzada por Einstein, no resulta tampoco descabellado pensar que es ahí donde… digamos que “se planea” la siguiente “inmersión” evolutiva en la materia: el llamado Destino.

Vale… ¿y quién dice que el factor humano como tal, en su otorgado libre albedrío, no puede participar directamente en las decisiones que afectan a su propio y personal plan evolutivo?.. Es que hasta sería un absoluto contrasentido que así no fuera. Y si así fuese, entonces ese Destino tendría su muy lógica explicación. La también ley física de Causa y Efecto haría el resto consecuencial hacia el fin relativamente pre-establecido con nuestro propio concurso.

La pregunta del millón sería: ¿y por qué no somos conscientes en nuestra vida de todo eso?.. Pues porque sería como ir a un examen con las respuestas a los temas que nos van a salir en el bolsillo; sabiendo de antemano lo que debemos aprender por nuestra propia asunción experiencial. Y si hay algo en todo este Plan que no nos está permitido – lo único en realidad – es hacernos trampas a nosotros mismos.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

PROCESIONISMOS

 

Cientos de tronos ricamente revestidos; cientos de imágenes cuajadas de joyas y oropeles; miles de acompañantes con su dote de caros ropajes; docenas de miles de desplazamientos que generan su esperada riqueza; comercio y negocio donde hasta las aceras y las sillas se venden; la Semana Santa levanta la economía de ciudades enteras…

Templos repletos de encendida adoración a imágenes de distintos Cristos, diferentes Vírgenes y decenas de innominados santos. El dinero corre a raudales sobre las treinta monedas de Judas…

Me embarqué con J.J. Benítez en su último Caballo de Troya, busqué al divino nazareno y lo encontré enredado en su prédica galilea… Le susurré al oído lo que iba a ocurrir en su nombre, y, sacudiéndose las sandalias, despidió a su gente y salió jurando en arameo, espantado, hacia Dios sabe dónde…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

DE IDEAS FIJAS

(de Freepik)

 

Hay una pregunta que varias veces me he hecho a mí mismo, y que aún no he sabido responderme, al menos satisfactoriamente: ¿ante una idea fija, es posible razonar?.. Estoy seguro que todos los que me leen han sufrido la experiencia, alguna vez en su vida, o muchas, de tener que luchar contra una idea fija de algún oponente dialéctico (no necesariamente opositor). Tampoco tienen por qué ser ideas de naturaleza negativa, aunque yo creo, me parece a mí, que el mero hecho de ser fija ya la apea de la naturaleza positiva… no sé, prefiero compartirlo con ustedes a modo de consulta.

Mi experiencia personal ante tal tesitura, casi siempre, por tampoco decir siempre, ha resultado infructuosa y frustrante. No he conseguido una mínima apertura mental por la que proyectar un solo razonamiento… No debemos confundir ideas propias con ideas fijas. Las primeras pueden exponerse a debate, al uso dialéctico, a la luz de la razón; de hecho, cuanto más asentada se muestra, más abierta a discusión suele estar. Pero las segundas son un muro de irracionalidad delante de las narices… Un sí porque sí. Un porque lo digo yo y punto pelota. Esa pared es impenetrable por la sencilla cuestión de que no permite el paso al pensamiento libre. Es un pensamiento esclavo y esclavizador.

De ahí mi pregunta: ¿ante eso, vale el razonar?.. ¿sirve de algo o no sirve de nada?.. Y lo dejo caer en plan debate, y que mi respuesta no siente catequesis alguna. El hecho de que mis intentos en tales casos hayan resultado inútiles no invalida la posibilidad contraria. Puede ser, simplemente, que yo sea un inepto patológico, incapaz de plantar una sola semilla de razonamiento en el intelecto que se niega a pensar una sola posibilidad distinta… Pero, desde luego, en beneficio de nuestra propia salud emocional, mi consejo sincero y leal es abandonar el intento y marcharse uno a casa.

Lo considero un esfuerzo que produce sufrimiento, y ambos dos inútiles, ya que nada consigue y de nada sirve. De nada vale el derribar una puerta si no se va a admitir nada de lo que cruce esa puerta, sino que todo va a ser rechazado por la simple voluntad de mantener una idea fija aún fuera de toda lógica… La puerta cerrada no debe ser abatida, sino respetada, pues debe ser abierta desde dentro, voluntariamente, aún con todas las dudas y prevenciones del mundo, pero si no existe invitación, sino rechazo, toda insistencia solo alimenta la violencia en sentido contrario. Ya saben aquella ley física: “a una fuerza ejercida en un sentido, se corresponde otra igual en sentido contrario”. Hasta aquí, lo visto y experimentado.

Pero ante esa carencia de “llegada” por mi parte, está mi insistencia en promover el librepensamiento; el hábito de la duda razonable; la posibilidad de todo y la negación de nada; la práctica del sabio e inteligente “a priori”; el rechazo de todo dogma… Ya sé que alguno, o alguna, me va a decir que es como poner el esparadrapo antes que la herida, pero yo prefiero verlo como el entrenamiento antes que el esfuerzo. Aquel que se prepara para poder, puede; y el que sabe querer, quiere; como el que quiere saber, sabe.

El problema de la idea fija no está en la idea, sino en la fijeza del motivo… No está en el conocimiento, sino en el “cocimiento”. Lo malsano y enfermizo de una mente cerrada es como la de un local cerrado, que si no se abren puertas y ventanas para orearlas con otros aires leídos o venidos, las ideas se vuelven obsesivas y venenosas, como suelen ser las fijas… Existe un principio de sanidad mental: la idea más debatida suele ser la que más verdad encierra, y la idea más fija, por el contrario, la que mayor falsedad conlleva. Y también existe una ley: nunca admitas una idea sin antes ponerla seriamente en duda y contrastarla con otras.

He de reconocer, o así me lo parece a mí, que los de las ideas fijas se esconden tras una pared que es un espejo, de forma que te veas reflejado en él y parezca que el de ideas fijas eres tú… Como el de ideas fijas es obsesivo, pero no tonto, te devuelve la volea en un “es que tú te crees en posesión de la verdad”, a fin de hacerte creer que la cerrazón mental está en ti y no en él/ella. No sirve de nada mostrarle dónde está la clave de bóveda, y la diferencia de la estructura mental de ambos; de cómo y de qué forma funciona cada una… simplemente ha forzado que el juego quede en tablas. Esa es la estrategia: hacer que te enfrentes a tí mismo para no tener que hacerlo él consigo mismo.

De ahí que mi reflexión en éste de hoy la base en esa incógnita que planteo en su comienzo, al principio de todo: ¿sirve el razonamiento ante el empecinamiento?.. El plantear partida desde un plano de igualdad, esto es, poner las ideas de ambos en duda para empezar, y, a partir de ahí, establecer el diálogo, ¿sirve en estos casos de algo con una cerrazón previa por delante?..

Soy consciente que el librepensador arriesga más, mucho más, que el que se encierra en sí mismo, pues deja sus defensas expuestas al del cerrojo… Yo tengo un punto débil, que lucho contra él cuánto puedo: y es que me tiro al trapo inconscientemente, y me pongo a un nivel que no me corresponde, y bajo a luchar una lucha que no es la mía. Procuro corregirlo…

Pero, mientras tanto, escribo estos artículos desde la demanda: quizá alguien que lea esto sepa darme respuestas que yo no tengo, según sus propias experiencias o creencias. Sigue siendo un debate abierto entre mentes abiertas y espíritus libres, al fin y al cabo. Yo siempre termino en retirada calculada, lo confieso, pues dicen que una a tiempo es una victoria; pero yo creo que es una derrota a dos campos que nadie gana y ambos pierden… Aunque, al final, el que está dispuesto a compartir pierda más que el que no lo desea.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

PROCESIONES

(de AS)

 

 

Nos inventamos a cien Cristos y a cien Vírgenes distintos; los bautizamos con cien nombres diferentes; les erigimos estatuas e imágenes; las profesamos y las procesionamos en adoración… ¡y nos decimos cristianos!.

Seguimos la tradición, que es traición, dividiéndonos en advocaciones de santos inventados y fiestas que vendemos en la feria del turismo. Y lo llamamos sacro. Nos inclinamos ante nuestros falsos tótems, pero despreciamos el verdadero conocimiento. Nos postramos a lo exterior y escupimos en lo interior. Sacralizamos el rito y el mito. No adoramos a Dios, sino a su peana.

“No haréis para vosotros ídolos, ni esculturas, ni os levantaréis estatuas, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada alguna para inclinaros ante ellas, porque yo soy vuestro Dios”… (Levítico 26:1)

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

RECORDANZAS

(de Alkonetara)

 

No tendría más de 8 o 9 años… Alguien llegó a aquella primera escuela, y, hablando con don José, nos señaló a unos pocos… No le dí importancia alguna, hasta que, un par de días después, el maestro me llamó a su mesa, mientras los demás abandonaban la clase: “vas a hacer la Confirmación, y has sido designado para decir unas palabras de bienvenida al Sr. Obispo, ese día, en la Iglesia”. Me facilitaría un papel con un par de frases escritas que tendría que aprender de memoria, para recitarlas ante aquel ser ominoso con un alto sombrero acabado boca de pez.

Aquello me aterrorizó, ¿y porqué yo precisamente?.. en el pueblo había varias escuelas, de niños y niñas, separados como Dios mandaba, ¿a qué venía que me señalaran a mí entre tanta crianza?.. Tras balbucear al mágister que no, que ni hablar, que yo no, que no contara conmigo, reculando, salí corriendo del aula. Esa noche no pegué ojo. Al día siguiente, nada más entrar de la calle, don José me estaba esperando, para, cogiéndome de la oreja, llevarme a un cuarto adjunto. Las recriminaciones que me hizo, ya aludiendo abiertamente a mi condición familiar con algo que yo no entendía, pero con un claro sentido amenazante, me metió a la fuerza el papel en el bolsillo: “apréndetelo de memoria”, me espetó a voz en grito.

Aquella tarde volví a negarme… temblando, pero me negué. “Pues bien, al terminar la clase, te quedarás aquí solo, castigado, hasta que digas que sí”, reteniéndome una o dos horas antes de soltarme y repetirme la amenaza. La presión duró dos o tres días más, graduando la retención forzosa a más tiempo… Tuve que dar explicación a mis padres por mis tardanzas en regresar a casa por las tardes. Les solté mi problema esperándome un duro correctivo por parte de mi progenitor por enfrentarme al maestro… Su mirada dolorida y preocupada, sus palabras apenas murmuradas, me hicieron captar que había mucho más que mi negativa, y nada bueno por cierto.

La tarde siguiente fue mi padre a recogerme, serio como nunca; habló con el maestro unos minutos, en voz baja. Los ojos de ambos eran duros, mezclados con indignación contenida los de mi padre. Luego se dio la vuelta, me agarró de la mano, y salimos de allí… Esa noche me sentó frente a él, con sus ojos brillantes por algo que pugnaba por salir de ellos, su voz tensa, rabiosa y temblorosa. Tendría que hacer lo que me pedían, aunque él tampoco quería… “tienes que hacerlo por la mamá, por tu hermano, por mí, por todos…”, fue lo único que pude entender con toda claridad.

Así que me doblegué a lo establecido… Una noche mi madre le dijo algo a mi padre in sotto voce: “no te preocupes más… el Sr. Acedo lo va a apadrinar y me ha dicho que él cuidará de todo, que estés tranquilo”… don Manuel Acedo era un suboficial sanitario de la Base Aérea que se había convertido en el ángel asistencial de las familias del pueblo. Recuerdo el acto en una nebulosa opresiva y aprensiva, con la mano de don Manuel posada permanentemente en mi hombro, que animaba, protegía y mitigaba mi penoso deber.

Deben hacer abstracción del presente y situarse en plenos años cincuenta; dictadura pura y dura de un nacionalcatolicismo cerrado y opaco formado por el Estado y la Iglesia, copicalcado de un nazionalsocialismo que fue aliado y garante del régimen franquista, en un pueblo castigado por haber permanecido fiel a la república que perdió la guerra civil… y con un padre, ex militar y piloto de guerra, regresado del exilio, pasado por cárceles y campos de castigo, y con el sambenito de “rojo” estampado a fuego en los lomos Y viviendo de la tolerancia de los ganadores… como tantísimas otras personas en un lugar bajo la égida de un Jefe Local del Movimiento.

Nunca supe si fue cuestión de puñetera mala suerte, o de puñetera mala idea, ni tampoco he querido saberlo, aún habiéndomelo preguntado en varias ocasiones… Dos o tres veces más me hicieron sentir quién era yo por ser hijo de mi padre, y lo agradecido que debiera mostrarme por permitírseme seguir respirando con los demás. No así el general de un pueblo cohesionado, solidario y unido quizá por esa misma causa común. Todo está ya, claro, sobradamente asumido, explicado, entendido y perdonado… pero no olvidado. Aquellas especies de “sépase el que ha ganado y el que ha perdido” se repetían y repartían por eso y para eso mismo: para que no olvidásemos lo que éramos.

Veo ahora la bilis que rezuma la extrema derecha de este país, que se proclaman además herederos de aquellos bárbaros, y salvaguardas de un renovado nazismo; y de tantos ignorantes e inconscientes ciudadanos que los jalean en sus planeadas manifestaciones, y me pregunto a mí mismo porqué dura tanto el odio y qué mierda hemos aprendido, si es que hemos aprendido algo de todo aquello… Y veo a esos obispos de hoy azuzando a la misma canalla de ayer, y me asalta la misma rabia, el mismo miedo, la misma impotencia, y la misma tristeza que aquél crío que lo expulsaban de Falange por querer jugar con un balón remendado, con una patada en el culo “por ser hijo de quién eres”… Y sigo viendo a hijos de Caínes

¿Por qué y para qué tanta mala sangre?.. ¿Acaso no hemos tenido bastante que queremos más de tan envenenado plato?.. No quisiera ver que se repite la misma ignominiosa historia. Al menos, esperen a que los de mi generación ya no estemos aquí. Tampoco nos queda tanto…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

CON UN PAR...

(de El Economista.es)

 

Mercadona ha aumentado un 40% de beneficios en su último año (más de mil millones de ganancias). Tiene el favor y el fervor de los/las arrastracapazas, nosotros, sus rendidos clientes.

Su presidente, ufano y pletórico, suelta que “los agricultores han de obtener sus beneficios. Somos la Huerta de Europa” (eso ya lo decía Franco, por cierto), luego sigue diciendo que “nuestro problema son algunos frescos”…

Pues… ¿porqué no les paga más a esos huertanos de Europa?.. su empresa es una de las primeras y principales distribuidoras, ¿no?.. no se entiende lo que dice con lo que hace… En cuanto a lo de “los frescos”, no sé si se refiere a los alimentos o a otros frescos…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

PORQUE VIENE A CUENTO

(de TeleMadrid)

 

El llamado “Miércoles de Ceniza” (me enteré que era tal porque mi santa mártir me lo hizo notar), por casualidad, o causalidad inconsciente, sin saberlo “in consciencia”, hice mi habitual prospección bíblica – suelo abrirla al azar y leer qué me dice – y me encuentro, y a mí ya no me extraña nada, con el siguiente párrafo del profeta Isaías:

“¿A quién me asemejáis e igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes?. Sacan oro de la bolsa y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un Dios con ello, se postran y le adoran. Se lo echan sobre los hombros, lo portan y lo colocan en su lugar; allí se está, no se mueve de su sitio. Le gritan y tampoco responde, ni libra de la tribulación” (Isaías, 46,5-7)

Es leer eso y acordarme de la inminente Semana Santa que tenemos encima, y que nos están vendiendo desde que terminó el otro santo grial del negocio de la Navidad… Y comprendo que la descripción le viene como anillo al dedo. A portar y procesionar dioses revestidos de oro, plata y vestiduras preciosas, para asemejar, igualar y comparar al Dios genuino es a lo que hemos cogido afición desde el Becerro de Oro. Naturalmente, lo que hacemos es cambiarle el nombre y las etiquetas para que aún resulten más creíbles a nuestras propias conciencias. La iconoclastia de la religión primigenia la hemos convertido en la adoración de todo lo contrario… Utilitates habemus.

Y pensando en esto, que le aplico un correpáginas con el dedo, algo que suelo hacer cuando agarro La Biblia, y miren ustedes vuecencias, que aterrizo en otro sembrado que aparece como seleccionado sin que lo hubiera mirado:

“Porque los ídolos de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombres; tienen boca y no hablan; tienen ojos y no ven; tienen orejas y no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas. Semejante a ellos son los que los hacen y todos los que en ellos confían”. (Sl.135:16)

Es suficiente para mí, no sé para los demás. Así que cierro el gran Libro y me pongo a pensar en ello. El paralelismo me parece demasiado asombroso, y la sincronicidad apabullante… Resulta curiosísimo que de las tres llamadas Religiones del Libro: judía, cristiana e islámica, tan solo la “cristiana” es iconódula: esto es, que venera (dulía) a las imágenes (icono). Sus dos hermanas – las tres vienen del mismo tronco: Abraham – practican, por todo lo contrario, la iconoclastia. Aún resulta más llamativo que siendo la católica (no cristiana) un remedo del judaísmo, otorgue culto a las imágenes, porque hasta el primitivo, auténtico y original cristianismo (Santiago y su Iglesia de Jerusalén) eran enemigos también del pito, la mortaja y la sonaja.

Aquí decimos honrar mucho la cosa de las tradiciones, pero hasta dónde nos interesan y que sean bolsilleras, claro… La “Traditio”, que por cierto significa “donación”, “regalo”, nos la adaptamos a nuestra cultura, o incultura, según nos rente en la bolsa y las ovejas se amontonen en el redil. Si ahora aterrizara por aquí el de los Salmos, o el mismísimo Isaías, a decirnos que la verdadera, genuina y auténtica tradición siempre es la más antigua, y que la que hemos entronizado es contraria a la fe, haríamos con ellos un Paso y los vestiríamos de Judas… Y convenientemente momificados para que no juraran en arameo.

Los antiguos patriarcas, como los primeros seguidores de Jesús, sabían muy bien que no se podía entrar en el fondo por la forma, porque acabamos por adorar lo de fuera excluyendo lo de dentro. Y porque lo sabían, lo prohibieron taxativamente… En el siglo IV el Concilio de Elvira en su Cánon 36, dice: “las imágenes no deben colocarse en las Iglesias para que no se conviertan en objeto de idolatría y falsa adoración”; de lo que se deduce que fuera de los templos ya circulaba cierto tipo de iconografía, más o menos pseudosagrada, que contaminaba la pureza y esencia de la Fe.

Fue tres o cuatro siglos después, cuando lo de la ortodoxia bizantina, que la Iglesia volvió grupas, porque advirtió un par de cosas que la beneficiaría grandemente: una, que le hechura, compraventa y monopolio de imágenes de cristos, vírgenes y santos, bendiciones y demás, sumado a la vergonzosa explotación de las santas reliquias, suponía una pasta gansa en las arcas del clero; y otra, que comprobaron lo fácil que era llevar al redil al personal tras una buena procesión, y tenerlos entretenidos y contentos en sus fervores y favores.

Así que, como cuentas viene de cuento, ni dos palabras más: iconodulía habemus, que es jauja… hasta el presente. Llevamos casi milenio y medio de religiosidad popular basada en una cada vez más pujante industria de imaginería religiosa, que fomenta enfebrecidas cofradías que rebosan fieles abducidos por la fe del carbonero, esto es, adorad a Dios por la peana, que Dios siempre será Dios, y lamer la peana siempre os dará lustre y esplendor a la lengua; que si no en el conocimiento, que no lo necesitáis para nada, sí en el cocimiento intelectual, que es lo que necesitamos nosotros…

Pues lo que se cuece en curias de postín es otro festín; y en obisperíos de troníos, ya ni le cuento… Eso es otro cantar, me dicen los de la saeta… Vale, pues será…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

BASURA HABEMUS

(de Diez Minutos)

 

A la pareja de Díaz Ayuso se le acusa de un fraude fiscal a Hacienda de 350.000 euros; trama empresarial, pantallas intermedias, facturas falsas, en fin, ya saben ustedes…

Pues bien, doña Isabel acusa al Gobierno de atacarla personalmente a través de su partenaire, como si los arrimados a altos politicastros como ella tuvieran manos libres para robar y defraudar lo que les venga en gana…

Esta reina del politispectáculo se cree con derecho a pernada por el mero hecho de estar donde está… Y lo cierto es que son sus madrileños los que le han hecho pensar que no tiene que rendir cuentas a nadie… y lo peor es que esto es así.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

¿RESPONSABILIDAD?..

(de National Geographic)

 

Ni los sociólogos nos entienden… Aquí resulta que el 70% de la población es consciente del cambio climático, pero solo el 5% toma conciencia de eso (yo creo que es al revés, pero lo pongo como lo escriben). Somos el país europeo que menos se manifiesta por ello. Estamos prontos a salir a la calle para salvar España pidiendo un golpe de estado, pero no nos concienciamos de lo que hemos tomado consciencia (¿?), y cuyas consecuencias son tan graves que ya nadie disimula en decirlas y hacerlas públicas… A los estudiosos de la sociología se les rompen todos los esquemas a la hora de interpretarnos.

Hace apenas un mes, el Teledenario del César, como yo lo llamo, tocaba este preciso, y aún precioso, tema… Preguntaban los informadores al menos a cuatro expertos que yo contara. Ninguno coincidió con otro. Lo cierto y verdad es que no tienen ni idea de porqué nos quejamos tan amargamente por el precio de los alimentos, y nos importa un pendejo lo que afecta ese cambio climático a su producción directa, por ejemplo; ni lo que vá a afectar al bolsillo y a la salud para mal, pero sí que criticamos los deficientes medios sanitarios, que son claros y cuantificables. Y así mismo todo. Estamos más pendientes del puente festivo donde nos vamos a volcar en quemar gasoferio y cargar la atmósfera de mierda, que de la sequía y pulmodeficiencias que eso produce… entre otras lindezas.

Yo vivo en el campo. En mi parcela tengo un limonero, un naranjo, una olivera y una higuera, entre otros árboles ornamentales… Pues fíjense: ninguno funciona como Dios o las estaciones mandan, o han mandado hasta ahora al menos. El limonero me dá unos limones de pena cuando le da la gana; el naranjo no funciona en sus cosechas normales; la olivera va como malpuede; la higuera estuvo tirando hoja y echando higos chungos a la vez… Y es un muestreo básico y esencial, pero aplicable y extrapolable al general de la producción, y lo que eso supone para la economía de las personas y para las cosas y los casos de toda la sociedad.

…¿Desde cuándo no nos ha caído una gota?, ¿somos conscientes de lo que eso supone a todos los niveles?.. Pues no es algo circunstancial, sino que está tomando carta de naturaleza y ya estamos señalados como zona en franca desertificación, y sin marcha atrás que es peor… ¿Acaso modificamos nuestras costumbres?.. En absoluto, ni siquiera nos tomamos la molestia de ser mínimamente consecuentes… ¿Somos conscientes de la instalación de laaargos y tórridos veranos y a la casi desaparición de los inviernos?.. ¿exigimos a nuestros políticos que tomen medidas drásticas a tal respecto?..

Pues, no, todo lo contrario, les exigimos que nos faciliten nuestro hedonismo de vida y consumo, y de fiestas institucionales seguidas unas de otras en un terraceo constante, por muy negativamente que tal comportamiento nos afecte cada vez a más corto plazo… Y ellos, que están para eso precisamente, y para calentar culo en puesto bien remunerado, nos lo conceden todo porque así es más fácil engañarnos (en realidad nos engañamos nosotros solos) con las mentiras que queremos oír y creer. Esta es la sociedad que nos hemos construído entre todos… al menos en este país al que ya están pintando el cartel de Españáfrica.

Podrán acusarme de agonías, vale, claro que sí. Pero nadie ni ninguno podrá decir que falto a la verdad. Otra cosa es que adoremos a los embusteros. Y esto que digo es tan cierto que hasta los más terraplanistas se esconde debajo de la alfombra, esa que nos sirve para esconder la porquería… Y sin embargo actuamos como si esa realidad no existiera, como si fuera un incómodo fantasma en un país, un mundo, de fantasmas… Y ya no hablo de catástrofes humanas mucho más graves y que hemos hecho casi que inevitables. Antonio Guterres, el propio Secretario General de las Naciones Unidas, no tiene ya empacho en decirlo, ni se molesta en ocultarlo.

Y como estoy poniendo las cartas boca arriba, y no es mi propósito mostrarme amable ni templagáitas, tan solo decir lo que pienso y siento, afirmo que soy muy consciente de que compartiré, por mi edad, muy poco de ese inmediato futuro. Apenas los preliminares. Y que lo peor de esa factura la van a pagar unas generaciones muy poco preparadas para ello, puesto que los hemos formado para todo lo contrario, como ellos mismos a sus propios hijos; y que harían bien en empezar a concienciarse y concienciarlos para afrontar un cambio radical en sus costumbres, modos y expectativas de vida; y a cultivar una nueva escala de valores, si no en salvar lo que aún se pueda.

Otra cosa es que, visto lo que aún veo, mantenga la tímida esperanza de que se pueda conseguir. Tengo mis muchas dudas… Observo, leo, oigo al personal, jóven y mayor sin distinción, y no vislumbro ni un atisbo de un mínimo cambio: si acaso, lo expuesto por los estupefactos sociólogos en el primer párrafo: todos somos conscientes pero ninguno tomamos conciencia. Es más, tales expertos que dicen ser, no saben / no contestan, pero defienden a su señor (su nómina), y así lo confiesan… Y las Conferencias sobre el Clima son gigantescos montajes y groseras burlas solo para hacer negocios con un verde ya ceniza; y el resto de personal nos hemos dado a ser carnaza de selfie… ¿P´a cuándo el próximo Festival, tío?.. ¿p´a cuándo el próximo viaje del Inserso, tía?..

Pueden criticarme y sacarme la piel cuándo quiera y cuánto quieran… Vá a resultar que me vá a dar lo mismo. Seguiré tocando esta trompeta pseudo-apocalíptica mientras esto me parezca un suicidadero, una huída hacia adelante y yo el primero. No tenemos un flautista en Hammelin, o quizá sí, pero nos debiera dar igual, porque nosotros somos las ratas, con perdón, claro…

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

LO QUE NOS HEMOS DADO

(de OkDiario)

 

Resulta que un sistema de alertas de la UE nos lanzó un aviso a España sobre fresas marroquíes que estábamos consumiendo, regadas con aguas fecales, y que estaban produciendo hepatitis A.

Nosotros, pagando los alimentos a precio de oro en las cadenas y supermercados, y los distribuidores metiéndonos productos en pésimas condiciones de producción, por mucho que cumplan la tan cacareada “cadena de frio”, que vaya usted a saber…

Mientras no rompamos este sistema globalizado, volvamos a la economía circular, y consumamos productos de proximidad, nos harán comer porquería mientras lo que a nuestro agricultor pagan mal lo envían a sabe Dios dónde. Caro costo para una basura.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

ACLARANDO CONCEPTOS

(de Encuentra.com)

 

Me escribe un laaargo epistolarium una muy digna dama, faltaría más, en el que me pregunta, “si a bien lo tengo responder”, me dice textual, en qué razonamientos me baso para asegurar que “el Génesis es como tú lo dices y no como lo dice La Biblia, y que Dios no es Jehová, y que el hombre fue una implantación genética”… y unas cuantas cosillas más que aquí ahorro al lector para no enrevesar ni alargar una descripción que ya habla por sí sola, y de la que, por cierto, quiero hacer constar que tiene todos mis respetos.

Y los tiene, porque se me plantea con igual respeto, naturalmente… Mis comentarios, querida amiga, se basan estrictamente en el propio texto bíblico, faltaría más. Nada me invento que no este escrito en esa misma Biblia de referencia. Lo único que hago – o mejor: que me permito hacer – es interpretarlo según las más recientes investigaciones en Historia, Lingüística y otras ciencias asociadas, aparte, o además, de lo que los exégetas han ido aclarando, u oscureciendo, según las distintas épocas e intereses de las diferentes religiones.

A lo largo de esos escritos a los que alude mi comunicante, he dicho siempre que el término hebreo Elohim es plural, esto es: dioses. Según el tal y mismo Génesis bíblico, fuimos creados por dioses que dicen que dijeron: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza”. No pone a “mi”, o “su” imagen, sino a “nuestra”, también plural…Y más adelante aclara que se crearon “hombre y mujer”, o sea, blanco y en botella… Macho y hembra a semejanza de ellos, dice lo que dice y no otra cosa. Se deduce que si a los Elohim se les otorga categoría de Dios, es que fueron “enviados” por Él con el “fiat”, o encargo, o misión, de ponernos en marcha dentro de la Creación, o lo que yo llamo, con permiso, engancharnos a la Evolución.

Vale… Es cuando interpreto (por supuesto, no soy yo solo) que Jehová es uno de tales Elohim. Posiblemente el jefe de la partida, su director de obra, su líder destacado, o lo que sea; y es porque el mismo Jehová – o Yahvé, que es igual – lo da a entender de manera muy clara en esas mismas Escrituras: “He aquí que yo soy Jehová, dios de toda carne. ¿Habrá algo que sea difícil para mí?” (Jeremías, 32.27). La especificación de “dios de toda carne” creo que es realmente explícita en que era el responsable de los creados en la carne durante su primera andadura… Y por su comportamiento, no siempre ejemplar precisamente, más bien todo lo contrario, se presupone que él era un ser en plena evolución, pero no el mismísimo Dios original en persona.

A mayor abundamiento de esa hipótesis, es que en los escritos dejados a lo largo y ancho del Antiguo Testamento (Salmos, Deuteronomio, Isaías, Jeremías, etc.) siempre y en todo momento hace gala y singularidad de su propia persona: “Jehová, tu dios…”, “Yo soy Jehová, vuestro dios…”; o “Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos y dios de Israel” (Jeremías. 44,11), y en muchos, muchísimos más sitios donde deja bien a las claras que él es una especie de comandante en jefe para el “pueblo escogido” de Israel. Por cierto, “isra” significa viaje, y El es el nombre de Dios.

Así que ustedes mismos… Esto es: un servidor de los frailes no se está inventando nada que no esté así mismo escrito en las páginas de esa misma Biblia… Tan solo me limito a interpretarlo y a colegirlo a la luz del conocimiento, el sentido común y la lógica. Por supuesto, tampoco me empeño en que otros u otras no se empecinen en la literalidad lapidaria de las Escrituras que ellos llaman sagradas. Allá cada cual o cada cuáles. Entiendo que, al ser considerado un libro sagrado, las religiones y sus iglesias adapten y adopten lo que ahí pone a sus particulares y peculiares intereses, pero eso no me coarta ni obliga a que yo no pueda sacar mis propias conclusiones según mi legítima libertad de conciencia.

Creo que fue Erich Von Däniken el que lanzó la idea – aún no refutada, por cierto – de que nosotros, como seres humanos “estamos hechos del polvo de las estrellas”; que somos entes cósmicos, importados de fuera, traídos e implantados aquí, del exterior… Decir que tal afirmación está en consonancia con el relato bíblico del Génesis no supone ningún disparate… Jehová y sus Elohim, visto lo visto, también vinieron de “arriba”, al igual que todos los considerados dioses por todas las civilizaciones “bajaron” a trabajar en, o con, nosotros, y ayudarnos en nuestra evolución.

No es mi propósito contradecir las creencias firmemente asentadas, ni las de la estimada dama que me escribe, ni de nadie… Simplemente deseo establecer el principio de que pueden coexistir, en paz y en diálogo, interpretaciones fuera de dogma. Y todas muy respetables, por cierto. Precisamente, la libertad de pensamiento también es un don divino que se nos implantó, y que está recogido en La Biblia como Libre Albedrío. Y es la capacidad para discernir, pensar y elegir por uno mismo… como Dios manda, precisamente.

Ahora bien, el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu hay libertad” (Romanos, 6:22)… Por ende, no contradigo nada sagrado si alego que allí donde se coarta la libertad se está coartando también el Espíritu… Vamos, digo yo, porque eso mismo dice.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

NO SOMOS FIABLES

(de El Correo)

 

 El potaje final de la Amnistía va a eliminar las referencias al Código Penal español y remitir a las normas europeas sobre terrorismo (EP.7/3)

Va a ser casi que mejor, pues aquí ponemos el motete de terrorista tanto a un vecino cuyo perro nos estropea las macetas, como dispensamos de él al que trafica con la muerte, solo por ser afín a nuestra ideología.

Somos así. Cainitas hasta la médula. Igual vemos la paja en el ojo ajeno y no sentimos la viga en el propio, que salimos a la calle a pedir un golpe de estado. No somos de fiar.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

EL HARTAZGO

 

Tal y como lo siento, así mismo lo escribo, y me trae el pairo que se me tome a mal o bien… Pero no me gusta el mundo en el que vivo; no me gusta la sociedad en la que me desenvuelvo (con muy mínimas excepciones, claro); y, desde luego, no me siento representado por los políticos que he o no he votado… Los oigo dirigirse a la gente en sus declaraciones públicas, y encuentro tanta demagogia obsesa, espesa y casposa en sus declaraciones, que me asombra que la ciudadanía no se dé cuenta de la desvergonzada tomadura de pelo de la que somos objeto.

A estos últimos, a nuestros políticos digo, se les nota con cierta claridad que tienen tres discursos: uno interno, entre los del mismo cubículo (partido) político, que ocultan al personal; otro seminterno entre rivales de distinta madriguera, que igual esconden a los pulgones votadores – que no voladores – del resto de la colmena; y un tercero dirigido al exterior, tras los micrófonos y los periódicos convertidos en panfletos, en el que solo sueltan burdas manipulaciones, medias verdades, tergiversaciones de los casos y las cosas, a modo de pienso-basura para sus consumidores y seguidores, con el fin único de polarizarnos a su favor… Se han convertido en demagogos profesionales, y hacen de la mentira y el embuste su medio de vida y de trepa.

Es lo que veo, es lo que siento, y perdónenme por decirlo; o no me perdonen si no quieren, me da igual… ¿Y en qué queda la ideología?, aún me preguntarán algunos; ¿y es que tú no tuviste una?, me increparán otros. Y yo les contesto con una tercera pregunta: ¿acaso la ideología no se ha convertido en algo hueco, vacío, que se usa para fines espúrios?.. Yo lo noto con una claridad espantosa, como un sucedáneo que se nos vende y que compramos como el ignorante se cree su propia incultura. Las ideologías hoy son banderas de enganche para ciegos… o para trileros y aprovechados. Las siglas son ideogramas caducos, pins sin valor alguno, embustes cocinados y empanados.

Ya me sé lo que bastantes, y bastantas, me van a echar en cara: tú es que te crees más listo que nadie, te ves superior a los demás, te sientes por encima del resto de los mortales… Están en su derecho de soltármelo, faltaría más. Y puede, estoy seguro, que resulta hasta un tanto lógico. Al fin y al cabo estoy escupiendo lo que llevo en las tripas, sin privarme de nada ni ocultar mi asco, mucho menos de disimularlo; y por lo tanto merezco la tal respuesta. Y la admito. Y la respeto… Pero es que a estas alturas de este cochino cotarro ya me da lo mismo. Y no es desprecio, se lo aseguro, es simplemente puro y duro hartazgo, lo crean o no lo crean.

Con esta dolorosa – y dolorida – sinceridad echada por delante, lo primero que estalla en mis morros (porque son los míos los que expongo, claro) es una acusación lapidaria, casi escandalosa, como un ultimátum: macho, tú has dejado de creer en la Democracia, confiésalo y asume tu pecado de soberbia… Bueno, pues miren, aquí lo dejo escrito: si es este tipo de democracia, que se ha convertido en cueva de salteadores, sí, dejo de creer en ella. Pienso, y ustedes me disculpen si quieren, o si no, no me disculpen, por atreverme a pensar, que cuando algo de valor lo vacían de contenido, se pudre y deja de tener valor.

Entonces… me acusarán: prefieres la dictadura, un mundo huxleyano, el absolutismo… Pues miren, no, tampoco. Mi propuesta en realidad es tan simple que duele solo pensarlo, y hasta lógica, y bastante consecuente por cierto. Se trata de enterrar con honores, y agradeciéndole los servicios prestados (aunque me pregunto a quiénes se los ha prestado, si a la ciudadanía o a los políticos y élites económicas) a la Democracia Representativa, a la que pertenecemos y se ha exprimido hasta los hígados, por la que nos usan y nos abusan; y dar la bienvenida a la Democracia Participativa, en la que podremos defendernos por nosotros mismos de tanto trilero y mangante suelto, y gobernarnos, o desgobernarnos a nosotros mismos por nosotros mismos.

Ya he dicho antes que un servidor, personalmente, no se siente representado por estos okupas ideológicos. Por lo tanto, para mí, la representatividad que ofrecen me es falsa… Te dan a elegir a personajes previamente elegidos por ellos, por su propia curia; quitan o ponen valor cuantitativo a tu voto, según unas leyes (D´Hont por ejemplo) más o menos interesadas en según qué sitios o lugares; no consultan nada con sus votantes una vez sentado culo en trono (lo de “las Bases” es un burdo insulto); y puedo seguir poniendo ejemplos concretos de usurpación de esa tal representatividad… Y, encima, son unos demagogos del bandolerismo.

Sin embargo, la participación ciudadana directa; el control de aquellos a los que se vota y pagamos nómina (véase, por ejemplo, la Democracia Directa que se practica en Suiza), aún no siendo un sistema perfecto, sí que es un sistema justo, y más, mucho más, libre y responsable; y no las ruedas de molino con que aquí nos hacen comulgar. Nuestra Democracia está intervenida, secuestrada, es una pseudodemocracia que ni siquiera llega a semidemocracia…

¿Saben ustedes lo que en realidad tenemos?.. una PARTITOCRACIA. Y las partitocracias pueden etiquetarse a sí mismas de lo que quieran y les dé la real gana, pero siempre serán lo que en realidad son: partitocracias puras y duras. Absolutamente. Y no me gustan, ni las quiero, así que aquí y ahora me declaro politiclasta hasta decir basta… Por supuesto, son ustedes libres de reírse o de insultarme, es algo de lo que ya me he vacunado.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

AUTOPROCESIONES

(de Freepik)

 

Nuestro culto al cuerpo; nuestro hedonismo de selfie, de pose y de apariencia; la adoración que expresamos a nuestro aspecto físico es similar y paralelo al que demostramos a nuestras engalanadas y enriquecidas imágenes de cristos, vírgenes y santos.

Es la misma cosa idolatría que egolatría. Adoramos lo externo y huimos de lo interno; sacamos a la calle a nuestros tótems, los cargamos a hombros, y los trasladamos en rituales de adoración tribal y casi carnavalesca. Y a través de esa imaginería adoramos nuestra propia imagen, nuestro propio cuerpo hecho postura y escultura…

La imitación se hace repetición; la repetición se hace tradición; y a la tradición se le llama procesión. Eso es todo lo que hay, o sea, nada…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

EL CIRCO Y EL CÍRCULO

 

Pierre Lamaitre es un escritor galo, que comenzó su andadura pasada la cincuentena, y que es un entusiasta de la edad. Tiene cuatro años menos que yo, por cierto… Pero reivindica como pocas personas he visto la riqueza, tranquilidad y experiencia que otorga la solera de la vejez. Cuando la enorme mayoría de “insersívoros” se esfuerzan por ejercer de falsa juventud, disimular lo que son, y hacer el más patético ridículo, eso sí, jaleados y aplaudidos por un alrededor que ensalza lo que no tiene valor alguno, este autor, por el contrario, opone con fuerza y valentía el sabor y el saber de los años en las personas y la dignidad humana que eso supone, en vez de esconderse cobardemente en ello.

Yo me alineo con él absolutamente, pero ya le digo al autor de “La Cólera y el Silencio”, que tenemos la partida perdida de antemano. La sociedad actual, de la mano de la política actual, y de los regidores actuales, solo quieren esa sabiduría experiencial para arrinconarla en asilos y morideros; para aparcarla y apartarla en extraños “Hogares” jubilatorios y hacerla pasto del Inserso. Nunca, jamás, se verán en lugares de asesoría y consejo, que es donde puede rendir su experiencia… Se diría que, al sentirnos liberados por la edad, a nuestra opinión se le teme más que a Pepito Grillo. Y es posible que en eso lleven razón. Nuestra responsabilidad mira ya más al futuro que al presente, al revés que los politicastros, que están más en “su” presente que en el futuro de la gente.

Sea como fuera, este hombre suelta a quién quiera escucharlo, con una tranquilidad pasmosa, que “el cambio climático que hemos desatado acabará con nosotros”… Acto seguido, pocas líneas más adelante, confiesa ufanándose de ello: “mi única y gran ventaja es que soy viejo”. Leyéndolo, uno se va dando cuenta que aquella conocida y manida frase evangélica de “la verdad os hará libres”, encaja como calcetín usado a la dignidad del ser humano cuando cambiamos una sola y única palabra a tal máxima: en vez de “verdad” pongamos “vejez”, ya que es cierto incluso para todos aquellos que compren las mentiras que nos venden: la vejez os hará libres.

Los viejos estamos más cerca de la verdad que los jóvenes, y eso se siente cuando dejamos de engañarnos y mentirnos a nosotros mismos con las gilipolleces que nos montamos para dejar de ser lo que somos. No podemos huir de nosotros mismos por mucho empeño que pongamos. Nos traicionamos y traicionamos la evolución, aparte la ridiculez de volver a ser lo que ya fuimos sin el menor fuste… Nuestra dignidad está en nuestras vivencias, experiencias y sapiencias; no en la extravagancia de volver a hacernos lo que ya dejamos de ser. Perdónenme mis colegas, pero es lo que Lamaitre y yo pensamos.

Nosotros, todos los que vinimos y los que vinieron después, hemos hecho del círculo un circo… Naturalmente que ambos dos son redondos, circulares, que de ahí le viene el nombre al circo. Eso ya lo sabemos. Pero se puede hacer un Circo de payasos de un Círculo Instructivo, por ejemplo, de los que tanto abundaron, y no es de mi interés tomar al pié de la letra lo que abarca un mayor contenido que su extricto literal, por favor… No nos hagamos a nosotros mismos más tontos de lo que ya nos hemos convertido… El que quiera entenderme sé que lo hará, otra cosa es que nos veamos retratados y no nos guste contemplarnos.

El también autor de “Nos vemos allí arriba” expone un razonamiento inexpugnable cuando asegura que la capitalización de la experiencia acumulada no sirve para nada si no se aprovecha desde la siguiente generación… Pues dicho queda, maestro, pero nadie la está aprovechando, que yo sepa. Se ha montado un circo en el que se nos ha sacado de su círculo. Estamos en una pista fuera de pista, por si no se había dado cuenta, don Pierre. Y me va a permitir el atrevimiento de que un vulgar escribidor le diga a un señor escritor, que sí que sirve… Le sirve a usted, a mí, y a otros como nosotros, pues hemos de sumar tal experiencia de vida a la de nuestra existencia, que no es lo mismo la una que la otra.

Los más jóvenes, o menos jóvenes, que lean el final de la anterior parrafada, seguro que me soltarán, y no les culpo por ello: Ya estamos, ¿y qué puñeta significa eso?, ¿por qué hablar en clave de incógnitas?.. En esto mismo está lo que quería explicar: yo lo sé, muchos lo sabemos, nosotros lo sabemos, y si vosotros no lo sabéis es porque no queréis saberlo.. ¡Preguntadnos!.. Hablo con mis nietos, y la Historia más reciente que hemos vivido, he incluso las anteriores que hemos aprendido, y que nos han hecho ser lo que somos, hoy no la enseñan en las escuelas, ni en los institutos, ni en las universidades… Reconozco y admito que la Cultura que hoy se imparte es mucho mayor y más completa – o lo que se entienda por completa - que la que yo recibí en posguerra. Cierto. Pero también es una Cultura mucho, muchísimo, más ignorante.

Y no me pregunten si no es una contradicción senil esa. No, no lo es, y si no saben el porqué de la respuesta, es la mejor demostración de lo que estoy diciendo… Aunque tal demostración tampoco sirva de mucho, dado el barbecho en el que se siembra. Y de ahí mismo la tal cosecha.- Estamos cerrando el círculo, o quizá, de hecho ya se haya cerrado, no lo sé a ciencia cierta. Lo que sí sé, pues es lo que veo, es que se ha abierto el circo, y no me gusta lo que hay en la pista. Son gentes que no han aprendido nada de nada y tienen que repetir lo que se han negado a asumir… La Historia es tan justa como terca: se pega a las personas hasta que éstas se conviertan en humanas.

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

NO SE LO MERECE

(de Onda Cero)

 

El otro día registró Vox su Ley de “Protección” del Mar Menor. Completísima: reducción de multas a fuentes contaminantes; ampliación de regadíos; reducción de trabas a nuevas construcciones; posibilidad de ampliación de puertos deportivos…

Extraña manera de proteger la laguna. El Consejero correspondiente suelta que “frente a la protección del Mar Menor, ni un paso atrás” (LO-28/2).

Los antiguos manifestantes y pancartistas deben estar muy contentos y satisfechos cuando guardan un sepulcral silencio a tan “protectoras” medidas para con nuestro medio natural… Posiblemente yo esté muy equivocado y sea esto lo que necesitemos: darle la puntilla definitivamente y que deje de sufrir el pobre… La verdad es que no merece esta agonía.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com